Vida Alegre (21 jun. 1912)

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J. E. BARREIRO A. CONTRERAS DIRECTOR

ADMINISTRADOR

A CLAS... EXODO

Recuerdas corazón? Tu la querías En mi frágil barquilla, peregrino, con la tenacidad de la lucura, vol cruzando los mares de la vida , sin verla ¡ escucharla no podías bajo un cielo sonriente i azulino vivir en paz ni en íntima ventura. hacia mi dulce tierra prometida.

Hasta mi orguilo i mi altivez habías Las tene brosidades del camino humillado á su esp'éndida hermosura, vienen a despertar mi fé de utrida, 1 en tu existencia plácida, reías porque mi corazón no se intimida E de la desolación de la amargura ante lo negro del temor mezquino. ;' r - o .. ra - -

Más, después. corazón, la satiriasis l así voi por mi senda desolada conrvirtió en un erial aquel oasis. sin que mi fé de apóstol tema á nada, ; aquel suave remanso de erotismo, i cantando sentidas barcarolas,

pués débil i cobarde. nó pudiste 1 no volveré atrás, la fé vencida, batallar con ardor, i te rendíste pues arribo a la tierra prometica bajo mi tempestad de sensua"ismo! o quedo s+pultado entre las olas!

TU MANO

una enigmática visión de arcano,

mas blanca. mas jentil i mas luciente, que el marfil melodicso de tu piano.

INJENUAMENTE...

- ué ita: Tu mano de mujer finje a la mente Cuéntame primorosa muchachita: ¿ por qué cuando te míro Se colora la nieve de tu faz de muñequita semejando un fragmento de la Aurora?

Tu mano de mujer es un ardient pedazo de tu cuerpo soberano,

mas albo que los mármoles

i la espuma sutil del oceano.

de Oriente

¿Es que temes, injenua virjencita, ser en tus sueños una pecadora e ideal, ignorante, porque invita al placer, mi pupila turbadora?

Tu mano de mujer tiene el encanto

de una flor sideral, la opulencia de tu belleza olímpica; por tanto, pienso con halagueña complacencia que debe ser un lenitivo santo para la mas fatidica dolencia!

¿Que dices? ¿No respond=s? ¿Por qué inquieta escuchas mi pregunta de poeta, cada vez más callada i ruborosa,

-.I la miré marcharse presurosa

sin contestarme i sin decirme nada!

GUSTavO XULIO HENRIQUEZ

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SERMAN DIAZ
EDITOR
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En verdad os digo, y de esto que no se enteren los <reporters», que es necesario abrir el ojo porque nos están velando.

Saquenle el cuerpo á las ratoneras,

Y mucho cuidado con ser <larnbios.>

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Conferencia reservada
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Juana de Arco

En los ojos de la púlica, de Orleans dulce doncella, arde el rayo del dios Marte, que fulmina y que destella, y partícipe al Monarca, de sus bélicas visiones hace al punto, despertando valor en los corazc nes.

Entra radiante en Orleans y la multitud la aclama vencedora, en su semblante, arde belicosa llama; y arengando a sus soldados, a los altos muros sube de la ciudadela, envuelta de sus huestes en la nube.

Vence tambien en Patai al contrario, que cubarde, huye al rayo fulgurante que en sus negros ojos arde; y al fin prisionera cae, en las alevosas manos

La limpieza de la ciudad

Fué necesario que llegara el cólera para que las leyes de Sauidad se cumplieran al pié de la letra.

Todos creiamos que las habitaciones de los ciudadanos de San Juan estaban como patenas, y la peste bubónica nos vino á demostrar que viviamos dados á la peste.

¡Cuanta inmundicia, cuanta porqueria amantonada en las calles de San Juan, desde la tarde del miércoles á la mañana del jueves!

Nos ha visitado este querido colega más querido por editarse en la misma imprenta y con los misnos tipos de El Demócrata a ser quemada en la pira....! martir de Francia sangrienta, el periódico que hemos escrito que tantas páginas negras en su tradición nos cuenta!

de salvajes enemigos, que la condenan i¡tiranos!. ...

con más cariño y que hemos defendido con más entusiasmo.

P. ARNALDO SEVILLA.

Sinfonía en gris mayor

El mar como un vasto cristal azogado re fleja la lámina de un cielo de zinc;: lejanas bandadas de pájar:s manchan el fondo bruñido de pálido gris, E: sol como un vidrio redondo y epaco con paso de enfermo camina al zenit; el viento marinc Cescansa en la sombra teniendo de alrohada su negro clarín. Las ondas que mueven su vientre . de plomo debajo del muelle parecen gemir, Sentado en un cable, fumando su pipa está un marinero pensando en las playas de un vago, lejano, brumoso país. Es viejo ese loboTostarun su cara- los rayos de fuego del - sol del Brasil; los recios tifones del mar de la China Le han visto bebiendo su frasco de gina-La espuma impregnada de yodo y salistre ha tiempo conoce su roja nariz, sus crespos cabellos sus biceps de atleta, su gorra, de lana, su blusa de dril En médio del humo que forma el tabaco ve el viejo el lejano, brumuso pais,--á donde una tarde caliente y dorada- tendidas las velas partió el bergantín La siesta del trópico. El lobo se aduerme Ya todo 'o entvuelve la gama del gris. Parece que un suave y enorme esfumiro del curvo h rizonte bo-rara el confín. La siesta del trópico, La vieja cigarra ensaya su ronca guitarra senil' y el grillo preludia su <olo

Dejamos con gusto establecido el cange, deseándole buen éxito.

monótono en la única cuerda que está en su violín.

