Contratiempo 149 • Otoño 2020

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CHICAGO, ILLINOIS, OTOÑO 2020

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ame los más oscuros para ver el árbol atrapado en la mesa, dame los más oscuros para verte lejos del bestiario, dame los más oscuros y todo eso que no sé decir, del alma niña como pantera oca,

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como yo niño, para el inserto del río y la furia de la noche, dame los más oscuros para despegar el envés del habitante que nunca se apaga, dame los más oscuros para que sin poder leer el alma no se desconecte y amanezca oscurecida. Miguel Marzana Poeta y miembro del consejo editorial contratiempo Carlos Barberena (Nicaragua 1972) Es un grabador autodidacta, conocido por sus grabados satíricos en relieve y el uso de imágenes de la cultura pop y la política. En su arte, ha reflexionado constantemente sobre los ciclos de represión y resistencia y su relación con la diáspora en la que ha vivido, a lo largo de la dictadura, la revolución, el borrado, la renovación, la esperanza, la dictadura y la represión. Sus impresiones centran este tipo de experiencias de vida que ocurren mucho más allá de su país. Él crea para contrarrestar el gran silencio en torno a la represión que ocurre globalmente creyendo que todos estamos íntimamente conectados a ella. Actualmente vive y trabaja en Chicago.


Índice

VOCES NEGRAS

MIRADA CÓMPLICE

4 Respiramos todos o nos asfixiamos todos contratiempo

18 Belkys Ayón Andrea Ojeda

5 Voces Negras contratiempo 6 Saber hablarle al fuego Tracie Hall 7 Estamos lejos de ser vencidos Tara Betts 8 Etnias Kianny Antigua 9 Pareces buen tipo, pero... Ramon Smith

11 La improvisación más larga A. Martínez 13 Land Mouth - Todas las aguas corren Imani Elizabeth Jackson 15 Con todo lo que tenemos Damon Locks 16 El pincel adolescente: Zora Jonhson Andrea Ojeda

SINCRONÍAS 23 Solidaridad CHema Skandal!

OPINIÓN 27 La codificación racial en términos de higiene durante el COVID-19 Jorge Montiel

EMERGENTES 30 Nuevos autores en Chicago Leonardo Gil Gómez Emanuel Ayala

POESÍA 34 Tres poemas de Nilton Santiago Nilton Santiago 38 Seis poetas iberoamricanas en EEUU Ethel Barja Cuyutupa Azahara Palomeque Madeline Millán Violeta Orozco Silvina López Medin Marta J. Sanchís Ferrer

CONTRAPORTADA 34 La lucha sigue Carlos Barberena

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Respiramos juntos o nos asfixiamos todos contratiempo

Es de importancia capital, darle un espacio intelectual a la comunidad afroamericana, no solo porque lo merece, también porque parece que ahí está la piedra de tranca; y creo que podemos contribuir a sanar esa herida haciendo un puente entre las voces negras y contratiempo. -Leopoldo Bello ¿Para qué tener voces negras en la revista? Para no solo hablar de nuestro apoyo a la comunidad afroamericana, sino pausar y escucharla. Para hacer espacio y poder conocer más ampliamente este Chicago donde vivimos. Para que en este año de confinamiento y activismo, aprendamos un poco de sus voces. -Moira Pujols

¿Por qué es que los latinos no conocemos casi la literatura negra? ¿Por qué cuando pensamos en literatura americana, inmediatamente pensamos en autores blancos? Vivimos en una ciudad con un porcentaje de población alto de ciudadanos afroamericanos y latinos, y sin embargo nuestros mundos, nuestras comunidades no se juntan; apenas se atraviesan. Creo que cometemos un gran error al no tratar de acercarnos más, al no compartir nuestros pensamientos y letras, ya que hablamos muchas veces de lo mismo. Este es un momento propicio para empezar a hacerlo. -Andrea Ojeda

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¿Cómo es que teniendo tanto en común — en calidad de latinos, latinx, hispanoamericanos, iberoamericanos o como que quieras identificarte — con la comunidad afroamericana en Estados Unidos, existe tanta incomprensión, división y hasta racismo entre nosotros?, ¿quizás sea porque no nos conocemos lo suficientemente bien?, ¿tal vez porque no hacemos lo posible por escucharnos? Escuchemos entonces a las voces negras, para aprender mejor cómo sumar nuestras voces a ellas. -Catalina María Johnson

Para muchos de nosotros, una de las ideas más difíciles de desenredar, es la que nos viene a la mente cuando pensamos en la imagen de lo “negro” y la inminente carga evocativa que se descuelga en cuanto escuchamos la expresión “ negro, negra.” En este juicio hay una presuposición que nos aleja de ese punto común o no tan común, y se tiende a subrogar, preponderar y poner al hombre o mujer negro/a en un lugar específico dentro del imaginario que llevamos incrustado dentro; pero ¿Cómo suponemos el origen y la suerte de las personas?, ¿dónde ponemos estos cuerpos, y por qué?, y más importante aún: ¿dónde nos ponemos a nosotros mismos cuando hacemos esto? Es por eso que al contemplar el momento en que vivimos, enfocamos nuestra atención y le damos relevancia a las voces negras, tan urgentes e importantes este 2020, es por eso también, que en contratiempo releemos, nuestro propio “mundo crudo medio salvaje” escuchamos atentos, abrimos el espacio, sentimos y tratamos de abrir bien los ojos, para no adelantarnos a cualquier conclusión equivocada. “Mundo crudo medio salvaje” “Raw half-savage world” del libro: Playing in the dark, de Toni Morrison.

-Miguel Marzana

¿Qué significa “voces negras”? Precisamente ese pensar e interrogar la voz desde un color, desde una sinestesia que une lo auditivo con lo visual, nos obliga a pensarla no solamente en su dimensión sonora sino en otros aspectos de su materialidad que la instalan en un contexto, que dan cuenta de historias, hegemonías, formas de entrenar la mirada y también de mutilarla. Decir “voces negras” es reentrenar el ojo, no necesariamente para que diga un color, sino para que dé cuenta de un punto ciego en su mirada: ¿qué nos proponemos ver cuando decimos “negras”?, ¿qué nos proponemos no dejar de ver?, ¿de qué queremos hablar y por qué? Decimos “voces negras” para pensar la voz, las voces, no como eventos aislados, sino como un entramado de relaciones, modalidades afectivas y sensoriales que implican y cuentan historias: del cuerpo y cómo dice su verdad, su dolor y su miedo; del cuerpo cuando marcha como forma de liberación y protesta. Decir “voces negras” es reflexionar sobre los múltiples significados y cargas que se evocan en ese adjetivo cromático, en ese color que se dice a coro para afirmar que la voz tiene color porque tiene historia, porque es parte de un entramado de relaciones de poder y está inserta en una historia de injusticia y violencia. Si la sinestesia es una herramienta para ejercitar y maximizar las capacidades mnemotécnicas y, por lo tanto, expandir la capacidad de hacer memoria, nada más oportuno que unir aquí voz y color para que la voz recuerde su historia y su contexto; la forma en que anda, camina, sueña, se suelta, se junta, marcha, protesta, lucha, se vincula. Desde esta sección intentamos hacernos preguntas como las siguientes: ¿Cuáles son los ejercicios de memoria que podemos hacer?, ¿cuáles son los ejercicios que podemos hacer para hacer memoria, expandirla, escribirla, darle voz y un cuarto propio en nuestra escritura?, ¿cómo ennegrecernos la voz en un contexto en el que el discurso normalizado y dominante es blanco?, ¿cómo podemos “marchar” en el lenguaje, en la escritura?, ¿de cuántos actos de rebeldía y liberación es capaz una mirada? -Silvia Goldman

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VOCES NEGRAS

Voces Negras contratiempo

Arte: Amado Martínez Lebrón

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espiramos todos juntos o nos asfixiamos todos. En contratiempo tenemos un compromiso con el movimiento Black Lives Matter. Poner en duda la importancia de este movimiento reivindicativo sería un disparo al centro de lo que nos reafirma a nosotros mismos, a la armonía de nuestra pluriculturalidad. Poner en duda la fuerza del gen africano en nuestra cultura sería ponernos una rodilla en la nuca a nosotros mismos. Nuestra herencia africana es uno de los ingredientes principales en el arte de resistir, cuando tienes que convencerte día a día que no te puedes permitir morir, y menos si llevas contigo un mensaje milenario que tienes que dar, un mensaje que viene desde nuestra cuna como humanidad, un mensaje que ha sobrevivido en forma de guaguancó, de candombe, de cimarronada, del palenque infinito que mora en nuestros corazones: nadie está por encima de nadie, y si me vas a someter, sobreviviré a los tiempos y regresaré convertido en millones de Yangas, si la memoria de Tupac Amaru II nos permite la licencia. En contratiempo queremos reafirmar que la comunidad latina no necesita de un tercero mainstream anglosajón para comunicarse con nuestras hermanas y hermanos de la comunidad afroa-

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mericana. De donde venimos, de donde vienen nuestras madres y padres, no necesitamos de ese interlocutor que ha intentado malograr nuestro diálogo fluido y natural, no necesitamos usar su protocolo quebrado para entendernos entre nosotros, ese protocolo quebrado anglosajón que torpemente ha querido imponer su código. Ya nadie es el patrón de nadie. Por esto, y por más, queremos celebrar el las voces negras editando a artistas, poetas, intelectuales, escritoras, escritores, agitadoras y agitadores del pensamiento negro norteamericano, para que compartan con nosotros su arte, para que nos conectemos más profundamente, para que prestemos atención a lo que nos puedan enseñar, para que nuestra conversación nunca deje de ser fluida. Para que nuestras puertas y ventanas siempre estén abiertas. La vidas negras no sólo tienen importancia, sino que son esenciales para la expansión de nuestro acervo cultural. Esperamos que en un futuro cercano celebremos Juneteenth como debe ser: un día feriado nacional. Amado Martinez Lebrón es mitad boricua y mitad quisqueyano, historiador, artista plástico, gráfico, visual y editor. Escritor e ilustrador.

