Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

RE VISTA del INSTITUTO de CULTURA PUERTORRI QUENA ANTROPOLOGiA HISTORIA LITERATURA ARTES PLASTICAS TEATRO MUSI CA

ARQUITECTURA

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numero JULIO -

SEPTIEMBRE, 1962 .

San Juan de Puerto Rico

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DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA JUNTA DE DIRECTORES Eugenio Fernandez Mendc;z, Presidente Enrique·Laguerre · Arturo Morales Carrion · Salvador Ti6 Teodoro Vidal · Guillermo Silva .· Enrique Campos dd Toro

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Director Ejecutivo - Ricardo E. Alegria Apartado 4184

SAN JUAN DE PUERTO RICO

ANOV

1962

NOM. 16

JULIO - SEPTIEMBRE

SUMARIO

Apuntes Linguisticos por Antonia Sdez .

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Otra vez el bilingiiismo por Nilita Vientos Gaston

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Semblanza de Antonio S. Pedreira por Gustavo Agrait .

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Elegia del cafetal por Luis Hernandez Aquino

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Aproximacion a Antonio Corton por Jorge Campos .

16

La gobernacion de Puerto Rico por un donativo por Aida R. Caro de Delgado 19 Soledad de Bayamon por Laura Gallego .

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23

Dos siglos de Pintura Puertorriqueiia (Reportaje Grafico) .

24

Los Renegados (cuento) por Ricardo E. Alegria

31

El Platero Domingo De Andino, (1737-1820) Maestro de Musica de Campeche por Arturo Davila .

36

Henry Klumb la Arquitectura Puertorriquefia por ]. A. Caya Nuno .

39

Los "Diablitos" de Puerto Rico por Fernando Ortiz

43

Bailes de Puerto Rico por Manuel A. Alonso .

47

Las Iglesias Antiguas de Puerto Rico por Ernesto de la Orden Miracle .

51

Fernando Callejo Ferrer por Amaury Veray .

58

El programa de Administraci6n de Documentos publicos en Puerto Rico por Luis M. Rodrigue;. Morales .

61

Documento historico Decreto de Organ'izaci6n de la Diocesis de San Juan S~PARATA

65

DE ARTE

EL SANTERO de Rafael Tufifio, Colecci6n del Sr. Ricardo E. Alegria

COLABORADORES

PUBLICACI6N DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA

Director: Ricardo E. Alegria

Diseiio e llusuadoncs: Carlos Marichal Fotografias: Jorge Diana y Conrad Eiger

Aparece trimestralmente Precio de! ejemplar... ----------------------------------------------------------------------------- $0.75 Suscripci6n anual________________ __________________________________________________________________ $2. 50 (Application for second class mail privilege pending at San Juan, Pueno Rico)

IMPRESO EN PUERTO RICO POR LOS TALLERES DE ARTES GMFICAS DEL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCI6N P0BLICA e 1962 e Printtd in Pumo Riro

ANTONIA SAE:z naci6 en Humacao. Durante muchos afios ejerci6 el magisterio en escuelas primarias y secundarias. En 1930 se recibi6 de maestra en artes en la Universidad de Puerto Rico yen 1931 de doctora en Filosofia y Letras en la Universidad Central de Madrid. Es autora de las siguientes obras: El teatro en Puerto Rico (1950), Las artes del lenguaje eri la escuela elemental (1944), premiada por el Instituto de Literatura Puertorriquefia; La lectura, arte del lenguaje (1948), igualmente premiada por el Instituto de Literatura, y Las artes del lenguaje en la escuela secundaria (1952).

GusTAvo AGRAIT naci6 en San German y se recibi6 de licenciado en Derecho en la Universidad de Puerto Rico, donde desde 1933 ocupa una catedra de lengua y literatura espafiola. Ha escrito cuentos, poemas y trabajos de investigaci6n y critica literaria, muchos de ellos ineditos, entre los que se destaca su monografia sobre el tema del beatus ille en los poetas espafioles de los siglos XVI y XVII. Ayudante del Gobernador de Puerto Rico durante cuatro afios, el licenciado Agrait dirige en la actualidad la Oficina de lnformaci6n de la Administraci6n de Fomento Econ6mico.

LUIS HERNANDEZ AQUINO naci6 en Lares.

Maestro en artes de la Universidad de Puerto Rico, en 1952 se recibi6 en la de Madrid de doctor en filosoffa y letras.

Director de las revistas Insula, Bayodn y ]aycoa, y colaborador en numerosos pe· ri6dicos, su labor literaria le ha merecido premios de diversas entidades culturales.

Ha publicado los poemarios Niebla Urica (1931), Agua de remanso (1933), Poe· mas de la vida breve (1939), Isla para la angustia (1943), Voz en el tiempo (1952) y Memoria de Castilla (1956).

Es ademas autor de varias antologfas de poesfa puertorriquefia y de la novela La muerte anduvo por el Guasio (1960).

Pertenece al claustro de la Universidad de Puerto Rico.

AmA CARO DE DELGADO nacio en Hato Rey. Bachiller en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico · (1943), en 1944 obtuvo el grado de Maestra en las mismas disciplinas de la Universidad de Tejas, yen 1954 se recibio de doctora en filosofia y letras de la Universidad de Madrid. Durante dos aiios fue directora del Archivo Historico del Ayuntamiento de San Juan. Actualmente es catedratica de historia de la Universidad de Puerto Rico.

N1L1TA VrnNT6s GASTON, nacio en San Sebastian, Puerto Rico, y se recibi6 de licenciada en derecho en la Universidad de Puerto Rico. Por mucho dempo ha venido desempefiando un alto cargo en la Secretaria de J usticia.

Durante quince afios (1946-1961) desempefio la presidencia del Ateneo Puertorriquefio, y ha venido dirigiendo desde su fundacion en 1945 la revista Asomante, organo de la Asociacion de Mujeres Graduadas de la Universidad de Puerto Rico, y una de las mas prestigiosas revistas intelectuales de Hispanoamerica. Colaboradora en revistas y peri6dicos dei pais y del exterior, publica hace afios en El Mundo la columna titulada Indice cultural, desde la que realiza una constante labor de critica literaria, con rakes y proyecciones en lo etico, politico y social.

Es autora de los libros Introduccion a H enry James (1956), Impresiones de viaje (1957) e Indice cultural (1948-1955-1956), publicado en 1962 y merecedora de un premio de periodismo del Instituto de Literatura Puertorriquefia.

~TURo

LAURA GALLEGO naci6 en Bayam6n y estudi6 en la Universidad de Puerto Rico, recibiendo en 1946 el grado de bachiller en artes especializado en educaci6n. Ha sido profesora en las Escuelas Superiores de Bayam6n y de la Universidad de Puerto Rico durante algunos afios y desde 1959 esta adscrita a la Facultad de Pedagogia de este ultimo centro. Sus colaboraciones en poesia y prosa para peri6dicos y revistas han sido numerosas. En 1952 public6 su primer libro de poemas, Presencia, al que sigui6, en 1959, el titulado Celajes.

V. DAVILA naci6 en San Juan.

H1zo sus estudios de licenciatura en la -C.:ni.versidad. de Madrid, donde se espec1ahz6 en h1storia y obtuvo, en 1960, el grado de doctor en filosoffa y letras. Es a~tor ~e la obra La isla de Vieques en la ht~tona (su tesis doctoral) y de otros traba1os de investigaci6n sobre la historia religiosa Y el arte en Puerto Rico, algunos de ellos publicados en numeros anteriores de esta Revista. Es profesor en las Facu.ltades de Estudios Generales y Humamdades en la Universidad de Puerto Rico, secretario de la Comisi6n Asesora de Monumentos Historicos del Instituto de Cultura Puertorriquefia y miembro de la Junta de Arte Sacro del Arzobispado de San Juan.

J~AN

R1cARDO E. ALEGRIA naci6 en San Juan.

Estudi6 antropologia en las Universidades de Chicago y en la de Harvard, como becario de la Fundaci6n Guggenheim.

Ha publicado diversos articulos sobre arqueologia y folklore en revistas del pais y del extranjero, y es atitor de los libros Historia de nuestros indios (versi6n elemental), 1952, y La fiesta de Santiago Apostol en Loiza Aldea, 1955.

Desde hace varios afios es profesor de prehistoria en la U niversidad de Puerto Rico, y dirige, desde su fundaci6n en 1955, el Instituto 1de Cultura Puertorriquefia.

.ANTONIO . GAYA NuNo, doctor en h1stona por la Universidad de M d 'd h l' a n , a rea izado una copiosa labor de cursos Y. conferencias en Espafia, Portugal, Fran~ c1a, Inglaterra y Estados U nidos, dedicando su principal ~ctividad al libro y al e.nsayo. Ha pubhcado treinta y siete v?lumenes, que abarcan obras de erudic16n, de estetica y de creacion literaria entre ellos La pintura espanola fuera d; Espana, Guia de los museos de Espana El arte en la intimidad, Entendimient~ del arte, El santero de San Saturio y Trat~do de mendicidad. Miembro del Ins. t1tuto . de Coimbra y de la H'1spamc Society of America, de Nueva York, es actualmente profesor de la Universidad de Puerto Rico.

FERNANDO ORTIZ. Antrop6logo y folklorista cubano, autor de diversas obras sobre materias afroamericanistas. Es director de la Revista Bimestre Cubana.

Entre sus obras figuran: "Historia de la arqueologia indocubana", "El huracan, su mitologia y simbolismo," "La africania de la musica folkl6rica de Cuba", "Los instrumentos de la musica afrocubana" y "Los bailes y teatros de los negros en el folklore de Cuba".

MANUEL A. ALONSO nacido en Madrid, en 1916. Licenciado en Filosofia y Letras por la Universidad Literaria de Valencia.

Cultiva el relato breve, por el que obtuvo el Premio N acional de Literatura, 1955 (Con el libro Tiempo pasado).

Con sus cuentos y novelas cortas ha alternado los estudios y publicaciones de critica literaria, especializandose en el romanticismo espafiol (ha preparado las ediciones de la Biblioteca de Autores Espafioles, de Espronceda, Alcala Galiano, Duque de Rivas y Estebanez Calderon) y prestando atenci6n a la li.teratura de la America Hispana (La literatura hipanoamericana en el siglo XIX, 1948:) (Antologia Hispano-Americana, 1950;) a la que dedica mensualmente una pagina en la revista INSULA.

AMAURY VERAY naci6 en Yauco. Bachiller en artes de la U niversidad de Puerto Rico, en 1946 ingres6 en el Conservatorio de Nueva Inglaterra, donde se recibi6 de Bachiller en musica, especializado en teorfa y composici6n. Becado por el Instituto de Cultura Puertorriquefia, recientemente realiz6 estudios avanzados de composici6n en la Academia de Santa Cecilia, en Roma. E~ autor de canciones de arte y misterios de Navidad y de los ballets El nino de Aguadilla y La Encantada, este ultimo presentado en el II Festival de Teatro del Instituto de Cultura. Ha realizado ademas investigaciones sobre la vida y la obra de varios musicos puertorriquefios del pasado.

Significacion del vernaculo .

Apuntes lingiifsticos Por

M.As

(A mi amigo Eladio Rodriguez Otero) DE CINCUENTA ANOS DEDICADOS FERVOROSAMENTE

al estudio y la ensefianza de lengua y literatura me han comprobado que la lengua vernacula es la medula, el tuetano, de la personalidad individual y colectiva, que las fallas en la capacidad expresiva son muestras inequivocas de fallas en el pensar y en el sentir..

Esta mas que comprobado que el pensamiento y la palabra se desarrollan conjuntamente, que al tomar posesion de las cosas por el lenguaje, se establece el ambito de resonancias que va dando profundidad y sentido al decir. Dicho en palabras de America Castr.o: "El lenguaje se va hacienda de recuerdos y de preferencias". Las palabras se van cargando de significacion al calor de las vivencias que con ellas se asocien. Una palabra, aunque apunte a un determinado concepto, tiene diversidad de matices emocionales que nacen de las asociaciones que despierte.

Pan no significa lo mismo para el que siempre lo ha tenido en abundancia, como para el que ha carecido de el. El lenguaje es mas sicologico que logico.

Hay e_n nuestro pais ideas muy conksas y muy equivocadas con relacion a la ensefianza de lenguas.

El desconocimiento de como se adquiete el vernaculo ' y lo que este significa en el desarrollo cabal del ser y de como se ensefian las lenguas extranjeras, y el ingles lo es para nosotros, ha creado la confusion y dado motivos a que se mezclen con la: ensefianza asuntos que le son totalmente ajenos. Nadie en Puerto Rico se opone a que nuestro pueblo aprenda la lengua inglesa, ni a que tenga atencion preferente en

ANTONIA

S.AEz

el curriculo (a la ensefianza de la lengua inglesa como ¡ lengua extranjera se dedican diariamente noventa minutos) , no por razones economicas, de puro beneficio material, que es el argumento que mas se baraja, sino por razones de cultura y de buena vecindad - el espafiol. y el ingles son las dos lenguas principales de America. El ingles, como el espafiol, es lengua que tiene tras si una de las literaturas mas hermosas y la capacidad de poderla conocer tal cual se creo enriquece grandemente el espiritu, amen de que nos capacita para conocer mejor la America de habla inglesa y conocer es comprender.

Se puede aprender y aprender bien el ingles sin que teng¡a que sustituir al vernaculo como vehiculo de ensefianza, de penetradon en los campos c!el saber.

Cuando se intenta penetrar en el conocimiento de las disciplinas que integran el programa escolar valien.dose de una lengua que no se domina, ni se aprende la lengua, ni se penetra en el verdadero sentido de las cosas que se tratan de ensefiar. Falta el trasfondo, la masa aperceptiva, la vivencia que da el sentido y la prcifundidad. De aqui los mancos y los cojos del pensar, del querer y del sentir.

Cuando la lengua extranjera se ensefia como es debido, cuando se van dominando progresivamente SU lexico, SUS estructuras y SU pronunciacion, sin mas preocupaciones que las que corresponden al dominio del idioma, este se va adquiriendo como otro instrumento de expresion y de comunicacion. Pero cuando a las naturales dificultades del aprendizaje del lenguaje se afiaden los problemas que plantean los procesos del aprendizaje de aritmetica, historia, geografia,

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ectcetera, no hay verdadera ensefianza ni de lengua ni de las disciplinas. Para aprender ingles no hay que mutilar el espafiol, ni limitar la profundidad del conocimiento.

Se argumenta que los alumnos de las escuelas que ensefian en ingles son los mas aventajados; pero no se dice que muchos de estos alumnos disfrutan de condiciones de las que carecen la inmensa mayorfa de los alumnos de nuestras escuelas publicas; ademas, casi todos esos nifios tienen maestros especiales en sus casas que son los que verdaderamente dan la ensefianza. En la escuela se toman las lecciones y se asignan los ejercicios, los deberes.

Es tiempo ya de que traten los problemas de la ensefianza los que verdaderamente saben de estas cosas, los que bregan con ellas. ,:Cuando el paciente indica al medico el plan curativo y las medicinas que necesita para recobrar la salud? En ninguna ocasion cabe con mayor justicia el dicho: "Zapatero a tus zapatos".

Aprendizaje del verndculo

La adquisicion del vernaculo se realiza, primeramente, por imitacion. El nifio oye, retiene, asocia y a fuerza de repeticion comprende y luego dice.

Antes de poder hablar, el nifio entiende lo que se le dice. La propiedad y correccion del habla dependeran del medio cultural en que el nifio se desarrolla, del cuidado y atencion que se de a su lenguaje y, naturalmente, de su capacidad intelectiva, ya que "lo que natura no da, Salamanca no lo pres ta".

Pero hablar y escuchar son dos funciones del lenguaje. Ademas, el nifio solo hablara y entendera lo que escuche, si sabe de antemano de que se trata, es decir, si tiene el trasfondo que de sentido y significacion. De lo contrario, las palabras seran puros sonidos que a nada conocido se refieren - hablara como la cotorra, oira como quien oye llover.

Toda lengua tiene lexico, patrones estructurales que responden a la naturaleza propia de cada idioma y modos propios de pronunciacion y entonacion que tambien se adquieren espontaneamente con mayor o menor amplitud, con mayor o menor ajuste a las normas del idioma, seguri hemos apuntado anteriormente a tono con el ambiente, la capacidad, la atencion que se de al aprendizaje.

Pero hablar una lengua no es saberla. La escuela se encargara de dotar al individuo de sus otras dos funciones: leer y escribir, que exigen ensefianza sistematica y progresiva para lograr SU dominio. Leer y escribir estan sujetos a las mismas condiciones que hablar y escuchar; ademas exigen cierto dominio del lenguaje para que su aprendizaje sea efectivo (1 Y pensar que hubo una epoca en nuestras es.cuelas en

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que al nifio se obligaba a aprender a leer en ingles, antes que en espafioll), y el manejo de ciertas tecnicas que faciliten la comprension. Autoridades pedagogicas sefialan que cuatro afios de ensefianza continuada y progresiva son necesarios para aprender a leer.

Leer es otra manera de escuchar; escribir de hablar, ambos procesos mas difici}es dadas SUS complejidades. Y asi como no se escucha si no se entiende, no se lee si no se penetra la significacion de lo leido lo que se dice y la intencion con que se dice. Leer es pensar el pensamiento ajeno y escribir comunicar el propio pensar, sentir y querer.

La ensefianza de las disciplinas del curriculo.

Es obvio decir que la ensefianza tiene necesariamente que efectuarse en el vernaculo. El aprendizaje de aritmetica, historia, geogtafia, ectcetera, exige especial atencion, cuidadosa penetracion de los procesos y contenidos de cada una de estas disciplinas que solo es posible cuando se domina el lenguaje que se utilice en la ensefianza. No es necesario decir como se aumentan las dificultades si al par hay que prestar identica atencion al lenguaje que no se domina. El alumno se ve obligado a veneer primero las dificultades del lenguaje para poder entender la disciplina o repetir el texto de memoria sin entender. Cuando tiene que reproducir, como desconoce los modos expresivos del ingles, empleara con palabras inglesas, a veces sin sentido, los patrones de su vernaculo; asi no aprende buen ingles, si no se da atencion a los errores. lingiiisticos; o no aprende las disciplinas, si la atencion se pone en como se dice y no en lo que se dice.

Esta dificultad se agudiza cuando el maestro que ¡ ensefia la disciplina desconoce el espafiol porque jamas podra comprender el porque de muchos de los errores de la pronunciacion, de morfologia y de sintaxis que comete el alumno.

Tengo evidencia directa de nifios que repiten con sus puntos y comas en el mas correcto ingles el Padre Nuestro y cuando les he preguntado la significacion de su contenido o la repeticion en espafiol no han podido hacerlo.

Y esto no es lo peor, lo mas doloroso es que la lengua vernacula al desplazarse como medio para penetrar en los dominios de la cultura, va poco a poco perdiendo prestigio, se va relegando a un piano inferior - solo se emplea para la comunicacion ordinaria - ni se lee, ni se escribe. Con, su desprestigio como lengua de cultura se van muriendo los valores espirituales que .Ia lengua contiene, se van perdiendo las esencias de nuestra personalidad, se va hacia un limbo porque la perdida de lo nuestro no significa el logro de los valores de lo otro.

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La f alacia del bilinguismo No hay tal cosa como pueblos bilingiies, y si se apura el vocablo, no hay individuos bilingiies. Ser bilingiie implica poder emplear con igual maestrfa y para todos los usos dos 0 mas lenguas, incluso poder crear con ellas. Aunque haya excepciones, la excepci6n no excluye la regla.

Hay pueblos que, aunque constituyen una comunidad poHtica-ejemplar: Belgica, Suiza - pertenecen a diversas comunidades lingiiistic;:as. En ellos la gran masa poblacional s6lo domina su vernaculo y en eI recibe en la escuela toda su instrucci6n. Aprende las otras lenguas despues del cuarto grado - en Puerto Rico se ensefia ingles oral desde el primer grado.

Los que llegan a hablar varias lenguas es porque, o han convivido con los que las hablan o ban hecho estudios especiales. En lenguas como en todo, hay grandes diferencias individuales, hay quienes tienen gran facilidad para aprender lenguas y hay quienes ni aun la propia aprenden bien.

En muchos paises europeos la ensefianza de lenguas extranjeras se hace con una gran diversidad de prop6sitos segun sea el empleo que de ellas haga el que las estudia. Asisti en Rolanda a las clases de espafiol del profesor Van Dam en las que, a manera de espafiol basico comercial se ensefiaba a un grupo de j6venes que venian a la Argentina como agentes de negocios. En Suiza pude comprobar con camareras y mozos de hotel el conocimiento especial que

tenfan del ingles. Fuera de la rutina de su trabajo, no podfan entender lo que en aquella lengua se les dijera, por elemental que fuera lo que se les preguntara.

El problema de los nuestros en los Estados Unidos es mucho mas complejo. No es s6lo desconocimiento de la lengua inglesa. Hay otras causas: lro., la falta del conocimiento de una artesanfa u oficio determinado . . 2o., la limitada instrucci6n de una gran parte de los migrantes; muchos no saben leer ni escribir en espafiol; 3o., el hacinamiento en grupos compactos que no hace indispensable el conocimiento del ingles para la convivencia. Sin duda hay otras causas. cQue ingles sabfan los alemanes, noruegos, suecos, .franceses, italianos, que llegaron y aun llegan- a las ciudades de America? N ingun pais del mundo prepara a su gente para emigraci6n.

CONCLUSION

En suma; aun para aprender ingles es indispensable que el puertorriquefio conozca bien su vernaculo el espafiol y reciba en esta lengua la instrucci6n en todos los niveles escolares. La ensefianza del ingles como disciplina preferida debe responder a lo que determina la estricta pedagogia lingiHstica, no al capricho de los padres que desconocen c6mo se debe ensefiar ni al clamor de los politicos que desvfan la atenci6n hacia otras razones que nada tienen que ver con la pedagogfa del debido aprendizaje.

Otra vez el hilingiiismo PoR NILITA VIENT6s GAsT6N

LA CONTROVERSIA QUE HA SURG_IDO CON MOTIVO DE LA

protesta de un grupo de cat6licos sobre la. lengua en que ha de ensefiarse en las escuelas privadas en Puerto Rico. es claro ejemplo de la confus16n en que vive el puertorriquefio. Es increlble que en un pals con mas de cuatrocientos afios de historia, una cultura basada en una lengua como la espafiola -que hablan mas de veinte . palses- y con caracteristicas definidas y propias se discuta si debe ensefiarse en el vernaculo. Eso no se pone en tela de juicio mas que en Puerto Rico. Espanta pensar lo que significa que ahora, en 1962, despues de mas de ~esenta afios de disputas y estudios sobre el bilingiiismo el Ateneo Puertorriquefio tenga que declarar, para explicar la resoluci6n que aprob6 sobre la controyersia, que el espafiol es la lengua vernacula de Puerto Rico. Un pals que no logra ponerse de acuerdo sobre un hecho tan esencial como el uso de la lengua materna para impartir el saber, en que muchos creen de buena fe qu.e se cambia de lengua como de traje sin que el espiritu se deforme, es un pals en peIigro de desaparecer. Al bilingiiismo como si fuera un monstruo mitol6gico le nace una nueva cabeza tan pronto se le corta la ultima visible. Las opiniones de los pedagogos, la experiencia acumulada de muchos afios, el fracaso de todos los sistemas para imponerle carecen de poder para destruirle.

Uno de los mejores medios de comprender la historia de nuestro pals en lo que va de siglo es estudiar en orden cronologico los planes educativos del Departamento de lnstrucci6n.

Desde que Puerto Rico pas6 a ser posesi6n de Estados Unidos en 1898 se inici6 el experimento de convertir en pueblo bilingiie al pueblo puertorriquefio. Para tratar de lograr ese prop6sito se adoptaron varios sistemas, se hizo todo lo posible para que el

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.n

ingles se convirdera en el idioma oficial de la escuela.

A fines del afio escolar 1911-12 .se habfa conseguido practicamente la sustituci6n del espafiol por el ingles como veh:kulo de ensefianza. En 1913 surgi6 la oposici6n de padres y maestros. La opini6n publica oblig6 al Comisionado de Instrucci6n a ordenar la ensefianza en espafiol de algunas asignaturas y a intro" ducir la ensefianza de la lectura en espafiol en el primer grado. Varias veces intervinieron los mierilbros de la Camara de Delegados, especialmente Jose de Diego entre 1914 y 1915 para evitar la ensefianza en ingies. Segun Cebollero -El problema lingillsticoescolar de Puerto Rico, 1945- a partir de estas protestas y reformas el problema de la cnsefianza se convierte en una cuesti6n polftica. "La confusion que se origin6 entonces ha persistido con tanto vigor que aun en nuestros dfas es casi imposible adoptar una posici6n intelectualmente honrada a base de razones pedag6gicas sin ser acusado de estar movido por simpatfas por una u otra de las dos tendencias polfticas."

Entre 1915 y 1931 Don Epifanio Fernandez Vanga publica una serie de art:kulos sobre el bilingiiismo que recoge en El idioma de Puerto Rico y El idioma escolar de Puerto Rico (1931). Este libro tan bien documentado defiende con pasion e ironfa el derecho de nuestro pueblo a conservar su lengua. Los tftulos de algunos trabajos dan idea de la actitud del autor ante el desatino de querer convertir a un pais con lengua propia y una tradici6n apoyada y sustentada en ella en un pueblo bilingiie: "El horror de la escuela publica puertorriquefia", "La maldici6n del bilingiiismo", "Ni americana ni puertorriquefia: nuestra escuela es barbara" . . . Calific6 el sistema de ensefianza que prevaleda entonces de "criminal y miserable". "Los nifios bilingiies no existen, ni han existido nunca y la experiencia de los grandes pedagogos

ensefia que cuando se ha tratado de hacer a un nifio bilingiie s6lo se ha logrado convertirlo en medio-bilingiie; s6lo se ha conseguido hacer de el un tartamudo de la peor especie". . . "N ingun pais le da a su idioma en sus escuelas el trata y el puesto y el caracter de una asignatura. Lo que hacen todos es tratarlo y considerarlo como la asignatura".

En 1933 la Asociaci6n de Maestros que se habfa manifestado a favor de la enseiianza en espafiol desde su primera asamblea, en el 1912, celebr6 un referendum en que una mayorfa abrumadora vot6 a favor de la enseiianza en el vernaculo. En vista del resultado se nombr6 un Comite para que solicitara del Comisionado de Instrucci6n las reformas adecuadas para impartir la enseiianza en espaiiol.

En 1934 con el Comisionado Don Jose Padin se inicia una reforma de gran importancia. Padin que habfa sido Superintendente de Escuelas y habfa realizado un estudio en 1916 sobre la ensefianza del ingles, es el primer Comisionado en reconocer lo obvio: que el ingles es una lengua extraiia para el nifio puertorriqueiio. Su reforma consisti6 en decretar que el espaiiol fuera el vehfculo de enseiianza en la .escuela elemental, que el ingles se enseiiara como asignatura en el septimo y octavo grado.

Cuando se nombr6 el sucesor de Padin en 1937, el Sr. Jose M. Gallardo, el Presidente Roosevelt expres6 su criterio sobre el problema. Declar6 en una carta que era parte esencial de la politica de su gobierno que los puertorriqueiios se convirtieran en un pueblo bilingiie. Este hecho fue, segun Cebollero, el que movi6 al nuevo Comisionado a abandonar la norma establecida por su predecesor e iniciar una serie de cambios hasta el curso escolar 1942-1943 en que se volvi6 a adoptar la reforma de Padin de enseiiar en espafiol.

Para poner fin a esta anarqufa en el sistema educativo, para establecer una politica pedag6gica consistente que no dependeria del criterio de los Comisionados ni de la presi6n de grupos la Legislatura de Puerto Rico aprob6, en la sesi6n ordinaria de 1946, el proyecto del Senado no. 51 disponiendo el uso exclusivo del espaiiol en las escuelas publicas. Decretaba que "a partir del curso escolar 1946-47 la enseiianza en las escuelas publicas, incluyendo la Universidad, se efectuara mediante el uso exclusivo del idioma espafiol" y que la ensefianza del ingles era obligatoria.

Proveia ademas "que en casos extraordinarios y para facilitar la ensefianza en la Universidad por figuras notables de la intelectualidad extranjera, podra, por excepci6n, ensefiarse cualquier materia en otro idioma que no sea el espafiol, previa autorizaci6n especial del Consejo Superior de Ensefianza". El Gobernador Interino - Sr. Manuel A. Perez- vet6 el proyecto. El 22 de marzo de 1946 la Legislatura lo volvi6 a apro-

bar y el Gobernador - Tugwell- lo vet6 por segunda vez y lo envi6 el 30 de abril al Director de Territorios y Posesiones Insulares, en el Departamento del Interior, para que lo sometiera al Presidente de Estados U nidos. El proyecto lleg6 al Director de la Divisi6n el 6 de mayo pero no fue enviado a Casa Blanca hasta el 7 de agosto, o sea 92 dfas despues de recibido.

El 13 de agdsto de 1946 Pedro Parrilla Montanez como padre con patria potestad sobre sus cinco hijos, radic6 en el Tribunal de Distrito de San Juan, representado por el abogado- Rafael Arjona Siaca, una acci6n sobre sentencia declaratoria contra el Comisionado de Instrucci6n Interino, Herbert H. Martin, alegando que como el proyecto se habia sometido al .P residente el 30 de abril y no lo habfa vedado dentro del termino de noventa dias segun prescribia la Carta Organica, se habfa convertido en ley, criterio que no compartia el Comisionado de Instrucci6n, que se negaba a poner en vigor sus disposiciones. La demanda pedfa que el Tribunal resolviera la diferencia de criterios y declarara que la ley estaba en vigor.

Dada la importancia del caso, apoyandose en la Ley no. 212 de 26 de marzo de 1946, el demandante solicit6 y obtuvo que el caso se viera ante un Tribunal Colegiado compuesto de cinco jueces -Arcilio Alvarado, R. Cordoves Arana, Borinquen Marrero, Julio Suarez Garriga y Luis R. Polo. En un escrito complementario radicado en noviembre de 1946 el Comisionado, representado por el Procurador General Sr. Luis N egr6n Fernandez- cuando comenz6 el pleito el Procurador era el Sr. Enrique Campos del Toro -aleg6 que el 25 de octubre de 1946 el Presidente de Estados Unidos habia desaprobado el proyecto- devolviendolo al Gobernador Pinero - 172 dias despues de haberse enviado al Departamento de Instrucci6n. Intervino como amicus curie la Uni6n Americana de Libertades Civiles representada por Don Miguel Guerra Mondragon. La cuesti6n legal se circunscribfa a declarar cuando se empezaban a contar los 90 dfas que daba la ley -Art. 34 de la Carta Organica- al Presidente de Estados U nidos para desaprobar el proyecto: si desde que llegaba a su oficina particular o desde que llegaba a la de su agente, el Director de la Division de Territorios. El Tribunal de Distrito resolvio el 25 de febrero de 1947 que los noventa dias comenzaban a contarse desde que se sometio al Departamento del Interior: "el tiempo que para su estudio y recomendaciones invirti6 el Departamento fue parte del plazo fijado por la secci6n 34 de la Carta Organica para la acci6n presidencial. Si no fuera asi, la voluntad del Congreso de establecer un plazo fijo y terminante, al expirar el cual quedarian convertidos en !eyes todos los proyectos aprobados por la Legislatura de Puerto Rico, sobre el veto del Gobernador, podrfa, de hecho resultar anulada

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por la simple retenci6n del proyecto, indefinidamente, en el Departamento de lo Interior". El proyecto declar6: "es ley desde el dia 4 de agosto". El Juez Cordoves Arana en su opini6n concurrente sefiala: "El problema relacionado con el uso del idioma vernaculo como instrumento de la ensefianza en las escuelas de esta Isla y la ensefianza intensificada del ingles como un segundo idioma de inestimable valor para nuestro pueblo es esencialmente pedag6gico, de la incumbencia en primer lugar de pedagogos y educadores, tanto insulares como continentales, y en segundo lugar, de nuestros legisladores, quienes son los llamados a establecer la poHtica linguistico-escolar que mas convenga a nuestros educandos". El 28 de febrero el nuevo Comisionado Mariano Villaronga apcl6 al Tribunal Supremo que dict6 sentencia el 28 de enero de 1948 revocando la de la Corte de Distrito -68 DPR. 90-. La opini6n del Juez Asociado, Sr. de Jesus, en la que concurre el Juez Presidente Sr. Travieso, es que no hay nada en las leyes sobre la materia "de lo cual racionalmente pueda inferirse que la Divisi6n de Territorios y Posesiones Insulares sea un agente del Presidente". La tardanza del Departamento del Interior no puede privar al Presidente del derecho al veto. El Juez Snyder concurre por otros motivos: "El Departamento del Interior pudo infringir el art. 34 porque dicho articulo, desgraciadamente, no le exige al Gobernador que le someta el proyecto al Presidente dentro de determinado perfodo. De existir tal disposici6n dicho Departamento no podria, como agente del Gobernador, dilatar a su antojo, la trasmisi6n del proyecto al Presidente". El Juez Asociado Sr. Todd disinti6. Opin6 igual que el Tribunal de Distrito: que el Departamento del Interior actuaba en este caso como agente del Presidente y que el olvido o la negligencia del Departamento "no debe ser motivo para que interpretemos la ley y resolvamos la cuesti6n legal planteada en tal forma que convierta a la Divisi6n de Territorios y Posesiones Insulares en arbitro absoluto para determinar en que fecha debe considerarse que ha quedado sometido al Presidente un proyecto de ley vedado por el Gobernador". El otro Juez, el Sr. Borinquen Marrero, tuvo que inhibirse por haber sido, segun vimos, uno de los jueces que vi6 el caso en el Tribunal de Distrito.

