Sangre, sudor y lágrimas: Memorias históricas de las Salinas de Cabo Rojo

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CAPÍTULO IV LAS GRANDES CASAS COMERCIALES, LAS REDES FAMILIARES MERCANTILISTAS GALLEGAS Y LA INDUSTRIA DE LA SAL Caborrojeña Entre los años 1910 y 1917, un grupo de mercaderes, importadores, comisionistas y consignatarios representantes de algunas de las casas comerciales más importantes de Puerto Rico, se interesan por la industria salinera de El Corozo. Entre ellos, se encontraban comerciantes gallegos residentes en Mayagüez y San Juan, donde -siguiendo una larga tradición comercial- establecen sus casas comerciales, utilizando redes migratorias y mercantiles. Esta no era la primera vez que las grandes casas comerciales intentaban adueñarse de las salinas de Cabo Rojo. En 1850, Pedro Arana y un grupo de comerciantes catalanes de San Juan se adueñaron de las salinas de Cabo Rojo, tras una serie de artimañas planificadas con altos oficiales del gobierno, pero el negocio no duró mucho. A raíz de ese episodio, los industriales salineros caborrojeños se harían cargo de las salinas hasta que, en 1888, deciden asociarse a lo que podríamos llamar casas comerciales criollas. El propósito era expandir la producción, por lo cual se hizo necesario buscar accionistas. Es así como Emilio Cortada, miembro de una prestigiosa familia de hacendados, industriales y prestamistas de Ponce, se involucra en la industria salinera; junto a otros socios, como Alfredo Casals y Enrique Rousset, de Mayagüez. A Emilio y sus socios habría de seguirle otra casa comercial con raíces en el mercado criollo basado en Mayagüez, perteneciente a Arturo Bravo: A. Bravo y Compañía. Esta casa comercial se apodera de las salinas de Cabo Rojo para 1917 con otro socio, Bartolomé Cabanillas, cuyo padre había emigrado a Mayagüez desde la isla de Ibiza (Islas Baleares, España), donde la industria salinera era una de las actividades principales. Sería también a partir de esta fecha que existe un grupo de comerciantes gallegos de Mayagüez incursionando en el negocio salinero, para poco después apoderarse de esta industria. Éstos las explotaron desde aproximadamente 1920 hasta mediados de los años 60, cuando se las alquilan a un industrial norteamericano. Entre 1858 y 1917, los gallegos dirigieron sus esfuerzos comerciales al Caribe, siguiendo su gran migración hacia esta región. Construyeron goletas como la ”María Assumpta”, comenzando así la ruta desde puertos gallegos como Vigo al


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