Estrategias comunicativas en familias de alta conflictividad

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Título: Estrategias comunicativas en familias de alta conflictividad: desde las intervenciones en coordinación de parentalidad hasta el diseño de un instrumento (CPFAC)

Autora:

Dra. Marina Roustan1

Universidad Autónoma de Barcelona

Forma parte del grupo de trabajo sobre coordinación de parentalidad en el Colegio

Oficial de Psicólogos de Cataluña

Resumen:

Este artículo ofrece una guía de ayuda para intervención profesional de coordinación de parentalidad CP. El profesional de coordinación, con sus funciones de educación psicopedagógica, evaluación familiar, coordinación con otros profesionales, gestión del conflicto y toma de decisiones, necesita de una preparación amplia para el uso de herramientas profesionales y flexibles para responder adecuadamente a las consecuencias de la falta de comprensión mutua en la relación de parentalidad.

Este trabajo aporta, desde la práctica, un planteamiento estratégico comunicativo dirigido al profesional de CP para ayudar a los padres y madres en pugna encarnizada para que sus desavenencias no pongan en compromiso el necesario bienestar de los hijos. Presenta variables conflictivas, y ofrece estrategias de comunicación para debatirlas, con el fin de aplicar un posterior diseño CPFAC con categorías temáticas (coordinación parental en familias conflictivas) que puede servir para futuras investigaciones.

De acuerdo con los objetivos señalados, el trabajo empieza con un trabajo conceptual sobre la estructura de la comunicación, la analogía entre la relación y la tarea, sigue con la presentación de categorías conflictivas, y termina presentando dimensiones y variables comunicativas del CP respecto a categorías temáticas

Palabras clave: familias de alta conflictividad, estrategias de comunicación, intervención del coordinador de parentalidad, relación y tarea, gestión de conflicto

1 Doctora por la UAB. Psicóloga clínica y forense. Especialista en neurociencias, terapia grupal, neurología, y derecho de la infancia y protección de la persona. Psicoterapeuta de la EFPA y EURO-PSI. Coordinadora de parentalidad.

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Índice:

0- Introducción

1- Estructura de la comunicación: tarea y relación.

1.1 Intervenciones de los progenitores

1.2 Intervenciones del CP

2- Variables conflictivas y su efecto en los niños.

3- Justificación de la propuesta CPFAC: Lugar de las competencias comunicativas del coordinador de parentalidad.

4- Construcción de un instrumento de categorías temáticas con sus competencias comunicativas y justificación de las variables

5- Valorar riesgos/beneficios y conclusión

0. Introducción

Dada la amplia y vasta gama de conductas que se generan en un episodio comunicativo, se justifica la construcción de un instrumento de observación ad hoc con características señaladas, para describir algunas competencias comunicativas del coordinador de parentalidad (CP) Un contenido de matriz de códigos que se puede generar mostrará la enorme complejidad de la información correspondiente al flujo comunicativo y constituirá el punto de inflexión entre la perspectiva cualitativa y cuantitativa. La detección y delimitación de las dimensiones conflictivas, y a continuación su manejo, están enmarcadas por el concepto de “gestión del conflicto” en un proceso de CP.

Las dimensiones recogidas de la praxis conforman un abanico de categorías conflictivas, en cuanto son observables y repetitivas en el curso de los intercambios entre los padres inmersos en sus moliendas beligerantes. Emergen dentro de un relato coherente en sus argumentos, persistente en el tiempo, y no contradictorio en tanto que descansa sobre silogismos, deducciones e inferencias estables que a falta de mejor nombre se pueden llamar sofisma.

Dividimos nuestro trabajo sobre estrategias comunicativas a nivel de la 1) tarea estructural de la comunicación y de la 2) relación que se establece 2. Así que la función discusiva de la tarea puede empezar con un tema no personal para seguir con el fondo de la cuestión, abarcando entonces una propuesta de discusividad, una vez la relación establecida De hecho, Eddy 3 divide la relación del proceso de CP en vínculo e estructura, y afirma que hay que fortalecer el vínculo (bonding), para fortalecer entonces la estructura del proceso.

2 Extraído y adaptado de la tesis doctoral de la autora.

3 Eddy,B.(2012).Who are high conflict people? Citado por Coates, C.(2015).The parenting coordinator as pacemaker and peacebuilder. Family court review,43,3, 398-406

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Entendemos pues que la tarea y la relación se retro-alimentan, en un círculo ascendiente para espolear la ayuda deseada; lo indica la figura siguiente:

Relación y tarea

Función Mantenimiento de la relación

Feedback de seguimiento

Implicación de los padres

Señalamiento implicante del profesional

Feedback emocional Compartir Información

Implicación de los padres

Señalamiento implicante del profesional

Tema Personal/No personal

Función Discusiva

Confirmar posicionamientos ya tomados

Tema Personal/No personal

Confrontar mirando al futuro

Tema Personal/No personal Interv. del profesional Interv. del profesional Interv. del profesional

1- Estructura de la comunicación a nivel de la tarea y la relación

Los niveles de la interdependencia comunicativa se pueden desglosar entre las intervenciones comunicativas de los progenitores en conflicto, y las del profesional:

1.1- Intervenciones de los progenitores:

I-Tema no personal: Dominada por la dificultad de adentrarse en temas personales, el participante habla de cosas generales, ajenas al conflicto, poniendo en tensión la dimensión del tiempo de la sesión. La reunión toma un tinte paradiscusivo (no disruptivo) cuando el tema personal se reemplaza por el tema organizativo o por aportaciones que producen distensión.

II-Tema personal: El participante entra en temas personales o propios, pero los aborda primero con contribuciones que presentan una estructura protodiscusiva, y después, una clara propuesta de discusividad.

a) No discusivo: El discurso es sólo de presentación de la historia personal; son intervenciones que movilizarán algunas preguntas aclaratorias pero que no admiten réplicas.

b) Discusivo convencional: Son preguntas y respuestas que reclaman alguna aclaración o detalle (cuándo fue eso, cuántos años tenía, etc.); suelen animar la continuidad del habla, pero no pretenden domar la temática en juego ni profundizar en el sentido de una discusividad avanzada.

c) Discusivo asertivo: Los participantes enredan y desenredan el tema afianzando sus planteamientos. La conversación pasa de un mero exponer a identificar los nudos de disolución temática.

d) Discusivo confrontativo: El discurso es francamente confrontativo y desprende un nítido intento de esclarecer y asumir las facetas temáticas en conflicto, para poder “in-visionar” (lograr un insight) la capacidad de participación en la construcción del propio futuro. La conversación pasa

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Figura 1. Tándem relación y tarea

de ser una discusión a ser un intento de disolver una traba, y deviene una oportunidad para el encuentro de nuevas alternativas.

Entendemos que de cara a la tarea, la función discusiva confrontativa es la más deseada, aunque los preliminares son necesarios para llegar a este punto.

1-2. Intervenciones del profesional de la CP:

I-Falta de intervención (cero): el profesional no habla, sólo escucha; lo hace de las dos siguientes maneras:

a) Intervención cero sin reflejo empático: El CP está escuchando sin mostrar ningún tipo de reflejo emocional, como si no tuviera nada que comunicar, como si no animara el seguimiento de aquella comunicación o como si se desconectara de ella. El hilo de la conversación no se refuerza positivamente.

b) Intervención cero con reflejo empático: El CP está mostrando una escucha activa y empática, con gestos, cabeceos, o sonrisas. La conversación se refuerza positivamente por su parte.

