filllllBlALDA
PERIODItO DE AMEM LITE R ATI III ¥ MOD AS.
ASO 1.“
FEBRERO 20 DE 1856.
“Los hoinbres” ha dicho uii culebre escritor del siglo pasado que. en medio de los graiides estiavios de su imaginacion, no dej6 de reconocev imichas y tundameiitales veidades, “seran sieiiiprejp que quieran las mtigercs; eT que deaee li aqnellos gfahdes'y virtuosos, debe educar a estas en la grandeza y la virtud.” “Salidos loa dos sexos,” escribe el erudito Sr. La Sagra, “de las manos del Criador, como partes coustitutivas de un todo, quo es la especie humana, bubo eu la nielite divina un dcsignio de porvenir y de infliiencia, que debia ser realizado por medio de las cualidades diversas y en cierto modo opuestas, del hombre y de la inuger: la futrzu, la enerjta, laperseferanWa, en el uno; ia. debiliJiiJ, \adiilzura, el sentimiento, en la otra; y la inliligencia en ambos.” La mujer sin embargo, y no obstan te el gran paso que en la inmensa Car rera de la humanidad le bizo dar la re ligion eatblica, no ocupa el piiesto quo iiidudablemente lo corresponde, aqiiel para que fu6 creada y el que por lo re gular nunca ha dejado de llenar a pesar de la falta de las dotes 6 cualidades de que para ello debe estar adornada. Asi lo comprendiO el mismo escritor espanol, cuando al tratar este asunto dice. “En efecto, todo esto ba sucedido y esta sucediendo en los pueblos mas cultos del mundo. La familia esta mal constituida, por que la mujer no ejercc el in-
N.o 2.
flujo que le corresponde, ni se halla educada de la manera mas conveniente para ejercerla.” En efecto, deciraos nosotros a nuestra vez, busquese a la mujer en el estado mas brillante de su vida; en la maternidad. Vemosla siempre, dulce, sensible, ejerciendo s\i alto ministcrio; empero el desempeno de este, la mayor parte de las voces, no cubre los limites que le estSii marcados por las mismas exigencias do la sociedad. No son solo la dulzura y el sentimiento las dotes que exige este delicado encargo; son necesarias tambien la educacion y la instruccion, para que la inteligeneia naciente del hijo que se desarrolla en el seno do la mudre, encuentre desde luego una guia que le conduzca por los, para el, tenebrosos senderos de la vida. Es necesario un molde debidamente preparado para que la cera del corazon in until se vacie con provecho de si mismo y de la sociedad: ese molde es el carino maternal, son el corazony lainteligencia matemas, que deben posoer sentimientos puros y religiosos, educacion (5 instruccion competentes, para predisponcr el corazon y la inteligeneia del niflo, de modo que se robustezean con el tiempo csos mismos sentimientos, que adquicra mas tarde otra instruccion mas solida y clevada. Esto solo es una razon poderosisima para convencemos de la necesidad de la -educacion e instruccion de la muger. Hay