El demandante apel6 el 24 de febrero de 1948 a la Corte de Circuito de Boston pero el 17 de marzo radic6 escrito desistiendo por carecer de recursos para sufragar los gastos del procedimiento.

Hago una sintesis de los incidentes de este pleito porque pone en claro dos aspectos importantes del problema del bilingiiismo: la intenci6n del pueblo de conservar su lengua manifestada a traves de la legislatura de modo inequfvoco al volver a aprobar el proyecto por sobre el veto del Gobernador y el hecho

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de que el bilingiiismo no se ve como un problema pedag6gico sino como un problema politico.

El pleito del idioma es, por muchas razones, excepcional. He aqui el hecho ins6lito de un pueblo que se ve obligado a legislar para afirmar una norma pedag6gica que nadie pone en tela de juicio -ensefiar el vernaculo- y que sale derrotado en su justo empefio por tecnicismos legales y la voluntad del Presidente de la naci6n extrafia que le gobiema, que no ve en el asunto mas que una cuesti6n poUtica. - lPor que si los puertorriquefios son ciudadanos norteamericanos no han de estudiar en la lengua de Estados Unidos? -Arroja mucha luz sobre las contradicciones y ambigiiedades que caracterizan la vida colectiva del puertorriquefio. La Legislatura pide, por razones pedag6gicas, que se ensefie en espafiol; el Gobernador se opone por razones que han de ser poUticas ya que no existen las de orden pedag6gico; el Departamento del Interior de Estados Unidos demora, por olvido o negligencia dificiles de explicar, el envfo del proyecto al Presidente y provoca el pleito; el Comisionado de Instrucci6n cuyos predecesores en los afios anteriores al pleito habian implantado reformas para lograr los mismos fines que perseguia la Legislatura comparece, representado por el Procurador, a combatir el proyecto; el Presidente de Estados Unidos lo rechaza despues de plantearse la cuesti6n en los tribunales; el Tribunal de Distrito Colegiado afirma unanimemente que el proyecto se ha convertido en ley y el Tribunal Supremo por mayorfa decide que qued6 en mero proyecto. -Lastima que la falta de recursos del demandante nos dej6 sin saber lo que hubieran dicho la Corte de Circuito de Boston y el Tribunal Supremo de Estados Unidos.- Lo que no debe discutirse, lo obvio, qued6 derr9tado porque la confusi6n en que vivimos no permite que en un asunto vital los tres poderes del gobierno, el legislativo, el ejecutivo y el judicial logren el finisimo ajuste entre sus funciones que es indispensable para que el pais pueda hacer frente a los problemas basicos en que se juega su destino como pueblo.

Cinco afios antes del pleito, en 1942, el Consejo Superior de Ensefianza recomend6 que la ensefianza en la Universidad se hiciera en espafiol y encomend6 al Sr. Pedro A. Cebollero, su Secretario, el estudio de la politica lingufstico-escolar de Puerto Rico que citamos al principio de estas notas. A raiz del pleito, para el curso escolar 1949-50, el Secretario de Instrucci6n Publica decret6 administrativamente el uso de la lengua vernacula como vehiculo de ensefianza en las escuelas publicas. Aunque esta norma lleva unos 20 afios de establecida en la Universidad y mas de doce en el Departamento de Instrucci6n no se ha cumplido del todo en cuanto a la ensefianza superior y se pone todavia en tela de juicio en cuanto a la elemen-

tal y secundaria. Para dos facultades importantes de la Universidad, Medicina y Odontologia, la reglamentaci6n no existe. Las clases, conferencias, reuniohes, todas las actividades de las dos facultades se hacen en ingles "a pesar de que la inmensa mayoria de los profesores y la casi totalidad de los alumnos son puertorriquefios". -Comentarios de! Ledo. E. Rodriguez Otero y de! Dr. Davila Alonso en las ediciones de 10 y 20 de julio de El Mundo. Los examenes de ingreso a la Universidad se hacen en ingles-. La protesta de un grupo de cat61icos -Carta Publica a los Obispos y Arzobispos, El Mundo, 28 de junio. de 1962- muestra que tampoco la acatan un gran numero_de escuelas privadas cat6licas. En otras palabras que sigue pravaleciendo el caos en cuanto a la ensefianza en el vernaculo.

La reacci6n que provocaron en diversos sectores de la opini6n publica las sensatas declaraciones de!

Comisionado de Instrucci6n - El Mundo, 5 de julio de 1962- prueba que continua siendo un serio problema lo que no es problema en ningun otro pals.

Revela que un gran numero de puertorriquefios no sabe todavia lo que significa la politica lingufstico-escolar de ensefiar en, el vernaculo, adoptada despues de numerosos tante'6s y de varios estudios tanto de puertorriquefios como de extranjeros. Parece increfble que la defensa de las normas de ensefianza en cuanto a la lengua en las escuelas publicas, su prop6sito de "mantenerla inalteradamente en vigor", el criterio de que "no solamente es buerta con respecto a las escuelas publicas sino tambien con respecto a las privadas" y de que una de las funci6nes de la escuela en Puerto Rico es preservar nuestra tradici6n cultural, motivara tantos desatinos y malas interpretaciones. Las declaraciones menos comprendidas fueron las relativas a lo que llam6, con gran propiedad "la americanizaci6n de Puerto Rico": "Lo que quiero decir es que yo no creo que las escÂľe!;i,s publicas de Puerto Rico, como se intent6 en el .:pasado bastante remoto se utilicen como medio para la americanizaci6n de Puerto Rico. Las escuelas de Puerto Rico son para los puertorriquefios y son para servirle al buen pueblo de Puerto Rico con todos los valores culturales". La palabra "americanizaci6n" nose usa aquf en sentido peyorativo, no implica critica ni menosprecio al modo de ser del norteamericanp. Significa simplemente que la escuela puertorriqhefia ha de hacer todo lo posible para que el puertorriquefio continue siendo, en esencia, lo que es. Si Puerto Rico perteneciera a Francia el Comisionado hubiera dicho que se oponia al afrancesamiento, si a Alemania a la germanizaci6n, etc. La mayoria de las crfticas al Comisionado en cuanto a esta parte de sus manifestaciones delatan el complejo de inferioridad que no da reposo al puertorriquefio. Porque lo que ha hecho el Comi-

sionado es afirmar el hecho evidente de que el puertorriquefio es distinto al norteamericano y que su escuela no puede ser una imitaci6n de la de Estados Unidos s6lo porque es la de Estados Unidos. Se le censura por poner en claro lo que es y significa la polftica de la escuela p.Ublica, por reafirmar que va a seguir usando el espafiol como vehfculo de ensefianza, por reconocer que existe en Puerto Rico una herencia cultural que hay que cultivar para que se enriquezca y perdure. Yo diria que lo unico que ha hecho es cumplir con el deber que le impone su cargo. Lo que sucede es que un pais donde muy pocos hablan con claridad al que habla claro ya no lo entiende casi nadie.

Una de las cuestiones mas debatidas en esta ultima po!emica sobre el lenguaje -que no sera la ultima- es la libertad de la escuela privada para ensefiar todas las asignaturas en cualquier lengua -que aqui quiere decir en ingles- y la facultad del Comisionado de Instrucci6n para exigir, como requisito previo para acreditarlas, que se use el espafiol. En cuanto a ella declar6 el Comisionado en la entrevista citada el 25 de junio de 1962 - El Mundo -: "Entiendo que la ley no. 2 del 22 de agosto de 1958 mediante la cual se autoriza al Secretario de Instrucci6n Publica a establecer normas, las normas a que deberan ajustarse las escuelas privadas, le da facultad a este para intervenir, . . Creo que tengo la autoridad para no acreditar escuelas en que no se siga esa politica cuando lo crea razonable" .. , "Yo me opondre si fuera cierto que la Iglesia Cat61ica sistematicamente usara el ingles como vehiculo de ensefianza, yo habria de tomar los pasos administrativos necesarios y de otra indole que fuere necesario para conseguir que se siguiera la politica general que aplica con respecto al medio de ensefianza en Puerto Rico."

Creo que el Comisionado de Instrucci6n no s6lo tiene la facultad sino tambien el deber de exigir a las escuelas privadas que adopten la norma basica en que se apoya la politica escolar de Puerto Rico, la ensefianza en el vernaculo. Sostener que la escuela privada no tiene que acatar esta politica si busca que el estado la acredite es sostener que el Comisionado de Instrucci6n carece de autoridad para dar unidad a nuestro sistema educativo, que su jurisdicci6n en cuanto al aspecto mas vital de la ensefianza se limita a la escuela publica. Equivale a declarar que en Puerto Rico hay dos sistemas educativos con tendencias y filosofias distintas: una que fija el gobierno y otra que por su cuenta puede establecer la escuela privad a; que los de menos recursos econ6micos son los unicos obligados a seguir las normas educativas del estado y los que disfrutan de mejor posici6n econ6mica pueden educarse al margen y en contra de ellas.

Los partidarios de esta teoria se apoyan en el de-

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recho que tienen en una democracia los padres a escoger la escuela en que desean educar sus hijos. Nadie discute este derecho. Lo que pasa es que en la controversia sobre la lengua se confunde con el "derecho" a elegir y fijar tambien las normas del sistema educativo. Ningun estado puede dejar al arbitrio de un grupo de ciudadanos la determinaci6n de si deben o. no acatar su polftica educativa, ni permitir que se viole por intereses particulares. Tan peregrina teoria causa un concepto err6neo de la democracia, desvirtua su esencia, pues una democracia en que no se reconoce la autoridad del gobierno libremente elegido para fijar sus normas de vida deja de serlo para convertirse en anarqufa. Pensemos el revuelo que se formada en cualquier democracia si un numero de sus ciudadanos exigiera que el gobierno acreditara escuelas privadas en que se viole abiertamente la norma educativa fundamental de ensefiar en el vernaculo. Tienen raz6n los cat6licos que al protestar de la ensefianza en ingles afirmaron: "Las razones que determinaron el cambio en la escuela publica eran y son igualmente validas para justificar el cambio en las escuelas privadas".

Hay que recalcar y bien claro lo hizo constar el Comisionado de Instrucci6n que la norma de ensefiar en espafiol no implica que los extranjeros no puedan establecer escuelas para que sus hijos se eduquen en su propia lengua: "Estoy en contra de que como sistema se lleve a cabo la practica de ensefiar en otro idioma que no sea el vernaculo. Pero no estoy en contra de que en algunas ocasiones, cuando las circunstancias lo requieran, se puedan establecer escuelas que utilizen el ingles como medio de ensefianza y posiblemente, cualquier otro idioma, si las circunstancias lo requieren". No podria ser de otro modo. La excepci6n confirma la autenticidad en que se apoya la ensefianza en el vernaculo. El respeto por la lengua propia implica plena conciencia del valor que tienen las lenguas propias de los demas.

Lo que pretende nuestro sistema educativo es que el nifio puertorriquefio no se eduque en Puerto Rico como si fuera un extranjero. El anuncio que public6 la Sociedad Pro Defensa del Idioma -El Mundo, 18 de julio de 1962- pone de manifiesto lo que quiso decir el Sr. Comisionado de Instruccion con la palabra "americanizaci6n". Los libros de texto que usan las escuelas privadas cat6licas se prepararon para los estudiantes de Estados Unidos, "muy apropiados para los nifios de Massachussetts, Iowa y Kansas" pero no para "los nifios de San Juan, Caguas, Corozal o Mayagliez". Los tftulos son reveladores: This is Our Land, This is Our Heritage, This is Our Town, This is Our Parish. . . Nuestros nifios viven en un pafs distinto al que se refieren estos libros, tienen una tradici6n distinta, un porvenir distinto. Estos textos no 8

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s6lo les despojan de lo propio, les impiden tambien apropiarse de lo ajeno a que aluden. La realidad que describen los libros no responde a la realidad en que vive el nifio. El producto de este tipo de educaci6n sera un nifio inseguro, sin rakes en ninguna parte, sin conciencia de si mismo. Los que alegan que sostener este criterio delata chauvinismo y falta de sentido de universalidad olvidan que solo se Bega a lo universal apoyandose en el conocimiento de lo particular. Para comprender el valor de lo ajeno es menester tener conciencia del valor de lo propio.

Tres son las razones que se dan para justificar el ingles como vehiculo de la ensefianza en Puerto Rico: la necesidad que de conocerlo tiene el emigrante puertorriquefio, las relaciones polfticas entre Puerto Rico y Estados Unidos y el hecho de que el ingles, a causa del predominio de Estados Unidos, es hoy una especie de "lingua franca".

La primera es un desatino tan grande que s6lo puede ocurrir en un pais tan confundido como el nuestro. Ningun pafs educa a sus ciudadanos para la emigracion, o sea para la desintegraci6n. Uno de los objetivos principales de un sistema educativo es preparar individuos que ayuden a conservar y mejorar la sociedad en que viven, formar personas integradas que puedan colaborar en la integraci6n del particular medio a que pertenecen. La educaci6n no puede hacerse para beneficio de los que se van de un pafs sino para beneficio de los que se quedan. Esto tiene tanto sentido como amueblar una casa para quien no ha de vivirla olvidandose de quien va realmente a habitarla.

La segunda se apoya en un concepto estatico de la historia, en la creencia de que no van a variar nunca las relaciones actuales entre Puerto Rico y Estados Unidos. Es increfble que un numero considerable de puertorriquefios esten dispuestos a. despo]ar a sus hijos de su tradici6n cultural para sustituirla por otra ajena a causa de las conveniencias del momento. La autentica educaci6n, la que prepara para vivir con sentido y dignidad el presente, la que templa el animo para hacer frente a los problemas del futuro se apoya, en gran medida, en el pasado, en la tradici6n.

Y el pasado y la tradici6n no se improvisan, no pueden substituirse a capricho. Un sistema educativo que pretenda descartar los valores fundamentales de la cultura a que debe servir traiciona su funci6n, no puede calificarse de tal. N inguna generaci6n tiene derecho a echar por la borda el legado de sus antepasados por meras conveniencias del particular momento en que vive, por padecer de tal miopfa historica que s6lo vea y considere el presente. Un pueblo al igual que una persona no esta vivo cuando vive en el puro presente. En cada momento presente de un pueblo con conciencia de la historia y de una persona con

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sentido de la vida forman parte esencial de ese presente los hechos y memoria del pasado y los suefios y las esperanzas de lo por venir.

La tercera tambien acusa falta de sentido hist6rico. N adie puede asegurar a las futuras generaciones que Estados Unidos continuara siendo una gran potencia. La historia es el relato de c6mo nacen, crecen, llegan a su apogeo y declinan los pueblos y las civilizaciones. Nos ensefia que no hay nada estable, que hay que contar siempre con el azar, con el hecho inesperado que puede cambiarlo todo, nos dice que ningun pueblo ni civilizaci6n tiene su vida garantizada en tal forma que ningun acontecimiento futuro e impredecible pueda afectarle. En nuestros dias la historia lleva un ritmo tan rapido que los que la vivimos estamos en mayor desventaja que en ninguna otra epoca del pasado para comprenderla y valorarla.

Las transformaciones que antes tomaban siglos ocurren ahora en afios. eQuien pudo preveer hace treinta afios la lucha ideol6gica entre Estados Unidos y Rusia? eQuien hace veinte el despertar de Africa? eQuien hace diez el problema de Cuba? cQuien puede hoy predecir lo que pueden ser en el futuro los paises de America que hablan nuestra lengua? Tratar de cambiar los cimientos en que se apoya nuestra vida coma pueblo -si ello fuera posible sin destruirle, cosa que no creo- muestra ademas que tenemos mas fe en los valores ajenos que en los propios.

N ingun pedagogo puertorriquefio, ninguna persona sensata se opone a la ensefianza del ingles. Lo que combaten los que tienen sentido del valor de la lengua propia y la sana pedagogia es la ensefianza en ingles. Se niegan a aceptar la peregrina teoria de que para adquirir una segunda lengua es requisito indispensable perder la materna. Refiriendose a los que estiman que s6lo mediante la ensefianza de todas las asignaturas en ingles pueden nuestros nifios aprenderlo apunta Cebollero: "Esta actitud equivale a confesar que no es posible ensefiar ingles en Puerto Rico mediante los metodos que se usan en otros paises para ensefiar idiomas extranjeros". En otras palabras, el nifio puertorriquefio es para el aprendizaje de una lengua ajena distinto a todos los nifios de todos los demas pafses del mundo, tiene que aprender mal o no aprender la lengua propia para poder aprender una lengua extrafia. Los defensores de la ensefianza en ingies olvidan que el vernaculo se usa como vehiculo de ensefianza aun en regiones sin tradici6n literaria, que hablan dialectos de uso muy limitado fuera de la region; creen como dice "Cebollero "que el sistema educativo de Puerto Rico no existe principalmente sino para los fines de ensefiar el ingles mas bien que para dotar al nifio puertorriquefio de una educacion completa".

El ingles debe ensefiarse en Puerto Rico como lo

es, como una lengua extrafia. Y ensefiarse no solo por el unico motivo de que ayuda a ganarse mejor la vida sino por lo que significa espiritualmente para el nifio una segunda lengua bien aprendida. La lengua ajena se adquiere para enriquecer el espfritu, no para deformarlo o empobrecerlo. Los verdaderos enemigos de la lengua inglesa en Puerto Rico son los que la tratan como mercanda, los que s6lo se preocupan en que se ensefie para los llamados fines practicos que resultan, a fin de cuentas, los menos realistas.

La historia de la educacion en Puerto Rico demuestra que a partir de 1898 tan pronto pasamos de posesion de Espana a posesi6n de Estados U nidos el asunto de la ensefianza dej6 de ser problema pedag6gico para convertirse en problema politico. La lucha que durante sesenta afios ha sostenido la pedagogia con la politica es la causa principal de las fallas de nuestro sistema educativo. La historia de la instruccion en Puerto Rico es la historia de las distintas y contradictorias teorias de los Comisionados de Instrucci6n sobre la lengua en que ha de impartirse la ensefianza. El bilingiiismo ha sido el cuco del sistema educativo, el dragon contra el que ha tenido que sostener una lucha sin tregua. Cuando despues del fracaso de la ley ordenando la ensefianza en espafiol se estableci6 administrativamente esta norma casi todos creyeron que el problema estaba resuelto. La protesta reciente de un grupo de padres cat6licos muestra que lo esta, que a pesar de la experiencia y de los numetosos informes sobre el problema -los estudios de Padin, Michael West, Cebollero, Universidad de Columbia, etc.- los partidarios del bilingiiismo siguen empefiados en alcanzar lo imposible, en querer convertir este pueblo en lo que no puede ser.

La comprensi6n de manifestaciones recientes de politicos, pedagogos y psicologos muestra una vez mas, la confusion que han creado los politicos al querer dictar normas a los pedagogos, la diferencia que existe entre la mirada interesada y prejuiciada del politico y la mirada objetiva y libre del que puede velj la verdadera naturaleza del problema.

James Roosevelt en un discurso pronunciado antd la Camara de Representantes de Estados Unidos el 12 de julio de este afio calific6 de "desafortunada" la norma de ensefiar en espafiol en las escuelas publicas de Puerto Rico -El Mundo, 13 de julio de 1962-.

Otro representante del mismo cuerpo legislativo, Clayton Powell, afirmo que la polftica actual del Comisionado de lnstrucci6n Sr. Oliveras "en cuanto a la ensefianza del ingles esta en conflicto con el sistema americano el cual en nada ha afectado al desarrollo cultural de estados de descendencia latina como Tejas, Nuevo Mexico y California". Este criterio no deja l_ugar a dudas sobre como ve Powell nuestro futuro. Sus comentarios sobre los motivos que provoca9

ton ia sustitucion del antecesor del Sr. Oliveras son reveladores: "fue sustituido en su cargo de Secretario de Instruccion Publica debido a su dificultad en mejorar la ensefianza del ingles en las escuelas publicas. Como Powell es Presidente del Comite de Educacion y Trabajo del Congreso hizo venir enseguida un experto, -1otro mas!- la Sra. Deborah Wolfe para que estudiara y le informara sobre el problema de la ensefianza del ingles en Puerto Rico - San Juan Star, 28 de julio, 1962-. Para estos politicos la labor de nuestro Departamento de Instruccion no es educar a los puertorriquefios sino ensefiarles ingles con el proposito de que dejen de ser puertorriquefios y se conviertan en americanos. Esta actitud -la califica el profesor Gordon Lewis- que escribio uno de los articulos mas sensatos sobre la controversia de "mero imperialismo cultural" -El Imparcial, 30 de julio de 1962- y la que califica de nacionalismo, de parte de Estados Unidos, un lingiiista notable, Robert H . Hall, actualmente profesor en la Universidad de Cornell.

En SU ultimo libro, Linguistics and Your Language -Doubleday, 1961- comenta asi el profesor Hall el problema de la lengua en Puerto Rico: "Politicos nacionalistas en Washington han insistido para que se ensefie el ingles en Puerto Rico del mismo modo que se ensefia en las escuelas del continente a los niiios cuya lengua materna es la inglesa a pesar del hecho de que la situacion en cuanto al lenguaje es completamente distinta y que la lengua materna del 993 de los habitantes es el espafiol. La educacion en Puerto Rico ha sufrido mucho por este enfoque erroneo, el aprendizaje del ingles se ha perjudicado por esta ensefianza inadecuada asi como tambien el conocimiento de lo que aprenden en espafiol por el tiempo que desperdician en un ingies mal .ensefiado. <Por que no ensefiar el ingles como lo que es sin disputa en Puerto Rico, una lengua extrafia? Esto seria lo mas sensato pero <quien puede convencer a un politico de Estados Unidos de una verdad tan evidente?

Porque contestaria con el argumento que a el le parece irrefutable: ''<No es cierto que Puerto Rico es un territorio americano? Por eso tienen que hablar alH en ingles, si les dejamos aprender en espafiol en las escuelas y tratar el ingles como lengua extranjera no seran buenos ciudadanos americanos." Vale sefialar que el profesor Hall habla con pleno conocimiento, teorico y practico, de la materia. Ensefio, hace algunos afios, en la Universidad de Puerto Rico.

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El Dr. Frank L. Stoval, profesor de Psicologia en la Universidad de H ouston, que vino el mes pasado a Puerto Rico, declaro en una entrevista: "Ensefiar en una lengua que no sea la materna produce confusion en el desarrollo de los conceptos, retarda el aprendizaje y puede ser causa de dificultad para expresarse por el resto de la vida. Esta practica puede conducir ademas a la creacion de ciertos defectos como el tartamudeo y al desarrollo de complejos en la personalidad del estudiante." - El Mundo, 24 de agosto de 1962.La llamada instruccion universal presenta un reto tremendo al educador: ensefiar a gran cantidad de estudiantes sin que se pierda la calidad de la ensefianza.

En Puerto Rico la iusistencia en que se aprenda el ingies como si fuera una lengua tan vital para el estudiante como la propia hace aun mas dificil el logro de este proposito. La matricula en las instituciones educativas es de 700,000 dividida asi: 588,000 en las escuelas publicas, 63,000 en las privadas, 25,000 en las universidades y 24,000 en programas para adultos. -El Mundo, 22 de agosto, 1962- Pedir que se eduque en dos lenguas a tan gran numero de estudiantes es pretender lo imposible. Significa que no se educan en ninguna.

El debate sobre la lengua en Puerto Rico terminara cuando se decida nuestro destino politico. No hay ninguna garantia de que la norma actual de ensefiar en el vernaculo en las escuelas publicas no se modifique en el futuro por cambios politicos. La protesta de un grupo de padres catolicos y el hecho de que todavia dos facultades de la Universidad enseiien en ingles muestra cuan dificil de resolver es el problema. _L a ultima controversia prueba ademas cuan consciente esta el pais de lo que¡ significa la lucha por conservar la lengua propia: la supervivencia de lo puertorriquefio. En Insularismo . afirmo Pedreira: "existe el alma puertorriquefia disgregada, dispersa, en potencia, luminosamente fragmentada, como un rompecabezas doloroso que no ha gozado nunca de su integridad". Yo creo que mientras el puertorriquefio conserve su lengua tendra a mano todos los fragmentos del rompecabezas para revelar lo que esconde nuestro ambiguo modo de ser. Si la pierde perdera la clave que le permite unirlos. En la conservacion de la lengua le va la vida, como pueblo, a Puerto Rico.

Semhlanza de Antonio S. Pedreira Por

HACE

DE TODO AQUELLO 35 ANOS. AQUELLO FUE LA primera clase universitaria del grupo de preparatoria de derecho que iniciaba sus estudios en el 1927.

Fuimos llegando un tanto azorados al Salon I del Edificio Janer, mirando con no poca envidia a los que seguian trepando las escaleras que llevaban al tercer piso en donde estaba la Facultad de Leyes e imperaban unos profesores asombrosos y miticos, de quienes noticia y fabula nos habian alcanzado aun en nuestros remotos pueblos de origen: Manuel Martinez Davila, Manuel Benitez Flores, Juan B. Soto, Rafael Martinez Alvarez. Ya nos llegaria el momento de lograr acceso a aquellas olimpicas alturas; por ahora ... A proposito, este Antonio S. Pedreira que segun el programa iba a ser nuestro maestro de Espanol I, ~como seria?

Al filo preciso y exacto de las ocho entro al salon.

Nos parecio mayor, pero tenia 28 afios. Estaba vestido de dril limpisimo y planchado, con SU corbata de lazo negra que al tiempo hubimos de darnos cuenta constituia un detalle invariable de su indumentaria.

Los ojos vivos, simpaticos, tras los lentes perennes que nunca llegaron a amortiguar el brillo de una mirada en la que efervesda un humor saludable, generoso. y humano. Basto ver el gesto cordial, el ademan sencillo, el movimiento agil y desenvuelto con que subio a la tarima de la catedra-en aquellos tiempos podia literalmente hablarse de subir a la catedra porque no habia aula sin tarima-y escuchar su voz natural, clara y amiga para ganar nuestro interes y vol~ntades. Sin embargo, no creo que aquel primer dia nos diesemos cuenta que teniamos el privilegio de ser disdpulos de un ser, no dire excepcional, pero si de excepcion.

Es costumbre estudiantil fantasear un poco sobre los profesores. Pedreira fue campo fertil para una buena cosecha de opiniones e inventos de ese tipo.

GusTAVo

AGRAiT

Fue campeon de tennis, dijo uno que lo habia visto en las canchas boleando con Cosme Beitia y Facundo Bueso. Es un gran "umpire", afiadio otro que lo habia encontrado arbitrando un juego de pelota en no se donde. Es un militar, apunto alguien que seguramente habia visto un retrato de Pedreira de cuando era oficial en el cuerpo de cadetes de la U niversidad.

La verdad del caso era que Pedreira efectivamente tenia muchos intereses en su vida y se entregaba a muchas actividades. Con el tiempo y el trato cotidiano se nos fue colocando en justa perspectiva y, contrario a lo que suele ocurrir en estos casos, credo nuestro afecto y aprecio por Pedreira. Ya le conodamos hasta sus pequefias excentricidades: El reloj de bolsillo de infimo precio que tenia que cambiar por uno nuevo por lo menos una vez al afio, sus dictados imprevistos de palabras de ortografia dudosa que deliberadamente mal pronunciaba-linon, supremacia, jengibreaquellos cigarros de cuestionable aroma que compraba por paquetes a un clandestino productor de quien era amigo desde hada largos afios, y aquel su inconsciente y habitual movimiento de halar la tabla corrediza de su escritorio cuando alguien se sentaba a hablar con el, interponiendo algo de distancia entre los interlocutores.

La oficina y persona de Pedreira constituian centro e iman de reunion y visita para los mas disimiles caracteres. N acionalistas, republicanos, liberales, catolicos, protestantes, indiferentes, todos convergiamos alli. Sin embargo, no fue nunca el profesor amigo de estudiantes que fraterniza con ellos como uno mas.

H ubo siempre la distancia que corresponde entre catedratico y discipulo. No recuerdo un solo caso en que Pedreira tutease a un estudiante. Y la meia posibilidad de lo contrario, la de que un estudiante tutease 11

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a Pedreira hubiese sido sencillamente inconcebible.

Desde el primer momento hasta el ultimo fue para nosotros Don Antonio, cuando mas, Pedreira, pero nunca Antonio y mucho menos Mr. Pedreira. cQue buscaban y encontraban Ios estudiantes en Pedreira? eC6mo explicar aquellas lealtades indestructibles que hicieron posible que estudiantes que llevaban afios fuera de la Universidad no concibiesen venir de sus pueblos a San Juan sin girar una visita a Pedreira?

Posiblemente cada cual encontraba Io suyo. De ml puedo decir que de Pedreira recibi simpatfa sin zalamerfa, consejo cuando Io pedfa y lo necesitaba, incitaci6n al ejercicio de la responsabilidad propia y mas exigencia que contengueo. Las personas que tienen que bregar o estan en posici6n de bregar con gentes j6venes deben aprender del caso de Pedreira, que lleva a uno a pensar que los j6venes agradecen masque se les exija a que se Ies regale, que se Ies diga la verdad, aunque duela, a que se les halague.

Hay ciertas figuras a quienes el tiempo destruye, cuando menos, desdibuja. Con Pedreira pasa Io contrario. El tiempo ha contribuido a dejarlo ver y entender mejor. Hoy mejor que entonces podemos darnos cuenta de que Pedreira, sin decirlo, cumplia una misi6n. El nunca lo dijo, porque fue persona incapaz de la autoglorificaci6n, poco dada a ejercer pontificados y mesianatos. En otras palabras, Pedreira fue ante todo y sobre todo una persona seria.

A una persona seria tenfa que resultar superlativamente deprimente el espectaculo del Puerto Rico de su tiempo. Una producci6n literaria principalmente rimada y generalmente de caracter periodistico y volandero; casi o ninguna Iiteratura de largo empefio; el artkulo o el cuento del que se puede salir en media hora, si, pero ni novela, ni ensayo de fondo duro y trabajoso, ni la labor de paciente, pero necesaria investigaci6n (esto que echaba de menos puede explicar su generosidad crftica frente a toda obra que representase esfuerzo prolongado) ; una creciente confusi6n en Io que tocaba al destino colectivo; un pais dividido por una serie de factores, algunos francamente intrascendentes y frivolos. Sohre todo aquel fermento tan productor de "frases de natilla y suculentas metaforas" lanza Pedreira una mirada pionera, honda y amplia.

Renuncia a lo facil, a seguir escribiendo versos mas o menos buenos, mas o me nos malos. No eran versos lo que hada falta en Puerto Rico en aquellos tiempos.

Despues de Aristas libro que publica en el 1930, se orienta definitivamente a lo suyo, a lo puertorriquefio.

Si alguna persona fue entrafiablemente puertorriquefia fue Pedreira. Fue el suyo un puertorriquefiismo sin ret6rica, sin pintoresquismos ni falsas angustias existencialistas. Fue un puertorriquefiismo genuino, autentico, espontaneo, del mismo tipo del que anim6 en

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nuestros mejores espfritus del XIX: una peculiar manera de reaccionar ante las cosas y una conciencia de las potencialidades, las fallas y los logros de esta tierra y de su gente. Su puertorriquefiismo entrafiado explica que sus afios de estudio en Nueva York y en Madrid lo enriquezcan, pero no ¡ lo cambien. Sohre esto no puede haber duda, gesto y ademan fueron en Pedreira puertorriquefios, sin estrechez empobrecedora y sin inseguridades¡ disolventes. Quien sabe si en el fondo era esta seguridad en lo que se es lo que tanto estudiante busc6 y encontr6 en Antonio S. Pedreira.

Pedreira tuvo que haberse dado cuenta de las cosas que en nuestro ambiente entorpedan el mejor conocimiento de lo propio, que es la unica manera de encontrar rumbo autentico. El retoricismo, la ausencia de crftica veraz, la falta de datos hist6ricos, almacenados en ficheros que no acababan de salir a Ia Iuz, en fin, todos Ios achaques nuestros que nos sabemos de memoria. Y comienza Pedreira una carrera contra el tiempo que lo lleva a publicar en rapida sucesi6n Ios siguientes libros: Bibliografia Puertorriqueiia (1932) , Hostos, Ciudadano de America (1932), Insularismo (1934), Actualidad del ]ibaro (1935), Un Hombre del Pueblo (1937) y El Aiio Terrible del 87 (1937).

