__MENSUARIODE CULTURA ; Sam Juan, Pu
erRico, to a 13 de enerode 1930-
|.
ATERRIZAJES * E Alejémonos
TIERRA
ADENTRO
desnutrido, cubierto de andrajos, descalzo. : > el pie, macile do el
un poco de los centros ur-
ntoel rostro, fatiga
Para fijar la medida exacta del proble-
ma histórico de Puerto Rico y bosquejar el esperanza colectiva, no
por
en las llanuras y sierras patrias, cobra nues. ,
ae drama
lores de defensa del obrero urbano; sin in-
El jibaro — ese personaje semi-folklórico que aúpa su leyenda pintoresca en nuestra tradición rural — nO.es el bienaven-
mejoramiento y ánimos para de coraje y luchar por un ideal de
mana
í
trial
Y otras corporaciones,
igualmente
ins dominan nuestra producción tabacalera— segunda fue de n riqut eza.eDel ancho rendimiento de estos cultivos, apenas - queda en Puerto Rico el tributo del Estado, pagado a regaña dientes, y el salario del jor-
nalero, mezquino hasta lo indecible. El res.
to es un río de oro que, al fluir hacia el Norte a enriquecer plutócratas de Nueva York, Boston y New Jersey, depaupera a nuestros obreros y agosta las ubres semi-ex de la tierra madre. |
Sin más haben esu re ecos nomía
do_méstica que el jornal de 30 a 80 centavos
que paga el patrono durañte las épocas de siembra, cultiug y recolección; comuna pre le numerosa y enfermiza, r ad en un
ba
A
O
E
O
tado
verdad, inquietan sus harapos; acongoja sa o
que
prevalece en nuestro país. Cuatro corporaciones absentistas acaparan la industria ¡ azucarera — nuestra principal fuente de
E
más
La En esta ediciónde INDICE se estudian aspectos esencialesde la vida campesina. Nos preocu el jiba pa ro. Constitu yeel casi seria reviste proporciones alarmantes.
glosan
Nuestra población campesina— 1,069, 679 almas — es víctima ¡ ¡vent del sis.
agrí
retribución: así vegeta el
rural de Puerto Rico.
cuantos escriben sin conocer la tragedia del
tema de explotación
de
impi
la montaña; sin la acometividad ni los va0
social intensidades insospecha-
isiaca que
la dureza
4
Prebicia velos, a