Ferré explica La Nueva Vida a Obreros / Industriales / Comerciantes (1969)

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DISCURSO DEL HONORABLE LUIS A. FERRE

GOBERNADOR DE PUERTO RICO

EL DOMINGO 18 DE MAYO DE 1969

DURANTE LA INAUGURACION

DE LA OFICINA DE ESTADISTICAS Y ESTUDIOS DEL SINDICATO DE OBREROS

UNIDOS DEL SUR EN SATINAS

Señor Presidente del Sindicato de Obreros Unidos del Sur, mi buen amigo José (Chepo) Caraballo, amigos de la Asamblea Legislativa y de la Rama Ejecutiva, compañeros trabajadores:

Por dos razones igualmente válidas les digo compañeros a ustedes, miembros de este buen Sindicato: porque a lo largo de mi vida he compartido junto a compatriotas como ustedes las esperanzas de una vida mejor —y como patrono que fui, siempre me inspiré en esas aspiraciones suyas—, y porque hace tan sólo tmas semanas ingresé como miembro hono rario de la Unión Insular de Trabajadores Indus triales y de Construcciones Eléctricas de Puerto Rico. Es bueno que en estos momentos analicemos jimtos, ustedes y yo, cómo hemos venido cumpliendo con nuestras promesas electorales las personas que acudimos ante el pueblo en procura de su respaldo para hacer más noble y más dignificadora la vida de todos nuestros compatriotas, pero especialmente de ustedes, los trabajadores de nuestra tierra, puntal y cimiento de nuestro desarrollo social y económico. Y resulta significativo que este análisis se haga en la inauguración de esta oficina de Estadísticas y Esmdios, que será de tanto provecho para todos. Por constimir ustedes un grupo sindical cuya matrícula es casi unánimemente de trabajadores agrícolas, debo comenzar por recalcar la importancia de la legislación que el Gobierno que dirijo —inspi rado en las normas y fundamentos de la Nueva Vida— ha impulsado, asignando $80 millones para la rehabilitación de nuestra agriculmra que, dicho sea de paso, al asumir la gobernación en enero pasado, encontramos en tan crítica simación de abandono. A iniciativas de los legisladores del P.N.P., esta medida fue aprobada en una de nues tras Cámaras y confío en su aprobación final en la otra. Con esa suma, y utilizando todos los recursos de la ciencia y la tecnología, así como guiados por

el Plan de Cinco Años para la Rehabilitación de la Industria Azucarera, que hemos acordado, estare mos en posición de enfrentarnos con éxito a los serios y graves problemas que confronta nuestra industria azucarera, en otra época base fundamental de nuestra economía.

En adición a eso, ya la Cámara de Representantes, también bajo la iniciativa de la mayoría del Partido Nuevo Progresista, le dio su aprobación a otras dos medidas que complementan, en una etapa de tres años, el salario agrícola de los obreros de la caña en particular, y de la agricultura en general, hasta $1 por hora. Son éstas piezas legislativas que forman parte del programa que aprobó con sus votos el pueblo de Puerto Rico. Dos piezas legisla tivas que, cuando yo las firme próximamente, forma rán parte de la Nueva Vida que estamos forjando para todos ustedes.

Sobre la mesa de trabajo de vuestro Gobernador, así como sobre la mesa de trabajo de vuestros legis ladores del Partido Nuevo Progresista, hay una agenda variada y profunda que hemos de ir convir tiendo en logros sociales y económicos para todos. En el transcurso de este cuatrienio, así como a lo largo de los años en que contemos con la confianza de este gran pueblo, habremos de con vertir en realidad las metas que nos hemos trazado, aprobando las leyes necesarias para asegurar el bie nestar económico de nuestros trabajadores y hacer bueno el concepto de que el respeto a la dignidad humana y el derecho del ciudadano a lograr su feli cidad deben ser las consideraciones fundamentales de nuestra sociedad.

Nosotros sabemos, y ustedes también, que el salario no es lo único importante que requiere el obrero agrícola en estos tiempos modernos. La re dención social del trabajador puertorriqueño es nues tra causa, y esa redención incluye también como

dijimos ya, la felicidad que deben disfrutar ustedes y el respeto a vuestra dignidad, que yo siempre he reconocido y respetado.

Por eso, estamos esmdiando una reesaucturación total del Fondo del Seguro del Estado y de la Co misión Industrial para corregir las deficiencias y dificultades que ha estado sufriendo el obrero en los últimos años.