Dos afios despues muere, a los 40 afios, y sigue enriqueciendo nuestra bibliograffa con dos titulos mas: las Aclaraciones y Criticas que se recopilan y se publican en el 1941 y El Periodismo en Puerto Rico que aparece el mismo afio. Y todo esto mientras dictaba catedra en la Universidad y publicaba regularmente en la prensa sus Aclaraciones y Criticas que siguen siendo el mas prolongado, serio y sistematico intento de critica literaria en nuestra historia; y aparte tambien del tiempo que dedic6, en compafifa de Samuel R. Quinones y Vicente Geigel Polanco, a publicar la revista Indice cuyo prop6sito era precisamente la exploraci6n de nuestra realidad y en Ia que por primera vez se discute en una serie de artfculos el tema de cPuerto Rico, pueblo o muchedumbre? Es decir, el tema de la identidad. EI esfuerzo mas serio realizado en Pue¡r to Rico por enfrentarse .al doloroso y delicado problema de que somos, correspondi6 a Pedreira. Sus opiniones, contestaciones y juicios podran haber sido superados, pero lo que nadie puede quitarle es su valor pionero, su primada en el tiempo, Io que vale tanto como decir el haber planteado el tema con seriedad de prop6sito y esfuerzo, y haberle dado impulso a su circulaci6n por nuestra conciencia.

Mirada a distancia y en conjunto Ia obra de Pedreira, uno descubre lo flltil e inutil de defenderla o atacarla obra por obra. No tiene la menor importancia si la biografia de Hostos o la de Barbosa son mejores o peores que otras biograffas que se hayan podido haber escrito o se puedan escribir en Puerto Rico; no vale

la pena discutir si Insularismo peco en esto o en aquello o si acert6 en todo. La obra de Antonio S. Pedreira (incluso SU labor y ejemplo desde Ia catedra y la tribuna de conferenciante) hay que verla en bloque. Asf vista es que puede percibirse que toda ella constituy6 una mision bien cumplida que nos permite,

a los 23 afios de haber muerto, ver que tiene. hoy tanta actualidad como cuando murio; y que permite terminar estas notas diciendo de el y SU obra lo que el pintor Ingres dijo de la obra de Franz Josef Haydn: Pedreira no escribio ninguna obra maestra, su obra total es su obra maestra.

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Elegia del cafetal Por LUis

HERNANDEZ AQUINO

Evocaci6n SOBRE Tl NO HA CAIDO LA NIEVE DEL OLVIDO.

Estas presente aqui -memoria o sueiiocomo aquel rio azul de la infancia remota.

Mi cafetal perenne; bosque, plumaje, trino, uva verde o purpurea, sombra y clara montaiia, todo a la vez cayendo sobre mi coraz6n y mi recuerdo; porque ahora es el tiempo de abrir esta memoria, de que tu ayer levante cimas de claridad y sea tunel de sueiios que traspasa la ausencia dulcemente.

l

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I

El Rio Primero fue quebrada sofiando el mar. Lamia suavemente Ia raiz extendida, daba al bohfo de sombras su ternura sencilla, el pan de su frescura, el sosiego que iba a echarse en el batey como un perro sin amo, llegado de Ia aurora.

Luego fue rio, el mar tuvo el secreto del bosque y de su noche.

EI caballo bebia la claridad del agua, deshaciendo en la linfa el rostro de los arboles, mientras yo me extasiaba inventando los puertos entrevistos solo en vigilia 0 suefio, y el ala larga y tierna de una nube de estfo se mojaba en sus aguas o bogaba en mis ojos.

Despues, 1oh, las raudas palomas de aquella casa-hacienda con un temblor de nieve, susurrantes, insomnes, dibujando sus sombras altivas en el agua ...

AIH quedaba el rfo, era el paterno rfo, nodrizo de los bosques, que amamanto la tierra, penetro su dulzura por los cauces secretos de la sombra, y asf fue como un dia nevo el cafe SU flor y el aroma alzo el vuelo como un pequefio pajaro, y la abeja incesante escribio con el polen su mensa je de vida.

II

La Tierra Era la buena tierra, donde el arbol se erguia como un asta hacia los astros para cavar auroras, y el arbusto sofiaba con el agua y la luz que nevarfan SUS calices 1 en los claros eneros.

Lev.antaba la tJierra su corona de suefios 1' J

entre esmeralda y purpura: la infancia deteniase junto al chinar de oro, traspasada de luces, el ojo vigilante y el ofdo despierto, para seguir el rastro de la fina perdiz.

1Mundo del claro asombro, cuando el angel oculto de los bosques nos segufa por monte, rfo y loma, dandonos claridadl jOh, tierra duke y pura, sombra de la niiiez, nodriza de mi alma, donde perdura el cafetal perenne, yerguete en tierno soplo y corona mi frente con el suave fulgor de tu recuerdol

III

El Hombre Soy el hombre de aqu1. Yo, el solidario de mi rfo y mi tierra. De mi boca aun vuela como abeja triste copla en los atardeceres. . . Y en la noche sigo el vagar de las constelaciones y suefio, suefio, suefio mansamente ...

He sentido mi historia. Meditando me han visto las auroras. Suspirando he hundido las rakes en la tierra y he sabido esperar, mientras la rueda del afio gira, sigilosamente.

En la arcilla de Yauco o la de Lares, tierra que lleva encima para siempre la marca de los siglos, hice un dfa mi bohfo de amor, en donde el alba y la noche boricua se concilian.

Fue el cafeto mi vida, llevo uncido mi corazon y el canto de mis labios al amoroso polvo de mi tierra.

Espero aqui dormir mi ultimo sueiio, bajo el fulgor de las constelaciones, junto al susurro de mi do profundo, que como yo va al mar, serenamente, para hallarnos un dia junto a Dios.

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Aproximacion a Antonio Corton Por

EN LOS PANORAMAS DE LAS LETRAS ESPANOLAS y AON

en los de las hispanoamericanas, la necesidad o la costumbre de operar por grandes momentos deja fuera autores y epocas que no encajan con los esquemas previamente trazados. Eso viene a ocurrir, por ejemplo, con los escritores que nacieron en las partes de la America Hispana que no alcanz6 la Independencia al tiempo que el resto del continente. Se traza el panorama general, se observa el fen6meno del afan por conseguir una independencia intelectual al lado de la emancipaci6n politica, y se analiza el posterior desarroll.o de los paises que fueron parte de la corona espafiola, pero quedan marginales, apenas si recordados en unas grandes figuras cimeras, los pueblos antillanos que hasta finales del siglo no lograron su separaci6n de la metr6poli. Ni siquiera se ha prestado suficiente interes al hecho de que gran numero de nacidos en las Islas que aun permitian que los reyes de Espafia lo fueran de ella "y sus Indias" vivieron en Espafia y tomaron parte activa en su vida literaria. Hay el caso de Gertrudis G6mez de Avellaneda, y algun otro que no suprime el estado general del asunto. Y si de Cuba, "la perla", pasamos a "la pequefia antilla" la observaci6n es mucho mas evidente. Existen escritores en las ultimas decadas del pasado siglo que estan pidiendo una revisi6n y un estudio. Hasta tanto que estos lleguen vamos a recordar a alguno.

Por ejemplo, Antonio Cort6n. Su nombre me salt6, como a cualquiera que se incline sobre el tema, al estudiar la figura y la obra de Espronceda. La biografia que el escribi6 del importante poeta romantico todavia guarda interes en estos tiempos de sumisi6n -excesiva en mas de un caso- a los carriles constantes de la precisi6n en la fecha y la cita docu-

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JORGE CAMPOS

mental. Escribe con soltura, con aparente trazo de los capitulos al correr de la pluma, pero se advierte una apoyatura en estudios previos, mas s61ida de lo acostumbrado en las biografias al modo como se escribian por aquel entonces. A Cort6n le habian aprovechado los estudios que hiciera en el madrilefio caser6n de la calle de San Bernardo donde siguiera tanto los casi obligados cursos de !eyes como los mas selectos y vocacionales de filosofia y letras.

Otro libro suyo, Pandemonium, recoge una colecci6n de trabajos muy diversos en temas y tono, procedentes de diversas publicaciones y epocas, y que, precisamente por ello, son muy utiles para trazar en grandes lineas un perfil de la personalidad de su au tor.

Vamos a intentar, siguiendo sus paginas, un primer intento de aproximaci6n a su ¡figura. Escribe en unos afios en que las letras espafiolas no se distinguen por SU brillo. Entre los oropeles ya mustios de la gloria romantica y en espera de ese espiritu de revuelta y voluntad constructiva que no se produce, precisamente hasta que la dolorosa e inesperada perdida de las Antillas sacude a Espafia de .una modorra grisacea que bien puede compaginarse con la prosa del tiempo.

La primer nota que nos hace considerar con un poco de respeto a Antonio Cort6n es su conciencia del momento. Ve con toda claridad - habla en los afios ochenta del ultimo siglo- que Zorrilla y Campoamor se sobreviven. Que nada tienen ya que hacer en aquellos dias mas que mantener una escuela sobrepasada en todas partes. Que hace mas de medio siglo que desapareci6 en plena gloria romantica Espronceda, como Enrique Gil, y como gran parte de la pleyade de aquellos dias de alboreante libera-

Ilsmo. Muchos de aquellos sobrevivientes se han dejado mecer en los aplausos y las apoteosis, cuando no en las ubres de un conservadorismo politico. Otros arrastran su nostalgia por las calles madrilefias, como el extraordinario Miguel de los Santos. Otros, mas j6venes creen conservar la esencia de lo romantico y lo ideal en una bohemia salpicada de miseria y picaresca. De ella fue soldado de fila pero sali6 de sus engafiosas ilusiones a pulso, a fuerza de trabajo y orden, sin dejarse abismar por lo que tenia de err6neo, de aberraci6n masoquista y de inutil lucha contra la sociedad. Es probable que le ayudara a ello su formaci6n universitaria, si no su propio tes6n y fe en una labor seria.

Precisamente alguno de los articulos de este libro nos dice mucho acerca de tres personajes de aquel modo literario de entender la vida. Aquellos - totalmente olvidados hoy, a pesar de haber gozado del aplauso de los publicos- Pelayo del Castillo, muerto miserablemente en un hospital y Pedro Marquina, hallado inconsciente en un portal de la calle Lavapies, que no volveria a recobrar el sentido; de Fernandez y Gonzales dilapidador de SU talento de 'no· velista como de sus ganancias, fabulosas para aquel entonces. Tambien recuerda a Becquer y a su co· mun amigo Julio N ombela, de vida paralela con el en mas de un concepto. Los dos luchan contra la bohemia con el trabajo. Procuran no dejarse prender en la falaz ilusi6n del alcohol o en la desesperada confianza en las propias fuerzas y el milagroso solu~ cionar de cada dia.

Caricatura de Antonio Corton, publicada en la portada de la Revista Espanola MADRID COM/CO Afio I X - Num. 333 6 de julio de 1889

La mina y la industria donde entregar sus fuerzas es el periodismo. Cort6n fue periodista. Una his· toria del periodismo hispano, hasta hoy sin hacer, tendria que ocuparse de su figura. Sus cr6nicas en E l Globo, E l Tribuno, E l Liberal, esperan ser salvadas de este polvoriento pante6n en que suelen convertirse las hemerotecas.

En la diaria lucha fueron quedando atras muchas de las ilusiones de los primeros tiempos. Lo revela la amargura que denotan mas de uno .de sus parrafos y que oculta - o que quiza produce- su humor, su ironia, su festiva visi6n de hombres y cosas.

Si quisieramos acotar su tematica y estilo veriamos que en sus preferencias entra una herencia del costumbrismo, que le emparenta al gracioso T aboada en algun caso, y que le revela lector de Larra. Es la situaci6n propia del momento. Todavia no se ha llegado, en la dimensi6n y los modos del periodismo evolucionado de sus dias, a la soltura, la intenci6n y la profundidad que logro el gran Figaro. Pero se camina, inconscientemente, por sendas que. el sefialo y que son obligadas, aunque el paso de cada uno sea muy distinto del que le ha precedido o que le acompafia.

La critica literaria alcanza una importancia grande en estos anos. No sabemos si es influencia de Clarin o si Clarin es solo el maximo exponente de una tendencia de epoca. Pero el hecho indudable es que varios de los cultivadores del periodismo en este momento, aquellos que· sienten vocacion literaria _ y que elevan el valor de su oficio, se entregan por partes casi iguales al costumbrismo que al vapuleo ironico de sus compafieros de armas. La hostilidad y las polemicas de Corton con Clarin - como las que sostuvo Bonafoux- merecen cronica y analisis mas minuciosos.

Otra importante ' Hnea en el esbozo de SU silueta la · constituyen sus "simpatias y diferencias". Procuremos recogerlas. Fue siempre un devoto admirador de la Hrica de N ufiez de Arce, a quien llama "el primer poeta Hrico de Espafia" y no creia inferior, sino todo lo contrario, a Lecomte de Lisle, R ichepin y Carducci. Opinion en que entraba por mucho su amistad. Con este y otros datos se siente a Corton capaz de todo en favor de sus amigos, y de poner los sentimientos de la amistad por encima de todos los demas. Bien puede afirmarse esto atendiendo a sus relaciones con Nufiez de Arce, que consider<'> vuelto de sus opiniones poHticas y al que via, con dolor, actuar de Ministro de Ultramar en forma con traria a como el hubiera deseado. Topamos aqui con otra nota distintiva, que casi no haria falta decir. Liberal, de profundas convicciones, vivio siempre con la preo· cupacion de Puerto Rico y sintiendo sus problemas, que apuntaban hacia un separatismo si no se seguia

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una poHtica amplia e inteligente. Su ausencia llev6, exactamente, a su perdida en las mas vergonzosas condiciones. Pues, a pesar de todo esto, no cesa en su afecto por el autor de Gritos del combate, aunque sefiala su conducta -"como politico infiel a la tradicion revolucionaria, como Ministro de Ultramar, desdichadisima-. Fenomeno parecido le ocurre con Galdos. Su admiracion por el gran novelista no tiene reparos. Por eso le duele verle aparecer como diputado cunero pdr su Isla. <Que tiene que hacer Gald6s en ese puesto? Y los articulos que dedica al problema tienen dolorida intimidad.

Entre SUS estimaciones maximas hay que colocar al famoso Rafael Maria de Labra -lo que creo exime de cualquier explicacion- y al poeta Ferrart prototfpico del momento y muy proximo en algunos aspectos de SU sensibilidad a N ufiez de Arce. A Dofia Emilia Pardo Bazan, tan novelista en muchos aspectos como el gran Don Benito; a Julio Nombela, el simpatico y pintoresco compafiero de la bohemia becqueriana ascendido a mas graves y responsables puestos sociales, que cree es el primer novelista si no fuera por que existe Galdos; a Zorrilla, a pesar de que es una gloria superviviente y, saltando los siglos, a Bartolome de las Casas por el que guarda una admiracion cargada de acentos romanticos y americanistas, casi con tonos de uncion religiosa.

Sus enemistades literarias contribuyen a aclarar su pensamiento. Apartemos a Clar{n, antes de un conocimiento mas detallado que tendria que averiguar si no fue el dustico asturiano quien lo iniciaba con algun ataque contra Corton o alguno de sus amigos.

Mas interesante y digna de resaltarse es su postura contra Echegaray. Podria haberse pensado que el admirador de Ferrari y de Nufiez de Arce tenia que estar en las huestes de quienes se embobaban con la hojarasca y la ampulosidad de los dramas del autor del Gran galeoto. Nada de eso; ve con toda claridad lo que de hueco y rapidamente perdurable tenia aquella. dramatica. Y aqui nos sorprende su postura que haria que tuviesemos que colocarle al lado de aquellos jovenes que unos afios despues protestaron ruidosa y publicamente cuando se le otorg6 el Premio Nobel.

Aquellos j6venes que se llamaban Pio Baroja, Valle Inclan, Jose Martinez Ruiz ...

No es una casual postura a la que le llevara alguna enemistad personal. Nos lo prueba su consideracion de la obra de Pereda y su enfrentamiento con el detallismo realista que consideraba excesivo y poco afortunado: "Admirable pintor de cuadros de costumbres, excelente estilista, profundo observador y buena persona, pero a quien faltan algunas condiciones para graduarse de novelador, en la verdadera acepcion de la palabra." Juicio que compartimos hoy, como algunos de los mencionados anteriormente y que senti18

mos se contrarresten con sus parrafos acerca de L a R egenta, aunque quiza en ellos no muestre una lucidez, a causa de empafiarle el juicio su enemistad, si es que no calla a su autentico pensamiento.

Tendriamos que recordar algunas otras facetas de su pensamiento, que nos le harian simpatico y le adelantarian algo sobre gran parte de la critica que le fue contemporanea. Por ejemplo, su defensa de las literaturas regionales, su. lucha contra los t6picos, su anticlericalismo, muy de aquellos afios, que compartia con SU compatriota Bonafoux y con el lanzado ya a una cruzada de signo antirreligioso, Jose Nackens.

Pero hay algo que no queremos dejar sin men. cionar aunque sea doloroso, y que merece tambien, en el estudio qu,e Corton exige, una averiguacion de rakes y causas: Su sentimiento de menorvalia, o mejor de aminoracion en la estimaci6n, por causa de su origen. Lo ha escrito con rotundidez: "Ignorado o preterido siempre, por el pecado original de mi procedencia americana, que suele ser en esta tierra ominoso estigma . .. " Y en otro lugar: "Yo, pobre colono de America, hermano y quiza descendiente de los antiguos esclavos, condiscipulo y amigo de algunos negros . .. " Para acabar, un aspecto, si no literario, por lo menos muy relacionado con las letras. Dedic6 muchos esfuerzos a mantener y elevar una institucion, dificil en un pais en que las cosas de los escritores nunca han preocupado a los gobiernos: La Asociacion de Escritores y Artistas que todavia hoy pervive.

Si esta Asociacion logr6 popularidad con la famosa conmemoracion del Centenario de Calderon, que nos parece hoy ampulosa, retorica y hasta un poco cursi, como la dramaturgia del gran Echegaray, hizo bastante en el terreno de lo inmediato, lo callado, lo que sirve de algo a ese proletariado intelectual, gracias a obras como esa sociedad que era una salida eficaz contra el morbo de la bohemia. El lo dijo alguna vel en que se ataco a la Asociacion: "Merced a ella no se ha muerto de hambre el gran actor Valero; merced a ella, no enterraron en el hoyo grande a Eulogio Florentino Sanz; merced a ella no sucumbi6 en un asilo de dementes el pobre Campo Arana . .. " Podriamos afiadir que tambien pag6 los gastos del entierro de Pedro Marquina, y muchos datos mas.

Y aqui encontramos el secreto de la amistad con Nufiez de Arce, Presidente este de la Asociaci6n de que el era Secretario hicieron una practica defensa del escritor, adelantandose tambien a este siglo de sindicatos.

Antonio Corton, puertorriquefio y madrilefio, por vida y aficiones, defensor de ideas liberales que asostaban en sus dias es, sobre todo un garboso escritor, que la historia del periodismo espafiol no puede desconocer.

La gohernacion de Puerto Rico por un donativo: Francisco Danio Granados, 1706 Por AmA R. CARO DE DELGADO

DE CONOCIMIENTO GENERAL ES QUE DURANTE EL DOMInio de Espana en Indias los oficios de gobierno de los territorios americanos quedaban provistos por el rey. Este designaba, bien directamente o auxiliandose de los organismos por el instituidos para entender en los asuntos de sus posesiones indianas, a los gobernadores que habrian de ejercer en su nombre la suprema jurisdicci6n politica en dichos territorios. En todo momenta tales nombramientos o titulos representaban ser mercedes o gracias que discernia en sus vasallos, resultanto generalmente beneficiados aquellos subditos que, independientemente de poseer relevantes dotes personales que garantizaban en efectivo desempefio del cargo de primer ejecutivo, tenian a su haber la prestaci6n de significados servicios a la corona. La naturaleza de los servicios que a tal respecto se tom6 en consideraci6n por el rey no qued6 limitada por preferencia alguna.

Lo mismo cualificaba para recibir el nombramiento un civil o militar que se habia destacado en campafias o menesteres militares, como quien se habia distinguid,o en el desempefio de un cargo de jerarquia inferior o bien habia sobresalido en la ejecuci6n de alguna encomienda real.

Sin embargo, se dieron casos en que el rey, para conferir el cargo de gobernador, ademas de fijarse en }os meritos por Servicios militares O polftico-administrativos, consider6 otras circunstancias de naturaleza muy distinta. Casos excepcionales al fin; fueron muy pocos en numero, pero los hubo en que factores econ6micos, tales como el que una persona hubiese prestado dinero al real fisco o que hubiese ofrecido un donativo por la merced de gobierno, influyeron decisivamente en el animo del monarca para discernir la referida gracia.

Habida cuenta del estado precario en que las mas

de las veces se encontr6 la hacienda espafiola durante el siglo dieciocho, no es extrafio que teniendo ocasi6n para ello, yen su esfuerzo por nutrir aquella, la corona echase mano de estos recursos. Asi encontramos que los oficios de gobernador y de capitan general para el Nuevo Reino de Granada quedaron provistos durante . algunos afios de la decimoctava centuria como compensaci6n por prestamo o donativos o por ambas cosas conjuntamente efectuadas por subditos espafioles. 1 En ¡ Puerto Rico tambien tuvimos un caso, a comienzos del mismo siglo, en que los referidos cargos fueron otorgados a un militar que hubo de aportar por los mismos un donativo a la real hacienda.

En el afio 1706, don Francisco Danio Granados se comprometi6 con la corona a entregar por via de donativo cuatro mil pesos a cambio de una futura merced por los oficios de gobernador ¡ y capitan general de Puerto Rico. 2 La particularidad_de este donativo merece destacarse no s6lo por ser, hasta donde es de nuestro conocimiento, el unico que mediara en el siglo dieciocho para el proveimiento de dichos empleos, sino que tambien por otra circunstancia sumamente interesante: la ferrea oposici6n que al otorgamiento de dicha merced levant6 la Junta de Guerra de Indias y la no menos firme y energica decisi6n del monarca de hacer valida la gracia.

Previa a¡ la consideraci6n de estos extremos merece que signifiquemos la relaci6n que con anterioridad a optar a los referidos cargos tuvo Danio Granados con la isla y que positivamente fue, por una parte, el factor que influy6 en su :inimo para impetrar la merced 1

2

Restrepo Tirado, Ernesto: Gobcrnantes de! Nuevo Reino de Granada durante el Siglo XVIII. Pags. 6, 26 y 65.

A.G.I. Audiencia de Santo Domingo. Leg. 535 (B) No. 4.

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de la gobernaci6n polftica y militar islefia, y por otra, una de las razones aducidas por la Junta de Guerra de lndias para oponerse a la concesi6n de dichos empleos en su persona.

La primera referencia que tenemos del interes de don Francisco Danio Granados por relacionarse con la isl a data de 170 I. En este afio y en ocasi6n de estarse gestionando por parte de la monarquia el que alguna persona propietaria de navio a<':eptase obtener una licencia para establecer un servicio de conducci6n de viveres a Puerto Rico con esc¡a la en cualesquier otro punto indiano a cambio de comprometerse a suministrar y conducir a la isla, por cuenta suya, cien infantes, armas, pertrechos y municiones necesarias para la defensa de este presidia, Danio Granados present6 ante el Consejo de Indias un memorial por el que consignaba su disposici6n a optar a tal empresa. En el mismo destacaba, como merecimiento que le cualificaba en sumo grado, la decada de setvicios que habfa prestado al rey en la Compafiia del Tercio del maestro de campo don Jorge Villalonga, a cuyo servicio todavia continuaba en ese afio de 1701, y el tener un navio, de fabricacion extranjera, con capacidad de doscientas cincuenta toneladas, artillado con cuarenta piezas y dotado con todos los pertrechos, aparejos y municiones necesarias.

Sin embargo, en dicho memorial afiade que se ofrece a efectuar el viaje conduciendo los recursos humanos y belicos prescritos provisto que se acceda a determinadas condiciones que impone.a Exige una licencia para conducir un navio de registro a Puerto Rico y al puerto de Campeche bajo las mismas condiciones que se habfan otorgado a otros, con la autorizaci6n debida para llevar a dichos puertos frutos y generos; ademas recuesta para si el grado de capitan de mar y guerra, y poder competente para nombrar todos los oficiales que le sean precisos para el navio.4 Tales condiciones nos revelan, desde luego, su personalidad ambiciosa y oportunista, dispuesto si a servir al rey pero sin despediciar la ocasi6n para conseguir por tal medio, ademas de beneficios materiales, honras personales de u'.tulo y jurisdicci6n.

A pesar de tales exigencias el requerimiento de Danio Granados hubo de recibir toda la consideraci6n pertinente en vista de la necesidad urgente de proveer al presidia de Puerto Rico de hombres y materiales imprescindibles para su defensa y, ademas, porque las proposiciones formuladas por otros resultaron inadmisibles.5 Empero, el Consejo de Indias hubo de proceder con gran cautela pues antes de resolver en 5 A.H.N. 4 Ibid.

5 Ibid.

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Cedulario Indico.

Torno XXX.

Num. 47.

definitiva este asunto lo refiri6 para su estudio y parecer al presidente y jueces oficiales de la Casa de Contrataci6n, instruyendoles asi mismo para que consultasen al Consulado y Universidad de Mareantes.6 Desconocemos cuando y en que terminos hubo de pronunciarse el Consejo tras conocer la opinion de la Casa de Contrataci6n, pero si sabemos que Danio Granados obtuvo una licencia de registro. Y es asi, en su caracter de "tratante" o comerciante debidamente autorizado para traer, vender y comprar mercandas en Puerto Rico, como le han de conocer los puertorriquefios de hacia el primer lustro del siglo dieciocho.7 La actividad comercial desarrollada por Danio Granados en la isla, aparte de los consabidos beneficios pecuniarios, (los cuales debieron ser significativos ya que por este tiempo escaseaban los proveedores espafioles de articulos basicos y los pocos que venian, sabedores de esta realidad, se aprovechaban para fijarles precios excesivos a los generos y mantenimientos que condudan a la isla) le propiciaron la natural relaci6n humana con los islefios y familiaridad con el medio geografico y su potencial econ6mico,¡ conocimientos estos que en su dfa utilizara como resorte para concretizar su aspiraci6n de convertirse en jefe supremo, politico y militar, de Puerto Rico.

Hacia el afio 1705, como consecuencia de la llamada Guerra de Sucesi6n, que aun se estaba librando y que mermaba rapidamente los caudales del teso¡r o y comprometfa los fondos venideros, la hacienda espafiola padeci6 tal crisis que el monarca, Felipe V, se vi6 obligado a gestionar prestamos y donativos de parte de SUS subditOS para poder sufragar los gastOS de la contienda. La petici6n por donativos alcanz6 a todos los vasallos, pero muy particularmente a los de Indias, a quienes el rey consideraba como los mas "aliviados" econ6micamente, por lo que urgi6 de estos, por cedula de 13 de marzo de 1705, que aportaran donaciones en la mayor cantidad posible.8 Ni que decir que la America espafiola respondi6 a la llamada de su ,monarca, patentizando una vez mas su notoria lealtad y fidelidad.

Empero, si hubo subditos desprendidos, no faltaron quienes aprovecharian la coyuntura de las necesidades del fisco a los fines de obtener relevantes cargos en la administraci6n indiana. Danio Granados fue uno de ellos.

Conocedor de la situaci6n, no par6 mientes en demostrar su disposici6n a darle a la corona, por vfa de donativo, cuatro mil pesos a cambio de una "merced de futura" a la gobernaci6n politica y militar de Puerto Rico. Para que se le otorgara dicha gracia adujo a 6 Ibid.

7 A.G.I. Audiencia de Santo Dom;ngo. Leg. 5'5 (B) No. 5 8 A.H.N. Cedulario Indico. Tomo XXXVIII. Fol. 205 vo.

su favor sus servicios militares a la corona, su familiaridad con Ios puertorriquefios y con la isla, pero mas particularmente, segun el mismo lo destaca en SU representacion al rey, el que nadie se habfa arriesgado antes a ofrecer cantidad alguna para obtener los indicados empleos por tener la isla pocos recursos econ6micos y ser "poco apreciable el paraje" .9 Nose precis6 mucho tiempo para que el monarca tomara acci6n al respecto. Ante el cuadro desolador del fisco su majestad no tuvo que meditar largamente para aceptar el donativo y discernir la impetrada merced, lo que asi hizo por decreto de 15 de abril de 1706. 10 De esta manera Danio Granados trocarfa eventualmente su papel de negociante por uno de gran jerarqufa en el orden politico-militar: gobernador y capitan general de Puerto Rico.

Si halagado hubo de sentirse Danio por la merced conferidale, un sentimiento muy contrario a este fue el que imper6 en el seno de la Junta de Guerra de Indias al conocerse el otorgamiento de aquella; la reacci6n fue de inconformidad, desasosiego y abierta oposici6n a la gracia recien dispensada. Para los miembros de la Junta, Danio no era persona calificada para merecer tan relevantes cargos, criteria este que qued6 expuesto sin ambages en una comunicaci6n que elevara ante el rey con fecha de 24 de abril de 1706. 11 En ella precisaban los fundamentos de su postura y formulaban su decidido reclamo para que el monarca, ateniendose a lo expresado por ellos, le suspendiera a Danio la merced de "futura de gobierno" que le habfa conferido.

La Junta rompia lanzas contra Danio poniendo de relieve dos extremos o circunstancias concurrentes en su persona que, segun le puntualizaran al monarca, podrfan resultar contraproducentes de llegar aquel a ocupar el aludido empleo. Tales eran, primero, que Danio careda de experiencia militar y segundo, que era un "negociante" .12 Nos resulta sumamente curiosa la primera aseveraci6n por cuanto al haber de aquel, y ya para 1701, se le acreditaba alguna, espedficamente la que habia tenido sirviendo al rey bajo el mando del maestro de campo don Jorge Villalonga. Sin embargo, de lo expuesto por la Junta colegimos que su experiencia militar no estaba a la altura de aquella que hasta aquel entonces, 1706, se habfa venido tomando en cuenta para nombrar a los gobernadores y capitanes generales de la isla. Se alegaba que hasta ese momenta s6lo "pundonorosos individuos de conocido valor y de experiencias militares" con impresionante hoja de ser-

9 A.G.!. Audiencia de Santo Domingo. Leg. 535 (B) 11 de abril de I 706.

10 A.G.I. Audiencia de Santo Domingo. Leg. 535 (B) No. 4.

11 A.G.I. Audiencia de Santo Domingo. Leg. 535 (B) No. 5. ll? Ibid.

v1c1os habian sido los justamente favorecidos con dichos empleos.13 Abogaban pues, porque se continuase exigiendo el que meritos similares concurriesen en las personas a ser favorecidas para tan relevante cargo habida cuenta de la importancia de la isla: "el primero y mas seguro puerto y antemural de las Indias y la escala precisa de las £Iotas de Espana y de la navegaci6n de aquellas provincias y de las islas de Barlovento", y por los frecuentes ataques a que, al igual que en pasado, podrfa quedar expuesta en el futuro.14 Para robustecer su ferrea oposici6n, la Junta no pudo silenciar el menester a que se dedicaba Danio por este tiempo y precisamente entre quienes habrfan de ser sus gobernados: el de simple "negociante" de generos y frutos con quien trataban y contrataban los puertorriquefios. lndependientemente de sefialarse que "el genio de comerciador no es el mas a prop6sito para aquel empleo ni para ninguno cuya jurisdicci6n tenga puertos" 15, los antecedentes relativos a las especulaciones ¡comerciales de Danio Granados daban margen al temor de que se suscitasen circunstancias muy indeseables de otorgarsele la merced de gobierno. La primera de ella podfa producirse en el interin si se actualizaba la futura, o sea, mientras llegaba el momenta en que Danio asumiera la direcci6n politica y militar de la isla. En este plazo era muy posible que, al continuar su quehacer comercial, aprovechase la coyuntura de su inminente prerrogativa para realizar negocios fructiferos si bien perjudiciales a su clientela puertorriquefia.

Es decir, se temfa que "la futura al gobierno" habrfa de tomarla Danio como patente para vender mercanda a precios exorbitantes sin que los vecinos osaran protestar de ello por cuanto sabfan que el serfa SU futuro gobernador y que una vez en este cargo muy bien podia desquitarse de. quienes se resintieran de sus practicas. Tan segura estaba la Junta de que tal serfa el proceder de Danio que afirmaba que vendiendo a sobreprecio este habrfa de acumular ganancias montantes a los cuatro mil pesos que munificientemente habfa ofrecido por la merced, por lo que en rigor sedan los puertorriquefios quienes de hecho habrfan de ¡pagar por la gracia que le habfa sido conferida por el rey. 16 Esta misma condici6n de "negociante" que se reconoda en Danio Granados hada temer otro efecto pemicioso para .el orden politico-administrativo. En la persona de Danio los puertorriquefios siempre verian al comerciante, al tratante corriente y vulgar, ducho o experimentado en logrerfas, y por ello le ten-

13 Ibid.

14 Ibid.

15 Ibid.

16 Ibid.

21

drfan en muy poca estima como primer mandatario politico y militar, esto es, como gobernador y capitan general.17 Asi, luego de insistir en los aludidos extremos, finalmente la Junta de Guerra de Indias recab6 del monarca que dejase sin efecto la merced otorgada a Danio Granados.

