Vórtice: revista universitaria (nov-dic. 1931)

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Revista. Universitaria Universidad de Puerto Rico.

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J UNTA DE REDACCION Directores: E rn esto Juan F onfrias, Gilberto Concepción, Honorat.o P audolli ele lUnaldis Redactor es: Cinema: . . .... . .. . . . . ... . ...... .. ... X J' Y Cuestiones Contemporáneas: .. F. P. R otlríguez L etras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . J or ge Luls Ornz Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro P er ea Humorismo .. . .. .. . Manuel Rodríguez Ramos Deportes . ....... . ........ Rafael P ont F lor es Ciencias . . . .... ~ . . . . . . . . . . Vlctor Rodríguez Anuncios . .... . . ...... . ....... Vícto r R h-era PRECIO DE SUSCRIPCION Un afio curso regular universitario $1.00 Número suelto . . . . . . 1 0 centavos Número atrasado .... 15 centavos Solicite P r ecio <le Anuncios. Permitido como rmateria de segunda clase, Octubre 28, 1930 en la oficina posta l de Rfo Piedras, 1bajo el Acta -Oe Marzo 3 de 1 879.

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En sana a ctitud de antena rodfofónica dén por la parte artística de una educación para todo ~quello que pueda significar be- universitaria. Estas exhibiciones, que deneficio y enriquecimiento cultural para nues- bieran s er abiertas con regularidad, no son tra Universidad,. hacemos notar , para aplau- ni patrocinacfas p.or la Universidad. Es to" es dirla, la desinter esada y ftoble labor del Sr. lo menos que ella debiera hacer. Su deber Dehner, del Departamento de Arte de la Uni- sería prestar s u a poyo económico y ofrecer vers idad. En poco tiempo hemos gozado va- cursos para que los es tudiantes pudiesen arias ex hibiciones pictóricas que en s u tota- preciar en s u integridad el valor artístico lidad se deben a las gestiones del Sr. Dehner latente en todos y cada uno de los lienzos. contando para ellas con la ayuda del Club Esperamos de las autoridades competentes de Damas del Claustro. Es tas exhibiciones, que .no cierren s u atención a est a justificada gozadas intensamente por la minoría, pasan petición que VORTICE hace a nombre del desapercibidas para muchos por la falta de cuerpo estudiantial. Con la ay uda de la U niinterés del cuerpo estudiantil. Y esta sen- versidad podría tener en el futuro otr as ex~ s ible falta de interés es culpa de las a utori- hibiciones no solamente de pintura, s ino t a rn dades univer sitarias que tienen, por caren- bién de escultura . iEs un honor par a nuescia de cursos a decuados, dormidos a nues- tra Univer sidad el pa trocinar exposiciones tros estudiant es en ma teria de art e. En su en donde fig uren firmas a utorizadas y unigeneralidad, nues tro estudiante prefier e ane- versalmente admir adas y a pla udidas. gar se· en la contemplación de la exhuberanEspera mos ser oídos. No quer ernos ser t e y quebrada Jínea de las " Tres Gracias", isla ·i ntelectual. Queremos s incronizarnos a de Rubens, a estudiar la escueta y s implifi- la época y saber sentir el ritmo nuevo del cada línea de las "Tres Gracias" , de P icasso. arte de nuest ro tiempo. 1Eh la última exhibición de pinturns pudimos admirar a las mejores firmas norteNA VID AD ES . • . V ACACIONtES . . . americanas. Variando en escuela, desde la Hoy cier ra VORTICE labor de fr uctificaconservadora hasta la r adical. Contemplamos y gozamos los tr abajos de Kent, Kop- 'ción para hacer descanso. La imperiosa neman, Roma no, Higg-ins, H utchins y otros no cesidad de apuntalar verdades de vez ett cuanmenos conocidos corifeos del arte pictórico do nos cansa el espíritu y nos a t rofia el cuernort eamericano. Es incalculable el valor de po. Hoy acanalamos ver eda, y en sabia disact os de est a nat uraleza. Ayudan a desper- tinción de evoluciones, amasaremos ca uce tar los anquilosados g ustos artísticos del n uevo para la labor que se avecina. Navidacuerpo estudiantil. Nos abre horizontes n ue- des . .. vacaciones. Como un chorro de ag ua vos en las últimas tendencias pictóricas de fría, suave y refrescante llegan es tas navidala época. No obstante estas virtudes las ex- des pru:a lim1p iarnos de cos tras, y hacernos hibiciones son un fracaso en s u aspecto ma- adormilar por breves horas en una ensoñaterial. Y acaso se debe a que n uestro est u- ción de descans o. N avidades, por ende vaca diante no recibe la preparación a decua da pa- ciones de dos semanas que remansan el alma ra gozar de est as cosas del espíritu. E xis- cansada, angustiada del esfuer zo intelect ual. t e por parte del Claust ro un com pleto des- Fuente vespe1·tina, tibia y r osada como manu


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VORTICE

Noviembre y Diciembre.

POR T .- A DA Don J osé Gueit s, auxiliar del departamen_ to de Administración en la Univer sidad tiene esta vez lugar de prefer encia en nuestra revista . Ya era t iempo•. Desde 1os com ienzos en tanteos, pasos inseguros de n uestr a revista, entonces con e1 nombre de A .B.C. Universitario, hasta hoy. P epe Gu eits, como ~ común y cariñosamente le llamamos, en todas ocasiones, en los moment os adver sos corrto en la hora de facilidades, siempr e ha est ado , delante, detrás o en el m ismo quicio de la p uerta, para dar n os la mano, propicia y opor_ t una en la ocasión. No solo nuestra r evista ha t enido, con verda dero r econoci:r;niento de nuestra parte, Ja decidida y desinter esada coope1·ación de P epe· Gueits, "el h ombr e de los muchos r azonam ientos," " el pacificador " . etc., sino q ue t oda entidad cult ur al, social o deportiva, como casi ..todo univer sitario, tiene que r econocer en Pepe Gueit s al h ombr e con quien siempre se está en deudas, al ami_ go noble y sano de todo estudiante Y defensor alt r uista de nuestros asunt os. No se cr ea que h acemos bombos innecesarios. Hemos creído qu e cuando una persona por s us facult ades o por s u per sonalidad se mer ece un elogio (tal vez el único por mucho t iempo) debemos sin t ardanza alg una ofrecerlo, n o aceptando nunca alaban-

de reina, que nos entumece la s~re y nos contagia de voluptuosidad. Bienvenidas navidades. Bienvenidas. Para nosotros, para todos los compañeros de labor parecéis como un ángel consolador que nos arrebuja en vues tro manto para hacernos alivianar la carrera. Bienvenidas navidades que os haceis a veces de r ogar para llegar más ligero a nuestra exist encia . VORTICE, como nuest r o centro educativo cierra sus puertas que estaban de par en par labiertas, pero siemp.re, como en una

zas vanas o fútiles ; pero en este caso en q ue son mer ecimient os, nacidos al calor de luchas y honores- a Pepe Gueits,- que entr e todo esto no le h a halagado nunca el elog~o~ debemos ofrecerle como lo hacemos en estos instantes el lugar que se ha ganado ofreciéndole g ustosos, la r edacción ae VORTICE, la p1·esente edición especial de la revista. E st amos segur os, completamente seguros que el cuerpo est udiant il como el profesorado, y t odos aquellos que conozcan a Pepe Gueits- se unir án a nosot r os en est e tardío, humilde pero .cariñoso m onument o al mej or amigo del estudiante univer sitario - Pepe Gueits. \ I

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i ++++++++++++++~·+++•:-+oH·++++++++++++ bendit-a eternidad, deja los resquicios a unque sean r educidos, para r ecoger razonamiento. V'er dades, fructificación, que nos puede dar hoy, mañana, siempre, fruto sazonado; semiJla fructificante. VORTICE, aunando el sentir de todos nuest r os s useriptores, desea felicidad en estas vacaciones. Vacaciones que nos har án revivir, que nos devolverán la perdida vitalidad, el fugado vigor de otras luchas, de otros esfuerzos. Navidadés • •• vacaciones.

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Dos Conferencias de Don Angel del Río Invitado por la .Sociedad Cultu1:al E s pañola, dtó e l Profeso1· Angel del Río, de la Uui\·ersidad de Columbia, dos conferencias en el ,.\teneo de Puerto Rico. Su eco-aunque no expresado públicamenteha sido perdurable. Yaya hoy esta impresión \'O landera, de sen cillo oyente. , 1.- E' uerzas lustóricns en lu lfo¡1ública espnñoli!· Así se tit ulaba la primera de estas conferencias. Con ella s e dió una nota plena de actuali dad. A tod os-españoles o no-los q u e h emos salido de España, despu és del cambio de régimen, se nos acosa a preguntas, al llegar a América. Mag·nmca oportunidad la de I~ Cultural al of r ecer a Angel ele! Rio, una ocasión ele a,bordar este tema. La cu riosidad por e l mis mo, se tradujo en e l calibre del auditorio. Y el conferencian te-ágil , certero- hizo una disección de l proceso histórico qu e justifica el ad venimiento del régimen. Sin énfasis. L lanamente. Castel lano, a l fin, se debia a la moderación rac\aL Lección históri ca, con la ausencia de todo sectariti1110, pese a la amcultad de concentrar en una charla to cia !a hondura del proceso. .:\las dificil re[lej ua ún su trayectoria,-charla y proceso-en estos escolios. Primero una cuestión de estructu ración social. l!:n e l siglo XIX solo hay dos clases organizadas en España. Ejér cito e Iglesia. Y ambos pasa ron la centuria en discusiones y forcejeos. Sol.Jre ami.Jos sectores la Monarquía vigilal.Ja. La Restauraclónya Jo ha repetido Ortega y Gasset-fué una fa lsificación histórica. Y Cánovas, el empresa1lo náxlmo de a qu ella fantasmagoría. En ambos pedestales se a poya la realeza. Y la Dictadura, sn última secue la, se caracteriza por l:i. fus ión de ambos elementos. Desapar eclc1o el elemento coJrnrente o agluti nante, Jos dos pr im eros problemas con que se e nfrenta la. Repúbllca, son EJjército e Igles ia. Después otro motivo. T ambién histórico. A lo la1·go del siglo X IX, no se percibe el l)erfli conjunto del pueblo medio. Y a ún a n tes. Aristocracia y pu eblo neto, son los dos polos sociales. Con a fán de mutuo remedo. Los aristócratas se sienten populacheros. Y surgen las duquesas chisperas de Goya. Los nobles de dintorno desg-arradci, flamenco. o por el contrario. El menestral esca la el rango elevado. Sainetes de Don Ramón de la Cruz. Luis Canclelas, bandido que alterna con majas Y manolas, polit!cos y aristócrat.as.

El Proceso histórico cr ea la clase media. El mu u do a umenta la . población q·ue vive de su trabajo, s in el r udo esfuer zo de torsos sudorosos en tar eas crporales. Y surge la rebelión de las masas (Ortega y Gasset.) Esa clase media r equiere su papel eu e l ti nglaclo nacional. Y si es preciso lo exige. Ya no vale el 'nominor le9" fabulesco. E l número pu ede más. (Eleccion es municipales del 12 de abrH) Esa clase media irrumpe en el escenario polltico con la fr agan cia de recien congregada. Y con uu sentido certero de su misión. Borrada ta secular apatía. La integran dos elementos principales. El obrero dignificado, parcialmente redimido. Endo.mingado gracias a concesiones materiales justas. Y el empleado, el oficinista, el qu e vive de un sueldo, sea cua l fuere el centro de su actividad. El intelectua l, éste, con misió n r ectora u orientadora. Y fin a lmente dos grandes ed ucado r es de los dos estratos de esa masa media.-P ab lo Igles ias , forma a los obreros. Les ins inua la idea disciplina r ia. Organ ización colectiva, frente a esplritu gregario trad icional .-D. Francisco Giner de los Rlos, y s u obr a la Institución Libre de Enseñanza. hacen til r esto. El esp!ritu universitario se nutre de probidad y competenc ia. Y va forjando la legión acad/1mica imbuida de la misión futura. !\lagnífi ca pareja de apóstoles. Cada uno info rma espiritualmente un sector. Y a veces hay tipos que r esumen ambos magisterios.-Julil\n Besteiro cated r ático universitario y socialista militante. Fernando de los Rios. heredero del espíritu fr a nciscano de su tío. Mas concausas. Gesto disconforme de los l~o:-11 bres del 98. Iconoclastia. Vuelta a España. Manotón a Jos sueños imperialistas. Muchos ele aquellos homl.Jres no actuaron políticamente. O si lo hicieron fu é pactando con la farándula parlame11tarta: Azorin.-Pero hubo alguno que condensa todo el espíritu- del grupo: Uuamuno. Unamuno recwr de estudiantes. Saludable ejemplo de rebeldia. Padre espiritual de la mocedad. Y luego Ortega y Gasset. Ortega regre1:1a ue Alemania. soslaya la nostalgia académica de la colma de :\Iarburgo, y requiere a Don Miguel para estructurar el futuro español. No hay acuerdo. Pero si coincidencia. Mucha parte del ideario ortegulauo está en Unamuno. '.\las e,;tructurado, con una amplia ventana a la posibilidad inmedlara, pero está. He aquí los hitos destacados del proceso seilalado por el conferenciante. Son apenas los nuios de la red. Pero la urdimbre se rellena de hechos colectivos, de personas a veces. Basta con esta In·


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VORTICE

dicación. Austeridad en el intelectual. Y probidad cientffiC:a. Coh esión en el obrero. Y· disciplina. Ausencia de contacto con las clas es organiza das jer arquicamente. Disconformis mo la tente. Y a los ocho años de mon ólogo, al iniciarse el diálogo, triunfa el primer interlocutor. ;El s ilencios o el e antaño. Todo es to y mu:cho más, en la charla de Ang~l del Río. ,C on un modulo de precisión. Certero, Sin ges tos histriónicos. En el nuevo tipo de oratoria, s in la tiguillos restalla ntes. Oratoria aún sin catalogar. (Rechazamos el e píteto de académica , que huele a Preceptiva y a vigilias doloros a s del Ins tituto. Concisión en el ademá n. Severidad en la es tru ctura . Ganar al auditorio por pers uasión, celar !-e en el caudal ideológico. No hurgarl e en la s en s ibilidad s uperficial, epidérmica. He ah! el éxito del co:e.fe rencia nte, al exterior . E n lo m ás hondo, en el m eoll() de Ja charla , la serenidad obj etiva del es tudios o mantenida por sobre un t ema tan a ctua l y tan propicio a. come ntarios hondos. • 2.-Un poeta de Cas tilla: Antonio Machado. Antonio Ma cha do, un p oeta anda luz que escala la meseta cas t ellana y en ella se queda. Fundiendo la luminosidad y el .suave p erfil de s u tierra, en esta luz diá fa na, en es te aire tras pa r ente, que r ecorta los perfiles, en su cantada Castilla de los pá ramos de asceta . Trocando un pro ceso sen s ua l d e j ugosida d lír ica, por un fon do de ser enidad . mís ti ca. Aho ra es Segovia cen tr o de su activida d docente Y poética . Como a ntes Jo fu er a Seria , Ja Seria, " fronteriza entre la tier ra y la luna" qu e es él anfitea. tro de toda s u obra. Y An gel del R ío, s oriano legítimo, hoy irra dia do a Nueva York, que conoce Y trata a l poeta. Con r etazos de s us asom adas a la psicología de Mach a do, nos va a ofrecer una ser ie de n otas de matiz per son al. De esas qu e se extrava san del con tenido libr esco, las que urdidas en el ti n gla do erudito ,p ierden colorido tpara a d quiri r arist as de gu arismo. (Seria lugar d e r eunión de poetas, escritores Y sabios n ómadas. Cruce de caminos. P ied r a milia r ia en las rutas ibé!'i cas. Gera.r do Diego, que baja de su mon taña cán tabr a a sorprender el secreto de la ciuda d, con s u co r bata de matices ul t raistas Y cr eacionistas, an tes de l r etorno a Gón gora, ("Soria: galería de est am pas y e(usion es". Valladolid 1923) . Pepe T u dela, que se r efugia en Soria h uyendo del babel cor tesan o. Nuevo Guevar a. ("Menosprecio de cor te y alabanza de ald ea.") Y Or tega Y Gasset, cron ista aler ta de esta r etirada. "Pepe Tudela vuelve a la mesta" ("Espectador I "). Y Sahulten , abigar rado, magnifico, camino de s u Numancia , con la maleta de los ensalmos para conj ur ar ruinas rebeldes. Huésped germánico de Soria. Pero el mas fiel de todos Antonio Machado. Con p&rmanen cla y fidelidad.) Machado lleno de Soria, Identificado con s us horizontes. <Henchido de castellanismo. Y Angel del Rio, que se encarama a Ja tribuna del Ateneo Y expone su .muestrario de recuerdos personales. El area intima, que se escapa de las manos del erudito, puesta a plena luz. Amorosa luz de curiosidad, no la luz irrespetuosa del quirófano o del la-