Y para beneficio general de nuestro trabajador, tanto del de los cañaverales como del de la cons trucción, los de servicios y demás renglones de la vida económica, aprobaremos un código del trabajo que incluya toda la legislación obrero-patronal. Sé que esta Oficina de Estadísticas y Esmdios sabrá apro vecharse de ese código.

El Gobierno que dirijo, además, compromete sus esfuerzos y sus energías, así como el talento de los hombres y mujeres que a él se han unido, a la defensa de los genuinos intereses del trabajador puertorriqueño. La Nueva Vida, debe entenderse claramente, sostiene como necesidad de nuestros días, el continuado mejoramiento de la dase traba jadora. A ello nos comprometimos en la pasada contienda electoral.

Y asi lo haremos.

Desde este Templo del Trabajo quiero aprove char esta ocasión para hacer un Uamado a todas las fuerzas del trabajo y la industria, así como a las fuerzas cívicas y políticas de nuestro pueblo, para que nos unamos en una sola tarea: la gran tarea de servirle bien a Puerto Rico, anteponiendo a cual quier otra consideración, sin engaños y sin dema gogia, las altas consideraciones que debemos a todos nuestros compatriotas: a obreros de la agricultura y del comercio; a trabajadores de la industria; a maes tros y policías, a bomberos, a oficinistas y a enfer-

meras, en fin, a todos los hombres y a todas las mujeres que impulsan el crecimiento económico y social a que aspiramos.

Hago un llamado sincero, como Gobernador de todos los puertorriqueños, para que lo que se plantee en los próximos días y lo que escuche y entienda claramente el pueblo de Puerto Rico esté basado en los principios del bienestar que le debemos a este pueblo.

Que se deje claro ante cada uno de los puerto rriqueños que nuestro compromiso es con su feli cidad.

A manera de mi colaboración en este empeño, que es más bien una repetición de lo que hemos señalado con honradez y patriotismo, reitero en este día que, en materia de status, la posición del Partido Nuevo Progresista continúa invariable, tal como ella fue fijada en el programa de la colectividad, y, más aún, tal como lo reafirmé en mi discurso de toma de posesión, en el que dije: 'Mi posición, y la posi ción del Partido Nuevo Progresista, fue claramente expuesta durante la reciente campaña política. El Partido Nuevo Progresista tiene la Estadidad como meta en su plataforma. Yo creo, honesta, y sincera mente, ¡que la Estadidad debe ser el destino final del pueblo de Puerto Rico! ¡Que la igualdad polí tica de la Estadidad es necesaria para la protección de los derechos del pueblo de Puerto Rico y esencial para su sentido de dignidad! ¡Que la Estadidad no conlleva pérdida de nuestro idioma español ni de nuestra personalidad puertorriqueña! ¡Que la Esta didad afirmará nuestro derecho a continuar siendo lo que somos y lo que querramos ser! ¡Que la Esta didad asegurará nuestro crecimiento económico y dará a los puertorriqueños la opormnidad de lograr un más elevado nivel de vida, por cuanto el Con greso, para admitir territorios, siempre ha tomado las medidas económicas necesarias para asegurar el

mayor progeso y bienestar del nuevo estado! Noso tros hicimos claro que la elección pasada no era de carácter plebiscitario. Que la cuestión del destino final nuestro tenía que resolverse mediante un ple biscito celebrado separadamente de nuestras eleccio nes. Y hemos de cumplir nuestra palabra. ¡En el momento oportuno, someteremos la cuestión del destino final de Puerto Rico a un plebiscito!'

Esa posición la hemos reiterado una y otra vez. No me cansa el repetirla una vez más.

Procede, pues, que todos encaminemos nuestros pasos hacia la consecución de los altos ideales por los cuales votó el pueblo en noviembre pasado. Pro cede que nuestras energías y nuestros esfuerzos sean para darle al pueblo la Nueva Vida que se plasma a través de la legislación fecunda radicada en nues tras Cámaras por el Partido Nuevo Progresista.

El compromiso debe ser total. El compromiso, compañeros trabajadores, es del Ejecutivo y de la Rama Legislativa en pleno. Nada menos se merece Puerto Rico, y es lo menos que podemos hacer por un pueblo tan noble y tan generoso.

Amigos del Sindicato de Obreros Unidos del Sur, a ustedes también les hago un llamado, para que juntos, sin discusión de clase alguna, recorramos el largo camino que nos aguarda en la lucha por un Puerto Rico mejor.