RUBÉN DARÍO.

Doctor Frías

Merece un aplauso, que con gusto le tributamos, este ilustrado médico venezolano quien declaró valientemente, que los casos sospechosos eran de peste bubónica. .dando tiemro á que la junta de Sanidad tomara las sabias disposiciones á que nos referimos en otro lugar.

También el doctor Gonzalez Martinez, una verdadera gloria puertorriqueña, ha prestado desde su laboratorio un gran servicio al país señalando el microbio de la terrible enfermedad.

Vaya también para él un aplauso entusiasta.

Perros y gatos

El coronel Shanton, le ha declarado la guerra á estos inocentes animales y no ha quedado perro ni gato que lo cuente.

Y eso que es de la Sociedad Protectora.Dígame, coronel, ¿no podría hacer llegar las órdedes hasta Salinas?

¡Cuidado que hay perros en ese pueblo!

¡Y qué perros, querido coronel!

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Son las tiernas, las incautas, las ligeras mariposas Las '<;ue giran, y se alejan, y se ocultan vaporosas; Las que lucen por doquiera los cambiantes del color; Las que á imrulsos de los giros caprichosos de las brisas, Entre aromas, y gorgeos, y murmullos, y sonrisas. Van volando por los aires como pétalos de flor.

Ellas son las que discurren por los cármenes rientes;: Las que besan los cristales de las rumorosas fuentes: Las amantes Ccompañeras de la flor y la mujer; Las que lucen sus matices en los estivales días; Las que narran de la vida las bellezas y armonías, Y en festines de colores buscan. locas, el placer;

Las que avanzan en tropeles en las plácidas mañanas. Cuando el sol su primer beso dá a las cúspides lejanas Y se cubren los alcores de verdura y esplendor: Las que cuentan Su secreto al clavel y á la amapola; Adivinan lo que sueñan el nenúfar y la viola, Y pregonan los deliquios y transportes del amor.

Son girones de arco iris, son caprichos de paleta, Son vivientes simbolismos de la vida del poeta, Son viajeras de la luz, enemigas del desdén. Son las hijas adoradas de la grácil primavera, Son prodigios de Natura, son amigas del que espera Convertir en realidades los ensueños de un edén.

Ellas son las que nos hablan de marchitas ilusiones, De esperanzas que frustraron insesibles corazones, De pasadas alegrías que tal vez no volverán, Y por ellas recordamos infantiles vaguedades, Que borraron de la vida las odiosas realidades, Que tan solo con la muerte yerta tumba encontrarán.

Yo las llamo mis amigas, y en mis horas macilentas, Cuando siento que en el alma rugen hórridas tormentas Y se abisma en sus tristezas mi anhelante corazón, Busco en ellas un alavio a mis negros desengaños: Porque traen á mi memoria el recuerdo de los años En que impera el sentimiento mientras duerme la razón.

LORENZO COBALLES.

No son díceres

Ya no son rumores más ó menos fundados. La proclama del Gobernador dice claray terminantemente que tenemos la peste bubónica en San Juan y sus con'tornos.

Estamos, pues, frente á una triste realidad y hay que afrontarla sin vacilaciones y sin miedó.

¿Como?

No abandonando la ciudad y sí ayudando «al jefe de Sanidad de San Juan. á quien desde aquí enviamos la más entusiastas felicitación por su actividad, á conjurar el conflicto, no dejando ratón con vida ni pulga con ánimo para saltar.

Sacándole el cuerpo á las epidemias no es como se acaba con ellas y sí haziendole frente con los preceptos higiénicos.

Ya saben ustedes que no son díceres.

El miércoles, con motivo de solicitar la proclama del Gobernador, tuvimos ocasión de visitar la Mansión Ejecutiva.

¡Hacía tanto tiempo que no subiamos las eccaleras de palacio!

Y observamos que las reglas sanitarias han empezado á ponerse en práctica por el palacio del Gobernador.

Pero tratándose de las oficinas del Gobierno, donde hay tanta cucaracha, nos pareció muy poca la criolina empleada.

Hace falta más, muchísima más.

Me parece que de este tiro nos vamos á librar de mucha sa baandija.

También las epidemias tienen su lado bueno.

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Un ápestadó

En el exitado estado de ánimo que el público se encuentra, el grito de ¡un apesta. do! ¡un apestado! que dió al doblar la esquina un inocente amedrentado ó intencionado sinvergienza. resonó en toda la cuadra y en toda la calle en el silencio de la noche con vibraciones de terror y espanto, y al resonar en los oidos de todos y cada uno de los vecinos y transeuntes de aquellos alrededores, el corazón, que con el terror natural en estas situaciones. está más ó menos encogído en todos, pero encogido, con la impresión de la noticia que el tímpano le comunicaba hizo un rápido desperezo é inflóse, latiendo fuerte y precipitadamente,

Pero la curiosidad, que en muchos es fuerza mayor que el miedo y el terror, reunió en la esquina donde el grito había sido dado, después de pasada la primera impresión un buen número de personas no faltando entre ellos algunos chiquillos, que querían saber quien era el apestado ó por lo menos por qué había así gritado aquel sujeto.

