La estrategia para el desarrollo integral de Puerto Rico presentada en La Nueva Tesis complementa la ejecutoria de Rafael Hernández Colón en la vida pública del pais. Natural de Ponce, hereda su vocación al servicio público de su padre, Rafael Hernández Matos, juez retirado del Tribunal Supremo de Puerto Rico. Fue Secretario de Justicia y Presidente del Senado de Puerto Rico. En 1972 fue electo Gobernador del Estado Libre Asociado cargo que ocupó hasta el 1976.
Ha recibido reconocimientos por excelencia como estudiante y como profesional, entre ellos el premio Jules Turner por la mejor tesis en Ciencias Politicas al graduarse de la Universidad de Johns Hopkins con altos honores. Es miembro de la Fraternidad Phi Beta Kappa y perte nece a la Sociedad Nacional de Honor de la Academia de Derecho y Ciencias. Ha recibido doctorados honorarios de la Universidad de Johns Hopkins y de la Universidad Católica de Puerto Rico.
En 1973 fue seleccionado por la revista Time como uno de los ciento cincuenta líderes del futuro. Es miembro de la Junta de Síndicos de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.
Es autor de un texto sobre Procedimiento Civil y de varios ensayos y artículos publicados en diversas revistas. Está casado con Lila Mayoral y tiene cuatro hijos: Rafael, José Alfredo, Dora Mercedes y Juan Eugenio.
La nueva tesis enfoca y evalúa la realidad fundamental dentro de la cual se debate la vida puertorriqueña a Id feohia de hioy. Se fiace este análisis desde el punto de vista de la trayectoria fiistórica y cultural de las relaciones de Puerto Rico con Estados Unidos, de las cuestiones eco nómicas, sociales, educativas y políticas que afectan la vida fcolectiva e individual, de, las alternativas posibles para la mejor resolución de los problemas, y de las aspira ciones para el porvenir.
La nueva tesis no se limita a examinar y a plantear: reflexiones y análisis constituyen el punto de partida desde el cual formular un programa de acción. Presenta estrategias integradas en lo económico, lo social, lo educativo y lo político, dirigidas fiacia la meta de una más alta, justa y efectiva civiliza ción puertorriqueña.
Esa meta no es para alcanzarse en cuatro o en ocho años; es una para alcanzarse cumulativamente a través de la acción fecunda de generaciones de puertorriqueños. Es un rumbo hacia un' nuevo comienzo que habrá de levantar a nuestro pueblo sobre la confusión y la desorientación que caracterizan el momento que vivimos.
El aspecto estrictamente político de la Nueva Tesis no constituye un documento aparte, separado del conjunto integral de los planteamientos. Obedece a la filosofía del Partido Popular Democrático y del Estado Libre Asociado, en la cual no se concibe el status político como un fin sino como un medio al servicio de fines e ideales más amplios y profundos. Por eso, el planteamiento sobre derechos, deberes y poderes políticos que deben reconocérsele al Estado Libre Asociado se fundamenta
Propósito de la Nueva Tesis
"Es un rumbo hacia un nuevo comienzo que habrá de levantar a nuestro pueblo sobre la confusión y deso rientación que caracterizan el momento en que vivimos."
ñii'
Somos autonomistas
"La fundación del Partido Aulonomista en 1887 dió nombre e inspiración a un principio --ei principio autono mista que fia servido de norte y de bandera a la trayectoria política puertorriqueña." 2
en el contexto de cada uno de los factores problemáticos en la vida del país. Los poderes políticos en cuestión son los nece sarios para resolver problemas reales de la vida puertorriqueña.
Somos autonomistas
La fundación por Román Baldorioty de Castro del Partido Autonomista en 1887 dió nombre e inspiración a un principio -el principio autonomista que ha servido de norte y de bandera a la trayectoria puer torriqueña. El 27 de noviembre de 1897, en reconocimiento a las gestiones del Par tido Autonomista y de su brillante portavoz, Luis Muñoz Rivera, la Reina de España, María Cristina de Habsburgo con el visado de su Primer Ministro, Práxedes Mateo Sagasta, otorgó a Puerto Rico su Carta Autonómica. ,
Hoy se cumplen 81 años de la fecha en que, finalizando ya la Guerra Hispano americana, desembarcaron en Guánica las tropas norteamericanas. Ya España había iniciado la gestión de armisticio que se concretó poco después. Puerto Rico tuvo que reiniciar todo un proceso de reajuste, de esclarecimiento, de readaptación a una nueva y conturbadora realidad. La relación con Estados Unidos trajo ventajas, adelantos y modernizaciones en muchos aspectos; pero trajo a la vez un retroceso en el nivel político, confusiones y desconciertos en el nivel cultural.
Correspondió a Luis Muñoz Rivera la tarea y la gloria de convertirse en el conti nuado defensor de los derechos políticos ahora en el Congreso de Estados Unidos y alcanzar la aprobación de todos los detalles de una segunda Carta Orgánica que ocurriría formalmente en marzo de 1917 al reanudarse la sesión del Congreso, meses después de su muerte en noviembre
"El 27 dé noviembre de 1897,en reconocimiento a las gestiones del Partido Autono mista y de su brillante portavoz. Luis Muñoz Rivera, la Reina de España otorgó a Puerto Rico su Carta Autonómica."
El Primer Gabinete Autonó mico; Sentados: Luis Muñoz Rivera, Francisco Mariano Quiñones y Manuel Fernández Juncos. De pie: Juan JHernández López, José Severo Qui ñones y Manuel F. Rossy.
"Puerto Rico tuvo la fortuna de tener como líder e Inspirador de una revisión fundamental en el sentir colectivo a Luis Muñoz Marín y al partido Popular Demo crático como exponentes de una nueva visión puerto rriqueña."
® ío V ,
Il,í' ' •
de 1916. Esta Carta Orgánica disponía la creación de dos cámaras legislativas electas en su totalidad cada cuatro años por los puertorriqueños; disponía la elección de alcaldes y asambleas en todos los municipios; excluía todo impuesto federal a Puerto Rico; requería la elección de un Comisionado Residente y extendía la ciudadanía de Estados Unidos a los .puertorriqueños.
Desde el 1917 hasta el presente han ocurrido cambios decisivos en las relaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos.
Desde el punto de vista social,económico y educativo los más importantes de esos cambios ocurren como consecuencia de la crisis que se produce en rápida sucesión durante la década del '30 cuando Puerto Rico, azotado por huracanes, empobrecido por la más fuerte depresión económica del siglo, exasperado por la incompetencia de sus gobernadores, agitado por actos de violencia nacionalista y gubernamental, estuvo próximo a la desesperación colec tiva. Dentro de este cuadro ominoso Puerto Rico tuvo la fortuna de tener como líder e inspirador de una revisión fundamental en el sentir colectivo a Luis Muñoz Marín y al partido Popular Democrático como expo nentes de una nueva visión puertorriqueña. Dentro de esta visión recibía primera prioridad en la orientación del Partido Popular Democrático, fundado por Muñoz el 22 de julio de 1938, la tarea de establecer la descolonización interna, de fijar la meta de la justicia social, de defender a los desvalidos como objetivo primario y decisivo de la gestión democrática en Puerto Rico.
Bajo su dirección en los años creadores de la década del 40, la del 50 y la del 60, Puerto Rico llevó a cabo una profunda transformación económica, social, educa tiva, política. Esa labor ingente alcanzó su
IDon Luis Muñoz Marín presta juramento como primer gobernador electo por el voto popular ante el juez presidente de la Corte Suprema, don Angel R. de Jesús (1948),
"Lo que las mayorías puertorriqueñas han querido y perseguido a io largo de toda nuestra historia es la autonomía. Nuestras conquis tas y realizaciones políticas todas son conquistas autonómicas."
expresión de relación política con Estados Unidos en el pacto consagrado del Estado Libre Asociado el 25 de julio de 1952. Hoy se cumplen 27 años de esa fecha decisiva.
La experiencia del mundo, nuestra apertura a la interdependencia, ha afirmado el sentido nato del puertorriqueño hacia las soluciones prácticas, realistas, con base en la reafirmación puertorriqueña y en nuestras propias circunstancias. Nuestro pensamiento político predominante ha sido por ello autonomista. Al mundo, lo que podemos ofrecer; del mundo, lo que pode mos utilizar conforme a nuestros propios criterios. Pero como puertorriqueños, ni nacionalistas ni asimilistas.
Somos igualmente un pueblo demo crático, que antepone siempre la actitud civil a |a truculenta de las confrontaciones, que practica el derecho y lo reconoce a los demás. En nuestras luchas de siglos, hemos predicado y practicado la igualdad en todos los órdenes, mientras aborrecemos la violencia y el despotismo.
A pesar de 81 años de interacción cultural con los Estados Unidos, nuestra cultura y nuestro idioma han conservado su claro perfil autóctono. Esas son bases firmes de nuestro autonomismo y nuestra identidad puertorriqueña.
Lo que las mayorías puertorriqueñas han querido y perseguido a lo largo de toda nuestra historia es la autonomía. Nuestras conquistas y realizaciones políticas todas son conquistas autonómicas. Lo que es autóctono, propio y particular a Puerto Rico es la autonomía como sistema político. En el contexto político puertorriqueño la autonomía ha supuesto siempre una vinculación con otro país: primero España,
luego Estados Unidos. Dentro de esa vinculación se busca el gobierno de Puerto Rico por los puertorriqueños, el gobierno del país por el país. Se persigue, pues, el gobierno propio; el poder de decisión sobre nuestras vidas; el gobierno conforme a la voluntad y los valores del pueblo puertorri queño. El alcance -los asuntos a que atañe la esfera de autoridad- del gobierno propio ha variado. La ventaja principal del sistema autonómico radica precisamente en su flexibilidad para acomodar las aspiracio nes y necesidades particulares del país dentro de su vinculación con el otro, pero fuera de la rigidez de las estructuras internas de este último. Se trata, pues, de un concepto rector de las relaciones entre los países, cuyo contenido es variable y ajustable, pero la esencia de la relación per manece invariable.
La autonomía tiene dos aspectos, uno interno y otro externo. En el aspecto interno se requiere el desempeño de todas las funciones necesarias para organizar la comunidad y vitalizarla eri el desarrollo de su bienestar y el de sus miembros. En el aspecto externo se procede a fijar las relaciones que establecen la comunidad de afectos,intereses y objetivos compartidas entre Puerto Rico y Estados Unidos. Esta comunidad de afectos, intereses y objetivos requiere un respeto y tolerancia recíproca en las diferencias y sn las iniciativas propias de cada unidad, así como una voluntad firme y decidida de faciiitar la mejor contribu ción al bien común. Corresponde identificar de igual modo las zonas de provechosas y fecundas actividades e iniciativas de la comunidad autónoma en su relación con otras socieda des independientes y autónomas dentro del mundo presente y el mundo futuro,donde la interdependencia exige cada día una
"La ventaja principal del sis tema autonómico radica preci samente en su flexibilidad para acomodar las aspiracio nes y necesidades particula res del país dentro de su vinculación con el otro, pero fuera de la rigidez de las estructuras internas de este último."