Muchas gracias.

DISCURSO

DEL HON. GOBERNADOR, LUIS A. FERRE,

ANTE LA ASOCIACION DE INDUSTRIALES

DE PUERTO RICO — HOTEL SAN JUAN

SABADO 19 DE ABRIL DE 1969 — 8:00 P. M.

Señores Industriales:

Me complace visitarles esta noche para tenerles informados de las medidas que nuestro Gobierno está considerando para estimular nuestro desarrollo industrial. Agradecemos el respaldo que hemos ve nido recibiendo de este importantísimo seaor de nuestra economía en el desarrollo de nuestra obra de Gobierno. Me complace la aaitud de colaboración constructiva que esta Asociación ha venido demos trando hacia nuestros objetivos para lograr la "Nueva Vida" que el pueblo de Puerto Rico aspira a vivir bajo un régimen democrático de orden y prosperidad. Y naturalmente espero la colaboración permanente del comité consultivo de esta Asociación que designé hace varias semanas, a petición de ustedes mismos. Pueden estar seguros que sus recomendaciones serán consideradas por mí, con verdadero espírim de ecuanhnidad y sentido objetivo de la realidad puertorri queña.

Quiero afirmar que el Gobierno que dirijo es un Gobierno responsable. Que no p■ ermitirá que se sa crifique el bien común ni los intereses legítimos de Puerto Rico, — entre los cuales está su desarrollo industrial, — a intereses demagógicos en busca de capital político. Nuestra legislación está inspirada en el deseo de asegurar el bienestar y progreso de nues tro pueblo, con medidas que a la par que estimulen nuestro progreso económico, garanticen justicia para todos los puertorriqueños. No necesitamos hacer más estudios para acabar con la pobreza extrema y el de sempleo. Necesitamos acción. Necesitamos ampliar nuestra industrialización, rescatar nuestro agricultor de la ruina, y estimular un gran desarrollo turístico, y el desempleo desaparecerá. Necesitamos un gobier no eficiente, que defienda el uso de los recursos eco nómicos que el pueblo paga en contribuciones, y habrá buena salud pública, buena educación y buenos servicios públicos. Ese es el objetivo de nuestro Go-

bierno, y para lograrlo, contamos con un grupo extra ordinario de servidores públicos, que se han unido a nuestro Gobierno con un gran sentido de respon sabilidad social y un gran espíritu de sacrificio per sonal.

Naturalmente, que el Gobierno solo no puede llevar a cabo esta obra. Necesitamos la ayuda de todo el pueblo. Y en particular la ayuda de ustedes, los hombres de empresa, que con su capacidad crea dora pueden ser de gran utilidad en realizar estas aspiraciones. Por mi parte ustedes pueden estar se guros que nuestro Gobierno actuará en todo mo mento con claro sentido de responsabilidad para los mejores intereses de todo el pueblo de P' uerto Rico y que no aprobaremos medidas que puedan poner en peligro nuestro desarrollo económico que es esen cial para lograr el bienestar permanente y seguro de nuestro pueblo. Nuestra estabilidad económica, y nuestro progreso industrial son esenciales para eli minar el desempleo y la pobreza extrema. Medidas que pongan en peligro el clima necesario para pro piciar nuestro desarrollo industrial , y económico, son contrarias al interés de todo el pueblo puertorriqueño.

Namralmente, que es necesario que este progreso contribuya al bienestar general de toda la comunidad puertorriqueña, para que se logre un clima de firme estabilidad social. El capital tiene que estar inspi rado, con toda sinceridad y honradez, en un sentido humano de responsabilidad social. Ese es el nuevo concepto del capitalismo democrático que está to mando auge en los Estados Unidos donde la industria está asumiendo, con claro sentido de responsabilidad social, una importante participación en la solución de los problemas de la comunidad, tales como eli minación de áreas decadentes, educación y desempleo. No tengo dudas de que ustedes están conscientes de este desarrollo, y que como buenos ciudadanos están deseosos de contribuir en la misma forma, a

la solución de ios problemas que hoy agobian a Puerto Rico.

Quisiera ahora mencionarles brevemente, para explicar sus alcances, tres de las medidas que están ante la consideración de nuestra Legislatura y que se orientan hacia el propósito de estimular nuestro desarrollo industrial.

