EPO

DIBUJO: JORGE MOLINA, 4º EPO “CUENTO DE NAVIDAD.”
WILLIAM PASCUAL SANDERSON, 5º EPO “AÑO 3158”
FERNANDO RODRÍGUEZ-LOSADA RAMOS, 6º “EL NIÑO JESÚS NACE EN CORUÑA.”
ENRIQUE RAMÍREZ GAVILÁN, 3º
DIBUJO: JORGE MOLINA, 4º EPO “CUENTO DE NAVIDAD.”
WILLIAM PASCUAL SANDERSON, 5º EPO “AÑO 3158”
FERNANDO RODRÍGUEZ-LOSADA RAMOS, 6º “EL NIÑO JESÚS NACE EN CORUÑA.”
ENRIQUE RAMÍREZ GAVILÁN, 3º
DIBUJO: BOSCO QUINTERO DOLZ DEL CASTELLAR. 1º ESO B
“ALGUIEN A QUIEN LLAMAR HERMANO.”
IGNACIO FERNÁNDEZ ALLEGUE, 3º ESO A
“CUENTO DE NAVIDAD.”
CARLOS QUINTERO DOLZ DEL CASTELLAR, 3º ESO B
“EL MISTERIO DE LA ROSA ESTACIONAL.”
DIEGO MACEIRAS, 1º ESO A
Había una vez un niño llamado Manuel al que no le gustaba la Navidad y que no creía que existiesen los Reyes Magos.
Una Nochebuena se fue a dormir como siempre, pensando que no iba a pasar nada extraño. Cuando se quedó dormido tuvo un sueño en el que pasaron muchas cosas: de la nada se cayó a una tierra rara en la que vió una ciudad. Entró en la ciudad y encontró mucha gente con ropas viejas, como de otra época, yendo de acá para allá. Supuso entonces que estaba en el pasado.
Estaba muy cansado sin saber por qué. Buscaba como loco un lugar en el que descansar. Como en la ciudad le resultó difícil encontrar, decidió ir a las afueras para dormir, aunque fuera necesario, en un corral, en una cabaña… Después de un rato buscando vio a un hombre y una mujer entrando en una cuadra, o algo así, al menos se le parecía, y decidió seguirles adentro para ver si podía descansar allí. Cuando entró dentro vió que había una vaca, una mula y mucha paja. Permaneció escondido y sin hacer ruido. Por las conversaciones que escuchaba, se dio cuenta de que ellos iban a tener un hijo al que iban a nombrar Jesús. Se quedó muy sorprendido cuando escuchó unos gritos de alegría que salían de dentro de la barriga de la mujer. Era milagroso, parecía que el momento del nacimiento se acercaba. Y así sucedió, cuando nació el hijo estaban súper contentos; en ese momento se dieron cuenta de que Manuel estaba allí, pero no les importó porque estaban felices. Después, Manuel se presentó y les preguntó si podía quedarse allí y ellos le respondieron con gran alegría que sí, que celebrarían juntos el nacimiento del Rey. Manuel no entendía todo lo que pasaba, pero se quedó ayudando y cuidando a Jesús. Se sentía un privilegiado.
Al cabo de un rato su sueño se acabó y se despertó en su cama. Acabó creyendo en la Navidad y en Jesús y en la Virgen y san José; en los reyes magos y en todo lo que había vivido en su sueño.
Había una vez, un niño llamado Daniel que nació en el año 3147. Como todos los días, Daniel se levantó con su despertador de cosquillas automático, ya que hacía muchos años que los despertadores de sonido no existían.
Hoy, su madre le había programado tres opciones de desayuno: unos cereales, huevos fritos con bacon y colacao con tostadas. Él pulsó la opción tres y la máquina empezó a funcionar, mientras tanto él se vistió. Antes de ir al colegio, se aseguró de llevar su reloj-movil porque todos los días, de camino al cole, hablaba con su madre.
Por el camino, yendo con su skate volador, se iba encontrando a compañeros que también iban al colegio con sus vehículos voladores, algunos en coches voladores, junto a sus padres, otros en sus “jetpacks”, y otros con sus bicis voladoras.
La mañana pasó con normalidad, y llegó la hora de comer. Hoy le tocó que le sirviera la comida el robot número K-5829 que le caía muy bien porque era muy simpático y siempre le contaba algún chiste mientras comía. A las cuatro y media de la tarde, llegó a casa y, mientras hacía los deberes, sus padres llegaron a casa a través del tubo transportador, que comunicaba directamente con sus oficinas.
Pronto, sus padres empezaron a preparar la cena, y a invitar a sus familiares, que poco a poco fueron llegando a su casa, ¡hasta que estuvo llena de gente!. Daniel no sabía qué estaba pasando, hasta que vio la fecha : ¡24 de diciembre de 3158! ¡Era el día anterior a la fiesta de Navidad..Nochebuena!.