No empece la legitimidad de. los argumentos y el celo con que fueron expuestos, que hadan obvio el deseo de la Junta porque la gobernaci6n de la isla se encomendara a individuo que por condiciones personales, meritos y circunstancias, garantizase un efectivo desempefio de la funcf6n politica y militar, el rey no 17 Ibid.

prest6 ninguna atenci6n a lo representado. Su real palabra estaba empefiada y dcbfa cumplirla, por lo que pasando por alto los alegados defectos concurrentes en Danio procedi6 a extenderle, el 20 de mayo de 1706, los titulos correspondientes de gobernador y Capitan general de Puerto Rico 18 , oficios estos que Danio Granados desempefi6 por un lustro, desde el 24 de diciembre de 1708 hasta el 24 de diciembre de 1713. 19 18 A.G.I. Audiencia de Santo Domingo. Leg. 5~7. Minutaa de Consulta81 Decretos y Otros Papelea. Afio de 1706. 20 de mayo de 1706. ¡ 19 A.G.I. Escriban(a de Camara. Leg. 128 (A) Pieza la. Fol1.

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Vista de la Ciudad de San Juan de Puerto Rico en 1678 Archivo General de Indias Santo Domingo 159

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de Bayamon Por

LAURA GALLEGO

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Aspecto de la Exposicion

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Dos Siglos de Pintura Puertorriqueiia

LA HISTORIA DE LA PINTURA EN PuERTo Rico, SE RE¡

monta a los primeros afios de la colonizaci6n espafiola. Desde entonces comenzaron a traerse a Puerto Rico valiosas obras de arte destinadas a enriquecer nuestras iglesias. El obispo Rodrigo de Bastidas, quien rigi6 nuestra vida espiritual a mediados del siglo XVI, don6 a la catedral un valioso retablo flamenco, del cual pudo haber formado parte la pintura de la Virgen de Belen que hoy se conserva en la Iglesia de San Jose, y que tanta influencia tuvo en la pintura religiosa de Campeche. A artistas espafioles de la importancia de Martinez Montafies se hadan desde Puerto Rico encargos de obras para los templos del pa is.

Son los hermanos Campeche (Miguel y Jose) los primeros artistas puertorriquefios de que tenemos conocimiento. De ellos -especialmente de Jose- se conservan numerosas obras que demuestran la altura a que lleg6 nuestra pintura en el siglo XVIII. Con la muerte de Jose Campeche (1809), nuestra pintura experimenta un rudo golpe del que no se repone hasta mediados del siglo XIX, en que aparece otro pintor destacado, Francisco Oller. Sin embargo, entre Campeche y Oller se habia producido un marcado descenso pero no un vado, pues Silvestre Andino, Joaquin Goyena y Ram6n Atiles mantienen vivo este arte, que sigue por entonces circunscrito a tratar los temas religiosos o a fijar en el lienzo los retratos de los personajes distinguidos de la .colonia.

Con Oller la pintura puertorriquefia alcanza uno de sus momentos de mayor gloria. Su obra, particular- Cartel de la Exposicion - disenado por - R. Moreira mente la realizada en Francia durante sus andanzas con Cezanne y Pissarro es maximo exponente de SU pintura. El regreso de Oller a Puerto Rico, aunque desafortunado para el pintor, pues en nuestro medio se aleja de las corrientes impresionistas de la epoca, mantiene vivo en Puerto Rico el interes por la pin-_

25

~l

I El Gobernador Don M. A. de Ustariz por Jose Campeche (1751-1809)

Bautizo - por Miguel Campeche (c. 1740)

El pintor Campeche, por Ramon Atiles (1804-1875)

,,

Coches de Ponce, por Miguel Pou

Autorretrato, por Francisco Oller

Mixta, por Fran Cervoni

El Abuelo, por Felix Bonilla

Caballos, por Epifania Irizarry

El pintor Oller, por Jorge Rechany

El Morro, por Jose R. Oliver

Paisaje, por Colon Delgado

Retrato, por Antonio Maldonado

Le, lo, lay, por Lorenzo Homar

Goyita, por Rafael Tufiiio

tura, y hacen posible que forme disdpulos como Ma¡ nuel E. Jordan.

Con la muerte de Oller en el afio 1917, sufre el arte pict6rico en Puerto Rico otro gran reves del cual no habrl'.a de reponerse hasta la tercera decada del presente siglo, en que se destaca ya la obra de Miguel Pou y Ram6n Frade, a quienes se unira Oscar Col6n Delgado. Fue misi6n de estos artistas mantener vivo el interes por la pintura y servir de maestros a los j6¡ venes que deseaban hacer de este arte su profesi6n.

La epoca es dificil y exige grandes sacrificios de estos pin tores.

Es en la decada del 40 que varios j6venes puertorriqueiios, algunos de ellos becados por el Gobierno, salen a estudiar al extranjero. Francia, Italia, Espana, Estados Unidos y Mexico, son los centros artisticos que han de estimular a nuestros j6venes pintores. A su regreso, cuando ya las circunstancias culturales y

Aspecto de la Exposicion

80

econ6micas del pals inducen a favorecer las expresiones ardsticas, nuestra pintura adquiere un auge hasta entonces desconocido. Un numeroso grupo de j6venes artistas logra dar gran :Lmpetu a la pintura puertorriquefia, y lo que es aun mas significativo, mantener un creciente interes del publico en sus obras. Por otro lado, el grupo ha ido aumentando sus filas con la incorporaci6n de nuevos artistas que con su labor en¡ riquecen el acervo cultural de Puerto Rico.

Esta muestra de dos siglos de pintura puertorriquefia, aunque incompleta, ofreci6 una visi6n general del desarrollo e historia del arte pict6rico en Puerto Rico. A traves de la Exposici6n podemos ver como nuestros artistas siempre han estado vinculados a las corrientes art:Lsticas universales, desde el neo-clacisismo del siglo XVIII hasta el figurativismo y abstraccionismo de nuestros d:Las. R.E.A.

LOS RENEGADOS :1 I

,I 1

(Narraci6n inspirada en un cuento popular puertorriqueno)

Por RICARDO E. ALEGRIA

Xilografias de

LORENZO BOMAR ,.,

Los Renegados (cuento) Poa

RICARDO

E.

ALEGRfA

l

FuE en que Dios andaba por estos mundos.

HACE YA MUCHOS ANOS -

DICEN QUE EN LA EPOCA

El Hacedor acababa de crear los animales y se deleitaba en su contemplaci6n. En los cielos los que volaban; en la tierra los que se arrastraban, corrian y saltaban; en las aguas los que nadaban. Su alegria, sin embargo, no dur6 mucho. No todos los animales se encontraban satisfechos con el ser que El les habia dado.

Las diferencias con que el Hacedor los habfa distinguido, habfan engendrado la envidia, la intonformiUna familia dad. Esto pasaba aquf, en la Tierra.

de entre los animales que corrfan sinti6 envidia de los que volaban y dese6 ser como ellos. Se reunieron con sus semejantes y les manifestaron su deseo de pedir al Creador que les cambiara el ser que les habfa dado para que pudiesen volar como las aves. Sus semejantes, que sentfan orgullo y .satisÂŁacci6n en ser lo que el Hacedor habfa querido que fueran, se negaron a acompafiarlos en su petici6n. Los que no querfan ser lo que el Creador habfa querido que fueran, quedaron solos y entonces, llenos de odio y de soberbia al ver que sus semejantes no los acompafiaban en

88

,.,

sus ambiciones, decidieron ir ante Dios.

El Hacedor estaba entristecido por lo que ya sabia y les expres6 su gran pesar por la envidia que los llevaba a querer dejar de ser como El los habia hecho. Los que no querian ser, no quisieron escucharle e insistieron en sus deseos. Y fue entonces, cuando el Creador se neg6 a cambiarles su ser, que renegaron de su ser, de sus semejantes y del Hacedor. Fue aquel el dia cuando Dios, entristecido, abandon6 la tierra y el dfa cuando el Malo, el enemigo, decidi6 valerse de la envidia y la ambici6n. El Malo se apareci6 ante los renegados y les ofreci6 satisfacer &us deseos, hacer por ellos lo que no habia querido hacer el Creador. Los Renegados, que en su envidia y soberbia habian olvidado que s6lo Dios podia crear, aceptaron el ofrecimiento que el Malo. les hada de darles alas para que pudiesen volar como las aves. Como el Malo no podfa crear plumas como las de las aves, no pudo hacer otra cosa que estirarles la piel lo suficiente para formarles unas alas y creyendose Creador, les cambi6 el cuerpo a su semejanza.

Los Renegados, vieron pronto que se habian cumplido sus deseos y que gracias a lo que el Enemigo habia hecho con sus cuerpos, ahora podian volar al igual que las aves. Llenos de odio, su primer impulso fue ir hasta donde se hallaban sus semejantes, los que no habian querido cambiar su ser, para mostrarles con orgullo lo que ellos, en su uni6n con el Enemigo, habian logrado. Mas, grande fue su sorpresa al ver que los que antes habian sido sus semejantes, sus hermanos, ahora al verlos en su nuevo ser, huian despavoridos. Ya no los reconodan como hermanos y el nuevo ser que les habfa dado el Malo les causaba horror y asco. . . 1Como si temieran que a ellos pudiera pasarle lo mismo! Al principio los Renegados se sorprendieron del comportamiento de los que antes habian sido sus semejantes.

Mas la soberbia que los poseia y el orgullo que sentian por su nuevo ser les hizo creer que ahora ellos eran superiores y decidieron abandonar para siempre a los que antes habian sido sus semejantes, para irse a convivir con las aves, que ellos tanto admiraban. Y hacia ellas volaron. Las aves, al ver aquellos seres que sin tener plumas volaban y que estaban 4echos a la semejanza del Malo, no los dejaron acercarse y los despreciaron, negandose a tener relaciones con ellos.

Fue entonces cuando los Renegados descubrieron la verdad. Comprendieron que ya no tenian familia, que todos los animales, tanto los que corrian como los que volaban, todos, los despreciaban. Comprendieron que al tratar de deshacer, con la ayuda del Malo, lo que el Creador habia hecho, s6lo habian Iogrado una monstruosidad que era el horror de to-

dos.

Habfan dejado de ser lo que eran y no habian logrado satisfacer su ambicion. Su traicion fue conocida por todos y sintieron vergiienza y miedo.

Atemorizados, y humillados para siempre, se escondieron de todos. y es por esto que todavfa solo-¡ se ;itreven a salir de su escondite cuando el sol ha de-

jado de alumbrar la tierra, cuando es de noche y los otros animales duermen; cuando la obscuridad no permite que se vea su cuerpo, ensefia de su traici6n al Creador y a sus semejantes. Y en nuestra 1engua de hoy llamamos a los Renegados, Murcielagos.

35

El platero Domingo De Andino, (1737 -1820) Maestro de Musica de Campeche Por

AL TRATAR. EL TEMA DE CAMPECHE COMO MAESTRO DE

musica de las Madres Carmelitas,1 no sospechabamos que con el tiempo podrfamos arrojar alguna luz sobre su temprana educaci6n musical. El examen de las Actas del Cabildo Eclesiastico nos ha conducido a las conclusiones que exponemos a continuaci6n y que ayudan a perfilar la silueta ignorada de su primera ÂŁormaci6n, en el canto llano y el 6rgano a la vez que nos ofrecen los datos biograficos -escaso pero significativos- de una interesante personalidad artistica de nuestro siglo XVIII. Domingo de Andino era natural de San Juan, donde naci6 en 1737, hijo legitimo de Juan de Andino y de Juana Francisca Muriel. Aprendi6 en sus afios juveniles el manejo del 6rgano y se instruy6 en el canto llano y figurado pues su destreza le vali6 la plaza de organista de la Iglesia Catedral cuando apenas contaba veinte afios, hacia 1757. Era por entonces dicha plaza de gran importancia pues el sentimiento religioso de la epoca, pr6digo en dotaciones considerables, multiplicaba las fiestas religiosas en las que no podfa ÂŁaltar el noble acompafiamiento del 6rgano. Una noticia de los acuerdos capitulares2 nos dice que ya en 1744 se encontraba al servicio de la Iglesia Mayor, dato ciertamente errado, en desacuerdo con un testimonio del mismo Andino,8 pero que tal vez responda al hecho de haberse iniciado en el estudio de la musica en la misma

l

Jo~

Campeche, maestro de m6slca. R.evlsta del Instltuto de Cultura puertorrlqucila, N6m. 8.

2 Libro XII de acuerdos capitulares de la Catedral de San Juan.

Cablldo del martes 4 de julio de 1820, folio 151 v., Archlvo Eclesiastico.

S Iodice razonado de las actas capltulares de la Catedral de San Juan de Puerto Rico. Cablldo del 18 de Julio de 1798. Bolctln de Historla Puertorrlquella, Vol. II, n6m. 8, p. 24!.

36

AR.TUR.a

V.

DAVILA

Catedral, bajo la direcci6n de su organista. Aprendi6 tambien el oficio de platero con algun maestro, probablemente criollo y con el producto de ambas artes pudo nivelar por muchos afios los ingresos en un hogar donde no faltaban los hijos.

Nuestro organista platero cas6 con otra criolla, Laureana Campeche, hija de Tomas y Marfa Josefa Jordan, natural de San Juan, en la que hubo, entre otros, a Isabel, Francisco, Silvestre, Mateo y Belen, de los cuales aun vivfan en 1820 los tres ultimos. Su ingreso en el drculo familiar de los Campeche, compuesto de artesanos laboriosos y refinados -el pintor Campeche no es producto de una generaci6n espontanea- marc6 la vida de Domingo Andino y a su vez enriqueci6 a la familia con la aportaci6n de su sensibilidad y educaci6n musical y su habilidad como platero.

Con los afios, la lucha por la mera subsistencia vuelve insuficiente el modesto sueldo del organista que en 1771, amenaza con dejar el empleo si no se le pagan cincuenta pesos por el afio anterior, petici6n a la que accede el Cabildo el 11 de enero porque no hay en la Ciudad quien lo sustituya.â&#x20AC;˘ Para estas fechas, tenfa Jose Campeche diecinueve afios, y doce despues, en 1783, obtuvo la plaza de musico de oboe de dotaci6n real con la obligaci6n "de suplir las ausencias y enfermedades del organista de ella.'' Testifican sus hermanas que a este servicio "se hab{a prestado antes de obtener la plaza en propiedad, cuando lo exigla la necesidad por hallarse impedido alguno de los empleados propietarios." 6 Todo nos 4 lndice razonado ... etc., B. H. P., Vol. I, N6m. 7, p. 218.

5 Tapia y Rivera, Alejandro: Vida del plntor puertorrlquefio ]016 Campeche. San Juan, Puerto Rico, 1946, p. 89.

habla de la asidua asistencia de Campeche a la tribuna del 6rgano, ya para tocar el oboe o para sustituir a su cufiado, aun antes de su nombramiento. Por otra parte, Tapia en su biografia distingue con claridad entre los estudios realizados por Campeche en el Convento de Santo Tomas y los de .musica. 6 Por tanto, nos parece razonable afirmar, dentro de la parquedad de noticias de que adoiece este periodo de la vida de Campeche, que SU maestro de musica fue SU propio cufiado, Domingo de Andino, que lo entren6 en el manejo del 6rgano en la misma Catedral.

En la decada de ~ 780 a 1790 experimentara nuestro artista dos perdidas; la primera, la de su madre, Francisca Muriel, que fue sepultada el 29 de mayo de 1786 en la Iglesia de Santo Tomas de Padres Predicadores y la segunda, la de su mujer, fallecida en septiembre de 1789 y sepultada tambien en el templo dominico el 20 del mismo mes y afio.7 Con ocasi6n de esta ultima muerte, Jose Campeche comenz6 a ocuparse con su habitual generosidad de los hijos que dejara Laureana. Dicen sus hermanas Lucia y Maria Loreto que a la muerte de su pa<lre (1780) "se hizo cargo el solo de atender a la subsistencia de su madre .... y hermanas, a que se agregaron sucesivamente muchos sobrinos y sobrinas, hijos e hijas de otras hermanas difuntas, que se hallaban en la situaci6n mds deplorable". 8 Dio su arte a Silvestre Andino, probablemente hijo mayor del Organista, que si no alcanz6 al tfo en sus aciertos, gan6 al menos la vida con sus cuadros. Precisamente en estos afios de fin de siglo es cuando mas necesita de su socorro Domingo de Andino. En 1798, pide un aumento considerable en su sueldo, que desde enero de 1786, consistia en 80 pesos anuales. 9 No alcanza con ello a cubrir los gastos de las ocho personas que componen su familia y como por falta de vista no puede ya remediarse con el oficio de platero "ruega se le asignen doscientos pesos por afio, con el gravamen de componer el 6rgano, mientras valga," a lo que accede Ia corporaci6n catedralicia en parte, concediendole un sueldo de ciento sesenta pesos. 10 En 1790 ya se ocupaba de la composici6n de los fuelles, por los que en 22 de junio del mismo afio se le pagan tres pesos y medio. 11 En ello debi6 adiestrar a Campeche, que cuatro afios des-

pues, el 19 de junio de 1794, presenta al Cabildo una cuenta por cuatro pesos en raz6n de lo mismo.12 En 1818, el anciano organista decae sensiblemente.

Tiene mas de ochenta afios y los capitulares, en 12 de diciembre, acuerda:n exonerarle de toda obligaci6n y pasarle la misma cantidad que percibia ultimamente -180 pesos- durante el tiempo de vida que aun le quede, en atenci6n a los sesenta afios de servicios prestados a la Catedral. 18 En las elecciones de oficios de ese mismo afio y del siguiente (1819), efectuadas como de costumbre el 31 de diciembre, aparece todavia como organista. Pero en realidad lo sustituye gratuitamente el sochantre, don Juan Vicens, que desde 1816 venia supliendo las ausencias del viejo maestro.

Al fin de cuatro afios de enfermedad, muere Andino el 30 de junio de 1820, siendo sepultado al dia siguiente en el cementerio de Santa Maria Magdalena de Pazzis. Habia testado el 29 de noviembre de 1819 ante el escribano don Francisco de Acosta y de acuerdo con sus disposiciones, se le hicieron los oficios de cuerpo presente en el Convento de Padres Predicadores, de cuya Orden tercera era hermano profeso. AIH descansaban los restos de su madre y su mujer - tambien terciaria- y de todos aquellos Campeche, que vinculados a el por el lazo religioso del habito dominicano, le habian precedido en la muerte. De sus hijos, quedaban ahora solamente Silvestre, a qui'en confia la elecci6n de su mortaja, Mateo y Belen, nombrados albaceas los tres en el testamento.14 En vida debi6 gozar Andino de la protecci6n de poderosos parientes -pr6ximos o lejanos, tal vez solo amigos- los can6nigos de Andino. A uno de ellos, D. Miguel, encarga el Cabildo que prepare los oficios en que debe comunicarse al Obispo don Mariano Rodriguez de Olmedo el acuerdo adoptado el sabado 12 de diciembre de 1818, en favor de la jubilaci6n del organista. El mismo cuerpo capitular se interes6 con relativa frecuencia en aliviar su esfuerzo y adecentar la capilla del 6rgano. El 5 de marzo de 1771 acordaron los can6nigos la compra de un esclavo que a mas de tocar las campanas y perseguir el comejen, asistiera al 6rgano, seguramente a instancias del mismo Andino.

En aquellos afios, por hallarse en alto el instrumento y no estar cubierta de b6veda la Iglesia, resultaba arriesgada y difkil la permanencia en la capilla. Los temibles progresos del comejen hadan infructuosos los

6 Tapia, 0. c., p. 13.

'1 Ambas partidas figuran en el libro X de defunciones de la Catedral de San Juan y en los folios 88 v. y 281 v. respectlva¡ mente.

8 Tapia, 0. c., p. 41.

9 Iodice . .. etc., B. H. P., vol. II, Num. 8, p. 243.

10 Libro V de Actas Capitulares de la Catedral de San Juan.

Cabildo del martes 22 de junio de 1790, f, 30. Archivo Eclesiastico.

II Iodice ... etc., Vol. II, Num. 8, p. 241.

12 Libro XII de acuerdos capltulares de la Catedral de San Juan, folio 79, Cabildo del sabado 12 de diciembre de 1818.

13 Libro XXIII de entierros de la Catedral de San Juan. Folio 170 v., Francisco Andino muri6 meses despues que su padre y fue sepultado el 19 de noviembre. V. Libro XXV de en¡ tierros de la Catedral de San Juan, f. 12.

14 Indice ... etc., B.H.P., Vol. II, Num. 8, p. 240. Acta de! 5 de junio de 1792.

87

,,

esfuerzos realizados para su exterminio hasta el punto de que el 14 de de noviembre de 1775 anota el secretario del Cabildo que " dos vigas que cafan encima del 6rgano habfan descendido varias pulgadas." Al menos el evidente peligro fue conjurado de inmediato, 15 pero si a ello se aiiade la presencia de murcielagos en la techumbre, de que hacen menci6n las actas y los ratones que devoraban en la Sacristia los ornamentos y echaban a perder de vez en cuando los fuelles del 6rgano, podra tener el lector una imagen aproximada de la ingrata vecindad en que se movi6 a ratos Domingo de Andino. Ademas, se cuida con diligencia un tanto asmatica de las filtraciones. En 1792 el Cabildo ordena echar nueva torta a la b6veda de la capilla del 6rgano "que con la mucha humedad que padece esta verdosa y negra por la parte de adentro." 1 No paraban en esto las dificultades. El 29 de octubre de 1793 se habl6 en el Cabildo del informe del organista sobre la desaparici6n de dos flautas "de bastante consideraci6n", extraidas del enflautado del 6rgano por los muchachos "o por alguna persona de mala intenci6n." Recomendaba el maestro que se colocaran cerraduras en las puertas del 6rgano, por ser insuficietes las aldabas. El Cabildo acord6 por unanimidad que se pagaran las cerraduras, puestas ya por orden de

Andino y le encarg6 que mandase hacer las flautas "como inteligente en el tamaiio y voces de ellas".2 Este incidente, que tiene mas aires de travesura que de mala voluntad, nos ofrece al mismo tiempo una imagen de la vieja Catedral, casa de todos y alma de la Ciudad, en la que tambien cabian, como en cualquier parroquia pueblerina, las bromas de la chiquilleria.

Encalada o verdinegra, desde su tribuna armonizo Andino las honras funebres de reyes, papas y obispos, los natalicios de Infantes, los triunfos de las armas reales y las proclamaciones de los nuevos monarcas.

Su musica solemniz6 las funciones en acci6n de gracias por el triunfo de los criollos sobre los ingleses en 1797 y aun alcanz6 a las solemnidades de la toma de posesi6n del primer Prelado puertorriqueiio, don Juan Alejo de Arizmendi (1803) y a las del retorno victorioso de don Ram6n Power de Santo Domingo en 1809.

El advenimiento del regimen constitucional en 1812 y el regreso de Fernando VII en 1814 lo encuentran en su puesto. A la gloria de tantas melodias, al jubiloso acompaiiamiento -flavioletes, bajos, flautados y clarines- de sesenta N avidades, Domingo de Andino suma la honra de haber cedido su arte a Jose Campeche. Con su muerte, se llev6 a la tumba los dolores y gozos de todo un siglo puertorriqueiio.

15 Libro V. de Acuerdoa capitularea de la Catedral de San Juan, f. 19â&#x20AC;˘.

Pintura Mexicana del Siglo XVIII 38

Henry Klumh y la Arquitectura Puertorriqueiia Por JUAN ANTONIO GAYA Nm~o

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I

E L DfA EN QUE ABANDONE LA DULCE ISLA DE PUERTO

Rico, continuara acompafiandome su escenario mas vital y propio, el del paisaje, el de los verdores entreverados de carmines y de azules, el de sus puebleci tos blancos, el del rio Grande de Loiza, el de la bahia de San Juan, el del palmeral de Luquillo.

Pero, al propio tiempo, exigira lugar en el recuerdo una vivencia que disputa perennemente sitio a la geografia, y que consiste en la arquitectura. La arquitectura, esto es, el paisaje vital, artificial y practico, el paisaje habitable y social, el paisaje construido por el hombre. Entonces, cuando esa entidad de paisaje activo y vivido imponga sus exigencias, tendre que crearme razonamientos que tiendan a seleccionarlo.

Seran, supongo, los mismos de ahora, los que antologizo a continuaci6n.

Mi vida se ha desarrollado en Rio Piedras, al lado de su campus universitario, mis noches; en su mismo coraz6n, mis dfas. Siempre, en derredor de la Torre, que dio casi todas mis horas puertorriquefias, ¡ aparte de las que sonaban en Ponce o en San German, en Arecibo o en Mayagiiez, en Fajardo o en Aibonito.

Pero estas campanadas eran las accidentales y festivas.

Mi Puerto Rico cotidiano consisti6 eq Rio Piedras, en su centro~ mas noble . .Esa seria mi arquitectura.

Venturosamente, era la mejor arquitectura isleqa posible. Es curioso el hecho de que la vastisima capital del estado, la llamada area metropolitana, oscile entre dos capitulos, alejadisimos entre si en cuanto a distancia traducible en millas y en siglos, pero ambos de 6ptima calidad. El capitulo de la vieja arquitectura del Morro y de San Crist6bal, por un lado, determina un polo estetico; el capitulo del funcionalismo arquitect6nico, el opuesto. En medio, una extensi6n de arquitectura neutra, huerfana de apellidos, de aspecto provisional, que no calificare para no mal-

humorar unas Hneas dispuestas a todo elogio. Tan s6lo me propasare a decir que durante muchos afios se ha procurado por todo medio que la capital de Puerto Rico no fuera lo que por todo derecho natural debfa, debeda haber sido: la ciudad mas bonita de la Tierra.

El Morro, con sus tremendos lienzos de defensa articulada, sabiamente perfiladora de tierra boricua, sagaz en sus pespuntes, buscando siempre la colaboraci6n de suelo y mar, consciente de cada mfnimo accidente de la costa, fingiendo rocas, acerando las ya existentes, irguiendose y agazapandose alternativamente, quebrando voluntariamente su masa, ensanchando y adelgazando sus telones, deja de ser una seca estructura militar para convertirse en verdadera arquitectura funcional. Ha perdido ya el Morro toda efectividad belica, la perdi6 hace tiempo. No importa.

Continua siendo brava arquitectura riqufsima de silueta, formidable de voluntad y de cambiantes ritmos. Ni historia ni arqueologia separadas, sino todo ello unido a verdadera esencia de arquitectura. Los tremendos espafioles se anticiparon en siglos a Le Corbusier y a Gropius. Y la consecuencia fue que el caserio del querido San Juan -una especie de Cadiz antillano- naci6, al amparo de esa arquitectura, con una solidez, una nobleza y una cohesi6n que enamoran. Lecci6n para todas las localidades puertorriquefias. Plazas espaciosas, correctas cuadriculas, habitabilidad cohesiva, sentido de ciudad consciente. Y no diseminaci6n con absurdas apetencias de desierto.

A doce quil6metros de esta lecci6n de buena, sana, 16gica y eterna arquitectura, el campus universitario de Rio Piedras. Aquf, dije, he hecho mi vida boricua.

En la Biblioteca, en el Museo, en el Centro de Estudiantes donde vi la primera noche islefia. Desde esas primerisimas horas me enamoraron los tres edificios

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Henry Klumb, Arquitecto-Biblioteca GeneralUniversidad de Puerto Rico

Henry Klumb, Arquitecto - Centro de Estudiantes Universidad de Puerto Rico

dichos, y les guarde el reconocimiento y la gratitud que merecian por su bienvenida. Result<'> que en ellos, y singularmente en la Biblioteca, se deslizaria la mayor parte de mi trabajo puertorriquefio. Ni recuerdo como me entere de quicn fuera el autor de esa perfecta arquitectura. Parece como si hubiera sabido, desde siempre, que era un hombre llamado Henry Klumb.

No lo conozco. Nunca lo he visto. Los datos que voy a dar sobre su persona son de acarreo, no consecuencia de dialogo. Es igual. La gratitud que yo guardo al autor de unas viviendas de la cultura, es decir, al hecho de que fueran gratas y bellas, no necesi.ta de mayores intimidades para proclamarlas. Mas, al hacerlo asf, voy a ir mas Iejos en mi proposito: Es Pi1erto Rico cntero el que debe gratitud al hombre que esta creando la mejor arquitectura de la Isla. Desde que unos ingenieros militares proyectaron y disefiaron los glacis y garitas, los fosos y bastiones, las casamatas y caminos de ronda del Morro, no habfa hahido en la Isla vercladera arquitectura. Arquitectura hermosa, clara, luminosa, novisima, y por lo tanto eterna, es esta de ahora, de Henry Klumb.

-oooHenry Klumb es alem;in de origen. Nacio en Colonia el 24 de febrero de 1905. En la misma ciudad, se gradua de arquitecto en agosto de 1926. Desde 1928 hasta 1929, trabaja en Washington y en St. Louis.

Amigo, disdpulo y colaborador de! gran Frank Lloyd Wright, sera Klumb el que organice en 1931 la exposici6n del insigne arquitecto que contemplaran muchos ojos extasiados en Amsterdam, Berlin, Stuttgart, Amberes y Bruselas. De 1933 a 1943, Klumb actua en Washington, Chicago y Los Angeles, y en 1937 se naturaliza ciudadano norteamericano. Son copiosas las obras realizadas para su nueva nacion antes de llegar a Puerto Rico en 1944 y comenzar a poner su mano ilustre en la ordenaci6n urbana y en la lineacion de muchos puntos de la Isla.

Veinte afios de arquitectura pueden ser decisivos para la remodelaci6n de la fisonomfa de un pueblo, aunque la responsabilidad pertenezca a un solo hombre. Efectivamente, han sido decisivos para Puerto Rico, y s6lo hay que lamentar que no haya dos o tres docenas de Henrys Klumb para dar a la Isla la vestimenta urbana que merece. Por lo menos, el ilustre arquitecto dej6 su sello en multitud de lugares -Mayagiiez, Bayamon, Guaynabo, Santurce, Isla Verde, Catafio, etc.- que han pasado a ser prestigiosos, no solo por la belleza natural, sino por la creada, mereciendo ya hacer pasar a Puerto Rico a la categorfa de los paises antologizables por su mas que noble arquitectura. Falta hada de ello. Desde 1898, nada digno de antologia habfa sido creado. Todo aquel que alz6

un edificio en Puerto Rico lo habfa hecho sin intenci6n estetica, y, a veces, se diria que procurando su ausencia. Esto es, sin obligar a colaborar al arbol y al terreno, sin tener en cuenta las caracteristicas de suelo y cielo, sin jugar con los volumenes, sin idea de que una casa es, desde sus cimientos, una monumentalidad en potencia. Por las razones que fueren, se pens6 siempre en arquitectura de direcci6n horizontal y no vertical, y en tales razones se escudo durante muchos afios la mas horrible fealdad. Bien estaba. Henry Klumb haria una arquitectura horizontal, pero de verdadero maestro. La otra, la vertical, objeto de ridfculas prevenciones cuyo resultadb ha sido estropear para la eternidad el piano de! area metropolitana, serfa igualmente objeto de afanes por Klumb, y tambien digna de su nombre. Una vez mas, hay que lamentar que este hombre no hubiera aparecido en el claro cielo de Puerto Rico hace sesenta y cinco afios, cuando se procur6 que su capital no fuera lo que hemos dicho tenfa derecho a ser: la ciudad mas bonita del Planeta.

-oooPero no se trata aquf de trazar una monograffa de Klumb. Es necesaria, sin duda, pero no yo el llamado a hacerla. Mis prop6sitos se reducen a dar las gracias por tres de los edificios universitarios de Rio Piedras mas ligados a mi vida puertorriquefia, como son el Centro de Estudiantes, la Biblioteca y el Museo. No aseguro con ello -Mayagiiez lo atestiguaraque sean las mejores creaciones de Henry Klumb, sino que son las que han abrigado de deseada buena arquitectura mis apetencias en ese orden.

Innegablemente, de esas tres estructuras, la mas movida y articulada es el Centro de Estudiantes, toda vez que juega ingeniosamente con dos niveles distintos, acentuandolos y sacando de la diferencia inmejorable partido. Desde el exterior queda constancia de la escala tiumana y de la generosa amplitud, del vuelo y despliegue de Hneas, de la rectitud de propositos.

