
10 minute read
Arcadio Acosta y el Teatro Caribe Luis Guillermo Cardona
from Manzanillo No. 3
by chideitagui
Arcadio Acosta y el Teatro Caribe
Conversación con Omar Acosta, administrador de teatros de Cine Colombia e hijo del gran hombre, que por muchos años fuera el administrador del Teatro Caribe.
Advertisement
Luis Guillermo Cardona
Crítico de cine
Fachada del Teatro Caribe días después de que cerrara definitivamente sus puertas
89
Guillermo Cardona
Hablar del Teatro Caribe es traer al recuerdo esos momentos de la infancia en que las grandes historias del cine nos transportaban a lugares inimaginados y nos acercaban a seres que de alguna manera existieron (o que alguien con talento, imaginó), cuyas acciones y palabras nos tocaban muy adentro, haciéndonos sentir y comprender las muchas maneras cómo podríamos ser alguien en la vida. Fue aquel el tiempo en que “el muchacho” (héroe o protagonista) de las películas nos animaba a ser dignos y valientes, y a defender lo que es justo como la manera más recta de vivir… Y el cine trajo también a nuestros primeros amores ficticios, pero no menos sentidos (en mi caso, Sonia Infante, Elke Sommer y Libertad Leblanc) y ese gusto por las mujeres quedó tallado por siempre en nuestra esencia.
Junto al Teatro Caribe, Itagüí contaba con dos salas más ‒de las que quizás hablaremos algún día‒, el Cine México y el Teatro JOCI, pero fue en el teatro de Cine Colombia donde pasamos más tiempo por su selecto material y por la calidad de sus proyecciones, siendo además el espacio seleccionado en el momento en que conformamos el primer club de cine del municipio: El Cineclub Itagüí.
Con la vieja frase: “Itagüiseño que se respete estudió en la escuela Diego Echavarría, subió al pico Manzanillo y fue a cine al Teatro Caribe”, introduce Omar Acosta la interesante charla en la que hemos hablado de su padre, del Teatro Caribe, y por supuesto, del arte cinematográfi co. Omar es, ahora, un hombre de 67 años ‒los cuales carga solo en la cédula porque en el cuerpo “apenas se le notan”‒; pensionado de Cine Colombia donde se desempeñó como administrador de diversos teatros (Manrique, Lido, Junín, El Cid…), este denodado cinéfilo es un bonachón que vive ahora con su esposa, pues sus dos hijos gemelos, Carlos Andrés y Juan Pablo ‒graduados ambos en sistemas‒, ya hacen su propia vida en sus respectivos hogares. Fue una labor casi detectivesca poder encontrar a Omar, pues habían pasado varias décadas desde la última vez que le vi en el Teatro El Cid… y ya nadie sabía de los Acosta en la cuadra donde vivieron (carrera 54 No. 50-100, barrio Villa Paula); en Cine Colombia, Viva!, ningún empleado tenía tampoco la menor
90
Arcadio Acosta y el Teatro Caribe
idea… hasta que, al fin, una veterana empleada de Cine Colombia, a quien encontré en las oficinas de Oviedo, me dio una primera pista… y, finalmente, una señora que ahora posee un negocio de pollos que antes perteneciera a nuestro amigo Omar, me dio por fin su número telefónico. Gentilmente, Omar accedió a ir a mi casa donde tuvimos un grato reencuentro… y muchos recuerdos “olvidados”, e inolvidables, volvieron a la memoria.
¿Quién fue don Arcadio Acosta?
“Arcadio Acosta, fue un hombre con dos pasiones: ‒comienza diciendo Omar‒ el cine y la música clásica, con especial predilección por Beethoven y Mozart… y también le fascinaba oír “El Lago de los Cisnes” de Chaikovski y “Las Cuatro Estaciones” de Vivaldi.
Don Arcadio, quien naciera en Itagüí el 17 de agosto de 1921, siendo todavía un adolescente comenzó como empleado de Cine Colombia y trabajó, desde entonces, en el Teatro Caribe donde hacía los avisos publicitarios, siendo luego proyeccionista y publicista simultáneamente… hasta que su compromiso lo convirtió en administrador y allí perduró durante 44 años, hasta la fecha en que se pensionó.