Después de la cena, se fue a la cama donde no tardó en quedarse dormido ya que era tarde y estaba cansado. Al día siguiente, se despertó para celebrar el nacimiento de Jesús pues ese acontecimiento, aunque estemos en el año que estemos, futuro, presente o pasado, lo seguimos celebrando con la misma alegría.
Los Reyes Magos se reunieron en Qatar. A lo lejos ven una estrella y la siguieron. Fueron al Occidente en vez de Oriente.
Pasaron muchas ciudades, por ejemplo: Estambul, Atenas… pero iban para España…. Y se encontraron en la ciudad de la Coruña.
La estrella estaba encima de la Torre de Hércules. Entraron en la torre y vieron una luz en el sótano. Bajaron las escaleras y ahí estaba el portal de Belén.
Este año el Niño Jesús ha nacido en la Ciudad de la Coruña. Este año “fala galego”.
FINSalí de mi casa sobre las nueve, en una tarde que hubiese llegado a ser noche. La calle se llenó de gente que buscaba tiendas abiertas para comprar un detalle a sus seres queridos. Ya llevaba yo veinte años sin sentir esas ganas de esforzarme en encontrar un buen regalo a aquellos que amaba. Ni siquiera tenía ganas de celebrar nada que se relacionase con la Navidad.
A medida que paseaba por las iluminadas y decoradas calles, me empezaron a venir recuerdos de las celebraciones pasadas y de como la vida era algo mucho más simple. Mi hermano y yo nos sentábamos en el gran sofá de nuestra casa. Nuestra madre nos alcanzaba los regalos y nos ayudábamos a abrirlos. Luego toda la familia se reunía en la mesa del comedor, la mejor parte. Comíamos, reíamos y disfrutábamos cada segundo. No me avergüenzo en admitir que la compañía de mi hermano era lo que yo más disfrutaba. Éramos uña y carne. Volví en mis pensamientos en cuanto fuí deslumbrado por el árbol gigante colocado en el centro de la ciudad. Brillaba tanto que costaba encontrar la decoración entre tanta luz. Llevaba ya varios minutos dando vueltas en bucle alrededor de la plaza, así que me senté en un banco cercano al árbol iluminado y comencé a observar el lugar.
A medida que veía ir y venir a la gente, me volvieron a carcomer los pensamientos sobre mi familia, concretamente sobre mi hermano. Realmente es increíble como la gente se puede llegar a distanciar tanto por un simple trabajo. Lo más triste es cuando realmente te das cuenta que ya no estais tan unidos. Seguí observando y vi grupos de amigos, familiares y conocidos. Fué entonces cuando reparé en una familia que se fué a sacar una foto al árbol. Como no querían que nadie se quedase fuera, me pidieron si podía sacarla yo. Acepté y cogí la cámara. Una vez se juntaron y se pusieron a sonreír les saqué la foto. En ese instante, me vino un golpe de conciencia. Les devolví la cámara y corrí a la cabina telefónica más cercana. Marqué un número que llevaba sin marcar décadas y empecé a oír esa voz olvidada pero deseada
Días después me encontraba yo en aquella mesa que había resistido el paso de los años. Oía las mismas risas y escuchaba los mismos chistes. La comida era consumida con buen humor y las risas no cesaban. La felicidad fué mayor cuando miré a mi derecha, donde mi hermano estaba sentado y reía tanto como el resto. Eso sí que era el mejor regalo que podía recibir.
FIN
Carlos Quintero Dolz del Castellar. 3 º ESO B
Era el 24 de diciembre, había poca gente en la calle, las luces de las casas estaban aún encendidas y se veía a las personas en sus casas, a través de las ventanas, como si estuvieran de fiesta. Juan se extrañó al ver esto, pues era una ciudad muy poblada y en la calle solía haber mucha gente. Estaba volviendo a su casa del trabajo, triste, pues su jefe le había echado la bronca por llegar tarde. Su jefe le había pedido un relevo porque le dijo que tenía que ir a su casa a celebrar no sé qué ese día.
Iba andando cuando de pronto vió a una familia de pobres en la calle, pero en vez de estar tristes y pidiendo limosna, estaban contentos y sonriendo todos, hablando entre ellos. Juan les preguntó: ‘’¿Qué estáis celebrando, ha pasado algo importante de lo que yo no me haya enterado?’’. La que parecía la madre le contestó: ‘’Ha nacido el hijo de Dios’’. Estas palabras le dejaron estupefacto y no supo bien qué responder. Los pobres siguieron como si nada, hablando y riendo entre ellos. Juan siguió un rato callado, pero luego preguntó: ‘’¿Y quién es ese tal Dios?’’. La madre le dijo: ‘’ Es el creador de la humanidad y de todas las cosas, nuestro padre, y hoy celebramos el nacimiento de su hijo, si quieres te lo puedo enseñar’’. La señora le tocó la frente y de pronto Juan apareció en una especie de pesebre, pero parecía de otra época. En un lado del lugar estaban un hombre con barba, y una mujer alrededor de un niño, recién nacido, tumbado en la paja del pesebre. Fuera en la entrada había unos pastores, con sus ovejas y de pronto aparecieron unos señores. Parecían reyes, con trajes de tela y joyas de oro. Eran tres, llegaron en camellos, y cada uno llevaba una caja en las manos, pero no todas eran iguales. Se acercaron al bebé y se arrodillaron. El primero dijo: ‘’Oro, porque es rey’’ y dejó la caja a sus pies. El segundo dijo: ‘’Incienso, porque es Dios’’ y también se lo dió. El tercero también dijo: ‘’Mirra, porque es hombre’’ y también este le dió su caja. Dicho esto, de repente se desvaneció todo y apareció otra vez en la calle y estaba con los pobres. La madre le dijo: ‘’Ahora ya has entendido’’. Entonces les salieron alas a todos y se transformaron en hermosas personas con alas y trajes blancos resplandecientes. ‘’Nuestra misión se ha cumplido y ahora ya podemos volver con Dios’’ y salieron volando.