II-Intervenciones activas: El CP interviene activamente mediante la palabra, y sus intervenciones se agrupan en núcleos: A, analíticas; B, psicoeducativas, C, de conducción, y D, mixtas.

A) Analíticas: Pretenden movilizar a los padres con un descubrimiento interpretativo. Aclaran la verdad de un síntoma familiar o individual. Aunque el proceso de CP no es terapéutico ni clínico, sirven para desglosar aspectos conflictivos que minan la relación y el proceso de CP en sí.

B) Psicoeducativas: Son intervenciones formativas que activan el proceso sociocognitivo que permite procesar una información e internalizarla. Se dirigen claramente a proveer a los progenitores de alguna explicación. Como lo expresó Kandel (2007)4, la biología de la intervención es como un caso especial de biología del aprendizaje.

C) Conducción: Son intervenciones de ayuda que tradicionalmente emanan de la psicología social y grupal; conducen, matizan el ambiente u orientan la conversación. Pretenden fomentar una atmósfera en la cual los progenitores puedan hablar con libertad, modelan un conjunto de parámetros para seguir e incrementan su aceptación o su seguridad

D) Mixtas: Son intervenciones que son a la vez psicoeducativas y sociales de conducción, puesto que permiten formar en algún aspecto y a la vez facilitan la participación .

4 Kandel, E. (2007). En busca de la memoria Madrid: Katz editores.

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INT. MIXTAS

Figura.2. Resumen de las intervenciones (int.) comunicativas del profesional de CP

En este apartado hemos resumido los niveles de interdependencia comunicativa. En el siguiente apartado presentaremos unas variables conflictivas halladas en la práctica en procesos de CP, y que merecen especial atención en cuanto a las intervenciones comunicativas del profesional.

2- Variables conflictivas y su efecto en los niños.

Con el fin de mediar en una controversia que parece inconciliable, este escrito recoge desde la praxis unas variables conflictivas Constituyen un abanico de categorías conflictivas, no exhaustivas ni excluyentes, en cuanto son observables y repetitivas en el curso de los intercambios beligerantes Esas categorías han sido publicadas por la autora en el 20205

2-1. Estrategias beligerantes

Sullivan6 desglosa un conjunto de estrategias que los padres conflictivos usan en sus litigios; por ejemplo, defienden que el interés propio es el interés del niño, sabotean el funcionamiento del otro progenitor, no comparten con él la información respecto al niño, usan cualquier información para utilizarla judicialmente, y desarrollan una dependencia a la vía legal-judicial

5 Roustan, M. (2020). Menores inmersos en los procesos de familia: dificultades y soluciones. En E. Ortega Burgos (Ed.), Actualidad Derecho de familia pp 455-476. Madrid: Tirant Loblanch.

6 Sullivan (2013), M. J. (2013). Parenting Coordination: Coming of Age?. Family Court Review, 5, 56-62.

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para cualquier problema acontecido. Para ilustrar, Fidler et als 7 nos dan ejemplos de sabotajes de la relación que han sido recopilados estadísticamente por estudios y que acarrean problemas de lealtad, culpabilidad, malestar y bloqueo en el desarrollo de los hijos. Para esta categoría, las intervenciones analíticas del CP serán de ayuda, luego las psicoeducativas y de conducción

2.2. Aspectos emocionales

Procede mencionar la manera particular que tiene cada sujeto para afrontar su vida y sortear obstáculos, por lo que aspectos emocionales son axiomáticos para intervenir con las familias. Por ejemplo, el auto-concepto, la autoestima, la asertividad, la autoconciencia emocional, el control de impulsos, la tolerancia al estrés, la motivación hacia la parentalidad8, y el sentido de coherencia que ha sido asociado frecuentemente con la resiliencia9 , son relevantes en cuanto a proponer intervenciones basadas en la competencia social multi-nivel para ajustarse a las necesidades específicas de cada caso10. Merece especial mención la ira como manifestación emocional de la perdida, por lo que interesa desplazarla hacia el interés de los hijos. El malestar por un contexto psico-social erosionado o sucesos vitales con impacto negativo, también desvelan las soluciones sintomáticas que han tenido esos padres para anclar su vida, su grado de resiliencia, y su capacidad para ayudar a sus hijos a superar situaciones difíciles. Serán útiles las intervenciones analíticas, psicoeducativas y mixtas

2-3 Deseo de venganza

Se considera un concepto cognitivo, elaborado y mantenido por un sujeto que percibe que ha sido dañado intencionadamente, al margen de si la intencionalidad o el daño fuesen reales o no 11 . Promulgado por el resentimiento o la humillación, pone en evidencia cómo una actitud mental espolia comportamientos perjudiciales; mediante la venganza se pretende re-establecer la propia imagen y la autoestima dañada. El problema es que tales deseos ponen en riesgo el equilibrio emocional y la seguridad de los menores. En cuanto a la justificación de esos actos, las partes suelen entrar en argumentos donde no queda clara la frontera entre la violencia psicológica, el maltrato y las disfunciones relacionales previas a la ruptura del matrimonio, necesitando de una

7 Fidler, Bala, Birnbaum, & Kavassalis, (2008). Understanding child alienation and its impact on families. In B.Fidler, N.Bala, D.Birnbaum, & K.Kavassalis (Eds.) Challenging issues in child custody disputes: A guide for legal and mental health professionals Toronto, Canada: Carswell.

8 Blázquez Alonso, M., Moreno Manso, J.M. y García Baamonde, MªE. (2009). Inteligencia emocional como alternativa para la prevención del maltrato psicológico en la pareja. Anales de psicología, 25 (2), 250-260.

9 Roustan, M. (2008). Cuando habla el cuerpo. Publi Corinti: Barcelona.

10 Arce, R., y Fariña, F. (2013). Psicología social aplicada al ámbito jurídico. En A. V. Arias, J. F. Morales, E. Nouvilas, y J. L. Martínez-Rubio (Coords.), Psicología_social_aplicada_pp. 157-181). Madrid: Panamericana. ISBN: 978-84-9835455-3.

11 Bueno Guerra, N. (2012). Vengeance with a vengeance: Is it worth to study it? Anuario de psicología jurídica, 22, 95-110.

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valoración exacta 12 , del nombramiento del maltrato y de la implementación de su reparación. Dentro de este recorrido, la denegación, la deformación de la realidad anteceden a una represión que hubiera sido saludable. Las argumentaciones empleadas se deleitan en aportando silogismos, deducciones e inferencias ataviadas con fundamentos lógicos que parecen verosímiles en apariencia, pero que toman por legítimos actos ilegales o dañinos. En la escala de Miller (1993) 13 , el Deseo de Venganza está considerado una “motivación social negativa”; cuando no es proporcional al input que la provoca, está normalmente asociada a trastornos de personalidad severos. El problema al cual nos enfrentamos en la praxis no es que un progenitor/a tenga o no tenga deseos vengativos, sino que esos deseos los pague los hijos indefensos; el deseo vengativo severo deviene un factor de riesgo pues pone en juego: 1- La estabilidad. 2- La seguridad. 3- La salud mental de los menores considerados.

