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Dignidad obrera
Dignidad obrera la vida es corta.
María Bello
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(Vocal CUT en el C.E)
Esta mañana estaba mirando Facebook cuando he leído la publicación de Plataforma Sindical EMT, un compañero de profesión ha fallecido currando en el bus, un infarto. Pensaréis que cualquiera puede morir por ese motivo, que tiene nada que ver conducir autobuses urbanos con el fallecimiento de este compañero. Por favor, vamos a quitarnos la venda de los ojos, no nos engañemos, en serio nos permitimos la licencia de pensar que estar sometidos a tiempos de recorrido imposibles, autobuses que funcionan regular, mal, peor o imposibles de conducir con las mínimas condiciones de seguridad, estar indefensos ante la agresión tanto verbal como física de usuarios, tener unas condiciones laborales que te permitan conciliartuvidafamiliaralniveldeCERO, y un largo etcétera tienen nada que ver con tener los niveles de estrés hasta los ojos???????. Este oficio, lo hacen tan patético y penoso que está considerado como muy estresante, así que si tenemos alguna papeleta para que nos dé un arrechucho puede decirse que A DIARIO NOS ESTAMOS JUGANDO LA VIDA GRATUITAMENTE y a costa de que cuatro xxxxxxxxpiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiixxxx×××××piiiiiiii iiiiiii se forren un poquito más a costa denuestrasaludfísicaymental. Nosotros tuvimos el ejemplo más claro con nuestro compañero Oscar, falleció por culpa de una empresa que empieza por Avan y acaba en za, adivinad qué empresa es. Nos cuesta literalmente sudor y lágrimas tener un sueldo que nos hace no salir corriendo a buscar otro curro al tercer día, gracias a que el Estado español se ha convertido en un vertedero laboral y una cloaca para la clase obrera, los sueldos están reducidos a la mínima expresión que no dan ni para comer aceptablemente y a este paso nos alumbraremos con un candil, aquí en los urbanos de Zaragoza, nos mantenemosaduraspenas. En las negociaciones de convenio a los representantes de la empresa se les llena la boca diciendo que somos unos privilegiados, que tenemos unas condiciones laborales magníficas y que cobramos mucho. Estoy ansiosa por saber cuánto cobran ellos, si, esos que se apoltronan en la silla del despacho con una cafetera “chachipiruli” a sudar la camiseta, mientras se meten una mano en el bolsillo, a esperar a ver si les cae alguna idea del cielo de cómo jodernosunpoquitomás. Se resisten a darnos esos datos sobre sus sueldos, por algo será, igual que se resistieron a la auditoría que tenían que hacerle a la empresa en la negociación del convenio pasado y que por arte de magia se olvidó y nunca más se supo,