En Salida Misionera
La bolsa de la fraternidad en la
pandemia Por P. Ernesto Mejía M., cmf
Hacia finales del mes de marzo del 2020 la pandemia llegaba a nuestro México y ella llevaba a experimentar una Semana Santa inédita en el mes de abril. Se trastocaban muchas cosas de la vida diaria y de la vida de fe. En muchos momentos la muerte y la enfermedad eran las noticias diarias que llevaban al temor y a la incertidumbre. Bajo toda esta atmosfera tan difícil los miembros de la Procura Misionera se reunían como podían, se encomendaban a Dios y trataban de dar una respuesta misionera en tiempos de pandemia. Poniéndose en manos de Dios y con los instrumentos y medidas de sanidad requeridas la Procura Misionera optó por llevar una bolsa con alimento a jóvenes en situación de vulnerabilidad. No fue una decisión ni tarea fácil, ya que eran los tiempos más difíciles de la pandemia (no que a la fecha sean tiempos favorables). Los riesgos eran mayores, pero, la dinámica de ayuda estaba fortalecida por la fe y el ejemplo de muchos creyentes y 20
personas de buena voluntad que en medio de esta pandemia no dejaban de crear redes de solidaridad. De tal manera, entre ellos se organizaron: Unos para ir a hacer las compras, otros para hacer los guisos, otros llenando las bolsas de comida y otros ir a entregar el alimento, esta última parte era de las más riesgosas, no era “ponerle el pecho a las balas”, sino era tratar de hacer vida el mensaje evangélico: “Tuve hambre y me diste de comer…”. Para algunos puede ser una acción denominada “asistencialista”, pero,