Autores como Deutsh, (2017) 14 , y Deutsh and Clyman (2016) 15 indican, entre otros estrategias comunicativas del profesional, la importancia de no personalizar, asumir siempre que es el profesional quién está mal interpretado antes de pensar que son las partes que no lo entienden, preguntar por los pensamientos, y no sobre-actuar frente a las críticas o frente a explosiones emocionales. Deutsh razona que en cuanto a confrontar las distorsiones hay que hacerlo siempre con evidencias y manteniendo el escepticismo. En esta categoría, serán útiles las intervenciones analíticas, psicoeducativas, y las intervenciones cero sin reflejo empático.

2-4. Proceso de auto-engaño y desconexión moral

Otra dimensión que produce un impacto negativo en los hijos, es el proceso de autoengaño que utilizan algunos padres para justificar sus actuaciones de violencia psicológica, de depreciación del otro, incluso de destrucción de su dignidad, y que les ayudan a mantener la moral alta; algunos estudiosos liderados por Bandura 16 , denominan esos mecanismos “Moral disengagement” o desconexión moral; incluyen las fórmulas eufemísticas, la difusión de la responsabilidad, la desconsideración de las consecuencias de los actos, la comparación ventajosa, la justificación moral, la distorsión de las consecuencias, el desplazamiento de la responsabilidad, la atribución

12 Echeburua, E. y Muñoz, J.M. (2017). Límites entre la violencia psicológica y la relación de pareja meramente disfuncional: implicaciones psicológicas forenses. Anales de psicología, 33, 1, 18-25.

13 Miller, R G; Burgoon, J K (1993): Factors affecting assessment of witness credibility. En: Bray, R; Kerr, N: The psychology of the courtroom Plenum Press. New York. 1982. En: Manzanero, AL; Diges, M: Evaluación subjetiva de la exactitud de las declaraciones de los testigos: la credibilidad. Anuario de psicología jurídica, 3, 7-27.

14 Deutsh, R. (2017). Advanced parenting coordination program. Center of excellence for children, families and the law.William James College.

15 Deutsch, R.M. and Clyman, J. (2016). Impact of Mental Illness on Parenting Capacity in a Child Custody Matter. Family Court Review, 54, 1, 29-38.

16 Bandura, A., Barbaranelli, C. , Caprara, G., & Pastorelli, C. (1996). Mechanisms of Moral Disengagement in the Exercise of Moral Agency. J. Of personality and social psychology, 71 (2), 364-374.

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del reproche a una causa forzada por las circunstancias y la deshumanización, para que al final los actos más sombríos y lóbregos parezcan legítimos, haciendo que esos comportamientos acaben creando una tormenta que insiste en su repetición inagotable dentro del sistema familiar disfuncional. Los progenitores o por lo menos uno de ellos negocia ventajosamente con su conciencia y maniobra con tal de legitimar sus actos por una causa que considera justa, sedando su moral y la de sus oyentes. Estudios ulteriores conducidos por el mismo autor y sus colaboradores subrayaron el papel de esta desconexión moral en facilitar la violencia, la agresividad, el comportamiento antisocial e inhumano y la delincuencia. En España se validó el uso de la escala de los mecanismos de desconexión moral creada por Bandura y su correlación con la violencia17 . Como respuesta a esta categoría, las intervenciones analíticas del CP nos serán de ayuda, añadidas a las intervenciones cero sin reflejo empático, y a posteriori las intervenciones de conducción y las psicopedagógicas.

2-5. Obstrucción parental

Ha sido el foco de una multitud de artículos así que en este contexto solo conviene aclarar que cuando las conductas alienadoras obedecen a una realidad psicopatológica, no estamos ante un síndrome de alienación, pues para ser alienadora, la conducta repetitiva emane de una intencionalidad consciente que vertebra en la ruptura de la relación del menor con el otro progenitor, y con el propósito de ocasionarle un daño, a veces sin concienciarse del deterioro provocado en los hijos dada la tensión emocional vivida, el malestar de una pertenencia simbólica dañada, las negativizaciones y mediatizaciones impuestas. Cuando la obstrucción es muy severa, los hijos rechazan el contacto con el progenitor alienado, llegándose a suspender las visitas de modo cautelar y temporal18 . Por experiencia propia, si no se instalan recursos terapéuticos inmediatos como una terapia de re-vinculación, esas visitas suspendidas raras veces se reanudan; y del lado de los progenitores rechazados, el desgaste emocional, las brechas económicas, el enfado y la desolación cuajan hacia su rendición.

El fenómeno de alienación u obstrucción parental todavía arranca un bisbiseo crítico a favor o en contra, generando controversias. Drodz y Olesen 19 indexaron criterios de decisión que ayudan a determinar las causas del rechazo del menor supuestamente alienado, ya que podría ser una suma de afinidades, afecto especial, un estilo muy pobre de parentalidad, abusos psicológicos, físicos o ambos, todos ellos argumentos que justificarían un rechazo. Recuerdan que la alienación no existe en casos de abusos, porqué el progenitor-víctima pretende genuinamente proteger al menor. Me resulta de gran ayuda el diagrama de flujo (Decisión tree) que nos entregan los autores para recomendar la toma de decisiones sobre los menores. Desde el axioma “hijos”, señalan: La duración de su sintomatología, el grado de su estrés respecto a la frecuencia de los

17 Rubio-Garay, F., J. Amor, P., y Carrasco, M. (2017). Psychometric properties of the spanish version of the mechanisms of moral disengagement scale (MMDS-S). Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 22, 43-54, 2017 doi: 10.5944/rppc. ISSN 11365420

18 Tejedor Huerta, MºA. (2012). El interés de los menores en los procesos contenciosos de separación o divorcio. Anuario de psicología jurídica, 22, 67-75.

19 Drozd, L., & Olesen N.W. (2004). Is it abuse, alienation and/or estrangement? J. Of child custody, 1, 3, 65-106.

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cambios en las estancias, y sus preferencias. Desde el axioma “padres”, desglosan: La valoración de una posible sintomatología, adicciones, el uso del menor como confidente, el estilo educativo demasiado rígido, la participación igualitaria en las actividades de los pequeños, la divergencia excesiva en el estilo educativo, la exposición del menor a los conflictos parentales, y la imposibilidad de comunicar entre ellos de una manera respetuosa. Añaden los ítems de salud y necesidades específicas, el impedimento del contacto del menor con el otro progenitor, y el sabotaje del tiempo de modo que el niño se confunda sobre la autoridad y la confianza. Por su parte, Garber20 ofrece una mirada sistémica hacia la alienación, centrada en la diada progenitor-niño/a como concomitantes del rechazo al otro progenitor. Especifica dinámicas de parentalización, adultificación e infantilización, que caracterizan esas diadas. Otros autores denominan esa diada un engaño encapsulado21, porque persiste en el tiempo y no se altera con las evidencias, pero se deslinda del engaño psicótico dado que no compromete el funcionamiento intelectual, social, cognitivo o emocional. Aquí señalamos que cualquier intervención del CP, será una apuesta que incluye las intervenciones de conducción, mixtas y de intervención cero sin reflejo empático.