Un hombre, el que había gritado, no sabe mos si verdaderamente espantado ó simulando en su borrachera tal espanto, dijo á los curiosos que al volver de la esquina había en el suelo un apestado con el que él había tropezado al doblar. tropiezo que le había causado el espanto que originó sus gritos, y algunos de los curiosos, igualando á los monos después que les pasa el primer susto, fueron acercándose hacía la esquina de aquella calle escura donde según aquel sujeto, se encontraba la víctima.

El más atrevido de los doso tres que se lanzaron, con ciertas cautelas, tapándose la

Virginia Fábregas

Vuelve á estar entre nosotros la eminente actriz, que hizo en el mtes anterior las delicias de nuestro público, Pero no sabemos si él público estará ahora para asistir al teatro.

Malvaloca sin duda la mejor obra de los hermanos Quintero, fué la escogida para el debut

| CUENTO DE ACTUALIDAD

naríz y andando en puntillas, a ver al apestado, sacó la cabeza por la esquina, siendo tal su susto, que dió un grito volviendo para atrás y arrastrando en su retroceso a sus acompañantes. Y, entonces, la noticia de aquel sujeto de que a la vuelta de aquella esquina y hacia la muralla había un apestado, quedó confirmada extendiéndose por toda la calle y, toda la ciudad como fuego de pólvora.

¡Un apestado en la muralla, un apestado en la muralla!; y la gente asustada ¿pero asustadísima, en vez de correr en sentido contrario corría á favor, para ir a convencerse sies que es verdad que un apestado apesta.

Y se reunieron como doscientas personas, y llegaron los agentes de policía, y los representantes de sanidad, y algunas autoridades múnicipales y una ambulancia, y, cuazdo después de las medidas preventivas y de desinfección indispensables en esos casos, el apestado fué a ser cogido para llevárseloen la ambulancia...... qué descepción, que desengaño, qué desilución para todos aquellos hábidos de impresiones y para todos aquellos mártires de la salud pública, el apestado--que solo podía llamársele así porque apestaba a viejo no era tal apestado ni apestada siquiera porque nmo era ni hombre ni mujer, era un viejo maniquí de cuerpo entero, uno de esos muchos trastes inútiles que con el saqueo de basuras han salido a relucir en estos días.

El excitado estado de ánímo del público, hace ver muchos apestosos semejantes al de este cuento.

¡Calma, mucha calma, pueblo! CONRADO ASENJO.

Y no hay que decir que los artistas estuvie ron todos á la altura de su fama; pero el público brilló por su ausencia.

Pero como, según dicen algunos médicos, ya la peste va de paso, aún puede ser que el público se anime.

Así lo deseamos para que la compañia Fábregas lleve de San Juan las más gratas impresiones.

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CUENTO APLICADO

En otro- tiempo, cuando dicen que Jesucristo andaba por el mundo, se le ocurrió una vez ir á Zaragoza, dice Somohano que fué á Zaragoza y al salir de la ciudad, sin duda después de despedirse de la Pilarica, se encontró con el cólera morbo que iba camino de la ciudad.

¿Qué te trae por aqui? le preguntó Jesucristo un tanto arisco.

Y el cólera, para tranquilizar seguramente al Divino Redentor, le dijoque tenía encargo de entrar en Zaragoza y no dejar zaragozano en pie.

No hagas eso, le dijo Jesucristo: la gente de Zaragoza es mas buena que el pan sobao y no merecen una brema tan grande.

Pero en fin, para que no pierdas el viaje, y justifiques de algún modo que has estado en Zaragoza, te doy permiso para que entres y te lleves una docena.

Pero eso sí, óyelo bien, una docena nada _ más.

Entró el eólera, dló un paseo por la ciudad y á este atrapo y al otro dejo, dió al traste con los doce que le había dicho Jesucristo.

Y fuese el cólera tan campante.

Esperémosla

El doctor Tomás Cerón Camargo director de <El Amigo del Pueblo» y uno de los Zcaders del movtmiento separatista en el país visitó el martes la vieja villa de Coamo en asuntos de propaganda política.

El señor Cerón Camargo explanó la idea de la fundación de una <Liga Progresista», contando con elementos, para ello, de los partidos políticos que deseen aunarse para la consecución de mejoras en la localidad.

En la opinión del señor Camargo está que el Gobierno de Estados Unidos se verá obligado á darnos la independencia absoluta dentro de dos años á lo sumo, por exigirlo así sus altas cuestiones de orden financiero.

Cuando volvió el Salvador, encontró la ciuciudad desierta.

Cabe la orilla del Ebro, discurría alguno que otro baturro, devoto sin duda del Cristo de la Seo, y al lado opuesto pastaban algunas cabras, y un rocinante que el cólera había dejado olvidado y un par de críticos de la escuela de Monagas hablaban del modernismo en la poesía.

Disgustó á Jesucristo, que aunque dicen lo contrario no tenía muy buenas pulgas, aquella falta de respeto y al encontrarse con el cólera lo increpó d< esta mannera.

iComo has, grandísimo sinvergiienza, acabado con toda la gente de Zaragoza?

¿No.te dije que no mataras más de duce?

Y así lo hice señor: yo no pasé de la do cena.

Del cólera, lo que se dice del cólera, no han muerto más que doce en Zaragoza.

iY los demás?

Los demás han muerto de miedo.

Tal como os lo cuento, me lo contó Somohano esta.mañana en la Plaza Baldorioty.