La primera de estas medidas es el P. de la C. nú mero 428. Este proyecto de ley da mayor flexibilidad a la selección de las exenciones contributivas y per mite extender el término durante el cual una empresa industrial, puede beneficiarse de la exención contri butiva a la par que hace una contribución a los programas de gobierno. Bajo la presente ley una industria puede gozar de una exención contributiva total durante un periodo determinado ó 50% deexención durante el doble del tiempo. Esto no ha probado ser un atractivo suficiente. Nuestro proyecto de ley le da la opción al industrial de escoger varias alternativas mucho más ventajosas. Por ejemplo, si una industria que tiene derecho a exención contri butiva total por 10 años, lo prefiere, puede reducir su exención durante dichos 10 años a 80%, y tendrá derecho a gozar de 40% de exención durante diez años más. Si escoge 70% de exención, puede gozar de otro periodo de 10 años con 60% de exención. La presente ley continúa en vigor, pero el industrial tendría con nuestra enmienda estas nuevas alterna-

La bondad de esta medida es que recompensa al industrial que contribuye con parte de sus beneficios al erario público, duplicando el periodo de exención contributiva y concediendo el doble del X% que ha dejado de disfrutar. Hay otra ventaja en este incen tivo. Todo negocio aumenta en beneficios, después que se afirma adecuadamente su producción y mer cadeo. El industrial que cede un por ciento de su exención en el primer periodo de desarroUo de su industria, obtiene un beneficio mucho mayor al ex-

tendérsele el periodo de exención, con el doble del por ciento en el periodo de más altos beneficios.

Los recursos que recibe el Gobierno de Puerto Rico de esta medida y otros recursos más que pro yectamos levantar serán destinados principalmente a crear un fondo educacional que habrá también de estimular nuestro desarrollo industrial, a la par que beneficie a nuestro pueblo.

La industria del pasado, era tma industria basada principalmente en el conocimiento práctico de la experiencia y las destrezas manuales. La industria del futuro será una industria basada en el desarrollo cien tífico y tecnológico. Por tal razón la educación téc nica y científica de nuestra juventud es imperativa si queremos estar en condiciones de participar en el desarrollo industrial del futuro.

La ampliación y la intensificación de nuestros pro gramas educativos es de urgente necesidad. Hay que crear más escuelas técnicas y más centros de educa ción vocacional avanzada. Y hay que dar educación científica y matemática básica a nuestros estudiantes para así preparar la nueva generación de trabajadores industriales. Es por lo tanto, de esencial importancia para la industria, que el Gobierno disponga de los recursos económicos adecuados para llevar a cabo este programa exitosamente.

Otra ventaja de esta flexibilidad de exención con tributiva, es que da mayor estabilidad a la industria, pues alarga su periodo de exención, y garantiza em pleo a sus trabajadores por el doble del tiempo.

La segunda medida que hemos propuesto, el P. de la C. 430, le permitirá a toda subsidiaria manu facturera u hotelera de una corporación no residente, seguir acumulando stis beneficios en Puerto Rico libre de la penalidad por acumulación una vez cese su exención contributiva. El propósito de esta me dida es la de armonizar las leyes de contribución fe derales con las nuestras, ya que estas subsidiarias pueden en la actualidad acumular sus beneficios bajo

las leyes federales pero una vez cesan de estar exen tas no pueden hacerlo bajo las disposiciones existen tes de nuestra ley de contribución sobre ingresos.

Las disposiciones del Código de Rentas Internas de los Estados Unidos (Sec. 931) que le permite a ciertas corporaciones organizadas bajo las leyes de los Estados Unidos y que sean subsidiarias de corpo raciones matrices, acumular sus beneficios derivados de Puerto Rico, está dirigida a promover la inversión de capital de los Estados Unidos en Puerto Rico.

Consecuentemente nos parece razonable el que nues tras leyes contengan disposiciones que contribuyan y faciliten tal propósito. Por otro lado, deseamos ase gurarnos que este capital acumulado se quede en Puerto Rico para beneficio de nuestra economía y por eUo se permitirá esta acumulación sujeto a que por lo menos el 80% del ingreso neto de estas cor poraciones subsidiarias esté invertido en: Primero: Obligaciones del Estado Libre Asociado de Puerto Rico o cualesquiera de sus instrumentalidades o sub divisiones políticas. Segundo: Hipotecas de F. H. A.

Tercero: Préstamos a industrias u hoteles.

