Diálogo (abr. 1993)

Page 45

~u bungalo!"' no está 1~uy alejado". No sé si mi papá, pero yo todo eso de bungalow 1~ ~nt~nd1 muy bien, pon¡ue ~studio ~n colegio inglés y ~so

nolodeboolv•clar~nm· 'd • • • VI a Ycada vez que m1. papá estalla cada m1l. anos 1uego nos mv11a al cin• g ··~ · . ' anos _ trabaJa .' ~ . '• n~ que hace Siete nullones de en e~ o Ysmll':lf<'r tarde para darle a sus hijos lo mejor, lo mismo que a los h~os de sus Jefes.

El muc~acho que nos llevó hasta el "bungalow" no se sonrió mucho cuan~o m1 padre le dio la propina, pero ya yo sabia que cuanrlo se viaja

~on dmero de la compañía no se puede andar derrochando, si no, pobres Jefes, nunca ganarían un céntimo y la compañía quebraría en la mente respetuosa de mi padre, que se estaba lavanrlo las manos mientras yo abría la maleta y sacaba alboroL1do mi ropa ele bai>o. Fue entonces que me enteré, él me lo ~ijo que narla de acercarme al mar, que eslaba plagado de rayas, hasta habla tiburones. Corrí a Ja,·arme la.~ manos, por eso de qu~ dentro de unos minutos cierran el comedor, y dejé mi ropa de baño tirada sobr~ la cama. Cerramos la puerta del "bungalow• y fuimos avanzando

¿·

~ /"/ ~~- -·-

-~

/

<-?'!<'