Noviembre y Diciembre.

boratorio. Muchas a lusiones en los versos del poeta. (Infancia en patios de Sevi lla. Docencia en· Andalucía. Un torpe aliño indumentar io. -"La m ocita que yo q ui ero- ¡ay! , preferirá casarse con un mocito ba rbero". "Y lo que yo ma s quería- la muer te se lo ll evó".) iPer o necesitaba mos la corroboración de quien convivió con él. Con una noble y sana curiosida d. !Para r etocar un perfil fugitivo. Sin la morbosida d de bucear con ciencias. Angel del R io, nos brinda es os r ecuer dos, los m ejores de todo a cervo per sona l. A t ravés de sus pala bras, vimos la s ilueta de Machado, deanibulando por la ciuda d, oteando su a lrededor campesino. Dos notas ilestacadas.- S implicidad de la gama cromá tica del poeta, en acoon.o dación al ambi ente. Sensibilida d par a nuestr o pais aje. Utilización de tocio ese enorme caudal léxico que t iene el cas tellano pa ra designar accid entes orográfi cos, rudos plieg ues giga n tescos y a l ma nejarlo, efectos muy logrados : " Coli nas plateadas, ¡gr ises alcores, cárdenas roquedas"!

o, "Encina r es cas tellanos en lader as y a ltozanos, serrijon es y co linas ll enos de oscura maleza"

o,

''montañas, serr ijones, lomazos ,

pa~ amer as,"

L a otra n ota es cor dia l. Id éntica tona lida d para los acciden tes de l espíritu pliegues también rudos, en ton o men or. (Los dolores-"hoy son m arip osas n egr as"). El poeta, dolorido por la d esgracia, se abate. Pero s u ver so no es la crLmoso, ni propen de a la gesticu lación romá nt ica. El a nhelo s uicida, la ver bosidad gimien te, se eva-poran , para da r paso a una nota m uy castellana. La conten ción .. Hay pasajes tristes en la obra de Machado pero el caudal lacrimoso no trasciend e al exterior. Si acaso, ve las cosas en la neblina acu osa ele unos ojos nu blados, pero nada 1más. "Hoy solo quedan lágr imas pa r a ll ora r .. No hay qu e llora r, ¡Silen cio !" O,

" Dolores que aiyer h ic ieron de mi corazón colmen a, hoy tratan mi corazón como u na muralla vieja".

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Dis tinción en el dolor. Como el campesino de Castilla frente a Ja desgracia.. " Siempr e huscando a Dios ent re la niebla". Un gesto calla<io mirando a lo a lto, una resignación muda. Y en ocasiones, paroxismo alucin ado-también en Machado-una r econven ción, una queja, un elocuente sentir la s u prema injusticia. "Ayer soñé que veía a Dios, y que a Dios hab laba, Y soñé que Dios me oía Después sofié que soliaba. Anoche solié que oía a Dios gritándome ¡ Alerta!

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Noviembre y Diciembre.

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VOR';f.'ICE

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ftOND21 La niña blanca qiue amores sueña solita enreda, solitá peina los mil antojos de sus quimeras. Alas de encanto su frente besan ; divino ensueño celeste reza viene la barca que amores lleva. ·

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El lucerito cuando anochezca dirá los rumbos ; la ignota huella que siguen nubes por las veredas del cie1o oscur-0 que atisba ella. Noche clarita; .· divina estrella; fuente dormida, blanca azucena, . . . ¡ Todo es presagio de primavera!

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Amor, el mago, bohemio llega:

Luego era Dios quien dormía y yo gr itaba ¡Des pierta !"

o, "Señor, hoy paternal, ayer cr uento, con dob1e faz, de wm.o r y de venganza, a ti, en un dado de tahur al vient o, va mi oración, bla,sfemla y a laban za.". Mag'nlflca serenidad de la Castilla mística. y guerrera, de estas tierras de Romancero y de epopeya, sentida por un h ombre meridional. A ella afluyen los espíritus selectos de la periferia penin• sular: Unamuno, Azorin, Machado. Y todavia hoy, otro poeta andaluz, Albert! sigue sus r utas en cami· nar de amante, poniendo ecos del su'r en los itinerarios de la raza.

r-0nda la fuente, ríe la estrella; canta la luna, la flor se lleva .. .. Fragancias hondas' vienen. . . Trasiegan por entre ramas de la ribera. La brisa amable al alma orea... ¡ Domingo en vida! ¡ Alas de sedas ! En lo pr,o:fiundo, las ansias tiemblan. Azul ya es roia: todo está cerca... Los tres momentos de la quimera, en una rpnda giran y juegan el hilo verde de la leyenda: "El que hilándolo lo hilé" que en el camino me han dicho, Lindas hijas tiene usted" . .. Luz fué presagio~ Luna, el encuentro; Fusión, ¡lo eterno! María Cadilla de Martínez.

"¡ Castella nos de Castilla nunca h abéis visto la ma r ! ¡Alerta que en estos ojos del sur, y en est e cantar, yo os t rai go toda la mar."! Breve ¡, ;iobre este esquema de la char la de Auge! del Rfo. Relación inversa de contenido a comentario. Pero en éste, un eco sincero, una auténtica Interpretación. Y la figura. de Antonio Machado, Incorporada para siempre a la galerfa de !o conocido. Gracias a la evocación de un soriano que compensa el movltmiento de afluenola a Castilla, l anzándose a horizontes nórd·icos y ultramarinos. M. GARCIA BLANCO


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Noviembre y Di ciembre.

V ORTICE

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EL CIR la

Ha c lavado su a legr ía f~rán du l a del circo.

Los cuellos de las jira fas son varill as ele aba nico, y un elefante en s u t r om pa ll e,·a u na cn r g,s de lirios.

El tambor gruñ e compases p r egonan do el torbellino, y las caT r etas envían te legramas a Cupido. Un jinete en potr o bla nco con charoles en el c in to, hoton es de malva y oro en s u pantalón cobrizo, le hace maromas de j úbilo al avispero de chi cos.

La funció u abrió su cauce de payasadas y guiños, y e'!lpieza el "jazz band" de negro . a hacer g irar los tobillos L os ojos a veces brillan crepúsculos · primitivcs, y las bailarinas lucen un bochorno de ladrillo.

Voces de cuero y cor n etas a nuncian en el ves tíbu lo, a l hom br e que hace tres gá rgar as con estañ o derret ido. Esta noch e se dar á la mar avilla de l siglo : la mu jer · que teje y lava en un estan que de vidrio. Sólo por ci nco centavos ve rá n el pez de a luminio, y la serpiente en canta Ja ele siete co las y a nillos.

Arri ha. lo.$1 trapecistas dan el sglto clP.l s uicidio, un a mujer cr uza e l aire dorado rlel equilibrio, y otra se jnega la gracia rolganrlo de unos estribos. La!:! horas viajan a legr es el coche del bullicio, y hay un enjamlire ele luces carnales en los corpiñ os. La luna cogió s us guantes d!l la baranda del r fo, y el mie do joven repi ca castañuelas de peligro . C'll

¡Entre fogatas se ye"rgue el g r an par aguas del cir co! Los tigr es jue_gan h am brien tos los nai pes de s us col millos. en tanto en una cistern a r esop lan los cocodr ilos.

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Jononfn LOPEZ LOPEZ 19;,1

(D el libro inédito "A P lena Lumbr e'")

á l l at e

¡Cállate, nunca digas Jo q ue hubimos sentido '. Qne p~rmanezcan mudos nuestros ardientes labioa. Que nue!'tro corazón acalle su latido. Que se apaguen discretos nuestr os roiTar es sabios. ¡Ay, callemos!, que ignor en nuestra inquietud

a r cana,

J;i. tempestad que ruge en nuest ro ardiente pecho,

' •

n uestro mutuo cariño, n uestra car icia san a, nuestro viv ir a fuer za de ll or o y r isas h echo. 1

AnegutSmonos en nuestr o mu ndo inte rior, cóncavo Y multiforme, impoluto y poluto. ¡Ven y exprimamos este momento s uperior qtH' conssite en vivir Ja v1da en un minuto .

Adolfo Jiménez Hernáucloz.

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Noviembre y Diciembre.

V ORTICE

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·Romance de la Amada Impura (-a

Miguel An gel Santana)

\ Un horizonte de barro se inclina s obre una hoguera , y en vu elo de mariposa, r ecoge el iris Ja tarde.

me moriría de pena.

Mi s a ns ias se mul t iplican del placer en ecuaciones.

Babieca patea un planeta, y, humillado contempla. las caderas de mi amada que causan la espuma afrenta.

Es noche de movimiento a Ja luz de las estrellas.

Y yo pensando en mi a mada: su cabellera ele seda lustrada con mi el de abeja; s us ojos ele sobresalto, de ~ obr esa lto de piedra a la lu7. de las estrellas.

Tomó la pasión el cáliz y a comunión se presenta. En un gimnasio .de a r ena vuelta el ánfora a la noche, (ánfo ra de carne viva) ; y dos rubíes haciendo parpadear as tros bellos, (rubíes que son punzadas de calor Sobre l!Il.Í pecho); mi amada, mi amada impura, imita al mar , y se agita, en contors iones de circo:

La ll eva ré j unto al mar a contempla r como cambia un zafi ro en azabache en Ja ecl!ptica celeste. Jl<oche. Ruidos de Suecia y Noruega. Mil á ngeles mensajeros recibieron por ofrenda mil rónclores con las calzas manchadas del oro indian,o. La no che borracha de aves muestra sus señas luciente. Si yo no fue ra a la mar a recostarme con ella sobre la ar ena que ríe a las muecas de la luna,

¡Oh, mujer!, que bien pareces, vistiendo nata del alba sobre la arena dorada.

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Yo no quiero que m e culpen por ~u e rer muj er impura. mi querer es no quer erla y la quiero con lo cura.

Rnfael BARAGA.:80, bijo.

B A C A' N A L A Pepe Guelts.

Erase un dolor muy largo, Tau largo como un camino, Y él·ase un 1>lacer amar go Amargo y cuasi divino. Corrió el dofor como galgo Qne rn huyendo de1 destino Y aqu el placer tan amargo Se i·etr ataba en el vino.

Se escanció rico licor En un brindis elegante A las dueñas del amor . Se rompió el cristal galante Con lnf!nüo dolor Y. . . terminó la bacante.

Chitrles

Juliá.


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Diez Duros

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VORTICE

Noviembre y Diciembr e.

Satisfacción

-Lo peor que puede suceder a un hom- sob~e u na mesa cer cana. Lo encendió, y echó una bocanada. H undido en la ampliá but abre 'Pobre es no tener dinero. ca, y coi;i su mode st a indument aria, h abía - Hombre, eso es claro. P ero ¿ no se haen él cierto aire de dist inción. ce ust ed cargo.. . ? - No m e t iene ust ed aspecto de ser hom -Le swplico q1ue no me interrumpa. bre -excepcional. Me par ece más bien que le he Cuando b aya terminado t endré un gr an placer en escucharle · t odo lo que t enga que decir me. Hace poco más de dos h or as que llamé a sus p uertas para pedirle prest ada cierta cant idad de dinero. !En nu est~os t iempos no se da nada sin enter ar se uno antes del fin destinado a lo que se da. S i me h ubiera ust ed pr egunt ado para qué necesitaba lo que pedía, yo me hubier a m archado sin el dineLo peor que puede s uceder ro y sin decir :palabra. Porq•ue ya me habría a un h om bre pobr e es n o estado imponiendo el r equisito de una neten er din ero. cesidad. Y para mí tenía más importancia la espont aneidad con que ust ed me ayuda- sorprendido en una de esas noches en qu e ra que la cosa material que se dispusier a 8, deseamos hacer algo distint-0 de lo de todos darme. Le expliqué ent onces que podía es- los días. Por eso me lha invitado. Si yo t utar seguro de que no quer ía aquel dinero viese dinero, t al vez no me hallaTÍa con uspara cenar, y usted me invitó a su m esa. t ed ah ora. Más <le un amigo habría dicho: Hay una gr an facilidad en invitar a cor_ner - El pobre Mondoñedo. Vamos, a que le ina quien se sabe que no tiene hambre. La vito a comer conmigo esta noch e.- L uego. misma facilidad con que ofrecemos el coche al t eatr o. Y más t arde, el calor de una buea otro que tiene tres o cuatr-0. Y no crea na est ufa. Pero, como no t engo nada, nadie ust ed que aludo a la pos ibilidad de q ue cal- me llama el p obre Mondoñedo. Comprendeculemos que otra vez nos lo podrá ¡prest ar rá ust ed ahora por qué le dij e que lo peor él a nosotros. No, es que nos consideramos . que pued e suceder a un hombre pobre es no perten ecientes a algo a sí e.orno una herman- tener diner o. dad compuest a por los que t ienen coche, Y Se sucedió un largo silencio. Sin duda aunque f uese a un extraño, al que estuvié- que él esperaba alg.ún comentar io de mi parsemos seguros de no volver a ver en buen t e. Pero yo no sabía si t omar s us palabras t iempo, se lo ofrecer íamos. Uno de esos rica- a broma o en serio, y no aicertaba a decir chos no le hablaría en esta f-Orma. Pero i qué nada. quier e ust ed ! y o no pertenezco a la hermanPor fin, sugerí : dad de los que poseen una gran fortuna Y no - Hace bastante calor . No estaría mal me consid<aro obligado a ofrecer et iqu etas. un paseo en coche. Cuando le molesten a usted mis palabras m e -Yo invito esta noch e. Ya ve usted, lo indica. ¿Me hace el favor de una cerilla? sin usted, sin los diez duros que me ha pres~ntintie, que me interesa todo eso tado, no podría invitarle. que usted dice. -Pero ¿y después? Tomó un cigarro de una caja q ue había


Novie~bre

y Diciembre.

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-Me alegraré de haber tenido este di- De ambos modo siento yo una gran satisfacnero para quedar bien con un amigo impro- ción. visa&>. Luego le embriagué con ginebra., y le H ablamos mucho <lurante el paseo. Una dejé a dormir en la casa cuyas señas me ha' vez convinimos en que teníamos las mismas bía dad-0. Fué una gran noche aquella en que por ideas. El me prometió guardar mucha discresolamente die2 duros fui run hombre compleción al respecto, ya que las conveniencias tamente distinto de lo que ordinariamente socia-les no me p erdonarían el pensar d~ aquel soy, y permití que otro hombre viviese una3 mo<lo. horas completamente distintas a acaso to-!{juando pasamos frente a s.Us amigos das las que ! h abía vivido y habría de vivir. --me decía,--ereen que es usted mi invitado, y no piensan del todo tnal. Cuando pasaP ANFILO D'IANTRE mos frente a los míos, creen que usted me Universidad de Puerto Rico, invita, y tampoco se equivocan por mucho . Diciembre de 1931.

