Chacu N 16

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11 de octubre: último día de libertad indígena

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Árboles Urbanos: un gran bosque entre todos

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Historias de Puerto Bermejo

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fotoCLETA: amantes de la fotografía y las bicicletas

resistencia octubre 2012

número 16



STAFF AUTORIDADES PROVINCIALES GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DEL CHACO Jorge Milton Capitanich PRESIDENTA INSTITUTO DE CULTURA Silvia Robles VICEPRESIDENTE INSTITUTO DE CULTURA Jorge Luis Migueles VOCAL INSTITUTO DE CULTURA Mónica Charole VOCAL INSTITUTO DE CULTURA Edgardo Pérez REVISTA CHACÚ ES UN PRODUCTO REGISTRADO DEL INSTITUTO DE CULTURA DEL CHACO DISTRIBUCIÓN GRATUITA REALIZACIÓN INTEGRAL: DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN Y PRODUCCIÓN DE CONTENIDOS Noelia Carbó (Directora a cargo) Lucas Brito Sánchez (Editor) Gustavo Insaurralde (Corrector) Andrea Diez, Nuria Fleita Zain, Lisandro Vargas Gómez, Mercedes Alegre, Mirta Fernández, Claudio Barrios, Carolina Núñez Hang, Iván Varisco, Rosario Varela, Daniela Oviedo y Luján Signoris. DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN D.G. Iván Varisco COLABORAN EN ESTE NÚMERO Silvia Robles, Mónica Charole, Jorge Luis Migueles, Equipo Mapeo Cultural (Hedwig Müller, Susana Blanco, Ingrid Müller y Lucas Tissera), Daniel Chao, Graciela Barrios, Mariela Alarcón, Carlos Trunsky, Graciela Elizabeth Bergallo, Marcelo Nieto, Vanina Abras, Lecko Zamora, Rocío Navarro, Elba Sánchez de Romero, Cecilis García, Néstor Braslavski, Tony Zalazar, Lucas Diel, Mirna Capetinich, Marcos Monsalvo, Cristina Moreno, Julio Rodríguez Ledesma DIBUJO DE TAPA Anahí Salas DIBUJO DE CONTRATAPA Kike Rousselot ILUSTRACIONES DE INTERIORES Fabián Roldán (páginas 8, 9, 10, 11, 25, 30, 42) Anahí Salas (páginas 4, 6, 7, 14, 15) Sebastián Curuchet (páginas 18, 19, 26, 27, 28) María Eugenia Kusevitzky (páginas 5, 16, 24) Laura Sosa (página 11) Julián Matta (página 13) CONTACTOS Instituto de Cultura del Chaco Arturo Illia 245 Tel: 0362 – 4452738 chacotodaslasculturas@gmail.com www.chacotodaslasculturas.blogspot.com

ESPACIOS CULTURALES Casa de las Culturas Marcelo T. de Alvear y Mitre -Rcia. tel 4453054 /85/86 Museo del Hombre Chaqueño Ertivio Acosta Juan B. Justo 280 -Rcia. tel. 4453005 Museo de Medios de Comunicación Raúl Berneri Pellegrini 213 -Rcia. tel. 4453146 Museo de Ciencias Naturales Augusto Schultz Pellegrini 802 -Rcia. tel. 4423864

Museo Histórico Regional Ichoalay Necochea 456 -Rcia. tel. 4453802 Centro Cultural Leopoldo Marechal Pellegrini 272 -Rcia. tel. 4422649 Centro Cultural Alternativo -CeCuAlSanta Mª de Oro 471 -Rcia. tel. 4453165 Centro Cultural Ítaloargentino Avda. Chaco 1650 -Rcia. tel. 4478476 Complejo Cultural Guido Miranda Colón 164 -Rcia. tel. 4425421

Complejo Cultural Centro Chaqueño Avda. 25 de Mayo y Mariano Moreno. Saenz Peña - tel. 0374 4431080 Dirección Letras Mitre 177 -Rcia. tel.4453039 Dirección de Cine y Espacio Audiovisual -DCEAAvda. Wilde 40 -Rcia. tel.4452941 Archivo Histórico Mons. José Alumni Pellegrini 221 -Rcia. tel. 4423175


Memoria y pueblos indígenas

12 de octubre:

Día de la Raza, Día de Luto

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Por Mónica Charole Vocal indígena del Instituto de Cultura Representante del pueblo qom

Han pasado 520 años desde aquel grito, y ningún habitante originario del continente americano se siente “descubierto”. En realidad no hay nada que festejar el 12 de octubre, no hay Día de la Raza o Día de la Hispanidad que venga a cuento. Hay una historia forjada a sangre y fuego, sigue habiendo una herida abierta y, fundamentalmente, hay una deuda no saldada. El supuesto “descubrimiento de América” debería ya conocerse y enseñarse como la “invasión de América” o la “masacre americana”, tal vez la más significativa de la historia del hombre moderno. La denominación del 12 de octubre como Día de la Raza es una clara expresión de cómo se ejercen los poderes sobre la educación y los medios de comunicación, que en la actualidad son pocos los que hacen eco de las realidades, por fuera de la historia oficial. También es importante destacar que actualmente el 12 de octubre se llama Día del Respeto a la Diversidad Cultural, buscando promover desde distintos organismos una reflexión permanente, la cual ha sido muy leve, por ende se debe seguir trabajando acerca del 12 de octubre. Porque a pesar de esta instancia de llamarla diversidad cultural, se sigue tratando de justificar lo que ocurrió, como lo hacen algunos periodistas reconocidos, tal es el caso de Mariano Grondona quien dijera sobre la Campaña del Desierto que “esa historia no debe ser revisada, porque la campaña era y fue necesaria porque venían mapuches de Chile, por tanto era necesario reprimirlos hasta las últimas consecuencias”. Este tipo de pensamiento continúa en la actualidad. Tampoco quiero dejar pasar que sobre el 12 de octubre en la escuela nos enseñaron que es el Día de la Raza, conmemorando aquel 1492 en que el marinero Rodrigo de Triana gritó ¡Tierra! desde el carajo de la Santa María, al mando de Cristóbal Colón. Este hecho se enseñó en la escuela como un lindo cuentito en el que los europeos vinieron a redimir del salvajismo a los pueblos americanos. Y sabemos que significó mucho más que el descubrimiento de un nuevo mundo y la salvación socio-cultural y espiritual de sus nativos: unió, por la fuerza del

exterminio y el genocidio, dos mundos a todas luces distintos e incompatibles. Según la historia oficial, los pueblos originarios de América aceptaron casi sin resistencia toda la cultura, las ideas, la religión y el sistema de vida de los colonizadores. ¿Y por qué fueron masacrados, usados, robados, expropiados sus bienes naturales y materiales, muertos y asesinados? En la actualidad, un gran porcentaje de la población indígena de nuestro país vive este día como otro cualquiera. Teniendo en cuenta el grado de exclusión al que somos sometidos, esto es coherente, ya que tampoco podemos participar en la gestación de políticas y toma de decisiones que hacen incluso a nuestras propias necesidades básicas, más allá que el Estado en la actualidad sostiene que hay “participación en las tomas de decisiones importantes” que tienen que ver con el tema grueso: el de territorio y la protección de los montes nativos, entre otros. En la mayoría de los casos nos convocan cuando ya se ponen en marcha algunas decisiones políticas del Estado. A pesar de todo, hay comunidades indígenas que decidieron reivindicar, en contraposición, el 11 de octubre de 1492 como el último día de libertad. Este reclamo sumó adeptos, día a día, entre muchos movimientos indigenistas que enarbolaron esta bandera para sumarla a otros reclamos constantes por los derechos naturales que les fueron usurpados como pueblos. El 11 de octubre significa que hay una deuda que sigue pendiente con los verdaderos y auténticos habitantes de América, de esta América. En el mejor de los casos, a nosotros se nos trata como pieza turística, y no como dueños de nuestra cultura. Pero sí hay que destacar que al menos en nuestra provincia, desde la primera gestión del gobernador Capitanich esta fecha es reconocida y conmemorada como Último Día de Libertad de los Pueblos Originarios de América. La conciencia moral de la humanidad no admite ahora lo que hace 100 o 500 años parecía natural: la dominación de seres humanos que tienen la piel de cierto color por otros seres humanos cuya piel es de color distinto. Por otra

parte, la historia demuestra que los pueblos que asumen con fervor y espíritu de sacrificio sus reivindicaciones, a la larga terminan por triunfar. Entonces, quiero decir que el Día de la Raza fue una fecha instituida con el objetivo de unir aquellos pueblos o países que tienen en común la lengua, la religión y las tradiciones culturales. Para los descendientes de los verdaderos pueblos americanos, el 12 de octubre es sinónimo de luto por cuanto recuerda el avasallamiento realizado por la corona española a sus vidas, su cultura, sus bienes materiales, sus posesiones y su futuro. Se mató para apropiarse. Se colonizó para adueñarse de todo lo que se podía. Y 500 años después seguimos estudiando la historia a través de las mismas páginas, los mismos textos. Lo peor es que muchas generaciones han leído los libros que hablan del “descubrimiento de América “. Además fue más que un “encuentro”: fue, en principio, una invasión militar, seguida luego de un avasallamiento cultural. Hubo vencedores y vencidos, sin lugar a dudas, por lo que la idea de “encuentro” es demasiado débil, ingenua en el mejor de los casos. O hipócrita. El 12 de octubre marca la irrupción violenta de la avidez europea en el mundo, llevándose por delante (religión católica mediante) toda forma de resistencia que se le opusiera, y haciendo de su cultura la única válida y legítima. En tal sentido, entonces, lo que se produce en ese lejano 1492 es, con más exactitud, un encontronazo. Por cierto, salen mejores parados del mismo los que detentaban la más desarrollada tecnología militar. Y para el caso, fueron los españoles. Por lo tanto, los pueblos originarios siguen luchando por la recuperación de sus territorios. Con respecto a la educación bilingüe e intercultural, hará falta que la nueva currícula, elaborada por los pueblos indígenas y entregada al ministro de Educación del Chaco, se lleve a la práctica dentro del sistema educativo. Éste y otros temas faltan para hacer la verdadera reparación histórica de que tanto se habla. Además, si la sociedad no tiene amor por


los pueblos que son originarios de este suelo, difícilmente tendremos el respeto que nos merecemos como pueblo, y si hay respeto, ese respeto debe ser volcado a la práctica, sólo así entenderemos que nos respetan como comunidad originaria, y al igual que nuestra autonomía y nuestra manera de organización, sólo así podremos decir que “hay respeto”.


