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Diego Alexander Gómez
66 Barrio último rincón de resistencia
Girasol
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El tallo erguido del árbol avanza al centro del sol. Agitada por el viento se derrama el verde entre sus ramas. Un fruto crece dentro una gota de agua. Baila el ámbar con su reflejo ¡La vida! Un gusano encontró donde retozar un buen tiempo.
Pateando brújulas
Ebrios mis zapatos Descosido mi pensamiento Una mujer me indica el camino.
Diego Alexander Gómez: Según mis carnés, y las invitaciones que me han hecho mis amigos, he sido antropólogo, realizador audiovisual, y representante a poeta en una botella de vino, como intentar ser un bicho raro desprendido de todos, un hombre kafkiano curioso de sí mismo, un dios, según mi perro, pero nadie le hace caso.
Barrio último rincón de resistencia 67
La ruta del cadáver
Urdido rocío, sideral ruana irguiéndose en el firmamento. Macabras desolaciones asientan sus hijos en las crestas del volcán, Disolutas discusiones del pleistoceno callen ya. Tubérculas miradas en la piel de sus hambres. Seguid tejiendo en silencio la colcha de sus esperanzas. Los perros, meollos de otras navidades… Mamá, amigas,oración, y las Lajas.
Llueve la noche de tus entrañas, saladas olas que ruedan al viento, mendigo trasegando la sonrisa indiferente. Los Perros meollos de otras navidades
¡Mar!... ¡Mar!... ¡Mar!... Pesca letrada ¿Cómo extender en ti las redes, oceánico pensamiento? Llueve la noche de tus entrañas, saladas olas que ruedan al viento.
Secular brisa Tallo AgallaAla y pie; fotosíntesis, tesis sin foto. patrón inecucional. Gárgolas en el abismo de una mirada, abismos de sueños cumplidos. Cumplidos de un arquitecto universal, pleno de papa y maíz, posesión dionisíaca, hocico adentro, celestial risa, bigote afuera.
Irrisoria sonrisa que lames la mirada del mendigo. Soliloquio enternecedor remojando tus cabellos en mis ansias.
Polvo interestelar que se cuece mientras el verso madura. Pedregal
68 Barrio último rincón de resistencia
cementerio de antaño. vaporizado eco marino. Sopor vaho desasosiego en la muñeca del hombre marcando el andar.
El Puracé amenazante se orina en los termales. Presente envuelto en tiempo, decorado con horas y minutos; regalo eólico.
Vivir. Palabrear. La cocina de leña, humeante fogón, confundiéndose con la exhalación del volcán, encerrándose la lágrima, la humedad, y la extinta esperanza.
¿Cómo un caracol, autómatas? Souvenir de hueso y petróleo ¡eternal cepa!
Mientras la tierra tiembla en una sonrisa del indiferente Galeras, que sus barbas descuelga sobre el valle. En espera, el Carchi se manifiesta Y la indiada está presa.
Ambrosía y energía disoluta, en el alto Magdalena las termas me llaman... Hálito y fractura, fragor, dulzura, amargura, censura La tinta es frágil, temblorosa.
Sueña, Ilusiona y es cuerpo y es onda
La distancia más cercana entre dos puntos no es la línea recta, ¡la hace el sueño del poeta! La nada, el todo, la ausencia, el estar, la soledad, ¡el acompañar!