En una revista ilustrada española, últimamente recilbida en la isla, encontramos una breve composición d el poeta Román .E scohotado, con motiivo de fa muerte del inventor norteamericano Tomás Alva Edison. Dice así : West Orange (New Jers ey, EE. UU.) El célebre inventor Thoonas A. Edison. Muerto el t ic t ac azul de los r elojes, el mundo ignora la hora da la cita, equivocan los t renes el noon:b re de. los túneles, Y los barcos se p ierden en la niebla. Todos los ojos guardan , las torres desplomadas y las ca sas vacías. Se han ahogado las cartas geográficas. ¿Cierto? . Sí, si ; era suya la cabeza blanca, las manos temblor.osas, y él ·s abia la precisa estat ura de fas flores. Pero. . . ¿era suya la cabeza blanca? (Las lá mparas e léctricas est fm _en la Botánica. Hay casa.s de madera Hiedra en los pararrayos, canciones en el fondo caliente de las minas ....) Sí; si, era s~ya.

('¿Quién ha puesto la luna en la ventana?) El t'enía unas manos temblorosas... , unos zapatos cómodos... , una sonrisa. .., acaso hasta tres trajes..., ¿ Cómo ·h a podido ser ? "La Tierra tiene.Ja forma de una naranja". Hay muchas r eminiscencias vivas de otros poetas. Sobre todo d e A1berti. Pero es interesante r ecoger en esta 'h ora de los duelos universales, un gesto poético, desde lejos, audaz, sin ese sen,t imentalismo oficioso de las elegías de ocasión. Por eso acogemos est e eco poético y trasmarino.

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.La Canción

Noviembre y Diciembre.

de la Muerta

__,Dadme un vaso,-dijo apenas hubo -Canta, Bohemio,-le decían ag1iupánterminado. dose a su alrededor. Y mientras le servían nos habló de ella, IEl borracho no 'parecía escucharles. Recostado a una mesa del Café, medio dormi- de la ingrata que le había a bandonado tedo, seguía rasgueando tristemente su vieja miendo al contagio, al saber la enfermedad de que estaba tocado. guitarra. -¡Qué noche, amig¡()s míos! Un golpe - j Canta !-v-0lvió a decirle uno de los de tos que casi me rompió el pecho con su presentes, sacudiéndole ·del homibro. .Abrió entonces sus ojos !brumosos, lle- violencia... el examen del médico ... su tenos de penumbra, como si volviese de mun- rrible diagnóstico, y lueg-0-. . . la noticia de dos remotos, y dejando de tocar por un mo- su huída ! Casi enloquecí de dolor. -Bebe,-me dijo flln amigo, al ver mi mento, dijo quedo, muy quedo, como para desesperación, -sólo así podrás olvidarla. él sólo: _:_Bebí, me emborraché, y olvidé por a-,Sí, tengo que cantar. Y como sangre q1ue brotara de su po- quel día. Y desde entonces,-añadió, apuranbre corazón despedazado, se escaparon de do la copa que le habían traído, -bebo y me sus labios las primeras notas de una antigua atuJ:do cada vez q_ue la recuerdo. .. y canto y triste canción que él llamaba 'La Canción siemp:re esta misma Canción de la Muerta. Su dolbr contagiaba. de la Muerta". -Vámonos,-le dij e a mi• amigo al misEn el gran cementerio del Olvido mo tfempo que él comenzaiba a dejar a oir cavé una fosa y la enterré. de nuev.o aquel triste cántico de . olvido: · La ye_rba nació allí, y ha crecido, Puede estar esperando, y entonces .... .calla .. y hoy más que nunca su verdor conserva, No hablemos más, porque si a<:.aso duerme, No arranques esa yerba . .. y se despierta... romperá la ba¡ya. Sus dedos resbalaban suaves por entre Y lejos ya del Café, llegaba a nosotros las cuerdas del instrumento, que gemía des- todavía el eco de la voz del Bohemio, que gegarra<loramente. Y su voz, al prin~ipio ca- mía, como una inmensa pena gritando en la denciosa y vibrante, fué cayendo lentamen- soledad, el último verso de su canto: te .. . súavemente... hasta q1ue el último verY volveré a quererla .. . y a perderla. so se hiz.o apenas perceptible, tal un ruego Ricardo R. Rivera. de aquello que en él nos pedía: Noviembre de 1931. No hagas ruido . . . ++4 ++++++++ ¡. H++ l •H+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++s-+++

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Leyenda del Pozo del Indio L YDIA MARIA DIAZ

Para don José Gueits, a quien a dmiro de veras. ¿Habéis visitado alguna vez el Paseo de '1a P uerta de ·s an J uan ? E s a ct ualmente un sit io abandonado pero que está unido a los acont~imentos de la hist oria patria. En otra época fué el centro comercial, civil, r eligioso y social de Puert o Rico. Era la ent r ada a la bahía de San Juan. Una ancha acera bordeada por un lado de altas murallas con históricas garitas y troneras y. por el otro el mar bravo e inck>mail:>le es lo que constituye el paseo. Muchas veces he ido a visitarlo y ante s u valor histórico y tradicional me he sent ido gr atamente emocionada. No sé qué influencia rara poseen las miurallas vetustas y la acera . vieja. j Cuántas veces he pensado en sus leyendas y he notado que el P ozo del Indio a pesar de ser ruinoso, y vet usto no tiene ning una . ¿Por qué no escribirle una? ¿Acaso no. la merece? ¿No evoca esa cueva mist eriosa llena de tr astos viej os algo legendario ? ¿No nos hace soñar ese alj ibe, sit uado a unas yardas de la histórica puerta en un r ecodo -0 áng ulo de la m uralla, en cosas viejas y t ristes de nuestros ant epasados? ¡Sí! L e he escrito una leyenda india que se adapta a su nombr e. No sé qué es lo que m e hace creer que ese pozo de aguas est ancadas pr esenció UJ1a escena t rágica de amor. E scuchad :Sentada en una gran p iedra a la entrade d el Pozo del Indio una pr eciosa india cont empla el declinar de la t arde. Todo en ella' es bello, t riste y arrogante. Sus ojos ,negros y rasgados, privilegio de la raza nues tra parecen q ue esperan o que sueñan. Sus labios finos y roj os se entreabren en una vaga sonr isa, y mientras la br isa t enue de la tar de acaricia sus negros y lacios cabellos. Las aletas de su nar iz se dilatan suavemente aspi-

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rando el aire saluda ble. -Su busto, fuerte Y moreno se levanta dulcemente con el ritmo acompasado de su r espiración. A veces sus labios murm uran palabrás casi imperceptibles. Cerca de ella el centinela de la Puer ta de San Juan la mira con oj os lascivos. E s un mozo arrogante y apuesto que viste un simple uniforme militar. Sus oj os negros y ardientes no vigilan el horizonte en busca de un barco enemigo ; para él tiene más fuerte atracción el cuerpo joven y br onceado de la india. L a mira con insistencia, lujuriosament e. Ella baja la cabeza ante aquel gesto repug nante y en su rostro se dib uja una mueca de contrariedad. Le molesta este ·h ombr e ardient e y atrevido q ue la asedia hace t iem po, siempre en muda observación. Desearía huir, pero pro metió esperar allí a Coumaná, el bravo indio que la a ma y que odia a los españoles con la cruel desesperación del que se vé impotente de libertarse. A lo lej os suena el r eloj de la catedral para el ser vicio de la tarde. El centinela ha cumplido s u obligación y a bandona su puesto. Con habla!' fuerte que tr ata de hacer dulce y agradable se acerca a ella y la saluda . La india se v uelve sorprendida y le contesta. Se not a en su r ostro una fu er te excitación y un poco de impaciencia. . .. E l hombr e la m ira y se sonr íe. Le sorprende aq uella t imidez de niña en un cuerpo tan bravio y desarrollado de m ujer . - India bella, ¿cómo t e llamas ?-preg unta. - A talá--contesta ella en voz dulce y baj a . - ¡ A t alá, eres toda u na mujer ! ¿No podrías ser mía? - ¡Jamás ! ¡Coumaná es mi hombre!


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Noviembre y Diciembre.

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una silueta en la. semiobscui·idad, ya se oye ·en el silencio una voz fue1·te que pregunta: -¿Dónde estás, amor mio ? · En Va.no espera una repuesta, la india permanece inmóvil en ws brazos del español. Sus ojos se han cerrado y parece una muer'ta. ¡Pobre Atalá ! ¡A veces el espanto puede · producir desmayos lJ)arecidos a los del amor! Entretanto, Coumaná- avanza y en la obscuridad oye la VQZ del español que dice: - i Te amo, te poseo! Eres mía, ya nada podrá separarte de mí. ¡ Cuand.o t u amante venga le diré que ante la arrogancia de un español, se olvida la figura humilde de un indio esclavo! ¿Lo ves? ¡Er es mía! ¿Me amas?, preguntó y el indi-0 que escuchaba oyó eon espanto un suspiro que él creyó producto del amor. Arrebatado por la ira, cegado por los celos, martirizado por el dolor; se acerca y blandiengo en el aire un 0uchi..... ......... .. .... ...... .. .......... .. ... llo corto y afilado exclama: La luna ha empezado a destacar su f az · -¡Maldito! ¡ No te confor mas con enc~denar mi patria, quieres t ambién arrebaplateada sobre el mar sereno de azules r etarme la muj er que quiero ! Y ella ¡infeliz!, flejos. Hay en el mar rizos de plata Y en par ece que-te ama, pero morirá. La muj er el cielo brochazos de oro y de topa~io. Es la hora del amor, según dij o el poeta. Ba- más de mi. ¡Te mataré! . . . Sigui-O a est as j.q la hóveaa celeste hay tanta paz y tran- palabras una 1ucha en 1.a sombra y después quilidad que el alma se siente bañada en se oyó el ruido que hace un cuerpo al desplodulcísima placidez ; todos los deseos y todos marse al suelo. los sueños se sienten en ese. momento, y Cegado p or el dolor vá donde yace inuna voz interior muy queda ensalza la so- móvil y desmaiyada- Atalá. Hunde en su pelemne maj estuos.idao de la Naturaleza. cho mor eno el afilado cuchillo. La besa lueEn el silencio de la no,che solamente in- go deses-peradamente. La india en su agonía terrumpido por el q uejido d e las olas al es- exclama: trellar se contra la acera se oyen unos pa-Coumaná, te amo.... sos varoniles y fuertes. Atalá se est r emece al oir los pasos de su amad.o. El joven A la mañana siguiente se encontró en español se ríe burlonament e, y dispuesto a la entr ada del Pozo dos cuerpos frios y mudesafiarlo todo estrecha el cuerpo de la in- tilados. Cerca de la muj er india se halló un dia en sus braz.os. Es tan f uerte la excita- hombre de su misma r aza q ue con ojos exción en ella que su cuerpo tiembla y se des- t raviados exclama: maya cayendo como lirio mustio en los bra-Atalá. . .- perdóname, perdóname. zos !fuertes que la aprietan. Los pasM se oyen cada "\tez más ce1·ca, ya se distingue .. ' .... .. .... ..... .... ... ... ... ... ........ .

-¡Pobre india! ¿No sabes que un hombre español vence todos los obstáculos. ¿Ignoras que serás mía si me propongo a ello? ¿ Qué eres? ¡Una india esclava nuestra! Una mujer sin voluntad y sin corazón propi-0. ¡Serás mía!, dice con arrogancia mientras se acerca a ella y lucha por estrechar aquel cuerpo ondulado entre sus brazos. Ante estas palabras la india se yergue, vuelve a ser la hija brava de la tierra, lª' india fuerte que odia a sus amos y que no les teme.- Impulsada por su naturale;z;a fogosa exclama. -¡Hombre blanco, líijo del di.os Huracán, ya que en ti no hay nada noble y bueno, no seré tuya, mi cuerpo no será nunca acaricado por esas manos enemigas, mis labios nunca te darán un beso! Coumaná t e matará como un perro si te encuentra a mi lado! ·

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La Pasión: Virtud Hispánica Antonio Paniagua y Picazo

L a pasión, tensa y ag uda como una saeta tendida hacia el infinito, es la virtud prtmordial de la r aza hispánica. (1) En nuestras arterias bm~buj ea-apenas nos hier e la cuchrna afilada del h echo bélico-la sangre afiebrada como un deseo insatisfecho. E s en nosotros, volición t an profunda:, que nos Heva enardeddos, quem antes, tras el espejismo de una idea, suspendida sobre el polvo de '1a paramera cast ellana, o sobre el mito de las Siet e Ciudades de Cibola. La creación, el gest o generadiOr d e la especie, es par a otras razas, el accidente biológico, de otorgar vida a otro.-ser , para e1 ibérico es la afirmad ón r otunda d el ser. Y todo movimiento de ideas, se aferra como ~l t em ple de sus almas' a sus · cuerpos, pereciendo con ellas t ras la d emanda_. No hay flaqueza de cuerpo ni t emblor de espíritu azogado donde el eSJ)añol horada con la .honda de su voz, el silencio de la selva dor_ mida . La gesta de los conquistadores, es todo ¡un 'P.Oema de 'Pasión: ipaisión par a amar, pasión par a crear , pasión para limpiar de he _ rej ~s el nuevo mundo, pasión para extinguir se, unos a otros en ludha fratr icida. ¡Pero qué bello gesto ennoblecedor cuando se adentra el hombre solo, ante la inmen's idad de la se1va, sin m ás compañía q ue s u fe, y la· fuerte reciedumbre de su voluntad ! Y era así como venían los castellanos. ignorantes m uchos en el arte de marcar, h endiendo la virginidad de la ola, con la afir m aición de su voluntad. ¡Qué bella virtuld, que 'Pecado más sttbli'me el de sentir la pasión q ue se adent ra en 'la médula de los h uesos del hom bre! L a f uerza <lispersa de la colonización, tan f e~un­ da en la creación, tan dtfra en la luchar-¿ qué es sino un poema de pasión? Otros homb11es, que tienen azucara'da la sangre en las venas, t emblaran blandengues dentro de sus 1

cuerpos. La mare'ha de Balboa a través del !Panamá famoso, taj ando el istmo con sus pasos, batiendo el Mar del Su r , con la toledana , para morir .tie.j ado por Pedrarias, e s un motivo donde se .proyect an los hombres en toda su paaión humana. Los hombres para la &:ción, que son loo de nuest ra raza, Cl!ando no han perdido el sentido certero de la vida. La vida no es ya má:s que el señorío de la acción, y el pueblo que se acuclfilla apelma zado por fa inacción, es pueblo propicio para arrancarle la piel a tiras sin dolor. ¡ Qué bella virtud imp ulsa a·l hom'b re a ceder la vida, la m er a viven'cia corporal , t ronch ar se el tor so en la acción, plenos los biceps par a martillar, o estrujarse dedos en el martirio de la 1luclla. L a pasión al ser vicio de un gran ideal, la pasión cerniéndose oobr e los deseos t err ícolas y manteniéndose señer a en las alturas, aún a trueque de sentir el vértigo de la inmensidad. La pasión -no es gestadora de una acción perenne, donde se vea el r it mo colectivo. ¿Quién ha dicho colectivismo en nuest ra raza? E l principio individualista domina toda la vida es:pirit ua;l y cor'p<>rai de la r aza ohispamca. H e a!hí el i.mperativ<> de su fuerza y la desigualda.d de su obra. No habrá ese armonioso conjunto, que dió a Grecia la suave euritmia de su vi'da plegada siempre a un ritmo perfecto. E s por el cont rario, pu~­ za<lora lesión de un deseo, que es fanzada hacia el infinito, y que se hace tangible en ta iwc1on. La sangre entonces llega plena a los puJ.gos, .hinch ando las venas rompiendo en desordena:do fluir la mansa quietu<l de las arterias. Es el hombre ·señalando cada motivo de acción con un hecho masculino. Toda una raza presa de inquietud, sin sos iego, en plan de marc'ha, la mirada fiera, el


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gesto enérgico y la vorz bronca, aman sad:ora del mar. Por eso se afincan los hombres con tal fuerza y se combaten unos a otros cc)í; tal saña como ninguna ra2a en el mundo. Y cuando la humanidad siente el frio desesperante de un enervamiento colectivo, cuando el hombre siente huir sus ·p uros anH•H 14•!->I•++++++++++•H•i-1'•14.++•H+•I-1' H+++¡

:¡:

Una opinión que también será li' J;uya1 y es que : LA ELEGANCIA E ~ EL VES·

TIR 1ES EL SUPREMO SELLO DE DIS· TI~CION: Para l'estir elegante no es el todo el dinero, sino SABER ELEGIR E L SASTRE.