La diferencia de colores situa la determinacion estetica del grandfsimo arquitecto. En unas partes, el sol tropical es absorbido, en otras luce como una joya. Se advierte la cercanfa mental de Frank Lloyd Wright, del que Klumb ha sido colaborador y disdpulo. Se advierte tambien una gran preocupaci6n por el 6rden, por la medida, por el amor al espacio coordinado y dirigido. Cada piano esta corregido por otro, todo volumen mantiene su proporci6n por la correcta del siguiente. La monumentalidad esta lograda mediante una silenciosa sencillez de cosa acabada, apodfctica, no discutible. Hay en estas lineas rigurosas mucho amor, dentro de la absoluta precision de formas. Se pensaria en una preciosa maqueta que todavfa pudiera ser ampliable en suertes infinitas, lo que quiere decir, en lenguaje no s6lo de iniciados, que se trata de una 41

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arquitectura optima. Es una estructura que invita desde el primer momenta a dejarse rodear, a que le de vuelta, como invita una buena escultura. A dejarse rodear y a ser habitable. Lo es, por supuesto. El buen juicio del arquitecto ha situado todo en funcion de las corrientes de aire, haciendo innecesaria la temperatura artificial y acondicionada. El grato reparto de ambientes, la medicion de luz, el total servicio de la construccion, en una palabra certifica interiormente que la inmensa belleza del exterior no era una tramoya ni un escenario. Sin perjuicio, claro esta, de continuar siendo uno de los mas inolvidables puntos de vista del campus universitario. Dentro de esa maravilla de la arquitectura de nuestro tiempo conod las primeras noches de Puerto Rico.

Ahora, ya no sera preciso, para continuar con la brevfsima antologia de Henry Klumb, sino continuar nuestro paseo hacia la salida de la Universidad. Nos encontramos, a pocos pasos, con la Biblioteca General, bordadas de palmeras sus inmediaciones. La gallarda Roystonea Borincana merece ir del brazo de la mas hermosa arquitectura de nuestro tiempo. Ahora me explico que desde Miramar hasta Rio Piedras - feroz, brutal, criminalmente- no exista ni una sola palmera. En verdad, ¡para acompafiar las construcciones de ese desorden urbano, la palmera, y hasta el humilde platano o castafio europeo, sobraban. Pero la gloriosa arquitectura de nuestro tiempo ama los arboles, y los verdores, y los espacios naturales abiertos.

Aquf esta la Biblioteca, el querido y blanco edificio en que trabaje. Horizontal, solemne, amigo. Una retkula de compartimentaciones geometricas en cemento, hecha su contrapartida por otra retkula de hierro sohre la entrada, mas una gratfsima superficie de verticalidad convexa, mas otro muro liso, mas un entrante, mas otra superficie plana tan bien organizada como una pintura de Mondrian, constituyen la gran fachada. 1Como conforta este buen orden, como respalda al siglo en que vivimos, en que insigne modo nos proporciona la seguridad de estar viviendo un estilol No seria necesario pasar del exterior para disfrutar de la idea abstracta de que nos hallamos ante una obra maestra, yo dirfa que ante una estructura perfecta. Pero debemos franquear la entrada para obtener todo lo que el edificio brinda. Da lo que promete, da mas inclusive. La Biblioteca es grandfsima, y el genio del autor ha jugado con el espacio de modo magistral. Los libros no estan protegidos - y los lectores tampoco- del .duke exterior sino por la propia naturaleza. No hay vidrieras, no rejas. Se ha contado, como en el edificio anterior, con la colaboracion de la brisa. Se ha quebrado el sol, se ha eliminado la lluvia, y todas las inconveniencias climaticas desaparecen ante el buen juicio del que no se limita a ser artista, sino que acompafia este don de las mejores

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previsiones practicas. Consiguientemente, se extrae el maximo de posibilidades de la luz natural, y se reduce al mfnimo la artificial. La querida Biblioteca de la U niversidad de Puerto Rico es una estructura viva, atenta al proposito de servir al lector con sus mas prodigos cuidados. Si esto, la belleza unida a la intension U.til, a la funcion, no es arquitectura funcional, no se que otra cosa pudiera merecer este nombre.

Unos pasos mas, y encontraremos el Museo de la Universidad. Desdichad!J.mente, esta tercera obra maestra de nuestra antologia klumbiana no esta conclusa de acuerdo con el plan inicial. Y hasta he ofdo de I.a mala idea de convertirla en escuela primaria. 1No, no, .cien mil veces no! Como museo nacio, como museo debera seguir y deberia completarse. En tono un poco menor, su exterior continua los mismos ritmos de la Biblioteca, con identica nobleza y con .semejante porte a la vez hermetico y acogedor. Mas, en este caso, la pieza de total acierto es el patio. <Que decir de el sino que es una de las versiones mas atinadas que conozco del claustro medieval traducido a la esencial estructutacion de nuestro tiempo? Pocas lineaciones hay en la descendencia estetica de la escuela de Frank Lloyd Wright tan afortunadas como esta. La logica absoluta de techos y apoyos, el ritmo repetido de columnas y de apoyos horizontales, el recorte de vanos, la siempre feliz colaboracion de verdores, todo, en suma, asegura lo feliz del concepto. El sol tropical subraya luces y sombras siguiendo con toda docilidad los designios del gran arquitecto, y ya no falta sino otra colaboracion, la de la escultura, para integrar una plenitud que merece ser intocable. En este caso, la arquitectura se completa con la escultura de Balossi, pero resulta ser de lfneas tan inicialmente clasicas que el mismo exito podria ser asegurado con el clasico que deseeis, con Donatello o con el caballero Lorenzo Bernini. Cuando la arquitectura es hermosa y de buena ley, admitira toda buena compafiia, sea del siglo que fuere. Esta es la categoria principal de la obra de Henry Klumb; por cima de su contemporaneidad, de su proposito de tener siempre en cuenta la individualidad puertorriquefia y tropical, es - no lo olvidemos- buena y optima arquitectura.

No otra cosa necesital?a el area metropolitana de Puerto Rico, tan azotada cual esta por uno de los males mas temibles que pueden dafiar una ciudad, los de la improvisacion y la alegre anarquia constructiva, o, por mejor decir, destructiva. Tardia leccion de arquitectura, esa es la desdicha. Pero, para el que desee entender, mas vale tarde que nunca. Aunque ya no pueda ser la capital de Puerto Rico, como deberia haber sido, la ciudad mas bella del Mundo. Lo que eq adelante tenga de hello se debera a creadores de la dimension de Henry Klumb. A quien - conste bienno conozco.

Los "Diahlitos" Negros de Puerto Rico* Por FERNANDO ORTIZ

A MEDIDA QUE EN TODA LA AMERICA LATINA

EX· tienden los estudios antropol6gicos y en especial los del folklore, se van teniendo noticias de muy curiosas supervivencias de pasadas culturas, cuando aqui se entremezclaban las poblaciones de muy diversas oriundeces que contribuyeron a la formaci6n aluvional de los pueblos americanos. Algunas costumbres centenarias y ex6ticas se mantienen tenazmente; pero muchas de estas han perdido SU prfstina significaci6n, y lo que era el trasplante de una instituci6n social de secular arraigo y trascendencia colectiva en su pais de allende, ha pasado a ser en America una simple tradici6n pintoresca y evanescente, sostenida s6lo como divertimiento pueblerino o expansi6n de la muchachada.

Los episodios de las multiples transculturaciones experimentadas en los paises de America, donde se junta· ron en sus arremolinadas confluencias sendas y viejas culturas de tres mundos, de Indoamerica, de Eurasia y de Africa, han sido muy varios y muchos de ellos pueden ser observados todavia. Tai ocurre, por ejemplo, con los llamados diablitos, a cuya existencia y funci6n han contribuido los blancos, los indios y los negros.

Los blancos conquistadores de America ya en sus ciudades conodan los diablitos y los sacaban a la calle en varios autos y fiestas de iglesia, y sobre todo en la procesi6n del Corpus Christi, a cuya cabeza iban individuos disfrazados de demonios, vestidos de negro y rojo, con caretas cornudas de facciones luciferinas, los cuales abdan paso al cortejo procesional, dando golpes y vejigazos a la multitud apiiiada y a la chiquilleria, para quienes los diablitos eran ocasi6n de algazara.

Cuando los espaiioles conquistaron el Nuevo Mundo, trajeron los cultos religiosos de su tierra, y con ellos sus diablitos, y tratando de fundir los ritos populares SE

de alla con los practicados por los indigenas, transformaron algunos de estos, readaptandolos a las significaciones y simbolismos de Castilla. En Mexico, Centroamerica, Peru y otros paises de numerosa indiada aun se conservan muchos casos de estos reajustes y mesti· zajes. Pero quienes con mas entusiasmo aceptaron la funci6n de diablitos en los dias de regocijo publico, asi en el Corpus como en los Carnavales, fueron los negros africanos, desgarrados de su patria, pero manteniendo vivos sus ritos pantomimicos, donde eran comunes las figuras representativas de los espfritus ante· pasados y de los numenes tribales, que los cristianos interpretaron genericamente como «diablos•. No s6lo en toda su America tuvo Espana negros diablitos; tambien los tuvo en la Peninsula aun antes del gran descubrimiento hecho por Crist6bal Col6n en el mar Oceano.

Aun hay diablitos en America. Acaso sea en Cuba donde algunos de ellos conservan con mayor integridad sus africanos ritos y funciones; pero los diablitos negros de Cuba, que siglos atras danzaron tambien en la fiesta del Corpus, no estan ahora relacionados con l~s ceremonias eclesiasticas y s6lo se hacen presentes en los ritos afroides de sus propios grupos secretos. En cambio en Venezuela Ios diablos son todavia personajes in· dispensables en muchas fiestas de Ios Santos Patronos.

Y ahora un joven antrop6Iogo puertorriqueiio, Ricar· do E. Alegria, nos descubre Ia existencia de diablitos en un pueblo de su bella isla, donde por diversas ra· zones las influencias africanas se han esfumado mas que en las otras antillas. EI estudio del profesor de • Este trabajo fue escr!to como pr6logo al libro: "La Fiesta de Santiago Ap6stol en Lo(za Aldea, Puerto Rico", de Ricardo E. Alegria. Colecci6n de Estudios Puertorriqueiios, Madrid, 1954.

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Rio Piedras es un interesante aporte a Ia bibliograffa afro-americanista, y aigunos de los hechos que registra son excepcionales.

Se trata de la Fiesta de los Santiagos, que se celebra cada afio en Lofza Aldea con procesiones y otros ritos eclesiasticos y con la concurrencia de diablitos y otras mascaras. Sin duda, se trata de una festividad popular nacida por sincretismo afrohispano. Lo espafiol esta en ella significado principalmente por el Santo, que es el Patron de Espana, el folklorico Santiago~ guerreador, y por las mascaras de caballeros que acompafian a las procesiones. En ese aspecto la fiesta puertorriquefia recuerda las representaciones de moros y cristianos, que todavfa figuran en el folklore de algunos pueblos indohispanos del Continente. Y los vejigantes son tambien espafioles por nombre y tradicion, aun cuando en Lofza ya no usen vejigas y estas se sustituyan por simples cartuchos de papel. E hispanas son tambien las carreras de caballos, ostentando los jinetes sendas banderas, como en antiguos torneos.

Por otro lado, son escasos los elementos rituales, plasticos, musicos y coreograficos que sean de caracter inequivocamente africano. Las orquestas que acompafian las procesiones de Lofza se componen de bombas, panderetas, bongos, maracas, guicharos, palillos y guitarras, y sus toques son de bombas y plenas. En aquellos y estos pudieran sefialarse influencias negroides; pero tales instrumentos no son peculiares de la fiesta, y si participan de su musica es porque estan ya consustanciados con el arte folklorico de Puerto Rico en general. Esos instrumentos se tafien alH por puertorriquenos y no precisamente por afroides.

Los mismos diablitos visten como los demonios de los blancos de Europa, con vestuario extravagante que recuerda al murcielago, mamifero misterioso por lo volatil y nocherniego. Aunque llevan cuernos, no puede decirse que por eso solo sean recuerdo de algunas figuraciones rituales de Nigeria. El euroasiatico Satanas es un ente cornigero, como sus progenitores, los faunos capricornios de la mitologfa precristiana. Sin embargo, en algunas mascaras parece conservarse la inspiracion de los artistas de Guinea. Son aquellas las mas terrorificas, en que, ademas de los cuernos diabolicos las caras parecen estar algo deshumanizadas por la forma insolita de sus bocas, ojos y demas facciones y por mucha intervencion del color blanco en la pintura de los rostros. El blanco no se usa para los demonios conocidos en Castilla, pero si es el color usual de los muertos en los ritos funerarios de los negros africanos y en sus sociedades secretas. La misma variedad incontable de tipos faciales en las caretas de los vejigantes y enmascarados de Lofza, cuya coleccion serfa de interes para la estetica folklorica afroantillana, parece traducir la inventiva de los imagineros africanos, que

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se manifiesta en el esplendor simbolista de Ia piastica negra, insuperable en ese arte de representar los entes tremebundos de la invisible vida sobrenatural.

En Cuba se conservan aun, si bien muy enrarecidos, ciertos ritos funerarios de los negros africanos y alguna vez aparecen figuras de Egun o Egungun, oriundas de Guinea. Pero la figuracion de esta enticiad mitologica no es uniforme; tambien en Africa varfa mucho, de manera que esas mascaras de Lofza se refieren mas que a «diablos», en el sentido catolico del vocablo, pues los africanos no creen en seres sobrenaturales esencialmente malignos, a representaciones pantomfmicas de los antepasados, cuyos fantasmas apa· recen bajo conjuro a compartir las fiestas tribales con sus descendientes, una vez al afio, en ocasion de las liturgias sacromagicas favorecedoras de la fecundacion agraria y humana. Esto pudiera quiza reflejarse tambien en la fiesta carnavalesca de los Santiagos, por verificarse el fin de las zafras o cosechas, como ocurre en Santiago de Cuba, y por la abundancia de matrimonios y bautizos que se celebran en dicho dfa.

Lo afroide de la fiesta anual .de Lofza, aunque menguado, parece indudable. Son los negros -dice Alegria- SUS mas entusiastas y fieles mantenedores desde que esta se establecio, hace mucho, en «los tiempos en que Dios andaba por el mundo», como ellos dicen. Lofza fue un tiempo la poblacion puertorriquefia de mas negros, mas del 85 por I00 de SUS habitantes, en el corazon de la region cafiera. Ignoramos las causas historicas de la fundacion de Lofza Aldea como nucleo de poblacion negra; pero el hecho puede compararse con algun otro caso semejante ocurrido en el Continente -por ejemplo, en Mexico-. Ello pudo significar a la vez cierto deseo discriminatorio que separaba de los poblados blancos a los negros libres y quiza a condescendencia con el anhelo de algunos grupos negros, que preferfan su aislamiento aldeaniego a una convivencia urbana para ellos humillante en cierto modo. La creacion de esa aldea negra pudo ser premio o concentracion precautoria de una masa de negros libres en una zona de grandes plantaciones cafieras. Precisamente la escasez de rasgos ostensiblemente africanos nos induce a pensar que ello debiose a uno de esos curiosos fenomenos de transculturacion que ocurren, por razon de premeditado mimetismo defensivo, cua.ndo una gente, oprimida por el contraste entre SU cultura exotica y Otra presente y dominante, quiere evitar la friccion constante y depresiva en el ambiente hostil al cual tiene que ajustarse y trata de renegar extensamente de su pasado malvisto a cambio de conservar hajo formas nuevas el rescoldo de sus mas entrafiables tradiciones. Por debajo de esa desafricanizacion, algo de etnica negrura puede advertirse en Lofza.

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La advocacion del Espiritu Santo, que originariamente tuvo la iglesia de Lofza Aldea, nos recuerda que un templo de igual nombre fue el destinado en La Habana a las cofradfas de los negros esclavos y que en los cabildos de negros dahomeyanos, que en Cuba decimos araras, se rinde culto a la Paloma Blanca del Espiritu Santo, como sfmbolo supremo de su sincretismo mimetico con la cristiandad.

Santiago a caballo y blandiendo una espada es el Santo Matamoros del folklore espafiol; pero es tambien la representacion mimetica del dios guerrero de Ios afroantillanos, el Ogun de los yurubas y dahomeyanos, el Zarabanda de los congos. Doquiera que los negros hallaron viva en America la devocion catolica de Santiago, Io asimilaron a su dios en la guerra. En Haiti, Ogun fue el dios de la independencia nacional y sus emblemas y colores estan en el escudo y la bandera de esa Republica. En Santiago de Cuba el patronfmico de la ciudad en la santerfa es Ogun, como lo es San Pedro en el resto de la isla, por la razon, segun dicen, de que ostenta unas Haves que son de hierro, segun los conocedores de la simbolica cerrajerfa celestial. En las Antillas inglesas Ogun es San Jorge, en guerra con el dragon del Averno.

Aparte de la citada ascendencia castellana, el culto a Santiago tuvo en America y en Africa precedentes hispanicos, si no en cuanto a la figura del Apostol, sf tocante a la sagrada significacion de su fecha, el 25 de julio. Segun observaciones astronomicas de los indios chortis, de Guatemala, que tan profundamente han sido recientemente estudiados por Rafael Girard, en ese dfa del afio (que la Iglesia consagra a Santiago en su calendario) la trayectoria de la eclfptica o via del sol forma en el cielo una cruz con la Hamada V la Ldctea, que en Espana suele ser tambien conocida folkloricamente por Camino de Santiago. El sol se mueve de este a oeste y la gran galactica corre aproximad~­ mente de norte a sur; cuando llega el 25 de julio, las dos vfas celestes se cruzan perpendicularmente. Este cruce celestial, aunque referido generalmente a los puntos cardinales es tambien frecµente en las cosmogonfas mitologicas de los negros de Guinea. A los negros afroboricuas les bastaba, sin duda, fijarse en la representacion cristiana y espafiola del guerreador Santiago; pero indudablemente ellos encontraban en su mitologfa, de oscuro abolengo, otra base astronomica para valorar como dfa sacro el santiaguista 25 de julio.

Tambien de tradicion africana parecen ser las tres cofradfas que comparten los festejos de Lofza. Alli se recuerdan tres Santiagos, tres imagenes distintas: el Santiago de los hombres, el Santiago de las mujeres y el Santiaguito de los nifios. Con esto parecen mantenerse. los ancestrales y ultraatlanticos agrupamientos sociales por edades y sexos, cada uno con sus funcio-

nes. Los hombres son los diablitos, los cuales, como en Africa, aterrorizan y persiguen a mujeres y nifios. Las mujeres en Lofza tienen su Santiago exclusivo de ellas y su funcion especial bien pudiera corresponder a la transformacion de una de tantas sociedades secretas femeninas, en Puerto Rico transformada en cofradfa.

Los nifios, con su Santiago, pudieran ser la cristianizacion de una sociedad de ritos iniciatorios, de los que Van Gennep llamo de passage, de la puericia a la pubertad. Ademas, entre las mascaras estan los viejos, los sobrevivientes en America de los ancianos u ogboni de la tribu. Estas divisiones y agrupaciones de las gentes de cada tribu por sexos y edades son muy caracterfsticas del Africa Occidental.

Los saludos pantomfmicos de las imagenes de unos santos a otros son tfpicos de las antiguas procesiones populares de Cuba, donde los cargadores eran fornidos mocetones de «color•. Esos no solamente avanzaban por las calles con su pesada imagen a hombros, llevando un paso rftmico algo danzario, que se reflejaba en los movimientos de la Virgen, sino que al llegar esta frente a la casa de su camarera mayor o al enfrentarse con la imagen de Jesus, hadan que aquella se inclinara varias veces como en saludo o reverencia. Asf las imagenes se movfan como animadas internamente por una vida; se animatizaban, como hoy pudiera decir un antropologo. Recordamos que hace pocos afios asistimos en Sagua la Grande a la fiesta de San Francisco de Asis, llamado por los congos Taita Pancho Kunalumbo, y al pasar ante la iglesia parroquial la imagen del Poveretto asisiano, llevada en alto por un moreno, ella iba inclinandose a diestro y siniestro en honor de los concurrentes conocidos y frente a la puerta se moyio en rapidos saltitos y vueltas y revueltas, como en un alegre bailoteo. La imagen franciscana tenfa el santo subio, como dedan sin irreverencia alguna; es decir, estaba posesa por el espfritu del Santo mismo. El negro africano, llevado por su emotiva expresividad, no quiere que su imagen sea un mero sfmbolo estatico; cuando la tom;i. en sus manos la mueve como si estuviera avivada, para simular la real interesencia del ente sobrehumano en su figura y su dinamica participacion en las ceremonias danzarinas o ritos ambulatorios ·que se celebran en su honor. En Santiago de Cuba era muy popular la procesion del Santo Encuentro, donde la Santisima Virgen iba en busca de su Rijo ]esucristo, que en otra procesion salida de distinto templo recorrfa su Via Crucis o camino del Calvario, y al llegar a cierta encrucijada las imagenes se encontraban, se saludaban y luego segufan juntas hasta la catedral.

El sacristan de Lofza-dice el profesor Alegria-, con un trozo de hierro, golpea las rotas campanas.

Esto puede ser un recurso de circunstancias; pero es tfpicamente afroccidental el instrumento de hierro

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acampanado y sin badajo que se toca mediante percusion externa con una baquetilla. El ek6n, ogdn o elona se halla con distintos nombres en los ritos afroamericanos y hoy forma parte de las orquestas folkloricas de Cuba, Haitf, Brasil y otras regiones pardas de nuestra America. cEse campanero en su repiqueteo usa r itmos afroides, como a menudo acontece en Cuba?

Esas mujeres locas barriendo con sus escobas las calles y los balcones de Lofza parecen realizar aleg0ricamente la funcion de la limpieza de la cosa mala, rito lustral que se hace anualmente en muchas aldeas africanas y que en Cuba, al dar las doce del dfa fi_n del afio, aun suele practicarse en algunos barrios pobres, donde la gente angustiada y supersticiosa pretende de ese modo espantar la salaci6n, el fi.eque, el bilongo y cualquier otra forma de malignidad magica que les .da desasosiego.

Acaso sea Puerto Rico la nacion antillana menos influfda-hoy dfa por las ya lejanas oleadas inmigrato¡

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rias de la trata negrera, cuyo origen aun se quiere atribuir injustamente a la glor iosa personalidad hispanica de Fray Bartolome de las Casas; pero, sin duda, en su musica, en su vocabulario, en su psicologfa, la isla recibio la huella amorosa y cultural de la gente morena. Pensamos que en Puerto R ico aun queda algo por estudiar en ese aspecto, y este meritorio y original trabajo del profesor Alegria nos reafirma en nuestra creencia. El autor tiene preparacion, gusto, paciencia y juventud para ofrecernos el fruto de nuevas investi¡ gaciones. 1Las auguramosl Solamente la intensificacion del conocimiento cientffico y realista de nosotros mismos puede darnos la base objetiva para una acertada autocrftica y un fortalecedor autoestfmulo, necesarios para sacudir los complejos inferioristas que con frecuencia nos deprimen y sofrenan nuestros progresos. En la ciencia esta la luz que puede iluminar nuestros destinos mas alla de las cortinas de humo y prejuicios que a menudo entenebrecen la conciencia.

Pdginas de Nuestra Literatura

Bailes de Puerto Rico Por MANUEL A. ALONSO

ANTES DE LLEGAR AL OBJETO PRINCIPAL DE ESTE artkulo, dire cuatro palabras sobre el origen e historia del baile, tomadas de dos publicaciones recientes, de Madrid la una, y la otra de Barcelona.

El baile es tan antiguo como el hombre, puesto que en si no es otra cosa, que un modo de expresar sensaciones por medio de variadas actitudes y movimientos: este es el baile en su origen, que, generalizandose despues, llego hasta formar parte del culto religioso; conociendose con el nombre de danza sagrada la que en sus ceremonias usaban los Judios, Egipcios, Griegos y Romanos; continuo siempre en los regocijos publicos y de familia, de suerte que, por la suntuosidad de ellos era facil conocer el poderio y grandeza de una nacion, y la opulencia de los particulares.

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â&#x20AC;˘ El doctor Manuel A. Alonso Pacheco naci6 en San Juan (seg1'm otros en Caguas) en 1822, hijo de padres espafioles. Recibi6 su instrucci6n secundaria en el Seminario conciliar de San Juan. Disdpulo y protegido del Padre Rufo Manuel Fernandez, curs6 luego en Barcelona la carrera de medicina, graduandose en 1849. Junto con otros estudiantes puertorriquefios edit6 en esa ciudad el Album puertorriqueiio (1844) y el Cancionero de Borinquen (1846) , obras que junto con los Aguinaldos puertorriquefios de 1843 y 1846, marcan el comienzo de la literatura puertorriquefia. En 1849 public6 su libro El gibaro, obra de gran valor para el conocimiento de nuestro campesino y que inicia uno de las temas mas fecundos de nuestra literatura.

Alonso ejerci6 su profesi6n en Puerto Rico y en Espana y fue par varios afios Director de la Casa de Beneficencia de San Juan, ciudad donde muri6 en 1889.

La obra de Alonso ha sido objeto de estudio par muchos de nuestros m as distinguidos escritores par la significaci6n que tiene para el conocimiento de la personalidad puertorriquefia.

Los Atenienses introdujeron el baile en el teatro, apenas nacido este; siendo en el, primero alegorico, despues historico, y ultimamente tan variado como la trajedia y la comedia. En varias naciones, sobre todo entre los Romanos, llego a un grado tal de perfeccion que parece fabuloso, no desdefiandose de bailar las personas mas graves y de mas talento. A Socrates gustaba mucho bailar un baile llamado el Menfilico; Platon fue agriamente censurado porque rehuso tomar parte en uno que daba Dionisio de Siracusa, Aristipo fue muy aplaudido porque, hallandose preâ&#x20AC;˘ sente, dejo su manto y danzo muy bien delante del Rey. Caton el censor tomo un maestro a la edad de cincuenta y nueve afios para repasar los bailes que habia aprendido cuando joven.

La invasion de los barbaros destruyo el baile junâ&#x20AC;˘ to con las artes y las ciencias, que reducidas a la nada hasta pasados algunos siglos, renacieron otra vez, y con ellas el baile, para irse elevando hasta el punto en que se halla hoy en los Teatros de las primeras capitales del mundo civilizado.

Los bailes nacionales espafioles se deben, segun el parecer de J ovellanos, a los Sarracenos, y de algunos de ellos toman origen una parte de los de PuertoRico, como veremos mas adelante.

Todos los pueblos tienen bailes acomodados a SU gusto, clima, civilizacion y costumbres; distinguense los de los negros de Africa por sus evoluciones guerreras, por su lubricidad, 6 por sus movimientos de dejadez y abandono; los de los Chinos por sus grupos dificiles, de equilibria y vistosos, y los de los salvajes de America por la voluptuosidad, y por su variada expresion, que era tal, segun los viajeros e historiadores, que cualquiera podia conocer facilmente por ella la pasion que la danza queria expresar.

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Conquistada y poblada gran parte del NuevoMundo por los Espanoles; era forzoso que adquiriese sus costumbres, y con ellas muchos de sus bailes nacionales; guardando estos toda su pureza, 6 adulterandose segun el sitio en que habian de ser aclimatados.

En Puerto-Rico hay dos clases de bailes: unos de sociedad, que no son otra cosa que el eco repetido alH de los de Europa; y otros llamados de garabato, que son propios del pais, aunque dimanan a mi entender de los nacionales espanoles mezclados con los de los primitivos habitantes; con6cense ademas algunos de los .de Africa, introducidos por los negros de aquellas regiones, pero que nunca se han generalizado, Ila· mandoseles bailes de bomba, por el instrumento que sirve en ellos de musica.

Entre los bailes de sociedad son los mas usados la contradanza y el wals; la primera es la contradanza espanola, conservada mucho mejor que en Espana; sus figuras tienen la misma variedad que en su origen tuvo dicho baile, y sus pasos adquieren mayor en· canto con la gracia de las hijas del Tr6pico: es imposible seguir con la vista los movimientos de una de aquellas morenitas de mirar languido, cintura delgada y pie pequeno, sin que el corazon se dilate queriendo ~alir del pecho. La contradanza americana es el baile mas expresivo que pueda imaginarse, es un verdadero poema de fuego y de imagenes seductoras, es una palabra, la historia de un amor afortunado. (1) Empieza la d,anza... La bella es solicitada por un amante, que, cualesquiera que sean los obstaculos, halla siempre el medio de encontrarse con el objeto de su carino, las diferentes figuras representan muy al vivo los inconvenientes de parte de unos, y la proteccion de otros: en el principio, apenas se acercan, vuelven a separarse, cada vez se detienen algo mas; las manos del j6ven toman las de su querida, toca sus brazos, su cintura, y por fin, unidos estrechamente, se entregan al placer en medio de to· dos sus companeros, que celebran con igual regocijo la union de dos seres que se adoran. 10h hijas de mi patrial nadie os iguala en el baile, nadie derrama como vosotras ese raudal de fuego puro como vuestras frentes, ni esa voluptuosidad encantadora que solo nace en nuestro clima.

La musica, que no contribuye poco a la ilusion, es un conjunto de ecos, tan pronto melanc6licos, plafiideros y sentimentales, como elegres, agudos y estrepitosos; es creacion del pafs, y a veces eligen los compositores temas de una cancion popular, sirvien· do no pocas de pretesto algun suceso mas 6 menos

(1) La danza Puerto-riqueiia es hoy una cosa muy distinta; solo los viejos recordamos la que se usaba en 1842.

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ruidoso para la compos1C1on de una danza que des· pues lleva SU nombre. He oido a profesores bastante acreditados de Europa, que no les gustaba dicha musica; uno de ellos toc6 al piano delante de mi una contradanza muy bonita, y no pude menos que pensar, que tal como el la tocaba era imposible que gustase; ejecut6la despues una senorita de Cuba, que no poseia mas que medianamente aquel instrumento; y apenas la hubimos oido, cuando dfjome el profesor: cSabe V. potque he escuchado con placer a esa senorita? Figurese V. un extranjero que posea perfeqamente el ca~tellano, y que estando en Madrid, p'or ejemplo, le diesen a leer una de esas composiciones chistosfsimas escritas en lenguage andaluz por Rubi u otro de nuestros buenos poetas; seguro estoy de que le gustaria muy poco el cambio, supresion y adicion de letras, la novedad de palabras, y otras cosas que en ella encontraria; pues bien, el mismo extranjero, si le llevasen por la noche al teatro y viese represen· tada por buenos actores la misma pieza, se destornillaria de risa y aplaudiria como un loco; a mi me ha sucedido otro tanto, era preciso que oyera una contradanza tocada por una hija de las Antillas para poder apreCiar ese genero de composicion.

- cY ahora la tocaria V? -Si lo intentase, por mas reglas que yo sepa, y por mas ejecucion que tenga, me hallaria en el caso del extranjero que he citado antes, si pretendiera al otro dia imitar la ejecucion de la pieza andaluza.

El wals, igual al de todas partes, es en Puerto-Rico el companero inseparable de la contradanza, y se mira como su consecuencia necesaria; la j6ven que promete una contradanza sabe que tiene que bailar el wals con el mismo sujeto.

El rigodon es tambien muy general: serio, pausado y aristocratico, conserva las mismas cualidades bajo el sol de las Antillas que bajo los hielos del polo.

Todos los demas bailes que recorren la Europa con alguna aceptacion, Began tambien a la Isla, y duran poco 6 mucho segun el gusto con que son recibidos; asi hemos visto en unos cuantos anos la Galop, la Mazurka, el Britano, el Cotillon, la Polka, etc.

Los bailes de Sociedad son en Puerto-Rico casi iguales, en cuanto a las reglas que en ellos se observan, a los que yo he visto en Espana, aparte algunas modificaciones que no bastan a darles un caracter particular. Hay entre ellas la que he dicho de tenerse el wals como un apendice de la contradanza, la cual ejerce sobre el el derecho de senalarle las parejas. Esto tengo para mi que debi6 en otro tiempo ser una prueba que mutuamente se daban los danzan· tes del placer que habian tenido en la contradanza, que despues, a fuerza de repetirse, ha venido a ser una

ley sancionada por el uso, y como otras muchas leyes, no deja de causar algunos sinsabores: y sino, fi:gurese el lector una joven hermosa y bien educada, a quien se le descuelga con la pretension de bailar con ella un correografo bisono, sin pelo en el labio superior, que se pone como una grana al dirigirle la palabra, y que al contacto de su mano, y al observar las agitadas palpitaciones de su seno, siente que le zumban los oidos, y no puede seguir el compas; preciso es que la nina no le desaire, porque la ley de urbanidad es en este punto inflexible; y harfa una ofensa que nunca perdona el que esta en la edad de las sensaciones nuevas y desconocidas. Suena la musica, y empieza entre los dos un movimiento igual al de dos manos de pilon que dan alternativamente en el grano, subiendo la una cuando baja la otra y vice-versa; de este modo, tropiezo aqui, risada alla, apreton aculla, y fastidio en todas partes~ llegan al final, y cuando la senorita empieza a reponerse de tanto percance, 6yense de nuevo los instrumentos, y es preciso volver al martirio.

No digo nada si es un joven al que le toca por companera una prima de su adorado tormento, amiga de su hermanita, 6 recomendada por su mama 6 la senora de la casa y que yo pudiera pintar muy bien; pero no quiero, porque tengo en mucho el aprecio del hello sexo (sin excluir aquella parte de el a quien no Cuadra el adjetivo): no me detengo mas en esto, y varilos a otra cosa.