Memoria y pueblos indígenas

Día de la

Diversidad Cultural: supuestos y realidades según el cristal con que se mire

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Por Silvia Robles Presidenta del Instituto de Cultura

Cada 12 de octubre, y otras fechas que integran el calendario de conmemoraciones anuales, pone en el tapete el “problema indígena” -tal como suele referirse- con un eufemismo poco feliz a la situación de los diversos pueblos que originariamente poblaban el territorio americano, y que pudieron sobrevivir al genocidio de la conquista primero, y al exterminio y disciplinamiento en la conformación de las fronteras de los Estados nacionales de fines del siglo XIX después. Procesos que se cuentan desde una multiplicidad de relatos propios y extraños que integran el amplio espectro del pensamiento de “derecha a izquierda” pero siempre hegemónicamente blancooccidental. Corrientes antropológicas, históricas, políticas y culturales han construido y aportado una infinidad de conceptos desde el mismo momento en que occidente se encontró y deslumbró con un territorio casi mágico e inasible a sus mundos disponibles. Conceptos que se construyeron para justificar el dominio colonial de territorios ajenos y la consiguiente devastación poblacional y ambiental del mismo: como ejemplos, encuentro de culturas, epopeya espiritual, justificación por la expansión de la fe cristiana, y la que más nos impacta aún en el núcleo duro de las representaciones, “civilización o barbarie”, mito fundante del Estado-Nación oligárquico liberal con el que se organizó la Argentina después de las luchas emancipatorias del siglo XIX. Por otro parte, y como respuesta y producto teórico de las praxis descolonizadoras, las visiones idealistas, esencialistas, indigenistas, historicistas (y las de ruptura con las ciencias sociales positivistas) en especial en la antropología, constituyen un acervo conceptual imprescindible en la ardua batalla cultural para poner en valor los derechos humanos y sociales de los pueblos indígenas como condición

necesaria para nuestra vida en comunidad. Queremos valorar, entre ellas, los aportes teóricos de Hugo Trinchero, en obras tales como Los dominios del demonio, a través de los ejes de colonialidad; historia, mito y memoria, fronteras y etnicidades, las que a partir del concepto de “formación social de frontera” devuelve en relato la historicidad plena a los procesos y el presente histórico a los sujetos sociales que producen la historia, y sufren las consecuencias de su devenir. Y sin duda, queda por poner en valor teórico el conocimiento que las propias comunidades acumularon en sus prácticas de resistencia y descolonización que se presentan en sus formas organizativas, modos de trabajo, producción cultural, proyectos de desarrollo, cosmovisión y saberes. La reseña anterior, que por límites del espacio editorial no es completa, sólo pretende mostrar la complejidad, la multiplicidad, la cantidad y calidad de conocimientos presentes en prácticas sociales históricas, que deberían tenerse en cuenta a la hora de la definición de políticas públicas destinadas a pueblos originarios. Especialmente cuando se aborda la conflictividad que viven territorios como el nuestro, en tiempos de democratización y no represión, y que se muestra en un paisaje de luchas, demandas y reclamos cotidianos. Sin duda, los últimos diez años, en función del proceso de recuperación de soberanía, mayores niveles de justicia en la distribución de la riqueza y el poder, y del fuerte cuestionamiento al orden neoliberal del pensamiento único, los gobiernos latinoamericanos -en función de sus realidades y tradiciones históricas- vienen desplegando políticas públicas de reparación, de reconocimiento de derechos sociales y culturales, de avances notables en la participación en la vida política de las comunidades indígenas.


En la Argentina, desde el 2003 y en el Chaco desde el 2007, cada uno de esos aspectos derivó en acciones encaradas por las áreas de gobierno correspondientes. Y cada avance en lo simbólico -herramientas legales de por medio- y en lo material, mejores condiciones de vida, dio lugar a profundos debates tanto para definirlos como para alcanzarlos. A la par que genera nuevas expectativas y asegura nuevos escenarios de conflicto. Podríamos afirmar que un balance general sobre los mismos al menos debería reconocer dos miradas, como mínimo, diferentes: la que asumimos quienes circunstancialmente administramos el Estado y somos responsables de las políticas encaradas, por una parte, y por otra, la que tienen las diferentes comunidades indígenas. Asimismo, también deberíamos admitir que en lo que respecta al territorio argentino, si bien hay una direccionalidad precisa del gobierno nacional, con su correlato en nuestra provincia, en el sentido de ampliación de la base social de la democracia, y en ese marco el imprescindible reconocimiento de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de los pueblos indígenas, la territorialidad de dichas políticas muestra tantas formas como gobiernos provinciales y locales existen. Pero también impactan, en mayor o menor medida, según el desarrollo histórico de sus sociedades en general y de las diversas comunidades en particular. Por eso también hace falta considerar la mirada de los diferentes sectores que integran la trama social que habita el país y que son parte de la legitimación o no de las políticas en el territorio concreto. Como muestra basta un botón y elegimos el más ríspido: expansión de la frontera agrícola, tierra y ambiente. Entendemos que más allá de cómo definamos el vaso, medio lleno o medio vacío, lo cierto es que estamos viviendo un tiempo de

visualización de culturas silenciadas históricamente, y que esa visualización pone en debate, en interpelación permanente los supuestos sobre los que se construyeron los relatos sobre el “problema indígena”, incluso aquellos que aparecen como inclusivos. Pero además, y en eso reside la riqueza y posibilidad de esta etapa, ese debate e interpelación se expresa en las prácticas sociales, en las calles, en los aparatos culturales, en la presencia movilizada de las comunidades y en todas las formas en que manifiestan la reafirmación de sus derechos. En tiempos de disputa de sentidos y de presencia de voces históricamente ignoradas, la mejor política pública será aquella que no tema al conflicto, la que reconozca los supuestos que la impulsan, la que permita ser cuestionada, la que se presente como resultado de correlaciones de fuerza y no como verdad revelada de gestión, y la que sin duda garantice mayor presencia institucional y política de las propias comunidades y sus representantes, tanto en el diseño como en su ejecución.


Zona de debates

Impactos ambientales y ambientes impactados (

Por Jorge Migueles Vicepresidente del Instituto de Cultura

1. GALILEO GALILEI En 1630, Galileo Galilei quiso publicar un libro sobre la estructura del sistema solar, libro que para muchos no incluía las ideas de Nicolás Copérnico. Ya en 1616 Galileo recibió condena por sus ideas coincidentes con Copérnico, que sostenían la elemental afirmación que la Tierra giraba alrededor del Sol, y le obligan a aceptar como un “error de sus pensamientos”. Sin embargo la Santa Inquisición lo acusó, esta vez, de herejía. Dicha situación hizo muy difícil la vida y la carrera del científico. La condena por herejía (1633) que ministros del Santo Oficio emitieron en contra de Galileo decía cosas como ésta: “Nosotros decimos, pronunciamos, sentenciamos y declaramos que tú, Galileo Galilei, en razón de los hechos que han sido detallados en el documento del proceso [jurídico] que tú has aceptado y confesado, te has presentado, de acuerdo a esta Santa Inquisición, como vehemente sospechoso de herejía, por sostener y creer una doctrina falsa y que es contraria a la divina Santa Escritura, por sostener que el Sol es el centro del mundo y que no se mueve de este a oeste, y por aprobar y defender dicho pensamiento, incluso después de haber sido declarado y definido contrario a la Sagrada Escritura… Por nuestra voluntad, te condenamos a formal prisión en este Santo Oficio. Como pena de salutación te imponemos recites los siete salmos de penitencia una vez a la semana durante los siguientes tres años. Y nos reservamos el poder de moderar, conmutar o eliminar, el total o las partes de las penas y castigos pronunciados en tu contra… Esto es lo que decimos, sentenciamos, declaramos, ordenamos y reservamos…”. Así, los abajo firmantes pronunciamos: F. Cardenal de Ascoli, B. Cardenal Gessi, G. Cardenal Bentivoglio, F. Cardenal Verospi, Fr. D. Cardenal de Cremona, M. Cardenal Ginetti, Fr. Ant. Cardenal de S. Onofrio”. ( El mito historiográfico dice que cuando el sabio anciano se ponía de pie para escuchar la sentencia, murmuró para sus adentros eppur si mouve (“y sin embargo -la Tierra- se mueve -alrededor del Sol-”. Tuvieron que pasar cerca de 400 años, y recién el 31 de octubre de 1992,

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la Iglesia Católica reconoció públicamente los errores cometidos por el tribunal eclesiástico que juzgó y condenó las enseñanzas de Galileo Galilei. Juan Pablo II consideraba que la memoria cultural de la humanidad estaba manchada por un caso que se esgrimió como símbolo del carácter reaccionario de la Iglesia. 2. MOTORES A HIDRÓGENO Fue un domingo en la Plaza España de Sevilla, el 29 de abril de 1971 cuando miles de ojos españoles, entre asombrados y expectantes, vieron sobre un estrado un pequeño motor de explosión al que se le había adaptado una especie de globo y un reducido recipiente en su interior, el inventor Arturo Estévez Varela se vertió un litro de agua de la que previamente había bebido un niño. Tras algunas manipulaciones y de algunas intermitentes explosiones el motor se puso en marcha. El inventor acercó su nariz al tubo de escape y aspiró el gas que salía para exclamar ante la sobrecogida concurrencia: ¡Oxígeno! Recorrió gran parte de España con su invento y fue tan grande la expectativa como la notable desaparición de la agenda pública del mismo. En 1985 Stanley Meyer salía en la televisión estadounidense contándole a la humanidad que había inventado un motor que nos liberaría del petróleo… Logró crear un dispositivo en el interior de un motor de combustión que producía hidrógeno y oxígeno de agua, usando electricidad, bajo los principios de la llamada electrólisis del agua. Creó un pequeño vehículo que funcionó sólo con agua y recorrió 100 millas con un solo galón. Patentó su invento y se lo consideró el segundo mejor inventor del siglo, detrás de Edison. Todo parecía estar listo para la producción masiva y aliviar las penurias del pueblo sometido a los vaivenes del complejo petrolero. La NASA y el Ministerio de Defensa fueron los primeros en interesarse, como era de esperar. Intentó por diversas vías impulsar el desarrollo a escala industrial del revolucionario vehículo con el novedoso motor, pero sólo encontró obstáculo. Más de una vez se le oyó decir que fue amenazado y presionado por negarse a vender su invento a corporaciones. El 21 de marzo de 1998

apareció muerto en un estacionamiento de su ciudad natal, Grove City, Ohio. Oficialmente Stanley Meyer murió repentinamente después de cenar en un restaurante, y un informe de su autopsia llegó a la conclusión de que Meyer habría muerto de un aneurisma cerebral. Ya pasaron más de 40 años y la moderna Inquisición asociada al complejo petrolero, no sólo está lejos de agendar estos inventos que tanto beneficiarían a la humanidad sino además de silenciar a estos herederos de Galileo, sin dudas buscarán impedir cualquier desarrollo que pueda disminuir la rentabilidad del complejo. 3. LA SOJA TRANSGÉNICA Y EL GLIFOSATO “El expediente administrativo que fundamentó la autorización firmada en 1996 por Felipe Solá para introducir en la Argentina la soja transgénica de Monsanto resistente al herbicida glifosato tiene apenas 136 folios, de los cuales 108 pertenecen a informes presentados por la misma multinacional estadounidense. Ese trabajo está en inglés y en el apuro por llegar a una decisión predeterminada, la Secretaría de Agricultura ni siquiera dispuso


Zona de debates

su traducción al castellano. Se titula “Safety, Compositional, and Nutricional Aspects of Glyphosayte-tolerant Soybeans” y ocupa del folio 2 al 110 del expediente. Solá se apresuró a firmar la autorización apenas 81 días después de iniciado el expediente, el 25 de marzo de 1996, el mismo día en que los organismos técnicos plantearon serias dudas acerca de sus efectos sobre la salud y solicitaron informes sobre el estado de las autorizaciones en Europa. La resolución de Solá dice que intervino la Dirección General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Pero ese dictamen jurídico recién se firmó tres días después, el 28 de marzo. ¿Quién dijo que en verano decae la laboriosidad oficial?...” (Horacio Verbitsky. Fragmento del artículo “Argentina. El escandaloso expediente de la soja transgénica”, Página/12, 26 de abril de 2009). En 16 años de vigencia de esta amañada y casi clandestina autorización, la soja orgánica se redujo al mínimo y la transgénica resistente al herbicida glifosato, ocupa hoy más de 20 millones de hectáreas en la Argentina -más de 700.000 en el Chaco- traccionada por nuestra “chino-dependencia” y por los valores del

mercado. Nuevamente, hoy asistimos a una disputa interpretativa histórica entre miles de “galileos” (apicultores, agricultores familiares, indígenas, pequeños productores en general; médicos, agrónomos y sanitaristas) que anualmente demuestran empírica y científicamente las secuelas de las fumigaciones incontroladas con “el herbicida glifosato y sus compañeros de ruta, 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Paraquat, Diquat y Clorpirifós…”, y señalan luces amarillas y rojas respecto a malformaciones, alergenicidad, cancerogénesis y otras toxicidades de las mismas versus varias multinacionales, verdaderos émulos de un santo oficio posmoderno que conscientes de ser los “dueños del poder”, también pueden imponerse como “los dueños de la verdad”. ¿Necesitaremos 400 años como Galileo para reivindicar verdades tan evidentes como que la Tierra gira alrededor del Sol? ¿Se necesitarán 40 años o más de silenciamiento de estas voces para reconocer que hay prácticas más saludables que los paquetes tecnológicos hegemónicos? ¿Estamos en estos casos sólo ante una cuestión de ignorancia de época? Sin dudas que es visible el oscurantismo y el analfabetismo político y científico, pero cuánta candidez la nuestra si creemos que el dogmatismo de la Inquisición, el silenciamiento de las energías sustentables o la ejecución agroambiental que se le permite perpetrar a la principal multinacional semillera y empresas hermanadas, sólo fuera una cuestión de ignorancia. Las disputas por el poder político, religioso o económico que subyace detrás de esta “ignorancia” son evidentes pero con diferentes formatos de visibilidad: mientras la Santa Inquisición actuaba explícitamente, torturando a la luz del día si era necesario arrancar confesiones, el complejo petrolero tiene suficientes recursos no sólo para silenciar física o mediáticamente alternativas energéticas sostenibles, sino también para comprar cualquier patente que los posicione hegemónicamente aún en la etapa post-petróleo. Similar situación tenemos respecto a las multinacionales alimentarias en general y semilleras en particular: no se trata sólo de la transgenia -que vino para quedarse- que exige diferenciar claramente los eventos transgénicos que suponga algún avance civilizatorio, de los eventos transgénicos con exclusiva finalidad rentística-financiera que significa la búsqueda a cualquier costo de hegemonías mundializadas, en este caso en el área esencial de los alimentos. Cuestión que genera un “discurso único” que pretende que toda la sociedad acepte pasivamente que sin fumigaciones no habría producción; que sería como creer que los motores sólo pueden andar