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Saber hablarle al fuego Tracie Hall

Foto: Papa Joseph Sanders entre dos de sus hijas, cortesía de Tracie D. Hall

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n la última semana he pensado mucho en

que quería era llorar, le decía, ‘Adelante, llora’.

mi bisabuelo Joseph, a quien solamente vi

Después de que habían gritado o llorado, Papa Joe co-

en una ocasión, cuando él tenía 101 años de

menzaba a hablar con la parte del cuerpo donde estaba

edad y yo unos 5.

la quemadura y le hablaba al fuego para sacarlo de allí.

Hace un par de años en una reunión familiar algunos de

A veces hablaba con el fuego tan quedito que no se le

mis parientes mayores lo recordaban y una me dijo, “Tú

podía escuchar, y a veces le hablaba con fuerza, directa-

sabes, Papá Joe podía hablar con el fuego”. Los demás

mente. Y le decía al fuego que se fuera, y que dejara libre

asintieron con la cabeza.

a la piel. Y le decía a la quemadura que ya no tenía que

“¿Que hablaba con el fuego?”, dije.

aferrarse al fuego si no era necesario, y que ya era hora

“Sí”. Mi tía abuela siguió con el relato, “Tú sabes que

de comenzar a sanar.

en ese entonces, no había hospital allá en Luisiana

¿Y sabes qué? A veces la gente se aferraba al fuego y ya la

que atendiera a los negros, por lo que si alguien sufría

piel nunca les quedaba bien.

quemaduras graves, llamaban a Papá Joe y él venía y le

Pero cuando lograban que la piel dejara ir al fuego, algu-

hablaba al fuego y se lo sacaba del cuerpo a la persona.

nos sanaban tan bien que no se podía ver donde había

“¿Y eso cómo lo hacía?”, pregunté.

habido quemaduras”.

“Bueno”, dijo mi tía abuela, “hablaba con la persona que había sufrido las quemaduras y le preguntaba cómo se sentía. Si la persona sentía ira por la quemadura y quería gritar, les decía, ‘Adelante, grita’. Si le dolía tanto que lo

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Tracie Hall es trabajadora cultural y Directora Ejecutiva del American Library Association. Traducción: Catalina María Johnson.

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VOCES NEGRAS

Estamos lejos de ser bendecidos Tara Betts

Para Bob Unanue Oh nieto de inmigrantes fresco en un traje azul, mientras parado en el césped de la Casa Blanca ignoras a un presidente que deportaría a tu abuelo. Tu abuelo entendió oraciones cálidas viven en ollas familiares, quienes saborean pequeños pedazos de hogar

Ilustración “Senza Titolo” por Gianluca

para llenar vientres y pensamiento, déjame abastecer los estantes de las tiendas de comestibles, nutrir cada sonrisa que crece nuevos dientes

mientras niños son arrojados en jaulas y desaparecen. Que las orejas de lata sean los pozos para tus súplicas.

para niños lejos y cerca de casa. Dices que hay que construir, rezar, prosperar Imaginó familias batiendo la olla de lo familiar donde comienza Goy como “oi” y termina con una bocanada de

como las personas que almacenan tus conservas y gastan dólares para comer su camino hacia otro día.

“a” en ángulo como “uh” pesado como una diosa africana envuelta en púrpura y huracanes, Oya recuerda todas tus palabras como Goya repitiendo “¡Goyaway, ya basta!” Si tu abuelo escucha esas palabras mientras la gente se aleja de los gandules y el adobo,

No logras construir, rezar, prosperar. Destruyes, maldices, ignoras. No entiendes que si tu gente no está bendecida tampoco tu lo estas? Volviste cada etiqueta de Goya en una maleficio quítate el mal de ojo mientras puedas

y esquiva la sazón teñida, y otros regalos que se asientan y desaparecen en las ollas. Espero que el líder que alabaste apile los ladrillos de tu destino,

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Tara Betts es autora de “Break the Habit”, “Arc & Hue” y “Refuse to Disappear”, próximo a publicarse. Además de su trabajo como artista docente y mentora de poetas jóvenes, Tara Betts ha enseñado en varias universidades, incluyendo Rutgers University y University of Illinois-Chicago. Traducción: Miguel Marzana contratiempo

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Etnias Kianny Antigua

Mientras estuve casada con el argentino (ese al que mi papá quería porque, a pesar de ser un boludo, iba a mejorar la raza), hicimos un viaje a mi país natal. Allí, insertados en un hotel (costeado por mí), se me acercó un Sanky: —Vaya morena, ¡a ti sí que te ha ido bien! Esa noche, con más de una cerveza en la cabeza, decidí varias cosas: no aguantarle más abusos a mi esposo (total, no mamaba); me divorciaría, aunque ese perro se quedara sin papeles; y no me iba a desrizar más, así y de una maldita vez, le partiría el culo al colonialismo. Publicado en: Extracto (Microcuento. Santo Domingo: Ed. Nacional, 2015)

Kianny Antigua es escritora y traductora de la República Dominicana. Trabaja como profesora titular en Dartmouth College (New Hampshire, EE. UU.). Ha publicado trece libros de literatura infantil, cuatro de cuento, dos poemarios, una novela, una antología, una revista y un libro de microrrelatos. Ha ganado dieciséis premios literarios y sus textos aparecen en diversas antologías, libros de texto, revistas y otros medios. Algunos de sus relatos, además, han sido traducidos al italiano, al francés y al inglés.


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Pareces buen tipo, pero... Ramon Smith

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n sexto grado recuerdo mirar al otro lado del aula a una hermosa niña que acababa de transferirse a mi escuela. Tenía el pelo largo, negro y acentuado con grises prematuros, piel aceitunada y una sonrisa que iluminaba todo el salón. Rápidamente comencé a correr la voz de que iba a pedirle que fuera mi novia. La noticia llegó a los oídos de su hermano mayor, a quien había conocido previamente por amigos en común. Él, entendiendo que cuidaba a su hermana, decidió dejarme saber qué pensaba de mis intenciones. Recuerdo sus palabras: “Sé que te gusta mi hermana y pareces buen tipo pero ... ¡eres negro!” Sin ira, ni disgusto, ni aversión en su voz. Solo una simple declaración que me dejaba saber sus sentimientos al respecto. ¿Les cuento un poco sobre mi infancia? Nací en Chicago y a los dos años mi familia decidió mudarse a Puerto Rico. Mi abuela se iba de vacaciones familiares y amaba tanto la isla que decidió radicarse allí permanentemente. Mi familia estaba compuesta por mi abuela y sus hijos: tres hembras y dos varones; mi madre era la del medio y estaba en la universidad al momento de la mudanza. Más tarde, cuando se graduó, se unió a nosotros. Mis padres nunca quisieron casarse y mi papá decidió quedarse en Chicago, lo que significó que fue prácticamente inexistente en mi vida. Después de luchar para salir adelante, mi madre recibió una gran oportunidad OTOÑO 2020

de empleo y tuvo que mudarse a otra ciudad para estar más cerca del trabajo. Alquiló una casa, compró un auto nuevo y me inscribió en una escuela militar. Ella esperaba que esto último reemplazara la figura paterna que necesitaba para crecer y tal vez me infundiera algo de sabiduría y disciplina. De si funcionó, es una historia para otro momento… Ahora, volviendo a la historia original: Cuando el hermano de la niña pronunció esas palabras, realmente no me molestó porque no creo que fuera consciente de lo que verdaderamente quería decir. Era como si hubiera dicho: “vives demasiado lejos”, o algo así. Es que dejé Chicago a los dos años y no me habían dado un sermón formal sobre el racismo. Que yo recuerde, nunca hubo un discurso de desigualdad racial en casa con mi familia cuando era joven. Más tarde entendí que mi familia estaba compuesta de negros, mexicanos, blancos, etc., así que creo que vi la mezcla como algo normal: personas distintas que se unían por amor y creaban una nueva vida. Entonces, en la escuela, al aprender la historia de Puerto Rico y el origen de su gente, aprendí que eran una mezcla de personas de diferentes países (españoles, africanos y taínos), y nunca pensé en cómo se unieron estas personas y cómo se sentían unos con otros. Nos enseñaron la historia como algo simple, y así es como lo vimos, sin preguntas sobre la esclavitud, el genocidio, o la vida después de la esclavitud. ¡Éramos una gran familia feliz! Pero a medida que iba creciendo, la inocencia comenzó a desvanecerse, ya que era evidente que había más de lo que se veía a simple vista. Después de graduarme de la universidad, decidí regresar a Chicago para seguir la carrera en actuación. Empecé a trabajar de barman en un bar de propietarios negros; no fue intencional, sino que fueron los primeros en contratarme después de presentar la solicitud en muchos otros lugares. En los años que trabajé allí, fui educado en nuestra historia real como

personas negras en este país. Los libros de historia en la escuela parecían cuentos de hadas en comparación con lo que aprendí; ¡Ahora estaba expuesto a la matriz de mi desarrollo! A medida que pasaron los años, comencé a ver cada vez más cómo nos veían en Estados Unidos, tal vez no tanto por experiencias personales sino mirando y aprendiendo de otros en la historia y el presente. Recuerdo haber contado la historia del sexto grado ya adulto, y tuve que reírme, ya que Puerto Rico es un verdadero crisol, con gente que es una mezcla de diferentes países y, por lo tanto, sin negros, blancos ni nativos. Puede que haya diferentes tonos de tez, sí, pero todos son una sola persona, una cultura. El muchacho de la historia, con su mente cerrada, dijo lo que dijo creyéndose algo que no era: blanco. Es como ser un niño interracial y sentir que eres mejor que tus hermanos porque tienes una tez más clara. Lo que no sabía es que si su familia se hubiera mudado a Estados Unidos, habría vivido el otro lado del racismo. Una de las cosas que aprendí al regresar a Chicago es que en Estados Unidos hay una cosa llamada “segregación” que no ha permitido que este país se convierta en un solo pueblo, una cultura. Estados Unidos está lleno de personas de diferentes países que se consideran estadounidenses porque nacieron aquí o se les permitió hacerse ciudadanos. Este país se cree un crisol de culturas, pero realmente es como una cena congelada: cada tipo de alimento en su propio compartimento. Es lamentable ver que muchos luchan duro para mantenerlo así, porque mientras eso sea cierto, nunca habrá un verdadero rostro ni raza estadounidense.