Identidad
y ciudadanía
f: '
"La ciudadanía es un status legal del cual ni el Con greso ni el Presidente de Estados Unidos ni ninguna otra autoridad pueden privar al puertorriqueño.'" 8 más intensa interrelacíón. Por exigencias crecientes de nuestro desenvolvimiento interno, Puerto Rico necesita ampliar sus relaciones externas en busca de recursos y acuerdos que beneficien sus necesidades económicas y culturales..En una relación autonómica como la que se contempla entre Puerto Rico y Estados Unidos, a través del vínculo de la ciudadanía, el poder político se ejerce en la magnitud y alcance de los poderes del gobierno autónomo. El hecho más radical de nuestra historia moderna es la relación de 81 años con los Estados Unidos. Ello ha creado vínculos políticos, económicos, culturales y afectivos entre ambos pueblos que son inquebran tables. Cerca de dos millones de puertorri queños viven en Estados Unidos; y su flujo y reflujo hacia allá y hacia acá constituyen el puente cultural más significa tivo de nuestra historia, alterando nuestra vida en Puerto Rico y la de los Estados Unidos de una manera irreversible. Como resultado, nuestra vida de pueblo se ha dilatado. Se han producido ajustes y choques, entendimientos y confusiones; pero el balance de esa relación es parte integral de nuestra realidad colectiva .tan enraizada en ella como nuestra tradición y nuestro paisaje.
Identidad y ciudadanía
La ciudadanía es un status legal del ■ cual ni el Congreso ni el Presidente de Estados Unidos ni ninguna otra autoridad pueden privar al puertorriqueño. Esto es así por precepto constitucional, declarado por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. En otras palabras, se'trata de una condición legal de carácter irreversible por razones constitucionales. Sólo el ciuda dano individualmente por su propio deseo y por su propia voluntad puede desprenderse
de ella.
Cuando se extendió la ciudadanía a los puertorriqueños, se vislumbró que Puerto Rico tendría un sistema político autónomo de gobierno, no un sistema integrado al sis tema político de Estados Unidos.
El Presidente Taft expuso la política que condujo a la extensión de la ciudadanía de Estados Unidos a Puerto Rico en su mensaje al Congreso del 6 de diciembre de 1912.
"Creo que la demanda por la ciudadanía es justa y que los habitantes de la isla se la han ganado con su firme lealtad. Pero debemos recordar que esta demanda no debe interpretarse en forma alguna y en ello concuerdan los puertorriqueños con que se esté pensando en la Estadidad. Creo que no existe opinión pública substancial en Estados Unidos, ni en Puerto Rico que vislumbre la Estadidad como la forma definitiva que hayan de tomar nuestras relaciones. Opino que el objetivo a per seguir debe ser otorgar el máximo de autonomía en lo que toca ai gobierno local y al fisco, con la ciudadanía americana como enlace entre nosotros: en otras palabras, una relación análoga a la que ahora existe entre la Gran Bretaña y sus dependencias autónomas, tales como Canadá y Australia. Esto conduciría al más amplio y autóctono desarrollo de Puerto Rico, y a la vez le permitiría disfrutar de los beneficios económicos y políticos de hallarse bajo la bandera de Estados Unidos."
Lo anterior permite subrayar varios factores indeclinables que concurren para integrar la riqueza y al mismo tiempo la complejidad de valores, experiencias y aza res que, a través de los siglos, han veriido a integrar la personalidad cultural y jurídica del puertorriqueño.
"Creo que no existe opinión pública sustancial en Estados Unidos, ni en Puerto Rico que vislumbre ia Estadidad como ia forma definitiva que hayan de tomar nuestras reiacienes," Wiiiiam H. Taft, 1912
11 lie
"En el nivel cultural e histórico, formamos parte de una tradición hispánica y de una convivencia de las dos grandes culturas del he misferio americano a la cual hemos añadido, y a la que aspiramos a continuar sumando cada día con mayor ahinco, nuestra propia aportación."
Como personas, estamos dotatdos de los derechos inalienables reconocidos en todos los grandes documentos de la historia y de la religión como inherentes a la dignidad del ser humano. En el nivel cultural e histórico, formamos parte de una tradición hispánica y de una convivencia de las dos grandes culturas del hemisferio americano a la cual hemos añadido, y a la que aspiramos a continuar sumando cada día con mayor ahinco, nuestra propia apor tación. En el plano constitucional y jurídico somos ciudadanos de Estados Unidos. Como tales hemos participado voluntaria y en muchos casos heróicamente en numerosos conflictos militares en los cuales nuestros hijos han ofrecido una y otra vez la prueba suprema de lealtad a valores y compromisos comunes.
Este conjunto de factores, valiosos todos y a ninguno de los cuales queremos renunciar, ayudan a explicar cómo el puertorriqueño en su gran mayoría ha entendido su destino histórico en esta isla central en el Caribe como uno que le requiere albergar conjuntamente en lo más íntimo de su ser la afirmación de su identidad, puertorriqueña y su vinculación con Estados Unidos, con el mundo hispánico, con la comunidad centroamericana y del Caribe, con el esfuerzo por validar la vida demo-' orática en todas partes del mundo.
Vista la ciudadanía en su verdadero contenido, en sus derechos y obligaciones como fue concebida al otorgarse, se resuelven los problemas de identidad que afrontan muchos puertorriqueños por no entender el verdadero alcance de la ciuda danía. Lo importante es comprender que somos ciudadanos americanos porque somos puertorriqueños. No al revés. La biología y la biografía anteceden a la juridicidad. Nuestra identidad viene, no .'j.k.'
de la ciudadanía, sino de formar parte del pueblo de Puerto Rico, colectividad humana con una sangre, una tierra, una historia, una voluntad, una cultura, un destino común. A nuestra puertorriqueñidad le ha sido otorgada la ciudadanía de los Estados Unidos, lo cual le agrega una dimensión es pecial de protección y lealtad política .llamada a co-existir pero no a competir ni a reducir la lealtad básica y profunda que por razones vitales nos vinculan a la patria.
La ciudadanía de Estados Unidos no debe verse como inexorable a una igual dad ficticia mediante la estadidad, que condene al puertorriqueño a una vida de dependencia de sus conciudadanos del norte para su subsistencia. La igualdad está en el respeto, en la valia que se adquiere cuando cada ciudadano hace un esfuerzo igual para contribuir al bien común dentro de los esquemas con tributivos y políticos que mejor promueven ese esfuerzo.
Así se honra y se ennoblece esa ciudadanía con la dignidad que debe existir en una unión democrática de dos pueblos.
La esencia de la igual ciudadanía es la dignidad de igual membresía en la sociedad. Este principio exige una medida de igualdad de status legal; promueve una mayor igualdad en la estima en que la sociedad tiene a la persona. Este principio encarna la ética de respeto mutuo y la autoestimación.
La ciudadanía de los Estados Unidos debe verse como fuente de derechos para que el puertorriqueño se afirime como individuo, y afirme su puertorriqueñidad. En su hondo contenido de derechos que garantizan la realización más plena del individuo, no pretende que cada cual se ajuste a un patrón uniforme cultural, contri butivo, o político, sino que contempla la
"La ciudadanía de los Estados Unidos debe verse como fuente de derechos para que el puertorriqueño se afirme como individuo, afirme su puertorriqueñidad."
"Nuestra ciudadanía es un manantial de derechos y una forma de vida para nuestro pueblo que ha dado fiel cumplimiento a ias obligaciones que de ella también proceden." W «'
"Esta ciudadanía entraña ciertas básicas protecciones personales e insti tucionales que no pueden infringir ni la Legislatura de Puerto Rico ni el 12 Congreso de los Estados Unidos."(Comisión del Status)
existencia de múltiples diferencias en los ciudadanos y recaba para cada cual la libertad para realizarse conforme a los imperativos de su circunstancia y su perso nalidad. Apoyado en la ciudadanía de Estados Unidos, el puertorriqueño no tiene que mendigar nada del Congreso, ni tiene que dar excusas por querer un sistema -diferente ai que cobija a otros ciudadanos. Esa ciudadanía significa el derecfio a continuar siendo lo que se es. No puede , obligar a la abolición del ser.
' Es dentro de esta amplia dimensión que debemos concebir nuestra ciudadanía. Ella es un manantial de derechos y una forma de vida para nuestro pueblo que ha dado fiel cumplimiento a ias obligaciones que de ella también proceden. Es a ella a la cual acude la Comisión de Status(1966) para señalarnos lo que debe constituir la clave de las relaciones de Puerto Rico con los Estados Unidos. Citemos textuaimente las palabras de esa Honorable Comisión:
"La clave para la continuación y desarrollo de la relación entre Puerto Rico y los Estados Unidos continentaies es ia ciudadanía de los Estados Unidos. Esta ciudadanía entraña ciertas básicas protecciones personales e institucionales que no pueden infringir ni la Legislatura de Puerto Rico ni el Con greso de los Estados Unidos. La doctrina constitucional vigente, por tanto,no permitiría ninguna acción que hiciese ineficaz el derecho de los ciudadanos americanos de Puerto Rico de determinar su futuro,sea bajo la continuación y desarrollo del Estado Libre Asociado, sea bajo la Estadidad, o la Independencia."
Junto con los derechos que surgen de nuestra ciudadanía los puertorriqueños tene mos otro derecho en nuestro carácter de pueblo: el derecho a la autodetermina ción. El acoplamiento de estos derechos
"Junto con los derechos que surjen de nuestra ciudadanía los puertorriqueños teneiTios otro derecho en nuestro carácter de pueblo: el derecho a la autodeterminación."
ÍF»' llr , i'K
"La propia coristltución, mediante la ciudadanía, nos abre las puertas para que, en el ejercicio de nuestro derectio de autodetermina ción, tiagamos el diseño político que nos ofrezca la mejor oportunidad de llegar a nuestra plena realización como seres fiumanos."
fortalece nuestra posición para realizar nuestro futuro. Somos, pues ciudadanos de Estados Unidos que estamos en una posición especial, distinta a la de cualquier otro grupo de ciudadanos y distinta a la de las minorías negras o fiispanas. Como miembros de un pueblo con el derecho a la autodeterminación podemos escoger la organización política que mejor promueva nuestro bienestar y fomente nuestra estima propia dentro de las relaciones con Estados Unidos, No tenemos obligación de plegarnos a los moldes tradicionales del federalismo de la constitución. La propia constitución, mediante la ciudadanía, nos abre las puertas para que, en el ejercicio de nuestro derécho de autodeterminación, hagamos el diseño político que nos ofrezca la mejor oportunidad de llegar a nuestra plena realización como seres humanos.