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!L

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011

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helos, surge como un imperativo iiectificador, la sanción d el ·pueblo. ¿En masa cohesionada y precisión militar teutónica? No, dispersa, fragmentada dando al aire la sensación de que cada uno es en sí un homb1"E!. Un 'hombre-como dice Don Miguel de Unamu.no, fuerte tipo ibérico,--d e carne y hueso. Fuerte, magro de carnes, pero con la fortaleza espiiituaJ que trasuda su cuerpo híspido, huér fano de t oda genuflexión. No puede morir la ;pasión en una •r aza que la lleva sobre sí como parte consustancial, como verbo y como carne. He ahí su Virtud, he aJhí s u pecado. Pero la virtud es tan horrda, cafa tan profundo en el sentimiento que bien merece t odo el pecado de:l dolor y de la angustia que la ipasión lleva consigo Porque ella es la gran fuerza en la adversidad y aunque ciega a veces por sus errores, 11eva ail hombre por los senderos únicos de la hombría. Y he aquí como en la hist oria, ha fijad.o con hue11a indeleble por cua nto humana, el pueblro ibériico, la más r ecia de las afirmaciones ; 1a de 111 voluntad inhiesta en el p uño recio d e la pasión. Sin eJ.la la giest a americana hubiera sufrido una grave fractura, sin ella el castellano no hu.h iera impuest o la acera da punta de ~u parla grave ~r señorial en todo un continente.

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EL CORTE INGLES

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Noviem bre y Diciembre.

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Teléfono 1123, San J uan, /P. R.

Véase, "Ingleses, Franceses y Españoles", por Sa1vador de Madariaga. (1)

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BI,E N VENIDOS .

PACIENCIA . •. El trabajo cient ífico que con este nombre se publicó en la pasada edición de VORT!iOE, y que debido a un olvido imperdonable apareció sin el nombre del autor, fué escrito por nuestro amigo y profes.or de ciencias F acundo Bueso. Aclaración que la cr eemos per tinente en las pr esentes circuns tancias.

Saludamos efu sivamente a los compañeros expulsados, que de nuevo están en la brega universitaria, compartiendo con nosotros la dureza <le los estudios. Par a todos un abrazo de bienvenida, y para aquellos que d ~ una u otra forma han estimulado la conciliación o arreglo del problema, les ofrecemos un fuer te apr etón de ma nos. 1


La Lengua Primitiva de la Humanidad "Erat autem terra labii unius. et sermonum eorundem" (No tenla entonces la tierra más que un solo lenguaje y unos mis mos vocablos.-Gén., Cap. XI. Ver s. 1 )

. P~r mucho que h aya florecido el campo de las in vestigacion es filológicas, de consuno con las etnográfi cas o etnológicas; por monumental que haya s ido la obra llevada a cabo por toda esa pl éya de gloriosa de ses udos h omes que " pasaron sus noches de claro en claro y s us dlas de turbio en turbio" estn? la udo el proceso \de yuxtaposición y desenvowin11ento fonético de l lenguaj e; por brilla ntls ima qu e haya s ido la labor ele Bopp, ll a mado Cristóhl Colón el e la Fllolog·la con temporá n ea, a utor el e Ja gramf1.tl ca comparada del sánscrito, zendo, g r iego Jatfh lituanlo, gótico, alemá n y s lavo antiguo; por 'm u ch o'. en s uma, que se h ayan estrech ado los lazos de comunicación entre el esplr itu 'imod erno y e l de las edades pretéritas, esto es, entre el b"ltllus cnnt.n ns homos1111ic11s, o s típerhombre del rascacielos, y ei apenas cacarcan te bípedo implume de las eavernas · . ._ , lo ci_er to es que no. h a ten ido aún solur lón sat1sfactona-¡y está muy lejos de tenerla ' .....:. c>I ta n llendo y traído problema de la Len~ia Primitiva. . Y, pues ''lene como pedrada en ojo de botic.i.r 10-o como chinazo entre cuern o y cuerno do testa coronada-el ta n divu lgado cuentecillo que de momento se nos enreda en los puntos ele Ja pluma clisr a rémos lo o di s paratémos lo as! : ' iErase un r ey de Egipto, con pinta de r ey de bastos (por no decir con pinta de bruto). C uentan de este sa bio que un dla, sintléndo::ie ..n n pujos de filó logo, dió en la •mentecatada de eni:ayar un sist ema suyo (de su ~11ent e-cntnd1t) que h abía de cond ucirl e infaliblemente al descubrimiento de la Lengua Prim itiva. Y. como lo con cibiera s u r eal sesera (realmente s in seso), asf lo sometió a la piedra de toque de la experiencia. . Un rorro de pocos meses-capullo de ro sa tronrhado hrutalmente de s u rama- fué, por orden del rey, aloiado en una cueva de pastores sita en un paraje solltario, y alll permaneció, bien cuidado y alim entado por sus can cerberos , pero · sin percibir ni siquiera un eco de la voz humana, du ra"llte cinr.o años. - "Transcurrido ese lustro'', diz que decía ol rey filól ogo, " ya vendrá lo demás'. Y vino, efectivamente, vino Jo demás, o vino lo de menos, pu es el pequeño troglodita no vino ¡ qu6

había de venir! ululando el hab la de s us a ncestros. Vino lo de "Jingua:m agere", pero no vino ni sobr evino como con vi no y previno aquel l\lidas orejas de pollino. En s uma: vino el pobre niño balbuciendo la s iguiente interjección, que era todo su leng uaje: "¡ BE-E...COB-! ", onomatopeya del ba lido de las ovejas, balido que, acaso por efecto de ciertas resonancias dQl antro aquel donde hablan sepulta-do en vida a l pequeñuelo, llegarla a los oldos de éste minti endo ta n extraña moda lidad fon ética. Y . . . colorln, colorado. Los sabios del Renacimiento, y los que les s igui eron hasta mediados del siglo XVII, ll ~vados de s u s creencias r eligiosas, señalaban el hebreo como Len gua Primitiva, opinión que Leibnitz-lumhrera que inundó de respl andores el amanecer del siglo XVIII-co mbatió por descabellada y a.bsurda. La lengua h ebraica, de léxico pobre, no podía ser fuente común de donde manasen las t a n ricas, puras. corrientes, cristalinas lenguas griega y latina. .Precisamente lo que o bstaculizó la marcha progres iva de Ja cie ncia del lenguaje fué la persuasión aprio rlstica de que el h ebreo er a la leng ua original y todas las -Uemás s us derivadas, hipótesis r ob ustecida con Ja opini ón de Orlgenes, celeberrímo ex égeta cris tiano alejandrino de los siglos II y IH. Es· te g ran escritor afirmaba que "la lengua h ebraica, dada primitivamente a:l hombre en la persona de Ad:.ín, se conservó en aquella parte del genéro humano que Dios g uardó para herencia s u ya y que no confió a ninguno de los ángeles." ¿.Pero cómo es pos ible-arguye un autor-que fne'" e el hebreo la lengua de Adán, si el hebreo narió a ~ In con fus ión de las lenguas en la torre 1ie Babel ? Más en razón hubiera estado-opinan los filólogos <le conformidad con Lelbnitz-y otro hubiera sido el florecimiento de la ciencia s i se hubiese dado en señalar el sánscrito como lengua original (El s-1 nsr rito -que vale tanto como decir " lengua perfecta''.- diz que dejó de hablarse 300 años A. de J . C.) Bournouf, uno .de los fundadores de la escuela histórico comparativa, con tamaños mostachos de pol ig loto, profundo conocedor de las lenguas clási-


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Noviembre y Diciembre.

cas, pa.rlaba as( aludiendo ·a dicho quid pro qno, ras rodantes por el va cío y percibir las vibraciones a dicha manera <l-e tomar el rábano por las hojas : rftmlcas del éter ; ésa, en fin, que nos a;sombra "Nous so.vonz mleux le latln, depuls que nons examinando los elementos· componentes de la s ubstancia sideral mediante el análisis espectros cópico. SHl"ODZ lq sanscrlt'. Con lo cual no quería significar precisamente Pero . . . pero no acierta. i ni acerta rá jamás ! a que la lengua primitiva fu.ese el sacro verbo de los · decirnos dónde e mpieza y dónde acaba el Cosmos ... pueblos indoeuropeos o pueblos arios. Daba sólo a Aún en ·e1 supuesto de que fuer a posible fijar en comp.render las analog(M que guarda el sánscrito un punto cualquiera del es pacio una de ambas racon la lengua del Lacio, las guarda con otros idio- mas .de un compás (compás imaginario); y aún también en el supuesto de que fuese posible hacer mas que le son atines o fraternos. girar ese compás -1_1blerto en ángulo obtus o de 179 JacoUiot, un escritor muy conocido, va mucho grad?s ~ 999 mlléeianas de grado, ·no lograrfa.mos más lejos en lo que resI)ecta al sánscrito, señalán- ¡en JllJllllS d8. los jamases 1 abarcar el radio t ocandolo como lengua madre. En su "Viaje al País de {\o en la periferia o térm ino del TODO COSMICO. Y las Perlas" . traducido al cast-ellano por el Vlwou- conste que a ese c~rripás ima gfnarlo-como imagid'é de San Javi-er, r-ef!rléndose a la leyenda India de narlo al fin-l e podemos suponer las dimension es la diosa Sita, espo'sa de fuima, que fu é robada por de la palanca de Arqufmldee elevadas a la enésima el rajah de Cey.lán, leyenda que dló origen al Ra- . potencia .. . mayana, tan celebra.do por casi todos los poetas de ¿J'fo basta es o para suger ir la idea del sublmien· la ant!gue datl, expone lo siguiente~ to de tupé qu e se trae la maga Doña Cosmografía ? "No hay duda .que esta leyenda, que ofrece tanVolvam0s ahora las narices a la tor cedura de ta analogía con la conocida en Europa, ha llegado hasta nosot ros por las emlg'raclones sucesivas que, moño de Doña Filología. 1'...os ilustres va rones que partiendo de la Alta Bengala y de las,.cumbres del con tanto afán le han s eguido la pista a la doña, Hlmalaya, han colonizado los paises ce ltas, g-ermá - ya hemos dicho que no han logrado verle ni s lquienicos, esca!).!lina vos y slavos, conservandp en las rá Ja punta de la Lengua Primitiva, centro del u ninuevas region es que han ido invadi~do poco a po- verso Jlngiifstlco, centro que está en todos y eada. co, no solamente el idioma;- s ino hast a las principa- uno de los i-cl.lomas-mundos que lo in tegran, pero les tradiciones po ~tl cas y religiosas de su cuna." s in que pueda precisars e, co'mb tampoco puede precisarse el centro det TODO COSMICO. "Por lo c ual s e deduce--termlna diciendo Ja-colllot-<1ue todos los Idiomas antiguos y modernos, Y, pues rumbos cent r os son oblcuos de una obla J>esar de ms transfonnaclones que les han hecho cuidad archimorrocotuda, he ahf por qué hemos s ol'rlr los s iglos s e derlvan del s{mscrlto. y en es tabl.ecl-cl.o el sfmil <le la torcedura de moño de Donu estras co-stumbres, en nu estras Ideas. r eÍlgiosas - ña Filolo_gia Y el s ubimiento de tupé de Doña CosY hasta en nu estros c ódigos encontraimós s ig<nos inrnograiffa. t dlscu tib l.es de nues tro o.rigen indoas iátlco" (Sic.) No obs tan te, quizás sí, quizás no, quizás pudieNo puede ser más inte r esan te, ni más conclu- ra enderezársele el mofio a la vieja de nuestros yente, la opinión de Luis de Jacolliot. ,filológicos amores; quizás pudiera ll ega rse a lo duJ· Empero, lo cier to de toda certeza es que no se ce de la a Lm.endra de Ja. Lengua Primitiva, 1lMlanha dicho a ún la úl tima palabra acerca d e la Lengua do par la cáscara. amarga del s iguiente problemlt.a a r esolver: P.r1mltiva de Ja humanidad , vieja teoría que viene s iendo a tes fil ólogos a lgo a sf COimo la piedra moDescubrir en los vocablos s us primitivas rafees sofa l a Jos a lquimis tas. de slgnl!lcación, teniendo presente Ja r aigambr e coNo, no están ma duras toda vía las uva,s de la mún que exist e, o debe existir , entre las vo ces arias tá t y semHlcas (La extinta lengua de los antiguos m eparra de los sabios, a ese r especto, como ª n os dos- el ',pelvi"-, dicen que por las raíces ele muy tántos r espectos en que interrogamos a l orá culo Cbos de s us elemen tos em pal ma con los i'd1'omas d e la ciencia y nos r esponde con el mutis mo d e 1a esfinge, o satis ta ciendÓ a media.a nuestra curio sidad. sem!tlcos, y, por los s ufi jos o desinencias, con los ind oeuropeos) . A Ja muy señora y amiga nuestra Doña flloloHay que za hondar mucho, ¡pero m ucho!, hasta gta (am iga a quien le debemos pocos fayores) se ll egar a la génesis del lengua je; y para ello es conle ha tor cido QI moñ o por ah(, por el lado d e la di ción precisa conocer ato mfsticannen te el proceso L engua Primitiva, t orcedura d e moño -en cier to mo- prodrómico de yuxtaposicióil y desenvo lvimien to fodo-o moda--compar able con el s ubimi-ento de tu pé nético de las pa labras, cada una de la s cua les vieque se trae esa maga de veste azul flor eada de es- ne a ser un mi crocosmos ffsicop.;fqui co en evo lntrell as; ésa que, ascendiendo por escalas de luz, ción cons tan te. asómase a los ventanales del- (>Spa cio y escruta los ¿Acer tará n los fil ólogos a orientarse a través rte rincones del un iverso enfocando en él SU' pupila miles do veces más poten te que la del Argos d e Jos tan complicado dédalo Jingüfstico? A juicio del que fué sapienticlmo Profesor de mitos: ésa c¡ ne nos deleita con leyendas de oro entrte.lidas en la más peregrina y abracadabr a nte Y Latfn Y Castellano en el Instituto Provincial de P . abstrusa de sus teorfa.s : la Plu ralida d de Mundos R. (referfm'onos a D. Enri que Alv~rez Pérez, cuya Habitados; ésa que nos descifra el enigma de enig- memor ia evocamos y evocaremos siempre con sentimas de la. creación, que nos ensefia a leer en el mientos de gratitud, a fecto y a dmiración), "esta gran lnfolio_ de la naturaleza, (Iue nos explica. el cu-estión de cuestiones, form a l.nnen te, ofrece tres a smaravilloso engranaje de la máquina celeste, que pectos distintos, a saber: El Onomatopeyt smo, pernos habla de la eterna ley del movimiento, ley de cibiendo en lo¡¡ vocablos la múliica imitativa de la vida; que nos hace sentir 1a. harmonía de las eefe- naturaleza.; el TradJclonalls mo, basándose en las


