Canje de la moneda en Puerto Rico (1896)

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-6·oooa eseediéra la P~!ialón . de fondos que se blao para eate 'efecto, y en otros faltara para poder verUl• tar la operación del canje. Imagloense loa res. Piputados lo que habrra·au- · cedido ai hQbiera Ido cl.da individuo con au dlDero al canje y e. hubi~r encontrado .con que se hahia-agolado la • tenc•a, y que no podía ·sustituir au moneda dcsm netizada por otra de •.urso legal. EntOn~ l quo hul>i ra· habido conflictos, traatornoa y haSLl\ alteracione del orden público_, ' Vea el Congreso, con sólo estas indi~cionea, al era po ible medir e to con esa medida tan estrecha ·.con que el r. Al varado ha querido hacerlo, para d,e·ducir las ceo ura que ha dirigido al Ministro, mucho m~s cuando el error contrario, ó sea la Insuficiencia en la acuñación, hubiera sido por de pronto· insub8anable ' iempre de la mayor gravedad. Claro está que ·¡ e i te el error de cálculo, que soy el primero en reconocer, en lo relativo -á-la circulación dO Puerto Rico, err.ot· que aun á Mbiendas lo habrla :. cometido on gus ~o á cambio de la previsión de evi- . tar el mal que d jo expuesto, tenia que liaber uná mayor acuñación y un mayor gasto en el trasporte. _ Vea,. pueE, . . cómo esos tres errores que ha eenalado; se reducen á uno exetusivamente. .Pero ademá . aparte de las noticias q"ue todos los dla ll'egaban de Puerto Rico haciendo creer que habla un esi tencia de .más dé 1Omillones de pesos en moneda grande y cerca de 3 mi,llones en moneda chica; apar te de e to cálculos que yo siempre consideré eiag rados. y sin que en ·¡;ste momento éntre á exa:. minar' cuál eá la circulación que convenga constit~ir defin itivam nte en dicha provincia~ ·h abla motivos para so pet:har que estábamos en error en el Ministerio de Ultram'ar, y que te.nían razón los qu~ tanto exl,lgerabao, con sólo que comparemos la cir- . culacíón monetaria de .Puerto Rico que ba res·ultado . probada por mejlio de la recogida, y la circulación monetaria 'calculada de otros rafse.s, incluso la Península. Hechos los cálc~los de modo _que ~ reduzca todo á peselas _para que la comparación sea bomogénea 1 en Puerto Rico h:l resul~o una e~istencla de U peaetas por habita':' te; en la Península, contando el blllete 4e Banco como mone~a ~ireolante, 'resulta una

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-7proporclóQ de 94 pesetaa. ttalia, que es la que tiene circulación moaetar.la más esigna, da 5t pesetas por habitante, &odavfa más que lo que resulta en Puerto Rico. NQ digo nada de Franela y de Inglaterra, poi\ que lngl~terra da 103 pesetas por habitante y Fran· · cia la enorme suma de 'l.l2. En todos estos ejemplos se computa la clrculaci.~n fiduciaria. Ya ve S. S. que a pr.wri ea dif(cil aquilatar la ca.ntidad circulante de· moneda que puede haber en un pala, porque en esto cabe toda clase de hipótesis, . hasta la de aquellós que, tratando del canje, han supuesto .que se ac1,1ñaba poco porque, representando la cosecha anlil,\1 d 1 café no sé ·si 1O ó 12 millones de pesos, ·no se acuñaban más que unos 8, sin duda por.creer que el duro que se paga por cualquier roercanela habla de permanecer inactivo, sin correr. l::ie.gdn las circunstancias de cada pueblo., aegún las -condiciones de su comercio, ros medios de que se vale 'fla rapidez con que se l!acen las. operaciones, as[ necesita una mayor ó una menor ca.atidad de moneda, en términos que Inglaterra, á pesar de ·su inmeneo comercio,, puede pasar, dados sus usos mercantiles, con menos. numerario q1,1e Franc~a; y asi es que, si á pesar del cáletJ.IO de probabilidades que se adopte como base de juicio, se inc1,1rre en erro1·, ja. más, ninguno que discurra seria Ó· impancialmente sobre estas cosás y ,las conozca á fondo, podrá en manera alguna censurar . . Otro de los errores que el Sr. Alvarl\do me a~t; i­ . bula, er~ el retraso en el envlo de la moneda fraccionaria.' No hubo tar retraso. La moneda fraccionaria, si no !ué simultáneamente cbn la p¡oneda grande, · pues las primeras remesas de moneda grande li,ega-. ron aUí mucho antes de que se dictara-el decreto del canje, 110r lo menos fueron con la anticipaciÓn nece· saria para que al · publi4:ar él ·decreto jlubiera suficiente moneda fraccionaria. Ocurrió, no que hubiera\ dificultades, que esas sólo ha.n existido .en la imaginación de S. S., sino que se notó la falta de moneda · 'de media,.peseta, moneda que DO existía en la circú· ·lación monetaria de Puerto Rico, y que estaba sustitu{da por la moneda de cobre, cuyas condiciones. si laa conocieran, verdaderamente asombraríRn á los Sres. Diputados; porque habla alH más de 33 claaes de esa moneda; y· pi.ra que el público pueda . ~no-

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