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GRANDE. V-ILLAES'PESA .... Al Doctor Arturo Santana Nater. -Pero ve usted ahi, una sonrisa, una carcajada. . . a qui no se puede decir que el poeta ha dado a su obra, cualquier finalidad fuera de la puramente artistica ... Yo quise asentir, mas el 'hoinbre, seguia deplorando con un gesto infan til lleno de sugesti va sim pa tia ... -Vea Ud., que a rada ser lo coje en su momento especial, lo mismo arbol que ave, fiera que roca, rio que piedra ... bueno, bueno es este Villaespesa, le causa a Ud., el ma::; pequefio movimien~o del coraz6n, por medio de expresivos relieves de infiexiones de ritmo, de eadeneias, de corte y de nota. Comenzamos entonees a recitar, las estrofas del poet a; en Ia serena calma de Ia tarde, aquellas notas eran cual lira que sc oyera vibra.r dentro del lago... Era to do natural, sincero y di· recto. Estaba alii el alma de Villaespesa. Se oia hablar a un edificio, a un yunque, un telar, con la voz y las ideas que tendrian a tener inteligeneia y habla. 1, Y tu, Cali ban, no has vis to en un hombre Ia rudeza seca del roble y la sonoridad grave del bronce~ Si tienes gusto, pero el gusto de un vino generoso seeo, no encabezado eon alcohol de industria, lo i'aisande, que deleita los paladares, ·y el olor sano de las hierbas del bosque y el cesped del campo, si, para ti todo es vida y ser, dame Ia mano, para oir una lira que se oye vibrar dentro del agua, o mas eerea, para oir el trueno rodando en notas graves, por una atmosfera serena. I,Quieres buscar amores en las estrofas ~ Entonces, no se lo pregunteis a Ia ·aamisela, que vestida con sujeci6n al figurin de la ultima o penultima moda, logra encender sensibles corazones, no se lo prcgunteis tampoco, a ninguno de esos seres quimericos cuyo supuesto infl.ujo extasi6 imaginaciones descabelladas. El Amor es otro. Un amor exclusivo, o al menos predomiriante. Tambien un amor que habla mas que no calla. Viene de lejos, quizas desde Leonor de Poitiers. Hay, cierto, una diferencia. Esa Leonor, de Luis VII propagaba livianos ideales, en Ia poesia medioeval de la Provenza; Y claro esta el culto al amor, habia de ser iniciado, o al menos, a~entado, por el bello sexo, que nada perdia con tamafios extraVIos. La dulce lengua de los trovadores seguia cantando sin retorceduras inCisivas; sin reticencias amenazadoras; sin dardos env~nenados. Y el noble deseo de restaurar una etapa, empuj6 a Biete tolosanos, a crear la Academia del Gay saber. Salta aqui el glorioso nombre del primer mantenedor. Bernardo de Panassac, si.no ·estoy confundido. Luego la violeta de oro; el gran Arnaldo VIdal, dando a la vida un nuevo elemento de versificaci6n, para algunos, preludiado en las aliteraciones y en las similicadencias. P_asan tambien los preceptistas trovadorescos promulgando un codigo, euando lo que dictaban era un testamento. Y entonces la cent~alizaci6n dandole duro al provenzal, y relegandolo al estado de d1aleeto, ni mas ni menos, que su hermi:mo el catalan de Espana. El amor, era el alma de Ia poesia de Ia Provenza. j Oh, el amor, el santo amor de los trovadores! Veamos ahora un amor nuevo, todo un '' libro del amor y de la muerte". El gran poeta espafiol del ''Alcazar'', que mejor sa be dec~r las eosas, escogi6 una mujer y la deposito en el alma. Igual hac1an los Provenzales. El sublime nombre de Elisa era en el mundo, todo vida, todo ser. El milagro ete1·no del amor, habia hecho del poeta, algo de San Francisco de Asis. Empero, una maiia_na, ~a Provid~ncia divina di6 termino fatal, a esperanzas tan enganosas. El pahdo rostro de Elisa ''entre sus brazos expir6 de amor". Fue temprano en la madrugada. El poeta nos dice que: AI cortar sus cabellos, agitados por el rudo estertor de Ia agonia por el amor mis ojos engaiiados aun creyera notar que sonrei.a. Se me ocurre un cnmentario. ~Verdad senor, que Ia Vle,Ja teoria aquella, de que no hay felicidad completa, es ya un evangelio? Y cu a 1 CI·nt · · · , a d e 1 cmema pasa la VIB16n, al parecer inspirada por elprofeta Isaias, el genero humano formando todo el un s6lo rebaiio bajo ,un solo pastor. Algo de esto y algo de al~o hay en el breve esp!l._c1o · d e I os sone t os d e1 poeta Vlllaespesa · ' complicados camafeos an t'Iguos, que eneiCrran · ' e 1 aspeeto de una epoea tragica~ente amorosa, el caracter de una mujer, de la bella Elisa haCJendo rm ~fqerzo panqfs~mo par~ g?:r ~ aquellf!t cltlspues de ~mer·