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Sagradas Letra-s, esto es, atribuyendo al lenguaje un origen divino; y el Trnnsformlsruo, sujetando Ja fonética a leyes de evolución". Acaso. . . acaso -en no lejano devenir los de la élite tradidonalis ta, a la luz de la fe (pero sin prejuicios fósiles ) y apoyados firmem ente en el báculo del estudio comparativo de los idiomas, acaso logren fiar cima a la magna empresa de descorrer el velo de la lsis "B_rnt autem te:rra lablli unlns et se1lmonuru eorundem." A propósito, lector. Revolviendo papeles, acabo de toparme con la siguiente información en uno de los ntlmeros del extinto "Magazine de la Raza": "El Dr. Beech (muy señor mío) ha encontrado en el int~rior de China cuatro diferentes r azas de hombres, que no son ni chinos ni tibetanos, y que hablan un lenguaje enteramente desconocido para el r esto del mundo. E stas revelaciones hacen revivir la creencia de que sémejantes razas forman parte de los primeros pobladores del mundo". Des de luego que, a la hora de ahora, la Información del "Magazine" viene s iendo más que fiambre; pero .. . si no resulta cann.rd; si Mis ter Beech es docto doctor, doctor de fuste, como reza su apellido (Bcech es hayn, ¡buena unadera!), arrímense los filólogos a ese }IO.lo y pónganse Inmediatamente al habla coi~ tales razas qu e, al parecer, íormnn

¡1nrte de la descendencia de los primeros pobladores del mundo, y que hablan un l enguaje enteramente des conocido. Vamos a ver si por entre tales razas se logra hace r saltar la liebre de la Lengua Primitiva de la humanidad. Vamos a ver si, estudiando ese raro injerto que señala Beech en el tronco de la especie humana (injerto "ni chino ni tibetano"), se descubre por fin la clorofila de las células del b!blico rosal que prende sus ralees en "Erat autem terra labili unius et sermonum eorundem." Y a guisa de colofón, para darle barniz de seriedad al "finis-coronat-opus" de este burla burlando, copiemos el pá rrafo co.n que fiñaliza su interesantís ima obra el eminente Max-Muller: "La ciencia del lenguaj e nos .conduce a la. elevada cima des de donde podemos contemplar la aurora misma de la vida del hombre en la tierra, Y donde estas palabra·s del Génes is, que hemos oído tántas veces desde nuestra infancia, " TODA LA TIERRA NO TENIA MAS QUE UN SOLO LENGUAJE", nos ofrecen un sentido más natural, más inteligente y más cient!flco que el que antes ppcliamos atribuirles." ROMUALDO VALLES

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La Situación Chino .. Japonesa \

lVALTER RIVERA

A. Pepe Guelts. 1

Al leer un panfleto donde se publicaba el disc urso- pronunciado por el llustre economista señor Thomas r.;. Chadbourne ante ·e l Concejo de la Liga. Panamericana en el mes de octubre pasado, me llamó poderosamente la atención el hecho de que dicho representante- hizo hincapié en la predicción rle que cada cien años sobr evenía una guerra. Citaba casos específicos en que demostraba la exactitud del cumplimiento de la profecfa, al mismo tiempo que exJ)Qnfa las . consecuen~ l as nefastas que a través de los siglos la humanidad ha tenido que -sobrevivir como resultado directo de la beligerancia. Decía. además el señor Chadbou rne que Ja p,resente depresión mundial no era. otra. cosa. que la cons ecuencia inmediata de la Gran Guerra. Al t<tiner conocimiento de que las relaciones exis t entes entre los Chinos y los J a poneses no eran satisfactorias supusimos que el rompimiento· de las r elaciones de concru-dla y amistad de ambo& _pais es no se dejaba esperar. La avalancha había roto las barreras de la. fiel profecfa anticipándose en ochenta años a la profecía misma. Preciso serfa hacer historia del desenvolvl<mlento de lq,s acontecimientos que han promovido el caos sobre el cual tien en pues tos los ojos todas las naciones del orbe, s in embargo para ahorrar tiempo y espacio vamos a presumir que esa cadena de hechos es bien conocida por los lectores. Para los efectos de este artfcuJo báistenos con 11ecorda r la s t r es causas fund amentales originatorias de Ja presente crisis: la antigua. guerra chlno-ja'J)-Onesa: el prog: eso arrollador de la cu ltura Japonesa, y Ja expansión t erritoria l de Japón. Analicémoslas. No obstante pertenecer ambas naciones China Y Japón a una misma raza, la amarilla; de esta r comparativamente cerca dentro de la ·esfera geogr áfica; de ser más o menos de la misma edad; de poseer cier ta silmilitud en las costumbres Y tradiciones, am én de otras particularidades que colocan a las dos naciones en un mismo planante la hi storia del mundo; Ja China y el Japón h an s ido dos chi cos traviesos que se han pasado su existencia jugando al "hide and seek"'. Ciertas pequeñ.as dif-erenclas en s us car acteres internos han, creado un grado de suspicacia y de reserva que no les ha permitido jugar sin pelear. !Parece ser qu.a las frescas brisas de l Océano Pacífico Inyectaron de oxigeno Jos pulmones de- los Japoneses haciéndoles más ágiles y por ende más propensos a asimtlar Ja cuJtura europea. y la de l Nuevo Mundo cuando el Almi.rante Perry trajo consigo el sol en su embarca-Ción. Esta capa.ddad a,si· mllatlva ha sido ejercitada y ha con tribuido a distanciar a los japoneses d<1 los chinos en cuanto :t costum bree, ritos y tradiclonéS se refier-e. Sorpren· el-ente ha s ido la avasalladora Influencia desplegada en la cultu ra japonesa.. Los chinos han reconocido

ésto y le han temido. El comercio de Japón es univ<Srsal y su potencia dentro del concierto de las de.más naciones del mundo -e stá bien solventada. Cuando una nación alcanza cierto grado d-eter•mlnado de madurez y desarrollo, sur.g en también un s innúmero de complejidades y de dificultades desconocidas anteriormente. La extensión territoria l del Japón es escas!sima. Un ar chipiélago de pedazos de Islas forradas de cordllJ.eras de cabo a rabo. El J apón a través de su indqstrialización y de s u desarrollo social, económico y polltlco se ha agigantado. Su territorio local es exiguo para dar cabida a la población super-infle.da. ¿Cae o no dentro de la soberanía de la nación japonesa la obligación de proveer un local para cada uno de s us súbditos? En otras palabras, de ntro de la esfera del derecho que posee todo pafs a subsistir, ¿ cabria justifica r el Imperialismo en este caso específico de J apón? Es indiscutible el derecho que tiene cada pafs a subsistir . E ste mis mo derecho impllcltamente incluye a mi juicio el empleo de su fuerza, poder, potencia, o como quiera lla mársele, o el uso de cualquier medio que 11;ea poslbl<S par a garantizar ese derecho tan indis pensable a la subsistencia nacional. Conste que soy un pacifista .consumado, sin embargo me doy per.f ecta cuenta de que los motivos de la lógica Y del derecho a vivir están por encima de todos los demás derechos polltlco'!I, clvileii, etc. T eniendo esto presente ¿l])odrfa en cont r ar.s e una r a:i;ón má.s fundamental que l a antes enunciad·a para justificar la guer.ra o el Imperialismo? ¿Qué tienen que arguir a eso los demás pacifistas? Ta l es la obliga. clón qu e ti ene que cumplir la n ación. La cuestión a r esolve r por el gobierno japonés no admite di1aciones, es una cu estión de vida o muerte para el imperio. .Se pr.esenta más dificil la solu ción pacffica y dlp'1omática, cuando nos percatamos de que el probl'$'1a ha sido aumentado a:l cerrar el hemisfe rio occidental las puertas a los japoneses del hemisferl<> oroontal, sino total, por lo menos parcialmente, al fijar en distintos países cuotas fnfimas de Inmig r ación. ¿·P uede el gobierno japonés cruzarse de brazos e irse al Emperador Hlrohlto a cazar liebres o a cultivar kakem ono mientras los japoñeses, hechos una masa compacta, se agarran los unos a los otros fuertemen tie para no caer dentro del abismo oceánico? He aquí la cuestión pura y simple a resolver : hay que luchar o morir, por una causa funda· mental : l.a. vida misma. ¿Acaso otras naciones no han bata.Hado en favor del iim.perialismo por causas menos justificadas que la pr011ente? ¿A dónde de· ber!a Ir Japón a buscar r efugio, a implantar su im· periallsmo &ino en el sitio más cercano, más pro· picio, en Manchurla? Consideremos ahora el aspecto chino del problema. En la Liga de las Naciones d·e Euro¡>a, el representante chino se ha concretado a recabar el


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El presente dibuj o es obra de nuestro com_ pañero Arturo A. Vidal, estudiante de derecho en la Universidad, que ya en an~rio"' ancias ha logr ado en el pincel y res circunst en la pluma acier tos inter esantes como el que aho.r a pres-entamos. El Arte cubist a, tiene ya en Puert o Rico un admirable discípulo, que promet e gracias a sus i11numerables dotes, y facult ades p ictóricas, sobr esailir en est e arte, que no es t an f ácil seguir y comprender. Augurámosle al .co~pañero Vida! éxito risueño en su peregrina vocación.

der echo de China a la inviolabilidad de s us terri- J,Jotencia de pr imer a magnitud den tro el concier tq torios. Ha habido sus .alternativas dentro de las ac- de las naciones del mun do, se resistiría a cesar eni tuaciones y las deliber aciones r efier entes al proble- su polftica d e expánsión en el territorio Chin'>. ma ante nuestra cons ider ación. Por tres m eses con- cuando precisamen te hoy es -el día que más n ecesecutivos el Concejo de la Liga ha tratado de abor- sitaría un baluar te ja'Pon és en el continente .L\ si~ ­ dar el problema en su fondo, nasta la fecha nada ticn cuando l as naciones del hemisferio occidentai práctico se ha conseguido. Los detall es de más no- han cerrado sus puert as a la immigración. to r iedad han s ido: la auster idad y el tacto despl egado por el Emba jado r J aponés Yoziza.hua; el forPor años enter os el Janón ha venido ejer cie 1\sejeo de Estados Unidos por o bservar , inter vinien- · do cierto grado de hegemonía gubernamental en el. do como .amicus cur lae (nótese la conju nción de los territorio ch ino ocu pado por la colonia japonei:<1., tres nombres: obser vador, in ter ventor , amicus cu- Chin a sin embar go, como una concesión. permitió riae) , el p rofun¡lo silencio denn.ostr ado por las po- el nrie:en de ec;a penetración política Y de esa. extencias prin cipales de E uropa a través de sus r es- nansión. No supo atacar el ori~n de la enfermepectivos r ep r esentantes en la Li ga: la substit ución dad . Y ésta se ha vuelto cancerosa. La princioal diclel obser vador (?) americano P r entiss Gilber t, por ficultad pa.ra Ohina sin embargo no consiste en otro embajador; un voto de cens ura y de deseen- haber perm itido la 'p enetración bajo protesta o con fianza publicado en uno de los periódicos de pres- su ronsentimiento maternal. sino en que China jit igio en contra' de las actuaciones del embaja dor más pensó que el peq ue!io japonés, en veinttcinco o chino. Mientras tanto, J aipón ha Invadido a China. treinta año s iba a desarr ollarse a tal extremo qne por Ja península de Korea, con r azón 0 sin e1la; ~u notenciallded y su ¡;lgantez resultaran una amPChina ha ordenado la m ovilización de sus tropaB¡ na.za fuera de su ter ritorio Y una agresión dentro nacionarlistas montant es a var ios millones de boro-. de l mismo. bres y niños. La situación ha . ll~gado a u n extremo Nunca desde Ja guerr a Chino-japonesa. ni ann donde a mi modo de ver, Y a pesar de odia.r las. durante Ja Gran Guerra del 1914, Japón hahfa estaguerrais con todas las fibras de mi espíritu Y de_ . rl '> t?n (lt ~ ta-nciada de Ch ina en cuanto a relacion'!S mi corazón ; la hecatombe se avecina con una ra--. interi:iacionales se refiere. L a evolución <le la cnlpldez asombrosa. E l fracaso de las geStiones a fa - tura janonesa ha deiado reza11:ada a la cultura Chivar de Ja presente crisis se ban desplegado, no n~ . como consecuencl:i natura 1 el l&'mor a la abadm ite discusión . El J apón ha venido practicando ' sorción de las condiciones raciales y tradicionales solapadamente u n sistema de penetración en lai aue constituyen un patrimonio milenario. Dos culChina debido a la necesidad natur al Y aipremtiante, turas ou~ forcejean virilmente. El progreso y la de Jas circun.standas. Hoy en día ha,y más de cieot industrialización que a.vasa'llan. . . y entretanto la mil japoneses en la Qhina constituidos en una colo- snper-población que precipita el catacliamo . . . Esnia y no vemos cómo el gobier,n o japonés siendo una, peremos.


Como Piensa y Siente el Catedrático Por Alfredo Silva

Para Josefina Pla, con la amistad del maestro.

Desde que existió el primer maestro ha sido matriculado en una universidad, IL ¡1rlotj nos deun ax.loma de la pedagogía. que el mentor debe co- muestra que ya está en el crepilsculo de la adolesnocer lo más exactamente posible la. psicología de cencia, que posee un grado de Inteligencia que no sus alumnos para que así pueda adaptar mejor la puede calificarse de Inferior en la mayor parte de enseñanza a las idiosincrasias de todos y cada uno los casos, qu e abriga un número de Ideales que de sus educandos. El axioma es viejo, tan viejo deben ser norte de todas s us actuaciones y q ' ue que, como hemos dicho antes, debió ocurrirsele a l posee una voluuliad desarrollada. primero que trasmitió alguna enseñanza. Admito qu e hay jóvenes que tle.n en por idea l Lo que no es tau antiguo, ni sabemos que se el ser inadaptables y quienes con más gusto im!t le haya ocurrido. a cualquier ·hijo de vecino, ea el rían a un Goldsrnith esgrimiendo cantra sus pror:: - hecho de que todo alum no, especialmente el de la sores una manguera prefiada del precioso líquido -escuela superior y el ilel colegio, debiera estudiar la que a un Llncoln caminando unas cuantas le pslcologla de• sus mentores de manera que pudiera para asistir a una humilde escuela. Pero ap~Uas adaptarse a ella y sacar el mayor partido posible de que el efebo universitario adaptable está en ie ma las enseñanzas lmpartfdasle. Y dirá enseguida la noria, que no pocos de aquéllos a quienes tilda mos joven colegiala que fija sus ojos inquietos sobre de tales en r ealidad no 1o son, Y de que Jo Inteligente a veces es no adaptarse coono otros qui ¡ estas lineas: ran que lo hiciéramos, no creo demás observar s e~¿Ah! pero es al profesor a quien corresponde no todos estamos hechos de la madera de los G0~~e esa misión. La pedagogla no dice que nosotros srnlth, los Einstein Y los Edlson. Bien estaría debamos adaptarnos a la psicología del profesor . Claro está que en ningún tratado de pedago- cada uno de nosotros no nos adaptáramos a l m ~~e0 (escolar, .en este caso) si tuviéra~o gía encontrará. la sagaz colegiala el postulado que circundante la completa seguridad de que a pesar de n uest s lie propuesto. Bien, desde hoy en adelante existe rebeldías contra el medio habríamos de ser e ras el axioma. Un hwm!lde profesor lo ha propuesto día un Goldsmlth, un Einstein o un Edison np su · ero Y va a defenderlo. ¿quién ¡0 gar antiza? ¿No seria mAs conveniente La inteligencia es habilidad para adaptarse con antes que ajuotnrnos loca.mente al mJUen, justl • éxito a las nuevas situaciones que la vida nos pr e- clar fríamente nuestras aptitudes para ver si a Pre. senta. Toda clase universitaria constituye una si- sar de .que en la Universidad actuamos a lo Go~:­ tuación relativamente nueva a la cual tiene que smlth habremos de ser un Goldsm!th algún dfa? • adaptarse el alumno sl es que ha de tener éxito y vuelve la lectora imaginada : en sus estudios. Adaptarse con éxito es inteligen--=..Pero nosotros no conocemos la pslcologta de te; no adaptarse a esa r ealidad del ambiente sería nuestros mentores; descrfbala Ud. No puede adapperjudicial y por ende demostrativo de carencia de társe a una situación quien no está familiarizado la suprema capacidad adaptlva con la cual nos dotó directa , 0 Indirectamente con esa situación. naturaleza próvida. y en verdad, ¿cuán dlffcll .es complacer a llli ExJ>uesto así el probfoma verá mi perspicaz lecto ra que asoma .su f.¡¡z desdibujada Por las r lectora cuan obvio es el canon que propuse en el glones de ¡ Imaginarlo! Para describir Ja Psi e~: 0 segundo párrafo de este artículo. logia de la Facultad sería necesario conoc()r íntl -No siga Ud. argumentando; estoy convencl- · mente a todos sus miembros: conoc~r s us ld!olll¡ada. IS! eso es lo que estamos haciendo todos los . t 'd 1 s ll· M· estudiantes a diario: adaptándonos, adaptándonos :i crasias, capacidades, 10 ereses, 1 ea es, etc. podría hacerlo quien está relacionado con sólo ,¡ nst4Xles los profesores. Y así e!ectlvoamente es. Todo alum no se está. parte del claustro. Algo específico Y probablernuna adaptando continuamente a su maestro Y a las si- te cierto podría decir de Cordero Y de Co!berg ontuaciones a que éste lo somete. Pero no todos se Bueso y de Muñlz, de Rosario Y del Dr. Osuna • ~e adaptan con igual éxito. No acuna un alto g'ra.do así Ja Jab·or eerfa ardua y extensa. M~ u~ · A.un de 1.ntelglencia .el alumno que no trata. de adaptar- pues, de una débil pincelada, a describir lo qu~ré, se a la psicología de sus .mentores como tampoco creo que es la manera de pensar y de · sentir Yo da ~flales de un discernimiento claro quien profe- cated rático de Ja muy ilustre Universidad de p de! sa Ul)a cátedra y explica fi Us lecciones sin contar to Rico en relación con sus alumnos. Va a reuercon los !actores "capacidad" e "interés' de sus dis- tar, Dios sabe, que lo que atribuyo a Ja rnayor suJcfpulos . Y no tratemos de descargar de respon- te de los mleubros de la facultad constituye mi· parrnosabilidades al estudiante de universidad por razón d o d e apreciar la cuestión. Para protegerme conde s u edad. El hecbo de que un joven se haya tra semejante eventualitll\q i¡ollcito del lector que