La autoestimación, el sentido de igual valoración del puertorriqueño al norteameri cano dentro de la ciudadanía común, se logrará en la medida en que el pueblo puerto rriqueño alcance sus aspiraciones colectivas. Nuestra valía propia como puertorriqueños tiene que afirmarse de pueblo a pueblo mediante nuestras propias iniciativas, en un esfuerzo cooperativo para alcanzar el bien común con Estados Unidos.
En fin, nos encontramos y nos definimos en una unidad moral, emocional, espiritual. Esa condición de pueblo nos distingue de otras minorías estadounidenses que, aunque comparten muchas características propias, encuentran su identidad dentro del conglomerado pluralista, pero que a la vez tiene su unidad espiritual propia, que es el pueblo americano. Nuestra unidad de pueblo exige una organización política que haga posible una unidad de voluntad y acción: esa es la autonomía.
La autodeterminación es mucho más que una votación para escoger un gobierno o un status; es un acto de destino que parte del propio ser, de sus prioridades y aspiracio nes, para concretar una voluntad,legitimando, con la libre participación, el status profun damente querido por el pueblo.
La división y el canibalismo partidista de que sufre Puerto Rico hoy dificulta no solo la decisión sobre status, sino un acuerdo básico sobre los prerequisitos normativos procesales para esa decisión sobre el futuro del país. Esa división y partidismo exagerado han distorsionado el sentido de la reciente Resolución de las Naciones Unidas para viabilizar la libre determinación de Puerto Rico. Por ejemplo, la distorsión que se ha intentado sobre la frase "trans ferencia de poderes", hace ese concepto uno absurdo, a la luz de la experiencia histórica de la ONU,en que se ha reconocido la libre determinación sin un caso tan siquiera de traspaso específico de poderes a ningún país, antes de hacer la decisión.
El problema crítico de Puerto Rico frente a su desarrollo político es el de su divisionalismo político interno. Ese egoísmo aniquila la voluntad del país. Frente a ello Puerto Rico tiene una sola arma de lucha; su voluntad unitaria, basada en su propia estima como pueblo, para ganar la consideración y el respeto c^e los Estados Unidos y del mundo con respecto a su plena libertad autonómica. En la definición, articulación y proyección de esa voluntad unitaria cada cual debe * saber que no puede alcanzar todo lo que quiere como lo quiere. Existen otros, a los que debemos tomar parecer. Eso constituye un reto moral y patriótico.
"La división y el canibalismo partidista de que sufre Puerto Rico dificulta no solo la decisión sobre status, sino un acuerdo básico sobre los prerequisitos normativos procesales para esa decisión sobre el futuro del país."
Efectos de la transformación económica
"Luis Muñoz Marín y el Partido Popular Democrático redefinieron esos recursos, esas necesidades, prioridades y estrategias. Transformaron al país, de una isla desespera da en una sociedad cuyos índices objetivos de progreso comparan favorablemente con los de la mayoría del mundo moderno, tiasta colo carnos, a base de esos logros, en la lista de las primeras 20 naciones del mundo." 16
Nuestros problemas
Efectos de la transformación económica
En 1937 existía en Puerto Rico una contradicción entre el cuadro de necesi dades del pueblo, de sus recursos, su potencial de acción pública y los enfoques, las estrategias y políticas adecuadas a soluciones viables. Luis Muñoz Marín y.„el Partido Popular Democrático redefinieron esos recursos, esas necesidades, priorida des y estrategias. Transformaron al país, de una isla desesperada en una sociedad J,cuyos índices objetivos de progreso comparan favorablemente con los de la mayoría del mundo moderno, hasta colocar nos, a base de esos logros, en la lista de las primeras 20 naciones del mundo. Las enfermedades epidémicas propias de la pobreza, el analfabetismo, la carencia de alumbrado, la falta de agua potable en los hogares, la vivienda inhóspita,los sueldos de miseria fueron superados hasta el punto en que, aunque falte todavía mucho por hacer, se conjuraron los males princi pales inherentes al círculo de la pobreza. Todo ello se reflejó en una política más democrática, en una cultura más conciente de sí misma y más diversa, en una economía industrial. Como condición posibilitante se creó una infraestructura económica fuerte, portadora de un mejor futuro, si se utiliza bien.
Esta transformación ha producido en muchos sentidos una nueva sociedad que se caracteriza por ser:
• Crecientemente urbana. El rápido desplazamiento del campo hacia la ciudad conlleva ajustes, a veces difíciles, en las formas de convivencia, readaptaciones de hábitos y tareas. Ello se traduce en
tó '• N J,
Realidad
central de nuestro desarrollo
ventajas y desventajas para los individuos y para la comunidad.
• Dinámica, Se produce movilidad social; las fronteras entre clases se hacen borrosas; y las clases populares pueden aspirar al disfrute de lo que antes se reservaba a estratos supuestamente superiores.
• Materialmente insegura. La prospe ridad alcanzada en los renglones materiales, en la adquisición de cosas ha comprometido al puertorriqueño con el progreso social de tal suerte que produce en él inseguridad sobre el futuro y sobre el cambio. Lo han hecho conservador con respecto a lo que tiene, a la vez que aspira a mayores comodidades, bienes y servicios. Todo esto es muy aplicable pero problemático porque no se puede progresar sin cambios.
Realiclad central de nuestro desarrollo
La transformación puertorriqueña, como la contemplamos hoy, ha creado un desbalance entre los cambios y logros realizados, los medios económicos y técni cos por un lado, y la calidad de la vida, el sentido de seguridad, y la autoestimación del puertorriqueño por el otro.
"La transformación puer torriqueña, como la contem plamos hoy, ha creado un tfesbalance entre los cambios y logros realizados, los medios económicos y técnicos por un lado, y la calidad de la vida, el sentido de seguridad, y la auloestimación del puerto rriqueño por el otro." 18
La dinámica expansiva del desarrollo económico, social, educativo, produjo una transformación que, por su propia rapi dez y por la urgencia de rectificar males inmediatos, no permitió anticipar y preveer todas las consecuencias secundarias de las alteraciones sociales en proceso. Al mismo tiempo, conmociones inesperadas en la esfera económica de los países más desarrollados, comparables únicamente a la depresión mundial de 1929 a 1933, así como serios conflictos en la política nacional' e internacional de Estados Unidos, crearon inesperados desconciertos en Estados Unidos y en Puerto Rico. Las nuevas circuns-
tancias, valores y actitudes han generado serios problemas que exigen re-examen urgente. La insatisfacción constituye la nota .esencial que define la actitud del puerto rriqueño de hoy, como en gran parte define la de la mayoría de las sociedades del presente. En la expresión mayoritaria de nuestro pueblo se acrecienta el desarraigo, la marginación política, social y económica. Además, la insatisfacción mundial ha repercutido en nuestro medio inevitable mente. Nuestras instituciones sociales oficiales y no oficiales van perdiendo mucho de su impacto para la solidaridad humana necesaria a la convivencia social. El esfuerzo productivo no está precedido por un sentido de pertenencia,de comunidad de propósitos. La participación de la fuerza trabajadora baja dramáticamente año por año. Un millón de puertorriqueños han sido dados de baja de esa fuerza. Todo ello conduce a la marginación y produce^ una sicología de gratificación instantánea, aún desde la ociosidad.
Por todo lo anterior, urge una reevaluación completa del proyecto puertorriqueño, de sus metas y posibilidades, en aras de una estrategia integrada que pueda con frontar viejos problemas y conflictos en forma viable y saludable. Frente a la compla cencia de los que consideran que el malestar puertorriqueño es normal como incidental al progreso, y frente a los que no ven antídoto alguno a la disolución inevi table del país hasta convertirse en un arrabal de los Estados Unidos, nosotros nos encararemos al reto.
Este trabajo se propone examinar toda esa situación con sinceridad y firmeza, formular un diagnóstico y ofrecer una salida adecuada, viable y puertorriqueña.
Las realidades en que se basa son incues tionables. El ataque que proponemos a
"La insatisfacción constituye la nota esencial que define la actitud del puertorriqueño de hoy."
I irneo S'j lem 30 oq 3001' • Bl 6b t V bBtJi ofiauq
problema económico
%' h y
f.'-J '• F^' y í¿ji í<<" th-
t. .■
T'ík:
"El crecimiento econó mico de Puerto Rico, desde 1940 tiasta fines de los años 60, fue pujante, sostenido, dramático, prácticamerite sin paralelo en el mundo libre." 20 AÁ
sus problemas es frontal. La inspiración que lo preside se arraiga en el propósito de crear un Puerto Rico confiado en sí mismo, satisfecho de esa confianza en sí mismo, satisfecho de su concordia social, seguro en la capacidad de poder crearse un bienestar económico sólido y una vida social saludable.
El problema económico
El crecimiento económico de Puerto Rico, desde 1940 hasta fines de los años 60, fue pujante, sostenido, dramático, prácticamente sin paralelo en el mundo libre. Fue especialmente así a partir del año 1952 tras la creación del Estado Libre Asociado. Los siguientes factores explican tal logro:
• Unidad y determinación en el pueblo de Puerto Rico, basadas en un ingente esfuerzo propio.
• Un pueblo modesto en riquezas y rico en dignidad, dirigido por un líder excepcional y un partido creador.
• Un programa claro, de desarrollo, hacia metas razonables, felizmente articula das y comunicadas.
• El status de Estado Libre Asociado dió personalidad política propia a la vez que garantizó los poderes y la flexibilidad en las relaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos. El pacto de pueblo a pueblo le imprimió perfil propio en el orden internacio nal, segijn hubo de reconocerlo la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 748 de noviembre de 1953. La comunidad de defensa, de mercado, y de derechos bajo la comijn ciudadanía pro veyeron, junto a la autonomía fiscal, la confianza colectiva hacia formas audaces de desarrollo adicional.
No obstante eso, desde principios de la década del '70 nuestra economía anda estancada, y su erosión deroga conquistas
de muchos años anteriores. El ritmo de producción en todos los renglones relevan tes -producto bruto, ingreso personal, ingreso personal per cápita- decaído. Sólo el consumo personal ha crecido. He ahí la fórmula de una posible bancarrota, por la ruta de una creciente dependencia y deuda exterior. Somos en el 1978 seis veces más -dependientes de lo que éramos en 1968: de 117.18 dólares per cápita en ayudas y transferencias federales en el 1968 se ha subido a 790.41 dólares en 1978..
Lo mismo ocurre con la inversión externa. En vez de hacernos más autosuficientes, nos hemos endeudado más porque el programa de industrialización en vez de vincularse en sus efectos a nuestra economía, permaneció como un enclave aquí, pero integrado a. la economía de Estados Unidos. Ese capital no enraizó en Puerto Rico.