con nafta o gasoil. También se trata del viejo dilema político en que se desplaza la fuerza de la razón -por obra y gracia de la Nueva Inquisición, que nuestra jefa de Estado denominara el “anarco capitalismo financiero”- hasta tanto se pueda convocar a la razón de la fuerza. Y finalmente, también se trata de un dilema ético: una sociedad debe seriamente reflexionar si por un puñado de dólares seguirá arriesgando el aumento de las malformaciones, el empobrecimiento de sus suelos y la devastación de sus bosques. Aun teniendo, en sus manos una sabia herramienta como el principio precautorio que consigna el artículo 4° de la Ley General del Ambiente (N° 25675). Decimos una sociedad porque como diría el general Perón ya en 1972, desde su exilio madrileño, que “la lucha contra la contaminación del ambiente y de la biosfera, contra el despilfarro de los recursos naturales… Este, en su conjunto, no es un problema más de la humanidad: es el problema”. Por lo tanto, el conflicto ambiente versus modelos contaminantes de producción es un tema demasiado importante para dejar sólo en manos de estructuras del Estado, donde todavía a la ciudadanía le es dificultoso detectar estadistas; y menos aún, en manos de corporaciones que hasta la fecha no demostraron un sólo indicio de cultivar su responsabilidad social empresaria. Edward Osborne Wilson, biólogo estadounidense que popularizó el término “biodiversidad”-citado en el Atlas del Medio Ambiente de Le Monde Diplomatique de 2008- dijo oportunamente: “Una sociedad se define no sólo por lo que crea, sino también por lo que decide no destruir”.

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La creciente complejidad de las sociedades y sus múltiples interrelaciones, hace necesario para la comprensión de los distintos fenómenos culturales, información clara, confiable y territorializada. Si la consigna es transformar, fortalecer y promover las diferentes actividades culturales en sus distintas escalas, contar con esta información es vital. En este marco, la existencia de un área de recopilación, análisis, sistematización y elaboración de datos, indicadores culturales, informes estadísticos (cuantitativos) y cualitativos en materia cultural responde a la necesidad provincial y nacional de contar con esta información para la toma de decisiones en el marco de políticas públicas culturales, en el desarrollo de iniciativas culturales, o en emprendimientos del tipo comerciales a modo de industrias culturales. La Ley Provincial de Cultura Nº 6255/08 establece el acceso a las actividades artísticoculturales como un derecho social inalienable, marcando un horizonte claro en el que conocer

Mapeo cultural:

información para crecer

(

Por Equipo Mapeo Cultural del Instituto de Cultura Hedwig Müller (Coordinadora) Equipo técnico: Susana Blanco, Ingrid Müller y Lucas Tissera

la realidad cultural en su extensión y cualidad, permite ya no sólo la elaboración de diagnósticos sino también el aporte de insumos para la toma de decisiones de distintos actores (públicos o privados) para garantizar este derecho a la cultura, tanto en el acceso como en la producción de la misma. Con estas convicciones, el Instituto de Cultura del Chaco viene trabajando en la creación de indicadores de la actividad cultural, la sistematización de ellos y la construcción de información cultural. Las acciones coordinadas desde el área del Sistema de Información Cultural del Chaco, básicamente han girado, en primer lugar, en la elaboración de un mapeo donde se visualice a los actores culturales, espacios, industrias culturales y patrimonio tangible e intangible mediante un sistema web desarrollado, utilizando tecnología SIG (Sistema de Información Geográfica) que permita la visualización de la distribución del Patrimonio Cultural chaqueño. A la vez, en el desarrollo de circuitos histórico culturales para promocionar el turismo cultural local, regional y provincial. Y por último, en el diseño de investigaciones especificas se-

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gún las necesidades del Instituto de Cultura, actualmente se está trabajando en la exploración de distintas industrias culturales. CULTURA EN EL TERRITORIO El Mapa Cultural es la parte central del Sistema de Información Cultural del Chaco que permitirá relacionar todos los gestores, técnicos, artistas y espacios culturales con el territorio en forma geográfica, como una capa más del SIG provincial. Esta relación permitirá brindar un servicio público a la población para conocer los recursos con los que se cuenta, tanto en la actividad privada como en el Estado, tanto para el desarrollo de actividades culturales de inclusión social, para el fortalecimiento y perfeccionamiento artístico como así también para el desarrollo de industrias culturales. El mapeo cultural ha tenido en principio como eje prioritario la dinámica artístico cultural (referentes culturales, artistas de diferentes disciplinas, espacios culturales físicos y simbólicos) de cada una de las localidades. Al mes de septiembre de 2012, el total registrado asciende a 482 actores. Distinguidos en los siguientes rubros artísticos: Teatro, 69; Artesanía, 128; Audiovisual, 18; Letras, 18; Artes Visuales, 45; Música, 105; Danza, 61; y Gestores, 1. Los cuales pertenecen a las siguientes localidades: Barranqueras, Resistencia, Isla del Cerrito, Puerto Tirol, El Sauzalito, El Sauzal, Las Breñas, Fontana, Sáenz Peña, Miraflores, Charadai, General San Martín, Quitilipi, Juan José Castelli, Machagai, Tres Isletas, Misión Nueva Pompeya, Puerto Vilelas, Las Garcitas, Coronel DuGraty, San Bernardo, Pampa del Indio, Villa Berthet, La Escondida, Lapachito, La Tigra, Cotelai, Villa Ángela, Colonia Aborigen, Charata, La Leonesa, Santa Sylvina y Colonia Benítez. Se puede acceder al Mapa Cultural desde la página www.cultura.chaco.gov.ar CIRCUITOS La visualización del patrimonio cultural chaqueño en el territorio permite hacer un recorrido reconociendo como principal insumo la memoria colectiva de los pobladores de cada localidad. Así, se proyecta un recorrido histórico de los lugares más identitarios de nuestra provincia que se han conformado por rasgos singulares que hacen a nuestra historia. Para incentivar el desarrollo del turismo cultural, involucrando a los propios pobladores como guías de estos circuitos históricos. Estas acciones se constituyen en los primeros pasos para avanzar hacia un desarrollo del turismo cultural que luego se podría incluir en un circuito regional compartiendo con las demás provincias vecinas y los países lindantes que juntos conforman el Gran Norte Grande.


PARTICIPAR ES CUESTIÓN DE TODOS El Sistema de Información Cultural del Chaco necesita de la participación de todos los chaqueños. Los actores culturales, es decir toda persona que desarrolla actividades vinculadas a las distintas expresiones culturales, que viva o despliegue su actividad en el Chaco deben censarse. Por ejemplo: músicos, actores, artesanos, audiovisualistas, bailarines, escritores, artistas plásticos, gestores culturales y todos los trabajadores/técnicos, necesarios para cada una de dichas expresiones culturales (sonidistas, iluminadores, coreógrafos, directores, galeristas, críticos, editores, etc). Los interesados pueden censarse desde el sitio web www.cultura.chaco.gov.ar Asimismo, si alguien considera que la localidad posee una sala de teatro, un cine, un centro cultural, o cualquier espacio, físico o simbólico, donde se desarrollan actividades culturales; un monumento o edificio que deba ser considerado como patrimonio o símbolo de la identidad del pueblo puede comunicarse enviando un mail a mapeoculturalchaco@ gmail.com La participación hace posible la visibilidad de las distintas actividades culturales y artísticas que se desarrollan en la provincia; la conservación de la memoria en torno al patrimo-

nio cultural; que la información construida con sus datos permita la planificación estratégica y la toma de decisiones en el ámbito cultural; y el desarrollo de industrias y actividades económicas ligadas a la cultura que tengan como protagonistas a los artistas y trabajadores del arte y la cultura chaqueña.

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Historias locales

Puerto Bermej (

(y la letra O se cayó al río)

Por Daniel Chao Periodista

Tres inundaciones, relocalizaciones y la definitiva mudanza de un pueblo pueden reventar cualquier posibilidad de recuerdo fresco. Los pibes cazan y gomerean donde antes pasaban ambulancias y entraban al hospital. La gente ocupa barrios sin vecinos, reactualizan casas inundadas, las secan y las reviven, en un barrio donde el vecino cerró la ventana para irse a vivir a cinco kilómetros. La comisaría, la municipalidad, el cementerio, sólo ruinas. Se tira la línea desde el cementerio mismo, se pesca mientras el sol da de refilón sobre los huesos de una tumba quebrada en mil partes. La tanza se sostiene de un árbol posado sobre un panteón, alimentado por un tetra Talacasto que algún caú hereje olvidó. Puerto Bermejo es el referente de este texto. Y como todo buen referente, puede ser que no exista, o quizás, mirándolo con un prisma así de grandote, puede ser que esté hecho de líneas. La cuestión está en esa trama donde se teje la memoria. ¿Pero la memoria existe en algún lado? ¿Alguien puede mirar un monumento y decir: “He ahí la memoria”? ¿De qué zorongos está hecha la memoria? Y sobre esa pregunta, ¿qué sería la memoria: la posibilidad, o todo lo que la historia se perdió por la no concreción? Pero hay que dejar en claro un punto: esto no es historia, no es ejercicio de memoria, no es llamado a la memoria, no es reivindicación de nada, no es nostalgia. Es un texto de puro mirador-preguntador-rebuscador, escrito en presente suspendido como gerundio sin escribir con gerundios, suspendido como foto testimonial reutilizada en un periódico una y otra vez. DE TIMBÓ A BERMEJO Ese lunes -o capaz fue jueves o domingo- la tropas paraguayas festejaban en suelo extranjero la victoria en Curupaytí. Le habían dado escarnio a Mitre y de Souza, cargándose a miles de argentinos y brasileños. El general Mitre mandó tropas como carne de los 49 cañones paraguayos escondidos en los montes, hasta que no tuvo más opción que replegarse. Algunos kilómetros más al este, en pleno lugar de festejo, cerca de lo que hoy es un abandonado hospital, lo soldados paraguayos alzan sus fúsiles entre las trincheras. Esas trincheras, cien y pico de años después -dicen-, fueron desagües de un hospital al que tapó el agua en