Ramon Smith es actor, comediante y productor en la ciudad de Chicago. Es miembro del colectivo del Teatro Aguijón y cocreador de Mr. and Mrs. Smith Comedy. Traducción: Miguel Marzana contratiempo

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Arte: A. Martínez, “What if instead…” (for Minority Threat) 15” x 15” técnica mixta sobre papel.

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La improvisación más larga A. Martínez El significado se ha caído de las palabras. Me asomé al espejo del baño a través del vapor vacilante, lo limpié, para exponer un rostro esperado, diferente. El colchón comenzó a ahuecar mi cuerpo como un ataúd suave, en el más silencioso momento de la mañana, cuando los ojos yacen planos e incluso se hunden dentro del cráneo las comisuras de la boca se estiran unilaterales hasta tocar las paredes. Yo, tan plana los ojos abiertos hacia atrás. Extremidades tendidas, la improvisación más larga, nosotros yacemos juntos, cadáveres. Un mapa. Un amanecer vacío se congela por sobre el humidificador, zumbido e ira.

A. Martínez, poeta, artista visual, madre, gestora artística y comunal afincada en la ciudad de Chicago. Recibió en el 2009 su BFA en el School of Art Institute of Chicago en Writing Program. A. Martínez ha publicado trabajos en LVNG Magazine, y publicará un plaquette con poemas y dibujos, Turn, en el 2020. En su trabajo se explora la identidad, la memoria, la espiritualidad y el cuerpo. Traducción: Miguel Marzana. OTOÑO 2020

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Arte: Ximena Gordillo


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Land Mouth - Todas las aguas corren Imani Elizabeth Jackson

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errance Hayes dijo que el agua no tiene ni meta final, ni ambición. Es puro procedimiento. Asimismo, nuestro arte poético se hace más evidente en el procedimiento y en la práctica; nuestra poética debe ser líquida. Y Toni Morrison por su parte dijo: Al río Mississippi lo enderezaron en ciertos lugares para construir casas y crear terrenos habitables. De vez en cuando el río se desborda e inunda esos lugares. “Inunda” es la palabra que usan, pero en realidad el río no está inundando; está recordando: el río recuerda donde solía estar. El agua tiene una memoria prodigiosa, y trata siempre de volver donde estuvo alguna vez. Así también somos los escritores: recordamos lugares donde estuvimos, cuál valle atravesamos, cómo era la orilla de los ríos, qué tinte tenía la luz, y por dónde iba el camino de regreso al origen. Esa es la memoria emocional - lo que recuerdan los nervios y la piel, y su apariencia. Y ese torrente de imaginación es nuestra ‘inundación’. Por azares de la conquista, a veces coinciden los nombres de barcos y lugares. Lo mismo sucede con los tipos de embarcaciones y las personas; por ejemplo, la palabra “slaver” (esclavista), que identifica tanto al que se dedica a la trata de esclavos como al barco que los transporta para su comercio. La palabra también sugiere la boca, puesto que su otra acepción se refiere a la saliva, cuando nos chorrea de la boca. Una suerte de breve chorro corpóreo. El primer barco negrero o de esclavos que se construyó en lo que más tarde sería Estados Unidos fue el Desire (Deseo), en Marblehead, Massachusetts. Brenda Quant lo menciona en su ensayo sobre los llamados caminos del deseo, los senderos que evidencian la erosión causada por los humanos u otros animales con sus pisadas. El barco negrero Desire, escribe Quant, no realizó su viaje inaugural con el vientre vacío. Navegó desde Nueva Inglaterra a las Indias Occidentales cargado de pescado seco, ron de Boston e indios pequot. Las milicias de Massachusetts y Connecticut masacraron un gran número de pequots; de los sobrevivientes, la mayoría de las mujeres y los niños permanecieron en Nueva Inglaterra como esclavos, y los que fueron transportados a las Indias Occidentales Británicas corrieron la misma suerte. Fue así como, en lugar de los africanos, fueron los nativos ameri-

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canos los que terminaron a bordo del primer barco de esclavos construido en el futuro territorio estadounidense. La travesía fue en 1637 y regresó siete meses después trayendo algodón, tabaco y africanos esclavizados de las Indias Occidentales Británicas. En los registros no figura el destino que tuvieron los africanos, aparte de que fueron vendidos después de desembarcar en Boston. William Pierce, el capitán del barco negrero, había trocado a los indios pequot por los bienes y esclavos, práctica común durante los años de la Guerra Pequot. El nombre original de Marblehead se deriva del río más cercano, el Massebequash, que corría entre dicho asentamiento y Salem. Era el hogar de los naumkeag, parte de la federación de Pawtucket. De 1615 a 1619, y más adelante en 1633, la tribu fue devastada por epidemias, supuestamente de viruela, aunque no se sabe con certeza. He leído que los restos de algunos naumkeag aún se guardan en la municipalidad. ¿Cómo se distingue una reliquia de un trofeo? En el año 1684, los herederos de Nanepashemet, quien gobernara la federación de Pawtucket, cedieron sus tierras a los blancos. La escritura también está en exhibición. En algún momento, Massebequash fue rebautizada Marblehead, ya que los colonos confundieron el granito del suelo con mármol. Se dice que allí nacieron la armada de los Estados Unidos y el cuerpo aéreo de los marines, aunque se disputan ambas aseveraciones. Actualmente Marblehead es una ciudad primordialmente residencial donde muchos de sus habitantes se desplazan diariamente a Boston, Lynn y Salem a trabajar. Algunos residentes de Nueva Inglaterra veranean allí. Hoy por hoy me es imposible localizar el río Massebequash en el mapa de la ciudad. Imani Elizabeth Jackson es una poetisa que utiliza el texto, la actuación y la comida. Sus escritos aparecen en Flag + Void, HOLD, Triple Canopy, Apogee, y en otros espacios, y ha sido artista residente en F4F, Antenna/Paper Machine (con S*an D. HenrySmith), y ACRE. Imani también es miembro del colectivo editorial de Poetry Project y coorganiza Chicago Art Book Fair. Traducción: Moira Pujols y Luchi Oblitas-Feuerstein

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La ilustración es de Damon Locks realizada especialmente para acompañar este poema

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Con todo lo que tenemos Damon Locks

Vivimos en ritmo Y amor con devoción Nuestro alcance se extiende A lo que sabemos Lo que está claro Enfoque preciso Mantenlo cerca Sin aferrarnos al pasamanos Tema del relato Nadie lo conoce igual de bien Documenta y preserva Aunque para nadie más Que el próximo en la fila Cuerpos en lucha Ilegibles, ocultados, desaparecidos Perdidos y destruidos Quemados en el tiempo Queda la liberación Punto de nuestro enfoque Avanzamos Con todo lo que tenemos Precarios Con el corazón destrozado En este momento Transmitido en vivo digitalmente ¿Qué es el tiempo? Cuerpos en lucha

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Desenredando el aire Tóxico Con las mandíbulas firmes Imposible de descifrar Inmedible lo cáustico La niebla oculta Temas del relato Abriendo paso a través del ardor En el lenguaje unísono Varias historias se dan a la vez Varias líneas se dibujan a la vez Enlace compartidos conectados en la acción Queda la liberación El punto Vivimos en ritmo Y amor con devoción Avanzamos Con todo lo que tenemos Y todo lo que tenemos Contigo Damon Locks es artista visual, educador, vocalista, músico y DJ. Recibió su BFA de The School of the Art Institute de Chicago. Es artista docente con el programa SPACE – School Partnership for Art and Civic Engagement a través del Museum of Contemporary Art. Su conjunto musical, Black Monument Ensemble, se ha presentado en el MCA, Garfield Park Conservatory y el Chicago Cultural Center. Es portador de multiples premios, becas y subvenciones tales como Helen Coburn Meier and Tim Meier Achievement Award in the Arts (2015), Chicago Artists Coalition MAKER (2016), Soros Justice Fellowship (2017), 3Arts / Reva & David Logan Foundation (2019). Traducción: Catalina Maria Johnson

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El pincel adolescente: Zora Johnson Andrea Ojeda

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onozco a Zora desde que se hizo amiga de mi hija en el quinto grado. A lo largo de los años, pasando por la secundaria (middle school) y hasta ahora en su último año de preparatoria (high school), su amistad ha crecido hasta volverse casi hermanas. Ambas son las menores de tres hijos y ambas tienen dos hermanos varones mayores. Ambas aman la danza y han bailado juntas desde en incontables obras musicales de la escuela (en el Rey León Zora era una leonesa y Julia una hiena), hasta los múltiples Tik-Toks que graban en su teléfono cuando van al baño juntas en la escuela. Conozco a la familia de Zora y a sus notables padres, académicos ambos, de quienes he aprendido infinidad de cosas sobre la cultura afroamericana, sobre feminismo, sobre la lucha social, sobre la ropa vintage y sobre la cocina de Luisiana. Pero hay algo que no conocía y que descubrí recientemente, por esto de la pandemia, y es que además de todos los atributos que tiene Zora (porque me faltó mencionar que es una estupenda estudiante), además es una gran artista. Al principio de la cuarentena se juntaban a pintar, mi hija y Zora y otra amiga cercana, y ahí percibí la facilidad con la que ejecutaba sus dibujos y escogía los colores. Luego, porque siguió el encierro y ella siguió pintando más y más, vi publicaciones de su mamá en facebook donde compartía algunas de las cosas que Zora acababa de pintar y me maravillé enseguida. ¡Se veía todo tan auténtico y tan profesional!. De manera que cuando empezamos a juntar material para nuestra edición de la revista dedicado a las voces negras, inmediatamente pensé en Zora. Me tomó mi tiempo, no tanto convencerla de participar sino tener que estar endilgando cada dos tres días para que me mandara cosas, pero finalmente lo logré y aquí lo paso a compartir con ustedes. Una voz genuina de una artista emergente, su visión, su arte. ¿Cómo te llamas y dónde naciste? Zora: Me llamo Zora Johnson y nací en Rochester, New York. Tengo 16 años. C: ¿Cuándo empezaste a pintar? Z: De niña fui a una primaria enfocada en artes y ciencia, así que he pintado toda mi vida. A mi papá también le gusta mucho, así que seguido pintamos juntos. C: ¿Crees que la pandemia y el encierro han provocado más creatividad? ¿Cuál es tu medio favorito?