Pero aquí no pasará como en Zaragoza.

CELSO DE LOS RIOS.

El pueblo de San Juan

En esta ocasión, que es una de las mejores ocasiones para saber lo que es un pueblo. ha demostrado el de San Juan, y al decir el de San Juan, quiero decir todo el de Puerto Rico, estar verdaderamente preparado para el Gobierno propio.

No me refiero á los que abandonaron la ciudad, que esos no son capitaleños y sí á los secundaron de la manera más eficaz á los empleados de Sanidad, para dar al traste con la peste bubónica.

Yá un puebloasí, que le puede dar leccionesá los de los Estados Unilos, se le regatean todavía, libertades y derechos.

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Como llegó el huesped ?

TENIA QUE VENIR......

Nos aseguran que la Universidad de Puerto Rico confirió al señor Dexter, Comisionado de * Educación el título diploma, crelencial, nombramiento ó lo que sea de doctor en Leyes.

N> sabemos como la Universilad de Puerto Rico, q. no pasa le ser una Escuela Normal puele expedir esos titulos aunque 10 sean más que honorarios.

La verdad es que con las cosas que pasan en Puerto Rico tenía que venir la peste.

Y demos gracias a Dios que no reviste caracteres graves.

LA PROSLAMA DEL 3 -* GOBERNADOR

Es un documento serio que acusa el talento y la discrección del Gobernador interino, á quien nosotros quisiéramos ver de Gobernador en propiedad.

Sabe el Gobernador que la situación es grave y trata por medio de su proclama de calmar los ánimos y de llevar la tranquilidad al pueblo de Puerto Rico exhortandolo al cumplimiento de los preceptos sanitarios.

Choquéla señor Carrell y quiera Dios que la peste lo respete

¿Y El GOBERNADOR?

El Gobernador, le deciamos las otras mañanas á un político prominente, es capaz de aplazar el viaje con motivo de la peste bubónica.

Pues llegó, señores, como uno de tantas tou. ristas. :

Sin que la Sanidad Marítima lo molestara en lo más mínimo.

Hay quien tiene suerte hasta para desembarcar-

No lo crea usted, nus contes. tó si el Gobernador tiene conciencia -de sus deberes precipitará el regreso á Puerto Rico.

Quizás lo haga asi y nmosotros lo celebraríamos; pero como estos americanos sonm tan raros, es capaz de regresar después que pase la peste.

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Don Pedro Carreras

Falleció en Juana Díaz, este noble hijo de Cataluña que compartió con los hijos del país todas las amarguras de los dias difíciles de la política puertorriqueña.

¡Qué pocos españoles Yan venido á Puerto Rico como Don Pedro Carreras!

Dice, hablando de este gran patriota, un periódico unionista de Ponce.

<El nombre de Pedro Carreras es conocido en todo el país. Formó él parte de nuestras contiendas políticas, agregándose sin reserva alguna á la legión de puertorriqueños que pedían á España la autonomía política y ad- ministrativa para Puerto Rico.

Corazón valiente, jamás desmayó en su tra- bajo, sin buscar recompensa alguna, sin fines personales, sin esperar la gratitud de su pue- blo resldencial, ni mucho menos la del país.

Esta fué su más alta gloria de hombre li- beral.

Dedicado al trabajo, en el comercio de Juana Díaz, no fué este medio refractario á sus sentimientos y si una fuerza impulsiva, que pusa al servicio de sus correligionarios, de

sus ideas liberalec, de su patria adoptiva. No solo el recuerdo, sino la gratttud. de Puerto Rico, mereció aquel calalán de alma fuerte, que dió un ejemplo tan vigoroso de virtudes públicas y privadas, á aqnella socie- dad en que luchó, formó su capiial, formó su hogar, creó en este hogar nna familia digní- sima, La misma fund:ción de ese hogar fué una nota brillante de su vida; pues no .buscó riquezas y ostentaciones de la moda social y pasajera, sino virtud en la pobreza, santa vir- tud para confundirla con las suyas y comple- tar su felicidad y su progreso moral.

No está mal ,

Los profesores de Añasco, dedican la última fiesta del año eccolar al honorable doctor Dexter quién, según aquellos estimados ami- gos, ha dedicado todos sus entusiasmos 4 la causa de la instrucción en Puerto Rico.

No queremos amargar la fiesta de los ami- gos de Añasco; pero creemos que se han co- rrido más de un wikel en las alabanzas al doe- tor Dexter.

Eso no obsta para que les deseemos el me- jor éxito.

PAQUITA SUAREZ, ROSITA FOUSET, y PEPITA ESCALERAS. Distinguidas señoritas de la sociedad guayames.
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A SOLAS

Á salas cuando evoco recuerdos del pasado recuerdos que despiertan la dicha ó el dolor,- y siento que del alma emerge inmaculado cuál Venus de los mares, su rostro encantador. Que tornan como antesal templo abandonado, al templo de mi alma, radiantes de esplendor, mis sueños de poeta, al ver que ha retornado su imagen venturosa,mi Dios, que era su amor, Renacen los anhelos que fuerón lentamente muriendo cual los rayos del Sol crepuscular: la fé, astro que irradia el alma del creyente, la gloria, que me incita lascumbresa escalar; cuanto nació del alma, cuanto soñó la mente, como tú imagen bella, lo siento retornar.

JOSÉ YUMET MENDEZ

SEMPER IDEM

Página de un amor viejo.