Ahora José lo comprendía, el porqué de ese silencio en la calle, por qué esa sustitución a su jefe y por qué esos pobres celebrando en la calle, los cuales se transformaron en Ángeles. Porque había nacido el hijo de Dios.
FIN
Diego Macerias Suárez. 1º ESO A
Todo tiene un orden y un ser que lo controla, en muchos casos es desconocido y en otros no, en el caso de las estaciones es la rosa estacional
Era un 20 de diciembre y el sargento Guillermo Piruleta Von Dom Chocolate estaba preparado para empezar una jornada de administración de juguetes, pero cuando salió de su casa miró al cielo y… ¡era primavera!.
Notificó esto a Papá Noel y el servicio de inteligencia del Polo Norte se puso a buscar el núcleo de la Navidad, el hielo infinito, etc. y lo que faltaba era la rosa estacional, la que controlaba las estaciones. Y sin estaciones no hay Navidad. Descubrieron un hueco en el suelo y se lo notificaron a Noel. Este mandó al sargento Guillermo Piruleta Von Dom Chocolate (también dicho sargento Guillermo) debido a sus hazañas.
En menos de una hora, el sargento Guillermo se disponía a precipitarse por aquel hueco del tamaño de un dedo y misteriosamente se encogió y entró. Dentro no encontró nada, pero aún así escuchó una voz: - Pequeño valiente, qué haces aquí en esta tierra de horror ardiente.
- Vengo a por la rosa estacional- dijo el Sargento.
- Por favor, háblame en verso, sino todo lo entenderé de modo diverso. El sargento hizo un esfuerzo y dijo:
- La rosa he de encontrar, sino la navidad no se va a manifestar.
Y le respondió:
- Un hermano de Noel es el culpable, pero tiene una razón más que explicable.
- ¿Y dónde estará? - dijo el sargento-. Si no, Navidades no habrá.
Y por último dijo:
- En un frío abrigo, donde tendrá cobijo-. Y la voz se desvaneció. Tras esto, el sargento Guillermo se fue como entró.
Inmediatamente, el sargento reunió a los mejores escuadrones y adivinadores de adivinanzas del norte, que tras intensas horas de esfuerzo descubrieron que se lo que decía la voz era el Polo Sur. Tras lo dicho el sargento Guillermo reunió a su mejor equipo, el Equipo Morsa, para ir al Polo Sur.
“El
Cuando ya estaban en altamar, a unos kilómetros de distancia avistaron un barco del sur, que hacía unas maniobras extrañas. Pero cuando se acercaron, descubrieron ¡que eso se trataba de un ataque!.
Con una velocidad digna de un rayo, las morsas se pusieron en los cañones y lanzaron misiles morsa. Esto consistía en lanzar la tripulación de morsas, atravesando el barco y que, con su potencia al nadar, lo abordaran. Fue un éxito y lograron hundir el barco.
Ya estaban en el Polo Sur, doblando el último cabo cuando… ¡les tendieron una emboscada!
Los ofles les lanzaron misiles pescao y el escuadrón se tuvo que dividir: algunos fueron para el norte, otros para el sur. Pero fue el sargento Guillermo el único que atravesó las filas enemigas, llegando a donde el ladrón estaba. Era el Tío Noel.
-¿Por qué tú? -dijo el sargento.
-Porque me desterrasteis por ayudar, y quien no ayuda trae problemas.- dijo el Tío.
Con furia, el sargento desenvainó su espada-bastoncín a la velocidad de la luz y el Tío hizo lo mismo. Golpe tras golpe, el sargento Guillermo estaba perdiendo. En un movimiento fugaz del Tío, el sargento perdió su espada a causa de un corte. Noel le iba a dar el golpe de gracia cuando su bolsillo empezó a brillar. Llas heridas del sargento se curaron y su espada, rota, se convirtió en una rosa… ¡Era el poder de la rosa estacional! El Tío estaba moralmente vencido y se rindió, y ahí la rosa fue plantada. FIN