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Z: ¡Definitivamente! Cuando empezó la cuarentena fui a comprar material para pintar y no he parado desde entonces. Mi medio favorito es el acrílico. C: ¿Cómo te han afectado los eventos recientes y el movimiento Black Lives Matter personal y artísticamente? Z: Con mis padres en casa siempre hemos mantenido estas conversaciones así que para cuando el movimiento cobró tanta atención, a mí no me afectó. Lo que es curioso es que yo siempre he hecho retratos de gente negra, pero últimamente me ha dado por incorporar más y más retratos de gente que no se ve como yo; salir de esa zona de confort C: ¿Me puedes hablar un poco de los símbolos que dibujas en algunas de las caras que dibujas? Z: Quería un poco emular los tatuajes faciales que se usan en África, pero en realidad no tienen ningún significado tribal. Sólo me gusta cómo se ven. C: Sé que tus padres se consideran “afrocentristas” ¿te consideras tú también, y qué significa eso para tí? Z: Sigo tratando de familiarizarme con el concepto. Mis padres, a mi edad, estaban tratando de encontrar su identidad. Pero ellos crecieron en comunidades predominantemente negras, mientras que mi caso es diferente pues yo he crecido en comunidades más… diversas (por no decir más blancas). Es así que es diferente para mí. C: ¿Cuales son tus planes o sueños para el futuro? Z: No tengo un plan fijo. Me gusta pintar pero me gustaría ir a la universidad a estudiar negocios, porque el arte puede ir conmigo a donde vaya. También me gustaría hacer algo relacionado con la danza.

Andrea Ojeda es escritora y actriz, admiradora del arte y miembro del consejo editorial de contratiempo

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Belkys Ayón Andrea Ojeda

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l Chicago Cultural Center, además de ser uno de los edificios más hermosos de Chicago, es una institución cultural de gran envergadura que promueve arte, gratuitamente, hacia toda la población. Es gracias a instituciones como ésta que el público en general tiene acceso a artistas y corrientes de todo el mundo, alimentando así de manera amplia y positiva el nivel y bienestar cultural de nuestra comunidad. Lamentablemente, sus puertas cerraron en marzo de este año por motivo de la pandemia de coronavirus y con ello, se cerraron al público de nuestra ciudad las oportunidades de apreciar varias exposiciones que ahí se presentaban en ese momento. Entre ellas, y una de las más interesantes y comprensivas que yo he visto en ese recinto, fue Nkame, de la artista cubana Belkis Ayón. Por supuesto que nada supera a la experiencia misma de estar frente a un cuadro imponente en la sala de un museo, pero al menos podemos mostrarles a través de nuestra revista, algunas imágenes de la obra de Ayón para deleite de nuestros lectores. Aquí la reseña que escribí al respecto el día de la apertura: A partir de febrero 29 y hasta el 24 de mayo, vecinos chicaguenses de todas las edades pueden aprender y dejarse maravillar por el arte de la artista y grabadora cubana Belkis Ayón (La Habana, 1967-1999) a través de la exposición titulada Nkame, curada por

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Cristina Vives. Ayón, quien se dedicó durante toda su carrera plástica primordialmente al grabado, decidió basar su contenido en la sociedad secreta Abakuá, original de la región del Calabar (actual territorio de Nigeria) y llevada a Cuba por los esclavos africanos durante los siglos XVIII y XIX. Esta sociedad, o hermandad mejor dicho, fue creada por hombres y para hombres, estigmatizando y segregando siempre a la mujer. El único componente femenino en Abakuá es la presencia en su iconografía del personaje Sikán, joven princesa acusada de traición y condenada a muerte por su gente. Aunque al final ella misma no muere (brindando aún más toques de magia y poderes sobrehumanos al personaje) la historia en sí deja muchas interrogantes en el escucha, no faltando oportunidad de preguntarse por los motivos misóginos de esta condena, tanto dentro de la mística como dentro de la misma religión. Pero en el arte de Belkis Ayón es claro que ese es el personaje al que gravita primordialmente, haciéndola (en todas sus representaciones simbólicas) parte central de muchas de sus piezas. Otro de los componentes más fascinantes de su obra es el tipo de grabado que utiliza, llamado colografía, en donde en vez de grabar directamente en una superficie, utiliza otro tipo de materiales (lija, papel, hasta cáscaras de verduras) que monta en una superficie de cartón y luego cubre con tinta

para pasarlos finalmente por la prensa habitual del grabador. Su trabajo sin embargo es a gran escala, teniendo que producir varias piezas pequeñas y uniéndolas después lado con lado hasta formar una mayor. El resultado es espectacular ya que, además de todo, ella opta por el uso de negros, blancos y grises en lugar del color, permitiendo que el espectador aprecie el cómo se logran todas las distintas tonalidades de esa paleta, fundamentalmente a través de las distintas texturas usadas en su realización. Lamentablemente para el mundo del arte y quienes lo apreciamos, Ayón se suicida en La Habana en 1999, después de haber tenido una gira exitosa por Europa. Tal vez el dolor y la amargura, el martirio y las acusaciones reconocidos en muchos de sus cuadros, sean claves para entender su muerte, aunque dudo que podamos hacerlo del todo. Nos queda sin embargo su extensa obra salvaguardada por su familia y que ahora, gracias al deshielo de las relaciones cubano-americanas promovido por el presidente Obama en marzo del 2016, podemos ahora apreciar en nuestro país.

Andrea Ojeda es miembro del consejo editorial de contratiempo

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MIRADA CÓMPLICE

Añoranza Collograph 1998 200 x 142 cm Collection of the Belkis Ayón Estate

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La Cena Collograph 1991 138 x 300 cm Collection of the Belkis Ayรณn Estate

Nlloro Collograph 1991 215 x 300 cm Collection of the Belkis Ayรณn Estate

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MIRADA CÓMPLICE

Sikán Collograph 1991 202 x 138 cm Collection of the Belkis Ayón Estate

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Programación multilingüe ampliada en español y cantonés.

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Programa radial en cantonés Domingos 3-4pm

Contratiempo Radio Programa radial en español Domingos 9-10am Retransmisión martes 11-12pm

Programas de formación

Aprende a producir contenido de radio, reportajes, entrevistas, edición de audio y mucho más.

Este proyecto está patrocinado por el Media & Storytelling Program, una iniciativa de la Field Foundation of Illinois financiada por la MacArthur Foundation y la subvencion de Democracy Program de la Robert R. McCormick Foundation proporciona un importante apoyo adicional a Lumpen Radio para este programa.

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VOCES NEGRAS

Enhorabuena Stephanie contratiempo

L

a labor cultural de Stephanie Manríquez a favor de nuestra ciudad es tan extraordinaria y extensa que no se puede ni describir ni contabilizar fácilmente. Ya sea como escritora, periodista, docente, productora de programas radiales, cofundadora del Festival de Música Electrónica Latinoamericana o activista social, ha dejado una huella permanente en un sinfín de ámbitos culturales locales, nacionales e internacionales. En contratiempo, desde el 2010, contamos con su presencia en el consejo editorial; a partir del 2017, inició y ha seguido coordinando, produciendo y desarrollado con gran éxito el OTOÑO 2020

programa radial semanal de contratiempo en Lumpen Radio. Nos enorgullece y nos complace enormemente poder felicitarla por el más reciente de sus logros: ser galardonada con el premio “2020 Leaders for a New Chicago”. El premio otorgado por The Field Foundation es una distinción que solo merecieron 11 personas este año.

¡Enhorabuena, Stephanie!

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Arte: Ximena Gordillo

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OPINIÓN

La codificación racial en términos de higiene durante el COVID-19 Jorge Montiel

L

as normas sanitarias derivadas de la cuarentena de COVID-19 están estructurando nuestra experiencia del espacio entre uno y otro. Si has visto películas o series de televisión anteriores a la pandemia, seguramente sentiste incomodidad de ver gente aglutinada o tocándose, ¡como si no pasara nada! Este sentido de incomodidad se debe a que proyectamos, a nivel perceptual, nuestra experiencia del espacio durante la pandemia. Nuestro sentido de incomodidad se da a nivel perceptual, que no incluye razonamiento lógico, sino que es el nivel más básico de la experiencia tanto propia como de los otros. Es también a este nivel, el perceptual, que nuestras relaciones raciales adquieren sentido específico en determinados contextos. Propongo aquí un análisis sobre el sentido que nuestras relaciones raciales adquieren durante la pandemia. Así como las normas sanitarias estructuran nuestra experiencia del espacio, nuestras relaciones raciales también adquieren sentido en términos sanitarios. De manera que nuestra experiencia perceptual del cuerpo del otro, tanto el cuerpo de tez oscura como el de tez clara, adquiere sentido en términos de salud y enfermedad. Lo que propongo es pues que la pandemia del COVID-19 está codificando, a nivel perceptual, los juicios de valor que dan sentido a nuestras relaciones raciales en términos de higiene. A ocho meses de la pandemia, empezamos ya a saber que COVID-19 no es una pandemia democrática sino discriminatoria, y que afecta principalmente a las poblaciones racialmente minoritarias en los Estados Unidos. A nivel nacional, la población afroamericana está muriendo a una taza 2.5 veces mayor1 que la población blanca, y la población latina está muriendo a una taza 1.5 veces mayor. En el estado de Illinois las cifras son similares. Mientras que la población blanca constituye el 62% de la población total, representa sólo el 32% de casos y el 45% de las muertes a causa de la pandemia. En contraste, la población afroamericana en Illinois constituye el 14% de la población total, pero el 21% de los casos y el 28% de las muertes. A su vez, la población latina en Illinois constituye el 17% de la población total, pero el 38% de los casos y el 21% de las muertes causadas por la pandemia.2 Estas cifras eran de esperarse. Estados Unidos, país neoliberal por antonomasia, carece de un sistema de salud estatal, lo cual explica, al menos en parte, la saturación hospitalaria y la escasez de recursos materiales y humanos para atender la pandemia. Al casi nulo sistema de salud hay que agregarle otros aspectos que hacen a las poblaciones racialmente

