Por Angélica Sánchez
Ismael Serrano vuelve al lugar en el que ha crecido musical y líricamente, ese donde vive el don de la palabra y la reflexión, y presenta 20 Años. Hoy Es Siempre, un disco, por donde se vea, de absoluta colección.
Ismael, tienes 20 de carrera. ¿Qué ha significado para ti este camino? Bueno, cumplir un sueño sin duda alguna, estoy consciente de lo difícil que es seguir contando con el calor del público, compartiendo el camino con ellos, pues la vigencia es algo muy precario en esto de la música. ¿A qué te refieres con eso? Que un día estas aquí y al día siguiente no se sabe, pues con cada disco tienes que volver a empezar, o al menos ésa es mi sensación. ¿A qué crees que se deba? Yo creo que se ha impuesto una estética musical sobre todo en los medios de comunicación más masivos, porque claro que hay pluralidad y hay público para todo, pero creo que se ha impuesto una música que es tratada como objeto de consumo, de comprar, salir y tirar, que invita al escapismo, y se dejan de lado las propuestas que exigen otra calma. Cuando te escucho pienso en Serrat, pienso en Silvio, de repente me salta y se me ocurre Sabina. ¿Quién te inspiro y cómo llegaste a este deseo
“Se ha impuesto una música que es tratada como objeto de consumo, de comprar, salir y tirar” de estar ahí? Bueno todos esos nombres son mi primeras influencias, yo crecí escuchando el tocadiscos de mi padre, con gente como Serrat, Silvio, al primero concierto que fui con mis amigos de la Facultad fue al de Joaquín Sabina. Yo creo que todos ellos forman parte de mis referencias, todos son responsables de que a mí me diera por hacer este tipo de música. Ellos, son parte de una generación, ¿tú con quién compartes grupo, generación de cantautores, desde tu perspectiva? Sí tú dices en España que tus referentes son Serrat, Aute, es un anacronismo; sin embargo, si tus referencias son Dylan o Joni Mitchell, es algo como cool, como que se mira de otra manera, entonces yo creo que existe una como estigmatización del género, que no sé bien a qué responde.
No sé si ya está científicamente comprobado que la música tiene el poder de sacarte de un abismo emocional. Pero nuevamente, esto ha sido demostrado a través de una charla que tuvimos con Dante Spinetta, quien le bajó el switch a sus Illya Kuryaki And The Valderramas, para lanzar un nuevo álbum en solitario, el cuarto en su haber. “La génesis del disco fue un momento muy desgarrador para mí. También por eso se llama Puñal. Fue un momento donde sentí un desamor muy grande, después de una relación que fue muy difícil de llevar y con un final muy tormentoso. Cuando caes a la oscuridad de la vida, te encontrás (sic) con todas las cosas que fuiste escondiendo en esa oscuridad. Y de alguna manera, el arte te da el poder de sublimar eso, de transformarlo en algo positivo”. Edificado en un marco de crisis sensitiva, Puñal (Sony Music) es, a los ojos de su creador, un trabajo diferente a sus demás aventuras como solista: “Para mí este es un disco de transformación también, donde me la jugué a hacer un disco con el alma y el amor. Pude haber ido hacia otros lugares pero esto fue lo que me salió; sin buscar un disco ni que sea perfecto ni que sea mi mejor disco. No, es real, esto es lo que soy ahora y creo que en eso también radica su fuerza, en la honestidad que tiene”. A nivel musical, Spinetta nos explicó que en la placa hay varias sonoridades, que van de los beats “medio-traps”, hasta una cuarteta de temas grabados con un acompañamiento orquestal ejecutado por la Filarmónica de Praga, pasando por las guitarras sicodélicas y, ahora más que antes, un dinámico acercamiento al legado de su ilustre progenitor, el mítico Luis Alberto Spinetta, fallecido el 8 de febrero de 2012. “Mi viejo para mí es lo mejor que se hizo en el rock hispano: Invisible, Pescado Rabioso, esas bandas son increíbles. De Fito, su disco Ciudad de Pobres Corazones es una influencia en Puñal. Sé que mi padre estaría muy orgulloso de este disco”. Por supuesto, la plática no podía concluir sin saber cuál será el destino de Illya Kuryaki, a lo que dejó en claro: “La decisión que tomamos es no matar a la banda, cuando queramos hacemos un tour, lo haremos. Los 2 con Kuryaki la pasamos muy bien, hemos tenido unos años fantásticos, unos viajes increíbles, Grammys, etc. Somos muy amigos, pero a diferencia de los 90’s, no desarmamos a la banda, sigue estando ahí”.
“Hacer este disco fue algo muy desgarrador para mí” Por Francisco Zamudio
26/40