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1983. A la vera del camino de tierra, con mucha imaginación tal vez, pueda verse alguna marca de guerra detrás del oxidado nosocomio en desuso de Puerto Bermejo. A 105 kilómetros de Resistencia se ubica el poblado fundado en 1884. Puerto Bermejo es la ciudad, Benjamín Victorica el fundador. Y ahí es donde la memoria, ese motorcito que -al menos- mueve este texto, empieza a toser un poco. Aparece una palabra muy liberal, muy positivista digamos: el progreso. Al igual que Resistencia, en estos parajes existían pobladores: criollos y aborígenes. El capitalismo ya estaba dando sus primeros hachazos, dicen. Los ecos como rumores de la historia afirman que una Pereira o un tal Campia habían establecido alianzas -que le llaman- con pueblos originarios de la zona para explotar la naturaleza. Eso, diez años antes de la fundación. En 1884, Roca compra muchas banderas -símbolos del Estado en un cacho de tierra- y resuelve plantarlas e incorporar al dominio nacional todos los territorios del Chaco. Eso sí, no manda a cualquiera. Para estos lares norteños envía un verdadero cuadrazo militar: el ministro de Guerra y Marina general Benjamín Victorica. En el marco de la conquista del desierto verde, las órdenes de Victorica eran bajar por el río Bermejo hasta la provincia de Salta y controlar a los indígenas. El 8 de octubre de 1884 llegó a bordo del “Maipú” a un lugar denominado Timbó, en las inmediaciones de la desembocadura del río Bermejo sobre el río Paraguay. Victorica, capaz, vio una altura interesante y se mando. Decidió fundar una ciudad, práctica que a este escribidor le gustaría realizar alguna vez. La expedición de Victorica debía internarse en el río Bermejo, es por esto que aún cuando el pueblo se asienta sobre el río Paraguay lleva el nombre del río que se encuentra a 15 kilómetros. Don Benjamín quería un asentamiento que le sirva como pibote para ir a dar palos más al oeste. A su vez, posiblemente, vio en la zona potencial económico agrícola. El Chaco, desde sus inicios, tenía tatuado su lugar de periferia en la de por sí periférica economía nacional. Ese lunes -o capaz fue jueves o domingoempezó a llover en Puerto Bermejo. Llovía,

mientras todos seguían por radio los acontecimientos de la guerra de Malvinas. ¿Qué era más peligroso en ese punto? En el sur llovían bombas, misíles, balas. En el norte llovía lluvia. En ese espacio donde hubo alguna vez trincheras paraguayas, las defensas empezarían a ceder al paso irrefrenable del agua. En el sur las trincheras nacionales empezarían a ceder paso irrefrenable de la segunda potencia de la OTAN. “Todo esto era agua”, se escucha mientras se recorre lo que alguna vez fue la Municipalidad de Puerto Bermejo y hoy es una maceta gigante de árboles chaqueños. UN ASTERISCO FORMADO POR TRES LÍNEAS Volviendo de Bermejo, pasando por Vedia, rozando Las Palmas, se garabatea una imagen en la quinta o sexta página de un cuaderno. Esa imagen es un asterisco de tres líneas desde cuyo centro parte una reflexión sobre la actualidad de la pequeña perla del Paraguay. Lo geográfico, lo político y lo económico, es el nombre de cada trazo. Ojo, no es un análisis, es sólo la descripción de una imagen en la quinta o sexta página de un cuaderno. Línea uno. Tres grandes inundaciones baldearon la ciudad: 1905, 1966 y 1983; varias intermedias hicieron lo suyo: 1931, 1942 o 1959. El río subía y bajaba, arrancaba de a pedazos la tierra. Línea dos. Luego de fundarse en octubre de 1884, pasaron cuatro años hasta la oficialización. Puerto Bermejo, a diferencia de Resistencia, no tuvo tanto apoyo de parte de la política de colonización. Línea tres. En 1914, y por su lugar estratégico, se asientan en el lugar los talleres navales del Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Bermejo entero se entrelazó hasta casi fundirse con este acontecimiento. A finales de la década del ´40, los talleres se trasladan a Corrientes y Barranqueras. Cientos quedan sin trabajo directamente. Miles, sufren el rebote. El centro, la intersección. Puerto Bermejo, al que se accede por la Ruta Provincial Nº 3, a 28 kilómetros de la Ruta Nacional Nº 11, que la comunica con las ciudades de Resistencia y Formosa. Un pueblo pequeño, mudado a 5 kilómetros de su lugar original, en la lomada conocida como El Campamento. Repetimos -como marca política originaria-: la fundación militar de Puerto Bermejo sería legalizada recién cuatro años después de


Historias locales 1884, cuando un decreto del presidente Miguel Juárez Celman formalizaría la creación del pueblo, asignándole un territorio de 10 mil hectáreas. A diferencia de otras poblaciones contemporáneas, la fundación de Bermejo no fue respaldada con la política de colonización oficial. 600 personas bermejeaban en 1888. Ese lunes -o capaz fue jueves o domingo- de 1905, la ciudad, que competía con Resistencia en esplendor y pujanza (dos clichés en el medio del monte), veía como el río se comía sus márgenes. Mientras, pero treinta y ocho años después, Puerto Bermejo era declarado Lugar Histórico por Decreto N° 16.482 del 17 de diciembre de 1943. En pleno proceso museográfico, unos seis años después, se destruía casi totalmente su base económica: la navegación. Por eso, ese día lunes o jueves o domingo de 1905, 1943 y 1949 fue un día diferente. Se cruzó un vector de tres años ese día, y marcó la dirección de Bermejo. Mientras la cámara toma lo que fue el pontón del puerto, un dedo apunta, indica, recuerda, frente a unos árboles y un perro que se baña en un fondeadero casi seco. La inundación de 1905 fue una práctica para la historia. El pueblo se evacuó y volvió cuando las aguas mermaron. Fue, dicen, una inundación feroz. Centenares se fueron de la zona. La estructura geográfica Bermejo parecía marcar un fin. Las crecidas y el cauce tan inestable de ese tramo del río Paraguay, fueron obstáculos muy grandes para hacer prosperar su utilización como vía navegable. Empero, las aguas parecían secarse bajo el absorbente poder del dinero. En 1909 el gobierno nacional ejecutó obras para aceitar el intercambio de los productos y facilitar su transporte al noroeste argentino y los países limítrofes. Puerto Bermejo alojó talleres, varaderos, dársenas y obras de atraque para preparar el espacio navegable. Metió hacha y taló bosques. En el año 1911 quedó establecido el servicio de viajes para pasajeros y carga, con tres vapores a rueda atrás. Los márgenes eran devorados por el río, cuando en 1914 se instalan los talleres navales del Ministerio de Obras Públicas. En quince años esa dependencia nacional era una pequeña fabriquita de dinero y un importante factor económico y de visibilidad para Chaco y Formosa. Y fiel al capitalismo, pero en versión chaqueña, Bermejo fue una burbuja económica. Se infló de negocios comerciales: automóviles, bicicletas, muebles, maquinaria agrícola, ferreterías, almacenes de ramos generales y casas de fotografía. Afluencia demográfica, movimiento constante de una ciudad limítrofe y emplazada en un espacio adecuado para la movilidad. A la burbujita bermejeña se le sumó una fábrica de extracción de quebracho: la

Compañía Industrial La Noruego-Argentina. Todo listo para ser uno de esos espacios del podría haber sido, tan chaqueños ellos. Treinta años de bonanza económica de la mano de lo fluvial, engendró una sociedad civil presta a hacer lo que toda sociedad civil debe: concretarse en instituciones. Clubes, escuelas, hospitales, iglesias y cines. Socialización, mucha y permanente, que se actualizaba y profundizaba porque las márgenes desaparecían en el río. Esos años de estabilidad económica e inestabilidad geográfica punzaron el grito político, o por lo menos comunal, de esos bermejeños. Ese lunes -o capaz fue jueves o domingo- de 1925, un puñado de bermejeños intenta hacer visible el reclamo. La buena fe se pierde junto a alguna vivienda en las márgenes del Paraguay. Casi una década después, en 1933, un espacio político presta el oído. Se lleva a cabo el Primer Congreso de Municipalidades del Territorio Nacional del Chaco, reunido en Resistencia, donde se gritó textualmente: ¡Puerto Bermejo debe ser defendido del estrago de las aguas! ¡Corresponde la intervención inmediata de las autoridades nacionales para evitar que esa histórica localidad chaqueña desaparezca! Ecos, que se retoman en 1940, inicio de una década que noqueó a nuestro referente. La ciudad eligió una delegación de vecinos para llevar el reclamo a Buenos Aires. Obras, pedían. Continuidad de lo realizado por el Ministerio también. El río se había morfado varios metros de ciudad para esas alturas. El reclamo vecinal se tradujo en la presentación, por parte de los diputados Pagano y Jaureguiberry, de un proyecto de ley contemplativo de las necesidades bermejeñas. Y el mismo lunes, jueves o domingo de 1940 en que el proyecto jamás se sancionó, en 1949 se daba paso al retiro definitivo de las instalaciones del Ministerio de Obras Públicas. Corrientes y Barranqueras se distribuyeron el botín.

BERMEJO NUEVO / VIEJO 1966 y 1983. Llueve, sube el río, se inunda. Lo económico y político no existe, se lo llevó el Paraguay. Queda el lazo comunal, la solidaridad, o como quieran llamarlo. El 66 trae lodo, mucho lodo. Pero se vuelve. El 83, arrancando en el 82, rebasa lo recordado. La memoria, esa del principio, sólo tiene un eco difuso en 1905. Se vencen las defensas, se inunda todo. El pueblo se autoevacúa. El pueblo decide que esa evacuación no era una más, quizás era la última. Se mueven al terreno de siempre, llamado El Campamento. Deciden quedarse. El 15 de mayo de 1983, Puerto Bermejo toca puerto a cinco kilómetros de su ubicación original. Dicen -pero pueden mentir- que el río Paraguay se llevó más de 40 hectáreas del espacio original. Ese, el de Victorica, el colonizador que erró geográficamente en todo aspecto. A partir de esa mudanza, se pensó un nuevo pueblo. Se reforzó la defensa, para que la barranca quede lejos y deje de atemorizar. Sin embargo, algunos memoriosos se volvieron. El INDEC los llamó Puerto Bermejo Nuevo y Puerto Bermejo Viejo. Éstos, conviven con las marcas más oxidadas del paso del río. Aquellos, lidian con lo nuevo que huele a eso… a nuevo.

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Árboles Urbanos

Desnudando la tierra La tala de árboles también ocurre en nuestra ciudad, y no sólo es una discusión sobre nuestros bosques. A continuación, hablan intelectuales y activistas comprometidos con esta causa vital para la salud de todo el planeta.

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Por Lecko Zamora Escritor y orador del pueblo wichí

Los árboles son importantes porque previenen la erosión, producen oxígeno, reducen el dióxido de carbono y moderan las temperaturas en la tierra. Los árboles están desapareciendo de forma masiva en un proceso de deforestación sin precedentes. Se calcula que un tercio de los bosques del mundo han desaparecido. Se debe en parte a la sobreexplotación que sufren y por los incendios forestales, producidos por el hombre en forma intencionada o por negligencia. Así se está desnudando a la tierra. Pocas culturas a lo largo de la historia de la humanidad han estado tan estrechamente vinculadas e integradas en la naturaleza, como la forma de vida de nuestros pueblos indígenas. Para nosotros, todos los elementos que nos rodean, animados e inanimados, están espiritualmente vivos: los árboles, las montañas, el agua o el viento son seres con vida y conciencia propia. Entendemos que los árboles o el viento nos dan consejos, o advertencias y es residencia de poderosos espíritus. El “yuchán” (palo borracho), Tsemlhak en wichí, es muy importante, por las siguientes razones: - Con ellos fabricábamos bateas para preparar aloja, que usábamos principalmente durante las llamadas “fiestas de la aloja” o “fiestas de la algarroba” y que realizábamos durante la época de fructificación del algarrobo. Estas reuniones fueron desapareciendo desde la llegada de los misioneros. - Las semillas eran parte de nuestro alimento. Para consumirlas, se muelen hasta reducirlas a un polvo y con eso se hacía una sopa. - Se hacía el tambor de agua o “pimpim” que era usado en los rituales y ocasiones festivas - Fabricábamos piolas con fibras hechas de la capa inferior de la cáscara que nos servían para muchas cosas como atar los palos para hacer nuestras viviendas. - Para la reserva de agua que servía a los que entran en el monte, ya que acumulan mucha cantidad de agua potable de lluvia. Este uso persiste hasta nuestros días, le llamamos sacham. - Las espinas, las flores y las hojas se usan como medicinas por sus propiedades curativas.

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- Y porque en nuestros orígenes, ellos contenían las aguas, los peces y al arco iris. Los hermanos del pueblo yukpa, que viven en las serranías de Venezuela, cuentan que después de crear al primer yukpa y viéndolo solo envió al pájaro carpintero, quien vio al hombre solo y le preguntó si quería compañía. El hombre respondió que sí. Entonces el pájaro carpintero le dio un árbol, entonces el primer yukpa lo cortó en dos pedazos y manó sangre y se convirtió en dos mujeres y les hizo cosquillas y con la risa les vino el alma a sus cuerpos y después con el tiempo comenzaron a nacer los yukpa.