La tecnología importada responde solo a la exigencia económica y no tiene responsabilidad social con nuestro pueblo. El resultado neto ha sido un au-^ mentó favorable en los ingresos de los trabajadores industriales y de las ramas de servicios, pero acompañado de un balance negativo-extractivo en los pagos por ganancias e intereses por deuda pública y privada del país. Hoy ese-primer flujo positivo demgresos se ha detenido, mientras la fuga en pagos hacia afuera crece desorbitadamente. Esta última se acrecienta por el pago a veces invisible en deuda pública por la inversión en la infraestructura de servicios al sistema industrial. Tales hechos no hacen indeseable la industrializa ción, pero sí exige su reevaluación, además de la toma de decisiones importantes en cuanto al financiamiento y control de una industrialización que convenga a nuestro pueblo.
Somos en el 19:;8 seis veces más dependientes de lo que eramos en 1-968."
Insuficiencia y de ahorros internos
Dualismo tecnológico y social
insuficiencia de ahorros internos
El apetito desenfrenado de bienes de consumo que la dependencia casi exclu siva de fuentes externas de financiamiepto facilita y que se intensifica con la estructura comercial y su propaganda, plantea un problema que lesiona gravemente nuestra economía. El afiorro es el punto de partida esencial para un sistema saludable; se procede del ahorro a la inversión, de la inversión al empleo creciente, de ese empleo a una producción mayor y, en consecuencia, a un consumo correspondiente a esa producción. Al colocarse el consumo en primer término se trastorna la buena lógica económica y se crea una situación eco nómica crítica.
Hemos carecido de una adecuada política pública para generar ahorros y dirigirlos a su mejor utilización productiva. Por el contrario, se ha estimulado en vez el endeudamiento externo, público y privado.
Dualismo tecnológico y social
Al presente-I- nuestra economía conlleva el riesgo de producir en nuestro medio una división en tareas y actividades sociales totalmente indeseable. Tiende a separar los que trabajan en las diversas posiciones, oficios, iniciativas y óomercios de los desem pleados y los marginados; los que no han perdido la fe y aún buscan trabajo de los que ya se dan por vencidos.
Los primeros, interesados sólo en sus propios empleos, quehaceres y decisiones, se desentienden y enajenan de los demás. Los segundos, al ver cerradas sus oportuni dades,caen en la frustración,el resentimiento y la hostilidad.
Este dualismo separa a su vez tanto a los envejecientes, a los jóvenes desemplea dos como a los no empleadles por falta de preparación.
Punto de partida para una
nueva
estrategia
Irl-'' ' ' ' , 1' rP' ■, ■ h'.", ,/ - 'M
Una economía donde prevalece ese estado de cosas es necesariamente una economía insatisfactoria. Requiere con urgencia reexamen y reorientación. De inmediato se sostiene en precario, en virtud de la asistencia federal que, en la forma en que se produce, aminora los síntomas de la enfermedad pero no.la cura.
Punto de partida para una nueva estrategia
'La transformación económica que realizó el Partido Popular desde 1940 cambió la estructura productiva de una agrícola a una mayormente industrial. Al principio se intentó ese desarrollo en forma autónoma, basado en los siguientes principios:
• Redistribución de ingresos mediante alzas en salarios y reforma contri butiva.
-• Redistribución de la riqueza ^ mediante la reforma agraria.
• Participación directa del sector público en la producción manufacturera.
• La adquisición y desarrollo por el gobierno de servicios públicos esenciales, como electricidad, agua y alcantarillados.
• Creación de agencias de promo ción y planificación del crecimiento económico.
Pasada la Segunda Guerra Mundial y aprovechando la expansión económica estadounidense, se dependió más de la inversión externa, mediante la cual se logró un rapidísimo ritmo de crecimiento económico, de los más exitosos en el mundo.
Sin embargo, desde principios de la década del 70, nuestra économía cayó en un creciente estancamiento. Se repite la crisis del 30 aunque a otro nivel. Por un lado sufrimos de un aparente agotamiento y depresión espiritual y por otro lado sabemos
de posibilidades y potencias creadoras acumuladas que no encuentran salida. El balance es frustración en medio de energías .y capacidades de todo género que chocan con estructuras obsoletas y que no le permiten expresar esas energías. El resul tado es predecidle. Si no se corrige la situación de desempleo estructural y de creciente desempleo de las clases populares de menos ingresos,se configurará una nueva estratificación social.
' En otras palabras, podría surgir una nueva crisis integral como la que caracterizó los años antes del 40.
Esta situación indica que un objetivo modesto como lo es el de un millón de' empleos para el 1988, con una tasa de desempleo de 10% -la mitad de la presenteno es obtenible con la estructura económica actual. Sólo podrían crearse 82 mil empleos con un desempleo de 23%, y 14 billones de dádivas federales, que ahora es de solo 2 y medio. La inflación seguramente haría más pobres a los asalariados. Ese cuadro arrojaría solo un 34.8% de las familias ^ con ingresos de 10 mil o más dólares al ano, y 11.4% de las familias con ingresos mayores de los 15 mil. El resto sería una masa en la pobreza y en desempleo, lo que amenazaría peligrosamente nuestra convivencia social. Los sectores nativos de la economía quedarían marginados y excluidos de los procesos productivos. Cundiría la especula ción como manera de allegar riqueza.
Es necesario una iniciativa histórica que reclute las energías y potencias creado ras del país en un movimiento concertado para superar esa crisis y realizar nuestra aspiraciones colectivas. El centro y meta de ese proyecto histórico tiene que ser el puertorriqueño en su desarrollo social y humano.
"Es necesario una Iniciativa histórica que reclute las energías y potencias creadoras del'país en un movimiento concentrado para superar esa crisis y realizar nuestras aspiraciones colectivas."
La nueva estrategia económica
"Nuestra estrategia consiste de mejorar nuestro nivel de vida mediante un desarrollo económico primordialmente financiado y controlado por puertorrique ños, haciéndonos más autosuficientes mediante el estimulo agresivo de los sectores económicos que general el máximo de empleos." 26
Aspiramos hacia un puertorriqueño confiado de sí mismo, orgulloso de su identi dad, seguro de su valía propia, satisfecho de que se cuenta con él, responsable y decidido, soberano de sí mismo en su sen cillez sin pretensiones, emprendedor y productivo, tolerante y respetuoso, compro metido con su familia, con su comunidad, con su pueblo y vinculado en su espíritu al sentido de la verdad, a la certeza de una escala de valores y normas de ética y moral de sentido trascendente. Todas las acciones del estado y de la sociedad a través de sus mijltiples instituciones y vinculaciones deben estar encaminadas hacia ese desarrollo del puertorriqueño.
La nueva estrategia económica
Nuestra estrategia consiste en mejorar nuestro nivel de vida mediante un desarrollo económico primordialmente financiado y controlado por puertorriqueños, haciéndonos más autosuficientes mediante el estímulo agresivo de los sectores económicos que generan el máximo de empleo por cada dólar de inversión. La soli dez financiera de nuestro país debe propiciar un aumento en la capacidad productiva poseída por los puertorriqueños, a la vez que propicie un equilibrio adecuado entre inversión interna y externa. Los elementoa básicos de esta estrategia son los siguientes:
• financiamiento y control puertorri queños primordialmente, mediante la generación y canalización interna de los ahorros necesarios para la inversión.
• reducción progresiva df 'a depen dencia.
• inversión preferente y ; .resiva en actividades que generan npleo masivo.
"Aspiramos hacia un puerto rriqueño confiado de sí mismo, orgulloso ^e-su identidad, se guro de siTValía propia, satis fecho de que se cuenta con él, responsable y decidido, sobe rano de sí mismo en su senci llez sin pretensiones, empren dedor y productivo, tolerante y respetuoso, comprometido con su familia, con su comuni dad, con su puebloy vincuiado en su espíritu a la certeza de una escala de valores y nor mas de ética y moral de sen tido trascendente."
Impulso simultáneo a sectores agrícola e industrial
El sector manufacturero y el agrícola tienen que ser remoldeados para atender las prioridades reales de Puerto Rico. A la luz de las nuevas realidades del mercado de energía y de la estructura de nuestra fuerza obrera, la integración de sectores y el financiamiento interno son necesidades sine qua non. La necesidad de satisfacer nuestra de manda interna de productos, especialmente alimenticios, mediante la sustitución de importaciones, requiere medidas heróicas ■en el ámbito industrial y agrícola, al servicio de más empleos, más autosuficiencia, menos fuga de capital vía la balanza comer cial y mayor ampliación de nuestra base productiva. De esa manera se le podrá dar meior uso a la inversión externa, que siempre necesitaremos.
Nuestros estudios indican que la agricultura tiene un alto potencial que contri buir a la oferta de alimentos para el mercado interno y para generar empleos a cientos de miles de puertorriqueños. Bajo tal concepto, la agricultura no se percibe como un fin en si mismo sino como un recurso para mejorar la vida total del puertorriqueño: producción, salario, ,autosuficiencia, buena convivencia y alta estima propia.
Puerto Rico debe concebir su agricultura como instrumento de desarrollo, como manera de convivencia y generadora de un esquema de valores sociales y morales que puedan enfrentar los cambios que el propio desarrollo económico produce.
Aspiramos a que la agricultura integre al Inombre del campo a la tierra como forma de vida satisfactoria y plena'.
Para el logro de estos objetivos de convivencia, el país debe adoptar las
"Puerto^Rico debe tener siguientes medidas de política pública; poderes para proteger su ,jqJq |g ^jg^-g cultivable estará rsSmSuVyaiotiace dedicada a su máxima producción, con el café."
• La tierra deberá estar en manos de aquellos que la cultivan y hacen de ella un medio de vida.
• El gobierno proveerá los estímulos e incentivos necesarios para propiciar • . . un desarrollo agrícola eficiente, conducentes a estos objetivos.
. "v'
• Se establecerá un sistema ■ • . adecuado de mercadeo, de seguro agrícola y de precios que ofrezcan al agricultor la máxima seguridad y beneficio económico.
• La investigación agrícola deberá ir dirigida al desarrollo comercial de productos principalmente para consumo local.
• La zona rural deberá recibir atención especial de suerte que pueda disfrutar los servicios esenciales de agua potable, energía eléctrica, facilidades escolares, deportivas y recreativás, pequeñas empresas fabriles que complementen el ingreso agrícola, además de la industrialización máxima de la producción agrícola. Para lograr la mayor eficacia de estas medidas, Puerto Rico deberá tener poder para proteger su producción interna, en la " misma forma en que ya lo hace con el café. De esta manera, se reduciría al máximo la dependencia del exterior para nuestra producción en forma consistente con nuestra capacidad productiva.