2-6. Comportamiento abusivo

Estudios revisados 22 argumentan que los ex conyugues que maniobran con comportamientos abusivos son los que probablemente también usan otras formas de maltrato menos evidentes, pero que no deben dejar de ser perceptibles por un profesional de la psicología. Observan que los ataques severos son derivados de asaltos menores, a veces crónicos, que han ido escalando, haciéndose necesaria la detección de las categorías menores de maltrato para anticipar formas más violentas. El abuso está a veces promulgado por el resentimiento o los celos, evidenciando que una actitud mental sin dique se convierte en comportamiento, por lo tanto, observable. En cuanto a la justificación de esos actos, las partes suelen transitar por argumentos donde no queda clara la frontera entre la violencia psicológica, el maltrato y las disfunciones relacionales previas a la ruptura de pareja, necesitando de una valoración exacta23, del nombramiento del maltrato por parte del profesional de la CP para evitar una victimización segundaria, y sobretodo su reparación, así que serán necesarias las intervenciones analíticas, y las de conducción, para llegar a un tema discusivo confrontativo.

20 Garber, B. (2011). Parental alienation and the dynamics of the enmeshed parent-child dyad: Adultification, parentification and infantilization. Family court review, 49, 2, 322335 (AFCC).

21 Walters, M.G. & Friedlander, S. (2016). When a child rejects a parent: working with the intractable resist/refuse dynamic. Family Court review, 54 (3), 424-445. (AFCC).

22 Kopystynska, O. and Beck, J. C. (2018). Considering destructive interparental conflict and intimate partner abuse: is there a difference? Family Court review, 56, 2, 209-218.

23 Op. Cit.,10..

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2-7. No pedir perdón

Precisamente nombrando la reparación, es necesario mencionar la dificultad de algunos padres de reconocer la culpabilidad propia, con la consecuencia lógica de no pedir perdón. Disculparse ayuda a las partes dañadas a recuperar su dignidad, a preservar su honor y permite el reconocimiento de los agravios acontecidos que dejaron huella en la familia. A menudo, esos ultrajes forman parte de un entorno de violencia invisible, de búsqueda de poder, o del uso de la mentira, que es en sí una forma de violencia 24 . Señalamos desde la práctica que pedir perdón no implica que la persona haya sentido remordimiento, pero es un punto de partida hacia el nombramiento de los agravios, y contribuye a sostener la existencia del otro, lo que en contrapartida suele bajar el nivel de hostilidad relacional. Aunque pedir perdón sin arrepentimiento no “cura” a las personas heridas porqué no garantiza la culpabilidad (antecedente al acto), pero por lo menos frena la impunidad (consecuencia del acto). Una característica de la violencia psíquica es precisamente la negación de la conducta dañina y eludir la responsabilidad propia alegando que es un trato normal en todas las familias, haciendo que a su vez la otra parte llegue a no percatarse de la relación directa entre su malestar emocional y las conductas percibidas 25 . Como factor correctivo, pedir perdón se aloja en un círculo humanista que forma parte de la justicia terapéutica26, y el profesional de la CP puede ayudar a solicitar esta vía del perdón para dar una nueva oportunidad a los padres, fomentando respuestas dinámicas de aprendizaje, así que sus intervenciones serían las de conducción y intervención cero con reflejo empático.

3- Justificación de la propuesta CPFAC: lugar de las competencias comunicativas del coordinador de parentalidad

Todo hombre remite a la palabra y la comunicación, el leitmotiv de nuestro trabajo, es un proceso constitutivo, mediante el cual los mensajes verbales y no verbales se usan para crear y compartir significados, y sobretodo hallar la verdad subjetiva de los progenitores en conflicto.

En psicología, la práctica del análisis de datos a partir del lugar de la escucha se disparó en los años 50 de la mano de Eysenck, con la intención de dar un toque científico al enfoque clínico de la personalidad, y se emplearon reglas de homogeneidad, exhaustividad y pertinencia. Por otra parte, los síntomas que afrontan los coordinadores de parentalidad son mayoritariamente sociales, con el corolario de una comunicación defectuosa y evidentemente vínculos deteriorados, traduciéndose a menudo en litigios legales. Siguiendo el camino de la perdida de los vínculos comunicativos en el ámbito de la

24 Lothane, H., 2016. Violence as a manifestion of evil. Pshychoanalitic inquiry, 36, 6, 454-475. http://dx.doi.org/10.1080/07351690.2016.1192384

25 OP.Cit.,10.

26 Fariña, F., Seijo, D., Arce, R. Y Vázquez, Mª. J. (2017). Custodia compartida, corresponsabilidad parental y justicia terapéutica como nuevo paradigma. Anuario de psicología jurídica, 27,107-113.

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familia, se deberían hallar los elementos que puedan restaurar la armonía social y familiar extraviada.

Los patrones comunicativos que se pueden observar entre un profesional psicólogo, en este caso el CP, y sujetos, son consistentes con la dinámica correctiva que refleja la movilización de los factores de ayuda dentro de una matriz (Roustan, 2010)27 . Desde una óptica psicológica de la CP, siempre hay una combinación de un fenómeno sociofamiliar y otro individual, dado que el ser nace social. Tal experiencia implica una sistematización, indexación y organización de un material obtenido desde la praxis. A través de la historia de los sujetos, su anamnesis, se examina su estado actual, tomando en consideración su visión integral, su aspecto físico, funcional, social, profesionallaboral y familiar. Se valora su capacidad de tomar algo de distancia respecto a sus declaraciones

Adentrarse en la vida de una persona, visitar su pasado con sus ojos, extraer de ahí algún recuerdo que lo enfermó, es a veces lo único que tenemos para entender ciertas actuaciones humanas. A veces se descubre que detrás de un acto anti-social, un maltrato a un menor, o detrás de un acontecimiento vital, hay una vida mal acontecida, dónde prevalece un síntoma invasor visible como en la paranoia o invisible como en las obsesiones, pero que empuja al ser a un acto, que, pese a no ser justificable en sus consecuencias, llega a ser predictivo y por lo tanto valido para ser estudiado.

Asomándose a la lucidez de las declaraciones de los progenitores, cada coordinador/a presta su escucha, para extraer su lectura, y poder entender cómo da sentido a sus experiencias. Bochner, de la mano del investigador en la comunicación humana Knapp (2002)28, especifica que la importancia de la narración no radica en los hechos mismos que se cuentan, sino en la articulación de su significado, lo que implica que no está determinada por ellos. Son existenciales.

Por ejemplo, la práctica repetitiva de la negación por algunos padres, quitando el sentido a la palabra, conduce a los niños a dudar de sus propias memorias y de su propio entendimiento de las cosas. Su criterio, incluso si es infantil, desaparece, y un lavado de cerebro se instala, poniendo en juego su integridad. Es la negación o una falsa memoria que se traspasa, desde los padres hacia los hijos, y se repiten otras experiencias traumáticas en cadena. Por ejemplo, padres maltratadores llegan a convencer a su hijo/a que su trato abusivo significa amor, lo que es una idea delirante, pero que conduce a otra construcción delirante y es que algún día la rabia, dolor o impotencia de aquel niño/a sería algún día amor. El niño/a intenta conciliar lo inconciliable: el amor y el odio, y convencer a su inconsciente infantil de que aquel maltrato está justificado por el amor; de modo que el niño no registra lo que no entiende, ni en palabras ni en símbolos comunicativos. En la mayoría de las veces su cuerpo lo acaba haciendo por él/ella, a través de sumisiones masoquistas, repeticiones con otros niños, conductas autodestructivas o a través de la creación de un mundo de fantasía, con el afán de suprimir cualquier testimonio de conflicto. Éste deja de existir. En muchos de esos niños llega a fallar cualquier tipo de cuestionamiento; no se cuestionan lo que está pasando entre ellos y sus padres, e inclusive llegan a admirarlos. El maltrato que reciben

27 Ob. Cit.

28 Knapp, M. & Daaly, J. (Eds.) (2002). Handbook of Interpersonal Communication (3ºed) Thousand Oaks, CA: Sage.

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no remite a nada sino a un sin sentido que aceptan sin más. Con la interpelación del profesional que interviene con la familia, hay que dar un espacio, un nombre y un lugar al maltrato para que el niño pueda explicar su historia y que pueda abandonar su repertorio aprendido y vacío de contenido.