Cuarto: Préstamos para la construcción de pro piedad o compra de maquinaria por una industria o un hotel en Puerto Rico.

Quinto: En la compra de acciones, obligaciones o en la participación en empresas que estén dedica das en Puerto Rico a industrias u hoteles.

Sexto: Que estén depositados en bancos en Puerto Rico.

La tercera medida que hemos propuesto, el P. de la C. 412, que crea un nuevo tipo de sociedad para los efectos contributivos a elección del contribuyente. El ingreso de esta sociedad, a diferencia del ingreso de las sociedades bajo las disposiciones existentes de la Ley de Contribución Sobre Ingresos de Puerto Rico, no estará sujeto a la contribución sobre in gresos; pero la porción que le corresponda de dicho ingreso a los socios estará sujeta al pago de contri-

bucióa sobre ingresos irrespectivamente de si la mis ma es o no distribuida.

Creemos que esta medida atraerá a Puerto Rico nueva inversión de capital, armonizando el trato contributivo que se da en Puerto Rico a las socie dades, con el que se aplica en la jurisdicción federal.

Estamos también revisando el programa de in dustrialización, para dar mayor participación en di cho desarrollo, al capital y al empresario puertorri queño. Para lograr este objetivo, estamos estudiando nuevos incentivos que faciliten su implementación. Estamos dando cuidadoso estudio a medidas que le den una mayor participación al industrial e inversio nista puertorriqueño en el sector industrial.

No quiero terminar sin antes señalar brevemente dos cuestiones fundamentales a nuestro progreso so cial y económico. Me refiero al turismo y a la con servación de nuestras bellezas naturales.

En relación a lo primero, no tengo que citar ci fras o estadísticas para señalar la importancia que el turismo representa para Puerto Rico. Ha sido el tu rismo en Suiza, en Francia y en Italia, actividad de alta categoría que lejos de ser denigrante o perjudi cial a la cultura de estos países, ha probado ser de valiosa ayuda en la conservación de sus bellezas y tradiciones, así como en la afirmación de la perso nalidad culmral de esos pueblos. En nuestro enfoque programático sobre el turismo, aparte del beneficio económico que representa para nosotros, y el cual lógicamente debemos aumentar, debemos también, por todos los medios, tratar de esforzarnos por hacer del turismo un instrumento para embellecer nuestras ciudades y nuestros campos y conservar en todo su valor el patrimonio hispano de nuestro pueblo.

En torno a la actividad industrial que habremos de alentar y aprobar, ésta tendrá que ser aquella que no conlleve serios riesgos de contaminación ambien tal que no puedan controlarse adecuadamente o que

puedan afectar la salud de nuestro pueblo o la belleza de nuestra isla.

Hacia estas metas marcharemos juntos. El pueblo de Puerto Rico ha puesto gran fe en su industrializa ción. Nuestro Gobierno ha recibido un mandato para ampliarla y conservarla. Tenemos, Ustedes y yo, un compromiso contraído para lograr lo antes posible una Nueva Vida de progreso y prosperidad para to dos los puertorriqueños.

Necesitamos seguir unidos, con buena fe y sano espíritu de comprensión para que el beneficio de nuestro esfuerzo industrial retribuya adecuadamente al inversionista y al mismo tiempo contribuya a eli minar el desempleo y la pobreza extrema creando en nuestra isla un clima de estabilidad social que ase gure nuestro progreso y felicidad.

DISCURSO DEL HONORABLE LUIS A. FERRE, GOBERNADOR DE PUERTO RICO

DURANTE EL BANQUETE CONMEMORATIVO

DEL 56 ANIVERSARIO DE LA CAMARA DE COMERCIO DE PUERTO RICO, HOTEL SHERATON, SABADO 10 DE MAYO DE 1969.

Hace 56 años, los que se conmemoran hoy, líderes del comercio" de Puerto Rico concibieron la feliz idea de constimir una entidad dedicada por entero a defender sus derechos inherentes al intercambio comercial, tan difícil en aquellos tiempos. Man tuvieron como principio fundamental una serie de metas dirigidas al crecimiento de las relaciones co merciales entre Puerto Rico y otros países y enarbolaron el estandarte de la libre empresa. Se dieron a la tarea de hacer de Puerto Rico una vitrina que exhibiese al mundo una nueva esperanza,la de abrirse campo en el comercio competitivo hasta convertir nuestro país en uno de los grandes mercados de este Hemisferio.

