Diálogo (abr. 1993)

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ro de lado (con In cual se con\'irlió en el hazmerreír de medio Lima), ~onr_iendo de cier1a mant-ra y utililandu determinadas expresiones en mgles_ era pos1hle parecerse al artista, crear un ambiente psicológico parcodo al que se dcsprt'n<lía de sus actuaciones en el cine. Esto y whisky porqt~e Smatra era •le los •1uc se Lomaban sus buenos tragos no sólo en el n~1~ smo tambií·n en la vida real. Faltaba solamente que llegara la ocasión. \\·Jusky, senllm1en1os la1inos, modismos norteamericanos, sombrero la•kado, l1;1hy surumhiría. Y qué mejor oponuni•lad que la que ahora se le presentaba con la fiesta de la lkba Aim>rbe. Ni hablar del peluquero. f:r conoda bien esa casa inmensa.. de _e normes salones archimodernos y ventanales que daban sobre un¡anl~1.1 que sq~uramenle estadamá.s alumbrado que Beverly llills para la. oc1S1on. Unos cuan1os wlmk1es antes de la fiesta, justo los necesanos pa1~1 llegar t·n forma, para enlrar encantado de la vida, sal.lUian•lo a todo el mundo y pn·st·nl;índose finalmente donde Baby con mas concha <tue Sm;ma en /'al Jory, cuando aparecí{) en casa de la multimillonaria Rila llaywonh. l'errecto. No podía l:tll¡tr. Ta<1uito se anclu\'o elll n·nan<lo Inda la wmana, y el s;íhado a las siete en punto de la noche ya eslaba st·nla<lo en d lllarkoul, pidiendo su primer whi.sky. Ahí hubo un decaiuliento. Ell" imer whisky no le him el eft·cto dcsea•lo, la verdad es que no k hiw ningtÍn ckno csl imulantc y el segundo y el lerrero lo mismo <¡ue d primero romo si nada. Se llll'li<> el ruano a eso de las od10 y otra ITlromo si fuera agua. El quinlo lo mismo y así el sexto y d séplimo, cosa rara en í·l, pero de pronto el oc lavo se le tr<'pÓ hasta el ciclo. Tu m <¡ue lener cuidado para no l;unhakarsc ;¡J salir pero wn un pec¡uct-loesluerm logre\ domiu;uw )' tllili¡;Jr los cknos delliror ('Xarla· menlt' pa1~1 los lim·.s •lc·st·ados. Enlr<•. pues, a b li~sla lal romo In hahÍ<l plant'ado, hasl:tbnlú el snmbrno al aircy<·mbc crú en una percha, igualilo e¡ u<' t'n d cine, lo ¡'miro malo es <¡ue de repente no supo en c1ué película l'Staba y como <JIIt' st·l•· menbton hxlas. Mejor ;u'm, ése era el vcnl;ulero Sin<ll!<t, d •le Indas sus pdículas, así et~l el personaje. A llahy la salud(> <ks•lc lejos hariéndnk adif>.s nm la cnrha1a y cu;~ndo llcgú •londe ella le gnlpct't akcluns;unt'nle la mt:jilla y St' cdtó un pn•¡uiw para a1r.ís, ni m:ís ni menos e¡ u e d ran1;m1e etuonan•lo (;ht,k 111 rltnk. llaby Jo mimha e ni re asnmht~ula y sonrit·nle y sohre la marcha se dio etJtnla de c¡ue hahía bebido al~o m;ís de la ntenta. Pero él dale con que •lúnde está el har, whiskyo11lllf T()(l~.> <tu nía, )'ltl,bmulifu/o11r, me vas a acompañara buscarlo porque no te voy a dejar sol:t t•n este barrio mal pohl;ulo. llahy lo seguía, In acompathba y, por ühintn le •lijo que de acu<'rdo, que cslaha dispues1a a ins1:tl:trsc en uno de los l:thurct•·s del h:tr siempre y ruando hubiese una botella <le o¡uJrto, ponpiC dla s(,Jo hd>ía oporto. Se est:than pegan<lo la gran ll~tnrajuntos, por In menos eso es In que él creía y dale con S<'n·irse <>lro whisky sin darst• cuenta de <JUe llahy ;uín no pasah:t de la primera ropa.· Armemos la ¡:~<mjnerga, gri1aha Tartui1n, /rt's JHtÍIII tllf lown ~y sen lía •·nlo más profundo de su rorazún que est;Jha i¡,rualitn a Sin:ttr:l cant;uuln [.,Jmultif C"f'ri, haS1;1 le pan·d;l esrurhar a la orqueSI;l de llilly May anmtpaíi;índolo. Mt'llia hn1~1m;ís 1arcle tenía :tllaby abrazada, t'ncanla<la de eSiar con él, y rada l't'/. r1ue db lt· rekbt<tha una de su~ salidas t'll inglés él la t1~1Ía rién•lnse baria su¡:ucrpo y ahíl:t<'sron<lía un ra1ilo rnnl r;1 sn hnmhro. 