Ilustración: Anahí Salas

Arbolado urbano: invitación a la reflexión

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Por Elba Sánchez de Romero Lic. en Botánica Mgter. en Gestión Ambiental y Ecología

Esta participación es una invitación a la reflexión. Tiene que ver con el pensar la ciudad entre todos, para construir colectivamente el espacio compartido, el paisaje urbano que evolucionará naturalmente y será memoria y recuerdos comunes. Y esto tiene que ver con la identidad lugareña, con la historia del hombre de barrio que vive, disfruta, sufre, reclama. Tiene que ver con necesidades que cambian y con decisiones circunstanciales. En síntesis: el paisaje urbano en el que el arbolado incorpora el elemento vital, será el producto resultante de la calidad de la intervención del hombre ciudadano, modificando los sistemas naturales preexistentes, para producir sistemas culturales. De aquí la importancia que tiene la redacción y aplicación de guías metodológicas que normaticen todas las etapas vinculadas con implantación urbana de árboles. Importa no sólo todo lo referente a selección de especies, número, tamaño, técnica de implantación, épocas y tipos de podas, justificación de éstas o de extracción de ejemplares; también es necesario el monitoreo permanente del sistema de arbolado que se adoptó.

Esto significa elaborar un plan de manejo, en el contexto de una amplia participación social, preciado objetivo que implica la implementación continua y permanente de programas de educación ambiental particulares para el caso. Serán programas y proyectos que informen y estimulen el interés ciudadano por conocer, mejorar y conservar lo que tiene de valioso el espacio donde vive, donde la calle y el barrio son instancias diferentes pero a la vez interdependientes. Con dinámica propia pero que en conjunto constituyen la ciudad. Es oportuno señalar que en nuestra ciudad, como en otras de nuestro país, están vigentes ordenanzas y resoluciones que aluden al tema que nos ocupa. No es menos importante difundir por este medio que en distintos momentos de la historia provincial se aprobaron leyes que rinden homenaje a especies que son íconos chaqueños: el quebracho colorado y el algarrobo. Tiene vigencia provincial la Ley 5.625 que crea el Registro de Árboles Históricos y Notables de la Provincia del Chaco. A nuestro juicio, un documento legal que valora y promueve la participación ciudadana instando a cada comunidad a ejercitarse en la identificación de árboles testimoniales de momentos singulares de la historia local.


Árboles Urbanos

Resistencia y sus portales

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Por Cecilis García Cocreadora

Resistencia respira incansable a través de sus días de vientos sueltos. A través de su abismo montés y sus ecos milagrosos, hechos samuhú, cebil, timbó. Nuestros árboles y su encuentro vital, con su tierrasombra milagrosamente extendida, acarician y acompañan cada uno de los pasos que insistimos en dar. Como gesto de honra, como devolviendo la caricia fresca, es que durante el mes de julio de este año comenzaron a abrirse nuestros Portales Arborescentes. El proyecto colectivo Portales Arborescentes consistió en el desarrollo de intervenciones textiles en árboles de extensa vida de nuestra ciudad. Estas intervenciones textiles, y al mismo tiempo culturales, buscan visibilizar a estos especímenes desde su historia, su significado ancestral, sus propiedades y beneficios. Asimismo estas acciones quisieron también denunciar las violentas podas y extracciones de los árboles de nuestra ciudad. Cada árbol y su intervención estuvieron íntimamente vinculados desde el sentido revelado por las voces ancestrales de nuestra tierra chaqueña, que en el principio le tejieron historias, en aquel tiempo en el que coexistían hermanados ríos, árboles, animales y hombres.

Los árboles intervenidos fueron: un cebil, a partir de la leyenda wichí del descenso de las Mujeres de Luz; un ambay, en base al barrio de hormigas que viven y protejen a esta especie; un timbó, tomando el sentido sonoro de la leyenda que nombra a sus chauchas como “orejas de cacique”; un palo borracho, recreando la leyenda wichí de su barriga proveedora de vida; y un chivato, destacando la maravillosa forma malabar de sus ramas. Como colectivo creativo queremos interpelar a nuestra comunidad para abrir un nuevo sendero en nuestra relación con la naturaleza, reconociendo el origen cosmológico que compartimos, recreándolo y recordándolo a través de estas intervenciones culturales. Buscamos reivindicar a nuestros árboles como parte de nuestro entorno, reconociéndolos como honorables seres que merecen nuestro cuidado y respeto, y de quienes tenemos mucho que aprehender, como seres humanos. Esta actividad estuvo llevada a cabo por el colectivo Contexto Textil, como representación de una suma de voluntades y sus manos, involucradas con nuestra Madre Tierra desde la creación compartida. Contexto Textil es un colectivo creativo, creado en el año 2010, integrado por las cocreadoras Luján Signoris, Felicitas Romero y yo. Nuestro trabajo vincula al diseño, a la experimentación como fuente, a la sustentabilidad, al juego como eje creativo, a la combinación de lenguajes artísticos y su apertura de significación. Además se realizan acciones colectivas de experimentación y cocreación, como fue Portales Arborescentes, de las cuales participan un grupo de mujeres provenientes de distintos campos: artistas, diseñadoras, investigadoras y ambientalistas, junto a realizadores provenientes de la producción audiovisual, fotográfica, musical y literaria. El próximos Portales serán un Gomero en el Fogón de los Arrieros, y un Ceibo, en el Parque Camba Cuá de la ciudad de Corrientes. Allí nos encontraremos, nos tejeremos, trepando y recordando, sintiendo las historias que nos recorren, como savia circular, murmullo de madretierra, en cada presencia arbórea y su portal.

Un gran bosque entre todos

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Por Vanina Abras Activista de Árboles Urbanos

Además de promover el cuidado y conservación de los actuales árboles nativos, es importante promover la forestación de tierras libres de árboles en nuestra ciudad con “aptitud forestal”, ya sea con especies nativas o exóticas de rápido crecimiento, según corresponda. En este sentido, Resistencia posee un potencial fantástico basado principalmente en la disponibilidad de una importante superficie con aptitud para ser forestadas con especies de rápido crecimiento en esta región húmeda, como por ejemplo quebracho colorado, urunday, lapacho, algarrobo, jacarandá, ivirá pitá, sauce, timbo, ceibo y muchos más. Atendiendo a los actuales y potenciales problemas ambientales en nuestra provincia, invitamos a que sean y se sientan protagonistas en la lucha por cuidar y mejorar el medio ambiente. Ayúdenos a plantar un árbol (¡su árbol!) y así, además, estará haciendo su aporte a mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la ya espectacular belleza escénica de nuestra ciudad. Generemos entre todos un gran bosque, en el cual su presencia estará representada por un árbol o un grupo de árboles, los que usted plantará a través de nuestra organización Árboles Urbanos. Si cada persona tomara conciencia que simplemente con plantar un árbol puede contribuir a mejorar el medio ambiente; y además, mitigar o revertir los cambios climáticos adversos que se pronostican, podremos llegar rápidamente a tener cientos, miles o millones de árboles conformando una ciudad más verde: Resistencia, la nuestra, la de usted, la de todos.

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Árboles Urbanos

Más árboles, menos edificios ( Por Néstor Braslavski Activista y Realizador audiovisual

El 22 de diciembre de 2011 un grupo de vecinos de la ciudad de Resistencia se reunieron en la esquina de Ameghino y Las Heras para dar una muestra de su desagrado y total repudio a la extracción de tres grandes ejemplares de tipa que habían sido totalmente podados por el municipio para posteriormente ser retirados. Esta acción, por demás ilógica en pleno verano, presentaba una imagen desoladora y diferencias de temperatura de más de 8 grados, comparando con la vereda del frente que conservaba su sombra. Artistas, profesionales, políticos y vecinos presentes bajo el infernal sol, lograron que los árboles siguieran en su lugar. Esto movilizó a una nueva organización de ambientalistas, sumados a los ya existentes y terminó de conformarse la agrupación Árboles Urbanos (AU). La extracción se evitó y los árboles ya recuperados vuelven a otorgar calidad ambiental a la cuadra. Ahí comenzó una lucha por la conservación de grandes árboles y la concientización. La ciudad de Resistencia, a pesar de tener hermosas árboledas, posee un déficit de más del 60 por ciento y está muy por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Tiene sólo 4 metros cuadrados de superficie verde por habitante, el ideal es de 12. Una imparable ola de cemento ha comenzado a crecer y amenaza con borrar la naturaleza y memoria arquitectónica de nuestra ciudad. Mala educación por parte de los vecinos y tendencias tomadas de otros lugares cuya realidad ambiental es diferente a la nuestra. Con un verano de más de 6 meses y temperaturas cercanas a los 50 grados, nuestra ciudad necesita de manera urgente conservar sus árboles. Forestar es cada vez más difícil porque los negocios están eliminando todas las porciones de tierra, que no sólo albergan a los árboles sino que son fundamentales en la absorción del agua, ya que nuestra zona también es inundable. Los arquitectos e ingenieros están trabajando como nunca, pero sólo un pequeñísimo porcentaje lo hace concientemente. La idea de un progreso falso que sólo beneficia a las constructoras está diseminando torres de departamentos por doquier, cuya factura edilicia deja mucho que desear y como corolario, una vez terminada la obra, quitan los árboles de la vereda y ponen palmeras para que se parezcan a diseños hechos por computadora. AU a través de las redes sociales convoca y concientiza, va sumando vecinos que ob-

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servan y controlan nuestros árboles. Ante emergencias o casos de extracción asesora o va directamente al sitio para impedir procedimientos equivocados y también aconsejar al vecino. Siendo el municipio encargado del mantenimiento de nuestras arboledas no falta el enfrentamiento por mala praxis, pero también buscando diálogo, intenta avanzar y colaborar, ya que la institución está desbordada, la mano de obra capacitada es muy escasa y los vecinos no cesan de pedir que se les quite el árbol por situaciones que en la mayoría de los casos pueden resolverse de otras maneras. Lo hacemos a través del mail urbanosarboles@ gmail.com, nuestra página Árboles Urbanos de Resistencia en Facebook, nuestra página oficial arbolesurbanos.com.ar y el programa de radio “Escuchemos a nuestros árboles” que sale los sábados a las 18 por www.cecual.com En menos de un año se han visto resultados alentadores, ya que las diferentes intervenciones lograron llamar la atención y poner el foco sobre los árboles. No falta quien critica, pero por suerte abundan los buenos vecinos y cada vez más personas se acercan a la agrupación. Quienes pensamos lógica e inteligentemente queremos que nuestra ciudad sea un ejemplo de la naturaleza chaqueña, formar una comunidad en armonía con la naturaleza. AU defiende principios básicos que buscan mejorar la convivencia urbana. La actividad se complementa con charlas a cargo de expertos, películas y acompañamiento en situaciones específicas que comprometan la salud del árbol urbano. Un grupo de mujeres dentro de AU ha formado “Portales Arborescentes” realizando una serie de intervenciones textiles sobre árboles “abuelos” destacando su importancia histórica y valoración por parte de

los pueblos originarios del Chaco. Estas movilizaciones han dado pie inicial a una ley ambiental, cuyo foro fue un éxito rotundo de convocatoria y está pronta a salir. También se lleva adelante un proyecto de Observatorio con gente de la Facultad de Arquitectura. La ciudad crece en población y demanda de recursos, una mala decisión de hoy se pagará muy caro mañana, debemos poner lo mejor de nosotros, pensar en nuestro presente y el futuro de nuestros hijos. Las grandes capitales del mundo están sobrepobladas y contaminadas, Resistencia esta orientada hacia esa dirección lamentablemente, como si progresar fuera vivir en un departamento o poner cemento hasta en las macetas. Podemos decir que estamos a tiempo, tenemos hermosos espacios que debemos luchar para conservar cada árbol que nos acompaña y trasciende por su longevidad. El árbol es un ser vivo, nos brinda oxígeno, frutos, medicina, sombra, ahorro energético, absorbe los ruidos, el agua, nos regala flores y alivia el stress cotidiano; entonces, ¿por qué los están cortando?