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minoritarias vulnerables ante COVID-19. Por un lado, estas poblaciones ocupan la mayor parte de los trabajos que, durante la pandemia, son considerados como “esenciales.” Los transportistas, los intendentes y las amas de casa, los cocineros, los carteros, los trabajadores de la construcción y, en general, la mayoría de las personas que no pudieron guardar la cuarentena en casa son de tez oscura3. Por otro lado, estas poblaciones son también las que mayormente carecen de acceso a servicios públicos básicos. La inseguridad alimentaria, por ejemplo, explica el que la población afroamericana y la población latina representen el 38% y el 32%, respectivamente, de los adultos que sufren de obesidad en los Estados Unidos, la cual es una de las principales causas de muerte por COVID-194. Las instituciones sociales de los Estados Unidos no sólo han sido incapaces de responder a la pandemia, sino que han creado poblaciones raciales artificialmente enfermas y, por tanto, vulnerables a la pandemia de manera desproporcionada. A todo esto, las autoridades sanitarias han inculcado en el imaginario social la idea de que las principales causas de muerte por COVID-19 son la vejez y comorbilidades como la diabetes y la hipertensión, estas últimas producto de la obesidad. Nos dicen que mientras la primera corresponde al ciclo natural de vida, las segundas corresponden a la responsabilidad personal. Es decir que las muertes de COVID-19 precipitadas por comorbilidades corresponden a una falta de responsabilidad personal y, en este sentido, a una falla moral. Por esta razón, el director general de salud pública, Jerome Adams, tuvo que salir a recordarnos, a afroamericanos y latinos, que debemos tomar la pandemia en serio. “Evita el alcohol, el tabaco y las drogas,” nos dice, “si no por ti, hazlo por tu abuela.”5 Las autoridades sanitarias reducen así las fallas institucionales a fallas morales, y las poblaciones mayormente afectadas por la pandemia terminan siendo las culpables de su propia enfermedad. Parafraseando a Ibram X. Kendi, director de estudios de antirracismo en la Universidad de Boston, bajo esta lógica, ser afroamericano o latino en los Estados Unidos es ser suicida.6 Las prácticas sanitarias están cambiando la manera en que https://covidtracking.com/race https://covidtracking.com/race/dashboard 3 ttps://cepr.net/a-basic-demographic-profile-of-workers-in-frontline-industries/ 4 https://www.cdc.gov/pcd/issues/2019/18_0579.htm 5 https://www.youtube.com/watch?v=BjNuiJXEw00 6 https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2020/04/race-and-blame/609946/ watch?v=BjNuiJXEw00 1

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Arte: Ximena Gordillo

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VOCES NEGRAS OPINIÓN

nos relacionamos tanto con nosotros mismos como con los otros. El trabajo desde casa, el aprendizaje a distancia, el distanciamiento social, el lavado de manos, entre otras, están redefiniendo nuestra experiencia del tiempo y el espacio. El trabajo y el aprendizaje a distancia, por ejemplo, están redefiniendo la manera en que concebimos la diferencia entre el espacio laboral y el espacio familiar. Más íntimamente, el distanciamiento social está redefiniendo nuestra experiencia del espacio a nivel corporal, en términos de la cercanía y la lejanía que establecemos entre un cuerpo y otro. De igual manera, no sólo nuestros horarios están cambiando el tiempo que pasamos en casa respecto al tiempo que pasamos fuera de casa, sino que la adopción de diferentes tecnologías empieza también a cambiar nuestros ritmos corporales. Ahora que la educación es a distancia, pensemos, por ejemplo, en las diferencias rítmicas entre la escritura sobre papel, la escritura tecleada y la escritura táctil. Es decir que las prácticas sanitarias durante COVID-19 están creando nuevos patrones de vida a los niveles más íntimos de experiencia y, por tanto, están redefiniendo la manera en que nos concebimos a nosotros mismos y a los otros en términos de higiene. La higiene, como la verdad y la falsedad, es un juicio de valor que da sentido a nuestras relaciones tanto con las cosas a nuestro alrededor como con los otros. El agua potable, por ejemplo, adquiere sentido en términos de higiene mediante la manera en que la usamos para limpiar nuestros cuerpos. Es importante que, aunque tendemos a concebir los juicios de valor en términos conceptuales, los cuales requieren razonamiento lógico, al nivel más básico, los juicios de valor informan nuestra experiencia perceptual, la cual no incluye razonamiento lógico. Después viene la reflexión ética a formular conceptualmente lo que vivimos al nivel de la experiencia. De modo que la incomodidad que sentimos de ver aglutinamientos o gente tocándose en películas y series de televisión anteriores a la pandemia se debe a que calificamos, a nivel perceptual, ese tipo de relaciones sociales como insalubres. Así, las practicas sanitarias durante la pandemia de COVID-19 están dotando a nuestra experiencia perceptual de juicios de valor en términos de salud y enfermedad. Nuestras relaciones raciales adquieren sentido determinado precisamente a nivel de la experiencia perceptual, e implican juicios de valor respecto al cuerpo de los otros. Percibir a un cuerpo de tez clara o a un cuerpo de tez oscura implica juicios de valor por medio de los cuales nuestras relaciones raciales adquieren un sentido determinado. Aunque los significados precisos de nuestras relaciones raciales cambian históricamente, es una constante que mientras el cuerpo de tez clara adquiere sentido en términos de suficiencia moral, el cuerpo de tez oscura adquiere sentido en términos de deficiencia moral. Así, mientras que el cuerpo de tez oscura adquiere sentido al vincularlo con la desidia, el libertinaje sexual o la criminalidad, por ejemplo, el cuerpo de tez clara adquiere sentido al vincularlo con la diligencia, la pureza sexual o la inocencia. Todo esto a los niveles más OTOÑO 2020

íntimos de nuestra experiencia perceptual. La distancia entre un cuerpo y otro, los ritmos corporales como el respiratorio o el ritmo de caminar y de hablar corresponden pues a los juicios de valor que dan sentido a nuestras relaciones raciales. Discursos de xenofobia y las políticas migratorias han codificado nuestras relaciones raciales en términos de criminalidad. Es decir que percibir a un cuerpo de tez oscura significa, antes de todo razonamiento lógico, percibir a un criminal. De ahí la brutalidad policiaca que vivimos en contra de las poblaciones afroamericanas y latinas en los Estados Unidos. Aunque estos juicios de valor no se oponen, e incluso coexisten en diferentes ámbitos de la vida social, la pandemia está reformulando el significado de nuestras relaciones raciales en términos de higiene. Las poblaciones racialmente minoritarias no sólo están siendo más afectadas por la pandemia, sino que, en el discurso oficial, la razón por la que están siendo más afectadas corresponde a una deficiencia moral. Es decir que las poblaciones afroamericanas y latinas no sólo son poblaciones enfermas, sino que además son las responsables de su propia enfermedad. Así como las prácticas de sanidad están creando nuevos patrones de vida a los niveles más íntimos de experiencia, así también están codificando nuestras relaciones raciales en términos de higiene a nivel de la experiencia perceptual. De modo que percibir un cuerpo de tez oscura significa, antes de todo razonamiento lógico, percibir a un cuerpo enfermo. Las emergencias sanitarias como la pandemia de COVID-19 crean nuevas políticas públicas, nuevos hábitos de higiene e introducen nuevas tecnologías, todas las cuales reformulan la manera en que nos concebimos tanto a nosotros mismos como a los otros. Al mismo tiempo, las emergencias sanitarias circunscriben el espacio social entre las poblaciones enfermas y las poblaciones sanas. Los hospitales, los manicomios, los guetos y las zonas de tolerancia son todas formas de circunscribir el espacio social en términos de salud y enfermedad. Es así como la población sana se protege de la población enferma. Dado que el cuerpo de tez oscura adquiere sentido durante la pandemia de COVID-19 como un cuerpo enfermo, y dado que nuestras relaciones sociales circunscriben el espacio en términos de salud o enfermedad, percibir un cuerpo de tez oscura significa también asignarle un lugar dentro del espacio social. En este sentido, las prácticas sanitarias durante la pandemia no sólo están reformulando los juicios de valor que dan sentido a nuestras relaciones raciales, sino que al mismo tiempo están redefiniendo la manera en que circunscribimos racialmente el espacio social en términos de higiene.

Jorge Montiel es poeta y estudia su doctorado de Filosofía en Marquette University. Se especializa en tres tradiciones filosóficas: la filosofía latina y latinoamericana, la filosofía decolonial y la fenomenología (especialmente la fenomenología husserliana) contratiempo

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Nuevos autores en Chicago Leonardo Gil Gómez & Emanuel Ayala

Creo que una hoja de hierba no es menos que el viaje – trabajo de las estrellas

Walt Withman

En Chicago, la literatura marcha al ritmo de la poesía, el cuento y la novela, en la oscilación de las palabras que desembocan de los distintos géneros, abrimos en contratiempo, unas páginas para esta generación de nuevas voces en la ciudad. En la búsqueda de una palabra que pueda significar y que pueda acoger a esta generación de nuevos escritores pensamos en distintos términos; por ejemplo, el diccionario define la palabra “novel” a lo que proviene de la inexperiencia, es por eso que al preparar esta entrega de autores más bien nuevos de Chicago repensamos lo que las palabras novel, nuevo y joven puedan tramitar en nuestras orejas y el entendimiento. En esta entrega de voces nuevas les presentamos un cuento de Leonardo Gil Gómez y tres poemas de Emanuel Ayala.