Estás triste y conozco ta tristeza: sé que lágrimas hondas has llorado y que eres infeliz porque has pecado por querer alzar mucho la cabeza.

Y el mundo te engañó. Falsa granieza es lo que el mundo á muchas ha brindado; te cegó una ilusión que no has logrado y lo poco que vale tu belleza.

Hoy que tras rudo batallar constante por premio conseguí licor amargo; hoy que veo llegado el duro instante

de formularte irrevocable cargo, irindo á tus pies mi corazón amante! ¡Me ultrajaste y te quiero sinembargo!..

DIEGO VÁZQUEZ.

Póstuma (Versión.)

Cuando caiga el olvido del crepúsculo del cementerio en las musgosas piedras, y solitaria, cortes, en tu luto, las vespertinas flores de las yedras,

En tu breviario, guarda, amada mía, esos renuevos que mi tumba encierra: son los idilios que soñé en la vida naciendo por tu amor bajo la tierra!

A ocTavIO RIVAS ORTIZ.

Amanecer

A Ramón Neerón Flores. La noche se deshizo....Y abre oriente sus puertas de marfil á los colores. A poco incendia el sol valles y alcores, y alza el mundo, otro Lázaro, la frente.

El cielo en un zafiro incandescente, himnos alados son los ruiseñores, incensarios de pétalos las flores, un violín de cristal cualquiera fuente.

Y ostentan más espigas los trigales. y arrastran más cadeneias los raudales, y más blanda la brisa juguetea.....

¡Es que el beso de Dios vibra en las cosas! Sí; pero son más fúlgidas y hermosas llas sublimes mañanas de la idea!

JUAN ESCUDERO MIRANDA. . <o»

Huyo de tí....

Huyo de ti porque tus ojos tienen Atracciones de abismo, Y porque exhalan enervante aroma

Tus carnes hechas de amasados lirios....

Huyo de ti porque les tengo miedo, Mujer, á tus hechizos....

Porque sé que tus brazos son cadenas

Y yo na quiero esclavizar mi espiritu.

Si á través de tus ojos, los ensueños Esponjaran sus nimbos, Y en tu alma cantaran las ternuras

Las ternuras sin carne sus idilios;3

Si por dentro de ti fueras un lago Espejeante y tranquilo

Donde pudieran resbalar silentes

Las góndolas sutiles del cariño....

Yo no huyera de ti....Yo rendiría

A tus piés mi destino, Alfombrando tu senda con las flores Del jardin de cantares que cultivo.

Jose DE J. EsTeves.

Buenos artículos

Con el tiento de Las revoluciones en hispano-América ha empezado á publicar, nuestro muy querido amigo Mariano Abril una ser¡c de artículos en La Correspondencia, que, á juzgar por los que tenemosá la vista resultarán interesantísimos. Por los que acabamos de leer, felicitamos al ilustrado compañero.

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Se van

El vapor San Juan, sucio y todo, iba abarrotado de pasajeros, en su mayoría americaros:

Al anuncio de peste bubónica los americanos cambian el catre.

Puerto Rico mucho bueno; pero sin peste.

Si es cosa de poner la pelleja en peligro, Puerto Rico mucho malo.

Yo creo que esta es la única manera de salir de algunos americanos.

Lo malo es que vuelvan.

Doctor Lippitt

Llegó á San Juan en la mañana del Jueves y á las ocho ya lo vimos en su automóvil recorriendo la ciudad y dando órdenes á sus subalternos-

Eso es lo que hace un funcionario que tenga conciencia de su deber.

Consignamos gustosos la conducta del doctor Lippitt.

Palo si hogas, palo si mo hogas

Tal como sse están poniendo las cosas en Puerto Rico, ya no se vá á poder ser ni Gobernador.

¿Qué hace ese Gobernador, que no lanza proclama diciendo la verdad al pueblo?

¿Que piensa ese Gobernador ?

Así exclamaba el pueblo en los primeros montentos de alarma, Vino la proclama del Gobernador, se le dijo al pueblo la verdad.

Y ahora dice el pueblo: Que imprudencia la del Gobernador.

Esa proclama ha reventado el país, No nos salva ni la bula.

Lo dicho, en un país así no se puede ser ni Gobernador.

Dicen que viene

En un periódico de Ponce acabo de leer que Mr. Colton salió para Puerto Rico en un barco de guerra.

Esta bien Mr. Colton:

Pero sí como dicen han nominado á Rooselvet, no ha debido molestarse en ese viaje.

Me parece, si la noticia no es grilla, que le quedan á usted muy pocos días de Jájome Alto.

Hasta el negocio del hotel me parece que vá á fracasar.

No hay mas teatro

En vista de la situación anormal porque atravesamos, la Compañía Virginia Fábregas suspendió el abono. L

Y a' ra, cuando haya pasado el miedo, vendrá al Municipal alguna compañía mas dada á la peste que la peste bubónica.

Tomé nota Mr. Lippit

Cualquiera, al ver las calles de la ciudad el miércoles y jueves, diría que los capitaleños son muy aficionados á conservar trastos viejos para hacer más agradable la vida á los ratones y cucarachas.

Y 00 es así.

Sucede que en tiempos normales, no hay quien haga á los encargádos de recoger la basura, cargar con ningún trasto -viejo y muy á pesar de los ciudadanos las casas se van llenando de cachivaches dando lugar, en un caso de epidemia, al triste espectáculo que presenciamos en estos dias.