Hoy hemos de rendir homenaje a aquellos que siguieron esa trayectoria en el curso de los pasados 56 años, y que físicamente han podido asistir a este acto. Son caras amigas con cuya amistad me honro.

Las Cámaras de Comercio, como la de Puerto Rico, son una fuerza decisiva en el desarrollo comer cial y en el crecimiento de los pueblos. La nuestra, lo sé porque estoy bien identificado con su programa, reúne hoy en su seno una genuina representación, no sólo del comercio, sino de la industria y de la agricultura. Ello habla muy elocuentemente de su importancia para el progreso de la economía puer torriqueña.

Mi gobierno, que es vuestro también, se siente plenamente consciente de que el auge económico que disfrutamos tiene que compartirlo el comercio del país en la proporción que en justicia le corres ponde. Mi programa es claro y concluyeme a este respecto. Es im programa de una profunda visión global, con firme sentido de responsabilidad social, y sincera calidad humana, de todos los problemas de la comunidad puertorriqueña. De no serlo así, resultaría anti-social e injusto, y mi conciencia no permite repartir la justicia y el bienestar a retazos.

Sólo basta un análisis somero de la legislación que va abriéndose paso en las Cámaras Legislativas y que forma nuestro programa de la Nueva Vida. Sólo basta analizar los grandes alcances sociales y económicos de nuestras propuestas para salvar a la agricultura de la ruina inminente que la amenaza, para hacer justicia a los parceleros, para mejorar los sueldos a los empleados públicos, a los maestros y a los policías; para fortalecer el Departamento de Comercio; para crear aún mayores fuentes de empleo a través de las industrias fabriles; para garantizar un salario mínimo de $1.00 a los trabajadores agrí colas; para salvar a la industria azucarera del desastre y para mejorar la salud y la educación. En el orden social y en el orden económico, mi programa se dirige a nuevas y fructíferas metas que beneficiarán a todos por igual, como que a todos los medimos con la misma vara de equidad y sin privilegios, ■pero recordando que es nuestra responsabilidad cristiana velar porque los humildes sean primero, para que puedan tener igual oportimidad a gozar del progreso que se logra bajo un régimen demo crático.

El comercio puertorriqueño es, sin dudas, el punto de enlace de prácticamente toda la actividad econó mica. Ejerce sus funciones en los campos de la dis tribución y el mercado, del consumo, de toda la producción agrícola y fabril. Es factor influyente e insustituible en toda la producción. No puedo ne garle, por lo tanto, el derecho que tiene a recibir los incentivos y las ayudas que también prodigamos a otros campos de la economía. Por eso merece nuestra atención cuidadosa.

En la Asamblea Constimyente, propulsé la crea ción de un Departamento de Comercio al nivel del Gabinete y mi proposición fue derrotada entonces. Vuestras luchas culminaron en enterrar los prejuicios que en aquel entonces les negaron justo reconocí-

miento y »como resultado se logró la creación del Departamento de Comercio por la Ley del 19 de julio de 1960. Ahora me corresponde, y vamos a hacerlo, fortalecer toda esa estructura, que no ha respondido hasta ahora a la importancia de tan influyente seaor de nuestra economía.

Vamos a darle, para beneficio de todo Puerto Rico, impulso a la industria del turismo. Una de las actividades próximas en que participará el De partamento de Comercio será la conmemoración del 450 aniversario de la fundación de la ciudad de San Juan, actividades que se desarrollarán en cooperación con el Municipio y con ustedes en el año 1971. Persigo, como meta esencial en el programa tu rístico, elevar al máximo el sentido de nuestras tradiciones y de nuestra cultura. Que el puertorri queño conserve, y fortalezca más, su profimda raíz hispánica. Que forje en su conciencia, que nin guna influencia extraña habrá de deteriorar su origen ni su acervo cultural. Que anteponga, ante todo, su amor a la tradición y su respeto a su herencia de pueblo.

Que se sienta orgulloso de que posee una cultura que comenzó a raíz del Descubrimiento, de tan hondas tradiciones como la de Santo Domingo, Méjico o Perú, y anterior a la de los estados americanos que forman la gran Nación del Norte.