“Fue en el Teatro Caribe ‒recuerda Omar‒ donde empezó en él la pasión por el cine, pues, comenzó a saber de los grandes actores mexicanos y estadounidenses (Jorge Negrete, Luis Aguilar, Mario Moreno “Cantinflas”, Clark Gable, Steve McQueen…) y esa pasión me la transmitió luego a mí… y ya sabes en lo que terminé”.
La familia de don Arcadio la conformaba doña Alicia Acosta (su esposa, todavía una encantadora mujer de 91 años) y ocho hijos, de los cuales sobreviven cinco.
“Al margen del cine ‒sigue comentando el segundo hijo que tuvo don Arcadio Acosta‒ esporádicamente se llevaban al Teatro Caribe espec-
91
Guillermo Cardona
táculos musicales, y yo mismo estuve en la ocasión en que se trajo la Orquesta de Francisco Canaro, acompañando al famoso cantante Pepe Aguirre”.
“También mi papá tuvo la ingeniosa idea de presentar, ocasionalmente, cine de terror a las 11:00 de la noche y títulos como Drácula, Las Novias de Drácula, La Noche de los Muertos Vivientes y otros, fueron de lleno completo. Otros teatros lo copiarían luego”.
Don Arcadio aprovechaba la posibilidad que le daba la distribuidora para incidir en la programación, y dado su buen gusto, era común que el cine arte llegara al Teatro Caribe, aunque no siempre era él quien elegía esos títulos sino que la distribuidora se los asignaba… pero “sí recuerdo su afición por Luis Buñuel, y Viridiana, Bella de día y El discreto encanto de la burguesía se exhibieron allí por elección suya ‒cuenta su hijo‒. Los dobles de la matinée de los domingos eran el espectáculo favorito de los habitantes de Itagüí y los llenos completos eran bastante frecuentes. Por suerte, Itagüí ha tenido gente muy culta para acceder al buen cine y estas funciones solían ser todo un éxito”.
También le encantaban, a don Arcadio, las películas de guerra con cierta intriga y hubo tres títulos que lo marcaron para siempre: Los cañones de Navarone, Donde las águilas se atreven y Los mercenarios, pues dieron plata por montones y generaron llenos totales y varias reposiciones.
“En cambio –recuerda Omar‒, mi papá era un tanto pudoroso y muy respetuoso de las buenas costumbres y no le gustaba llevar al teatro películas eróticas. Su actitud me recuerda la magistral escena de Cinema Paradiso, donde se censuraba todo lo que oliera a erotismo”. En algunos de estos casos el operador ponía un dedo que hiciera sombra mientras pasaba el plano “objetable”… y claro ¡había silbatina del público inconforme! Cosas de época que había que aceptar.
92
Arcadio Acosta y el Teatro Caribe
“Don Rogelio, el portero anterior a Omar Cifuentes y un gran amigo de mi padre ‒cuenta Omar‒ estuvo en el teatro cerca de 25 años. Era muy leal a don Arcadio, se pensionó y creo que luego unos hijos se lo llevaron a vivir a los EE.UU., hasta que falleció”. Y el operador de muchos años fue Gustavo Santamaría, “Mazamorra” (mote que heredó de su padre, el hombre que reemplazaba las vacaciones de don Arcadio como administrador). “Para mí, Gustavo era el mejor operador que había en Cine Colombia ‒sostiene Omar‒. Llevaba también el cine en las venas… y tenía la suerte de que, cada que había un apagón, se acababa el carbón, se reventaba la cinta o se apagaba la máquina… era mi papá el que se chupaba los insultos del público que siempre gritaba: ‘¡Arcadio, soltá al muchacho!’”
“Pero, antes de que llegara Gustavo ‒recuerda Omar‒, el operador fue Álvaro Vélez, un gran amigo y una gran persona que también ascendió a administrador (Kemper, Alameda…) y hace pocos años falleció”.
Memorable, sin duda, el tema musical que don Arcadio ponía al comienzo de toda función: El Ferrocarril de los Altos (interpretado por La Marimba Centroamericana), pues, para cierto público, era la señal de que debía ingresar a la sala porque ya se habían apagado las luces. Con el tema pasaban los anuncios publicitarios y a estos seguían los cortos de Merrie Melodies, los avances y, finalmente, la película.