Y no queremos decir nada de las vistas que se habrán mandado á los Estados Unidos presentandonos como enemigos irreconciliables de la limpieza.

Buen empleado

Por motivos de salud ha dejado el puesto de mecánico del acueducto nuestro buen amigo don Alberto del Manzano, quien ha fijado temporalmente su residencia en el vecino poblado de Cataño.

Cosa rara

Es muy extraño que en una época de epidemiac omo la actual, no haya según, los libros del registro civil, aumentando el número defunciones.

Y no se diga que no los registran.

Córcholis

Si eso es verdad. Si es verdad que Rooselvet ha sido nominado Presidente de la República, como va á estar el embriscamiento!

Por de pronto los empleados federales pueden ir fumigando las maletas. Así se preservarán de la peste y las tendrán listas para regresar.

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- De que medios te vales para poder reenganchar siempre, ¿De que medios? De que extremos, dirá Ud. iY si triunfa Rooselvet!

De la convención

Al escribir estas líneas, viernes por la tarde, se dice con insistencia que la convención de Chicago se decide por Rooselvet.

Permita Dios que los rumores se confirmen.

Y sí se confirman los rumores y nuestros delegados votaron por Taft ¡qué salvada se dió el partido!

Aunque hay delegado capaz de decir que se alegra del triunfo de Rooselvet á p:sar de votar por Taft.

Otro ciudadano

Al hogar de los esposos Sierra Bruntt, aca ba de llegar un ciudadano puertorriqueño. que in duda votará por la Unión de Puerto Ki o Deseamos al nuevo adrersario, todrs la satisfacci--nes que se pueden obtener ; n. la vida, que son bien pocas, por desgracia, : si se comparan cong as de epciones.

Y á los esposos Sierra Brunet, amigos nues tros estimadísimos. la felicitación más entu-siasta

RENE a

Er esa gran batalla de la vida cotidiana en que se chocan los pueblos entre sí y dentro de sus propias. naciones, si el poeta es el cla- rín del ejército, si el sabio es su guía, el sol- dedo es el periodista.

Este lleva la voz de la opinión y resume á veces en algunas líneas improvisadas y rápi- das el fallo de la conciencia pública.

El peligro viene á ser atractivo en ese ofi- cio, en el que se quede combatir con tantas injusticias y se puede también reparar y come- ter tantos errores, revelar á la muchedumbre los desconocidos que serán célebres, consolar á los otros, dar á la obra de arte que se discute Ó al escritor cuyo talento se pone -en duda, un poco de esa luz y de esa fama que Constituye el sueño de los ignorados y el des- quite de los vencidos.

¡Qué poder el del periodista, en una época en que todos los poderes son discutidos, ex-

_Gúillermo Barbosa

En la famosa Universidad de Michigan acaba de obtener el título de Doctor en Me-_ dicina este amigo estímadisimo hijo del Doc- tor Don José C. Barbosa, Consejero del Ejecutivo.

No hay que decir con cuanta satisfacción se recibió la noticia en esta Casa, donde 4 toda la famfia Barbosa se profesa un grande y sincero afecto.

Pero eso sí, amigo Guillermo, no le dé por meterse á consejero que eso no proporciona más que dolores de cabeza, Dolores de cabeza que no los cura la antipirina.

Así se hace

Tan pronto como don Luis Sanchez Morales, que podía quedarse tranquilamente en los Estados Unidos, se enteró de que se había declarado en Puerto Rico la peste bubónica, pues en los Estados Unidos se saben las cosas antes que en San Juan, embarcó para su país en el primer vapor habiendo llegado á San Juan en la mañana del jueves.

Poro el gobernador no ha llegado todavía-

cepto el de una cuartilla de papei! ¿Y ante todo, no tiene el periodista la facultad' de practicar el bien?

No hablo de los que hacen obr? de odio ó de calumnia; porque éstos, en suma, se engañan en su oficio. El odio nunca ha funda- do nada, ni la calumnia ha destruído nada.

Para taiunfar de todo esto, el desprecio es el arma más eficaz. Y para convencerse de todo lo que hay de efimero y caduco en la calumnia y el insulto que nos parecen tan terribles basta mirar en nuestro derredor: ¡qué de calumnias entre los hombres que tie nen honores en nuestras plazas públicas! -

Pues no tod> acaba necesariamente por canciones, aunque lo diga Fígaro; regular- mente todo comienza por ultrajes y todo aca- ba hoy por estátuas,

Buen estudiante

Después de brillantes ejercicios ha obteni- do el diploma de 4 grado en la Alta Escuela de esta capital, el estudioso joven Orilando García Quevedo del simpático pueblo de Sabana Grande, El joven estudiante que es una esperanza para la patria, saldrá pronto para los Estados Unidos, donde se propone seguir la carrera de medicina.

Reciba nuestra felicitación por sus triun- fos.

Alberto Román

No pudo arrancarse al patíbulo esta victíma, El abogado defensor Ledo, Diaz Navarro, hizó por salvar á su defendido toda clase de gestiones.

Pero estaba escrito que Román había de morir y el terrible fallo se cumplió enla no- che del veinte, según p.eviene el artículo 343 del Código Penal, Dá horror tener que registrar estos casos en pleno siglo XX.

a < EL PERIODISTA <- a u -

El LA ISALIDA

Por la calle de un pueblecillo ruso. y entre las pequeñas casas blancas, se mueve con salvaje gritería una extraña procesión.