Alimentando la importancia de la interacción narrativa para la construcción de la resiliencia, Cyrulnik (2003)29, afirma que la emoción del mundo íntimo del narrador emana de fuentes totalmente diferentes: “de su propia sensibilidad, impregnada en su memoria por la afectividad de sus alegatos, del significado que atribuya al acontecimiento, y del sentido que se desprenda de su contexto cultural” (Cyrulnik, 2003) 30 . Es preciso hablar para restaurar el orden, pero precisamente al hablar, se interpreta y se nombra el agravio.

Pertenecer a una familia es participar, tanto a través del discurso como del comportamiento, en el relato que tal familia elabora de sí misma. Bateson (1951) 31 elaboró su perspectiva sistémica en los años 50s subrayando la importancia del relato y de la comunicación para poder existir. Basándose en el análisis de la comunicación, sostiene que la discontinuidad entre una clase y sus miembros está constantemente y inevitablemente rota, y que podemos esperar a que una patología se imponga cuando se trata de una fractura lógica en la comunicación.

Según Damasio (2007) 32 , el propósito del razonamiento es decidir y la esencia de decidir es seleccionar una opción de respuesta, es decir, elegir una acción no verbal, una palabra, una frase, en conexión con una situación determinada. Los términos utilizados por este neurocientífico, razonamiento y decisión, implican que quien tiene que decidir tiene conocimientos (a) sobre la situación que requiere una decisión, (b) sobre las consecuencias de cada una de estas opciones, inmediatamente y en épocas futuras. “si el lenguaje no es el origen del yo, ciertamente es el origen del ego” (2007)33; a veces, el sujeto evaluado llega a perder su juicio de la realidad (su yo) pero conserva una capacidad intelectual adecuada. Por ejemplo, existen crímenes inmotivados, vaciados de significación comprensible para el resto de la sociedad, como los asesinos de masa, los asesinos al azar, que implican claramente una motivación subjetiva gozante. Seguí (2012)34 incluye en la categoría de crímenes del yo aquellos protagonizados por sujetos corrientes y normales, cuyos actos criminales se producen en un contexto que facilita tanto su ejecución como la impunidad, en tanto se benefician de un ambiente de desresponsabilización generalizada como el reinante en las convulsiones sociales, circunstancias en las cuales el sujeto pone en acto lo anímico primitivo generalmente enmascarado detrás de reivindicaciones de orden ideológico, étnicas, nacionales o religiosas. Se desata el odio que se expresa en el acto y sin haber sido mediatizado por ninguna palabra.

29 Cyrulnik, B. (2003). El murmullo de los fantasmas: volver a la vida después de un trauma. Barcelona: Gedisa.

30 Ob. Cit., p. 136.

31 Bateson, G. Y Ruesch, G. (1951). Comunicación: la matriz social de la psiquiatría London: Norton and company.

32 Damasio, A. (2007). El error de Descartes. Barcelona: Drakontos bolsillo.

33 Ob. Cit. p. 279.

34 Segui, L. (2012). Sobre la responsabilidad ciminal: psicoanálisis y criminología. Fondo de cultura económica de España: Madrid.

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La posición del análisis comunicativo en la CP es necesario si se trata de determinar el grado de responsabilidad objetiva de un progenitor. Es la lógica del inconsciente, no la científica; pero precisamente es la más lícita de utilizar cuando se trata de predicciones o de actuaciones preventivas, sobretodo en caso de niños maltratados, abusados o en riesgo de serlo, así que la inadecuación de un acto puede revelarse adecuado si se le relaciona con un deseo inconsciente, obviamente rechazado por la sociedad (Ansermet y Magistretti, 2006)35 . Entendemos con González y Pérez (2007)36 que el foco analítico de nuestras intervenciones está en la diferenciación y continuidad del yo en su sentido subjetivo, como identidad o self, situando al yo en un contexto más decididamente interpersonal y cultural, y planteando cuestiones que tienen que ver con sus límites, la integración del sí-mismo, la autoestima y el sentido personal.

Concluimos este apartado aclarando que toda experiencia comunicativa incluye la calidad interpretativa que emerge del tejido intersubjetivo, único y puntual, en el cual se hallan los sujetos implicados.

4- Construcción de un instrumento para las categorías temáticas: función discusiva y justificación de las dimensiones

Partiendo de la premisa que es imprescindible alcanzar un grado de objetividad en una ciencia de lo subjetivo, el instrumento elegido para futuras investigaciones es el formato de campo combinado con sistemas de categorías (Anguera, 2000)37, construido ad hoc, con el objeto de un proyecto, y que es determinar criterios de competencias comunicativas que ayudan al profesional de la CP para afrontar las categorías temáticos más comunes. Las categorías de nudos temáticos emanen de la praxis y de la psicología social, y son justificados conceptualmente; no son exhaustivas, pero sí excluyentes.

A continuación, desglosamos la tabla de categorías temáticas propuesta para la función discusiva del contenido verbal, formada por dos dimensiones y 13 categorías, cada una con su código. Seguidamente pasaremos a la definición de cada categoría y la justificación de su uso

35 Ansermet, F. y Magistretti, P. (2006). A cada cual su cerebro: plasticidad neuronal e Inconsciente. Buenos Aires: Katz.

36 Ob. Cit., p.240

37 Anguera, M.T. (2000). Del registro narrativo al análisis cuantitativo. En Ciència i cultura en el segle XXI, 41-71. BCN: Reial Acadèmia de Doctors

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DIMENSIÓN A:

AXIOMA PADRES

A1- Motivación oculta y causalidad respecto a la filiación.

A2- Valoración del odio oculto, el deseo de venganza, la impulsividad y el narcisismo anti-social.

A3- Responsabilización de actuaciones pasadas.

A4- Capacidad de empatía.

A5- Valoración de la historia familiar socio-comunitaria.

A6- (Solo para menores). Identificación de obstáculos para la participación activa del menor.

A7- (Solo para personas no psicopatológicas) El sentido de coherencia

DIMENSIÓN B:

AXIOMA CP

B1- Honestidad técnica

B2- Conocimiento clínico y diagnóstico.

B3- Capacidad de empatía y compasión.

B4- Capacidad de facilitador de la comunicación.

B5- Aspectos éticos.

B6- Capacidad de analizar la estructura comunicativa.

Figura-3: Tabla de categorías temáticas para las competencias comunicativas del coordinador de parentalidad (función discusiva de los nudos temáticos). Incluye 2 dimensiones y 13 criterios.

Definición y justificación de las categorías

DIMENSIÓN A: AXIOMA PADRES

Esta dimensión refiere a la función discusiva sobre el contenido temático y comunicativo del CP, y que es relativa a aspectos de los progenitores intervenidos.