Luis Guillermo Cardona (crítico de cine) en compañía de Omar Acosta, hijo de don Arcadio. Foto: L.G.C.
93
Guillermo Cardona
“El Teatro Caribe era la vida de mi papá. Él tuvo dos compromisos muy serios: el uno con mi mamá y el otro con el Teatro Caribe”.
Comparto esto con Omar, porque soy testigo de que, hasta el último día en que trabajó, don Arcadio siempre mostró entusiasmo y compromiso para hacer las cosas. “Sí ‒concuerda Omar‒, fueron muchas las veces que lo felicitaron por eso y en la empresa hasta recibió varios premios. Él trataba al Teatro Caribe como si fuera una novia. No te imaginas cuánto lloró el día que lo pensionaron y, desde entonces, seguía yendo a la cafetería que había a un costado a tomarse un café y a ver qué viejos amigos encontraba. De paso, asesoraba al nuevo administrador con cualquier idea que necesitara”.
¿Hubo en el teatro Caribe algún incidente que valga la pena recor-
dar? ‒pregunté a Omar.
“Recuerdo que al párroco de Itagüí no le gustaba que hubiera cine los jueves, viernes y sábado santos (ahora presiento que la razón era porque restaba público a las procesiones). No obstante, Cine Colombia optó en, cierta Semana Santa, en comenzar a tener cine desde el sábado santo y en la función de la noche ‒se pasaba la película española “La Bella de Cádiz”‒ el cura llegó al teatro, entró iracundo a la sala… y tras maldecir y tratar de pecadores a los espectadores, todo el mundo abandonó la sala.
Tiempo después hubo una tempestad tan fuerte que derribó una parte del techo y mató a un discapacitado que había dentro de la sala. Era la primera vez que ese señor iba a cine… y Cine Colombia sufragó totalmente los gastos de su entierro.
En otra ocasión, una semana después de que se hiciera un pequeño incremento en el costo de las entradas, mientras veíamos un viejo wes-
94
Arcadio Acosta y el Teatro Caribe
tern, alguien puso un petardo en el baño de los hombres causando pánico y la consecuente desbandada del público… por suerte, no pasó nada grave, excepto el daño de los implementos sanitarios que quedaron inservibles”.
Una nieta actriz
¿Hubo alguien de la familia diferente a Omar Acosta que siguiera los pasos cinéfilos de don Arcadio?
¡Sí, como del cuero salen las correas, la única nieta que conoció mi papá, Jennifer Arenas, hija de mi hermana menor Alba Lucía, resultó siendo actriz, y ha aparecido en series como “Sin senos sí hay paraíso”, “Lady, la vendedora de rosas” y otras… y entre los filmes en que ha actuado figuran: “La justa medida” de Colbert Medina y “Destinos” de Alex Giraldo! Actualmente se encuentra haciendo el trabajo de posproducción de “Don’t look now”, película que dirige su esposo Daniel Arango y en la cual ella hace las veces de productora y actriz. ¡Ah!, y valga decir que, Jennifer, nació en Itagüí, un 11 de octubre no muy lejano.
Se cierra el Teatro Caribe
Llegó entonces el momento de hablar de ese instante que, en Itagüí, muchos cinéfilos lamentamos: El cierre del Teatro Caribe.
“En el cierre del teatro ‒recuerda Omar con nostalgia‒ tuvo que ver un poco la inseguridad que comenzó a rondar los teatros, pero, sobre todo, la decadencia en que entró el cine con la llegada del betamax y el VHS, creo que fue lo que más influyó, porque no solo fue el Caribe sino casi todos los teatros de pueblo ‒y luego los de toda el área metropolitana‒
95
Guillermo Cardona
los que se cerraron… ¡Una lástima que han pasado cerca de dos décadas y aún no se recupera el Teatro Caribe!... aunque veo satisfactoriamente que el alcalde de ahora ‒León Mario Bedoya‒, está dispuesto a hacer la tarea y ya emprendió la obra”.
El 19 de febrero de 1993, a consecuencia de un enfisema pulmonar que le causó el haber fumado durante muchos años de su vida, se cerró también el ciclo existencial de don Arcadio Acosta… y es muy probable que, allá donde esté, se encuentre administrando alguna importante sala de cine, pues, fue un caballero y un empleado como muy pocos.
96