AMICS I AMIGUES DEL FONDO . Santa Coloma de Gram. -Març 2019 - núm. 17
Jose A. QUINTILLÀ
Laponia, un país de cuento Salimos de Barcelona con 16º positivos, al bajar del avión en la Laponia Finlandesa estábamos a 15º bajo cero. A solo seis horas de distancia encontramos un paisaje diferente a lo acostumbrado. Es un país de postal, árboles vencidos por la blanca y espesa nieve, soportando el peso con elegancia, el sol color naranja a través de una neblina que lo envuelve y lo hace más poético. Todo esto solo se puede disfrutar unas tres horas al día, de once de la mañana a las dos del mediodía. A las tres ya es de noche cerrada. En las horas con luz los árboles cogen un color rosado y a la vez reflejan un brillo cristalino, propio de la nieve, todo un espectáculo de la naturaleza. No importa el frio, yo estaba encantada, vale la pena la experiencia, la cámara no dejaba de disparar ante los preciosos paisajes. La mayoría de los jóvenes que se han quedado en Laponia trabajan en las granjas de renos, que son propiedad de sus familias, otros se dedican al turismo, en las actividades del esquí, de trineos tirados por renos o por perros huskies, las motos de nieve, en el comercio y la hostelería. Levi es una zona de un turismo muy familiar. Una de las atracciones es ir a visitar los hoteles de hielo, todo está hecho con hielo, mesas, vasos, sillas, paredes... Esta temporada estaba dedicado a Juego de Tronos, todo muy bien ambientado. La gente es muy amable y servicial, tienen unas caritas redondas y mofletudas, son rubios y siempre con una sonrisa en los labios. En invierno los renos están controlados en llanuras muy grandes, son como granjas enormes, así se aseguran que tienen comida, mientras que en verano viven en libertad y pueden moverse por donde quieran./ Joana IMBERNÓN
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