Una multitud de gentes del pueblo marcha cerrada y lenta; avanza como una gran onda y delante, al paso, camina un caballejo matalón, cómicamente grave, la cabeza triste y baja. Cuando levanta una pata delantera. sacude la cabeza de un medo singular, casi dando con ella en el polvo de la carretera, y cuando mueve una de atrás, las ancas se le hunden y parece que va á caer.

Detrás del carro al que 1a enganchado, se vé, atada por las manos una mujer pequeñita casi una niña, completamente desnuda, Marcha de un modo extraño, de costado; la cabeza cubieria con una espesa cabellera de color rubio obscuro, la lleva levantada y echada atrás; los ojos extraordinariamente abiertos miran á lo lejos, con expresión atónita y bestial, que nada tiene de humana....Todo su cuerpo está cubierto de manchas azules y largas; el pecho izquierdo, duro, como de jovencita, lo tiene rajado, y la sangre brota en hilillos diminutos, formando una raya encarnada que le cruza el vientre y cae por la pierna izquierda hasta la rodilla, donde se esconde ea una capa de polvo obscuro que la cubre. Parece que del cuerpo de esta mujer se ha arrancado una delgada y larga -ira de piel, y sin duda, durante un gran rato, se le ha estado golpeando con un leño el vientre, un vientre monstruosamente abultado.

Los pies, delgaditos y pequeños, se posan con dolor enel polvo; todo el cuerpo lo tiene horriblemente maltratado, y vacila; es imp-sible comprender cómo se tiene aún sobre sus piernas, completamente cubiertas de manchas azules, y cómo no cae y se deja arrastrar sobre la tierra polvorienta y caldeada.

Y sobre el carro va en pie un mocetón en mangas de camisa y con gorra de astrakán, por debajo de la cual sale un mechón de pelo rojo que le cae sobre la frente; en una mano tiene las riendas y en la otra un látigo, con el que metódicamente; azota unas veces los lomos del caballejo y otras el cuerpo de la mujer, que ya ha perdido todo aspecto humano. Los ojos del mozo rojo están inyectados de sangre, y brillan con feroz expresión de triunfo. Los cabellos hacen resaltar el color

verdoso de su faz. Las mangas de la camisa remangadas hasta el codo, descubien unos brazos musculosos cubiertos de abundante pelo rojo; la boca la lleva abierta, llena de dientes blancosy puntiagudos, y de vez en cuando da roncos gritos:

¡Arre. bruja! ¡Ahú, ahú; ¡Aaah! ¿Cómo va, hermanos?

Y detrás del carro y de la mujer atada á él la multitud, ola inmensa, camina. grita,. mur mura, <ilba, ríe, chilla, se excita....Los pilluelos corren. Algunas veces se destaca uno de ellos y dice á grilos frases cínicas á la mujer. ¡kEntonces, una carcajada de la muchedumbre ahoga todos los demás ruidos y vibra el chasquido agudo del látigo en el aire.... Las mujeres van con el semblante contraído y los ojos brillantes de placer....

Los hombres gritan alguna grosería al que va en el carro, y éste se vuelve á ellos y ríe con toda su boca abierta. Un latigazo suena sobre el cuerpo de la mujer. El látigo, delgado y largo, se arrolla alrededor de la espalda y queda enganchado por debajo de los brazos....Entcnces, el carretero tira vigorosamente, la mujer lanza un grito agudo, y echándose atrás, cae de espaldas al suelo.... Muchos individuos se arrojan sobre ella.

El caballo se detiene; pero un momento después, marcha de nuevo, y la mujer, medio muerta, continúa su camino tras del carro. Y el lastimoso rocín, en su paso lento sacude incesantemente su cabeza erizada, como si quisiera decir:

iYa veis qué malo es serbestia! ¡Le pueden á uno obligar á tomar parte en cualquier acto abominable!

Y el cielo, ese cielo meridional sigue perfectamente sereno, sin la menor mube. y desde sus alturas, el sol estival reparte generosamente sus rayos ardientes.

Lo que dejo descrito. no es una relación alegórica de la persecución y tortura de un profeta desconocido. ¡No desgraciadamente! Esto se llama <la salida». De este modo los maridos castigan la infidelidad de sus mujeres; es un cuadro de género, de costumbres.... y yo lo he visto el 15 de Julio de 1891, en el pueblo de Kandibovka, partido de Kherson.

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MÁXIMO GORKL

Bajo la impasibilidad de los cielos, por los caminos polvorosos, avanza la hueste de mendigos. Traen las alforjas llenas y aún no están satisfechos del día. Se oye el rumor de los surtidores de los jardines de Junio. Los pianos de las quintas ponen en el silencio gris de la tarde un ensueñode Shumann y un dolor de Bethoven. Los pordioseros salutan: ¡Ave María Purísima! ¡Qué largo es el día de la mrseria! Las alforjas están llenas, pero nos fa'"ta el consuelo de los cariños. Ya nadie nc s ama. El polvo de los senderos ha tornado blanquecinas nuestras largas guedejas; y la impiedad de los dolores ha puesto en ñuestros ros:TOS OosCuros, arrugas dolorosas, como infames cuchilladas.

De pronto todos enmudecen. Y hay un silencio profundo que se alarga hasta el Infinito.

