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Vergonzoso gasto militar

sensaciones y actitudes nocivas para nuestra salud mental: incertidumbres, nostalgias, ánimo de lucro, sacralización de valores como la propiedad, deseos de venganza, odio al otro, es decir, al migrante, al pobre, afán por consumir, ansiedad difusa y un sinfín más de balas que asesinan nuestra posibilidad de ser protagonistasdenuestraexistencia. Lo curioso es que esté en nuestra mano dejar de consumir tiempo empantallados para disponer de vida en directo y no lo hagamos. Quizás sea porque lo que más reproduce la sociedad de la imagen es la ficción de una vida exenta de conflictos, frustraciones y penurias propias, anticipándonos la muerte en vida al arrebatarnos esta, en forma de años fallecidos sentados en un sofá. Somos como la mona Chita, el primate más longevo que murió a los 80 años gracias a que lo tenían encerrado viendo la tele para lucrarse con su vida sedentaria sin poder subirse a los árboles.

E.R.

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Vergonzoso aumento del gasto militar español.

La partida militar para el año próximo bate todos los récords. Casi 56.000 millones incluyendo a las policías, 49.000 si solo contamos lo castrense. La estimación de gasto militar que podemos extraer del estudio de los presupuestos generales del Estado para 2023 es un verdadero escándalo y supera con mucho las cifras que el gobierno ha propagado, cifras ya deporsíescandalosas. Estamos hablando de 48.833,66 millones de euros, una cantidad exagerada, una cantidad que supera con creces el 2 y hasta el 3% del PIB para acercarse casi al 4 % y que esconde gasto militar en múltiples ministerios y departamentos fuera de Defensa, porque otra de las características tradicionales de nuestro gasto militar es su opacidad y dispersión, pensada desde hace años para esconder la escandalosa cifra final del mismo. Un gasto militar que supone nada menos que 1.008 euros por persona o, lo que es lo mismo, 133,8 millones de euros al día. Y a la clase obrera, nos quieren vender que no hay dinero, que nos apretemos el cinturón. Hoy más que nunca se necesita resistencia colectiva efectiva y con la suficiente capacidad «disruptiva» para convertir en un problema así percibido el gasto militar y provocar un cambio radical de políticas de reducción y trasvase de este dispendio de recursos hacia las verdaderas necesidades de la seguridad humana y delaluchaporlapaz.