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EMERGENTES

Instantáneas

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:30 a.m. La aplicación del clima anunciaba frío como para suéter y chaqueta. Acercó el café recién hecho a su boca y, todavía en la cocina, hojeó el álbum recién llegado por correo. Cada página espoleaba el mismo pensamiento que lo acosaba desde hacía un año: ¿Dejarlo todo? La beca que los había llevado a Chicago era taxativa: no graduarse implicaba que el gobierno cobraría el dinero invertido hasta la fecha. Una pequeña mancha que atravesó el mesón y se detuvo cerca del álbum lo distrajo. Se inclinó y apretó los ojos, tratando de distinguir la mancha entre las vetas oscuras del mármol. La mancha corrió rumbo a la pared, y justo antes de que se perdiera por entre las junturas, la atrapó con un vaso de cristal. El movimiento, rápido y preciso, fue una victoria contra la naturaleza con la mano izquierda, pero un quemón con el café en la derecha y un reguero que tuvo que limpiar de inmediato, salvar el celular y ojalá algunas páginas del álbum. Julio. Grant Park, a orillas del lago. Llevábamos pocos días en la ciudad y las clases tardarían dos semanas en comenzar. Caminábamos con el despiste de los turistas. El Field Museum había puesto réplicas de hierro de los Guerreros de Terracota en lugares aleatorios del parque. En la foto, un grupo de guerreros tiene las manos en posición de llevar una lanza invisible; menos uno, al fondo, que las tiene recogidas frente a su cintura. Te recuestas contra él y sonríes. No es claro si le coqueteas al guerrero o a la cámara. Arreglado el desastre y con las gafas puestas, se inclinó una vez más frente al vaso de cristal. Las alas brillantes plegadas sobre el tórax, el movimiento de las antenas palpando los límites a los que la había confinado. Año nuevo. Selfie en Grand Street. Íbamos a ver los fuegos artificiales de Navy Pier, pero salimos tarde y el tráfico en el centro se había puesto imposible. Nos bajamos del bus y tomamos un par de bicicletas públicas para ver si alcanzábamos, pero nos dieron las doce pedaleando. Nos detuvimos en un punto que resultó privilegiado porque se podía ver la pólvora lanzada desde el Riverwalk. En la foto sonreímos. Detrás de nosotros, una familia que también hablaba español repite nuestros gestos, y más al fondo, una destello rojo inunda con su luz los edificios. Invierno. La foto es opaca y está fuera de foco, pero me gusta porque es la primera vez que hacemos angelitos en la nieve. Por esos días conocimos el frío, el dolor en las uñas, en el dedo gordo del pie, los labios y la nariz dormidos. 11:00 a.m. Otra notificación: tareas pendientes en la universidad. Se acercaba el fin de semestre y aún no empezaba a escribir sus ensayos. Calculó cuántos días tardaría en vomitar las 45 páginas que debía escribir. ¿Podría aguantar hasta el final, encerrada en el vaso sin agua ni comida hasta que él terminara? Primavera. Desayuno en el grill de Sussie, en Glenwood avenue. Recuerdo la sonrisa sádica con que Sussie me entregó el plato advir-

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tiéndome que tenía mucho picante. Miras por el ventanal, con cara de no haber encontrado lo que estabas esperando. Los labios apretados, las manos enrolladas bajo el cuello a la espera de un abrazo que quizá cambié por esta imagen. En primer plano, sriracha, salsa de tomate Heinz, los vasos de agua vacíos. Al fondo, un cartel con los horarios del lugar y otro que anunciaba Getting Out, la próxima obra del teatro del barrio. En la ducha se imaginó diferentes formas de matarla, pero en su mente escapaba tan pronto levantaba el vaso de cristal. Verano. Loyola Beach, a dos cuadras de casa. Poco más de un año después de habernos mudado habías decidido que este era tu lugar favorito de la ciudad. Allá ibas a masticar la rabia por el trabajo que no salía, la soledad a la que te invité, la vida que... Esta es una selfie extraña. Estás bocabajo sobre la arena, tu rostro apoyado en el antebrazo ocupa casi todo el encuadre; al fondo salgo yo, lo suficientemente lejos para caber de pie, contra el azul intenso del cielo, como alguien que pasa casualmente en el momento exacto. 1:00 p.m. El celular anunció que el avión acababa de aterrizar. Tenía el tiempo justo para llegar al aeropuerto. Ocho meses desde la última vez, ocho meses y muchos desencuentros. Improvisó un dique alrededor del vaso y vertió clorox hasta que el líquido empezó a filtrarse adentro. La distancia también es una medida de tiempo, pensó mientras veía la lucha del insecto con el líquido. Levantó el vaso, seguro de que escaparía, y la aplastó con el rabo de una olla. Limpió, botó el cadáver a la basura y se dispuso a salir. En la puerta chequeó una vez más: apartamento en orden, llaves del carro y celular en el bolsillo. Todavía tendría que explicar el álbum manchado, las pecas de cloro en la camisa como rastros de un crimen, el trabajo pendiente en la universidad. Invierno. En el faro de Loyola Beach. De nosotros solo se ven las puntas de los pies: tus botas cherry y mis botas marrón asomadas al borde del muelle, contrastando con el azul claro del lago congelado; láminas de hielo que parecen salidas de algún tipo de industria. En los cortes filosos y triangulares se puede apreciar el empuje del agua que no parece detenerse pese al frío polar. Es una de mis fotos favoritas.

Leonardo Gil Gómez. Nació en Bogotá, Colombia, 1985. Su primera novela, Celebraciones (Himpar, 2018), fue ganadora de la Beca para Publicación de Obra inédita del Ministerio de Cultura de Colombia en 2018. Ha publicado poemas, cuentos y artículos en diferentes revistas de Colombia, México, Brasil y Estados Unidos. Participó con imágenes y textos en el proyecto de creación colectiva Vidas de historia. Una memoria literaria de la Organización Femenina Popular (2016). Becario Fulbright y candidato a doctor en Literatura y cultura latinoamericanas en Northwestern University. www.lotofagica.wordpress.com contratiempo

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Insistente

Sin título

¿Y si de pronto huyeran el valor y el destino -como alas- de este pájaro que me lleva a los vientos o a la muerte? César Calvo

Quiero azul esa cotidianidad inevitable que se imita allá arriba donde las nubes coinciden

Has perdurado pájaro palabra no eres. Ya no. Perduras la repetición insistencia de vernos en tu espejo perchados al alambre del mismo sueño ese mismo alambre enciende la pantalla vemos la posibilidad del vuelo norte este sur… No te repito imito el coraje del llanto ya repetido.

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quiero azul de gratitud y el inalcanzable destino del sufijo er y claro las cosas se cultivan ya sea por mérito fatalidad ahora o antes de ser encandilado pero hay que suponer algo todavía me quiere aun después del vicio y errancia ese susurro restaura lo que encaminó la esperanza a la linde de lo inevitable. Vale la pena soñar todavía. Pedir perdón siempre valdrá la pena. En un cenícero azul desperté las cenizas de la omisión oscura.

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EMERGENTES

Claridad Una ruleta de incertidumbre se imprime en el pecho un pájaro metálico lamina su nido en el número cero mira hacia el horizonte no le dice nada mira los objetos que declaran lo que no conocen. Mira por mí hacia mí. Lo que desconozco sé enfrentarlo

Emmanuel Ayala, 1985 Chicago IL. No hay mucho que decir sobre uno mismo. La escuela fue la escuela. La vida es la vida. Prefiero el consuelo de los libros y del cine.

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Artes: Ximena Gordillo, Ciudad de México(2002) autora de “Asenso” y “desprendimiento”. Actualmente se encuentra en una etapa temprana de su proceso de formación artística e intelectual.

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Tres Poemas de Nilton Santiago Nilton Santiago

EL SEÑOR DE LOS RUISEÑORES Acaban de encontrar a otro niño inmigrante caminando sobre el mar.

originado con nuestras propinas. A esa misma

Minutos antes su padre, otro inmigrante, fue hallado dentro de una

hora, la abuela de Aylan le pone más agua a la

gran lágrima después de salir de una casa de empeños sin el viejo reloj

sopa mientras que su marido, un he-

de plata que le regaló su abuelo, un mago persa. Esa misma mañana,

rrero con una pata de palo, le ayuda

el hermano del mago persa fue detenido por dos policías que lo han

a limpiar el moho de las patatas que

apaleado hasta borrarle las huellas dactilares. Y todo para robarle los

unos europeos progresistas y de

pocos centavos que había ganado vendiendo chatarra. Parte de las

buen corazón les han regalado.

buenas prácticas policiales consiste en arrojar el pasaporte de estos dos

Anochece, pero no les dejan

hombres al retrete y arrestar a cualquier colibrí que se les cruce por el

soñar. A los nuevos inmigran-

camino para evitar que éstos vayan a recoger la sonrisa de Aylan, un

tes de este día les han prohi-

nuevo niño inmigrante que ha sido encontrado caminando sobre el

bido hasta enamorarse de las

agua. Los pájaros saben perfectamente que los peces pueden padecer

cooperantes ya que el amor no

de sed así que le han llevado al pequeño Aylan un pañuelo lleno de los

vende tickets para la función de

besos de su madre. Por su parte Galip, el hermano mayor de Aylan,

esta noche. Entonces, cuando el sol

yace en el fondo del agua porque ha oído que hay bichos en las profun-

abre su casa de apuestas y los teledia-

didades que generan su propia luz y que el único animal visible desde

rios han abierto ya su telón, todos suben

el espacio son los corales. Galip juega con hipocampos mientras que

a la barca que los llevará al fondo del mar. Esta

Aylan sueña, con su último aliento de vida, que está partiendo al espa-

mañana un nuevo inmigrante ha sido encontra-

cio en una nave hecha con piezas de Lego. La madre de Aylan acaba de

do etc. etc. etc. y por fin Galip ha empezado a

vender el anillo de oro que forjó su abuelo para intentar conseguir los

generar su propia luz bajo el agua para que Aylan

mil euros que le piden los traficantes. Mientras tanto, las televisiones

lo vea brillar desde el espacio, mientras conduce,

anuncian la enésima reunión de alto nivel entre varios lagartos de traje

entre las estrellas, su nave de Lego.

y corbata para intentar solucionar una guerra que ellos mismos han

Arte: Diana Solís, ‘Healing Odyssey’

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POESÍA

SOBRE EL PORQUÉ ALGUNOS PANDILLEROS SECUESTRAN BALLENAS

Es hora del desayuno y Balam Rodrigo y yo compartimos una gota de lluvia que alguien ha partido a martillazos.