Es que el Angelus vierte sobre los caminos interminables la conmiseración de su música .santa, de oro. Y hay un grave murmullo de oraciones.

El cielo ha perdido su impasibilidad. El cielo sueña. ' Sin embargo, la hueste de mendigos sigue derramando en la paz de la tarde sus trémulos clamores de amargura:

Somos la hez de las ciudadesy la plaga de los caminos; por los barrios infectos y los mesones hoscos arrastramos nuestrcs mantos ha-

Decálogo de la Caridad

I. Enseña á tus hijos á ser piadosos antes de ser caritativos. Sólo así podrán hacer la limosna por amor á Dios, no por amor ási mismos.

H. Acostámbrales á diferenciar bien la lástima del desprecio.

HI. Vale más la mitad de la merienda de un niño dada á otro pobre, que una moneda de oro que le arrojase aquél desde un balcón,

IV. No amenaces jamás á tus hijos con abandonarles con los chicos de la ealle Mués- trale el medio de evitar su triste suerte.

V. Si tu hijo da expontáneamente un beso á un niño pobre, no detengas su noble im- pulso, piensa que el que ama, casi siempre es amado.

VI, Ha entender á los tuyos que nada se

raposos y decimos la salmodia lúgubre de las lamentaciones. ¡Sefor, por qué á los justos agobia el peso de los anatemas! El agua de todos los martirios abrasa nuestros rostros an- tiguos, de barbas desmedradas barbas que tie- nea t:m>lores bíblicos pero que son nidos de áspides, porque así es necesario que sea.

¡Seíror, Señor! ¡Cuándo terminarán las rojas agonías de este vivir que llega hasta el calvario de las crucifixiones! ¿Cuándo empezaron a blanquear nuestros cabellos? ¿Cuándo se extinguió la última esperanza? ¿Cuan- do empezaron a desangrar muestros corazo- nes? ¿Quién nos dió la primera limosma? ¿Cuándo nos dará su _beso de pasión la -boca desdentada de la tumba? ¿Seremos merdi- gos en la eternidad? ¿Habrá reposo después del dolor?

¡Señor! ¡Señor! ¡Cuándo terminarán l:s rojas agonías de este vivirque llega hasta el calvario de las crucifixiones!

La tarde ha deshojado sus violetas y la sombra cae pesadamente sobre los caminos pol- Vorosos, mientras solloza, en los hondos silen- cios de soledad, la salmodia lúgubre de los mendigos, con lastimosos gemidos de can:an- cio y muerte.

EVARISTO RIBERA CHEVREMONT

pierde en la naturaleza, lo m15mo en lo mate- terial, que en lo moral

VIL Si fueres rico y quisieras que llamra- ran á tu hijo amo, haz que trate como Zer- manos á sus inferiores.

VIIH. Si eres pobre, procura que-tus hijos soporten virilmente la desgracia para mejor encaminarles pur la via de la prosperidad.

IX. Lievarás á tus hijos á visitar un asilc de huérfanos ó un hospital por lo menos una vez dentro del año

X. Cuando contribuyan á una obra de ca- ridad, haz de suerte que en tu hogar no vean en esa acción un hecho extraordinario y pe- DOSO, sino una gratísima costumbre de toda la vida.

n C
SALMODIA CREPUSCULAR
MANUEL D£ TOLOSA LATOUR.

ESPERESE UN MOMENTO

Ya Ud. lo recogió todo?

Por esta vez sí señor.

Y no podría llevarse á mi suegra, que es mucho peor que la peste bu- - ! bónica.

Aun no tenemos orden he recoger lassuegras.

Nos hemos lucido

pesos, tenemos un verdadero servicio de Sa nidad y se nos mete en Casa, nada menos que

Cuando se gastaban en las atenciones de la peste bubónica. Sanidad la pequeña suma de veintisiete mil De:p :fs del bill de la caña era lo único que pesos y los microbios casi cas* convivían con _ ncs faltaba. nosotros, nadie hablaba de epidemias. Ni el Y q1/ á re ho han tomado a'gunos ciudavómito que ya había adquirido carta de nacio- danos lo d? la peste. nalid.d en Puerto Rico se acordaba de nosc- Yo sé de individuo que preguntaba si no se tros, por esa época. le podría poner un mandamus al GobernaHoy se gastan al rededor de quiniertos mil dor por la demora en lanzar la procloma.

ntg = s - »
M

urtpides. san JUAN. Magníficos. Pero necesitamos que traigzn el vo go de Monagas.

Gm¡ofmlc.l>oncra.

Tienen su lado bueno. ¡Pero tienen tantos Jados malos ! (4

X y Z- Las PIEDRAS, Rememoran en mi mente del arardecer dístamte

Yo partí, partiste 1ú Los dos á la vez partimos Cuantas cosas han pasado Desde que nos conocimos.

¡Y ddígalo, ¡Hasta la peste bubóniea! suscritor. AGUADA

Agradecemos mucho sus bueros desens. Pero mas los agradeceríamos si no vinie- ran acompañados de la crónica, las horas embelesantes ! del interminable adíos.

Tengo para mí, que esto de escribir dis_ Parates es tan conta gioso como la peste. Y sigue el poeta.

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versos ó conjuParece una lec-

YO parti, partiste tú Los dos á la vez partimos. ' Pero dígame, sin que se entere nadie, ¿está usted escribiendo gando el verbo partir? Mas que una poesía, esto ción de gramática.

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