Debido a la sequía más severa en décadas, la administración del Gobernador Dr. Pedro Rosselló González implantó en el 1994 el programa de racionamiento de agua más ambicioso en la historia de Puerto Rico. Esta situación trajo a la discusión pública nuevas ideas para atender este problema del suplido de agua. Pero también desempolvó viejas ideas como lo fue “el superacueducto del norte” que traería agua del oeste de la Isla al área metropolitana de San Juan, como efectivamente ocurrió años más tarde.