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preceda. todas las afirmaciones que han de aparecer después de esta linea del conocido ·s. E. u O. (salvo error u omisión) tan- usado en los- border ós de tiempos mejores. S. E. u O., el catedrático <le nu.estra alma máter, dentro de los límites que le fija su herencia y su cultura, pretende, por medio de las actividades propias de la asignatura que explica, desarrollar hasta su más alto límite las aptitudes que para el estudio de dicha disciplina trae el estudiante al aula en cantidad invariable. Hasta el último momento el prof-esor no presume que su alumno carece de capacidad. Sólo una larga e imparcial observación del discípulo pueden llevarlo a tan triste conclusión. Y en la mayor parte de los casos de estudiantes poco proficientes no dirá que falta la capacigad en grado absoluto sino que existe en cantidad reducida. Es el espíritu de bondad y abnegación que concurre en todo maestro. Los estudios han llevado al profesor universitario a la conclusión de que de todo lo que es posible saber en el mundo se ha descubierto una fracción tan pequeña, y que de esa parte exigua conocida, sólo una parte más o menos pequeña es dominada por él. Esa actítud trata él de infiltrarla en la psiquis de sus alumnos creando asi .en ellos una predisposición hacia la humildad y la tolerancia y ·evitando que la universidad sea una gent>radora de pedantes. Que una institución que eduque ¡iara la pedantería y la necedad debe desaparecer · para bien de la cultura. La humildad es atributo de catedráticos aunque ella sea mal lnterpreta-Oa a veces. La vida afectiva del profesor no es muy distinta de la del educando. En general aquél ama las cosa.s que éste ama, y siente aversión por lo que él d1sclpulo odia. ,g,¡ existe a lguna diferencia en lo que respecta a la vida emocional estriba en el grado de dominio que ambos poseen sobre esos esta.dos de intensa reverberación que .llamamos pasiones. Es un querer peculiar a tódo ser humano el deseo de que se le preste atención a todo lo que exp;esa, ya sea en el aula, en la iglesia o en el casino. E l estudiante universitario es muy sensible a los aguijoneos de .esta tendencia humana. E l profes_or de universidaa no es menos sensible que su alumno a los efectos de este hecho psicológico.

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No ha de extrafiar, pues, al joven estudiante que el profesor sienta uµ profundo disgusto cuando; áe tarde en tarde, mientras éste exuda. la Ley de Méndel o el Principio de Est!mulación Simultánea. aquél se cuchiohee c.on el vecino o desgrane una ·sonrisa que al prófeiloll se le antoja- áarcástica, Preocupa a todo mentor la manera. de hacer deleitosa la cátedra que explica. .P ero por circunstancias que el profesor no puede dominar no siem-pre se realizan sus deseos. Ha.y aspectos de las artes, de la ciencia y de la filosofía que ni tos grandes maestros de la pedagog!a podrla.n hacer interesantes. He oldo a Thorndike, maestro y psicológo eminentísimo de Columbia, en un instante de insoportable aburrimiento. No menos cierto que lo anterior es el hecho de que todo estudiante universitario deberla estar poseído de una inmensa curiosid-ad intelectual y de una vigorosa capacidad de prestar atención voluntaria. Si el efebo que as iste a nuest.ras aulas no ha desarrollado estos rasgos al traspasar po:r. primera1 vez el umbral de la universidad mal podrá formarlos en ella. Aparte que es un mal síntoma el hecho de que un alumno de estudios su1periores carezca siquiera de un exiguo interés por las cosas intelectuales, no importa lo árhla,g que éstas sean. En muchos casos el interés en una actividad dada es señal -Oe aptitud para participar en .ena, y si falta el interés no es muy probabl.e que exista la aptitud. No me parece equivocarme si aseg'Uro que los estudiantes más brillantes que han pasa,do por mis cátedras me han seguido en mis lucub:racioµes con la mirada fija, el oído atento, la respiración entrecortada y esto ha sido asl aún en aquellas cuestion~- abstrusas d: la psicolqg!a que pro-Oucian bostezos en los mediocres Y ronquidos e~ los inferiores. En igualda-0 d~ circunstancias, los alumnos brillantes prestarán mayor atención y estarán poseídos de un int.erés más dinámico que los peor dotados. ¿•P ero a qu é seguir esta serle de otnJervadones que se harla interminable'/ ¿Cómo piensa y siente el catedrático? En forma ml\Y análoga a como lo haces tú, joven noble y brillant.e, que paseas tu mirada escrutadora. sobre estas líneas .mal per.geñadas, escritas al correr de la xµá.q~ina Y a petición del competente director de VORTI·CE.

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Manuel Rodríguez Ramos

De acuerdo con Don Felipe Clemente de Diego (1) y Don J osé Castán y Tobeñas (2), las fuentes del Derecho Positivo pueden ser divididas en: (a) Inmediatas, o directas; y (b) Mediatas, o indirectas. Pertenecen al primer grupo, en el Derecho Positivo !Español la ley, que es fuente principal, y los principios generales del Derecho y las costumbres aceptadas y establecidas, que son fuentes s upletórias. Al segu1n do grupo corresponden la Jurisprudencia, el Derecho Natural, etc. Todo esto, satisfaciendo las exigencias del artículo 6 del Código Civil Español. (3). Este artículo del Código Civil Español ha pasado a ser, literalmente, el artículo 7 de nuestro Código Civil. P.ot lo que, en 1<> que concierne a dicho artículo, son fuentes directas e indirectas de nuestro derecho las que respectivamente lo son del derecho español. Nos interesan en este breve estudio las fuentes que De Diego llama directas. Son fuentes directas de nuestro Derecho Oomún, esto es, de nuestro Derecho Civil positivo la ley, los principios generales del d erecho y la costumbre. Pero ¿son ellas, igualmente, fuentes directas de nuestro Derecho Penal? Sostenemos el criterio de que solament e la (1)

(2)

(3)

"La Jurisprudencia Como Fuente d el Derecho", Reus, Madrid, 1925: pág. 36. "Derecho Civil Español Común y Foral", Reus, Madrid, 1930: pág. 14. Tesis sostenida en la obra de De Diego ya citada.

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ley lo es así, y vamos a tratar de explicarnos. ¿Cabe, acaso, resolver cuestiones penales aplicando el precepto o preceptos que cont iene el Título Preliminar del Código Civil en su artículo 7? Consideremos que, como hemos dicho, nuestro Derecho Civil viene a ser Derecho Común nuestro. E l Código P enal r ige sobre asuntos de índole determinada. El p1·imero regula las transaecibnes de l'os. ciudadanos entre ellos mismos. E l segundo se refiere a acciones de las per sonas que afectan directamente, ya sea por ficción legal no más, ya prácticamente, la segur idad y la vida del Estado. La opinión autorizada es de que el título preliminar mencionado rige en todas las materias de Derecho positivo nuestro. Esto costituye un tema interesan. te a discutir. Ahora, bien, el Art. 7 carece de fuerza legal contra nuestro Código Penal por lo que expresamente queda estatuído en el referido Código. Este Código que nos vino a nosotros de California, donde f ué aprobado en 1872, posee un mareado sabor clásico. Uno de los artículos en que mejor se puede apreciar esto es su artículo 5 (4). 1En el siglo XVIII es (4)

"N"mguna per sona será arrestada por

c1·imen o delito alguno, que no estuviere expresamente declarado oomo tal en este Código, excepto por crímenes 0 delitos contra las leyes de los Estados Unidos aplicables en Puerto Rico, las decretadas por la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, y por el Congreso de Jos Estados Unidos para Puerto Rioo."


Noviembre y Diciembre.

VO~l'ICE

dió cuenta la Europa continental de que con la amplia discresión que se hallaba en manos del poder judicial, peligraban y sucumbían las llam adas garantías individuales. (5) Eran pocos los jueces a lo Servan y Lamoignon, y much-0s los al estilo de Ravand. Así, uno de los principales cuidados que se tomó la Revolución del 89 fué el de la supresión de la di.screción judicial, surgiendo el principio que se ha hecho clásico: "nulla poena, nullum crimen sine lege".

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A la segunda parte este principio clásico se halla fuertemente atado el artículo 5 de nuestro Código Penal. Solamente la ley reconoce delitos. No hay principios de derecho fuera de ella, ni hay costumbres de clase alguna que tengan fuerza legal con respecto ~ los delitos. Dec'imos que el artículo de que hacemos mención se liga a la parte del principio citado, porque lo q~e respecta a la primera parte se presta para un estudio completo por sí solo, ya que el artículo 17 del mismo Código, que le concierne, se halla fllertemente atado el artículo 5 de nuestro Código P enal. Solamente la ley reconoce delitos. No hay principios de derecho fuera de ella, ni hay costumbres de clase alguna que tengan fuerza legal con r especto a los delitos. Decimos que el artículo de que hacemos mencíOn se liga a la segunda parte del principio citado, porque lo que respecta a la primera parte se presta para un estudio completo por sí solo, ya q.ue el artículo 17 de} mismo Código, que le concierne, se halla redactack> de modo interesante : "prima f acie" (5) . Jiménez de Asúa y Antón Oneca : Derecho Penal, Reus, Madrid, 1929 : pág. 22 et r echo Penal, Reus, Madrid, 1929: pág. 22 et seq.

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no se ajusta al "nulla poena sine lege", imponiendo, sin embargo, ciertas restricciones al arbitrio judicial (6) que sugiere, y que confirma en el artículo 28 (7). Podemos decir, en conclusión, que de las tres fuentes reconocidas como directas por el Derecho Civil, solamente la ley sirve del mismo modo a nuestro Derecho P enal. Difícilmente se podría hallar una costumbre penal aceptada y establecida entre el ciudadano y el Estado, dificultad que emana en virtud del mismo artículo 5 Penal, e igualmente dificil sería hallar principios generales del derecho, como no favorezcan al acusado resultando que lo que m ás le favorecería e~ cualquier caso dado sería el mismo artículo 5; pero si existiesen posibilidades de ello sería a modo únicamente de fu entes mediata s o indirectas, al modo que lo son la Jurisprudencia, la Filosofía del Derecho, la Hist0ria del Derecho, etc. Cód. Pepal, Art. 17: "Si en un estatuto algún acto u omisión fu ere decla rado deli_ to público, y no estuvier e p rescrito en ningnm a ley el corr espondiente castigo, tal acto u omisión se penará como "misdemeanor" (delito 'me. nos grave). Cód. Penal, Art. 28: "Siempre que en est e Código la pena señalada a algún delito quedare indeterminada entre ciertos límites, el tribunal a utor iza_ do para dictar sentencia deberá determinar la pena que hubier e de im. ponerse en un caso especial, dentro de los límites prescritos por este Oódigo." En la Universidad de P uer to Rico, a 7 de diciembre de 1931.

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El -Cine Hablado en Evolución Perfecta Haee un-0s dos años escribí en uno de nuestros periódicos diarios sobre el tema que encabeza la pr esente colaboración a la revista universitaria VORTIOE; y hoy, después de haber presenciado la evolución casi perfecta, el caminar a pasos seguros del "Arte que adquirió el 1habla" como ha dicho uno de nuestros periodistas, comparándolo a este mismo arte que cuando dí a publicidad el r eferido artículo existía en Puer to Rico, t en_ go que maravilla'l-me en sumo gr ado, y casi r e<;tificar parte de lo anteriormente expresado. Decía entonces, casi en el afüorear del cine parlante, que los gra n'des director es cinemáticos tenían que a ndar con marcado t iento paTa poder t riunfar en una empresa tan peligrosa y casi descabellada como era o presagiaba ser el invento d'e la voz en las películas. Creía en aquellos días, que a no ser por un cuidado especial -de parte de los peritos de la empresa del cinema, y a no haber medi-0s contribuyentes para la continuidad evolutiva de este arte, t odo el armazón con que contaba el ciné hal::ilado se vendría abajo irremisiblemente, con pérdidas fabulosas para casas 1productoras y hombres de negocios. Lo digo con sinceridad . Dos años de marcha r azonada, de camino ,r ápido per o seguro, nos han hecho cambiar de parecer. Parecer que después de todo nos toma sin pizca de sorpresa, porque al ir transcurriendo los dias desde nuestro p1·esagio, íbamos vie11_ do el cambio s iempr'e evolutivo del cine hablado. Hoy nos encontramos en una embarazosa situación. Tal vez hasta paradógica. Hace cinco o seis años al -0eupar una butaca en cualquier teatro nos impor taba un ardite si

nos hubiesen dicho que oiríamos voces que saldrían de dent ro de los aparatos -proyectores de la cinta. Luego, cuan·do el invento se cristalizó en algo fact ible y d~ hecho, la gente no se podía dar exacta cuenta de lo q:ue veía y menos aún d e lo que estaba oyendo. Hoy, si acaso llegásemos a un t éatro y no escuclháramos la voz de nuestros favoritos artistas <le la ;pantailla, dejaríamos escuchar tm.a exdamación un tanto indigna.da. Tal vez como esta: "Se nos ha engañado, crefamos que era una película hablada y es muda". Hoy, ante el gesto de progr eso enorme que tenemos ante nuestros piés no sa:bemos ni am olda1rnos al mismo. En varias circunstancias me ·h'e !hecho fa sig uiente pr egunta: ¿Qué r es:ultaría si en estos momentos en que todos creen en la ya casi perfección del arte hablado, y cuando nos hemos acanalado a este arte t rascendent al y un tanto a ún paradógico, nos dijeran mejor dicho, nos probasen con ra~ones escuetas y exactas que es imposible continuar con la proyección de películas ;parla ntes por una u otra r azón, como ser ía la de la probable t erminación de t ail o cual materia necesaria par a la vida de la comunidad ? ¿Qué r esultaría ? Indudablemente que todo esto es hipótesis, mera 1utopía, nacida de una infantil preocupación que después de todo nos hiere de vez en cuarrdo con pertinaz impulso. El cine parlante es t odo un arte en la actualidad. Pe1•0 carece indefeétiblement e de algo que le daría vida, existencia más segura. Nos referimos aquí al arte cinemático norteamericano. Este posee a manos llenas el implemento necesario, el material disponible, ipero la técnica, el meollo dil'ectriz debe irse a buscar allende el océano donde


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Noviembre

y

Diciembr e . .