' La política pública aquí descrita no debe ser objeto de alteraciones caprichosas como resultado de cambios electorales o en la dirección de los programas de desarrollo agrícola. La eficacia de las medidas habrá de verse en su aplicación consistente y i' 30 . prolongada. Es^necesario señalar que la
facultad para la protección de nuestra economía resulta indispensable para la articulación efectiva de las distintas políticas gubernamentales de desarrollo económico. Sin esos poderes ocurrirían quebrantos periódicos en la efectividad de los programas.
La afirmación de los valores puertorri queños-, el movimiento de Puerto Rico en un curso de acción de menos dependencia del exterior, de mayor dependencia y confianza en sí mismo y en sus recursos, así como la existencia en nuestra sociedad de un esquema de valores consistentes con nuestro aprecio y respeto a la valía del ser fiumano, estarán servidas al máximo con la adopción y eficaz implantación de la política señalada.
Es vital proteger los empleos ya creados y crear 200,000 nuevos empleos para alcanzar nuestras aspiraciones. Los salarios son una clave importante en el crecimiento del empleo. Deben ser los más altos posibles que nuestra economía pueda pagar. El salario tiene que ser la compensación justa de la producción de la riqueza. El creci miento de la.riqueza no puede acompañarse de una política de mano de obra barata. Al contrario, el propósito será mayor produc ción, mayor riqueza compartida y mayor salario compatible con el empleo y la ganancia real. La política salarial obedecerá a un sistema justo de compensación que aumente periódicamente, que compense la inflación y que varíe con los adelantos en la productividad. Para ello, podemos , utilizar también políticas bien diseñadas de subsidios de salarios y exenciones contribu tivas directamente ligadas a actividades intensivas en mano de obra. Para alcanzar estas metas es urgente reformular toda la estructura institucional de
"Es necesario señalar que la facultad para la pro tección de nuestra economía resulta indispensable para la articulación efectiva de las distintas políticas gubernamentales de desa rrollo económico."
jUi,
"Necesitamos controlar todo lo concerniente a las relaciones del trabajo, el uso de nuestros recursos natu rales que beneficien a Puerto Rico y no perjudiquen seria mente a los Estados Unidos.
El problema
social
la Junta de Relaciones del Trabajo y de la Junta de Salario Mínimo. En vez de su pre sente inercia y anquilosamiento, que obran contra los intereses de los trabajado res, deben instituirse unos organismos dinámicos y sensitivos a las presentes realidades y necesidades de nuestra clase trabajadora. '
Puerto Rico, con un 60% de su mano de obra totalmente marginada de la estruc tura productiva y con un 20% de desempleo en el restante 40% de la clase trabajadora, necesita una política clara de recursos humanos. Parte de esa política provendrá del necesario control puertorriqueño de la inmigración de extranjeros, de tal manera que se pueda planear su utilización selectiva con arreglo a nuestras necesidades reales. Es obvio, por lo mismo, que necesitamos controlar* todo lo concerniente a las relacio nes del trabajo, el uso de nuestros recursos naturales en tierra y mar, y nuestro comercio (de pueblo a pueblo)con áreas que beneficie á Puerto Rico y no perjudiquen seriamente a los Estados Unidos.
Para que todo lo anterior pueda responder a una administración racional, planeada, es necesario que se altere la legislación federal sobre transferencias de fondos al gobierno del Estado Libre Asociado, de manera que puedan usarse esos fondos en la manera más productiva y flexible. Eso quiere decir, asignaciones en bloque, que ya es una práctica del Congreso con otras áreas no continentales dé los Estados Unidos, y a la que se ha opuesto la presente administración del P.N.P.
El problema social
Hemos mencionado ya el dualismo social y tecnológico. Debemos añadir ahora las ex pectativas frustradas, el deterioro en el servicio público y en la ética de muchos
funcionarios públicos, la penuria moral • y económica que se vierte en criminalidad y en dependencia. Es como si cundiera la pobreza en medio de la abundancia. La familia se va disolviendo, la juventud se margina, la vejez se abandona, los proce sos sociales se despersonalizan y las iniciativas colectivas sufren bajo una men talidad oficial que practica la inferioridad puertorriqueña a lo extremo como política pública.
Puerto Rico presenta en la actualidad un cuadro de síntomas colectivos en verda dero estado de perturbación: desigualdad en la distribución del ingreso social y una baja relativa en la producción: alto costo y baja participación en los servicios de vivienda, salud y educación; alta criminali dad, alcoholismo, droga, divorcios y suicidios, como otras tantas expresiones de enaje nación social. Todo esto mina la confianza personal y colectiva del puertorriqueño, que al verse dependiendo de capital externo y transferencias federales concluye el fracaso real o imaginario de las iniciativas puertorriqueñas. Sobre todo eso, la prédica continua de que es inferior porque es ciudadano de segunda clase le cercena su propia valía. Todo plantea la necesidad de una vasta y profunda reforma social hasta una comunidad justa, solidaria, sana y segura en la convivencia, respetuosa de la dignidad de todos, prudente en el consumo, interesada en la igualdad de los servicios y oportunidades, de cohesiva vida familiar, de intensa participación democrática de pueblo en las decisiones que afectan sus vidas; todo ello en aras de producir un puertorriqueño que sea confiado en sí mismo, orgulloso de su identidad, seguro de su propia valía, responsable y decidido.
"Puerto Rico presenta en la actualidad un cuadro de síntomas colectivos en verdadero estado de pertur bación: desigualdad en la distribución del ingreso social y una baja relativa en la producción: alto costo V baja participación en los servicios de vivienda, salud y educación: alta criminalidad, alcoholismo,droga,divorcios y suicidios, como otras tantas expresiones de enn-enación social.
La reforma social
"Este mismo Partido tiene la oportunidad hoy de refundar otra vez a Puerto Rico, supe rando la ética adquisitiva en que hemos caído, mediante una ética creativa, la naciente ética del crear y del hacer."
soberano de sí mismo en su sencillez sin pretenciones fatuas, tolerante y compro metido con su familia y su comunidad en el infortunio o en la prosperidad, y profunda mente vinculado en su espíritu a la decencia y a la verdad.
La reforma social
Para realizar la agenda que este cuadro de problemas nos plantea encontra mos que existe una amplia brecha entre necesidades y limitaciones, por un lado y realizaciones indiscutibles por el otro. Contamos con las bases y columnas del desarrollo anhelado. Tenemos la infraestruc tura industrial de personal calificado, de experiencia y destreza. Nos ha faltado la inspiración, la voluntad, la imaginación y la confianza.
La transformación puertorriqueña ha consistido en sustituir una ética tradicional de respeto, afecto y dignidad, por una ética individualista de gratificación instantánea de adquisición y consumo,de productivismo y explotación sin límites de la naturaleza y del mercado. En todo sentido y en toda dimensión, esa es una ética de "lo que el mercado aguante", de "el que venga atrás que arree" o de "la última la paga el diablo".
Esa no puede ser la ética de un pueblo civilizado y cristiano.
Postulamos la necesidad y la existencia naciente, todavía fragmentaria pero esperanzadora, basada en el acto y pro ducto del trabajo de la acción científica, artística y fabril, que une a las personas en la creación de su propio futuro como lo ejemplarizó el Partido Popular al re-fundar en 1940 la sociedad puertorriqueña en bases de justicia, en base al acto creador de la mano, de la mente y del espíritu. Este mismo Partido tiene la oportunidad hoy de refundar otra vez a Puerto Rico,superando
la ética adquisitiva en que hemos caído, mediante una ética creativa, la naciente ética del crear y del hacer. Nuestro pueblo ha creado una riqueza social que merece reflexión. En menos de 25 años cambiamos nuestra base productiva: nuestro basamento industrial es complejo y fuerte, científico y tecnológico; y está acompañado de una estructura financiera compleja y capaz. Tenemos más de 200 mil obreros capacitados para operar una economía industrial y una clase obrera diestra capaz de operar ese maquinismo pro ductivo, no importa cuán compleja sean sus operaciones. El puerto de San Juan es el quinto en el mundo en entradas y salidas de furgones. Este dato apoya la posibilidad de la nueva ética del trabajo y la creación. Nuestra sociedad es una que sabe hacer, y sabe bien lo que no sabe y necesita. Es una sociedad que puede, y puede poder aún más. Esta sociedad, criatura del Partido Popular, por su sólida base industrial tiene la capacidad para que este mismo Partido la dirija hacia potencialidades todavía inéditas, para sacarla de la gratificación adquisitiva y conducirla al hacer crea tivo, elevando nuestro saber y nuestro poder a rango ético.
Existe fuerza creadora artística en Martorell, Rodón, Homar, Cajigas, Ana María Castañón, Ivonne Figueroa, Guillermo Venegas y Danny Rivera. Hay energía y creatividad, en nuestro deporte. He ahí un modelo de vigor fecundo para toda nuestra vida colectiva. ¿No puede ser acaso nues tra educación actual así de fértil, así de actual?
Frente a esas fuerzas de base, potentes y dinámicas, el problema político consiste, pues, en canalizar, potenciar, fructificar.
Se trata de una nueva política basada en una nueva ética de proyección y en un hacer
"Se trata de una nueva política basada en una nueva ética de proyección y en un tiacer creativo:en el trabajo, en el arte, en el deporte, en la participación democrá tica y en la administración pública."
"...el liderato debe ser afir mativo, realista e inspirador pero, a la vez, dócil a la comunicación entre líderes y pueblo."
'1; ,
creativo; en el trabajo, en el arte, en el deporte, en la participación democrática y en la administración ptjblica. Para poner ese vigor, ahora latente, de nuestro país al servicio de nuestra gente, el liderato político tiene que enfrentar una cuestión muy grave: el asunto de la estrategia y del estilo que con ciernen a la nueva avanzada ética y política.
Para lograr el desarrollo social-personal óptimo de los puertorriqueños; para enriquecer la vida personal y comunitaria; para elevar la conciencia moral,en base a la confianza y fe propias; para validar y destacar nuestras potencias y sensibilidades hacia la autodirección inteligente, en una vida social solidaria y coherente,con sentidos valorativos propios ¿qué nuevos enfoques y actividades deben presidir el cambio?
Hay cosas muy específicas que no debemos hacer tales como suponer que hay soluciones fáciles o mágicas; explotar la dependencia del pueblo con ofertas irrealizables; explotar demagógicamente las inseguridades viejas y nuevas del pueblo puertorriqueño; o meramente preparar un plan, una promesa electoral más. Por otro lado, hay cosas muy claras que sí debemos hacer tales como convocar la colabo ración amplia y la participación sostenida de todo el pueblo para encontrar avenidas de acción provechosas frente a problemas que son suceptibles a diferentes trata mientos; iniciar un proceso continuo para examinar las preguntas, las insatisfacciones de la gente, e instituir cambios que las tomen en cuenta. Para lograrlo, el liderato debe ser afirmativo, realista e inspirador pero, a la vez, dócil a la comunicación entre líderes y pueblo para guiarlo unido hacia un nuevo comienzo contra la desesperanza que amenaza y el ilusionismo que cunde por doquier.
