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Jose Miguel Rojas Rúa [Licos
32 Barrio último rincón de resistencia
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Una lágrima recorre la arista que nos separa de la debacle. Un grito de dolor se perpetúa con cada latigazo. Indolente latigazo que lanzamos.
El cura dice no al aborto. El hombre disemina irresponsable su simiente. Más hijos para la iglesia, más hijos para el cielo, veinte por ciento que paguen diezmos; una ganancia para su dios.
El ingeniero hace cuentas: 367.000 nacen por día 154.080 que mueren 212.920 quedan 212.920 que se reproducen 212.920 consumen. Más casas. Más agua potable. Más electricidad. Más ganancias para bolsillos insaciables.
El político hace cuentas: Con el 51% alcanzo el poder Con el 5% gobierno Con el 20% me quedo. En cuatro años me voy. Más poder. Más ganancias para un ego ingobernable.
El empresario hace cuentas: 100 kilogramos de oro por hectárea 7.500.000 dólares por hectárea 120.000 hectáreas en concesión 20% de vacuna Más ganancias. Más poder. Más sangre inocente derramada.
Nadie hace cuentas… Bosques arrasados que cuentan historias de pájaros multicolores en textos chispeantes que no expelen el olor de incienso. El tufo de la mirra, el icor de polen. Textos impresos en cadáveres putrefactos de ceibas, robles, cedros o tamarindos. Ríos contaminados de miseria humana. Negra conciencia de sangre inocente. Rojo de ilusiones robadas por el amarillo mercurio de la saciedad monetaria.
Niños muriendo de sed con el agua hasta el cuello. Futuro cierto, futuro negro. Ojos inocentes que miran en azul, el negro que dejamos sus ancestros. Viejos secando sus años tendidos al aire, esperando la milagrosa gota que moje sabias lenguas en donde algún día se afianzaron saberes que auguraban el desastre. Gotas de lluvia que mojen áridas arrugas, improntas en rostros de la desesperanza.
Barrio último rincón de resistencia 33
Desplazados de la tierra que engrosan cinturones de miseria, en junglas de cemento que imitan colmenas. Hombres de manos recias en las que florecía, por arte de magia, el pan de cada día. Muertos que alimentan tumbas de rostros inciertos llorados desde quien sabe dónde. Por aquella a quien el dolor de parir le da derecho al reclamo de un último abrazo, de un último beso. Una lágrima transita la arista que nos separa del desastre. Un alarido de dolor se eterniza con cada golpe que apáticos lanzamos… Y ella… La amada tierra se arquea de dolor. Vomita su furia. Grita su impotencia. Escupe nuestra desidia… Clama a su creador Para que nunca expulse a Adán del paraíso, Para que no le de el libre albedrío de reproducirse, y poner sobre ella a los verdugos de su existencia.
Jose Miguel Rojas Rúa [Licos]: nace un 6 de febrero en la ciudad de los atardeceres. Hijo de Hernando Rojas y Encarnación Rúa, Normalista, maestro de confesión y Zootecnista de profesión. Licos comete poesía a través de la vida, no publica, no tortura con sus versos.