No deja de llover y un perro zapoteca nos trae en el hocico un tren lleno de salvadoreños. No hablamos. El silencio sacude sus ramas, como si fuese un árbol que acaba de ser tiroteado al intentar cruzar una valla de equinoccios. Al sacudirse, el árbol nos ha mojado de rocío y ha hecho que varios peces caigan a nuestros cafés humeantes. Me acerco a él para pedirle fuego, aunque sé que él no fuma. Balam sonríe y saca de su bolsillo una estrella de mar que migra cada día de un bolsillo a otro, de un corazón a otro (por reparar). Su padre se la regaló hace varias vidas pasadas, cuando los quetzales sabían hablar y lloraban. Balam me pone la estrella sobre las manos y un nuevo tren lleno de salvadoreños cruza esta mañana fría.

Balam dice que jugaba al fútbol vestido de monje franciscano y que, en Chiapas, los pandilleros secuestran a las ballenas para enseñarles a pasar las fronteras con el estómago lleno de crack. No muy lejos de nosotros, la Mara Salvatrucha acaba de secuestrar a otra ballena centroamericana. Lo sabemos por la forma en la que lloran los peces –asustados– en nuestros vasos descartables de café.

Dos policías que nos oyen hablar nos dicen que los migrantes nacieron de la costilla de un perro zapoteca y no de las lágrimas de las ballenas.

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Balam les sonríe porque cree que los países no son más que pájaros en migración desde la creación del mundo. Balam cree que yo me río de los pájaros migrantes y que no me creo eso de que algunas ballenas duerman de pie.

Entonces se acerca a mí y me pide que cierre los ojos. En ese mismo instante aparecemos en Tecún Umán, Guatemala. intentando cruzar el río Suchiate.

Mi corazón es una estrella de mar que flota lejos de mí.

Nado para cogerla y, sin darme cuenta, llegamos al otro lado de la frontera. Una ballena jorobada que me ve cree que soy un pez que llora. No lloro, no, pero quizás sea verdad que soy un pez. Cuando alcanzo la orilla alguien me apunta con su chimba y dispara porque no llevo dólares americanos. Balam coge la bala en el aire y ésta se convierte en un quetzal de terciopelo. Cuando me lo enseña abro los ojos. Entonces veo que Balam Rodrigo está a lo lejos, mirando el vacío que nos separa. Aún no hemos acabado de desayunar ni hemos intercambiado palabra alguna. No sabe quién soy (ni yo tampoco). Sin embargo, hace siglos que ambos estamos muriendo porque siguen matando a los perros vagabundos con veneno para estrellas.

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POESÍA

LA ESCRITURA DE DIOS Fu Xi, el primer emperador chino, era mitad serpiente, mitad humano y mitad enigma. Cuentan que su madre lo concibió al pisar la huella de un gigante, tan grande como la lágrima de un pez. Fu Xi nació de un huevo así que desayunaba mariposas para aprender el arte del vuelo. Pero le resultó inútil: las nubes dormían sobre el suelo para no empañar las gafas de Dios. Una leyenda, citada por Wang Jia, cuenta cómo Fu Xi descubrió ocho trigramas sobre el caparazón de una tortuga que no paraba de llorar. Se cree que de esos diagramas oraculares surgió la escritura.

La escritura de la pobreza migra descalza en la mirada de un guatemalteco. La escritura de Wang Wei era el manantial de donde brotaba el rocío. ¿Pero cuál era la escritura de Dios? Mi padre me contó que en su pueblo los panaderos no sabían escribir pero cada mañana horneaban una nueva biblia de harina. Tampoco mi abuela podría haberse carteado con Fu Xi y mucho menos haber leído un tratado de melancolía, ya que la pobre apenas sabía deletrear su nombre.

Mi abuelo sí que escribía, con una pluma de su espalda, discursos para taxistas solitarios (cuando dirigía el sindicato de chóferes) pero eso no cuenta. Fu Xi se volvería a morir si se enterara que acaban de arrestar por “vandalismo” a una niña de 11 años por escribir su nombre en el cemento fresco de una acera.

Si estuviera viva mi abuela diría: “Ahí lo tienes: esa es la escritura de Dios”.

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Nilton Santiago nació en Lima, Perú, aunque reside en Barcelona hace varios años. En poesía ha publicado El libro de los espejos (II Premio Copé de la XI Bienal de Poesía, Lima 2003), La oscuridad de los gatos era nuestra oscuridad (Premio Internacional de Poesía Joven Fundación Centro de Poesía José Hierro, Madrid 2012), El equipaje del ángel (XXVII Premio Tiflos de Poesía, Visor Libros 2014), Las musas se han ido de copas (XV Premio Casa de América de Poesía Americana, Visor Libros 2015) y, finalmente, Historia universal del etcétera, con el que ha obtenido el Premio Internacional de Poesía Vicente Huidobro (Valparaíso Editores 2019).

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Seis poetas iberoamericanas en EEUU Roger Santiváñez

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eunidas en esta pequeña muestra de poetas iberoamericanas residentes en los Estados Unidos, están: Madeline Millán (Puerto Rico), Violeta Orozco (Mexicana). Ethel Barja Cuyutupa (del Perú), Silvina López Medín (Argentina) & las españolas Azahara Palomeque & Marta J.Sanchís. Todas ellas –talentosas creadoras- tuvieron la bondad de enviarme material inédito que aquí presento con el mayor gusto & agradecimiento. Les aseguro que será un disfrute. Siempre en poesía. Roger Santiváñez [Orillas del río Cooper. Sur de Nueva Jersey, agosto 2020]

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POESÍA

Caminantes Costilla rota del tiempo geológico, quiero ver otra vez los volcanes. Hueso quebrado de la duración, el polen enfermo no sabe a dónde ir. Cruzamos cuando las venas de la montaña acontecían nítidas, cuando cruzar era un verbo inocente de vientre rosado y no éramos esos soles colgados en la hoguera sudando el silencio que otro enhebra para coser su tambor. Ethel Barja Cuyutupa

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I mirar de tus nudillos a mis nudillos, hay una ética en ese pronombre compartido a la carne a través de los ojos. los puños salen porque no pueden hacerlo las mejillas, la afirmación mullida con que la tristeza nos propone como fluido aliado, como alígeros compañeros de basura y elegía, deportados del cuerpo – como espiral. hay algo de una gran desobediencia en el lenguaje críptico que abarquilla los dedos, como el rostro súbito en una pared antigua parece Dios sólo a los locos. un tendedero de falange a falange pasando por la palma: podría ser, vigilada, la frontera a una respuesta o el silencio umbilical de una osadía. podría – la línea – estar sólo hecha de heno, mientras la observo. es de un tierno imaginar tanto miedo, esta juntura. Azahara Palomeque

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POESÍA

Breve historia de la lluvia We don’t have tomorrow/but we had yesterday. No tenemos mañana/Pero tuvimos ayer. Diana Ross Stephen Hawking asegura una memoria de un tiempo futuro que nos salva. Yo recuerdo el mañana. Mi ciencia se pregunta si no sería al revés. Lluvias prehistóricas nos llovieron cuando fuimos dinosaurios. Hacíamos el amor impasibles bajo el agua diluviana. Con el pasar de los siglos, anticipamos la lluvia radiactiva y ácida. Pero eso no era sino ciencia ficción como en “Blade Runner”. Teníamos que llover desde la primera escena. Nos llovían por todas partes tibia llovizna, frío granizo, con una sonrisa, morosa o triste, nos dijimos adiós tantas veces de la eternidad. Por días, semanas y hasta meses las lluvias nos cayeron desde el cielo con o sin permiso nuestro. I remember yesterday. Yo, de pequeña, sin zapatos de regreso a casa, siempre chapoteaba los mares celebratoriamente, y me esclavicé a la lluvia en esta mi breve historia de vida. Tú, por el contrario, te echabas a correr, huías para no mojarte mirando a la gente pasar como un bolero de Manzanero. Te dio por afirmar que los días nublados y tú no eran amigos. ¿Qué se hicieron aquellos dinosaurios, sus huesitos a pura intemperie, hundidos en la arqueología de la arena? Esta lluvia que ayer caerá va ser a distinta, te prometo. Cantando bajo la lluvia bailemos toda la mañana del mañana. ¿Lo recuerdas? A diferencia de la coreografía con paraguas negro, tú no trajiste ninguno hoy. Yo, para dejar hablar la lluvia y al viento, lo dejé volar como una cometa. Y no regresará jamás para el ayer. Madeline Millán OTOÑO 2020

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MUSEO DE ARTE DE FILADELFIA No puedo recobrar a mi padre leyéndome en el parque, su voz alternando el ritmo de la luz que sube y baja por el columpio la luz palpitando bajo las hojas niñas, un centro en el espacio un estanque de tiempo / nunca seco siempre. El jardín existe oasis / círculo /imagen / el ojo de una lente convexa

que me escucha leerle a mi padre en su recámara que da al jardín/ a la ventana que lo transparentaba/ distorsiona su dimensión y ritmo/ concentra la calle/el vecindario/el país en un círculo de luz enmarcado de verde, las hojas de la enredadera forman un marco en el cuadro, en la foto que nos sacó mi madre en Filadelfia cuando la ciudad era joven y mi hermano estaba adentro de su panza, asomándose a la orilla de la foto desde la membrana transparente de su vientre, el jardín una película de luz que sus dedos rosados tocan, una cortina de hojas de parra en la higuera que estiraba su brazo

hacia mi cuarto que comunicaba con el jardín estiraba la mano para recibir un higo / ensangrentar el pasto lleno de luz que nos borra la cara. Violeta Orozco

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POESÍA

It fades, fades and fades Alzo una remera para observar su color después de otro lavado como si la única dirección posible fuese siempre hacia la pérdida de intensidad it fades, fades and fades podría ser un estribillo pero es un eslogan un viejo comercial de jeans otra forma de hablar de lo que no termina nunca de desvanecerse, pero si lo digo pero si lo escribo qué hay de la marca de esa insistencia las zonas donde mi jean se ha desteñido ahí donde el cuerpo tiende a buscar apoyo esa tela que vuelve a ser hilo estas manchas ahora en los dedos tinta la intensidad del azul it fades, fades and fades podría cantar cada vez y cada vez tu cuerpo estará ahí como diciendo no necesariamente.