A1- Motivación oculta y causalidad respecto a la filiación:

Se trata de facilitar la comunicación para que el evaluado refleje sus motivaciones, conscientes o inconscientes, respecto a su filiación sin que por ello tenga que responder a preguntas directas y cerradas. Son declaraciones que apuntan a las metas más importantes para cada padre o madre y a las probabilidades de su realización. La perspectiva temporal se construye mediante objetivos a corto o largo plazo, que

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determinarán el comportamiento de la persona para conseguirlos (Nuttin 1985) 38 . Efectivamente, la dinámica del comportamiento del ser humano, conjugada con su funcionamiento mental, está orientada hacia la subsiguiente construcción de proyectos o planificaciones responsables si incluyen a sus hijos en este proyecto. Si la filiación goza de solidez, se percibe una vinculación con el menor, una compenetración y sintonización afectiva (Stern, 1985) 39 así como el manejo y la contención (Winnicott, 1998) 40 Desde la órbita de la psicología social vinculada al derecho, nos podemos remitir en esta categoría al uso de las 3 Ps: Protección, Provisión y Participación para averiguar si los progenitores caen en la negligencia u omisión en uno de esos conceptos. Por parte de los niños, nos podemos encontrar con una especie de anaclitismo, señal de alarma de estragos más hondos que tardan en manifestarse, pero que actúan desde el silencio.

A2- Valoración del odio oculto, el deseo de venganza, la impulsividad y el narcisismo anti-social:

Esta categoría se refiere a aquellas comunicaciones que hablan de deseos difíciles de comunicar o de admitir respecto a la pareja que ha roto la convivencia. El deseo de venganza se anida detrás de muchas actuaciones como una manera de re-establecer la autoestima rota y la imagen narcisista destruida. La imposibilidad de frenar las autoacciones destructivas, adictivas o de rabia implica una incapacidad de frustrar los deseos propios o de frenar las pulsiones; el narcisismo anti-social es un polo extremo del narcisismo considerado normal, e implica una pulsión en satisfacer los deseos propios sin contemplar los deseos de los demás. A veces la simulación y fingimiento están a la orden. Existen varias pruebas de detección de la simulación, aunque su uso no es común en la CP. Sin embargo, por la praxis de las entrevistas, se detecta fácilmente una búsqueda tormentosa de liderazgo, una pérdida de fluidez en la conversación, o bien se percibe la insensibilidad en las relaciones interpersonales de los hijos con el otro progenitor, la falta de remordimiento, arrepentimiento o sentimiento de culpa, el egocentrismo patológico para lograr los fines propios, la pérdida de intuición y el uso de la mentira en su falta, la desvalorización de los demás y de la autoridad o de quién la representa. Esos criterios, juntos o separados, están a la merced del profesional que interviene, pues le tocará valorar su intensidad y relevancia, o el nivel de sus consecuencias para los niños en riesgo de sufrirlos.

Si bien desde la salud la simulación no se considera un trastorno mental sí que es una conducta de fraude. Para su determinación, es necesaria la convergencia de evidencias procedentes de distintas fuentes de información (González, Santamaría y Capilla, 2012)41

38 Nuttin, J. (1985). Future time perspective and motivation: Theory and research method. Belgium and USA: Leuven University Press & Lawrence Erlbaum Associates.

39 Stern, D. (1985). The interpersonal world of the infant. New York: Basic Books

40 Winnicott, D. (1998). Los bebés y sus madres. Barcelona: Paidós.

41 Gónzalez Ordi, H., Santamaría Fernández, P., y Capilla Ramírez, P. eds. (2012). Estrategias de detección de la simulación: Un manual clínico multidisciplinar. Madrid: TEA ediciones.

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A3- Responsabilización de actuaciones pasadas:

Es la capacidad de reconocer la participación propia en actuaciones pasadas, dando una función introspectiva; las personas inmersas en un conflicto familiar forense tienden a auto exculparse de todo y a justificar las actuaciones para estar en paz con su conciencia. El CP no es un abogado ni un fiscal; no juzga; no atribuye juicos de valor; solo ayuda según los criterios técnicos relativos al objeto de su trabajo, e informa. Y para ello debe dejar hablar el casus poniendo incluso en suspenso su saber para dejar salida al saber del otro.

Es una categoría que se sitúa en la antesala del cuestionamiento e implica un dinamismo intrapersonal de cambio futuro. Sheehan, Thakor y Stewart (2012) 42 revisaron los estudios realizados sobre este criterio en el ámbito de la violencia en la pareja (en España llamada violencia de género), y vieron que las personas que cambiaron su actitud violenta, manifestaban más honestidad respecto a su responsabilidad en su abuso en el pasado, y aceptaban pagar las consecuencias. El estudio testificó que la mejora en las capacidades comunicativas era un facilitador de cambio, sobretodo en el reconocimiento de los impulsos violentos y en su control.

Por el lado opuesto, Philipse, Koeter, Staak Y Van Den Brink (2005)43 revisaron las propiedades psicométricas del Inventario Clínico de los 47 Indicadores de Riesgo de los Repetidores en Conductas de Abuso. Este instrumento incorporó Ítems aportados por la práctica clínica, y uno de ellos es precisamente la negación de haber cometido ningún abuso a las víctimas. Los autores incluyen tanto el narcicismo anti-social como la negación de responsabilidad sobre los actos propios, pasando por la carencia total de poder imaginar cómo se sienten las víctimas, violando los límites de los demás sin reparo, y obligando a los demás a adaptarse a las necesidades propias, haciendo de todo el repertorio una buena valoración de riesgo futuro; la prensa nos demuestra a diario que sin arrepentimiento verdadero los violadores y abusadores siguen repitiendo sus conductas, volviendo a poner en cuestión la clásica pregunta: ¿cómo curarse de una satisfacción? Por mi propia experiencia, desarmar la anosognosia psíquica constituye un factor curativo muy importante. En el ámbito de la CP la detección de la misma es de rigor en honor a la protección de los menores.

A4- Capacidad de empatía:

Se trata de aquellas declaraciones que se entregan a la supuesta sensación del otro o que pretenden rescatarlo de la soledad de sus sensaciones; reflejan una escucha consciente (identifican una emoción) y comprensiva (la entienden); pretenden captar la perspectiva del interlocutor, pero también informarle de que ha sido captado o entendido. El punto de partida del cambio es el efecto intersubjetivo de la empatía que ofrece la posibilidad de salirse de uno mismo y de prepararse para la palabra, el espejo social

42 Sheehan, K., Thakor, S., & Stewart, D. (2012). Turning Points for Perpetrators of Intimate Partner Violence. Trauma, Violence & Abuse, 13, 1, 30-40.

43 Philipse, M., Koeter, M., Van Der Staak, C.&Van Den Brink, X. (2005). Reliability and Discriminant Validity of Dynamic Reoffending Risk Indicators in Forensic Clinical Practise. Criminal Justice and Behavior, 32, 6, 643-664.