La colocacion es tambien en lo que mas se repara: ~inguno permite que otro se le ponga primero en la contradanza, despues de haber ocupado su lugar, sin que medien razones muy poderosas, lo cual me parece muy en el orden, y es un modo de expresar que entre personas distinguidas deben de ser iguales y redprocas las atenciones. Uno solo empieza a bailar, que es el primero, y a medida que desciende hasta el otro extremo de la sala, le siguen por 6rden rigoroso los que vienen despues de ,el; al reves de lo que he visto en otras partes, dohde, con motivo de empezar todos a la vez, ningun lugar es preferente; mas resulta una confusion que dura tanto como dura la musica. Entre la variedad de figuras que se usan, nadie puede variar tampoco la que puso el que empez6, y solo puede hacerlo el mismo, cuando vuelve a ocupar a SU lugar primitivo.

He aqui lo unico en que varfan en aquella Isla los bailes de sociedad, 6 de la clase mas acomodada; en.. cuanto a lo demas nada tienen que envidiar a los mejores que se dan (no siendo en una corte) en cualquier otro lugar, pues reunen las condiciones de cortesanfa y elegancia en los concurrentes, y riqueza y buen gusto en los adornos de trajes y edificios: son notables los que dan las corporaciones, siempre que hay un motivo digno de las grandes sumas que in-

vierten en ellos, y muchas veces hasta los particulares rivalizan en ofrecer con todo lujo esta diversion, que es la primera en el pais.

Los bailes de garabato son, como he dicho, varios, y traen su origen de los nacionales espanoles y de los indigenas, de cuya mezcla ha resultado un conjunto que revela claramente el gusto de unos y otros; asi en las cadenas y en el fandanguillo cualquiera reconoce una degener'acion de las seguidillas y del fandango; al paso que en el sonduro tambien se ve algo, del zapateado, junto con mucho de aquel furioso vertigo, que pareda transformar en otros a los indios que pasaban dfas enteros sentados sobre sus tobillos.

Ademas del fandanguillo, cadenas y sonduro 6 matatoros hay el seis y el caballo, que completan el repertorio de los bailes de garabato. EI primero es el fandango espanol, aunque en obsequio de la verdad tengo que confesar, que asi como la contradanza ha ganado mucho, este ha perdido y no poco; los pasos son ejecutados con mucha menos soltura y gracia, los pies de las bailarines no se deslizan sobre el suelo con la suavidad que fuera de desear, sus cuerpos conservan una rigidez, que sobre parecer afectada, se aviene muy mal con el aire y tono de la musica y los brazos, que tanta gracia anaden a cualesquiera posicion del cuerpo, son en algunos molestisimos apendices que no saben donde colocar; en una palabra, el fandanguillo es una planta mal aclimatada.

Las cadenas, derivado de las seguidillas, pero no un engendro contrahecho y raquitico, sino un renuevo vigoroso y lozano, que yo comparo a una hermosa mestiza, son el baile mas animado y vistoso de cuantos pertenecen a esta clase; toman parte en el uno 6 varios grupos de a cuatro parejas, las cuales hacen un numero convenido de figuras hermosisimas, y ejecutadas con tal precision y soltura que nadie conocerfa alli a los envarados y frios danzantes del tandanguillo; cruzanse velozmente en variadas y opuestas direcciones, enlazanse formando grupos siempre agradables, y mudan en un instante infinitas veces de lugar, viniendo siempre al mismo de donde partieron. Nada hay que pueda pintar el alegre regocijo de los campesinos como las cadenas. La rr.usica es muy animada a la par que sencilla, el canto con que la acompanan sumamente expresivo, y SU letra, no puede hacerse de ella mejor elogio que el decir que son seguidillas, muchas de las cuales he oido en Espana; y que los glbaros, sin saberlo, cantan a veces versos de Iglesia, y de otros no menos celebres ingenios.

El son duro es una especie de zapateado, pero con tales arranques de entusiasmo, que no solo baila la pareja unica que esta en el centro de la sala, sino que hace mover a cuantos hay en ella; cruje la tablazon del piso; y aquel estrepitoso repique de pies descalzos con un dedo de suela natural, 6 bien calzados

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con zuelas llenas de clavos, se hace oir en el silencio de la noche mas lejos que los instrumentos, que por cierto no alborotan poco. Todo este ruido lo hacen un par de pies, que son los del varon, pues que la hembra no tiene en el ninguna parte; vanse relevando a medida que se cansan, y asi no es extrafio oir por mucho tiempo un rumor que parece imposible que lo cause un solo hombre.

El seis, aunque en rigor deben bailarlo seis parejas, yo he visto muchas mas: colocanse las mujeres frente a los hombres en hilera, se cruzan varias veces, zapatean un poco en ciertos compases marcados por la musica, y terminan valsando, lo mismo que en la contradanza. Despues de las cadenas, el seis es de los bailes de garabato el que mas gusta, porque no es atronador como el sonduro, ni frio como el fandanguillo y el caballo.

En este se colocan dos parejas de modo que estando la mujer frente a SU compafiero, tenga a la izda al de la otra que esta delante de el: toda la dificultad esta en unos pasos muy sencillos y poco variados, y en cruzarse y cambiar de pareja sin toca:t:se nunca las manos; para un extrafio es baile que tiene poca gracia.

Los instrumentos musicos son tambien dignos de que se hable de ellos: forman una arquesta completa una bordonua, un tiple, un cuatro, un carracho y una maraca. La bordonua es una guitarra de grandes dimensiones, hecha toscamente, y a veces sin mas herramientas que un cuchillo 6 una daga; la madera es de varias calidades, excepto en su tapa que es de yagrumo, una de las mas blancas y ligeras que se conocen. El tiple es en un todo igual a esta, sino en su tamafio, que es mucho menor. El cuatro es un termino medio entre los dos, y se distingue porque remata en dos angulos su mitad cercana al brazo, a diferencia de la otra que es redonda como en la bordonua. El carracho, giliro 6 calabazo, es una calabaza larga, bien madura y seca, con surcos transversales algo profundos, sobre los cuales se hace pasar con mas 6 menos fuerza un palillo de madera muy fuerte; para que el sonido sea mas intenso, tiene una abertura en la parte opuesta a la de los surcos, y se toca sosteniendole con la mano izquierda y ma-

nejando con la derecha el palillo de que ya he hablado. La maraca es una jigilera atravesada con un palo, y que contiene en su interior una porcion de granos duros y pequefios; agitandola con la mano derecha, con la cual se tiene por el palo que la atraviesa y sirve de mango, produce un sonido con que se acompafia al de los demas instrumentos.

Los bailes de garabato tienen sus reglas, que se observan con todo rigor, y que nadie que toma parte en ellos esta dispensado de guardar extrictamente.

Aunque, como he dicho, son propios de la gente de la clase inferior y del campo, algunas veces he visto bailar en ellos a personas muy distinguidas. Una pisada, un empujon, los celos de un enamorado, la sonrisa de un expectador, y otras cosas semejantes dan lugar no pocas veces a que se concluyan a cuchilladas; al paso que todos, cuando no hay alguno de estos motivos, se complacen y obsequian mutuamente con la mayor franqueza, teniendo siempre la¡ preferencia los forasteros sobre los del lugar en que se da el baile; en una palabra, aquellas buenas gentes guardan todas las atenciones y finura compatibles con su clase, sus habitos y educacion.

Tales son los bailes de garabato: los de los negros de Africa y los de los criollos de Curazao no merecen incluirse bajo el titulo de esta escena; pues aunque se ven en Puerto-Rico, nunca se han generalizado: con todo, hago mencion de ellos porque siendo muchos, aumentan la gran variedad de danzas que un extranjero puede ver en sola una Isla, y hasta sin moverse de una poblacion.

Inutil seria entretenerme en probar que esta variedad depende de la posicion geografica que acumula alH individuos de tantas naciones, cada una de las cuales introduce usos que se arraigan mas 6 menos, segun el influjo que ellas tienen en el pais, y asi concluyo manifestando que, fuera de los bailes publicos y de gran espectaculo de los teatros europeos, que no puede haberlos porque el teatro esta cerrado la mayor parte del afio, y porque en la !s~a no creo que haya quien quiera arruinarse contratando compafiias que hacen quebrar a los Illej~res e~¡resarios; Ci I. 1 e'i!v1'd"iar f,l ".{ nm. en cuanto ".{ b a1'l es nad a tenemoszque gun pueblo del mundo. l "fJ \. !

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Las iglesias antiguas de Puerto Rico Por ERNESTO LA 0RDEN MIRACLE

COMO EN TODA LA AMERICA ESPANOLA, LAS IGLESIAS son en Puerto Rico el acta de nacimiento de los pueblos, el testimonio mas preciado de la antigiiedad de su civilizacion y, en muchos casos todavia, el edificio principal de cada casedo. Claro es que, a diferencia de los virreinatos de abundante poblacion indfgena, en los que las necesidades de la evangelizacion y el esplendor posterior del culto movieron a construir grandiosos conventos y catedrales, los edificios religiosos de Puerto Rico no pueden parangonarse con los de Mejico, Peru y otros pafses de America, que rivalizan holgadamente con los de Europa. Pero el capf tulo eclesiastico de la historia del arte en Puerto Rico es de todas maneras muy interesante. Para la cultura puertorriquefia es vital. El grato recuerdo que conservamos de nuestra estancia en la isla feliz del Caribe nos mueve a contribuir a dicho capftulo con algunas noticias poco conocidas y con algunos juicios de valoracion, ofrecidos a la Iglesia y al Gobierno para la conservacion y la restauracion de un valioso patrimonio del pueblo de Puerto Rico.

LA CATEDRAL y SAN JOSE Recordemos que la ciudad de San Juan recibi6 a su primer obispo Don Alonso Manso en 1513, antes de que llegara a la Espanola el prelado nombrado para Santo Domingo. En este sentido puede enorgullecerse Puerto Rico de ser la sede mas antigua de America. ¡ Tambien le corresponde seguramente el honor de la primera ordenacion sacerdotal, nada menos que en la persona de Bartolome de las Casas, realizada en la choza que tuvo por catedral el obispo Manso, en la primitiva poblacion de Caparra. El segundo obispo, Don Rodrigo de Bastidas, comenzo en 1540 a construir

una catedral gotica, de buena piedra sillar del do Toa, inspirada nada menos que en la catedral de Sevilla; pero los huracanes, las invasiones de ingleses y holandeses y la pobreza de la isla impidieron la realizacion del ambicioso plan. La iglesia actual es un templo neocl:isico, terminado por los ingenieros militares espafioles hacia 1850, segun pianos de 1800. Ha perdido gran parte del atrio que la rodeaba, asi como la tumba del obispo Manso, el organo y otras obras de arte, pero conserva junto al presbiterio cuatro pequefias salas goticas con bovedas de cruceria y el arranque de caracol de la escalera de la torre. En una sala barroca guarda un interesante museo, con piezas de madera y plata.

La decoracion general, singularmente en las grisallas del crucero, tiene buen aire academico. Un discreto mausoleo moderno guarda los restos de Ponce de Leon.

La iglesia conventual dominica de Santo tomas, hoy parroquia de San Jose, fue construida para panteon del conquistador Don Juan Ponce de Leon, por su familia, a partir de 1532. A la primera etapa corresponden el presbiterio gotico, con cripta, y el realmente esplendido crucero, en el que las bovedas de los brazos se unen con la del centro en forma rampante, creando un solo arco triunfal. Angulo Ifiiguez cree autorizadamente que este conjunto es el mejor del gotico en America. La misma iglesia guarda el Cristo de los Ponce, hermosa talla berruguetesca, y una tablita flamenca de la Virgen de Belen. La capilla de esta Virgen y la del Rosario, afiadidas en el siglo XVII, lo mismo que el cuerpo de la iglesia, corresponden al gusto del Renacimiento, levemente abarrocado. En conjunto, con su claustro anejo, esta iglesia es el principal monumento artistico de Puerto Rico y merece una revaloracion a fondo, de la que hablaremos despues.

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Iglesia de Porta Coeli, San Germdn, recTentemente restaurada para Museo de Arte Religioso.

Iglesia de San Jose, segun grabado del Siglo XIX

OTRAs IGLESIAS DE LA CAPITAL

Del convento de San Francisco, obra del siglo XVII, no ha llegado a nosotros mas que la capilla de la Orden Tercera, hoy iglesia parroquial, cuya nave no carece de grandeza aunque se halle pintarrajeada. La iglesia propiamente dicha, que llegaba casi hasta la calle de la Tanca, fue derribada a comienzos de este siglo. Don Enrique T. Blanco nos ha comunicado la fotografia de su fachada, con espadafia clasica de dos cuerpos, y nos ha hablado de su hermoso retablo, obra del pintor puertorriquefio Campeche en el siglo XVIII, cuyos lienzos se encuentran hoy en parte en el palacio arzobispal.

Al siglo XVII corresponden tambien los comienzos del convento de monjas carmelitas, transformado hoy en el hotel "El Convento", y los de la iglesia de Santa Ana. Ambos edificios fueron terminados o rehechos en el siglo XIX. Obra de 1753 es la bella capilla o ermita del Cristo de la Salud, construida sobre la .muralla de la ciudad por especialisimo privilegio. Se trata de una minuscula celda barroca, con buen retablo de talla y lienzos, amen de un frontal de plata, precedida por un portico abierto a tres luces y una pintoresca espadafia. La capilla del Castillo del Morro, con bien dibujada puerta clasica, espadafia y relieves de bucraneos, pertenece a la epoca de Carlos Tercero.

Las otras capillas del viejo San Juan, -Seminario, Parvulos, Carcel de Puerta de Tierra-, pertenecen al siglo XIX. Las mas bellas son las del Arsenal, el Cementerio y el antiguo Manicomio. Esta ultima posee una interesante pintura mural, mientras la del Cementerio se adorna con bonita cupula y arqueria rotonda.

La del Arsenal tiene un hello portico columnario.

Los TEMPLOS

MA.s

ANTIGuos DE LA lsLA

En la Isla, como dicen los sanjuaneros para referirse al interior, la iglesia mas antigua es, sin duda, la del conventillo dominico de Porta Coeli, en San German, puesto que han desaparecido la primitiva iglesia de Caparra y la del convento franciscano de El Espinar, cerca de La Aguada, que fue destruida por los Caribes en 1529. Alli perecieron a flechazos cinco frailes martires.

Como la ciudad de San German no ocupo su actual emplazamiento hasta 1573, no es posible atribuir mayor antigiiedad al convento dominico de Porta Coeli, del que no subsiste mas que la iglesia, sobre una escalinata espectacular. Modesta en dimensiones y en materiales, esta iglesia de armazon de madera a la vista, - muy parecida al antiguo granero del monasterio del Paular, en Espana- , posee un extraordinario encanto y ha sido restaurada habilmente para convertirla en

Museo de Arte Religioso.

Suele fecharse en 1635 la iglesia de San Patricio de Loiza-Aldea, que nosotros consideramos una iglesiacastillo, emplazada estrategicamente en la desembocadura del rio, junto a las haciendas azucareras que atrajeron la primera poblacion negra de la Isla y los peores ataques de los caribes. Aunque esta torpemente rehecha, guarda su bella estampa entre los cocoteros y mantiene la pintoresquisima fiesta de Santiago, con mascaras de demonios y de caballeros espaiioles, en torno a unas minusculas imagenes barrocas del santo matamoros, que en que aquel lugar pudiera llamarse "matacaribes".

Tal vez corresponda tambien al siglo XVII, aunque generalmente pasa desapercibida, la ermita de la Valvanera, en Coamo, oculta en el interior de un moderno colegio de monjas. Aunque se rinde culto a una imagen moderna, guarda un cuadrito barroco de la titular riojana. Frente a la ermita queda la antigua casa del santero.

UNA ERMlTA EN

Prn Y TREs EN RUINAS

Quiza pueda atribuirse tambien al siglo xvn la ermita de Palo Seco, en la boca del rio Bayam6n, correspondiente a la aldehuela de negros bateleros que aseguraba el suministro de la ciudad desde las haciendas de aquel valle. En la ribera de Bayam6n exisdan hacia 1600 nada menos que cuatro capellanias. Una de ellas debe ser la de la Candelaria o El Plantaje, que conserva en pesimo estado una nave de piedra y ladrillo y una cupulilla ciega. A nuestro juicio, esta ermita es un testimonio valiosi'.simo de la vida primitiva de Puerto Rico y se debia testaurar cuidadosamente.

En el valle del Rio Toa, dentro de las ruinas de la hacienda Santa Elena, se aprecian los restos de una capilla, que se debia restaurar junto con toda la casa, pues probablemente se trata del edificio principal de la antigua Granja del Rey. Su hello emplazamiento junto al rio, con una ceiba gigantesca al lado, se presta admirablemente para un parador de turismo. Igual destino podrian tener las ruinas de la ermita de la Caridad, en Trujillo Bajo, situadas bellamente sobre una colina.

IGLESIAS

N EOCLASICAS POR

DoQUIER

La mayor parte de las iglesias rurales de Puerto Rico, obra de los siglos XVIII y XIX, ostentan Hneas neoclasica~ muy sencillas y nobles, debidas a la modestia de los maestros de obra locales o al gusto academico de los ingenieros militares. Unicamente la iglesia de San Blas de Coamo, bellamente emplazada, ostenta de53

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Iglesia de Ciales, recientemente destruida Iglesia de Vega Baja

Iglesia de Coamo

Ermita de la Monserrate _en Hormigueros

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Iglesia de Aguadilla Iglesia de San Lorenzo

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talles barrocos en su espadafia y en sus remates. La iglesia de Toa Alta posee una interesante fachada de piedra, con curiosos-capiteles. En general se trata de construcciones severas, de volumenes cubicos, dinteles simples, frontones, cupulas ciegas, sencillas espadafias, raras torres, naves con arquerias y pilastras, escasas b6vedas, casi siempre cubiertas con techos pianos de vigueria de ausubo, que es una buena caoba puertorriquefia.

Se apartan visiblemente de esta regla general dos iglesias construidas en los ultimos afios del gobierno espafiol: La de Guayama, que tiene un aire romanico, de inspiraci6n francesa, con varias cupulas y dos torres chatas; y la de Humacao, seudog6tica, con esbelta torre y linterna central. Por cierto que en este pueblo subsiste la capilla Roig, resto neoclasico del cementerio roman ti co.

Como fruto de nuestras investigaciones y de nuestros viajes por la Isla, ofrecemos, aunque sea con ca¡ racter provisional, una lista de las iglesias y capillas puertorriquefias que nos han parecido de interes artistico, con sus fechas probables o seguras. Quiza puedan y deban introducirse en ella algunas variaciones.

CATA.LOGO DE IGLESIAS INTERESANTES

AGUADA. En el campo, ruinas de la ermita del Espinar, (1529), antes citadas.

AGUADILLA. rrecillas.

Iglesia neoclasica de 1852, con dos to-

AIBONITO. Iglesia neoclasica de 1825, con buena b6veda y cupula ciega.

ARECIBO. Iglesia, hoy catedral, de 1844.. Buena fachada neoclasica. Tres naves con b6veda, cupula ciega y restos de una espadafia junto a ella, que parece de una iglesia anterior. H abia en este pueblo una ermita del Rosario, con front6n y espadafia, hoy desaparecida.

ARROYO. Iglesia neoclasica, con torre y cupula ciega. Rehecha con diferente orientaci6n.

BAYAMON. Iglesia de la Santa Cruz, de 1775. N ave abovedada y grandes contrafuer tes entre capillas. Cupula ciega y cupulines. Puertas clasicas. T orres afiadidas torpemente. En termino de Bayamon se encuentran las ermitas de PALO SECO y EL PLANTAJE, antes citadas.

CABO ROJO. Fachada neoclasica con torre de tres cuerpos. Parece posterior a la iglesia., que es seguramen te del siglo XVIII, con cupula ciega, como si se hubiese comenzado a construir una iglesia nueva, no acabada.

CAROLINA. Parroquia neoclasica de 1859, obra del An tonio Guitian, hermana de la de Vega Baja, con cupula de tambor . En su termino esta la arruinada ermita de TRUJILLO BAJO, que debia ser de techo plano, capilla mayor con b6veda de cafi6n y 6culos mixtilineos.

corone~

CAYEY. Neoclasica, con b6veda, cupula y cupulines ciegos, grandes pilares y arquerias, interesantes escaleras exteriores sobre la b6veda. Torre probablemente afiadida en vez de su espadafia original.

CIALES. He visto derribar la iglesia de 1895, que tenia arquerias sobre columnas, techo plano y torre original.

COAMO. Parroquia de San Blas, de 1693, rehecha en 1867 y rec~entemente restaurada. Buena b6veda y cupula. Bella espadafia. Ermita de la VALVAN ERA, de que antes se habl6. Hubo otra ermita antigua, de Altagracia.

FAJARDO. Iglesia neoclasica de 1885, con cupula ciega. Se levant6 su techumbre y se afiadi6 una torre modernamente.

GUAYAMA. Iglesia neo-romanica de 1873. Tres cupulas en la nave central y otra en el crucero. Altas arquerias, ornamentaci6n clasica en interior y fachada.

Dos torres chatas.

GUAYANILLA. Iglesia de estampa tipicamente colonial, con cupula ciega y dos torrecillas airosas.

GUAYNABO. Iglesita muy bella, posiblemente de fines del XVII. Techo plano, tres naves sobre arquerias, espadafia, presbiterio con b6veda de cafi6n.

GURABO. Templo neoclasico de 1821, con fea b6veda en lugar de su techumbre or iginal. Cupula ciega, altar de albafiileria, probablemente antiguo.

HATILLO. Iglesia de 1830, con techo plano y cupula ciega. Torre afiadida.

HORMIGUEROS. Interesante santuario de la Virgen de Monserrate, obra del siglo XVIII, lo mismo que la cercana hospederia. Sohre una lonja enlosada, en lo alto de un cerrillo, cupula ciega y buena torre. Cuadro barroco de la Virgen de Montserrat. Frontal de Plata. Cerca del pueblo h ay ruinas de la hacienda San Francisco, con restos de torre que pudiera ser de iglesia.

HUMACAO. Iglesia neo-g6tica de 1878, con linterna en el crucero y esbelta torre. Pante6n Roig, neocla¡ sico, en lo que fue cementerio.

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JUANA DIAZ. Iglesia neoclasica con cupula ciega, interior rehecho. Gran fachada clasica con dos torres.

LARES. Neoclasica de 1873, c11pula ciega y torre afiadida.

LOIZA-ALDEA. Iglesia-castillo de San Patricio, que ya existia en 1635. Gran nave abovedada y espadafia, todo rehecho menos la sacristfa.

MANATI. De la iglesia de 1738 no queda mas que una torrecilla junto a la cabecera. La iglesia actual parece del siglo XIX, neoclasica, techo plano.

MAYAGOEZ. Iglesia de la Candelaria del siglo XVIII, reconstruida tras el terremoto de 1918. Perdi6 sus dos torres octogonales en la fachada. Planta de salon, techo plano, decoraci6n moderna.

NAGUABO. Templo neoclasico de 1858, obra del capitan Mariano Bosch. Tenfa espadafia con front6n, pero en su lugar se ha alzado una torrecilla seudog6tica.

PONCE. Iglesia de la Guadalupe mejicana, hoy catedral. De un primer edificio del siglo XVIII subsisten la cupula del presbiterio y dos cupulines. Naves sobreelevadas, con falsa crucerfa. Fachada clasica del siglo XIX, con dos torres nuevas. Altar mayor, comulgatorio, pulpitos y silla episcopal de alabastro policromado, obra moclerna espafiola. Las torres originales, segun fotografias, eran poligonales y parecidas a la de Manati, las de Juana Diaz y las desaparecidas de Mayagiiez.

SABANA GRANDE. Fachada neoclasica de 1864.

Iglesia mas antigua, con cupula ciega y torrecilla. Retablo de albafiileria con imagenes de San Isidro y Santa Marfa de la Cabeza, obra del puertorriquefio Tiburcio Espada, a principios del XIX. SAN GERMAN. Iglesia dominica de Porta Coeli, de la que ya se habl6. Escalinata interior de viguerfa a dos aguas sobre pies derechos sin desbastar. Retablo barroco sin dorar. Museo. La parroquia del pueblo es neoclasica de 1843, con torre de inspiraci6n barroca, gran nave plana, importante arafia, algunas imagenes de vestir. Hay tambien en este pueblo una interesante capilla del Colegio o Convento de San Jose, con cupulines y espadafia, seguramente del siglo XVIII. SAN LORENZO. Iglesia neoclasica de 1870, obra del arquitecto Antonio Alonso Herrero, con buena torre en la fachada, techo plano.

SANTURCE. Iglesia de San Mateo, del antiguo barrio de Cangrejos, siglo XVIII. N eoclasica, con torres mas modernas. Interesante cupula ciega sobre el presbiterio, cubierta de baldosas, de aire levantino espafiol, casi musulman.

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TOA ALTA. Iglesia de 1752 con ancha nave abovedada, rehecha. Importante fachada con espadafia, contrafuertes y puerta de piedra entre columnas con curiosos capiteles, que parecen de inspiraci6n altoperuana.

TOA BAJA. Iglesita de 1747, neoclasica, con linda espadafia en su fachada, abierta por cierto de espaldas al pueblo actual, sobre un pequefio cementerio romantico. Techo plano sobre arquerfas. Cupula ciega con contrafuertes. Frontal de plata barroca. En su termino esta la ermita o capilla de Santa Elena, en ruinas.

UTUADO. Fachada clasica con pilastras, seguramente del siglo XIX. Interior rehecho, torres afiadidas.

Escalinata.

VEGA ALT A. Iglesia neclasica de 1805, con arquerfas sobre columnas, cupula ciega y espadafia.

VEGA BAJA. Proyectada en 1860 por el comandante Guitian, neoclasica, b6veda con contrafuertes, cupula de tambor, torre autentica. Hermana de la iglesia de Carolina.

YABUCOA. Neoclasica de 1813, en alto sobre la plaza. Fachada mal rehecha en este siglo. Tres naves planas sobre arquerfas. Lampara y ciriales de plata antigua.

Corresponden tambien al siglo XIX las iglesias de Camuy, Cidra, Corozal, El Dorado, Hatillo, Naranjito, Las Piedras, Rio Grande, Vieques y otras, en algunas de las cuales subsisten cupulas degas, espadafias y otros elementos primitivos, pero en general se hallan muy rehechas en tiempos recientes.

EN ALTO y DENTRO DE LA PLAZA

Advertimos en las iglesias de PueNo Rico una caracteristica muy singular en cuanto a su emplazamiento, que las hace unicas, en cuanto nosotros sabemos, dentro del area hispanoamericana.

Estas iglesias no solamente se alzan sobre la Plaza Mayor de cada caserio, en una eminencia que a veces tiene bonitas escalinatas, sino que casi siempre se hallan no ya en la plaza o sobre la plaza, sino dentro de la misma plaza, rodeadas de jardines o de solares que forman parte de la plaza mayor del pueblo. Se debe esta caracteristica, a mi juicio, al hecho de que los templos estaban rodeados por los cementerios, al viejo estilo cristiano que todavia se conserva en Inglaterra.

Al desaparecer los cementerios en el siglo pasado rara vez se edific6 sobre su solar, que qued6 libre como atrio de la iglesia o como parte de la plaza. Situada asi dentro de la plaza, la iglesia queda grandemente

realzada, exenta, dando a calle publica solamente por detras.

El caso mas visible es el de Ponce, donde la catedral esta enteramente rodeada de jardines, en medio de Ia plaza. Lo mismo ocurre en Bayamon, Juana Diaz, Utuado, Cayey, Coamo, Guaynabo, Guayanilla y otros pueblos, si bien en algunos casos la iglesia ha sido perjudicada por la construccion de casas rectorales modernas, pegadas a la cabecera del terilplo. La misma catedral de San Juan fue construida asi, rodeada por tres lados de un amplio cementerio, frente a la primitiva plaza de la Caleta, encima de una escalinata que, segun las cronicas, permitia al celebrante ver desde el altar mayor los barcos que se balanceaban en la bahia.

Consideramos que esta es la caracteristica mas original, y muy afortunada, de las iglesias puertorriquefias. Puede apreciarse en casi todas las que hemos citado hasta ahora y ademas en Afiasco, Moca, Rincon, Rio Piedras, San Sebastian, Yauco, Cidra y otras.

Creemos que los parrocos y los alcaldes de cada pueblo deben actuar de acuerdo para preservar esta gran beIleza.

UN PRoGRAMA

DE

Acc16N

Como resumen de este trabajo nos permitimos proponer un avance de programa para la conservacion y restauracion de las iglesias antiguas de Puerto Rico, cuya realizaci6n corresponde principalmente a la jerarquia eclesiastica, como es natural, pero al que pueden y deben colaborar, con asesoramientos tecnicos y ayuda economica, tanto la autoridad civil como las entidades sociales, en atenci6n al patrimonio artistico del pais.

Primero: Es urgente reponer a la Catedral de San Juan en su marco historico y restaurarla en su exterior, hoy desgraciado por la inconsulta elevacion de la fachada, hecha en este siglo, y por su blanqueado general.

Ya queen 1849 se vendio mas de la mitad de su atrio y hay en el construcciones importantes, por lo menos debe embellecerse lo que queda del antiguo sagrado solar. Sohre la tierra en que yacen los abuelos de casi todos los puertorriquefios de hoy no debe haber un estacionamiento de automoviles sino un jardin, quiza con palmeras y con pequefios monumentos al obispo Manso y al obispo Arizmendi, primer puertorriquefio

que goberno su sede patria. Seda bueno poner a la vista la piedra sillar del abside y otras partes del templo, restaurando quiza en la capilla mayor el escudo de Carlos V que tuvo originariamente. Si como sospecha el marques de Lozoya, las salas goticas de la oficina parroquial corresponden a un proyecto de claustro, podrian rasgarse sus huecos bellamente. Cabria devolver a la fachada su Hnea original, que se conoce por fotograHas, y su colorido autentico, de ladrillo rojo y relieves en blanco.

Segundo: La iglesia de San Jose pide un trabajo todavia mayor, dentro y fuera, para devolverle toda Ia belleza de su piedra y su ladrillo, quitando la capa de cal y las pinturas que la hacen parecer moderna y anodina. La restauraci6n seria muy cuidadosa en la capilla mayor y el crucero, joyas de arte gotico, y en las capillas de Belen y el Rosario. Si esta ultima fue pante6n de los gobernadores espafioles y la cripta principal albergo los restos de Ponce de Leon, el padre de Puerto Rico, tal vez no fuera mala idea convertir esta iglesia en panteon nacional y recuperar el antiguo convento, hoy cuartel, para convertirlo en museo his, torico. Ya se estan restaurando los otros edificios de la plaza. Para encubrir el cercano estacionamiento de automoviles quiza pudiera trazarse una arqueria bien dibujada y ornarla con vegetaci6n.

Tercero: La ermita del Cristo necesita tambien restauracion exterior, sin perder su caracter y su encanto.

Restaurese tambien la capilla del Arsenal, junto con todo aquel importante y abandonado conjunto arquitectonico. En cuanto a las ermitas de Plantajes, Trujillo Bajo y otras de las haciendas de la Isla, ya hemos dicho que podrian ser restauradas, aunque tal vez no fuera con destino religioso.

Cuarto: Lo mas delicado es la conservacion de todas las parroquias antiguas, sin derribar ni trasformar ninguna de ellas, antes bien restaurandolas y embelleciendolas dentro de su estilo, con adecuados asesoramientos. Los pueblos crecen mucho en Puerto Rico y en Ios nuevos barrios debe haber nuevos templos, tan grandes y tan modernistas como se necesite y se quiera, pero la iglesia fundacional debe mantenerse sin detrimento, como el corazon de cada localidad. Imitese el buen ejemplo de California, donde se conservan amorosamente entre jardines, en el centro de las grandes ciudades modernas, las humildes iglesias franciscanas del siglo XVIII. Ganara inmensamente con ello el alma de Puerto Rico.

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Fernando Callejo Ferrer Por AMAURY VERAY

LA CELEBRACI6N DEL PRIMER CENTENARIO DEL NACI¡ MIENTO de Don Fernando Callejo y Ferrer nos hace pensar que nuestra historia musical se esta madurando y que se cristaliza ante nuestros ojos con el correr del tiempo. Don Fernando Callejo es uno de los puntales mas definidos de nuestra historia musical. Ha sido quien de manera categorica ha anotado con suprema sinceridad los datos mas revelantes de ella.

Fernando Callejo y Ferrer nace en San Juan de Puerto Rico el 24 de noviembre de 1862. Es hijo de don Sandalio Callejo y Ocasio, notable preceptor de musica y director de orquesta con que cuenta Puerto Rico en la segunda mitad del siglo 19. Con su pa¡ dre se disciplina Fernando en los rudimentos de la mus1ca. La primera infancia y los afios mozos de Fernando Callejo se desarrollan en medio del mas alto ambiente musical que entonces tenia la Isla. Su padre era hombre de gran vision y honda reciedumbre de caracter. Habia fundado con Tavarez, alla para los afios de 1863, una revista musical "El Delirio de Puerto Rico" que consistia en la publicacion de obras de autores puertorriquefios y selecciones de autores extranjeros en boga en nuestro pafs. En el 1870 funda en Bayamon una academia de musica y posteriormente, en el afio 1878, substituye a don Rosario Aruti, a la muerte de este ultimo, en el cargo de director y maestro de musica del famoso Asilo de Beneficencia.