*■ "Existe fuerza creadora artística en Ivlartorell, Podón, Homar y Cajigas... Hay energía creativa en nuestro deporte."
"Urge un liderato que, en vez de postular conceptos, Ideas, soluciones desde arriba o a base de principios de propaganda comercial y manipulativa, se envuelva en un proceso de aprendizaje, de conciencia a conciencia, con sus iguales humanos;que se identifique; que se com prometa con su semejante, que propicie su desarrollo propio como el de su semejante."
Para realizar este propósito, la educación exige ser mucho más que instrucción formal en planteles físicos: ha de ser valcrativa, humanista y social; y debe constituir una prioridad ineludible para el liderato y la inteligencia política.
Si la reforma puertorriqueña tendrá o no un alcance verdaderamente social de penderá de que la democracia se convierta de verdad en experiencia vivida y com partida, de que el ciudadano se sienta partícipe de una perenne discusión reflexiva con su liderato, en la que manifieste lo que significan sus mundos personales, sociales y políticos. El modelo de esa parti cipación colaborativa es una buena conversación entre iguales, con metas comunes que representen ideales compar tidos o deseados. Todo ello comporta un cambio radical en el estilo de relación entre el liderato político y el hombre y la mujer comiíin. Urge un liderato que, en vez de postular conceptos, ideas, soluciones desde arriba o a base de principios de propaganda comercial y manipulativa, se envuelva en ijn proceso de aprendizaje, de conciencia a conciencia, con sus iguales humanos; que se identifique y que se comprometa con su semejante; que propicie su desarrollo propio como el de su semejante. Todo esto supone una fe en la capacidad decisional y la racionalidad investigativa del ciu dadano como actor, no como objeto de su destino social. Sólo eso produciría una conciencia realista de las circunstancias y recursos de nuestro pueblo, un balance entre expectativas y logros viables. Lo con' trario abonaría al cinismo, la manipulación y el ilusionismo que ya abundan. Estos principios deben traducirse en cambios en la programación gubernamental 3 S3b0r' • Se proveerán medios facilitantes
de participación del ciudadano y del empleado público en las decisiones del gobierno.
• El gobierno en vez de mero proveedor de recursos, se hará presente en las comunidades para percatarse de los problemas y ayudar a resolverlos. - «Se facilitarán medios para examinar con los ciudadanos las cuestiones controversiales, aún desde perspectivas encontradas.
• El servicio público deberá basarse en dos factores que ahora existen pero no en grado suficiente. El servidor público contará con la seguridad de que su empleo no ha de estar a merced de los vaivenes partidistas y de los cambios electorales cada cuatro años. El sistema de mérito ha de fortalecerse en grado tal que la influencia política no afecte al servidor público de carrera. Segundo, y de igual importancia, el sistema educativo deberá producir en el espíritu del puertorriqueño graduando el sentido profundo de responsabilidad que no sólo permita sino que fomente y estimule el deseo de servirle al país desde los puestos de gobierno.
Reforma educativa
La reforma educativa es consustancial con la reforma social. La educación debe fortalecer la personalidad humana y sus de rechos y deberes fundamentales, hacia la autonomía propia y el respeto a la de los demás. Ahora bien, todos los medios sociales de comunicación son educativos o no educativos: familia, escuela, radio, televisión, prensa. La Nueva Tesis concibe la familia como el centro o primer principio de la reorientación social. La familia estará intensamente ligada, por su rol de socia lización y protección de la persona, como
"La educación debe fortalecer la personalidad humana y sus derechos y deberes fun damentales, hacia la autonomía propia y el respeto a la de los demás."
Reforma
"La familia estará intensa mente ligada, por su rol de socialización y protección de la persona a la reforma social y educativa..."
primer contacto y apoyo físico y emocional en la vida, a la reforma social y educativa, como su foco primario. Como tal, debe constituir el enlace básico de la ecuación persona-familia-escuela.-comunidad.
En ese proceso los conocimientos y destre zas que identificamos con la escuela deben concebirse como instrumentos de una integración mayor, más'solidaria y más intensa en su totalidad. Concebimos y proyectamos una familia que:
• Nos abrigue emocionalmente.
• Estimule el cumplimiento fiel de responsabilidades personales y comunitarias y el deseo de una mejor formación y enriquecimiento espiritual.
• Mantenga viva la conciencia •de obligaciones y compromisos que tras cienden la rutina social y económica V nos unen a los demás y a lo tras cendente.
A tales efectos debemos:
• Tratar de que la vida familiar que todavía existe se utilice plenamente para servir de punto de arranque de una regeneración de la familia en la sociedad.
• Apoyar los esfuerzos de la familia en su función económica y educativa.
• Realzar el concepto de la familia en la escala de valores institucionales, y realizar, a la vez, su valor social.
• Modernizar la educación económica en lo que respecta a la economía familiar y procurar que la asistencia social vaya dirigida a la familia como núcleo básico de convivencia. Con respecto a la educación formal, la escuela debe concebirse como instru mento principal, como un foco de confluencia de todo el esfuerzo social de. mejoramiento, para la educación de
"El ser puertorriqueño tOdOS. ED 6S6 TOl la eSCUBÍa DO pUSdB BStar —tierra, historia, sangre, pal- ggia, ni ser responsable de subsanar saje, gesto, riqueza y ^ ^ l3 deseducaclón que el resto limitaciones— es el principio ^ de toda educación". de la socíedad realiza. En la escuela, el educando de hoy debe desempeñar un rol más intenso, activo pero al mismo tiempo más natural, es pontáneo y variado. Estudiante-maestro: he ahí el binomio fundamental de la educación , , ■ escolar; lo demás es instrumento al servicio íi de ellos.
La educación en Puerto Rico, espe cialmente la ptjblica como también la privada, tiene que encuadrarse en , el universo social-cultural-histórico que 'k es Puerto Rico. No puede ni partir de un individualismo abstracto y vacío de í contenidos espirituales concretos ni ir
■ dirigido a ese universalismo. El ser puerto- , ' r rriqueño —tierra, historia, sangre, paisaje, I gesto, riqueza y limitaciones—es el principio ético-existencial base de toda educación. Música, arte plástico, literatura, folklore, ¡i}, ' ' historia—tanto como ciencia, industria, téc' ' nica y democracia— constituyen la cultura , í del pueblo de Puerto Rico. La ha hecho el pueblo de Puerto Rico. Una educación que no parte desde esa cultura y que no trabaje con ella, es irrelevante, académica en el peor sentido del vocablo. Rafael Hernández ' ' . y Pedro Flores, los hermanos Figueroa y Roberto Clemente, el Centro Nuclear y la Torre Universitaria, son símbolos de ese patriotismo, como lo son Oller y Campeche, Moren Campos y Muñoz Rivera, Mostos y Barbosa, la Iglesia de Hormigueros y Porta Coeli —los símbolos comunes de nuestra gesta. Una educación que no parta de una íntima familiaridad con todo eso que somos, no sirve de nada. El análisis y la crítica de la cultura superior tienen que partir de esa íntima familiaridad. Hay que radicar la ^^2 educación en el proyecto y en el rastro his-
■(. ,
"Una educación que no parta de una íntima familiaridad con todo eso que somos, no sirve para nada."
>
"...hay que equiparar la educación a niveles que compaginen con los alcanza dos en otros renglones de la vida colectiva: arte y deportes, por ejemplo."
x V \ ) i. ■
tórico de Puerto Rico: a partir de nuestro ser, querer seguir siendo lo que profunda mente somos.
La educación tiene que rescatar su viejo roí, que desempeñó bien por tres déca das —1940-1970— de vía de movilidad social, de tal manera que actije en su influjo contra el endurecimiento estratificante que se perfila de nuevo en nuestra estructura social, y que es una de ías causas de la desorganización social, de la marginación desesperanzada, de la gratificación instantá nea y de la criminalidad tipo Watts, o Sur del Bronx.
Puerto Rico realizó una increíble subida del nivel histórico en los treinta años últimos, bajo el Partido Popular. Hoy es una de las primeras veinte sociedades del mundo. Pero hay sin embargo que equiparar la educación a niveles que compaginen con los alcanzados en otros renglones de la vida colectiva: arte y deportes, por ejemplo. Debemos ir al encuentro de la nueva sensibilidad que portan en sus vidas la nueva juventud y niñez, cuando no se las victimiza con la gratificación destructiva. No basta con aceptarlos, o legitimarlos pasivamente; es necesario asumir pedagógicamente las consecuencias de su entusiasmo vital. La educación tiene que encarar el problema de los valores, y no validar con su falsa neutralidad la anarquía existente, al servicio del comercialismo. Ello no puede darse en forma de didáctica abstracta, sino como compromiso y actitud de deferen cia al Bien, a la Belleza, a la Verdad, a la Justicia, al Decoro, como una experiencia educativa continua, como característica del conjunto de la relación comunicaciónexperiencia educativa. Se trata de una acción cotidiana en el suceder educativo. La educación debe además ensayar los
siguientes como valores primarios:
• Gozo y reverencia por la vida en general, la propia y la ajena, y la sen tida estimación de su trascendencia.
• Conciencia del valor del potencial del ser humano en cada etapa de su vida.
• La responsabilidad de cada persona por su propia vida.
• Un sentido de formación integral: el crecimiento de lo físico, lo social, lo moral y lo intelectual.
• Disposición y capacidad creativa.
• Sensibilidad estética.
• Conciencia social: sentido de interdependencia con la naturaleza, sen tido de justicia, y la capacidad y disposición para el servicio y el esfuerzo cooperativo.
• Aprecio y práctica conciente de los principios democráticos y del sis tema político de Puerto Rico.
• Aprecio y re-examen de los valores culturales, y un compromiso especial para conocer, preservar y enri quecer los valores del pueblo de Puerto Rico.
• Conciencia del valor del trabajo en la formación y realización personal y social, y la igual dignidad de las ocupaciones.
• Capacidad para integrarse a la vida productiva, para bien personal y de su sociedad.
• La familiarización con los principios básicos de ética cristiana.
• La capacidad y flexibilidad necesarias para contender con la reali dad del cambio. Es sólo mediante estos valores particula res que se sostendrá en el puertorriqueño la aspiración universal de toda educación, ya que es solo así, desde la convivencia
"Es sólo medíante estos valores particulares que se sostendrá en el puertorriqueño la aspiración universal de toda educación, ya que es solo así, desde la convivencia particular, que se puede llegar a lo ajeno, lo universal y lo trascendente." '
"Este mecanismo no sólo dará continuidad al sistema educativo público, y recomen dará las reformas adicionales , de deban realizarse, sino que realizará la encomienda de dar definición y finalidad al sistema de instrucción y cultura hoy vigente en el país."