hacia el comedor. Mi padre también, aunqu~ menos, creo q~e era observador. me señaló la piscina, tal vez por eso de la ropa de bano. Era hermoso Pararas; tenía de desierto, de oasis, de balneario; arena, palm~· ras, nores, ver~das y caminos por dond~ chicas _que yo no me atrevía .a mirar, pocas ya, las últimas, las más atra•adas, se 1~an ~r~zosas a d?rmlf esa siesta de quien ya se acostumbró al hotel de luJO. T1m1dos y cunosos, mi padre y yo entramos al comedor. y es allí, sentado de espaldas al mar, a las rayas y a los tiburones, es allí donde lo estoy viendo, como si yo estuviera en la puerta d~l comedor, Y es que en realidad )'O también me estoy viendo sentado alh, en la miSma mesa, cara a cara a mi padre y esperando al mozo ese, q_ue a. duras r<;n~~ contestó a nuestro saludo, que había ido a traer el menu (m• padre p1rl10 la carta y él dijo que iba por el menú) y que según papá debería habemos cambiando de manlelcs, pero era mejor no decir nada porque, a pesar de que ése era un hotel de h~o. habíamos llegado con lasjustas ~ara alm~rzar: Yo casi vuelvo a saludar al moto cuando regresó y le entrego el menu a m1 padre que entró en dificultades y pidió, finalmente, corvina a la o sé cuántos, porque el mow ya llevaba hora.• esperando. Se largó con el pedido y mi padre, sonriéndome, puso la carta sobre la mesa, ~e tal manera que yo podía leer Jos nombres de algunos platos, un monton de nombres franceses en realidad, y emonces pensé, ali,·iándome, que algo terrible hubiera podido pasar, como aquella vez en ese restaurante de tipo moderno, con un menú que parecía para noneamericanos, cuando mi pare me pasó la carta para que yo pidiera, y empezó a comarle al ~o~o q~•e él no sabía inglés, prro que a"' hijo In eS!aba educando en coleg10 mglcs, a sus otros hijos también, costara lo que costara, y el mom no le prestaba ninguna alenci<ín, y mo,·ia la pierna porque ya se quería largar. Fue entonces que mi padre eSiuvo realmente 1riunf.1l. Mientras el mo1.o venia ron las corviuas a la no sé cuántos, mi padre empe~ó a hablar de darnos un lujo, de que el ambit•nte lo pe< lía, y de que la compa1iía no iba a quebraf'i él pedía una bnlcllila de vino blanro para aro mpaliar esas corvin;,., Decía que esa noche a las siele era la reunión ron esos agricultores, y <¡ue le comprarían los 1ractores que le habían encargado vender; él nunca le había fallarlo a la rompailia. f:n esas estaba cuando t i mo1.o apareció complicándose la vida en cargar los pla10s de la manera mi• dilicil, CID parecía un cirro, y mi padre lo miraba como si fuera a aplaudir, pero gracias a dios reacciunú y tom6 una actitud bastante fnr1.ada, aunque digna, rua111lo elmomjugaba a casi tirarnos los platos por la rara, en realidad era que lns eslaba ponicndn clcganlcmenle sobre la mt·sa y que nosolros no csLihamos acostumlmulos a L1nta cosa. "Un blanco no séru;ílllos, dijo mi padre. Yo ca.~i lo aoram pures.1 palabra en francés que ara baba de pnmunri;or, esa marca de vino, ni siquiera había pedido la rana para consuhar, no, nada de csu; lo había pedirlo así no más, triuufal, roml('erlor, y el mozo no tuvo más remedio que tomar nota y largar.e a huscar. T0<L1m;orrhaba perfeclo. Nos l~1oian traído el \'ino y ahora recuerdo ese momento de feli1. equilibrio: mi padre sentado dt• espaldas al mar, no era que el comednr eSiti\'Íl'ra al borde del mar, pero d muro que sostenía ellOs \"elllanales me impedía V<'r la piscina y la playa, y ahora que lo csloy viendo es la cabeta, la rara de mi padre,"" hombre, el mar allá a1r:ís, awl en ese día dt• sol, las palmt'I<\S por aquí y ¡x¡r all:í, la mano delgada y fina de mi p;ulre sobre la botdla fresca de vino, sin·iémlome media copa, llenando"' copa. "bebe despacio, hijo·, ra algo qut•mado por el sol, listo a acceder, eXII<lliaUdn :1 mi madre, Ouenísima, )' )'0 ahí. casi ChOrrt'andome cnn djugo ese que bailaba la ron·ina, hasL1 que ri a Jimmy. Me chorreé ruando lo ,.i. Nunca sabrá por qué me dio miedo ,·erlo. Pronto supe. Me sonrl'ia cksde la pul'l'ta dd comedor,)' yo lo s.1lurlé, mi1-ando luego a mi padre t"u" explka•lc quién~'"· qu~ estaba en mi cla.•e. etc.; pero mi padre, alt•«·urhar su apl'lliclo, mltcó a mimrlo sonriente, me dijo que lo lhun;n-a, )' mit•nu-as rnu.,ba el romt•dor, queronoria a su padre, amigo de . 511' jrft·s, uno de los din·ctores de la compa•iia, mur has tierr-as en esa región... -Jinun)·. pap;í. -Y Sl' clit•mnla mano. -Siéntalc, muchacho -dijo mi padre, y ahm-a n•rién me s.1ludó a mí. f.1". muy l>«'llo;Jinnnr e:-' de una bcllc~a nt1-aordinaria; mbio, el pl'lo rn amllos de om. los o¡os awles arlunados, y esa piel bronc..-ada, bronceada l<x_lo el a1io, i.nrierno y ,.el-ai~O, tal \ 't'L porque \'enia siempre a P;u;•cas. No blt'll se habm st•ntaclo, note algo que me pareció ..-xtr.uio: el mismo mow q111' nos odiaba a mi padre )' a mi, se acercaba ahora sonrienle, sen·kial, humil<lt•, y saludaba aJimm\' ron todo respeto: p<'rO éSI~, a dm-as penas lt• Clll.l1eS16 ron un~ mueca.\' el moto no se iba, seguía al u, pararlo, esperando ordenes, busrando_las, ro casi le pido aJ immy que lo manda1-a matarse. Dt• los cuatro que estabamos ahi,Jimmr era el único sereno.

\'ahí emprll; la cosa, F.<lm· ,·ieudo a mi parlre ofrecerle a Jimmy un poquito dr ,·ino cn una ropa. Ahí empezó mi lell'Or. -No. g>-arias -d~o Jinuur-. Tomé rino con..-1 almuerzo. -Y sin mirar al molo. k pidiú un whisky. Aliré a mi padre: los ojos f~os en d plato, sonreía)' se atraganL1ba un


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Diálogo (abr. 1993) by La Colección Puertorriqueña - Issuu