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Las Mejores Pel ículas del Mes Noviembre S tra n ger's May Klss-Norma Sh ea r er y Robert Mon tgomer-y -Metro. Son of lndia- Ra'món Navarro-Metro. Nacida par a Amar- Constance Bennet -Pathe. Ladies of Leisure-Bá rbara Stanwyck- Columb ia Luces de Buenos Aires- Carlos Ga r del-Soffa Guzmá n-Pa ramou nt Mamá- Ca talina Bárcena y Rafael RlvellesFox. Medio Fusilados a l Amanecer-Cóm tcos de R io Rita-Radio. Diciembre: Eas t of Borneo- Ros e Hobart y Char les Bickford- Univer sal.

;=r

Dixiana-Bebe Daniels y cómicos de R io R ita - Rá dio Pictures. La Pura Verdad-Enriqueta Serra no-Par am ount El Pecado Vi rtuoso-Kay Fran cls y Wa lter H ous ton- Paramou nt . 1'his Mother Ag'e-Joan Cr awford-Metro i\•Iillie- H elen 1lwel·V€tr ees-R adlo.

Peliculll'5 1mra Ener o que usted debe -rer: Cimar r ón-Ri-cha rd Dix- Radio Fazil- J osé Moj!ca-F ox. :'lierely Mary Ann-Charles Fa rrel y J a net Gaynor- Fox. Mon key Bus ines s- Ma rx Br oth er s- Pa ramoun t. Pa lmy Days-Edd ie Cantor -,Artistas Unidos. Sa san Lenox-Gr eta ~rbo-Metro.

TEATRO Pox-.e; (EL TEATRO PREDILECTO DE LA "GENTE BIEN" )

Pres enta el DIA DE NAVID-AD (25 DE DICIEMBRE) Un espectáculo Dra mático que perdurará toda la vida .ien el ánimo ¡del \Público.

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"

l~ MIL LIE~ La tragedia de una mujer contra el estigma de s u pasado. Caracteriza da por la es trella más fulg urante y gentil de la p antalla

HELEN TWELVETREES Una producción de quilates incomparables.

encontraremos un núcleo de directores capaces de resolver la máquina genia l de est e arte "charilatán", como ha dicho un ch usco. Sin la técnica, sin el cerebro cavila.d ar que aún para los p.r-0ducto1-es americanos está

en pañale«>, a-caso no podríamos formular esy hasta cuándo llegará el arte ihablado?

ta pregunta. ¿ Hasta dónde

Ernesto Juan Fonfrías.

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Al Vado o - a

la Puente

(Política internacional en broma) Para el amigo José Gueits.

Tengo una vecina que a su vez t iene un ponente en solicitar licencia, y el que está novio. Valiente notida para comenzar un ar- en vacaciones t iene que venir a s ustituirlo. tículo con ribetes de política internacional. Y 'hay que ver las gentiles posiciones del Pero siga el lector l ey~ndo para que vea por galán. dónde me apeo. Mas el noviazgo no es ofiComo el lector apremia para que entre cial. No hay compromiso formal. No le han en materia, o por lo menos así me lo figuro. dado la "entrnda". Esto de la entrada es allá vamos. una pequeña tragedia. En cambio, la salidl:l. Los Estados Unidos, fieles a su tradino tiene nadie que darla, a no ser que se tra- ción política, insisten en conservar intocate del hipódromo donde existe ·un juez de ble la docb·ina de Monroe. Esta doctrina ídem, según tengo entendido. La salida se me da la impresión de un abriguito que le la toma uno mismo. Acaso venga acompa- hicier an a iun niño allá por sus seis años. ñada de un paterno puntapié, pero esto es Pero llegó el niño a los dieciocho y se hizo opcional. Depende de la energía trasmisoria un mozalbete fuerte y grandullón. Intenta y coceadora del padre y de la habilidad re- poner se el abrigo, pero como es natural no ceptoria o escapatoria del novio. le sirve. Sólo está bueno para que la ab~ela Pero no divag uemos en torno de punta- lo guarde entre sus reliquias, pero para napiés persuegrales y menos del área r ecep- .da más. Si el "big boy" siente frío y teme pillar un catarro. cómprese un s~eter y en tora. paz. Decíam-0s que n o existe compromiso y Los Estados Unidos no p ueden mantepor tanto mi vecina y su novio no pueden pelar la pava como Dios manda. Pero como ner por m ás tiempo su política de clausura. éste aprieta aunque sin a hogar ; a la pareja Está contra s·us inter eses esta política, que del lado se le tolera amartelar se : ella desde si bien tuvo su momento, hoy no tiene rael antepecho y en la acera él. Ella con acti- zón de ser. La ISOLATION, la COOPERAtud de Julieta, se r ecuesta sobre la baranda TION, y la OPEN DOOR no pasan de ser padel antepecho que su instinto de oonserva- ños tibios. La virgina!idad d e esta <l-0ctrina ción cubrió de antemano con un mullido co- fué desflorada por Roosevelt en Aljeciras y jín. El, en cambio, no tiene de que recostar- por Wilson en Versalles. ¿A qué, pues, conse a no ser de sus laureles donjuanescos. Y tinuar simulando un aislamient o que de hecomo el idilio dura varias horas, sus galan- cho no existe? tes extremidades llegan a ser suceptibles al La intervención de América en la polícansancio. tica europea es cosa evidente. ¿No ha inA veces da vacaciones a uno de I-0s pies, tervenido en la moratoria concedida a Alequedando sobre el otro todo el peso de su mania? ¿No están interviniendo en el actual humanidad conquistadora. En tales ocasio- conflicto chino-japonés? Entonces, ¿por qué nes evoca su figura la de la cotorra. Pero n-0 estar franca y sinceramente en la Liga como el trabajo se duplica, no tarda el pie Y cooperar con ella a la magna empresa


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Concurso Fotográfico· Vórtice

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La fotografía que se publica en esta página fué tomada a fines del curso pasado. La hemos ti tul a do "Haciend'ci Cbis'mes", 'Porque a decir verdad, así es como empiezan a in cubarse los chismes en nuestra Universidad. La Farmacia Nueva de Baez y l\'lonserrate ofrece un propio r egalo para la sei'\orlta o caball ero universitario o s uscr itor de YORTICE que nos envíe a la mayor breveded posible los nombres de las personas que componen · la

presente fotografía. Excluimos a la gente que se Ye en la escalera y a la ter cera persona que viene caminando, detrás de las dos 'Personas que YienPn delante. PubÍicaremos en la próxima ed ición de VORTlCE el retrato de la persona que nos remita con m"tyor exactitud los no'q1bres de los muchachos que hacen esta fotografía: y puede usted pasar por Ja Farmacia Nueva a ver el regalo ofrecido.

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.de la 'PªZ universal ? La posición de los Es- y pel'juicios. Si le gusta la chica arréglese tados Unidos cerca d e la Liga resulta desai- con los padres (que · al fin y al cabo son ¡parada. Las actuaciones . por trascorrales, las rientes suyos) y a pelar la pav~ como Dios salvedades y las reservas no pueden inspirar manda. . . confianza. Pero n·o continúe haciéndolo en el ante-No lo piense más, Mr. Sam. No le pecho. Eso no cuadra a una dama de tantas tenga miedo al compromiso formal. Si no campanillas ni ~ un ·caballero de su empa · le va bien, rompe Ud. y en paz. No sería que y condición. Lo diciho : al vado o a 1a el primero que da calabazas. Ni la novia se puente. J. Villaronga Charriez. morirí~ ni le damandarán a Ud. ip.or daños


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Don Pe p.e . G u e ·i t s Cuando hablamos de VORTICE Fonfrías es el "boss". Esta mañana se me ha aeercado el "boss" para indicarme :-Me tienes que escribir algo sobre la personalidad de Don Pepe Gueits. Y me lo escribes para esta misma tarde. -No s é si podré hacerlo. El Anuario, por un l'ado; de otra parte, un tra:baj.o que debo en el Colegio . . . -Me lo entrega a las dos y media, antes de irme par.a San Juan. Veo que no hay modo de excusarme. ¿Sobre qué aspecto de ·s u perlfonalidad? .-¿Cómo? -Porque Don Pepe tiene una. personalidad muy variada. Entra usted al Edificio Baldorioty, toma la iprimera puerta a la derecha, pa:s'a el correo, e inmediatamente halila usted una oficina guardada por una puertecilla de madera, cerrada de tal modo que parece decir: "Entre, amigo." Ante una mes-a con un millón d e papeles hay un señor sentado, en actitud de trabajar. Lo ve usted tan saludable que no puede resistir la tentación de decir: " Good mornin,g". A lo que le contestan : "Muy buenos días tenga usted". (Usted cr eía que era americano ¿verdad ? Y que el apellido era Gates.) Con la sorpresa se ha olvidado uno del O'bjeto que le llevara aní. No impor ta. Plantee cualquier proble. ma. Allí se discute todo "como en los buenos tiempo sde Coimbra". ¿Que no se le ocurre ~qué solicitar ? P ero, hombre, algún problema tiene us ted que tener. Veamos. Posiblemente le han · "reportado" en una asignatura, o en dos. ¿No ? Pues tiene usted alguna ausencia ipEntliente d e excusa. O

desea mudarse de la casa donde vive. O de. sea instalar un restorán en :los terrenos universitarios. Tal vez desea tra'b'ajar en sus horas libres. O invitó a una mucha:cha al cine y se dió cuenta después de que nQ tenía dinero. ¿Tampoco? · Pues erit9nces proyecta usted un recital en el Salón de Actos. AL go tiene qtue preocuparle a usted. Pues, pa_ ra cualquier cosa que sea, tiene solución y remedio Don Pepe. Una tarde, estando yo en su despacho, l'legó uno de los düigentes guairdas de la Universidad, llevando arrestado a un rapaz. Lo habían hallado peleándose con <Ytro.

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-¿Dentro de los terrenos universitarios? -preguntó Gueits. (Quería ~segurarse de su jurisdicción.) -Sí, señor.

-Quié!l dió primero? -!El otro. haber huído.

No fo

,puldimo~

arrestar por

-No !hay causa. "Vim vi repelere licet". -"dijo Don Pepe. I

En mi imaginación lo vi investido con la toga del magistra<lo, como lo había visto an_ tes con un gesto de consejer-0 económico, de empresario teatral, etc. -¿Sobre qué aspecto de su personalidad hago este artículo? -Sobre cualquiera de ellos-dice el uboss" Y aquí estoy, sin saber ,como empezar.

,Manuel Rodríguez Ramos. Universidad de Puerto Rico, 10 de dfoi~mb:re ~~ 19$1,

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Relativo a la Re la ti vid ad A mi quW.Ido ex-maestro Don José J. GneJts.

Dos nombres están de moda en esta época de bre sus pasos, llegando a l punto donde se originó gestos y de orfsls: entre las mujeres, el de Maria en la misma dirección que tomó al ,salir . ¿Por qué? Eugenia, símbolo de reducldlslnn.'Os sombreros qu e Allá veremos. ta.pan un ojo a manera de venda je de pirata; y enSus ideas han modificado radicalmente los ~on­ tre los hombres de cien cia, el de Alber t Einstein, ceptos del espacio, el tiempo, la materia y la enerGran Khan de cábalas Incomprensibles. De los ca- gfa. Pensar, sin embargo, qu~ ha suplantado a prichos de las da:mas eug'enianas nada diremos-es Newten y los clásicos, es errón eo. MS-s bien los ha Inútil. Pero de los caprichos de los filósofos elns- suplementado. Impiden s u s postulados la realizaten!anos, algo d!reµios aunque r esulte también in- ción de una medida absoluta: toda cantidad viene a ütll. ser relativa,-de ahí el nombre de la teorfa- salvo El cambio introducido en la física Y la metafí- la velocidad de Ja luz, que es inmutable en el espas ica por los doctrinas del sabio a le mán. es tan no- cio vacfo. Y esta excepción es responsable de cutable como el cambio de pelo negro a paJlzo veteado riosos cab1 !oleos Imaginativos, tales como los enuroducido por el dichoso peróxido de la noche a la merados arriba. ~a.ñana. Hace poco más de un cuarto de siglo publiUna de las ideas más generalizadas de Einstein có el mentado señor unas humildes. cuartillas que es que ha creado un espacio de cuatro dimensiones. se las traía n. Unlca1mente cuatro páginas, pero tan Tal aseveración no es absolutamente exacta. Lo que 11 entl cias como la emulsión de Scott, Y cuya en- el sabio violinista-Einstein maneja la l' allestllla ~ra~a en el campo de la ciencia fué casi tan se~­ con tanta soltura como el lápiz y confecciona no. nal y transcendental como la. vuelta de Carh- tas tan felices crono sus cifras-ha hecho, es fusacio Lindbergh a New York. Esas cuatro Y o t.ias tan- sionar el espacio de tres dimensiones, conocido cotos n que t uvo a ~len obsequiarnos más tarde su mo t al desde Pltágoras y aún antes, con el tiemt.as tríslmo co y aun otras de más rec 1ente cogit ac1"ó11, po, y usar esa a leación para obtener guarismos qn e uus Utuye~ el núcleo sobre el cua l se ha originado interpretan con mayor· fidelidad los fenómenos nacons extensistma literatura de intenso sabor !ma- turales. una ginatfvo. E l hiper espacio nos permitirfa efectos que huEs la mar de cánd ido este señor Ein stein y con millarían al mismo Houdini. Podrfamos por ejemplo salir de una caja fuerte enteramente cerrada. 10 son los comentaristas que pretenden populaél r s us doctrinas. Algo duro resulta aceptar que, sin practicar abertura a lg una, y sería factible volri za. nos dice un observador estaci-0naclo en un ver una bola de tennls a l revés, lo Je dentro afuese~ que cuando más rápidamente corremos, más ra, s in romper la bola. En un dfa de prisa y calor punta 'se toma toda longitud en la dirección del mo- podríamos quit&rnos el chaleco sin desabotonarlo c~iento, a la par _que aum enta nuestra densidad Y dejando el eabán puesto. . . y nos beberfamos el v eB<peradamente. Además, el observador, muy quieto agua de un coco sin ahrirlo. Tareas imposibles e In su puesto y cronómetro en mano, nos comunl- inimaginable!! dentro del concepto tridimensional del en qu e el nuestro, aunque idéntico, marca el tlemespacio. E l traca.so de nuestra iµiaginación es ca. con mayor lentitud. Para pasar esta cu charada debido a la costumbre, ya que desde niños nos avepo b mos hacerlo a ojos cerrad<>s Y nariz idem. Pero zamos a ver efectos que ocurren en e l espacio de de e no es todo-mejor dicho, no es nada. De sus tres dimensiones-le llamaremos euclidiano-y n a esto tmas se desprende que ningún cuerpo puede lle- da má;s vemoo en el tiempo un factor aÚ::;illar, inrnáX a.yor celeridad que la luz, por tremenda que dependiente del espacio. var ~~emos la fuerza propulsora. Es decir, ni u na Es práctica común presentar la idea del hiper¡rnag del fabuloso barón de Mun~hhausen podrla ll ebala sol en ocho minutos, que es la duración del espacio a base de analog'fas e inducción. Tal es el gar 1 caballo de la luz. ¿Y por qué? pues slmple- método seguido por Kinton en su novela "Au Epi· via.Je ue a esa velocidad su inasa o inercia se- sode In Flatlnnd" y los muchos ot ros, como Schomente por~e se volverá infinita y excluirá toda otra field, Slosson y Ouspensky. Imaginaos un ser plano capaz de tmoverae únirá tanta,d~l Univ~rso. .. y a su vez medirá la bala, materia. a. rabo : nada.-¡no tendrá longitud! Poca camente en dos dimensiones, asf como nosotros lo de cabo prueba Don Alberto con tanta indiferen- hacemos en tres. Este ser se ' verla constreñido en 10 cosa. y se fuma '\lll Murad. Resulta, a dem,s, que sus evoluciop.es y cálculos a una supe.rfc ie plana cla como de luz proyectado siempre en linea recta, y le sería imposible imaginarse los -t érminos " arriun ra.yoi urva aparente vuelv-e eventualmente so- ba" y "abajo". Permitanos alguna int eligencia y posin segur c •