El destino de los

frikis

Con la llegada de la primavera, el 22 y 23 de septiembre pasado desembarcó en el Centro Cultural Alternativo un universo formado por gamers y amantes del manga, el animé y SCI FI. Organizada por el grupo Synergy, durante dos días se desarrolló la tercera Expo Destino. Talleres de dibujo, escultura y maquillaje; desafíos gamers, torneos de cartas Magic y desfiles Cosplay fueron algunas de las actividades registradas por la cámara de Rocío Navarro.


Destino friki

La estética (

friki

Por Daniel Chao Periodista Ilustraciones: Sebastián Curuchet

Este fue el choque planteado: un absoluto desconocedor del tema frente a dos exponentes de la cosa misma. Esa cosa se denomina ser friki y el motor de excusa fue hablar sobre el Friki day que se realizó en mayo de este año en el Cecual (un segundo encuentro de este tipo fue el de septiembre, llamado Expo Destino). Los exponentes se llaman Sebastián Espíndola y Claudio Cáceres del grupo Synergy, quienes llevan adelante eventos donde se difunde y comparte manga, animé, fantasía y SCI-FI; comics, videojuegos, juegos en general, disfraces y más. Pero lo que empezó como una charla del hacer, desembocó en una reflexión a otro nivel. Entonces, ¿qué implica ser friki? Pufff, una banda de cosas. De entrada hay que abrir un paraguas, por las dudas. La charla, obviamente, se basó en una batería de preguntas de quien suscribe. No obstante, a pesar del tono de este texto, no se puede pretender una comprensión directa -cuasi empática– de la movida sólo por una conversación de algunos minutos. ¿Por qué? Fácil, el ser friki en todas sus variantes (y esto de por sí ya parece ser una cosa compleja), requiere una total puesta en funcionamiento del cuerpo y el lenguaje. Requiere años, esfuerzo y destrucción de ciertas barreras sociales. Por eso, desde este espacio textual, se pretende tirar la mayor cantidad de líneas reflexivas. De vuelta, el que escribe es un total desconocedor de la cosa. El Friki day es un espacio de ocio –gratuito– donde diversos artistas plásticos y escultores ligados al comics, manga y animé pueden exponer sus obras. En los dos eventos además hubo juegos y stands que vendían artículos importados y exclusivos de estas temáticas. El espacio es abierto, como deben ser todos los espacios culturales, y tiene como impulso la creación de relaciones. Relaciones hacia adentro y relaciones hacia afuera. Y esta es la primera baldosa que el destornillador de la pregunta levantó.

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Desde ese neologismo (me refiero a lo friki), que el uso cotidiano fue arrinconando hacia una especie de encasillamiento negativo, se disparan flechas que indican una heterodoxia de movidas que lo conforman. Otakus, roleplayers, geeks, cosplay o gamers pueden ser catalogados como frikis. Pero guarda, la práctica de “catalogar” pude ser muy incómoda para algunos. Sin embargo, desde esa heterodoxia parecen plantearse las relaciones hacia adentro. Y es bien fácil de entender. Como toda movida que implica un hacer con otros, donde ese hacer es una de las bases de la relación, los espacios comunes se construyen para el encuentro de todos aquellos que hacen: se disfrazan, juegan, compran, venden, desfilan, cantan y bailan. A pesar de las diversas movidas (o subculturas como le llaman los exponentes), la puerta friki se abre y ¡ah mostrarse que se acaba el mundo! Pero hay un punto extra, que sobreviene luego de reconocer y hacer uso de la jerga. Ese punto es la creación de relaciones hacia afuera, es decir, la apertura e interpelación hacia todo aquel que antes de llegar a las expos o eventos creía que era un “normal” (dicen los exponentes). El normal entra por curiosidad y se da cuenta que puede hablar de Dragon Ball Z o Caballeros del Zodíaco, de comics o cine con cualquier experto, sin que se le mueva un pelo de su normal cabeza. ¿Qué los diferencia? Se podría hablar de compromiso y pasión en la búsqueda, y no se estaría en un error. Sin embargo, los exponentes redoblan la apuesta: la diferencia está en la explicitación que hace el friki de las formas en que el videojuego, el comic, el manga, la ciencia ficción o lo que sea, lo constituyó como sujeto de una práctica. Mientras el normal piensa que sólo es un dibujito (sin hacerse cargo del lenguaje, las miradas sobre lo social, o lo estético que ese consumo pudo producirle), el friki lo explicita y se la banca. Y este emplazamiento es interesante. Porque a pesar de que algunas subcul-

turas son más cerradas que otras, la apertura hacia el afuera parece ser una constante. Y desde acá, desde la relación con la sociedad, el destornillador de la pregunta intentó levantar otra baldosa. El friki y (en) la cultura Siempre es raro y ruidoso pensar una manifestación cultural que se relacione con un afuera. Es decir, pensar en algo simple como esto: soy sociedad, voy al Friki day, me copo, busco, me hago un fana terrible, dejo de ser sociedad, soy friki. Por suerte los exponentes (Sebastián y Claudio por si no los recuerdan), lo ven claro. La tensión se posa en las posibilidades de conformar movidas que están sumamente arrinconadas por la cultura oficial –o reconocida como la manifestación de cultura– y por ese gran amigo del miedo llamado prejuicio. Ambos (la cultura reconocida y el prejuicio) se posan en un gran calmante de aguas sociales: el sentido común. Y es calmante porque de trasfondo late esa tendencia a la normalización de todo, para la tranquilidad del inconciente. Normalizar es estandarizar lo que se ve, lo que se usa, lo que se dice. Socialmente se tiende a eso, a estabilizar un sentido común. No es censura, por supuesto. No hay un fibrón negro censor. Es una institución de lo social, una forma en que la sociedad se ve a sí misma, y es la más social de las prácticas que se creen individuales. Con esa carga aparecen movimientos como éste. De cajón son originariamente extranjeros, lo que se planta como una barrera que los frikis se complacen en derribar. ¿Cómo? Produciendo, y esto es lo que hace –para los exponentes– que se mantengan en el tiempo y no hayan desaparecido. Esto también –para quien teclea estas palabras– es lo que hace al movimiento friki tan posmoderno. Pero antes de avanzar, se hace necesario darle un marco un poco más claro a lo que implica producir, aunque ya se hayan deslizado algunas cositas.


En ese producir se juegan la relación con la cultura, la práctica individual del señor o señora friki particular y la satisfacción de necesidades de consumo, tan importante en movimientos como éste. En ese producir, para los exponentes, se encuentra la diferencia básica entre movimientos como el friki y otros como las casi desaparecidas tribus urbanas. Los frikis generan, crean, inventan y gestionan ropa, juegos, comics, animaciones, música y eventos. Abren canales de intercambio, donde el que no tiene algo le puede comprar al que si tiene y ya no lo quiere. O se pueden conseguir productos de afuera y las expos lo ponen a la venta. Y aunque parezca una obviedad, esta generación de relaciones tan simple es lo que mantiene y acrecienta la movida. Producen porque se muestran, encarnan su gusto. Esa pareciera ser la gran diferencia entre la estética friki y otras estéticas: el tiempo y el laburo de producción sobre el cuerpo, en la gran mayoría de los casos. Pero hay un punto más intenso en la estética friki, y acá va la bomba para los que desconocen el tema: lo frikis rehúyen a las modas. Su autolectura, al decir de los exponentes, parte de apropiarse de variados productos de la industria cultural. Se apropian y producen,

pero mantienen y acrecientan su esfuerzo más allá de las modas de turno. Complejizan y leen el mundo desde esta apropiación. Y eso tan fuerte que generan, sobre todo los cosplay que con sus disfraces son los frikis más visibles, los ubica en las colina misma de la sociedad del espectáculo. Y esa ubicación deja al resto en un completo offside, ya que si la posmodernidad hace de cada salida a tomar un helado un show televisivo, donde la vestimenta “normal” lleva horas de producción, aquellos que duplican la apuesta y lo explicitan y exageran, son los showpeople por excelencia. Menos caretaje pese a los disfraces. La última baldosa para levantar dejó picando algunas cositas. La pregunta: ¿qué hay de argentino y chaqueño en esta movida al parecer tan foránea? Claudio y Sebastián trataron de darle dos respuestas que en realidad funcionan como marca de caminos sin recorrer, es decir que nos permite afirmar que es difícil argentinizar la cosa todavía. Ambas respuestas son económicas Una, la imposibilidad de producir a gran escala productos locales que satisfagan a cada subcultura friki. Y esto a pesar de que grandes dibujantes e incluso guionistas argentinos trabajan para los sellos editoriales más importantes del mundo. Sin

embargo, no hay un mercado local que pueda sostener producciones nacionales. La segunda respuesta en realidad suena más argentina. Porque tiene que ver con la práctica del friki local. Objetivamente, las barreras a las importaciones reducen o lentifican el acceso. Por eso el friki argentino y más el chaqueño tiene que amañarse, esperar, buscar usados, preguntar en mil lugares, tratar de viajar, etcétera, para lograr un contacto directo con su objeto de deseo. Estética, consumo, cultura y práctica; formas frikis de interpelación al mundo.

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Experiencia fotoCLETA Es el instante en que te sentís en las nubes. La ley natural de los encuentros. Es una familia que disfruta molestar en las calles. fotoCLETA es hermoso, es difícil explicarle a otro lo que es. Delirantes amantes de la bicicleta y la fotografía. Pedalín de fotos. La vuelta de mis pies hacia la libertad. Un colectivo para experimentar, pensar y compartir arte e información valiosa entre pares. ¡Significa abrir tu cabeza! Es el principio del avance que veremos dentro de poco tiempo con respecto a los derechos bicicleteros. Comenzó siendo un espacio de experimentación, ideas y puesta en común sobre diversos lados de la bicicleta; y actualmente se está tornando en un gran grupo que se maneja en dos ruedas. Luz y oscuridad. Magia en el aire. Colección de imágenes. Ritual de hallazgos. Pedalear sin manos de noche, por mi barrio. La fotoCLETA es un lugar sincero, donde todos podemos ser auténticos. fotoCLETA es un viaje. Tiene destino incierto, pero intenciones claras. En abril del 2012, comenzó en el Centro Cultural Alternativo (Cecual) este espacio de participación abierto y gratuito. Desde el primer encuentro, el taller propuso la experimentación colectiva en torno a la bicicleta, la fotografía y la ciudad (ver en la página 22 y 23). A partir de una propuesta de Francisco Corcho Benítez, director a cargo del Cecual, Rocío Navarro y Nuria Fleita Zain pensaron las rutas de diálogo y acción por las que el grupo podría transitar para conocer la relación que nuestra

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sociedad tiene con la bicicleta y lo que este medio revela sobre la identidad personal y colectiva. Desde el inicio, las coordinadoras advirtieron a los integrantes que el espacio se sostendría “a través de la búsqueda colectiva, con las decisiones y aportes del grupo”. Al ser de carácter abierto, muchas personas participaron a lo largo de estos meses en la construcción del espacio. Con la premisa de aprender entre todos, se genera una enriquecedora suma de visiones y aportes que se nutre a medida que cada integrante comparte su trabajo, sus lecturas e inquietudes. Desde el comienzo hasta ahora, fotoCLETA realizó algunas de estas actividades: construcción de una cámara estenopeica con cajas de fósforos y rollos de fotografía; salidas fotográficas grupales en bicicleta; jugó con el azar explorando en bicicleta lugares desconocidos; cada participante buscó imágenes donde apareciera su primera bicicleta; se compartieron escritos y audiovisuales que enamoraban, una y otra vez de la bicicleta. Además, fotoCLETA realizó un experimento urbano en el que tres grupos recorrieron 6 kilómetros en hora pico en diferentes medios: bicicleta, colectivo y auto. De este modo, el grupo buscó conocer qué medio de transporte es más eficiente, saludable y práctico para moverse en la ciudad. El amplio registro fotográfico realizado documenta la presencia y diversidad de ciclistas en

la Resistencia actual. Y este material se mostrará a fin de año con el objetivo de que cada vez sean más las personas pedaleando. En este sentido, en el proceso de mirar la ciudad desde la bicicleta y de identificar grupos como Bicipolo, Masa Crítica y los jóvenes que practican BMX, fotoCLETA también encontró un panorama propicio para convocar a un encuentro y sondear el deseo colectivo de pensar un proyecto de bicisendas. Quizás la organización colectiva haga de Resistencia una ciudad que contemple espacios para alentar a otras personas a subirse a la bicicleta: para un tránsito más seguro y eficaz, para una mejor calidad de vida, para que la calle sea también de los que eligen pedalear.