Para esta epoca el joven Fernando ayuda a SU padre en los menesteres de la ensefianza musical y la organizacion de grupos sinfonicos. Por ello, en el afio 1882, recibe el nombramiento de director de la banda municipal de Lares, cargo, que desempefia solo por un afio, ya que se ve forzado a regres~r al hogar, a la muerte de su padre, acaecida el 16 de julio de 1883.

Este puesto titular de maestro y director de banda es

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el principio en la carrera musical de Fernando Callejo.

Habia viajado incansable por casi todos los pueblos de la Isla. Alla para el 1880 lo encontramos en Ponce donde conoce personalmente a Tavarez y lo escucha tocar piano en el Cafe de las Delicias en una inolvidable mafiana de agosto. No dudamos que el contacto directo con el pueblo y el peregrinar constante lleva al joven Fernando a adentrarse en la fibra historico-social de la musica puertorriquefia. Desde 1884 hasta final de 1889 permanece en Espafia, donde prosigue estudios de musica, de filosoffa y cultura general. A su regreso a la Isla se reintegra a sus labores musicales como preceptor de piano y como director de orquesta. Alrededor de 1890 contrae nupcias con la dama utuadefia dofia Trina Correa, descendiente directa del celebre capitan Correa, de feliz momoria heroica en el setecientos puertorriquefio. De esta union nacen doce hijos, de los cuales viven diez.

La mayor de sus hijas, Margarita, alcanzo brillante puesto en la historia del bel-canto puertorriquefio.

Disciplinada en Estados Unidos y luego en Milan bajo la direccion de Adelaida Borghi-Mamo, hizo Margarita Callejo carrera musical durante los afios de la Primera Guerra Mundial y la decada del 20. Hoy dia, retirada por motivos de salud, vive en Nueva York junto a su hermana Carlota Callejo Vda. de Collazo, que ha venido a Puerto Rico para asistir al homenaje que a su padre rindiera el Instituto de Cultura Puertorriquefia. En el afio 1892 Fernando Callejo se establece en Ponce, a la sazon la capital musical de Puerto Rico. Es entonces precisamente cuando toma como disdpula a la nifia Elisa Tavarez quien para esta epoca contaba trece afios. Al afio siguiente Callejo patrocina a Gonzalo de J. Nufiez cuando este regresa a su Isla despues de 18 afios de brillante carrera musical en Europa.

En su largo peregrinar por diversos pueblos de la Isla, Fernando Callejo ejerce su profesi6n en Utuado, Mayagiiez, Arecibo, San Juan y Manatf. El cambio de soberanfa le encuentra ocupado en la formulaci6n y delineaci6n de las bases de un Conservatorio de Musica para Puerto Rico con el concurso del decano de compositores puertorriquefios Felipe Gutierrez y Espinosa. Las bases expuestas tienen vigencia sorprendente aun en nuestros dfas, 64 afios mas tarde. El proyecto no se pudo realizar, pero quedaron las bases estipuladas para las futuras generaciones. Durante la primera decada d.el siglo 20 se traslada a Manati donde ejerce el puesto de director de banda y mas tarde pasa a ser Administrador de Correos, puesto que ocupa hasta el 1921, cuando por razones injustificadas que aun permanecen obscuras, es relevado de SU puesto inmisericordemente. Anciano y cansado se encamina a Nueva York a reunirse con otros hijos suyos. Alli permanece afiorando su terrufio islefio hasta que fa. llece el 9 de noviembre de 1926, hace 36 afios. Sus despojos mortales reposan junto a los de su amada esposa Da. Trina Correa, quien le sigue a la tumba al mes exacto de su fallecimiento, en el cementerio de Lynhurst de Nueva Jersey.

El arte de la musicologfa puertorriquefia tiene en Fernando Callejo su primer interprete. Se sobrepone a limitaciones tecnicas y hace posible el enfoque directo y academico de la evoluci6n de nuestra musica.

El legado inapreciable de "Musica y Musicos Puertorriquefios", obra publicada por la editorial Cantero Fernandez y Compafifa, en el 1915, es el resultado de Jargas horas de investigaci6n y muchas mas de meditaci6n y de exegesis, la primera en SU clase todavfa.

Con gran honestidad Callejo se nutre de las fichas proporcionadas por los historiadores Salvador Brau y Cayetano Coll y Toste. Los hace participes de su recuento mediante citas marginales. Asimismo agota los archivos eclesiasticos y escudrifia en ellos el mas insignificante dato que pueda dar luz a nuestro devenir musical. En algunas ocasiones acepta la colaboraci6n de compafieros como en los casos de la biograffa de Ana Otero escrita por La Hija del Caribe y la de Felipe Gutierrez y Espinosa por Don Braulio Duefio Colon.

"Musica y Musicos Puertorriquenos" tiene forma definida. Esta dividido en secciones independientes que unidas forman el engranaje compacto que abarca todo el proceso de musicalizaci6n puertorriquefia. La obra presenta primeramente el desarrollo y el cultivo de la musica en la Isla, a partir del siglo 17. En diversas ocasiones en mirada retrospectiva deja ver la epoca pura de la colonizaci6n puertorriquefia del siglo anterior. La secci6n destinada a las biograffas de musicos celebres, es decir de aquellas figuras ochocentistas que a su juicio han contribuido al engrandecimiento

de la musica Islefia le sigue. De esta se pasa a los cantantes mas destacados y al recuento de los certamenes que se han llevado a cabo en Puerto Rico a partir de la primera Feria celebrada en el 1854 bajo los auspicios del General Fernando de Norzagaray hasta los ultimos de la Liga Progresista de Ponce del afio de 1913. A esta secci6n sigue el catalogo de los compositoprofesores de musica sobresares, instrumentistas lientes de Puerto Rico. Finalmente expone clara y definitivamente las pautas a seguir en el establecimiento de un Conservatorio de Musica en Puerto Rico.

Es notable el orden y sistema con que Callejo agrupa su material para luego desarrollarlo. En ciertos aspectos "Musica y Musicos Puertorriquenos" carece de detalles del estilo bibliografico que tesis de esta naturaleza exigen hoy dfa. Sin embargo, la obra deja entrever hasta donde hubiera llegado Fernando Callejo en su capacidad de exegeta y music6logo, si hubiera tenido condiciones mas favorables. Bastarfa poner SU obra al dfa, corregir algunos detalles de cronologfa, exponer mas academicamente las citas marginales, organizar un fndice justo de las materias para dar al libro la organizaci6n cientffica de que carece. Sin embargo, es el mejor texto que pueda acompafiar las juventudes puertorriquefias del momento. El estilo de la obra, como el mismo autor indica en sus paginas preliminares, es sencillo y claro, ya que su mas vivo interes es hacer posible la divulgaci6n de la historia musical.

El origen de esta obra se encuentra en una conferencia llevada a cabo el 14 de marzo de 1915, en la Biblioteca Insular de Puerto Rico, bajo el tftulo "El Arte Musical en Puerto Rico". Para esta epoca ya Callejo tenfa el fichero de datos y habfa regresado de Espana a donde fue a buscar mas datos y fichas, en el Archivo de Indias de Sevilla. La obra prometfa ser un estudio mas minucioso y detallado, fuerzas superiores y necesidades econ6micas le obligaron a terminar su libro precipitadamente para sufragar los gastos de los estudios de canto de su hija Margarita, a la saz6n estudiante en Milan.

Fernando Callejo pertenece a la generaci6n de Mariano Abril, Jose de Diego, Manuel Martinez Plee, Jose Mercado, Luis Rodriguez Cabrero y tantos mas.

Es un consecuente cultivador del periodismo cuyo estilo asoma ininterrumpidamente con la obra. Es el hombre de cultura autodidacta y, sobre todo de un espfritu refinado. Frecuenta la amistad y las tertulias literarias propias de su generaci6n. Liberal en sus ideas polfticas es ferviente admirador de los paladines liberales de SU epoca. De esta epoca es el famoso terceto de Las Tres Brujas, sainete musical donde retrata de manera admirable las incidencias de los partidos politicos del momento. El estreno de esta obra pudo lograrse con la intervenci6n de la polida para sofocar los animos de los partidarios adversos. La obra se estren6 en Ma-

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nati. Posteriormente Callejo deja ver su vivo interes en el desarrollo politico liberal de su tierra cuando dedica postumamente a don Salvador Brau su fantasfaimpromptu "Himno, para que si no hay patria". Compone una marcha fllnebre a la memoria de Mufioz Rivera. Los ultimos afios de su vida, con la excepcion de su estadfa en Santo Domingo, los dedica a Manatf, por eso ese hermoso pueblo es un area de recuerdos en torno a la figura de don Fernando Callejo. Comparte el momento de esplendor cultural de aquella ciudad que llegaran a Hamar el Atenas de Puerto Rico, el Manati de Josefino Pares, de Enrique Zorrilla, de Jose de Jesus Esteves, de Clemente Ramirez, del joven Pepe Alegria, Rafael Balseiro Davila y de tantos otros.

Don Fernando Callejo ocupa puesto distinguido en el campo de la composicion musical puertorriquefia.

Es cierto, que entra en la jerarquia de los miniaturistas toda vez que cultiva con esmero el genero musical pequefio. A el principalmente debemos el establecimiento de una tradicion de cancion de arte, tradicion que posteriormente cultivan a plenitud Braulio Duefio Colon, Jose Quinton y Jesus Figueroa. Callejo es uno de los primeros en separar el acompafiamiento dado de la linea melOdica cantada. Testimonio de eso es su romanza "Sonando" con texto de Clemetite Ramirez.

Esta obra sin igual corre una hermosa gama de incursiones cromaticas. El original data del 1903. Callejo a la vez mantiene su cancion de arte y hasta su propia danza en contacto directo con los mas destacados poetas del momento. Frecuentemente lo vemos musicalizar obras a textos de Jose de Dieg~. Jose de Jesus Esteves, Luis Llorens Torres, Jose Machavelo, Clemente Ramirez, etc.

Tambien escribe textos a su propias canciones.

Dotado de una fibra poetica exquisita sabe confeccionar textos de gran belleza que le sirven de marco a SUS claras melodias. Entre SUS mas destacadas canciones encontramos "Oh, que bella hora en que a ti llego" con texto de Llorens Torres; "Ecos de Andaluda" tam-

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bien con texto de Llorens T orres; "Ecos del pasado" danza con texto de Jose de Diego; "Jibaritas" con texto de Llorens Torres y "Yo quiero ser", con texto de J ose de Jesus Esteves.

Callejo cultiva la danza trad icional puertorriquefia desde los primeros afios de aprendizaje musical con su padre Sandalio Callejo. En espiritu y estilo es fiel a la tradicion sanjuanera. Su danza es tierna y delicada. Es una danza intima con aclosado tinte pianistico.

Nos deja un pufiado hermoso de danzas en donde resaltan algunas con tex tos incidentales y otras puramente instrumentales, tales como "Amor Eterno" con tex to de Becquer; "Mi Margarita" dedicada a su hija Margarita Callejo; "Felicita", "Amor Silente", "Eso eres Tu"' "Celina y Marfa"' es ta ultima creada durante SU estancia en Utuado; "Amor y Fe", "Ensuefio y R ealidad", "Suefio de Artista", "Ecos del Pasado", "Ojos Cantores".

Ademas del genero de danzas, Fernando Callejo cultiv_a la musica de salon engalanada con sobrio matiz pianistico. La estructura armonica de muchas de ellas dejan ver claramente SU solida preparacion musical.

Aqui encontramos ejemplos hermosos tales como "Candon de Invierno", compuesta con titulo ingles. "Ex tasis", (Romanza sin palabras) .

Fernando Callejo Ferrer representa dos grandes intereses musicales de gran significacion para la evolucion de la musica puertorriquefia: al creador musical que si~mpre estuvo dispuesto a ejercer la mision docente y al investigador que por primera vez plasma academicamente la historia y los elementos que componen la musica de Puerto Rico. Puerto Rico tiene una deuda contraida con Don Fernando Callejo y Ferrer.

El Instituto de Cultura Puertorriquefia, fiel a su tradicion de velar y mantener los valores de nuestra cultura, celebra el .centenario de su nacimiento como justo reconocimiento de sus meritos de creador e investigador musical,

El pregrama de administracion de documentos

-'!.LI¡1cos I en Puerto Rico pu.u Por Lms M. RoDRiGUEZ MORALES

A TRAVES DE LA HISTORIA TODA AUTORIDAD PUBLICA se ha percatado, en mayor o menor grado, de la necesidad de mantener archivos debidamente organizados, ya que estos depositos documentales son la memoria del Gobierno y de la sociedad sobre la cual esta constituido, y, ademas de perpetuar el recuerdo de los acontecimientos sociales, politicos y economicos, y de los actos y normas del Estado, muchas veces sirven de orientacion para los actos que se proyectan para el futuro. Por uno u otro motivo todos los gobiernos responsables han dedicado esfuerzo, atencion y reflexion al establecimiento y mantenimiento de instituciones archivisticas. No importa cual sea SU tipo o clase de organizacion: rudimentaria o altamente tecnica, grande o pequefia, centralizada o dispersa; siempre seran los archivos un elemento indispensable para la buena marcha de los asuntos oficiales.

Race algunos afios el Gobierno de Puerto Rico se percat6 de la necesidad de organizar en el pais el estudio metodico de la administracion y servicio de archivos, a fin de dotar los existentes de ¡las tecnicas y procedimientos adecuados. Dos consideraciones fundamentales impulsan los esfuerzos que desde entonces se han venido haciendo para lograr dicho proposito: primera, que la buena administracion de cualquier institucion, y del Gobierno en particular, exige economfa, rapidez y procedimientos adecuados; y, segunda, que dada la responsabilidad que tiene de atender a la conservacion y al enriquecimiento de la cultura nacional, todo Gobierno se ve en la obligacion de proveer los medios mas eficaces para la conservacion de las fuentes de la historia politica, social, cultural y economica del pais, y de facilitar el acceso a estas fuentes a los estudiosos, los investigadores y el publico en general.

Fruto de cuidadosas investigaciones y estudios sobre el particular, en las que colabor6 de manera muy especial el Archivo Nacional de los Estados Unidos, fue la aprobaci6n, por la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, el 8 de diciembre de 1955, de la Ley que crea el Programa de Administracion de Documentos Publicos y establece el Archivo General de Puerto Rico.

El Archivo, por posterior orden ejecutiva, ha sido puesto bajo la jurisdiccion del Instituto de Cultura Puertorriquefia.

En la administracion del Programa intervienen las tres ramas del Gobierno. Cada una tiene un administrador responsable: en la rama ejecutiva el Gobernador es el administrador de documentos; en la judicial el Juez Presidente del Tribunal Supremo, y en la legislativa los Presidentes de ambas Camaras.

Cada administrador puede delegar su responsabilidad en otro funcionario, que actua como su representante.

De acuerdo con los terminos de la Ley, cada agenda del Gobierno debe preparar inventarios de los documentos que posee, y transferir al Archivo General todos los papeles correspondientes a la epoca del regimen espafiol en Puerto Rico, o que tengan cincuenta afios de existencia, con excepcion de aquellos cuya utilidad administrativa pueda alegar y demostrar la agenda.

Para la disposicion de material mas reciente cada agenda prepara y somete "listas de disposicion" al correspondiente Administrador de Documentos, quien, a su vez, somete copia de dichas listas al Archivo General. Este analiza y valora el material a fin de requerir la tranferencia al Archivo General de todo documento que considere de valor permanente. Ningun documento puede destruirse, excepto por este procedimiento, que asegura la intervencion del Archivero.

El Director del Negociado del Presupuesto funcio61

na como delegado del administrador de documentos de la rama ejecutiva (el Gobernador). Para utilidad de las diferentes agendas de esta rama, y con la co.. laboracion del personal del Archivo General, esta oficina ha iniciado un Programa de adiestramiento que incluye metodos de control de correspondencia, sistemas de archivo y procedimientos de disposicion de documentos.

Para fomentar el mejoramiento profesional de los funcionarios a cargo de la Administracion de documentos se ha creado recientemente una asociacion, cuya actividad se espera contribuya a perfeccionar la preparacion tecnica de dichos funcionarios en sus diferentes niveles de trabajo.

La Ley num. 5 de 8 de diciembre de 1955, como hemos dicho antes, ademas de establecer el Programa de Administracion de Documentos, creo el Archivo General de Puerto Rico. A continuacion copiamos los articulos de la Ley, de mayor interes, que a el se refieren: "Articulo G.- El Archivo sera el depositario oficial de todo documento publico 0 privado a el transferido en virtud de las disposiciones de esta ley.

Articulo 8.- La direccion del Archivo estara a cargo del Archivero General quien sera nombrado por el Director Ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriquefia. Su nombramiento estara sujeto a las disposiciones de la Ley de Personal.

Articulo 9.- Para la coordinacion con las distintas dependencias del gobierno y formulacion de normas generales que hayan de regir el Archivo, se establece una Comision Asesora de Archivos compuesta por un representante del Gobernador de Puerto Rico, un representante del Presidente del Tribunal Supremo, un representante de la Asamblea Legislativa y un representante del Director Ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriquefia, quien sera presidente ex-oficio de la Comision. El Archivero sera el Secretario Permanente de la misma.

La Comision se reunira una vez al afio en sesion ordinaria y en sesion extraordinaria todas aquellas veces que lo crea conveniente el Presidente de la Comision o lo soliciten los miembros de la misma. La Comision preparara un Reglamento que fijara, entre otras cosas, el tramite a seguirse para disponer de documentos en poder del Archivero si los mismos resultasen inservibles, duplicados o carentes de interes historico; si correspondieren mejor a otra dependencia del Gobierno, o si por cualquiera otra razon analoga, no se amerite su continuada conservacion en el Archivo General de Puerto Rico.

Articulo 10.- El Archivero sera responsable de la custodia, conservacion y uso de los documentos existentes en el Archivo.

Artkulo 11.- El Archivero, sujeto a la disponibilidad de espacio en el Archivo, estara autorizado para requerir el traslado de los siguientes documentos: a. Toda documentacion existente bajo la soberan1a espafiola. b. Toda documentacion que tenga mas de cincuenta (50) afios de existencia excluyendo la que se conserva en los archivos de Protocolos N otariales y en los Registros de la Propiedad. c. Toda documentacion publica, que haya pertenecido a una agenda extinta, a menos que tales papeles hayan sido trasladados por la ley a otra dependencia del gobierno. d. Toda documentacion publica, independiente de su antigiledad que a juicio de los administradores del programa de conservacion y disposicion de documentos publicos se considere haya perdido su utilidad admi¡ nistrativa.

Disponiendose, sin embargo, que el traslado al Archivo no procedera para los documentos descritos en los parrafos (a) y (b), cuando el Administrador del Programa de Conservacion y Disposicion de Documentos Publicos que corresponda - segun se dispuso en el Articulo 4a - certifique por escrito que los documentos deben quedar bajo su custodia para usarse en la administracion corriente de los asuntos de las dependencias bajo su jurisdiccion.

Artkulo 12.- El Archivero podra aceptar el traslado al Archivo de documentos y manuscritos ad- quiridos, por compra o donacion, de particulares, que considere sean de suficiente valor para justificar su preservacion.

Articulo 13.- El Archivero gestionara el traslado al Archivo de los documentos de interes permanente relacionados con la historia de Puerto Rico que pu¡ dieran encontrarse en el exterior, disponiendose que en el caso de que no sea posible obtener el documento original pueda substituirse por fotostatos, micropelkulas, reproducciones o cualquier otra copia o sintesis de la documentacion que se interesa.

Artkulo 14.- El Archivo contara con los recursos para: a. La preservacion de documentos y manuscritos por medio de metodos modernos, tales como: dmara de fumigacion al vado, maquina de laminacion, equipo de encuadernacion, laboratorio fotografico y cualquier otro equipo necesario para estos trabajos. b. La organizacion de los documentos y manuscritos depositados en el Archivo, la preparacion de inventarios y otras gu1as o descripciones necesarias a fin de localizar con facilidad los documentos. c. La reproduccion, publicacion y exhibicion de los documentos y manuscritos que asi lo ameriten. d. El uso de los documentos por los empleados del 68

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Gobierno y publico en general, mediante la promulgaci6n de reglamentos al efecto.

Artfculo 15-. Disposiciones Generales: a. Las oficinas gubernamentales remitiran al Archivo dos (2) copias o ejemplares de toda informaci6n, boletin, revista o libro que se publique y circule en el Gobierno, debiendo el "Archivero remitir una de estas copias o ejemplares a la Colecci6n Puertorriquefia de la Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico para su uso por los lectores. b. Las reproducciones que se hagan de documentos que formen parte del Archivo, hechas de acuerdo con las normas establecidas por la Comisi6n Asesora y certificadas por el Archivero, seran admitidas en evidencia como si fueran los originales. c. El Instituto de Cultura Puertorriquefia al aceptar la donaci6n de cualquier documento que no fuere de caracter publico obtendra del cedente una renuncia de cualquier derecho de propiedad literaria que pudiera corresponderle al cedente, y en caso de que el cedente fuera una tercera persona, tomara aquellas medidas convenientes para evitar la infracci6n de derechos de propiedad. d . El funcionario encargado del Archivo esta obligado y queda por la presente autorizado, a certificar y expedir copias de · aquellos documentos confiados a su custodia, de los cuales no sea posible obtener una reproducci6n. e . El Archivero tendra un sello oficial para la certificaci6n de documentos del cual los tribunales debe· ran tomar conocimiento judicial. £. No se destruira, enajenara, o dispondra de ningun documento perteneciente a cualquier rama, organismo o dependencia del Esi:ado a menos que sea de conformidad con lo dispuesto en esta ley."

Desde su £undaci6n el Archivo General ha trans-

ferido a sus colecciones aproximadamente 13,000 pies cubicos de documentos. Sus fondos aumentaran considerablemente cuando se termine la habilitaci6n del edificio en que tendra su sede definitiva.

Para beneficio de las agendas que han transferido fondos documentales al Archivo, este mantiene un Sistema de referencias que tambien se ofrece a insti tuciones e individuos que realizan trabajos de investigaci6µ, pues el Archivo esta abierto al publico, y son muy contadas las colecciones de documentos depositados en el mismo cuyo uso esta restringido, bien por la naturaleza de los mismos documentos o por imponerlo asi la ley.

Todo documento o libro que Bega al Archivo es sometido previamente a un proceso de £umigaci6n al vado, a fin de destruir la polilla, la tijerilla y otros insectos u organismos destructores de libros y papeles.

Con el mismo prop6sito se someten peri6dicamente a tratamiento las salas y dependencias del edificio.

En el Archivo General funciona un taller de conservaci6n y restauraci6n de documentos, que emplea las tecnicas de neutralizaci6n y laminaci6n desarrolladas por el sefior William J. Barrow. El Archivo mantiene ademas un programa de adiestramiento para sus archiveros, en el curso del cual se les hace participar de los cursos que ofrece en la ciudad de Washington el Archivo Nacional de los Estados Unidos. Los archiveros participan tambien de los cursos de tecnica y administraci6n, de archivos que en la misma ciudad ofrece la American University.

Puede decirse que, a pesar del corto tiempo que lleva funcionando, el Archivo General de Puerto Rico ha colaborado en la soluci6n de muchos de los problemas de administraci6n de documentos de nuestro Gobierno, y ha prestado eficaz ayuda a numerosas labores de investigaci6n hist6rica.

D ocumentos de Nuestra Historia

Decreto de organizacion de la Diocesis de San Juan

Rico celebra el 450 aniversario de la creaci6n de la di6cesis de San Juan, erigida por Julio II el 8 P UERTO de agosto de 1511 (Bula Romanus Pontifex) escasamente a los _dos afios de iniciada la colonizaci6n de la isla por Juan Ponce de Leon y la evangelizaci6n de sus indigenas por los frailes franciscanos que trajo el Conquistador. Durante mas de cuatro siglos la di6cesis de San Juan abarc6 toda la Isla de Puerto Rico y anexas, y su jurisdicci6n lleg6 a ser tan considerable que limitaba en el sur con el rio Amazonas. Sucesivamente sufraganea de los arzobispados de Sevilla (1511-1545), Santo Domingo (1545-1803) y Santiago de Cuba (18031903), e inmediatamente sujeta a Roma de 1903 a 1960, en este ultimo afio fue exaltada al rango de metropolitana por S. S. Juan X XIII. El pr6ximo 25 de diciembre se cumpliran los 450 afios de la llegada a Puerto Rico de don Alonso Manso, su primer obispo, quien fue ademas el primero de su dignidad en pasar al Nuevo Mundo.

Con motivo de la conmemoraci6n de estos acontecimientos, de tanta significaci6n en nuestra historia, publicamos .el texto del decreto por el que, desde Sevilla, y en cumplimiento de lo preceptuado en la citada Bula, el Obispo Manso organizaba el culto divino en su Catedral e instituia las dignidades, canonjias, prebendas y oficios eclesiasticos de toda su di6cesis.

ALoNso MANSO, POR LA GRACIA DE D10s

y DE LA SANTA Sede apost6lica, obispo de San Juan, isla del mar Oceano de las Espafias: a todos y a cada uno de los presentes y venideros, salud. Estando abrasados con el fuego y zelo del amor divino, y atendiendo a el los serenisimos y potentisimos sefiores nuestros, D. Fernando ent6nces Rey y Di.l Isabel Reina de las Espafias, de Sicilia y de Granada &c. y abrasados con el deseo de la exaltacion de la casa de Dios, y procurando siempre la propagacion de la santa fe cat6lica, dispusieron luego buscar algunas islas y tierras firmes inc6gnitas, y no descubiertas hasta ent6nces y habiendolas hallado, para reducir a SUS inquilinos y habitadores, para reverenciar a nuestro Sefior, digo, Redentor Jesuchristo, y profesar la fe cat6lica y hallandose muy ocupados en la expugnacion y recuperacion del reyno de Granada, atendiendo con madurez en tan santo y loable prop6sito (permitiendolo el Sefior) recobrado el dicho reyno, deseando cumplir su deseo, nombraron y sefialaron a Cristobal Colon, varon noble, y muy digno d e ser recomendado, dispuesto e instruido, con gente y embarcaciones para esta empresa no sin grandes trabajos, peligros y gastos, a los

quales ayudandoles el Sefior, y haciendo v1a1e para el mar oceano; descubrieron ciertas is-las muy remotas y tambien tierras firmes, las quales hasta ent6nces, por otros ningunos habian sido descubiertas; en quienes vivian y habitaban pacificamente innumerables gentes, quienes al parecer no estaban aptas y dispuestas para recibir la fe cat6lica; empero, se esperaba que si se doctrinasen y ensefiasen, se introduciria en dichas islas y tierras firmes, el nombre de nuestro Sefior y Salvador J esuchristo, por lo qual dichos principes segun costumbre de sus progenitores, propusieron y determinaron reducir a la fe cat6lica, dichos habitadores e inquilinos de dichas islas, y habiendo muerto en este "tiempo la referida Reyna D~ Isabel de inmortal memoria, ent6nces el invictisimo (Q. D. G.) D. Fernando Rey cat6lico de Aragon, de ambas Sicilias, y de Jerusalen; y habiendo alcanzado asi mismo, por la serenisima sefiora Di.l Juana, Reyna. de Castilla y de Leon, el gobierno y administracion de aquellos reynos, deseando llevar adelante los afectos religiosos, asi los suyos como los de la Reyna Dofia Isabel su esposa, pidi6 y suplic6 se le concediese licencia y juntamente facultad, por nuestro Santisimo padre Julio,

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Papa 29 por la divina Providencia, para que en las ciudades, villas y lugares de las mismas islas, se erigiesen e instruyesen Iglesias, Dignidades y Beneficios, y abrazando Su Santidad con afecto gratuito tan piadoso y loable deseo, recibimos con la reverencia que se debe, sus letras apost6licas embiadas y comedidas a Nos sobre este negocio, cuyo trasunto escrito a Nos por parte de dicha Magestad, por notario apost6lico y testigos infrascriptos, en pergamino con el sello del Ilustrisimo Sr. Obispo de Burgos, impreso en cera amarilla, en una area redonda y pendiente del sello una cinta amarilla, y subscrito y firmado por un Notario apost6lico, sano y entero, no viciado, ni roto, ni sospechoso por parte alguna, si careciendo de todo vicio y sospecha, como constaba por el mismo instrumento, cuyo tenor de verbo ad verbum, es como sigue: "En el nombre de Dios, amen.-Sepan todos los que han de ver este presente trasunto, y publico instrumento, como Nos D. Fernando Gonzalo de Zazamon, bachiller y Can6nigo in Decretis, Archipreste de Burgos, Provisor oficial e Vicario general del Reverendo padre in Christo el Sr. D. fray Pascual, Obispo de Burgos, por la gracia de Dios y de la santa Sede apost6lica, recibimos, vimos y escudrifiamos las letras apost6licas de la ereccion de nuestro Santisimo padre en Christo y de nuestro Santo padre Julio, Papa 29, por la divina Providencia, y en dichas letras pendientes el sello de plomo, con unos hilos de seda de color amarillo y rojo, segun costumbre de la Curia Romana, y dichas letras sanas y enteras, no viciadas ni rotas, ni por parte alguna sospechosas, antes si carecian de todo vicio y sospecha, cuyo tenor de verbo ad verbum, es como se sigue: Julio, Obispo, siervo de los siervos de Dios, para perpetua memoria, Pontifice Romano.-Teniendo en la tierra todas las veces de aquel de quien reciben el orden estendiendo la potestad de SU jurisdiccion a todos los climas del mundo, ordenamos y disponemos con maduro Consejo para mayor firmeza y fundamento de la fe cat6lica del estado y progreso de las Iglesias, en particular de las Metropolitanas, y otras Catedrales que se han erigido por via de traslacion 6 de supresion, 6 nueva ereccion en lugares casi no conocidos; y reconocidas todas las circunstancias y qualidades de dichos pueblos, autorizados con la presencia de sus Venerables prelados, aprovechen y esten firmes en la fe se ilustren las Iglesias, y la humilde Religion christiana, se propague y dilate, y de la misma suerte que en lo temporal, se aumente en lo espiritual. Despues que la isla Espanola sita en el mar de las indias, reducida a la Religion christiana, oprimida por muchos siglos con el yugo de los infieles, por la solicitud y potente armada de nuestro carisimo hijo en Christo D. Fernando, Rey de Aragon, de Sicilia, de Castilla y de Leon, de inmortal memoria,

