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SAM

Así funciona la cadena de solidaridad médica

El objetivo es auxiliar a cualquier médico colegiado en la provincia que tiene dificultades y que no siempre son cubiertas por la asistencia social

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Ocho médicos han puesto en marcha el Servicio de Apoyo al Médico (SAM) del Colegio. Una cadena solidaria con el objetivo de auxiliar a cualquier colegiado en las dificultades que pueda presentar y que no siempre son cubiertas por las asistencias sociales disponibles.

Todos los casos se tratan con la máxima intimidad y confidencialidad: desde problemas de soledad en mayores y dificultades de los jóvenes para abrirse paso en la profesión a situaciones económicas imprevistas que desencadenan pequeños dramas familiares, falta de ayuda asistencial, dificultades para entrar en centros asistenciales o problemas para desenvolverse en la era digital en la que estamos inmersos. “Muchas veces, por la experiencia que se va adquiriendo, necesitan apoyo emocional y de orientación para resolver problemas administrativos o de asistencia médica que las circunstancias personales no han podido resolver. Una simple conversación, la confianza de no verse sólo, de saber que alguien está dispuesto a ayudarle, bastan para resolver muchos casos. En los mayores, en muchas ocasiones, el problema surge por la sensación de soledad”, explican. El Colegio busca, a través del SAM, hacerse sentir como una familia en la que todos nos ayudamos a todos, y en la que siempre encontremos orientación y acogida.

Dr. José Juan Verdú Verdú Presidencia Dra. Mª Angustias Oliveras Valenzuela Vicepresidencia Dra. Montserrat Etayo Ibáñez Secretaría

Vocalías

Dr. Juan José Lobato Encinas Dr. Francisco Sánchez Del Campo Dr. Néstor Garramone Trinchieri Dr. Enrique Selva Poveda Dr. Roberto Sañudo García

José (nombre ficticio), médico jubilado, estaba abrumado por una ansiedad desde hacía días. La epidemia del COVID estaba en su primera ola de actividad y su broncopatía crónica no le permitía llevar la mascarilla. Unos días antes la policía le había conminado a utilizarla, sin atender a sus razones, multándolo. Acudió al SAM, donde recibió apoyo psicológico, que, junto con una certificación de su estado patológico, resolvió su expediente, para él muy importante, con la policía. Y su estado anímico mejoró con esta pequeña intervención. Silvia (nombre ficticio) se puso en contacto con el SAM agobiada porque no sabía cómo seguir con su trabajo y, al tiempo, atender a su madre, médico de avanzada edad y con demencia. No tenía claro si los servicios sociales le podrían prestar ayuda. Por otra parte, tampoco acababa de entender por qué del servicio de Neurología la habían remitido a su casa, y pedir de nuevo cita tenía sus dificultades. Desde el SAM recibió orientaciones sobre la petición de ayuda social, y se puso en contacto con el neurólogo que le correspondía. La situación se mejoró, y pronto.

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