Experimento en Resistencia

Moverse en bicicleta es igual de rápido fotoCLETA comprobó que desplazarse en bicicleta a hora pico por Resistencia insume igual o menos tiempo que el mismo trayecto en auto o en colectivo. Replicó a nivel local una prueba realizada en Buenos Aires por el Instituto de Transporte y Políticas Sustentables. Así fue que cronometró un viaje desde el Cementerio, con una parada intermedia en la Biblioteca Herrera y desde allí, hasta la parada final en La Fabril. Los dos puntos considerados están a unos 6 kilómetros de distancia. La prueba se hizo el miércoles 13 de julio, un día con viento norte, tierra y calor que no puso las cosas fáciles a los ciclistas. A las 12.35, salieron desde la esquina de avenida Marconi y Padre Cerqueira un equipo de ciclistas, uno de pasajeros de colectivo y otro de personas que se movilizaron en auto. Moverse en bicicleta insumió un total de 25 minutos, lo mismo que en auto (aunque en el primer tramo del recorrido, la bicicleta fue más veloz). Mientras que los pasajeros tardaron 33 minutos en llegar a destino. La opción de movilidad más cara es el auto, que en la distancia recorrida consume cerca de un litro de nafta que cuesta unos $6; y además muchas veces debe pagar estacionamiento. En el mismo trayecto, haciendo una parada, un pasajero de transporte público gasta $5. Mientras que trasladarse pedaleando no tiene costo alguno. Pero además de ser económico, moverse en bicicleta es ecológico y saludable. EL RECORRIDO Pedalearon Romina, Diego y Rocío, saliendo desde el Cementerio a las 12.35. En la posta intermedia realizada en la Biblioteca Herrera, el

Foto: Silvana Ávalos

equipo bicicleta fue el que llegó en primer lugar, a las 12.47, o sea, 12 minutos después de la partida. Un minuto después marcó su ficha el equipo auto y a las 12.52 lo hicieron quienes viajaron en colectivo. En el segundo tramo, para ir por una ruta más segura, el equipo bicicleta optó por una calle de tierra paralela a la avenida 9 de Julio, sin advertir un desvío imprevisto que terminó retrasándolos. Como resultado, llegaron a la pa-

rada final de La Fabril a las 13.01, justo al mismo tiempo en que arribaba el equipo auto. La mayor diferencia de tiempo fue marcada por el equipo colectivo, que fue el que más tiempo tardó en llegar a la parada final, a las 13.12. La distancia recorrida fue de aproximadamente 6 kilómetros: 26 cuadras en el primer trayecto y 34 en el segundo, tardando en llegar al destino final 25 minutos quienes se movilizaron en bicicleta y auto; y 33 minutos para los que viajaron en colectivo. En bicicleta, el costo de traslado fue nulo y aproximadamente 300 las calorías quemadas por cada uno de los participantes, equivalente a un alfajor de chocolate. Además de estas dos ventajas, el uso de la bicicleta también representa un beneficio para el medio ambiente, ya que no emana gases tóxicos. En tanto que los otros dos grupos resaltaron que el tránsito, la velocidad, los semáforos y los bocinazos

se viven como un factor de estrés arriba de los medios motorizados. LO QUE SE VE PEDALEANDO Los rostros de la gente, los aromas de un carro cargado de verduras, las copas de los árboles. La bicicleta es una fiesta para los sentidos, que captan esas pequeñas postales de la vida urbana. Sin embargo, en Resistencia, el placer suele interrumpirse. Durante su recorrido, el equipo de ciclistas de fotoCLETA comprobó que en el centro los automovilistas estacionan en doble fila, reduciendo mucho la calzada. Eso se combina con colectiveros que encierran a los ciclistas obligándolos a clavar los frenos para no acabar contra un auto. “Los colectivos te encierran, es como si no te vieran”, comentó Romina. Además, “los vehículos no respetan la norma de que quien viene por la derecha tiene prioridad de paso, se te tiran encima”, describió Diego. Los ciclistas también coincidieron en marcar que “en las avenidas es donde menos se respeta al ciclista, te pasan a mucha velocidad, muy cerca, casi rozándote”. Y el estado del asfalto tampoco ayuda: “La avenida 9 de Julio parece bombardeada, hay que ir mirando el suelo porque sino podés caerte”, describió Romina. Finalmente, Rocío expresó que en un día de calor como fue el de la prueba “cuando te toca una cuadra con sombra es un regalo hermoso que te hace la ciudad”. Y por eso llamó la atención sobre la “gran cantidad árboles amputados o mal podados” que vieron en el camino. “Hay mucha poda sin sentido”, concluyó Diego. Visitá www.facebook.com/fotocleta

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Maximiliano Fernández

Carla Patricia

Pilu Olivero

Wabi Ojeda

Andrés Silva

Gustavo Insaurralde

María Rosa Díaz


Nuria Fleita Zain

Nano Arasa

Diego Trayo

Marina Campusano

RocĂ­o Navarro

Valeria Elide


Apto para todo público

Defensor de pájaros (

Por Tony Zalazar Ilustración: María Eugenia Kusevitzky

La felicidad, según mi papá, se siente después de haber hecho algo bien, y yo creo que acabo de hacer algo muy bueno. Estoy súper feliz y cuando él vuelva de pescar se lo voy a contar para que también esté feliz, porque él me hizo a mí. Ahora debe estar bajo el muelle, con la línea en la mano, tentando con tironcitos suaves a las bogas, moncholos y armados que hay en el riacho. Ojalá pesque algo y se sienta mejor. Hoy a la tarde, después de que terminé las tareas de mi cuaderno flaco y mientras esperaba el cocido en el comedor, escuché que mi mamá le decía que ya no tire más el pan, que ya no tenemos para darles a los pájaros y que urgente vaya a conseguir algo para comer. Ahí Tito, mi papá, salió triste de la cocina y sin decir nada cruzó a mi lado y se fue para el patio. Tras él un olorcito a tostadas llegó y al ratito mi mamá apareció con el pocillo humeante y un plato con tostadas y mermelada de naranja, de las naranjas que bajé de las plantas de la prefectura y que al probarlas me arrugaron toda la cara con su amargor. Mamá sabe cómo transformarme lo agrio en dulce, y así me hizo la mermelada, pero esto de quitarles el pan a los pájaros me amargó mucho. –Mamá, ¿por qué ya no podemos darle pan a los pájaros? –le pregunté agriado. –Papito, ahora no tenemos mucho pan, tu papá está sin trabajo. Pero no te preocupes que los pájaros comen de todo. Le voy a decir a tu papá que antes de ir a pescar les deje unas lombrices en el patio –me dijo ella y casi volvió a endulzarme. Todas las tardes, antes de ir a trabajar, mi papá picaba pan duro para que los pajaritos enloquecidos bajaran del limonero, de la mora y del eucalipto del fondo… El canto alegre de los pájaros era el mejor regalo que mi papá sabía darme todos los días. Pero hoy no pudo regalarme ese concierto; y yo no pude verlo rodearse de pedacitos de pan y al instante de gorriones, naranjeros y zorzales que lo envuelven celebrando su amistad. Hoy sólo vi cómo papá cortó unas lombrices, las espació en el patio y esperó… y esperó sin que ninguno de sus

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amigos bajara de los árboles. Después, vi que silbando triste se fue para el río. Él trabajaba de mozo en un bar del centro y ahí servía a la gente y recibía propinas de sonrisas o agradecimientos que lo hacían feliz, lo hacían feliz porque el agradecimiento es la confirmación de que uno hizo las cosas bien, y así sabía él que su trabajo estaba bien hecho. “La cara se le ilumina a la gente cuando la tratás bien, y si ves luz en sus caras, esa luz es tuya”, nos dice siempre papá. Los pájaros son agradecidos, por eso cantan, y con su canto nos convidan alegría. Papá nos mantiene alegres como a los pájaros y estoy seguro de que mañana, cuando comamos el pescado, todos vamos a sonreír y a iluminarle la cara con nuestro agradecimiento. Después de que terminé el cocido fui a sentarme en la vereda. Me puse a pensar en cómo ayudar a papá. Mientras trataba de imaginar un milagro vi que Pela y Peti se mataban de risa. “Muere, gigante verdoso”, “Muere, maldito”, decían y le daban machetazos a los matorrales que caían a sus pies. Mamá no quiere que me junte con ellos porque no estudian, y ellos no se juntan conmigo porque siempre están ocupados. Pero parece que me vieron triste y ahí nomás me invitaron a jugar con ellos. Crucé la calle, agarré el machete y golpeé en el centro del matorral, pero ni un yuyo se movió. Era duro ese gigante. “Así tenés que hacer, Piru” me dijo Peti y golpeó en la base del matorral para que los pastos volaran y se doblaran a sus pies. Probé y lo logré. Era divertido. Jugamos hasta dejar limpísima la vereda de don Arismendi. No sé cuántos gigantes habremos tumbado. Miré mi mano y unas lagrimitas ardientes brotaron en la palma, bajo el dedo mayor y el índice; me ardía la mano pero estaba contento. Cuando terminamos de jugar, Pela me dio dos pesos. Yo no entendía por qué me los daba pero “Gracias”, le dije, y salí corriendo al quiosco. “Pan”, pedí por todo y antes de que el sol muriera volví al patio, piqué dos de los cinco panes y los dispuse como hacía papá. Sus amigos todavía no se habían ido a dormir y tímidamente fueron bajando de los árboles. Ca-

minaron a mi lado y pude ver de cerca un cardenal, unos gorriones y un picuí, entre otros pájaros que aún no conozco. Todos cantaron, tomaron con el pico el pedacito de pan y volvieron a sus nidos. Fue hermoso estar ahí. Mi papá se sentirá orgulloso de mí cuando se lo cuente. Ojalá vuelva pronto y traiga los pescados que nos hagan felices.

Tony Zalazar

(Chaco, 1980) es profesor en Letras y ejerce la docencia en colegios de Corrientes. En el 2001 fundó el Taller Literario Ananga Ranga junto a Mario Caparra y Luis Argañarás. Publicó varios libros de poesía, entre ellos Ser de ruido y Quherencia. También realizó las antologías Ida y vuelta, poesía contemporánea de Chaco y Corrientes junto a José Fraguas, Poemas con famosos junto a Alejandro Raymond y “Parrincestos -reescritura poética-”.