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der deductivo a l ser plan o, a l cual bautizaremos con el n ombre de "planobio", y coloquémoslo en el centro de una superficie plan a bo1•deada por una bar rera transparente de escasa altur a y espesor. Le seria imposible salir de ese espacio pues que no puede salvar la cerca por extender se esta en la tercera ·dimens!ón, ~n con cebib l e ftl , plan obio. S in embargo, si nosotros l e tomamos en alto y lo deposita.mas en el otr o lado, ·el planobio no comprenderá cómo pudo ·salir- a l igua l que nosotr.os s i nos sacasen de la caja de caudales cerra da, a t ravés de Ja cuarta dimen s ión. Y aquí podemos ve1· a l pa sar, un método de sacar á. a lguien por · el techo s in romperlo. Pon gamos ah or a a nuestro amigo en la su perficie de una esfera per fec ta-un a h ormiga, sobre una bola de billar. I nstruyamos a l planobio pa r a que adelante siempr e s u línea recta, h'abi emlo de antemano mar cado el punto de partida. Su s orpresa al llegar al mismo punto sin volver atr ás no es ni mayor ni menor qu e exp er imentarfaJmos nosotros s1 tal nos s ucediese en el espacio eu clidiano-es decir, s i dejásemos la ti er~·a en un proyectil Q.Ue volase siempre en linea recta, y llegásemos de 11uevo a Ja tierra de&pués de una tournee estelar de unos m illones de años .. ,y eso, s in desviarnos n unca ni un á pice de un a linea absol utanien te recta, perfecta según 11uestro mejor entender: En -el caso del planobio, podernos fácil mente ver que vuelve a l punto de partida por que la bola es tridimensional y la superficie bidimensional, es cu rva en la tercera dimensión. Nuestro ca.so es a,ná!ogo, salvo que el espacio r esulta curvo en la (}Uarta dimensión. De esta suerte sé conc luye que el universo no es infinito pero es illmitado. Palabras paradógicas a primera vista, pero ciertas. L a bala para el planobio taimpoco tenía limites, pues que s u superfi cie le pareció siempre igual, sin bordes, y s in embargo tenía fin pues que volviere al punto de partida s in caminar un ti empo in finito. Menoionamos hace un momento la r ed ucción en longitud y la •lentitud con que trascurre el tiemJJO debido a la velocidad. Considerémoslo más detall adamente. Supongamos que construfmos u n proyectil capaz de conducir a un sabio con sus instrumen tos, calibrados previamente con los nuestros. El proyectil pu ede desarre>llar ve locidades comparables a la de la luz, y está provisto de cronómetro, cintas de medir, telescopio, etc. Al pasar junto a nuestro observatorio a una velocidad de 161,000 millas por segundo- la luz lo hace a 186,284 millas por segundo-notamos que el sabio se ha tornado r!dfculameute desproporcionado y lento. Sus dimen ~iones lm la dirección del movimiento del proyectil se han d!sm!nufdo a la mitad de modo que si se acuesta se vuelve un enano de tres pies de largo,

pero de la misma cor pulencia anterior. E l sigue inconsciente de su metamór fosi s, y n otamos que se sonr íe al ver nos a nosotros reducidos en la misma proporción. . . S u r eloj as[ mismo marca segundos más largos que los nuestros, y los objetos caen con velocidad de película l enta. Si n embargó, el sablo ar guye que igual nos s ucede a nosotr os. ¿ Quié"n tiene raz-ón ? Don Alberto se arrella na en su butaca Y nos dice plácidamente que los dos estamos correctos. Si bien es cier to que el sabio se mueve a r azón de 161,000 millas por segundo con relación a n osotros, también es cier to qu e n osotros n os movemos a esa m isma velocidad con r elación a él, y los efectos son recíprocos. Par a visualizar est e caso, imaginaos un espejo de feria, curvo de man era que refl eja imágen es grotescas. Buscad tal ángulo que v,eais reflejado a vuestro a migo y que él tam bién os vea. Cada cual obser vará la ris ible fach a del otr o, m ien tras que conservar á s u propia figura n omnal. Igual sucede en el caso anterior, siendo e l mov imiento relativo lo que hace las veces de espejo alter ando las apa riencias. No solamen te se modifican las cantidades fís icas sino que hasta los pr ocesos vitales demoran. El _ corazón late más despacio; como lo· h ace la péndola del reloj, y los· pulmones se llenan mis pausada.mente. De tal suerte, que a la velocidad de la luz se ríamos absolutam ente cortos, absolutamente inertes, y etérnamente jóvenes. . . E l instante que ~e­ para el pasado del pr esente serla eterno. Asl ha habl.lldO E in stei n, y ahora se ha puesto a tarar el violjn. , F. Bueso· Sanllelú. C O~FERENC IA S

EN LA UNIVERSIDAD

Club de estudios lüspunou1mericano: 1- Dr. Clarence F . Joves: "As pectos de la vida en Sur América", n oviembre 5. 2- M. Norber to Vetan court: "Pinceladas sobre la personalidad de Bolívar", noviembre 13. 3-Dr. Clarence F . J oves: "Futu ro de Sur América", diciembre 8. Cl ub dft Clencfas Socin.les : 4-J osé Coll Cuchf: "Origen-histor ia y desarrollo del lenguaje humano", diciembre. 11. Socie<lad Cul tnl'!l l : 5-Dr. J ul io B. Ortiz: "El Patrón Oro", Dic. 9. Escuela Prtí ctica. de lit Unfrersida d : 6- José Gueits: "Análisis del individuo como factor en la orientación profesion al", I:iciembre 2. Club Católico : 7- Srta. Teresa Amadeo: "Un viaje a Roma", !'-:ovlembr e 15.

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Phlogiston -Theory

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In a ncient times t he idea of an element was quiet diff er ent from t hat of modern times. · Aristot le's four elements were not subst ances but types ·o f differ ent st ates of matt er. The arabic alchemists spoke of "s ulphur". "mercury" and. "salt" a s elements, but t hese are not the same elements sulphur and mer cury and t he chemical salt that we know today. They wer e properties which could be communicat ed. F.or example, the arabs s.a id that bodies owed their brilJicancy and fluidity "mercur y" while "s ulphur" made · them combustible and " salt" gave them their savour and solubility. The modern concept of the term elem ent is dueto Robert Boyle (1627-1691). Hi¿ coucept was not so exact as that of t oday. Boyle r ecognized t wo kinds of bodies : those which do not undergo decomposition during ch emical reactions and t hose that r es·ult from the ·combination of t he former. Elements were f-Ormed of one kind of mat t er, whose ultimat e particles differ ent ly arranged constituted most of the known bodies. At t his epoch t her e was a gr eat doubt ~s to which s ubstances were elementary. For instance during t he 18th cent ury, heat was still classified among the imponderable elements. Lavoisier 's list of elernents begins with heat, light and electri<:ity. Toward t he year 1700, Stahl enunciated a theory of combustion derived from the ancient's belief t hat combustion was a disengagement of "fiery matter " . St ahl held t hat combust ible bodies cont ained a common principle called "phlogiston" and ther efor e· when matter burned what happened was the giving· out of phlogiston. This phlogiston was not found in the pure st at e, but St ahl considered sulph ur and carbon as almost pure phlogiston. This theory f urther mislead scíentists regarding their views about modern elements. For Stahl's followers a metal was not a simple body as described by Boyle

but a compound 0f t he oxide and phlogiston. Cavendish and other eminent investigator s accept ed tliis t heor y, although the maj ority of them knew t hat bodies incr eased in weight when burned. By t his time Lavoisier pr oved through a series of brilliant experiments the principle of conservation of matter. As soon as this principle was established the cause of · phlogist on was lost. Fr01.1) her e on chemistry, having overcomed these obst acles, advanced rapidly up t 9 our m0dern t imes in which t he chernist and the physicist . t r y to .unravel f rom t he gr eat amount of experimental data available t he phenomena t hat a1'€ going on in t h e interior of the atom, the one thought indestructible part icle of an element . Carlos Zuazaga. Univer sity of · Porto Rico.

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FUNDACION DEL CIRCULO DE LATIN El viernes 16 de octubre se r eunieron los estudiantes de latín de la Universida d de Puerto Rico, y una vez constituiidos en asamblea, r esolvier ón organizar una sociedad pro cultur a latina. Se eligió la · siguiente directiva : Presidente: Francisco A. Arrillaga. Vice-Presidente: Honorato Pandolfi de Rinaldis. Secr etaria : Srta. Elba M. H errero. Tesorer a : Srta. Adela Yunqué. Vocales: Clase de Literatura: Provita Hé-· r et er. .Clase de Latín 3- lra. sección Julita Rodríguez R eyes. Clase de Latín 3-2da. sección Gustavo Agrait. Cfase de Latín 1l ra sección Olga Br enes. Clase de Vatin 12da. sección C. Ma ldonado Hostos. Unánimemente acordó la asamblea nombrar al disting uido pr ofesor d'e Lat in Dr. D. J osé H umberto Salvador, Presidente honorar io y consej ero de la Sociedad, y no dudamos que ba jo su sabia dirección, obtendrá un seguro éxito el Círculo recien organizado. El primer acto que celebró esta sociedad est uvo a cargo del doctor Salvador, dict ando una conferencia sobre el Coliseo Roma no. LA EXHIBI CION DE PINTURAS La ú ltima exh ibición de p inturas american as efectua da en la Universidad dió un total de cient o set enta y cinco dólares, lo que s lgnlf.lca q ue a pr ox imada mente dos Ínil person as visita r on la exposición. La cantidad r ecaudada n o mu estra un gran interés de parte de n uestro público, a un que a decir verda d, el Club de mujer es de la F acultad en la Universidad se siente altamente agradecido por la coper aclón que se le dló. ·

NATIONAL GOETHE ESSAY CONTEST FOR mn>ERGRADUATES In commemoratlon of the lOOth anniv.ersary of the death of Johann Wolfang von Goethe, greatest

Gen nan poet, t he Car! .Schu rz Memorial F oundatlon a nnounces a n a tlonal essay contest, in wh ich the und er g r aduate s tuden ts of the Colleges and Un iver slti es of the Un ited Stat es are invited to 'PD.rtlcipate.

SUBJ ECT OF ESSAY On e of th e foll owln g' s ubjects s hould be ch osen: Goethe's Conception of P ersonallty The Ar t of th e You thful Goethe (to 1776) Goeth e as a L yrjc P oet

REWARDS

l s t Prize In Englis h . ... .. . . . ... . . $200.00 l st Prize In German . .. ... . . . .... . 200.00 2nd Prize in E nglls h ..... . .. .. . . . 100.00 2nd Prize in German . .. .. . . .. . 100.00 3rd P r lze In English or German 75.00 4th P r ize In E n gli sh or Ger marr 75.00 5th P r ize n Engllsh or German 60.00 6th Prlze in E ng lls h or Germa n 60.-00 7th P r ize In E n glish or Germa n 50.00 H onorable Mention will be awar ed to a s ma ll nu mber of meritorious essays. The announcemen t of awards will take place during December, 1932.

RULES OP TH E CONTEST 1

l . An y student who on November 15, 1931, was mt" t riculated a s a n undergraduate In any Colle ge or Univer sity in th e Un lted States of Am er ca is ellgl ble a s a cand ida te in this con test. 2. The essay s ubmltted must be t he prÓduct of the thought a nd r esear ch of th e candldate bl mse lf. 3. The ess ay may be written e it her In Engllsh or in Germa n. 4. In J,e ngth t he essay shou ld not ex,ceed 5000 words. 5. T he ruan uscr lp t should be typewrltten. lt Is s uggested that the candidate r etain a carbon copy fo r h imself, as no prom lse is given tha t the m a nuscr lpt submitted will be returned. 6. Essays must reac b the Car! Schu rz Memorlal Foundation, 225 So utb 1', iftee nt h St r eet, Ph ilad elpbia, Pa., n ot la ter th an Septemb~r 15, 1932. 7. I n no case shall the na rue of t he cand idata appea r upon th e essay. A nom de plume or motto s hould appea r In lt s s tead. The n om de. p lume or motto, the address and instltntion of th e cand ldate, and a certlfied statement to the effect that the candidate was an u ndergrad uate on November 15, 1931, should be enclosed In a sealed en velope attacbed t o the essay.


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CLUB CATOLICO

Mar ia Angélica ReYes 1por H ernán Nigaglio ni, Charles J uliá, h ermanos Santiago. Comedia en inglés- "Colombine Mad onna" - Isabel Suárez, Sara Rodríg uez ·Chacón, E u_ femia Sánchez, Rosario Reboyras y R osa Em_ ma Zubillaga. Música por el m a estro F ig ueroa. 1

El Club Cató~ico de la . Univensidad de Puer t o Rico hace ya unos dos años que fué esta·blecido, ha biendo efectuado durant e todo este t iempo u.na digna y valiosa laibor católica cult ural. La direct iva poi· el pr imer s emestre estuvo integrada por los sig uient es estudiantes. Presidente Rafael P icó, vicepr esidente F ederico Aponte, secretaria Srta. Natalia Már quez, t esorera Srta. Felicidad Cátala, Consejera Srta. Marina R. Torres, catedrática de ciencias domésticas en n uestro centr o docente, y capellán el padre Quenlan. E sta directiva después de una fructífer a labor de cuatro meses dej a s u turno a la n ueva directiva que comienza trabajos en 'E ner o entrante, Y. que está compuest a de la manera sig uiente. Presidente Federico Aponte, vicie-presidente Rafael P icó, secr et aria. t esor er a, consej er a y el señor capellán las mismas per sonas de la anterior directiva. E ntre las iniciativas llevadas a cabo durante est e primer ·s emestre escolar fi g uran: Reuniones ordinarias, dos comuniones, conferencia por la Srta. Ter esa Ama'd eo sobr e su viaj e a Roma donde visitó a:I P apa y baile en el p,ensionado Cat ólico. El Club Católico anuncia para el pr óximo semest r e una conferencia del Padr e Go-rostL za, con escenas cinemá ticas ; adem ás otras act ividades que se de j arán conocer en su opor t unidad.

CONF E RENCIAS DE LA REVISTA VORTICE. Comenzando en el .próximo sem estre, n uestra revista aus piciará una serie de conferencias sobre periodismo, que serán del ag rado de n uestros est udiantes . E ste t em a no ha sido desarroll ado en nue3t r a isla com o debe ser, y s·e propone la r evista traer al pa raninfo de n uestra Univer sidad, para conocimiento de los infor esados en la materia. hombres de verdad·er o vabr intelectual pa r :l qu e n os ilust re sobr e esta facet a de n uestra vida rutinaria. Ya anunciar em os con tiem· po la formal idad de est as notas .

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