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y de la Reyna D:} Isabel, ent6nces esposa de dicho Rey, Nos erigimos e instituimos las Iglesias Catedrales en dicha Isla, es a saber: las Higuatense, Metropolitana, la Bayustense y Magutense, pidiendonos dicho Rey y Reyna sobre esta materia, y concediendoselo con el consejo de nuestros hermanos y con la plenitud de nuestra Apost6lica potestad, como todo mas plenamente se contiene en nuestras letras despachadas : empero, constandonos que dicha isla y lugares, para la permanencia de dichas Iglesias sean inc6modos asi por su situacion, como por la dificultad de conseguir las cosas necesarias, y que fuera de esta se hallaba otra is la llamada San Juan, en el mismo mar oceano, sugeta a la misma jurisdiccion, y que asi mismo las tierras, villas y lugares de la isla Espanola de Santo Domingo, de la Concepcion y de San Juan, en dichas islas eran al prop6sito y acomodadas para Iglesias Catedrales y para prelados que las presidiesen: Nos, deseando mirar y proveer del conveniente y oportuno remedio, asi de prelados como de la comodidad de dichos pueblos, y habiendo juntado Consejo, para mas madura deliberacion con nuestros Venerables hermanos, y deseandolo justamente en grand manera, el sobre dicho Rey D. Fernando el qual como Rey de Castilla y de Leon, y general Gobernador y administrador de dichos reynos, por la serenisima y carisima hija nuestra D:} Juana, a los quales reynos, dichas islas estan sugetas y anexas, y suplicandonos tambien, lo mismo nuestros amados hijos, Pedro Hiagutense, y Garcia Bayunense y Alfonso Magutense, electos en la administracion y gobierno de dichas Iglesias Hiagutense, Bayutense y Magutense, llamadas asi por los dichos respectivos; Nos usando de la autoridad y plenitud de potestad, suprimimos y estinguimos a las dichas Iglesias perpetuamente, y para exaltacion y alabanza de Dios Omnipotente, y de la militante Iglesia; sefialamos y damos titulo de ciudades, de las tierras 6 lugares de Santo Domingo, de la Concepcion y de San Juan, y erigidas en ciudades, se llamen Iglesias Catedrales, una en Santo Domingo, otra en la Concepcion y otra en San Juan, y sus obispos se nombren uno de Santo Domingo, otro de la Concepcion y otro de San Juan, los quales en sus dichas Iglesias, veneren y reverencien a nuestro Dios y Sefior, y a SUS Santos, prediquen el santo Evangelio, y ensefien a los infieles, con buenas, los conviertan; y veneracion de la fe cat6lica, y ya convertidos los instruyan en la Religion christiana, les den y administren el Santo Sacramento del Bautismo, y asi a estos convertidos, como a los demas fieles de Christo, que viven y moran en dichas islas, y a los que a ellas aportaren, les administren y hagan que se les administren los Santos Sacramentos de la Confesion, de la Eucaristia y los demas, y asi mismo procuren que dichas nuevas Iglesias, se hagan y fabri-

quen con buena forma, y con convenientes edificios, y en dichas Iglesias, Ciudades y Obispados se erijan parroquiales con sus propios parrocos, dignidades, administraciones y oficios, y que los tales sean personas idoneas. Y asi mismo se provean de Cura de almas, canongias, prevendas y demas beneficios eclesiasticos, y puedan erigir e instruir Iglesias regulares de qualesquiera ordenes, segun juzgaren que conviene para el mayor aumento del Culto divino y de los fieles, y dichos Obispos, gozen y usen de las insignias episcopales, jurisdicciones, privilegios e inmunidades, gracias e indultos; de los quales los demas Obispos gozan por derecho 6 por costumbre, y dichas Iglesias erigimos, creamos y constituimos para siempre, es a saber: la de Santo Domingo, la de la Concepcion y la de San Juan, y tambien las erigimos y nombramos por ciudades segundas vez; Santo Domingo, la Buenaventura, Azua, Salvaleon, San Juan de la Alaguana, Vera-paz, Villanueva de Yaquimos, Concepcion de Santiago, Puerto de Plata, Puerto Real, la Resdefia, Rava, Salvatierra de la Cabafia y Santa Cruz, y concedemos y asignamos a todos los fieles inquilinos y habitadores en las tierras, villas y lugares de San Juan y a SUS Iglesias, toda la dicha Isla de San Juan con sus distritos y diocesis, de suerte que qualquiera de los Obispos que por tiempo fueren de dichas islas, de Santo Domingo, Concepcion y San Juan, puedan .exercer y usar en sus ciudades y obispados toda la jurisdiccion, autoridad y potestad episcopal, y puedan pedir y percibir los diezmos, primicias y otros derechos episcopales de la manera que los demas Obispos de la provincia de Sevilla, en la ulterior f'.spafia por derecho o ley los piden y perciben excepto del oro, de la plata y de otros metales y piedras preciosas, los quales declaramos estan exentos y libres tocante a esto. Tambien que las referidas Iglesias de Santo Domingo, de la Concepcion y de San Juan, sean sufraganeas de di cha provincia e Iglesia de Sevilla, y a SU arzobispado que por tiempo fuere por derecho metropolitano, y concederrios y reservamos al dicho Rey de Castilla y de Leon, para siempre el der~cho del patronato y de presentar personas idoneas para dichas Iglesias vacantes de Santo Domingo, Concepcion y San Juan, al Pontifice Romano, para que por el, sean puestos en el caso de dicha presentacion, es a saber: Obispos y pastores. Todo lo contenido en la pagina de nuestra supresion y estincion, ereccion y creacion, institucion, concesion, asignacion, sujecion de decreto y reservacion; ninguno se atreva, ni sea osado a falsificarlo ni pervertirlo, mas si alguno presumiere intentarlo, se declarara por incurso en la indignacion de Dios Omnipotente y de sus Apostoles San Pedro y San Pablo. Dada en San Pedro de Roma, en el afio de la Encarnacion del Sefior, de mil quinientos onze a ocho de Agosto en el afio octavo de nuestro Pontificado. Las quales letras

apostolicas vistas con cuidado a diligencia del Reverendo padre in Christo y Sefior D. fray Garcia de Padilla, Obispo de Santo Domingo en la.Isla Espanola, por la gracia de Dios y de la santa Sede apostolica, mandamos que para copia o dechado, sean autoriza-: das en publica forma por el Notario pi,lblico infrascripto, determinando y queriendo que de aqui en adelante se le de a este presente trasunto publico toda fe, en qualquiera parte y en todos los lugares y en cada uno en particular en los quales fuere este dicho trasunto de provecho, haga fe y se este a el, como si las referidas letras fuesen original.es, en el qual interpusimos nuestra autoridad ordin~ria y decreto, y para mas evidencia de los dicho, mandamos poner a este trasunto el sello del dicho Reverendo Sr. Obispo de Burgos, estando present.es dentro de la Iglesia Catedral de Burgos, en el afio de la Natividad del Senor de mil quinientos y doce registrada al folio quince el dia doce de Mayo de dicho Pontificado, de nuestro Santisimo en Christo, y Sefior Don Julio; por la Divina Providencia Papa 2<?, en _el afio nono, estando present.es y en el mismo lugar los discretos varones, D. Juan Delgado y Cristobal de Cardemosa, familiar.es de dicho Senor Obispo y Pedro de Busuela, estudiante, clerigo, testigos vecinos de Burgos, llamados y rogados para lo arriba referido. E yo Juan Alonso de la Torca, alias de termino, clerigo del Obispado de Burgos, Bachiller en ambos derechos, Notario publico y apostolico, me halle presente con dichos testigos para que las cosas arriba dichas se hiciesen y obrasen como queda dicho, las quales vi hoy, y firme por lo qual traslade este publico instrumento escrito fielmente por mano de otro, el qual luego lo escribi y publique y lo reduxe a esta publica forma y man.era, y lo signe con mi firma y nombre como acostumbro rogado y requerido para mayor firmeza de todo lo arriba dicho,-Juan Alonso, Notario publico apostolica. Despues de la presentacion y recepcion de dichas letras fuimos requeridos con instancias por parte del mismo Rey y Sefior D. Fernando en su nombre y por el de la referida Reina D'l- Juana, procediendo al cumplimiento de dichas letras apostolicas y de lo en ellas contenido, erigimos e instituimos en nuestra dicha Iglesia Catedral fabricada en dicha Isla de San Juan a honra del dicho Sr. San Juan, dignidades, canongias, prevendas y raciones y otros beneficios y oficios eclesiasticos, segun vieremos que conviene, asi en dicha ciudad como en todo el Obispado. Por lo qual, Nos, Alonso Manso Obispo y Comisario apostolico atendiendo que esta peticion y requerimiento, son justas y conform.es a razon, queriendo como verdadero hijo de obediencia que los mandatos apostolicos dirigidos a Nos, se executen con toda !:everencia como es de nuestra obligacion, aceptamos dicha comision, y usando en esta parte de la

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misma autoridad apost6lica que se nos ha comunica¡ do, pidiendolo e instandolo S. M. arriba dicha, erigimos, instituimos y creamos el Deanato, por el tenor de las presentes en la dicha Iglesia Catedral de San Juan a honra y gloria de Dios, y de nuestro Senor Jesuchristo, y de la Bienaventurada Virgen Maria su Santisima madre, y el glorioso San Juan, en cuyo nombre y debajo de cuyo titulo, dicha Iglesia Catedral es erigida por nuestro muy Santo padre arriba dicho: la qual dignidad sea la primera en dicha iglesia Catedral despues de la Pontifical, el qual procure proveer, provea y atienda por el Oficio divino, y todas las demas cosas que pertenecen al Culto de Dios, y asi en el coro como en el altar, se hagan con toda decencia. Y asi mismo en las procesiones, cabildos y qualquiera parte de la Iglesia, que hubiere junta o cabildo, para su mejor fin se hagan y perfeccionen con todo silencio, honestidad, modestia rite et reste al qual tambien le pertenece conceder licencia y dispensar de la seqiiela del coro a aquellos que con causa espresa la pidieren, y no de otra suerte.

Al Arcediano de la dicha ciudad, pertenece exercer por derecho comun el examen de los clerigos que se han de ordenar, administrar al prelado quando celebra solemnemente la visita de la ciudad y obispado si le cometiese 6 mandase por el prelado. .

Al Chantre pertenece cantar en el facistol, y ensefiar a cantar a los serviciales de la Iglesia, y en el coro, ordenar, corregir, y enmendar las cosas que pertenecen al canto, y en qualquiera parte hara su oficio por si y no por otro, a la qual dignidad ninguno pueda presentarse sino es que sepa musica, 6 a lo menos que en el cantar llano, sea docto y perito.

Al Maestre de escuela, pertenecer ensefiar la gramatica por sf, y no por otro a los serviciales y clerigos de la Iglesia, y a todos los del Obispado que la quisieren oir a la qual ninguno se presente, sino es que sea graduado en alguno de los derechos en los artes.

Al Tesorero, pertenece prevenir y mirar por voto de cabildo, se expongan y declaren las rentas de la fabrica de la Iglesia, cerrarla y abrirla, tocar las campanas, y hacer todas las demas cosas que estan en uso y costumbre, guardar y procurar las lamparas y luces de la Iglesia, y juntamente proveer de incienso, cera pan y vino; y de las demas cosas necesarias para la celebracion de la Misa.

Tambien creamos la dignidad u oficio de Archipreste 6 Rector, el qual exerza el cuidado de las almas en dicha Iglesia Catedral y presida a los demas Rectores de la ciudad y obispado.

Y tambien creamos diez canongias y prevendas, las quales declaramos estar separadas de dichas dignidades, y or.denamos que ninguna de estas canongias se puedan obtener juntamente con otra dignidad a las quales canongias pertenece celebrar todos los dias,

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fuera de las festividades de primera 6 segunda clase, en las quales le toca al prelado 6 estando impedido celebrara el Santo Sacrificio de la Misa, alguno de las dignidades.

Tambien instituimos y creamos, seis raciones enteros y tres medias racioneros y seis ac6litos, los quales racioneros enteros exerzan el oficio de diaconos, los medios racioneros el de sub-diaconos, y los seis inferiores exerzan el oficio de ac6litos.

Y tambien ha de haber en dicha Iglesia Catedral, seis capellanes, los quales deben asistir al facistol personalmente en el coro, asi en las oras nocturnas, como diurnas, y asi mismo en la celebracion del sacrificio de la Misa, y se obliguen a decir en cada mes veinte Misas, sino tuvieren justo impedimenta de enfermedad.

Al oficio de Sacristan, pertenece exercer con voto del cabildo, el mismo oficio del Tesorero dandole para ello comision 6 por ausencia del dicho Tesorero.

Al oficio de Organista, pertenece tafier el 6rgano los dias festivos.

El oficio de Pertiguero, es disponer y poner en orden en las procesiones al prelado, al presbitero, al diacono y subdiacono, y acompafiar yendo delante a los demas ministros que vinieren del Altar al coro, y del coro al Altar.

Al oficio de Mayordomo 6 procurador de la fabrica, le toca y pertenece gobernar y disponer a los que trabajan en los oficios de arquitectos, albafiiles, carpinteros y demas oficiales, y de percibir y espender por si, 6 por otros las rentas anuales., y qualquiera emolumentos y ovenciones que le pertenezcan por algun modo a dicha fabrica, dando cuenta cada afio, asi de lo recibido, como de lo gastado, al Obispo y Cabildo u a otros oficiales nombrados para este efecto; el qual pueda ser electo 6 removido por los dichos, segun su voluntad.

Al oficio de N otario 6 Secretario de la Iglesia y Cabildo le incumbe escribir y redbir qualquiera contrato, escrituras y cabildos que se hicieren entre el Obispo y la Iglesia y Cabildo, todos los quales firmados debe protocolarlos y guardarlos; y asi mismo anote y escriba qualesquiera donaciones, posesiones, censos y tributos que se hicieren por los mismos Obispos, Cabildo y Iglesia, distribuyendo asi mismo las partes de los reditos a los beneficiados y de y reciba de todo cuenta.

El oficio de Caniculario, vulgo perrero, es espedir de la Iglesia los perros, barrer y limpiar la Iglesia todos los sabados y todas las veces que se le fuere mandado por el Tesorero, principalmente en las vigilias y visperas de los dias festivos; y es de advertir que de las seis dignidades, diez canongias, seis raciones enteras, y tres medias, seis capellanes, ac6litos y oficios

arriba dichos, por la cortedad que al presente hay de frutos y de aprovechamientos y de diezmos, suspendemos por la presente en dicha ereccion de las dignidades, al Arcediano y al Tesorero, cinco de las canongias, tres de las seis raciones enteras, y las tres medias, y tambien suspendemos los seis ac6litos y los seis Capellanes, al Organista, Pertiguero, Mayordomo, Notario y Caniculares, con tal que si Dios permitiere que los frutos y los reditos de dicha nuestra Iglesia crecieren y se aumentaren, se apliquen a la dignidad de Arcediano; y si despues fueren en mas aumento y llegaren a la dotacion de otra dignidad se apliquen a la del Tesorero; las de demas determinamos y declaramos erigidas y criadas desde ahora sin otra nueva creacion 6 ereccion, reservando el nombrar personas que las obtengan a la Magestad Cat6lica arriba dichas, y consiguientemente luego que los frutos, reditos y aprovechamientos en adelante crecieren, se aumente subcesivamente el numero de los dichos Can6nigos, hasta llegar al de diez: cumplido lo qual, si los reditos, frutos y rentas fueren mas crecidas, del mismo modo se aumente el numero de las seis dichas raciones enteras y las tres ¡medias; finalmente, de las rentas que sobraren se aumente subcesivamente sin ningun intervalo, dicho numero de seis ac6litos por seis ordenantes, los quales esten constituidos en los quatros ordenes menores y exerzan en el ministerio del Altar el oficio de ac6litos, y seis capellanias para los seis capellanes dichos, y tambien los oficios de los dichos Organista, Pertiguero, Mayordomo, N otario y Caniculario, segun el orden literal referido: Y por que segun el Ap6stol: Qui altari servit, de altari vivere debet, seiialandoles a todas y cada una en particular de las dignidades, personas y canongias, prevendas, raciones enteras y medias, capellanes, ordenantes, ac6litos y a los demas oficios y oficiales referidos, segun el numero arriba dicho a todos y a cada uno en particular los frutos, rentas y emolumentos que les per~ene­ cieren de presente 6 de futuro, asi por donacion Real, como por derecho de diezmo 6 por otro qualquier modo; es a saber: al Dean, al Chantre, al Maestre escuela, al Archipreste, a los cinco Can6nigos y al Sacristan; en la forma y manera siguiente: PESOS.

Al Dean seiialamos 150 libras, llamadas vulgarmente pesos en aquellas partes, con tal que Cada Una de dichas libras equivalga a Un Castellano de oro que hacen 485 morapetinos moneda usual en Espaiia y todas 150 libras, hacen 73,875 morapetinos . .

375 Al Chantre, 130 libras

325

Al Maestre escuela, lo mismo

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PESOS

A cada uno de los cinco Can6nigos I 00 Ii bras A cada uno de los Racioneros enteros, 70 idem.

Al Sacristan, 30 libras . . . . . . . . . .

250 175 75

La qual cantidad la seiialamos por prevenda y salario, y a las dignidades suspensas, es a saber: Arcediano, Tesorero, y a los otros cinco Can6nigos, y a los tres Racioneros enteros, y a los tres medios, a los seis Ac6litos, a los seis Capellan~s y a los demas oficiales, esto es, al Organista, Pertiguero, Mayordomo, Notario y Caniculario, nombrados arriba y al presente suspensos con el modo y orden dichos; demas destos creciendo los frutos, las dignidades creadas y suspensas desde ahora seiialadas y aiiadidas por la arriba dicha Magestad Cat61ica segun crecieren los referidos frutos, reditos y aprovechamientos respectivos seiialamos y aplicamos a las dignidades inferiores, al deanato y a las canongfas y raciones arriba dichas y tambien a las tres medias raciones y aplicamos y asignamos a cada uno de los Capellanes, 35 libras 85 A los Ac6litos, 20 idem . .

50 Al Organista, 12 idem . .

30 Al Pertiguero, idem idem .

30 Al Mayordomo, 50 idem.

125 40 Al N otario, 16 idem .

Al Caniculario, 12 idem 30 Libras como las arriba dichas que correspondan a los mismos castellanos de oro y morapetinos, desde ahora para ent6nces los asignamos, guardando la misma orden a la letra coma se declara, quando se diere el caso que los frutos, reditos y aprovechamientos se aumentaren; empero, por que en las Iglesias que se han de edificar y consignar los Altares u oficios pontifical se grava no tan solamente con trabajo sino es tambien de espensas para las insignias pontificales que se han de hacer de nuevo como lo dice la Sagrada Escritura non debet alligari os bobi triturante, para que se pueda exercer decentemente el cargo pontifical, quedando indegne la Iglesia, se ha consultado y le ha parecido a la Magestad Cat6lica, precediendo madura deliberacion y consejo, se determin6, que pudiesemos recibir y percibir para nuestro uso y convertir en nuestro util los frutos, reditos y aprovechamiento que les tocan y pertenecen al Dean y a uno de los cinco Can6nigos arriba dichos, y que los referidos frutos y debitos, han de set percibidos para nuestra sustentacion y no de otra manera aunque los dichos Dean y Can6nigo los tengan aplicados desde ahora, determinando y declarando que dicha aplicacion hecha asi

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de presente para nuestra sustentacion en adelante, en la percepcion de dichos frutos, de ninguna manera nuestros subcesores se intrometan sino consientan que dichos frutos, reditos y aprovechamientos los perciban librcmente dichos Dean y Can6nigo y por que como queda dicho propter offitium datur benefitium; queremos y mandamos con todo rigor, y en virtud de Santa obediencia que dichos estipendios distribuidos y asignados todos los dias a los que asistiere a todas las horas asi nocturnas como diurnas y a los exercicios de dichos oficios asi desde el Dean hasta el Ultimo ac6lito inclusive, y aquel que no asistiere a alguna hora en el coro, no teniendo impedimento legitimo, se prive y no goze del estipendo 6 distribucion de aquella hora, y oficial que faltare a las horas y tiempos oportunos de su exercicio y execucion sea multado todas las veces que no diere cumplimiento segun la porcion de su salario.

Tambien queremos y con la misma autoridad ordenamos, que tbdas y cada una de las dignidades, Can6nigos y Racioneros de dicha Santa Iglesia Catedral, esten obligados a residir y vivir en dicha Iglesia Catedral, por diez meses continuos 6 interpolados y si se hiciere de otra suerte, Nos, 6 nuestros sucesores que por tiempo fueren, 6 el Cabildo, Sede vacante; esten obligados, (llamado primero y oido el que a SU obligacion faltare y sino tuviere y alegare justa y razonable causa de su ausencia) a pronunciar y declarar vacante la dignidad, canongia 6 radon y proveer 6 informar de el y de ella en personas id6neas, para la presentacion a la Cat6lica arriba dicha Magestad, y para mejor inteligencia definimos y sefialamos aquf qual sea la justa causa de ausencia, es a saber: enfermedad, con tal que el dicho beneficiado enfermo este en la ciudad, o en sus barrios; y si enferm6 estando fuera de la ciudad, estando ya dispuesto para venir, con tal que esto conste de legitimas pruebas, 6 quando estuviere ausente por mandado del Obispo, 6 del Cabildo por causa y utilidad de la Iglesia, con tal que estas tres causas concurran en la Iicencia 6 ausencia.-Demas de esto queremos, estatuimos y determinamos y mandamos con consentimiento y beneplacito de la dicha Serenisima Magestad, y con la misma autoridad apost6lica, que todos los frutos, reditos y aprovechamientos de todos los diezmos, asi de heredades, como de personales, asi de las Iglesia Catedral, como de las demas de la dicha ciudad y Obispado se dividan en quatro iguales partes: Una de ellas gozemos y percibamos Nos, y nuestros sucesores Obispos, para ayuda de! cargo pontifical, y para que podamos mas decenfemente mantener nuestro estado, segun la exigencia del oficio pontifical, sin ninguna disminucion 6 fraude por razon de mesa episcopal, y el Dean, y Cabildo tengan y gozen otra parte, la qual se divida entre ellos con el mismo modo y orden de arriba dicho: y aunque por concesion

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apost6lica y por uso y costumbre aprobados por largo tiempo por la misma Cat6lica Magestad, acostumbro percibir la tercia parte llamada vulgarmente en Espana, tercias, queriendo estender el brazo de su liberalidad, quizo y determin6 que Nos, y nuestros sucesores Obispo y el Cabildo, para que quedasemos mas obligados y precisados a hacer oraciones y suplicas por s.

M. C. y por los Reales sucesores de S. M., fue de parecer que fuesemos libres y exentos para siempre en su tercia parte de diezmos. Y las dos restantes partes, queremos que se dividan en nueve, y declaramos y aplicamos dos de la dichas, a la dicha S. M., en sefial de superioridad y de derechos de patronato, y por razon y adquisicion y dominio de dichas islas, las _quales se han de percibir para siempre, y las restantes siete partes se dividan en dos; es a saber: quatro partes se han de aplicar a los Rectores y beneficiados de las Iglesias parroquiales del modo siguiente: erigiendo en cada aldea 6 lugar, una Iglesia parroquial a la qual le aisgnamos el titulo de Iglesia parroquial, y en ella haya dos beneficios, uno con Cura de almas y otro sin Cura en lugar de dos ordenantes seculares; y al Rector que tiene el beneficio con Cura de almas, se le dara una parte entera de estas quatro, por razon de dicha rectoria y curato, y por ,el cargo de la administracion de los Sacramentos a quien le incumbe, y las tres partes restantes se dividiran igualmente entre el ministro Rector y el otro beneficiado que goza del beneficio simple; demas de esto percibira el Rector las primicias de los diezmos, de todas las Parroquias, de las quales el sacristan tendra la octava parte, la qual desde ahora se la aplicamos. Y asi misi:no las tres partes restantes de las siete arribas dichas, se dividan igualmente otra vez en dos, una de ellas, es a saber: la mitad de dichas tres partes, la aplicamos a la fabrica de la Iglesia de dichas aldeas 6 lugares, y sefialamos tambien la otra parte restante, esto es, la otra mitad de dichas tres partes a los ¡hospitales de qualquiera aldea 0 lugar de la qual mitad 6 parte aplicada a estos mismos hospitales, esten obligados a pagar al decima parte al hospital principal que existe en la Ciudad donde estuviere la Iglesia Catedral, y aplicamos tambien con la misma autoridad para siempre, a dicha fabrica de nuestra Iglesia de San Juan, todos los diezmos de un parroquiano de la misma Iglesia y de las demas de dicha ciudad, y de todo el Obispado, el qual ha de ser electo todos los afios por el prefecto de la fabrica, con tal que el tal electo parroquiano, no sea el primero 6 mayor 6 mas rico de ¡dicha nuestra Di6cesis 6 Iglesia Catedral 6 de las demas de todo el Obispado, sino que se elixa el segundo, despues de este por el dicho prefecto de la fa.brica, y asignamos tambien para siempre a la misma fabrica de nuestra Iglesia Catedral y a las fabricas de las demas Iglesias de nuestro Obis-

pado, todos los diezmos de cal, ladrillos y texa, asi de las que se hicieren en la ciudad como en todos los lugares de nuestro Obispado; para que las Iglesias cuanto antes y mas comodamente se puedan edificar, y edificadas repararse: y con la misma autoridad y consentimiento Real prohibimos y mandamos estrictamente debaxo de excomunion, a nuestros sucesores¡y venerables, nuestros hermanos Dean y Cabildo de dicha Iglesia, y a los Rectores, y otros beneficiados de todo nuestro Obispado, que no se intrometan o procuren intrometer ni de presente ni de futuro, en ningun tiempo, con qualquier color, impedir, tocar o sublevar dichos diezmos por si o por otros: Tambien ordenamos, que el Oficio divino, nocturno y diurno, asi en las Misas Como en las oras del dia, se reze y cante segun la costumbre de la Iglesia de Sevilla; y tambien queremos y mandamos a instancia y peticion de la misma Magestad Catolica, que los Racioneros tengan voz en Cabildo in espiritualibus et temporalibus escepto en las elecciones, y otros casos prohibidos por derecho. Queremos tambien y ordenamos por la misma instancia y peticion de S. M., que en dicha nuestra Iglesia Catedral se celebren a hora de tercia todos los dias, dos Misas (fuera de los dias festivos) en los quales se celebrara una solemnemente, una de ellas a la hora de prima, se celebrara de Aniversario los primeros viernes del mes aplicados por el Rey y Reyna Catolicos arriba dichos, y tambien por todos los Reyes difuntos de Castilla, y en todos los sabados se celebre Misa, a honra y gloria de la gloriosisima Virgen Maria, por la defensa y salud de dichos Rey y Reyna, y todos los lunes primeros del mes se diga Misa solemne por las benditas almas del Purgatorio, los demas dias la dicha Misa primera podra decirse y aplicarse a la voluntad y disposicion de qualquiera persona que quisiere dotarla. Y el dicho Obispo y Cabildo, podran recibir qualquier dote de qualquier persona, por qualquier Misa que mandaren celebrar. Y la segunda Misa de Santo o de feria ocurrente segun el estilo de la Iglesia de Sevilla, se celebre a hora de tercia, y el que cantare la Misa mayor, perciba fuera de la comun distribucion sefialada a todos los que se hallaren presentes a dicha Misa, estipendio triplicado que corresponde a cada una hora del dia; el diacono duplicado, el subdiacono sencillo, y el que no asistiere a la Misa mayor pierda el estipendio de la hora de tercia y sexta de aquel dia, sino es que obtuviere licencia con justa y razonable causa del Dean o del que presidiese en el coro, sobre lo qual encargamos la conciencia, asi del que la pidiere, como del que la concediere. Y tambien los que asistieren a maytines y laudes, perciban y ganen triplicado de lo que ganan a qualquiera hora de aquel dia, y demas de esto gozen tambien del estipendio de prima aunque no asistan a ella. y ade-

mas de esto queremos y ordenamos a instancia y peticion de la dicha Real Magestad, que se haga Cabildo dos veces en la semana, es a saber, el martes y el viernes, y en el del martes se trate y confiera de los negocios ocurrente, y en el del viernes, de la correccion y enmienda de costumbre y no de otra cosa, y se miren y dispongan las cosas que pertenecen al Culto divino para que se celebre debidamente, y lo que toca de la honestidad clerical, y en otro qualquier dia es prohibido tener Cabildo. Item ordenamos y declaramos con la misma autoridad, y beneplacito de S. M. C. que qualquier clerigo de prima tonsura, de nuestra Iglesia y Obispado, para que pueda gozar del privilegio clerical, se abra corona del tamafio de un real de plata moneda usual de Espafia, y se corte el cabello dos dedos mas abaxo de las orejas cortandoselo todo por detras, y vista, vestiduras honestas, es a saber: tunica o sotana, cerrada o abierta, manteo o palio, que vulgarmente se llama loba o manto, un palmo mas abajo, sobre el suelo, y que sea no de color, sino negro y honesto de las quales colores usara asi en las vestiduras exteriores como interiores. Item, con la misma autoridad apostolica, y con deliberacion y consentimiento de la misma Magestad Catolica, hemos tenido noticia que en la misma Isla de San Juan y en la Iglesia Catedral, erigida en dicha ciudad se hallan ca~ sas, habitadores, inquilinos y vecinos que viven al presente asi dentro de la ciudad, como en sus barrios a los quales nombramos, y asignamos por parroquianos de dicha Iglesia de San Juan, y esten obligados a pagar los derechos de la Iglesia parroquial, diezmos y primicias y obligaciones y concedemos licencia y facultad al Archipreste o Rector, para administrar el Santo Sacramento de la Eucaristia y los demas a dichos parroquianos con la misma autoridad que todos y qualesquiera de los beneficios que existen por toda la ciudad y Obispado con Cura y sin Cura que se hubieren de proveer despues de esta primera denominacion en los que hubiere vacantes, se provean y den a los hijos legitimos de los habitadores que vinieron en los afios pasados de Espafia a dicha Isla, o aquellos que vinieron en adelante a habitar en dicha Isla, o a los que desendieren de estos, y no a los hijos, de los que oriundos de dichas islas, antes que los cristianos las habitasen h asta tanto que los dichos Reyes Catolicos determinen sobre estos precediendo para dicho efecto examen y oposicion segun la forma que se guarda en el Obispado e Iglesia Pelastinensi, con tal que los dichos hijos legitimos asi proveidos dentro del afio y medio, hayan alcanzado aprobacion de dichas colaciones o beneficios de las Magestades Catolicas o de sus subcesores con obligacion de presentarse ante el Corregidor o Gobernador de dichas islas, o ante los Jueces de apelacion, y haciendose de otra suerte dichos beneficios se den por vacos

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. y dichos Reyes Cat6licos y sus subcesores puedan presentar para dichos beneficios asi vacantes, a otras qualesquiera personas calificadas segun la forma arriba dicha. Todas y cada una de estas cosas las erigimos, criamos e instituimos, hacemos, disponemos y ordenamos a instancia, peticion y consentimiento de la dicha Magestad Cat6lica y de la apost61ica autoridad que gozamos en esta parte y con los mejores modos, via y forma que podemos, y por derecho debemos y con todas las cosas necesarias y oportunas para esto, no obstante qualquiera cosa en contrario, y en particular aquellas que nuestro Santisimo Padre arriba dicho, quiso y determin6, que no obstasen en sus letras apost6licas arriba insertas y todo lo que aquf espreso, lo intimamos, insinuamos y lo hacemos saber a todos y a qualesquiera, y a cada uno en particular de los presentes y venideros de qualquier estado, grado condicion y preheminencia que fueren: y mandamos con la misma autoridad arriba dicha y en virtud de Santa obediencia, a todos y a cada uno de los arriba dichos, que guarden y hagan guardar todas estas cosas y cada una en particular de la manera que por Nos son intiutidas y mandadas, en cuya fe y testimonio de lo arriba dicho mandamos que las presentes letras, 6 este presente intru.m ento publico, se escribiese manu propia y se firmase y publicase por el Notario publico infrascripto, y se sdle y refrende con las armas de nuestro sello; Dadas y despachadas en Sevilla, en el palacio Arzobispal, en el afio de la Natividad del Sefior, de mil quinientos y doce, en el folio 15 en el dia domingo veinte y seis de Setiembre, en el afio nono del Pontificado del Santisimo in Christo padre y Sefior nuestro D. Julio, por la Divina Providencia Papa 29 arriba dicho; estando presentes, los Reverendos in Christo, Sefiores D. Diego de Desa, Arzobispo de Sevilla, Pedro Suarez de Desa, Obispo de la Concepcion, y Beltran de las Cuevas y Francisco Tavera, familiares qe dicho Reverendisimo Sr. Arzobispo, testigos llamados y rogados, que se hallaron presentes a todo lo arriba dicho, y los Venerables Sefiores D. Juan de Medina, Can6nigo de Sevilla, y Ochoa Irazaga, soldado del 6rden de Santiado de Sapata, y Juan Lopez de Ricalde, oficiales de la Casa de Contratacion de las Indias de Sevilla, asistiendo por parte de la dicha Real Magestad.-Alonso, Obispo de San Juan.

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Y por que yo Garcia Fernando, clerigo de Sevilla.

Notario publico, por la autoridad apost6lica, me halle presente a todo lo arriba dicho, por lo qua! hice que este presente instrumento se escribiese, y lo signe y firme de mi nombre y firma acostumbrada juntamente con el nombre y firma de! Reverendo Sr. D. Alonso Manso Obispo de San Juan; requerido y rogado lo firme con el sello.- En testimonio de verdad. (En lugar de signo una Cruz.)

Concuerda con su original, con el qua! fue corregido por mi D. Francisco Gracian Veruguete, secretario de la Interpretacion de lenguas que por mandado de S. M., traduzco sus escritos y de sus Consejos y Tribunales. Madrid a 26 de Noviembre de 1647 afios.-D. Francisco Gracian de Veruguete. Yo Juan Bautista Saenz, Navarrete, caballero del 6rden de Alcantara, de! Consejo de S. M. y su secretario, en el Real de la Indias, de la parte de nueva Espafia; Certifico: Que Don Francisco Gracian Veruguete, de quien va concordada la Bula de arriba, es secretario de la Interpretacion de lenguas por S. M. y que como tal traduce sus escrituras y de sus Consejos y Tribunales y se les da entera fe y credito. y para que de ello conste, doy la presente en Madrid a 30 de Noviembre de mil setecientos quarenta y siete afios. Juan Bautista Saenz Navarrete.

Corresponde con un testimonio que se halla en uno de los libros capitulare del Venerable Cabildo de esta Santa Iglesia, autorizado en publica forma, por D. Francisco Martinez, secretario del Ilustrisimo y Reverendisimo Sr. Doctor y Maestro D. fray Fernando de Baldivia, Obispo que fue de esta Di6cesis, que para sacar este me exibio el Doctor Don Nicolas de Quinones, Canonigo de dicha Santa Iglesia, con el qua! lo corregi, va cierto y verdadero a que me remito, y de mandato verbal de dicho Doctor, como Juez Provisor y Vicario general actual de este Obispado por Su Sefioria Ilustrisima el Obispo mi Sefior, doy el presente y signado y firmado como acostumbro en Puerto-Rico a treinta de Abril de mil setecientos sesenta y ocho afios.-Signado.-En testimonio de verdad.- Pedro Martinez, Notario.

SEPARATA DE ARTE DEL NUMERO 16 Revista del Instituto de Cultura Puertorriquefia

EL SANTERO de Rafael Tufifio, Colecci6n del Sr. Ricardo E. Alegria

lmpreso en los Talleres de Artes Graficas Depto. de Instrucci6n Publica San Juan, Puerto Rico 1963