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Daniela Pérez
42 Barrio último rincón de resistencia
Adiós a los pajaritos
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Una guerra que nadie tomó en serio en los ojos de un niño, y fuimos dejando pudrir un jardín repleto de panes, cayendo en la costumbre de la ceguera, en el cielo azul de Facebook, en los murales pintados… Por nadie… Ni por la ausencia, ni por Dios, ni por la virgen.
¿A qué se debe semejante comedia? No, no se debe a nada, Debemos callar, es el único deber que se nos otorgó al nacer.
Comer tierra de los aposentos de un delirio, ir a la tienda de doña Paz a comprar una libra de arroz, Aunque cada vez esté más muerta.
-1…2…3…por mí - ¿Y por quién más? -El último que libere la barra. -Vos sos el último.
Daniela Pérez: nació el 29 de diciembre de 2002 en Santa Rosa de Osos. Actualmente cursa el grado décimo en la Institución Educativa Cardenal Aníbal Muñoz Duque. Hace parte del taller de literatura rayuela (taller llevado a cabo en el municipio) desde hace aproximadamente dos años.
Los que no tenemos nada
Barrio último rincón de resistencia 43
Se juntan los que no tenemos nada, se buscan en el centro de sus soledades los que saben más del anochecer y conocen el sabor de la noche impúdica, tras perderse en cuartos enloquecidos para conspirar amorosamente con la nada compartida. Seres que se juntan para compartir lo mínimo, no para sumar nimiedades, sino para juntar naderías, como una manera libre de seguir jugando aunque se sepa que la adversidad los ronda. Los que saborean el crepúsculo y beben lluvia enredándose el cabello como árboles plantados en las esquinas de un barrio Los que conversan de una filosofía sin libros y los que deshacen la rutina cantando canciones a la voz irritada de un gemido, muy similar a la queja contenida. Los que se desvisten en la oscuridad y celebran rituales donde la respiración y el tacto son más importantes que los credos, los despojados de todo, los que salen con los ojos mirando hacia adentro, los cómplices más que los hermanos los que se fuman una historia los que languidecen juntos en el ocaso del día, y se despiertan con una sonrisa más poderosa que un volcán. Ellos son el centro, a ellos voy, en ellos me desprendo, en ellos junto mis palabras, somos los que no tenemos nada, y eso es grande. Saber de un viernes perdido entre neblinas, de un sábado tan largo como toda una semana. Los que se abrazan en el oculto fondo de sus propios pozos, los que sacan del aire una caricia, y hablan con los gatos, y detestan las mentiras, y no se doblegan al castigo, ellos son mis largas noches, mis perplejos más cercanos, los que no tenemos nada nos juntamos en el centro de nuestras nadas más selectas. -Escrito sobre una mirada de los nadie, los que no figuran pero existen.-
Luis Fernando Cuartas Acosta [Fercho]