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(Cyrulnik, 2007; Roustan, 2010)44 45 . Aquellos sujetos con perfiles de funcionamiento interpersonal de hostilidad o evitación social necesitarían de más tiempo para establecer una relación óptima con sus hijos/as. Desde la psicología social y evolutiva, Frans de Vall (2007) 46 presenta los 4 pilares de la moralidad: la reciprocidad, el sentido de justicia, la compasión y la empatía. Describe la última como un canal de sincronización cognitiva, un canal corporal y una consolación del otro en apuros, y la conyuga con la compasión, mientras asocia la sensación de justicia con la reciprocidad

A5- Valoración de la historia familiar socio-comunitaria:

Cuando se entrevista a una familia, es imprescindible preguntar por los padres, abuelos y hermanos, en suma, el ambiente familiar y social que dio vida y enmarcó el desarrollo de los sujetos implicados. El ser humano entabla una relación con la realidad circundante. Es una tarea social, que no se lleva a cabo de forma individual o aislada. La herramienta característica de estos intercambios es el lenguaje, público y social, que constituye desde Marx (1974) 47 la conciencia intersubjetiva.

Si no preguntamos por el modus vivendi de la familia en su sentido lato será muy difícil aislar esos elementos y descubrir conductas repetitivas de riesgo, o incluso rasgos de deficiencias disfrazados en rasgos de carácter.

A6- Identificación de obstáculos para la participación activa del menor:

Para muchos niños, evaluar un acontecimiento grave consiste en devaluarlo, tanto como lo aprendieron de sus padres. Así que deviene peligroso recoger los testimonios de los niños y establecerlos como arma arrojadiza para el Tribunal, sin asegurarse primero de la veracidad de los mismos. Además, según un estudio realizado por Escribano y Vallespin (2000) 48 , cabe la posibilidad de que un testimonio esté deliberadamente falsificado, pues el porcentaje de alegaciones falsas oscila entre un 7% de la población española y sube drásticamente a un 50% cuando se trata de disputas por la custodia filial. Esos datos son del 2000 pero no parece haber motivos sustanciales para que hayan mejorado y la práctica cotidiana lo demuestra.

44 Cyrulnik, B. (2007). De cuerpo y alma: Neuronas y afectos: La conquista del bienestar Barcelona: Gedisa. p. 156.

45 Roustan, M. (2010). Estudio observacional de ayuda interactiva en el postratamiento de cáncer de mama: reuniones GAFA. Tesis doctoral. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona, Facultad de Psicología, Dpto de Psi Básica, Evolutiva y de la Educación.

46 Frans de Vall (2007). Primates y Filósofos: la Evolución Moral del Simio al Hombre Barcelona: Paidós.

47 Marx, K. y Engels, F. (1974). La Ideología Alemana. Barcelona: Grijalbo. p.26

48 Escribano, E., & Vallespin, V. (2000). Evaluación de los testimonios infantiles en caso de abuso sexual. Jornades de Foment de la Investigació. Universitat Jaume I. (http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi5/abusosex.pdf).

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Por otra parte, hay adolescentes que pretenden espolear una sensación de justicia entre sus padres, y lanzan como Iris la manzana de la discordia, abundando en el falso testimonio para manifestar el único poder que puedan ostentar en el conflicto entre sus padres.

A7- El sentido de coherencia (solo para personas no psicopatológicas):

El sentido de coherencia, como factor clave salutogénico ha sido asociado muy a menudo con la resiliencia (Roustan, 2008) 49 . Enfrentar exitosamente un problema implica una gestión cognitiva, afectiva y instrumental, y sitúa tal actividad dentro del contexto social, familiar, estructural y cultural de la comunidad donde vive la persona (Antonovsky, 1993)50 . Antonovsky define el sentido de coherencia como una sensación segura de que los sucesos de vida que uno afronta son comprensibles, que se tienen los recursos para asumir los requisitos de esos sucesos y que estos últimos poseen algún sentido o merecen el propio compromiso. Ante una situación judicial como es un divorcio contencioso con niños, los factores antonovskianos de mantenimiento de la coherencia son de gran utilidad para el CP. Subrayamos tres dimensiones de los 29 ítems que desglosa el autor; son: la comprensibilidad, la capacidad de manejo y el sentido que se tiene en vivir los desafíos como si valieran la pena. A la luz de su trabajo y del nuestro en la CP, entendemos que, ante un suceso duro de digerir, poco lenitivo, un casus belli, el sujeto puede optar por ser atacante, inmerso en la amargura, víctima, o bien por lo contrario, cálido, afectuoso y asumiendo el problema de la separación; hacer de la problemática algo más que una tolerancia de existir y participando en la elaboración de un buen plan para los hijos en común.

Ahora bien, es importante especificar que, para una persona con poco equilibrio psicológico, el sentido de coherencia puede ser totalmente distorsionado, y por ello esta categoría no puede ser aplicable por ejemplo a una persona con psicosis o psicopatología dado que su condición delirante y su efecto devastador no permiten al profesional intervenir.

DIMENSIÓN B: AXIOMA DEL COORDINADOR DE PARENTALIDAD

La dimensión B se refiere a competencias personales del CP, que se puedan adquirir, fomentar y ejercitar, y que son necesarias para la función discusiva del contenido temático.

B1- Honestidad técnica:

En la práctica, los evaluados acuden al CP con el afán de probar que son buenos padres, reclamando incluso que el profesional avise al Tribunal de sucesos que consideran dañinos del otro progenitor. Incluso llegan a nombrar falsos abusos que nunca existieron.

49 Roustan, M (2008). Cáncer: cuando habla el cuerpo. Publi corinti: Barcelona. 50 Antonovsky, A. (1993). The Structure and Properties of the Sense of Coherence Scale. Social Science and Medicine, 36, 6, 725-733.

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Ante una petición de un progenitor tan sesgada, el CP debe no solamente negarse, pero además prevenir al padre/madre que el resultado de su intervención no camina en esta dirección. Si el error es humano y aceptable, el código con lo que se emite el mensaje y el mismo mensaje son inseparables Nos ayuda Sullivan (2014)51 cuando aboca por un procedimiento impecable por parte del profesional; insiste en la importancia de que las partes confíen en el CP, y en la necesidad de establecer los límites a seguir, previo firma de contratos. Explica el autor que cuando se tiene que dar una retroalimentación crítica a los progenitores, hay que hacerlo de modo a que lo tomen de manera constructiva dado que suelen tener una vulnerabilidad narcisista significativa; insiste sobre la necesidad de crear una experiencia emocional correctiva que trasmita tolerancia, mientras se mantenga la expectativa de seguir las normas, y a continuación obedecer a los acuerdos firmados.

B2- Conocimiento clínico y diagnóstico:

En España no hace falta ser psicólogo clínico para ser coordinador parental, pero en la práctica es muy difícil no diagnosticar ciertos problemas de trastornos de la personalidad, bastante comunes en nuestras intervenciones. Un psicólogo escucha primero para poder luego prestar su lectura del caso. Los desafíos más comunes encontrados en la práctica profesional son los progenitores paranoides o dramáticos (Cluster A), antisociales y narcisistas (Cluster B), y dependientes y evitativos (Cluster C). Esas personas hacen de su divorcio un último intento, desesperado y fallido, para encontrar una salida a sus necesidades o bien a sus pulsiones que no les permite pensar. En mi opinión, si un psicólogo no pasa por su propia terapia, una o varias veces, o en todo caso realizar una supervisión de sus casos, es muy probable que proyecte sus elementos personales y sus fantasmas a las personas que acuden a él. Siguiendo la enseñanza de Lacan, en su Seminario VIII (2001) 52 , el deseo del profesional está centrado en el duelo que debe hacer y no debe estar representado por un significante; es sólo un vacío.