Silvina López Medin OTOÑO 2020

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1, El intermedio entre dos silencios Exhausto está el espacio cuando en medio de las dos inventamos una palabra Te veo con un ojo que te mira, un ojo que te mira quieto, buscando permanecer inmóvil y demostrar un tiempo suspendido Trato de articular lenguaje: no sé si detendrá el dolerse En instantes encontramos placer en los trapecios, la parte posterior de las rodillas, el interior de los tobillos, los músculos isquiotibiales, la última vertebra de la columna. El lenguaje de la sanación no es el tacto porque la piel después de doler se agrieta Nos miramos Queremos salvar la fractura abierta de la lengua con un ojo entrecerrado y quieto; un solo ojo basta, es suficiente Marta J. Sanchís Ferrer

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POESÍA

Ethel Barja Cuyutupa, nació en Perú en 1988. Es poeta, traductora e investigadora literaria. Publicó los libros Trofeo imaginado entre dientes (2011), Gravitaciones (2013), Insomnio vocal (2016), Travesía invertebrada seguida de Wandeo (2019). Su escritura se incluyó en Voces al norte de la cordillera: Antología de voces andinas en los Estados Unidos (2016) y en las revistas Hostos Review, Inti, Lateinamerika Nachrichten, alba.lateinamerika lesen, entre otras. Recibió el Premio Cartografía Poética 2019 (Perú) organizado por Lumpérica Cartonera. Estudió Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú, es maestra en Literatura Hispánica por University of Illinois at Chicago. Actualmente estudia un doctorado en Estudios Hispánicos en Brown University, dirige Gociterra, portal de crítica, creación y traducción y es colaboradora de TraLaLit, plataforma de literatura en traducción.

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Azahara Palomeque (El Sur, 1986) es una poeta y escritora española. Es autora de los libros Año 9. Crónicas catastróficas en la Era Trump (RiL Editores, 2020), RIP (Rest in Plastic) (RiL Editores, 2019), En la Ceniza Blanca de las Encías (Isla de Siltolá, 2017), American Poems(Isla de Siltolá, 2015), y la plaquette bilingüe El Diente del Lobo/ The Wolf’s Tooth (Carmina in minima re, 2014). Palomeque ha publicado numerosos poemas, cuentos y ensayos en revistas culturales españolas, estadounidenses y latinoamericanas, como Quimera, Librújula, Cuaderno Ático, Estación Poesía, Pterodáctilo, Exchanges, El Perro (ed. Yuri Herrera), La Noria, y El Hablador. Su obra ha sido incluida en varias antologías –entre las que destaca Poesía sin Fronteras (Huerga y Fierro, 2018) y Diáspora. Poetas extremeños en el ‘exilio’(Liliputienses, 2020)– y ha sido traducida al inglés y al griego. Palomeque ha ofrecido recitales poéticos en varias universidades americanas.

Madeline Millán es poeta, narradora y traductora puertorriqueña. Ha publicado 7 libros, 2 de ellos combinan poesía y cuento. Leche/Milk fue Premio Nacional de Poesía (PEN Internacional de Puerto Rico, 2009), y Contracantos: Del aire a la rosa obtuvo mención de honor (diálogo con 22 pinturas inspiradas por el Canto V, Divina Comedia de Dante, del PEN Internacional de PR, 2014). Que el mar no me falte es su antología personal poética (Editorial Isla Negra, 2019). Crea y dirige con Pilar Blanco, “Casa Pilar”, residencia de artistas, científicos y escritores en Chapala, México. Su página en construcción: madelinemillan.com

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Violeta Orozco (Ciudad de México, 1989). Escritora mexicana. Poeta bilingüe, traductora y ensayista. Autora de El cuarto de la luna (Literal, 2020). Tiene un libro de poesía en imprenta en Cuadrivio ediciones. Actualmente realiza el doctorado en Literatura y Cultura Hispánicas en Rutgers University, en donde investiga poesía y performance feministas de chicanas y mexicanas. Es egresada de la carrera de Filosofía y Letras inglesas por la UNAM, Maestra en Lengua y Literatura Hispánicas por Ohio University. Ganó el Premio Nacional Universitario de Poesía José Emilio Pacheco en 2014. Ha colaborado en revistas como Punto de Partida, Carruaje de Pájaros, La Palabra y el Hombre, Taller Literario Igitur y ha sido invitada a participar en varias antologías de poesía de EU y lecturas de poesía bilingüe. Su primera plaquette escrita en inglés, The sleepless generation será publicada por Andante Books este año. Junto con la reconocida periodista peruana Claudia Cisneros, ha organizado múltiples lecturas de poesía multilingüe y feminista en donde ha reunido a poetas de diversas latitudes en el colectivo “Speak up women” que ambas fundaron. Actualmente está traduciendo el libro Les reflets du verbe (2019) del poeta algeriano Hamid Larbi y prepara una antología bilingüe de poetas norteamericanas feministas de los setentas.

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Silvina López Medin nació en Buenos Aires y vive en Nueva York. Publicó los libros de poemas La noche de los bueyes (Madrid, Visor, 1999), Premio Internacional de Poesía a la Creación Joven de la Fundación Loewe, Esa sal en la lengua para decir manglar (Buenos Aires, del Dock, 2014) y 62 brazadas (Zindo & Gafuri, 2015). En 2020 su libro Excursión será publicado por Bajo la luna. La primera sección de este libro, “Excursión”, traducida al inglés por laautora, obtuvo el Oversound Chapbook Prize 2019 con la poeta Mary Jo Bang como jurado y fue publicada en Estados Unidos por la editorial Oversound (2020). Su libro Poem That Never Ends [Un poema que no termina nunca] obtuvo el premio Essay Press y será publicado en 2021. Su obra de teatro Exactamente bajo el sol se estrenó en el Teatro del Pueblo (Buenos Aires, 2008) y recibió el Tercer Premio de Obras de Teatro del Instituto Nacional del Teatro. Co-tradujo, junto con Mirta Rosenberg, el libro Eros the Bittersweet de Anne Carson (Fiordo, 2015) y la antología de poemas Home Movies de Robert Hass (Z & G, 2016). Realizó una maestría en escritura creativa en inglés en New York University y es editora de Ugly Duckling

Marta J. Sanchís Ferrer (Granada, 1990) es Licenciada en Psicología por la Universidad de Granada y MFA en Escritura Creativa en español por New York University gracias a una beca Fulbright. Resultó finalista del concurso de relato Málaga Crea (2017), el XII concurso El Laurel (2017), y ha publicado relatos y poesías en revistas literarias tanto digitales (Obituario, 2016) como impresas (América Invertida, 2019; Caligrama, 2019; Egg y Pan Magazine, 2019; Ediciones Evohé, 2017; Mordida Literaria, 2017). Fue becada para residencias de escritura en Toledo (Marzo 2016) y Celano, Italia (Abril 2017). Actualmente realiza el doctorado en Hispanic and Portuguese Studies en la Universidad de Pensilvania.

Arte: Vero Glezqui, artista visual multidisciplinar, cuenta con un BA de la Universidad del Estado de Baja California, 2009. Actualmente es becaria de Jóvenes Creadores FONCA (2019-20) y forma parte de la selección de la XIX Bienal de Pintura Rufino Tamayo.

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CONSEJO EDITORIAL Esmeralda M. Guerrero, Catalina María Johnson, Stephanie Manríquez, Miguel Marzana, Andrea Ojeda, Leopoldo Bello, Diego Aguirre Fernández, Silvia Goldman COLABORADORES Tracie Hall, Tara Betts, Kianny Antigua, Ramón Smith, A. Martínez, Imani Elizabeth Jackson, Damon Locks, Jorge Montiel, Leonardo Gil Gómez, Emanuel Ayala, Nilton Santiago, Roger Santiváñez, Ethel Barja Cuyutupa, Azahara Palomeque, Madeline Millán, Violeta Orozco, Silvina López Medin, Marta J. Sanchís Ferrer TRADUCCIÓN Moira Pujols, Luchi Oblitas-Feuerstein, Miguel Marzana, Catalina María Johnson DISEÑO Diego Aguirre Fernández, Ana Larco PORTADA Carlos Barberena ILUSTRACIÓN CHema Skandal!, Vero Glezqui, Amado Martínez Lebrón, Gianluca, A. Martínez, Ximena Gordillo, Diana Solís IMPRESIÓN Topweb, LLC DISTRIBUCIÓN Chronicle Media, LLC ENVÍO DE TEXTO E IMÁGENES info@contratiempo.net SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net VISÍTANOS contratiempo.net | issuu.com/contratiempo | facebook.com/contratiempo Instagram @contratiempochicago DIRECTORA EJECUTIVA CONTRATIEMPO NFP Moira Pujols mpujols@contratiempo.net PRODUCTORA DE CONTRATIEMPO RADIO Stephanie Manríquez PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL Charly García PASANTE SITIO WEB Joel Rondón Pujols © contratiempo nfp (312) 427 5450 La revista contratiempo es una publicación gratuita que se imprime y distribuye trimestralmente a la comunidad hispanohablante de Chicago contratiempo.net

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contratiempo nfp, a 501(c)3 non-profit organization and publisher of revista contratiempo, is grateful for the support of The Field Foundation of Illinois, the Robert McCormick Foundation, the Academy of American Poets, the Community of Literary Magazines & Presses, National Book Foundation, The Walder Foundation, Chicago Park District, Illinois Humanities, institutional and corporate donors, as well as the contributions of writers, artists and volunteers who make our programs possible on the page, the airwaves and the stage.

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