Deseo señalar con énfasis, que Puerto Rico se ha ido integrando gradualmente a los Estados Unidos sin que eso quiera decir que nos estamos asimilando al pueblo americano. Podemos conservar nuestra personalidad e identidad cultural disfrutando a la vez de los derechos políticos de la ciudadanía americana. La relación democrática que disfrutamos sigue en riqueciendo nuestra cultura y ayudando nuestro pro greso, pero seguimos siendo siempre buenos puerto rriqueños y a la par que dignos ciudadanos ameri-

Vamos a realizar tareas constructivas. Vamos a fomentar y a desarrollar, en toda la extensión que nos permitan nuestros recursos, los intereses comer ciales de Puerto Rico para que se beneficien por igual los comerciantes y los consumidores. Vamos a desarrollar una sana competencia que estimule la expansión comercial a la par que haga más económi co el costo del mercadeo, de manera que el comer ciante, a la vez que tiene un rendimiento justo, pueda reducit los precios al consumidor.

Se han instituido por el Departamento de Oamercio esmdios que llevarán a la búsqueda de solu ciones de los problemas más urgentes del comercio puertorriqueño.

Estamos en la etapa de fortalecer nuestro pro grama de servicios de asesoramiento y de adiestra miento técnico, para modernizar las práaicas comer ciales y facilitar una mayor reserva de hombres y mujeres capacitados.

Un sistema de distribución bien planificado con tribuirá eficazmente a mejorar las condiciones de vida de los humildes y de la clase media a quienes asegurará una mayor variedad de productos, precios más bajos y una calidad mejor de los bienes y servi cios de consumo.

Una competencia ordenada que proteja al peque ño comerciante, sin limitar la expansión razonable, asegurará la solvencia económica de todas las em presas y propiciará el buen funcionamiento de la empresa libre. Los incentivos que estamos conce diendo mediante legislación para la agricultura, au mentarán la capacidad produaiva de alimentos en las fincas pequeñas y medianas, que se acoplarán a un sistema de mercado ordenado. La industrialización de la agricultura, para estimular más siembras y dar salida a los excedentes de vegetales, legumbres, citrosas, y otros productos, abrirá nuevas esperanzas a la familia rural que hoy se ve obligada a abandonar

sus predios para buscar oportunidades de trabajo en los grandes centros urbanos, y aumentarán nuestras operaciones comerciales.

Se está trabajando en los planes para una total reorganización del Departamento de Comercio, y al efecto, según anuncié hace días; nombré un Comité que estudia este propósito. La idea es concentrar en este Departamento los programas afines que bre gan con los sistemas de distribución y mercadeo, y las oficinas estatales que en una forma u otra todavía no le han sido afiliadas.

Creemos que así el Gobierno podrá brindar un servicio mucho más económico y eficiente para un mayor desarrollo comercial del país.

Hemos constatado que existe duplicidad en la gestión comercial de parte de algunas ramas del Gobierno. Esa duplicidad ocasiona gastos indebidos y molestias innecesarias que tenemos que remediar. En pocas palabras, vamos a fortalecer esta agencia gubernamental con todos los instrumentos que ne cesita, y le proveeremos más a medida que las cir cunstancias lo justifiquen, para que se convierta en un organismo que funcione a la altura de las nece sidades del comercio de importación, de exportación y detallista.

Ustedes, miembros de la Cámara de Comercio de Puerto Rico, han ayudado mucho en el empeño de proteger la empresa libre y fortalecer sus cimien tos. Son ustedes partícipes principales de la gran Era comercial, de excelente bonanza, que disfruta Puerto Rico. Les pido, y en eso no tengo reserva alguna de que todos están en disposición de hacerlo, que se unan a mi Gobierno para impulsar aqueUas metas que aún hacen falta para la estabilidad de nuestra economía. Uno de esos problemas es el desfavorable impacto que surten sobre nuestra eco nomía las prolongadas huelgas marítimas. Funcio narios capacitados de mi Gobierno y ciudadanos parti-

culares con la colaboración de los grandes sindicatos marítimos tanto aquí como en Estados Unidos, siguen buscando remedio a esta situación. Puedo adelan tarles que prevalece un deseo común por buscar una salida airosa al impacto de aquellos conflictos que se originan en los Estados Unidos, y que para lizan por completo nuestro intercambio comercial con ese gran mercado hemisférico.

Tenemos que encararnos, con proyecciones via bles y a corto plazo, a las demandas del comercio puertorriqueño, que en justicia nos corresponda re solver, para conservar y hacer crecer un sector que durante el año 1968, generó un ingreso neto de $548 millones y proveyó empleos a 128,000 per sonas. En ese año, este sector fue superado única mente por la manufactura, la cual generó un ingreso neto de $753 millones y proveyó empleos a 136,000 personas.