En EEUU, por ejemplo, el juicio clínico es necesario para establecer una conexión con cuestiones forenses (Hoge, 2012)53 , y se recomienda que cualquier evaluación forense deba ser conducida y llevada por profesionales certificados y entrenados en el campo que deban evaluar

B3- Capacidad de empatía y compasión:

Se refiere a aquella capacidad de ponerse en el lugar del otro, para poder entender lo que siente o lo que piensa, al margen que el profesional esté de acuerdo éticamente con él o no. Es hacer el muerto a nivel de los deseos personales para poder dejar espacio a los del interlocutor. En cuanto a la compasión, el estudio de la psique aplicado a la infancia necesita descansar sobre el pilar de la compasión para no perder su vertiente

51 Sullivan (2013), M. J. (2013). Parenting Coordination: Coming of Age?. Family Court Review, 5, 56-62.

52 Lacan, J. (2001) Seminario VIII. Barcelona: Paidós. P. 305.

53 Hoge, R. (2012). Forensic assesments of Juvenile: Practice and Legal Considerations. Criminal Justice and Behavior, 39, 9, 1255-1270.

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humanitaria y social. Si un psicólogo no está atento al sufrimiento del otro, a su indefensión o desamparo, defraudaría a la esencia de la psicología.

Un psicólogo debe ser como un sismógrafo que recoge los movimientos del alma para proceder a elaborar su intervención y tener una mirada prospectiva.

B4- Capacidad de facilitar la comunicación:

En la primera parte se explicó la importancia de la comunicación en la CP; con el criterio B-4 se pretende definir algunas pautas prácticas, que, por regla general, constituyen un modo de compulsión dinámica para una mejora de la comunicación, pues la habilidad de facilitador cumple con una función de intervención (Roustan, 2010) 54 . El psicólogo participa en un proceso bidireccional de comunicación que transcurre a varios niveles simultáneamente. Hay muchas formas no conscientes que influyen en esta experiencia. Tras rastrear el proceso comunicativo, esas impresiones y componentes cognoscitivos resultan muy útiles a la hora de avanzar. El encuentro de la verdad surge más del diálogo y del intercambio que de la soledad.

B5- Aspectos éticos:

El CP arranca sus entrevistas con una deuda ética hacia cada una de las personas que han confiado en él. Es el agente profesional durante toda la experiencia y su máximo responsable y debe ofrecer una atención considerable a la intención y el contexto de sus acciones, puesto que su posición implica una vulnerabilidad ética potencial. En los colegios de psicólogos la deontología ocupa un lugar destacado y de obligado cumplimiento. La comisión deontológica preserva los derechos del profesional, así como los del paciente, y marca unos límites que no se pueden saltar. En un campo tan amplio como el de la psicología, es de suma importancia entender que la amplitud de miras no significa otorgarse una permisividad sin límites o sin la conciencia de la responsabilidad que conlleva trabajar con seres humanos, que se merecen ante todo un gran respeto. Es muy importante también que el facultativo sea consciente de las consecuencias de sus intervenciones y sea capaz de asumirlas. Del mismo modo que no se puede jugar con las emociones y sentimientos de una persona, no se puede pasar por alto que la intervención del psicólogo puede provocar problemas o arrastrar cambios indeseables. La cautela, el cuestionamiento personal y la formación continuada son de rigor.

Entre los principios que más se adaptan al presente trabajo contamos con los de Abel i Fabre (2001)55, y que incluyen el respeto a las personas, la beneficencia y la justicia. Y para la toma de decisiones éticas en la práctica hemos de distinguir tres aspectos: la ética substantiva, de procedimiento y de la decisión.

54 Roustan, M. (2010). Estudio observacional de ayuda interactiva en el postratamiento de cáncer de mama: reuniones GAFA. Tesis doctoral. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona, Facultad de Psicología, Departamento de Psicología básica, evolutiva y de la educación.

55 Abel Fabre, F. (2001). Bioética: orígenes, presente y futuro Madrid: Mapfre.

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B6- Capacidad de analizar la estructura comunicativa:

La cooperación dialógica fundamenta la intervención en sus vertientes epistémica y contingente; la epistémica, por lo que implica de narración; la contingente, por lo que implica de verdad construida, la que hace emerger, bajo transferencia, al sujeto del inconsciente.

Entendemos con el estudio de la estructura de la comunicación que las evocaciones son habladas, representadas por las palabras e inscritas en el campo del lenguaje, y por eso están sometidas a una serie de dimensiones objetivables. Destacamos las siguientes: el contenido temático, el contenido lingüístico y semántico, y el modo de enunciación y asociación. Nos interesa igualmente la extracción de nudos temáticos que interesan al sujeto y que reflejan no solo su modo de vivir, pero sus atascos personales.

5. Valorar riesgos/beneficios y conclusión

Los menores inmersos en los procesos de familia padecen el impacto de las dimensiones conflictivas de sus padres, requiriendo de estrategias específicas por parte de los profesionales de la CP, dotados de competencias y técnicas particulares, y dispuestos a un trabajo interdisciplinar con los demás profesionales intervinientes. La idea es de encontrar una decisión “adecuada”, aunque no sea siempre la “perfecta”. Devolver el control a los padres, pues el desarrollo de sus hijos está en sus manos.

Teniendo en cuanta la multitud de variables en juego dentro de un grupo familiar, la cautela se convierte en imprescindible al igual que analizar las variables conflictivas de cada familia, caso por caso, para calcular su índice de conflictividad y calibrar las soluciones más convenientes para sus hijos, valorando los riesgos y beneficios Las variables conflictivas desglosadas emanen de la práctica, y las estrategias comunicativas del profesional son categorías que pueden servir de base para futuros estudios, y pueden servir de guía para algún grupo de investigación Igualmente se podrían cruzar las categorías de la estructura comunicativa de la primera parte y las categorías temáticas de la segunda parte, en aras a futuros estudios.

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Anexo:

Tabla de resumen de las intervenciones del profesional respecto a la relación y tarea.

Mantenimiento de la relación

Feedback focalizado en la cooperación dialógica

Función discusiva

Conformación del tipo de intercambio

10 Contacto-cero

11 Seguimiento visual sin reflejo empático

12 Seguimiento visual con reflejo empático o manifestación de emoción:

13 Seguimiento activo sin reflejo empático ni manifestación de emoción

14 Seguimiento activo con reflejo empático visible o audible o manifestación de emoción

20 Tema personal-cero

21 Tema personal no discusivo: contar

22 Tema personal discusivo convencional: intercambiar preguntas/respuestas directas

23 Tema personal discusivo asertivo: evaluar opiniones y situaciones sin entrar en confrontación. (Puede ser encubierto o explicito)

24 Tema personal discusivo confrontativo: analizar el problema desde diferentes puntos de vista o alternativas

Intervención del CP

Intervenciones analíticas (A)

Intervenciones psicoeducativas (B)

Intervenciones de conducción (C)

30 Intervención-cero

31 Intervención-cero con seguimiento 11

32 Intervención-cero con seguimiento 12

40 Intervención interpretativa de la propia acción

41 Intervención familiar

42 Interpretación sobre los efectos en los hijos

43 Interpretación sobre la resonancia familiar

50 Intervención funcional

51 Intervención de vinculación y identificación

52 Intervención sobre perspectiva de futuro

53 Intervención de confrontación

60 Intervención facilitadora de participación

61Intervención de protección

62 Intervención de contención

63 Intervención que señala la empatía

70 Intervención mixta entre 50 y 60

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