1.nego mheaha a mir;1r hada la 1en<11.1 don• le l:mta gcn1c bailaba pe m t•nuna de esas como que 1•io doble y casi se viene ah~jodd l;tbnrelc. "Unmomt'nlo, dijo, no te cast·s en mi ;mscncia, llahy". En rt•alidad In c¡nt' c¡uisn fnl' ir en hnsca de un disco de Sinatt<t pa1~1 darle ambicn1c al asmuo p<To en el camino no tuvo m;ís r<·medio qn<· dt•sviarse l'iolentamcnle pa1·a ir a p;u<~r al b:n-lo. Se sinli<Í ¡x'sinu> y, cuando regresó romo c¡ne ya no sahb nnty hien dúmlt· e.~laha, st· tmpezó demasi:ulas veces an1es de lkgar donde llahy y una n~z a su lado comprendió que le <'1<1 simplt•mt•n1<' imposihlt· mlver a snbirse a11ahurctc. l't·ro arepiú feliz el whisky que ella k dio y m ni inub rom·ns.1mlo hasta que de pronto supo c¡ue es1aba pcg;ín•lole un ro•lco enorme al asun1o de la •lt·dar~triún amorosa y que llahy lo cscurhaha muy seria. Tuvo la cer1e1.1 de c¡ue Baby le estaba prestando 1oda la atención cid mundo. Ypara siempre guarclú la :thsolu1a retH'l"l dec¡ue sialguna l't'7.<'nlavicl;~ ella le había hcrho caso hahb sido pn•risamen1e esa noche. Pero has la alu los recuerdos. l.o den~;ís se le borró dest:spel<tdamcnte y. al dt•spcr1ar el domingo, lo hizo con la 1otal ronvi•·riún de que algo había sur<'dido, no necesariamente malo pt'ro sí insufiriellle. Sólo Hahy podía saber qué había ocurrido, l'lla le contaría, si ya eran t'namot<tdos se dejaría rogerrlc la mano esa tare le, y sin t'mhargo tatuo dolor <le cahe1.1 y esa espantosa sensación de que lo anoche no había sido m;is c¡ut' un borrón al cual una sensación de inseguri<lad aflarlía casi obligatoriamen1e algo de cuenta nue1·a. Fue como se lo espt'l<tha. Vio a 1\ahy, hiw alusión a lo de anoche y. como ella se limitara a sonreír indicando casi que nada había pasado, ya no cncomró el coraje par<~ tomarla 1u1r la mano ycomprobar si algo había pasado. Podían ser dos cosas: e¡ ue Jl;1hy ~e había dirho que no y ~ue Bahy, al comprobar que estaba borracho, hah1a opta<lo por no da1le 1mportan· cía al asunto en cuyo caso qué ot1':! solución quedaba más que la de empezar de nuevo.

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La feria de octubre fue la ocasión. Venían toros Ytoreros españoles Y . la .nmto . a ver las dos corn·d·as d e 11'd lo Ordóíiez Por supuesto Tac¡ullo 1 que antes se leyó completitas las obras de Gff•gorio Corrochano Y·.~"/ referente a La t.1tétira de: Ortlórin, prácticamente se la apren~ 1? .e • 1Jrerocordobés lo cual . '. le vaho mas . paporrcta.AAchollcgoconpuroysom · 1toJIIa-ue·te, ·.. .• • pero q ue· d'1ahlos st Bahy sahta compartir te , 1 un st'11>t<· 1·tto upo . , · amente era lo nue el le ·1 , a fondo los verdaderos ambientes y eso prtCIS . estaba creando. Una tarde se presento· pcre·ec ta. Q 1·do· ñez·• con un,faenon . y raho, le dto . tanto am1lltnte · . ·a1asunto como la mustca de de dos orejas Sinatra le había dadoantes a su encarnación del famoso cantante.~ gente gritaba en la plala, oles a granel, flores en el ruedo, pero Taqlllto, muy entendido, sabía en qué comiste la seriedad de un torero de Ronda yentre toro y toro le explicaba a llaby cuál era la exac1a diferencia e ni re la escuela rondeña y la sevillana. Realmente la llegó a inlercsar, Y termmada la corrida, ella acepló gustosa segu!r escurhándo~o mient':s tomaba~a~n par de oportos en el bar del Boltl'ar. El embruJO se habta creado, Y estaba nuevamente cerquísima a él. . Y en la fiesta de Luz María Aguirre, Taquito, c~n la ~cremdad Y elcg;mcia de una \'crbnica de Ordó1iez, con u~ solo wlusky IJten.sab?rea· do le iha a hablar defini1i1·amentc de .sus scn1lmtentos. No hab1.1 mtedo, no,había cortedad posible, corno en la escuela rondc1-1a con d mínimo <le pases el helio animal se aproximaría p dominado al;~ hora rk la verdad. Frases seguras, palabras bien dichas, una fina a1e~1C10n a su~ <lt'seos, un oporto 1raído a tiempo, una m;~eSiuo~a cahn:1~en~n los ~c¡u~1·alentes de una breve y grande faena. El lugar era propKto. Se hahta n m~lalado_ al borde de una gran l<'rr<lla que se ekvaha un mel ro ~obre dpnhn. Ah;yo, en el tabladillo, bailaban las p;m:jas y dio.