/ ;
particular, que se puede llegar a lo ajeno, lo universal y lo trascendente. Urge la creación de un Consejo General de Educación y Cultura para Puerto Rico. Su función será la de proveer un organismo central de planificación educativa a largo plazo, de evaluación de prácticas existentes, tanto como de reformas nuevas, de coordinación presupuestal, así como servir de eje de continuidad de todo el pro ceso educativo público. Servirá además de guía y acicate al resto del proceso de reforma educativa. El Consejo rendirá tam bién la función de integrar las vastas tareas educativas que se realizan fuera del sistema de instrucción pública en la actualidad.
Este mecanismo no sólo dará continuidad al sistema educativo público, y recomen dará las reformas adicionales que deban realizarse, sino que realizará la enco mienda de dar definición y finalidad al sistema de instrucción y cultura hoy vigente en el país. Las bases de esa defini ción se encuentran en nuestra Constitución y en los principios de reforma social de esta Nueva Tesis.
Bajo la dirección de ese Consejo, que contaría con las oficinas de pianificación y presupuesto que su alta encomienda exige, se esbozarían planes y estrategias de reorganización del Departamento de Ins trucción, del Sistema Universitario, de toda la programación educativa del gobierno, con la participación plena de todos los elementos integrantes del sistema y de la comunidad, sobre los cuales pasarían juicio oportunamente la Asamblea Legisla tiva y el Gobernador. La naturaleza y el uso que deba darse a los fondos federales para la educación será uno de los asuntos de más alta prioridad en este Consejo, ya que hoy a esos dineros
lU» .r
I f
« *
no se le da el uso más apropiado y muchas veces en vez de ayudar distorcionan las prioridades y los valores educativos. Igualmente buscaría remedios adecuados , a la falta de acoplamiento hoy existente entre educación y mercado de trabajo. Tal inte gración no deberá realizarse mediante una superficial reducción de la educación ■ general a un estrecho vocadionalismo, sino " mediante la redefinición de la educación vocacional y técnica para que incluya < ' las destrezas intelectuales y prácticas que . ' ■ ' hagan al educando flexible y nnóvil para los cambios técnicos de las industrias y ' del mundo de la innovación, recordando que ningún estudiante puede convertirse meramente en una cosa entrenada, sino que es ante todo una persona y un ciudadano libre.
El DrObÍGma EI problema político
político
^ . La política no es un fin en sí mismo. El status político tampoco. Sirve o no sirve a las grandes metas de la sociedad. Espe cíficamente, la política responde a las urgencias económicas y sociales y a las realidades nacionales e internacionales en un mundo interdependiente. Puerto I ' Rico es un buen ejemplo de todas estas ■ / , conexiones.
Partimos de la premisa de que el Estado ^ Libre Asociado le ha servido bien a Puerto . ' Rico, pero que tiene que ajustarse a las '' nuevas realidadesvfederales e internaciona les a la altura de los tiempos-. Tiene que crecer por dentro, dentro del ámbito de su p . , propia naturaleza flexible y dinámica.
' . De hecho, es la única alternativa de status que puede realizar ese ajuste al mundo contemporáneo.
Partimos del supuesto de que la unión permanente con Estados Unidos es una 48 realidad en la vida puertorriqueña por volun-
tad del pueblo de Puerto Rico, y respon diendo a múltiples factores de convivencia social, política, valorativa y económica, en 81 años de ínterrelación. Dentro de esa unión permanente. Puerto Rico no quiere perder conquistas ya logradas. Ello no impide, sino.que exige, que Puerto Rico reclame importantes áreas de poder político que necesita para resolver en Puerto Rico, a la luz de nuestras necesidades, prioridades y recursos, serios problemas de índole económica y social, que afectan la vida diaria de cada uno de nosotros, tales como: inmigración, relaciones del trabajo, recursos naturales y del mar, comunicacio nes, protección tarifaria, y protección ambiental. Todos estos poderes ayudarían a Puerto Rico a resolver problemas de los puertorriqueños —de empleo, salud, educa ción, criminalidad - sin perjudicar para nada a los Estados Unidos.
La independencia
Procede pues que examinemos las dos opciones que al menos teóricamente están abiertas al futuro de Puerto Rico. Digo teóricamente porque cuando se contemplan objetivamente las realidades de Puerto FÍico, sus vinculaciones poblacionales, económicas, y políticas con Estados Unidos, y la voluntad de nuestro pueblo de unión perma nente con Estados Unidos que resulta de esas realidades, la opción de indepen dencia se limita a un derecho que tiene el país pero no a una alternativa con probabilidad alguna de ser escogida por el pueblo.
El caso de la independencia es sencillo: el pueblo de Puerto Rico no la quiere, porque en un 95% prefiere la unión permanente con los Estados Unidos. Y como constitucionalmente no puede,imponerse la separación íi
...la opción de independencia se limita a un derecho que tiene el país pero no a una alternativa con probabilidad alguna de ser escogida por el pueblo."
La independencia
La estadidad
"La. verdad es que la 'lengua común seria el inglés y el español pasaría a ser una segunda lengua, para la minoría puertorriqueña, en nuestras localidades y vecindarios, pero no en nuestro gobierno y relaciones federales."
sin libre determinación del pueblo hacia ella, el problema de la independencia se vuelve académico, teórico, sin posibilidad en el mundo real,
La estadidad
La tesis de la estadidad supone que se puede anexionar una cultura y sociedad diferente sin confrontación de pueblos, sin que una de ellas pierda su perfil propio. La versión corregida de la estadidad jíbara intenta, sin lograrlo, aliviar ese predicamento. Pasaríamos de hecho a ser, no puertorri queños, sino una especie híbrida de "puertorricanos" como los "chícanos".
El movimiento estadista reclama que la cultura y el idioma español como tales son no-negociables. Todo ello va con tra la experiencia histórica norteamericana, que como unión política y cultural re quiere una lengua comijn, en evitación de lo que el Senador Jackson llamó el ghetto lingüístico".
La verdad es que la lengua común sería el inglés y el español pasaría a ser una segunda lengua, para la minoría puertorriqueña, en nuestras localidades y vecindarios, pero no en nuestro gobierno y relaciones federales. La experiencia de la Corte Federal en Puerto Rico lo atestigua, y no se ha podido adoptar el español como lengua oficial allí, en paridad con el inglés. Al presente, se rechazan 83% de las personas que podrían servir de jurado allí por no saber inglés. El Juez Presidente del Tribunal Federal para el Primer Circuito, dijo sobre el proyecto que intenta un cambio hacia el español; ' el cambio traería un desastre jurídico y culturada conver sión al español sería como otro proyecto de vivienda a bajo costo que comienza en idealismo y termina en la desesperanza como otro arrabal subsidiado.
La nación americana, a pesar de su diversidad, es culturalmente una y cada día tiende más a la homogeneidad. "Una unión más perfecta", "Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos", "De muchos, uno", como reza en el preámbulo de la Constitu ción Federal y en sus monedas, prueban la voluntad de unidad de ese pueblo. Una estadidad legal, con todo lo demás separado, no tiene sentido cultural para el pueblo norteamericano. Sus símbolos y héroes, y nuestros símbolos y héroes, son distintos. Ni siquiera a un gobernante estadista le permite nuestro pueblo ser un americano en pelo, a secas, como quisiera ser, y se ve obligado continuamente a cubrirse con las apariencias de la puertorriqueñidad, aunque sea como hoja de parra electoral del asimilismo.
La estadidad, golpe mortal a la auto-suficiencia de Puerto Rico
Lo que el lema del movimiento estadista de que "la estadidad es para los pobres" significa realmente es que ante la pérdida por el gobierno de Puerto Rico de la mayor parte de la capacidad contributiva de sus ciudadanos a manos del gobierno federal —la pérdida de la autonomía fiscal— la dependencia del gobierno federal sería prácticamente total. Si a eso se añade la pérdida de la exención con tributiva federal a industrias nuevas, porque sería ilegal bajo la constitución federal, la baja resultante en nuestra capacidad productiva implicaría un adiós a nuestras esperanzas de desarrollo económico y social autodirigido. El país se sostendría a base de dádivas federales. Mandaríamos a Washington nuestra capacidad económica y después iríamos a pedirles ayuda, ya que bajo las condiciones de estado federado nuestra base contributiva sufriría un golpe
La estadidad, golpe mortal a la auto-suficiencia de Puerto Rico
Efectos sociales de la estadidad
mortal. Para 1975, por ejemplo —perdería mos el 67% de la capacidad fiscal de Puerto Rico, después de determinar las contribuciones que se irían a Washington, y las ayudas que vendrían hacia Puerto Rico. El balance: caída en picada de la inversión, la producción, el empleo, y la capacidad de Puerto Rico para mantener los servicios fundamentales al pueblo. Eso es lo que señala el economista Keefer, de la Biblioteca del Congreso, sin refutación posible al día de hoy."La estadidad es para los pobres" significa en realidad aplastar el esfuerzo industrial, exprimir doblemente al contribu yente, imponer contribuciones sobre ventas, y luego ir a pedir para subsanar en parte, sin la dignidad que da el esfuerzo propio,en la producción,el desastre que se promueve. Efectos sociales de la estadidad
Una consecuencia inevitable de la entrega moral de la estadidad,que acarrea la impotencia económica, por ausencia de poderes políticos entonces, sería la destrucción de nuestra emprendedora clase media. Esta clase es el dínamo del crecimiento social, de la estabilidad política y de la estabilidad social. Nutre las esferas administrativas, políticas y sociales, con iniciativas creadoras y previsoras, por medio de la racionalidad eoonómica y práctica. El efecto de la destrucción de la base económica productiva de una clase media puertorriqueña sería la ruina de ese sector empresarial que crea y dirige nuestra actividad económica, creando en vez en el país una sociedad de unos cuantos ricos herederos, unos cuantos profesionales, y una de^sarraigada e inmensa masa de ex funcionarios, ex-empresarios, ex-agricultores, ex-hómbres de negocios, incorporán dose a las filas de "la gente quedada atrás", que fue la gente en Estados Unidos para
Efectos sociales de la estadidad
kT-v-Vv-;) * ' ,■
Cambios al Estado Libre Asociado
ios que se crearon los programas de la pobreza. Toda la sociedad se volvería una vasta muchedumbre dependiente, masificada, vitalmente desempleada, un arrabal o ghetto del gobierno federal. A eso lleva la monstruosa doctrina de que la estadidad, es para los pobres.