ta, relieve y color, (tal su poesia) alcanzamlo por mctlio de In palab'ra lo que Cellino logr6 con cl cincel, hacienclo de eada soneto un repujado florentino. l Aqui tam bien las r111lelas, platos -:-· nnforas de Benvenuto? Quizns si; quiz{ts no. Pf.'ro PS lo <·icrto, qul' el poeta del" Alcazar" que hoy pasa tlll vertig-o cle espanto, arranco de su trompa de plata, el son m{u; alto ,v n•smwnt<• para <·antar a Ia mujer que 61 cuidaba eomo a tma hi:ia ,v rpspPt;tl>a <·omo a una madre. Pido a! h•etor un )HWO <IP padPneia; <JUiPro ch•<•ir, una pequefia cantidad iil' dolor, ,v rl'YL'l'l'll<~ia. .\IIi Ia mu<·rta; PI pcll'ta, el gran Villaespesa, sttfre asi: Dormicla entn• rosas, I i rios :0' azucenas, era como una Prima vera muerta ... Las manos m{ts blancas que Jos lirios eran y el rostro mas palido que las azucenas ... Un agrio perfume de rosas ya secas, perfumaba _el aire tlc vagas tristezas. Y de los blandones a las luccs tremulas, donnida entre rosas lirios y azucenas, Pra <·omo una Primavc•ra muertaj
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La ·mano al corazon, l vt•r<lad l Peru de pronto asoma Ia ,- 181011 de Ia vieja casa, y como en una explosion de colores, aparcce l'l asiento de Elisa, ahora vacio, que ohliga a sollozar !!-1 poeta:j Alii se scntaba! ... Cuando nos scntamos a la mesa, palidas las tristes mejillas, los ojos con liigrimas, a! mirar I'll! asiento vacio, en voz haja to<los sollozamos: --ji\lli se sentalm! ... Yo he q uerido presPntar a I lector un poet a sinecro y rlefinitivo;· me he valido para clio tiP estrofas escritas en horas de esperanza y en horns de dolor. Bnsque un innovador, y un poco mas abajo, encontre tambien la vjrtu<l, In fuerza y In pureza de una inspiracwn. Si mi brio queda, en cl orden literario, o Ia labor en mi rec'ogimiento, de los superiores <'ll la metrira, no sirve, lo diran, cualquier dia, Psos satirieos en prosa .v \'<•rso, que si eantan a Ia tierra, son sus palahras P<'O .'" evo<·aci6n <1<' las que tan altisonantemente lanzaron a todos los viPntos nn UaiiPg-o y un Qniutana. Por l'Se camino, ellos no pn<•th•n llt•g-a r a mfts. V a uste(l a) fondo y Io que eneupntra es clun•za, rustieidad .v or<linari<'z. M:h; explicito: lnmJO ,v languidPz voluptnm:a. Por !.'SO Ia litemtnra qu<• ,vo <•sto.v tra,v<•udo a <•stas p{tg-inaK, ,v t1ue yo me esfuPrzo <'II presl'ntar desJJucla .V g-r£tfiea, <·ual l'S, Ia labor poetica de este \'illaeRpPsa, todo un rdlejo <le Ia vitalidad 'poderosa de una nupva. em, -:-· to<lo tlll Pstilo Pxento dP complicaciones, es una litrratuJ·n quP dPIPita, de color, soniclo, movimiento, dibujo .v siemprl.' oloJ· y g-usto. .M{tR, si Ia Pmo<-i6n cstetic·a ha de RometPrse a Ia <'austit·illad dPI rig-orismo analiti<·o, si Ia t·.ritica, Ia eriti<'a verdacl, quiPl'O f'X)li'PSHI'llll', si Ia eriti<·a ('H Ph~varla a Ia eatpg·oria de gen<'ro litPrario, _v <'R Ia )H'J'it·ia '!' Ia impareiaJidarl ;jnzgando las prod tll•f'iOJJ<'R rlt'l art<•, sin eastig-ar al aut 01 -, sino que Ie instruye y IP nwjora, entoncPs <-onvcngamos, usted v yo, porque es Justo prol'lamarlo Pll alta voz, que aquel poeta d~l ''Alcazar'', que alia '' t•Jt Ia paz flp Ia vie;ja habitaei<ln ve Ia luna tcmblar en las vcntanas' ', ha tradtteido una httercsante manifestaci6n del idealismo amoroso, inspirado por aquella Elisa, de quien Villacspesa como Dante ambieionaba decir '' lo que jamlis se hu:piera dicho de mujer alguna ". Y a fe q~e el gran poeta, en ese
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