~. allí al borde, comcrsaban tranquilos, casi gra1·cs. Taquilo ha,la se sorprendía de lo bien c¡ue 1\ah)· se ajuSiaha a las rircuns1anria~ que él iba cre;ul<lo. Así hasta que llegó el mo~ncnlo t'n que ella 1um su opono y í·l su whisky. No; esta vclnu iha a llegar intempestivamenle y con la ayuda de copas a lo que «tuería: esta 1·ez sin confusión ni engaftns era él quien iha a encontrar el momen1o apropiado, con coraje, con homhría. Y ahora es cuando, ah01<t en que la orquesta eslaha tocando un hermoso pasodol>it', ahora en que Baby, volteando ligeramente pa1<1 ohsecvar a las parejas, le había mostrado como nunca la <lescspcranlc dimensiún de su helleza a los n·inl iún arios. Onlútiez·Taquito se apoyó sólidamente sobre despaldar de su a.sien1o y erhó una hocana<la de humo antes de empCJ.ar a hablar, Baby, ha llegado el momento en e¡ ue lt·nemosc¡ue ver muy claro en nuestros senlimientos... E~ es In c¡ue cSI;tha diciendo, apoyándose rada \'eJ. más en el espaldar para ¡uuler seguir el humo c¡uc se clel'aha ayudándolo a hablar. No se dio cuenta Taquito de que los muebles suelen ser muy li1·ianos en las ten<tl.as y a puma de <tpoyarse se fue de espaldas, desapareciendo bruscamente de su dedar.triún de amor. F.sa fue la ültima lcnt:~tiva que hizo por acercarse a la \'Crdad, a lo que debía y 1enía que ser la \'erdad. Dos \'t'Ces se bahía acercado y las dos 1·eres algo había ocurrido pero también algo había sido dicho. Entonces cpor qué no reaccionaha 1\ahy? Tactnilo llegcí a JlL'nsar c¡ue era por insensible o por falta de inteligencia; cualquier otra persona se habría dado cuenta, hahr~a herho una alusión ?' asunto, se habría semido aludida. l'cro por es.1s <'pocas andaba dt•mast;ulo cmhobado romo para <lar rienda suelta a tan neg:nim_s pct.lsamientos. Qm' quedaba m;ís que seguir, seguir viendo a 1\aby, segmr saht'urlo con dla cuando no tenía fila con alguno de los tres solteros incansables con qm· salía a cada t<tto. Voll'iú a ahra1.arse con ~ocios, ~-olvió a rompan ir sus ris.as y optimismos, habló en püblico de los lazos nm•pat<tbles c¡ue lo uman a Baby, pero en una comida de ex- · alumnos de su col~gio bebió un poco m;is de la ntenla y extrafl&' prof~mdamentc: las e¡~ocas en e¡ u: hablaba a solas con d padre Manrique, Sm embargo la mia empezo a darle g1<tnde< satisfacciones. De la Ara~emia ~~plon~;ítica se g¡<tduó con excdemes notas)' dónde se ha 1·isto un d1plomat1C? Inste. Es~aba tan contento con sus ocupaciones que en el ~onrlo a lo meJOr m c¡uena a Baby. La rontinnaha l'iendo, eso sí. Con ella tha ~ toda_s Pil~·tes )' d~:1 er~ su compalier.,_infalihle cada l'ez que salía con alb'lm am~go} su uo\la. ~ Otc¡ue por esa epoca sus amigos empezaron a tener n?\'las, a regalar antllos con brillantes)' hasta a casarse. Ya no salían con amtps o enamoradas, ahm<t el asunto era con la no1·ia, hasta con la esposa. No, ronnu~o n? es la cosa", dijo un día Taquito, cuando le prl'g¡nll.aron c¡uc_cuando 1ba a sentar cabe1.1. Lo dijo sin pensar, casi como un refleJO ¡¡ b defensivo · y de golpe. descubrió que su f1-•1se le 11ab'1a encantad o. · om re, por que no. Por. que no se~ como el arquitecto y el conde , el abogadazo. Eso. La soltena, la• so!tena le caía de ¡>crilla •, estaba • , per.rcec) ta1 elo con su cat<tcter )'aquello de co111-e1·t· . mente< · el e arut'r · .• n se en un so1tero couza o e mcasable le• pareno una idea lllll}' •atract'11·a•· "Saeconoa 1 n b , ypero ese no se casa nunca . Exartameme. EraJ.USio lo que 'b d · 1 . '1 • · 1 a a enr a gente sob1e< , y e¡u e meJor que tener fama de hombre de m u11c1 d 1 • inconquistable. o, e so teron

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Debutó feliz. Taquito en su nue\'o personaie " · Se man ció h acer cuatro temosa 1amed lrlayconayudadesupapált.1St.1Secomp · . ró sucarntosport. A BabY1a 11e1-ab a a 1a playa y era bndo ,·er 5115 caL-11 . uc os'.o1and o ah·1emo.

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