La imagen al otro lado de ese oscuro tijnel que es la estadidad está ya clara en laexperiencia de los Estados Unidos; sus ghettos sociales y raciales, en los que grupos culturalmente independientes del pasado —negros, puertorriqueños, y mejicanos, languidecen atrapados en la telaraña de la dependencia federal, porque los estados, atjn siendo más ricos que Puerto Rico, no pueden atenderlos. Su modelo es el Sur del Bronx.
A la luz de estas realidades, el derecho a votar por el Presidente, Senadores y Representantes Federales, que con tanta insistencia se proclama como la gran ganancia de la estadidad, constituye un engaño cruel, un cascabel hueco, cuando se quiere canjear por el derecho más profundo de la dignidad en el trabajo, la producción, la autonomía política real, y la autoestima de pueblo.
Cambios al Estado Libre Asociado
"Para que nuestro pueblo se pueda enfrentar a los retos de la década del '80 y pueda realizar sus aspiraciones necesita una mayor autoridad política sobre su propia vida. Obtener esa autoridad supone efectuar una serie de cam bios al Estado Libre Asociado."
Para que nuestro pueblo se pueda enfrentar a los retos de la década del '80 y ppeda realizar sus aspiraciones necesita una mayor autoridad política sobre su propia vida. Obtener esa autoridad supone efectuar una serie de cambios al Estado Libre Asociado.
Para alcanzar el nivel de inversiones requerido para movilizar la economía y para la reforma educativa, es necesario una mayor flexibilidad en el uso de los fondos federales que son enviados al gobierno de Puerto Rico. No me refiero desde luego
a derechos adquiridos como pensiones, pagos por desempleo, veteranos, seguro social ni tampoco me refiero a las ayudas federales que van directamente a los puertorriqueños como los cupones, el "fvledicare" o los pagos de bienestar público. Me refiero a los fondos para proyec tos y programas del gobierno y municipios de Puerto Rico, autorizados por el gobierno ■ federal. La mayoría de esos proyectos y programas no se ajustan a nuestras prio ridades. Por lo tanto, uno de los,cambios imperativos en las presentes relaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos es que estos fondos federales se asignen todos los años en una aportación global para el ELA y sus municipios.
Esta modificación en las relaciones federales es tan sólo una de una serie de modificaciones necesarias para que nuestro pueblo tenga en sus manos los instrumentos para confrontar sus problemas y bregar con la,década del '80.
Nada más importante, sin embargo, que las relaciones y condiciones del trabajo que están hoy reglamentadas por el gobierno federal. Para forjar el consenso social, es necesario que los puertorriqueños podamos determinar por nosotros mismos todo lo relativo a relaciones obrero-patrona les, salarios y todas las condiciones del trabajo en nuestra economía.
Ya hemos dicho que no se trata de manera alguna de una política de bajos sala rios. Por el contrario, una economía más dinámica, de mayor producción y riquezas, debe asegurar unos beneficios salariales mayores que los actuales, en proporción a una mayor productividad y crecimiento.
La.creciente incorporación de extran jeros a la fuerza trabajadora, está produciendo el desplazamiento de los trabajadores
"...una economía más diná mica, de mayor producción y riquezas, debe asegurar unos beneficios salariales mayores que los actuales, en proporción a una mayor producción y crecimiento."
"Aunque Puerto Rico nunca abandonará su tradi ción de pueblo hospitalario, para atacar el problema de desplazamiento de puertorri queños es necesario que el pueblo de Puerto Rico tenga el control sobre la. entrada de extranjeros al país."
T'd'' • • , I i •v/,. t .
puertorriqueños. Una parte de nuestra pobla ción joven y más capacitada se está viendo obligada a emigrar por la escasez de oportunidades. Aunque Puerto Rico nunca abandonará su tradición de pueblo hospita lario, para atacar el problema de desplaza miento de puertorriqueños es necesario que el pueblo de Puerto Rico tenga el control sobre la entrada de extranjeros al país.
Tal poder es especialmente necesario en el caso de Puerto Rico, una isla pequeña con una densidad poblacional de las más grandes del mundo. Eso hace que parte de los aspectos relativos al trabajo y al empleo, tanto como a los servicios públicos necesarios a todos su residentes, el cupo poblacional de Puerto Rico por sí solo justifica el control puertorriqueño de la entrada de extranjeros. Los principios que gobernarán el ejercicio de este poder son los siguientes: En primer lugar, el principio de hospitalidad a los oprimidos y perseguidos bajo regímenes comunistas y fascistas. En segundo lugar, la seguridad para los extranjeros ya residentes en Puerto Rico, que no serán afectados por esta nueva política; y en tercer lugar, el principio de la integridad familiar, lo que asegura que miembros de las familias de extranjeros o naturalizados ya en Puerto Rico puedan unirse a sus seres queridos aquí.
Pero la necesidad de nuevos poderes para nuestro pueblo es aún más amplia.
Es muy difícil levantar una agricultura ' que le de vida a miles de puertorriqueños si no tenemos el poder para impedir que productos extranjeros compitan con los nuestros. Es duro desarrollar las industrias de productos para el mercado local sin adecuadas protecciones e incentivos. Es difícil intentar controlar el crimen si no podemos combatir efectivamente el
desempleo y la ociosidad que lo causa. Es difícil educar sin poder contar con la ayuda más apropiada y efectiva de los instrumentos más,poderosos de la educación que son la radio y la televisión. Es injuriante que se le regatée al pueblo de Puerto Rico el dominio sobre el petróleo que pueda haber en nuestras costas. Es frustrante que podamos comprar petróleo a Venezuela, pero que no podamos negociar con Venezuela de gobierno a gobierno los mejores términos. Esos poderes se reclamaron por nuestro pueblo en el plebiscito de 1967, en el mandato para llevar el ELA a un máximo de gobierno propio. La actuación del Presidente Ford al ignorar ese reclamo democrática mente formulado y proponer la estadidad por su cuenta, creó una situación precaria para el gobierno de los Estados Unidos. El propósito de la Ley 600, que auspició el Estado Libre Asociado, fue establecer un sistema de gobierno y de relaciones entre Puerto Rico y los Estados Unidos fundamen tado en el principio del gobierno por consentimiento de los gobernados.
Ese principio fue vulnerado por la actuación del Presidente Ford,quebrantando los supuestos del convenio de la Ley 600 y colocándose al margen de la legitimidad democrática.
Mi última gestión como gobernador fue hacer sentir nuestra indignación y nuestra protesta ante la opinión pública de los Estados Unidos. Mi primera gestión con el Presidente Cárter fue requerirle que rectifi cara esa decisión cuando el actual gobernador de Puerto Rico pretendió que^ Cárter cometiera el mismo error y creara una Comisión sobre la estadidad para Puerto Rico.
El Presidente Cárter no designó la Comisión y rectificó a nombre de los Estados Unidos en la proclama que emitiera el
"Es difícil iniéntar controlar el crimen si no podemos com batir efectivamente el de sempleo y la ociosidad que lo causa."
"Estamos en plan de dialogar de buena fe, pero que nadie se equivoque, se acabaron,las contemplacio nes, estamos en plan de exigir, de demandar,de reque rir, y de ir a donde tengamos que ir, y hacer lo que tengamos que hacer para que se respete la voluntad de nuestro pueblo." it.'íi "Vi "
pasado 25 de julio. En esta proclama, el Presidente le dice al pueblo puertorriqueño que su administración respetará los deseos del pueblo de Puerto Rico, que cual quier decisión que podamos tomar, la estadidad, la independencia o modificacio nes mutuamente aceptadas al ELA, será, nuestra. Nos invita a tomar la decisión en armonía con nuestras tradiciones demo cráticas.
La invitación contenida en la Proclama Presidencial debe ser el primer asunto en al agenda del pueblo de Puerto Rico para la década del '80.
Es intolerable que nuestra dignidad se ponga en entredicho ante el mundo porque no se han atendido los legítimos reclamos de este pueblo. Y los puertorrique ños ya estamos cansados de eso. Estamos en plan de dialogar de buena fe, pero que nadie se equivoque, se acabaron las contemplaciones, estamos en plan de exigir, , de demandar, de requerirry de ir a donde tengamos que ir, y hacer lo que tengamos que hacer para que se respete la voluntad de nuestro pueblo.
Puerto Rico sólo tiene un arma, una sola, para resolver el problema del status político. Un arma para ganar el respeto y la consideración que merece en cualquier foro del mundo, empezando por el del Presidente de los Estados Unidos, el del Congreso y el de las Naciones Unidas. Un arma para validar nuestra propia estima como puertorriqueños. Esa arma es nuestra voluntad. Articularla, definirla, proyectarla, sostenerla, ese es el reto.
El partido que triunfe en las elecciones del 1980 tendrá en sus manos el poder para establecer el proceso democrático mediante el cual nuestro pueblo tomará su decisión.
Pero la consulta amplia, el diálogo
democrático, la partíciÍDación fecunda de todos los sectores políticos del país, es esencial para que la decisión sea de nuestro pueblo entero. Las opiniones que puedan prevalecer en el Ejecutivo Federal, en el Congreso, y en las Naciones Unidas sobre las formas democráticas y las soluciones para llegar a nuestra decisión, deben ser escuchadas y consideradas seria mente por nosotros. Sin embargo, el poder decisional sobre los procedimientos y las soluciones pertenece a los puertorri queños.
El triunfo del Partido Popular significará que se iniciará de inmediato un diálogo con los Estados Unidos para determinar las modificaciones al Estado Libre Asociado que en su día se le someterán al pueblo, y con todos los partidos políticos de Puerto Rico para establecer las bases sobre las cuales se llevará a cabo el acto de auto determinación puertorriqueña.
La decisión que tome nuestro pueblo al ejercer el derecho de libre determinación necesariamente será una decisión mayoritaria. Pero para ser un planteamiento de fuerza, un planteamiento de pueblo a pueblo, tiene que tener el apoyo y la legi timidad de la participación libre, limpia, sin presiones, en igualdad de condiciones, de todos los ciudadanos.
"...para ser un planteamiento de fuerza, un planteamiento de pueblo a pueblo, tiene que tener el apoyo y la legitimidad de la participación libre, limpia, sin presiones, en igualdad de condiciones, de todos los ciudadanos." ■V-
, "Puerto Rico sólo tiene un arma para resolver el proble ma del status político. Un arma para ganar el respeto y la con sideración que merece en cualquier foro del mundo. Un arma para validar nuestra pro pia estima como puertorriqueños.Esa arma es nuestra volun tad. Articularla, definirla, pro yectarla, sostenerla, ese es el reto."
"La nueva tesis es un (plan de afirnnacióitf^^SfiJ puertorriqueña qüe va más allá del stati político con un llamado a los pueatorriquéñ^ de todos los partidos pai'a desarrollar unaeconomía y una sociedad dé justicia'en la cual nuestro pueblo determine áu déstirüb.^ri