La importancia del sector comercial se hace aún mayor al analizar el número de establecimientos. En el año 1968, existían en Puerto Rico 32,012 estable cimientos detallistas y 1,764 establecimientos ma yoristas. El sector manufacturero que en 1968 mues tra poco más de 3,000 empresas fabriles, se mantuvo en ese año casi a la par del comercial como fuente de empleos. Esta es otra razón por la cual consi deramos al comercio puertorriqueño otra fuerza in dispensable en el progreso económico del país cuyos problemas también tienen que merecer prioridad, la cual vamos a dársela.

Ustedes están señalados para desempeñar un papel aún más trascendente en los programas sobre comercio que estamos encauzando. El auge de la promoción industrial abrirá nuevos caminos para el aumento de nuestras exportaciones al mercado de Estados Unidos y a los países del Caribe y de Europa con quienes estamos intensificando nuestras relacio nes de intercambio. América del Sur y América

Central apresuran sus contactos con Puerto Rico para el aprovechamiento de nuestra enorme producción industrial. La cifra de importaciones, determinante del desbalance comercial, va disminuyendo. Estamos fortaleciendo, en la reorganización del Departamento de Comercio, el Programa de Comercio Exterior que nos permite una participación directa en misiones comerciales y en ferias internacionales para dar a conocer la variedad y calidad de nuestros productos y abrir nuevos mercados.

Me he interesado vivamente en vuestros proble mas, porque, aunque mis responsabilidades de Go bierno me mantienen alejado de los negocios, he sido parte militante de esta Cámara de Comercio; fui

Vice-Presidente de la Cámara de Comercio de Ponce en 1938, y en el pasado sentí, como ustedes, la desilusión que producen situaciones que el Gobierno tiene que y debe remediar.

Mi política para el comercio puertorriqueño será una de puertas abiertas, de absoluta comprensión de sus necesidades y de cooperación ilimitada para que juntos, realicemos con éxito el programa a que estoy comprometido: LA NUEVA VIDA QUE SE ME RECEN TODOS LOS PUERTORRIQUEÑOS DE TODOS LOS PARTIDOS Y DE TODAS LAS CLASES SOCIALES.

Pero todos estos propósitos se estrellarían si no viviéramos en una comunidad de orden y paz. Es imprescindible que se controle el crimen y el vicio, sobre todo el de la adicción a drogas, que está ha ciendo estragos en nuestra sociedad. Para ello nece sitamos una importante reforma penal, y un cuerpo eficiente de la policía con un elevado "espírim de cuerpo" libre de influencias ajenas a sus funciones, dedicado con firme devoción a mantener el orden público, que se sienta respetado por su noble misión de proteger a la comunidad, orgulloso de ser reco-

nocido por sus méritos y debidamente remunerado por sus sacrificados esfuerzos.

Como Gobernador continuaré sin descanso dán dole a mi pueblo todo mi esfuerzo, con profundo sentido de comprensión y claro sentido de respon sabilidad, para que no se malogre su aspiración a vivir ima vida de paz y progreso, al amparo de nuestro sistema democrático de vida. Mi misión es salvar obstáculos, resolver conflictos y guiar con mano firme nuestro gobierno hacia la consecución de la felicidad de nuestro pueblo. En el descargue de mi responsabilidad habré de mantener siempre una actitud de conciliación constructiva entre todos los intereses envueltos, económicos, políticos y so ciales, así como de sana moderación, respetuosa de los derechos de todos. Trataré de obtener acción dis ciplinada y eficiente de todos los programas de gobierno para que nuestro pueblo se sienta satisfecho del uso de los fondos públicos. Y, en todo mo mento, velaremos porque nuestro pueblo reciba los servicios de nuestro Gobierno con el sentido de ca lidad humana, que es tónica de nuestra filosofía de gobierno y que debe ser norma de nuestros ser vidores públicos. Inspirados en estos principios y guiados por estos propósitos, tengo fe que nuestro gobierno dará a Puerto Rico una era de verdadera paz y prosperidad con justicia para todos.

Muchas gracias.

IMPRESO EN LOS TALLERES DE ARTES GRAFICAS DEL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCION PUBLICA DEL ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO - 1969 CALLE HOARE NUM. 705 - SANTURCE, PUERTO RICO. Impreso en Puerto Rico - Printed in Puerto Rico

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