Historias locales

Jorge Diel, afecto y ejemplos (

Por Lucas Diel

Cabe preguntarse desde el otro lado: ¿quién fue Jorge Diel? Obviamente las respuestas pueden ser varias considerando su vida multifacética. Pues si uno considera su vida pública podemos pensar en el atleta, el periodista, el político o el médico. Más si se explora su privacidad puede preguntarse por el joven campesino, el Jorge hijo, marido, padre, amigo, y quién sabe cuántos calificativos más. Pero esta última dimensión sería infinita de describir, por lo que nos quedaremos con su imagen pública. En algún momento él me dijo: “Hijo, fui un político frustrado”. Yo creía que hacía referencia a su derrota en 1992, o mejor dicho, a cuando en 1992 se había postulado para intendente por el Partido Socialista (PS) pero entró como noveno concejal y no pudo concretar prácticamente ninguna acción en el Concejo, por lo cual renunció. O también pensaba que podría haber hecho referencia a cuando se postuló mediante el convenio de “la Alianza” y el PS en 2001, vaya año, donde hubo una escalera de renuncias y cuando él quedó como intendente durante algunos meses, tuvo que renunciar debido a problemas de salud generados por el estrés diario. Sin embargo, quizá no se refería a ninguno de esos dos “fracasos”, si le cabe el término. Sino a lo que él denominaba simplemente “capacidad de gestión”. Luego entendí algunos ejemplos que me proponía como “buen político”. Es decir, se requieren ciertas capacidades naturales, cierta personalidad innata o construida que permita ser diplomático hasta en momentos de plena puja y desacuerdo, con la posibilidad de ceder a veces hasta en cuestiones que a uno lo derrumbarían en su ideología, en pos de las concesiones mutuas que deberían darse en los parlamentos o consejos municipales. En síntesis, mentaba él que un idealista político (como muchas veces se denominó) duraría poco en política por no renunciar a sus principios, o se llevaría una terrible enfermedad… En fin, para contarlo brevemente, mi padre formó parte de la organización llamada “multipartidaria” entre el 1980 y el 1981. A partir de 1983 se abren las campañas políticas y es candidato todos los años por el PS, que en

In Memoriam

ese momento era comandado por el Dr. Rossi (quien de alguna forma fue su padre político), el Dr. Rosciani y E. Siri. En 1992 entra en una banca como noveno concejal en el municipio de Barranqueras, donde en ese entonces tenía la intendencia el peronista Villaverde. Dura poco (por razones que no valdrían la pena comentar), hasta que renuncia. Luego, en 2001 el PS forma parte de “la Alianza”, que triunfa en Barranqueras con Daniel Gaborov como intendente y él como presidente del Consejo y luego, tras la renuncia de Gaborov, le queda tomar la intendencia, a la que termina renunciando nuevamente. Fueron momentos duros e insalubres de su vida, quizá por eso se refería con recelo a su paso por la política. En cambio, cuando él me contaba sobre el oficio de ser periodista, su rostro cambiaba debido al agrado que siempre le causó. Así como señalaba el enorme esfuerzo que significaba el día a día del trabajo periodístico, me hacía notar que cuando alguien está apasionado con esa profesión hasta se podría olvidar de su mismísima vida privada. Así, se lamentaba demasiado al ver en la televisión individuos con la máscara de la profesión, dando vergüenza ajena en el aire. Mi padre comenzó su carrera periodística en 1978 en Radio Chaco, cuando Eduardo Rubén Ferreira le da el acceso a la misma considerando sus dotes para el periodismo deportivo. Dos años más tarde ingresa a Canal 9 para fundar, con Jorge Altamirano, Depor TV, un programa televisivo que duró más de 10 años, una muestra en profundidad de los sucesos deportivos de toda la región. Posteriormente siguió con flashes deportivos en el noticiero y notas de interés general. También estuvo inmiscuido en el periodismo político con el programa Teléfono abierto, donde la gente llamaba y opinada sobre la realidad política y se abrían debates dentro del estudio con algunos panelistas. Cabe aclarar que el conocimiento y memoria de las cosas que mi padre hizo son extremadamente acotados. Pero creo que he mencionado al menos lo más importante. Aunque sigo creyendo que su mayor pasión fue la medicina. Entablábamos conversaciones infinitas sobre enfermedades, procesos y medicamentos.

Amaba a sus pacientes y les explicaba paso por paso los rasgos de sus enfermedades. Aborrecía la consulta express, es decir, para estar al tanto de la situación de una persona se necesita como mínimo 40 minutos. Trabajó con sus pacientes hasta los últimos días del cáncer que se lo terminó llevando, para mí era asombroso cómo se preocupaba por ellos. Es decir, pensaba en la disminución de su egoísmo, al notar que no le importaba que le quedaran pocos días de vida, y sin embargo se apasionaba de la misma manera como cuando comenzó a trabajar de médico. Eso hace que me haya llenado de orgullo, afecto y ejemplos para continuar en esta vida.

Jorge Diel

Foto: Rocío Navarro

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Diversidad

Somos iguales, pero diferentes El Estado regula e interviene la sexualidad de la población, permitiendo o prohibiendo, integrando o excluyendo. A partir de la legalidad del matrimonio igualitario y la identidad de género, Argentina cambia el paradigma impuesto por un modelo social (y sexual) que presupone roles establecidos de acuerdo a sus determinaciones biológicas de hombre o mujer. Esta legislación reconoce a todos y todas en un marco de igualdad sin precedentes. Aquí, algunas voces que nos ayudarán a pensar el desafío de la diversidad en el Chaco. Ilustraciones: Sebastián Curuchet

Avanzar en el camino de la igualdad Por Darío Gómez Delegado del Inadi Chaco Hasta hace poco tiempo atrás no se hablaba de la implementación de políticas públicas que visibilicen temáticas de diversidad, y hasta formaban parte del tabú social. Según el Plan Nacional contra la Discriminación, el propio Estado es el principal discriminador y, asumiendo eso, el mismo Estado es el responsable de generar las iniciativas para poner en discusión y ver la manera en que se avanza en este camino de la igualdad que no es otra cosa que las buenas prácticas de Derechos Humanos contra la discriminación. Hay un antes y un después a partir de la sanción del Plan Nacional contra la Discriminación que en 2005 salió por decreto del presidente Néstor Kischner. Por eso, después de tres años de preparación en un amplio recorrido por todo el país con un equipo de expertos que trabajaron con referentes de organizaciones civiles; en estos últimos 7 u 8 años podemos pensar en una nueva Argentina. Si se implementan esas 250 recomendaciones llegaríamos a una sociedad con plena igualdad o lo más parecido a ese concepto, si es que existe. El documento surge pensando en años de trabajo, lucha y reclamos. La valoración de los Derechos Humanos como política pública y la concreción de ese plan empezó apropiándose de las demandas de la sociedad civil y a transformarlas en políticas públicas a través leyes y decretos, como por ejemplo el cambio del feriado del 12 de octubre, la modificación de la Ley de Educación, etc. En el tema que nos ocupa, hay que resaltar el acompañamiento del Estado al reclamo de

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las organizaciones que venían trabajando en la demanda de matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género. Luego de este corto período en el avance de normas de igualdad, lo central no es la norma en tanto conocimiento de derecho sino la manera en que se hace efectiva la implementación de la norma en la vida cotidiana sin la cultura discriminatoria en esta sociedad con una matriz cultural de más de 500 años.

Soy parte de la igualdad Por Úrsula Sabarece Activista LGTB Trabajo en la temática de la diversidad sexual. Yo soy parte de esa diversidad, como somos todos y todas. Desde el 2003, Argentina comenzó el camino de la construcción y la transformación de la mano de Néstor Kirchner. Algunos no nos dimos cuenta que ese camino estaba en marcha desde el Estado nacional y en cierta medida también en el ámbito provincial ya que por ejemplo se abren las puertas de la Casa de las Culturas. Creo que es un gran avance como sociedad y debemos celebrar. Nunca imaginé ver la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, legislación que coloca a muchas familias en un lugar del derecho personal insertando jurídicamente a todas esas familias homoparentales que siempre existieron y seguirán existiendo en Argentina. Luego, la aprobación de la Ley de Identidad de Género, un logro muy importante porque es un reconocimiento del Estado hacia la identidad que se construye día a día, una reivindicación que inserta socialmente a estas personas. Siempre, el imaginario hace pensar al colectivo trans al margen de todo y haciendo

exclusivamente trabajo sexual. Tenemos que seguir trabajando en estos temas para tener a estas personas insertas en lo laboral, pero especialmente en la educación y en la salud. Estas cuestiones de diversidad tienen que ser concretas y posibles. Estoy muy feliz de ser protagonista y testigo de este marco político histórico, vivir esta nueva historia argentina y ser parte de ella. Muchos años estuvimos en la batalla de conseguir derechos; muchas leyes aprobadas para mejorar como sociedad y vivir dignamente. Estamos trabajando en la igualdad, yo soy parte de esa igualdad. Y quiero que todos nos veamos como somos, seres humanos y personas; sin ver lo diferente que somos, porque todos somos diferentes, nadie es igual al otro y todos tenemos alguna particularidad, por eso somos diversos. Es muy emocionante que estemos tratando de vernos como una sociedad más igual, ver a los otros con los ojos del corazón y no guiados por prejuicios.

Debería estar prohibido lo injusto Por Silvia Robles Presidenta del Instituto de Cultura Es difícil sostener un discurso argumentativo cuando hay mucho corazón en los testimonios de vida de los protagonistas de la diversidad. Hoy, está absolutamente claro lo que se consiguió, lo que se construyó y lo que se está trabajando; además, admite mucho protagonismo, mucha historia de lucha, de dolor y de discriminación. De repente, tener la posibilidad de estos aires de libertad y que se hable en términos de reparación, realmente nos hace sentir mejores seres humanos a todos los que estamos vivien-


Diversidad

do esta etapa y, de alguna manera, intentando construir sociedades más ideales, más respetuosas, más diversas, más plurales, más democráticas, más dignas. Sin dudas, una política de Estado se construye entre todos, no únicamente con la voluntad política que es imprescindible de quienes circunstancialmente administran el Estado. Tenemos el privilegio de estar viviendo esta etapa de profundo trabajo para conseguir espacios de mayor justicia; y que además se haya incorporado a esta construcción un pensamiento plural, y con vientos de libertad nunca vividos. En este país hemos tenido etapas de justicia, etapas de resistencia y lucha; hemos asumido (durante procesos históricos del avance popular) la justica social como una de las banderas centrales pero siempre nos faltó la libertad. Fue un aprendizaje conjunto durante todos estos años y que está directamente vinculado a las resistencias y las luchas de compañeros y compañeras que resistieron y en tiempos terribles dijeron “acá estamos, esto somos”. Desde el Estado se están haciendo cosas, se están generando instrumentos pero también nos toca dar una batalla definitiva. La cultura en su más amplia acepción tiene que ver con los sentidos que le damos a nuestros modos de vivir en comunidad, tiene que ver con nuestras prácticas sociales, con nuestras lógicas y cómo nos entendemos. Hoy por hoy, la gran batalla cultural que nos toca librar es en el corazón y en la cabeza de los argentinos. Tenemos una batalla que librar todos y cada uno de nosotros, en nuestra familia y en nuestros grupos sociales; pero también exigiéndole al Estado que genere los instrumentos y las sanciones. No sólo debe haber consejos, leyes y denuncias sino también sanciones. A veces, uno dice que no son prácticas para el mundo de la libertad y en el mundo de la pluralidad, pero la verdad que lo único que debería estar prohibido es preferir lo injusto, aquello que agravia. Vamos a poder terminar de librar esas batallas cuando la afrenta pública se convierta en conciencia de la ignominia y actuemos desde las entrañas. A esto tenemos que convocarnos, debemos exigirlo cotidianamente y, sin dudas, denunciar la discriminación. Estamos en un momento histórico de dar las batallas definitivas para que efectivamente como sociedad, y desde el llano, garanticemos lo que hoy son políticas públicas que promueven la posibilidad de la igualdad.

Lo personal es político Por Guadalupe Arqueros Militante feminista ¿Cómo sería una sociedad más igualitaria? Una sociedad sería más igualitaria sin violencia. Tenemos una sociedad donde la violencia física, la muerte, tortura y el asesinato de mujeres es la punta de un iceberg porque hay una superficie escondida que tiene que ver con otras violencias: simbólicas, económicas, la violencia de burlarse de lo distinto que se reproduce en los medios y la anuencia de la gente que miramos esos programas, que leemos esos chistes y que nos reímos. Todo eso es el iceberg escondido para que se produzca una violencia contundente contra las mujeres y también contra otros integrantes de colectivos oprimidos no minoritarios como son los grupos LGTB. Trabajar eso y que sea visible sería una sociedad más igualitaria para nosotras y para nosotros. Otro factor para una sociedad más igualitaria sería que no haya estereotipos rígidos, donde todas y todos podamos elegir la forma en que queremos vivir nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestras prácticas, nuestras elecciones y nuestras educaciones; sin ser juzgadas ni juzgados por no entrar en un corset rígido de lo que hay que hacer y lo que no se puede hacer, por ejemplo a determinada edad porque la discriminación etaria también es una forma de discriminación. Otra característica fundamental que tendría que tener una sociedad más igualitaria es agentes del Estado formadas y formados para trabajar con las nuevas situaciones. Es decir, no sólo trabajar en Educación sino también en el Poder Judicial para poder tener secretarias y secretarios, jueces y juezas que puedan contener y detectar las discriminaciones. Una sociedad con igualdad sería aquella que tenga visibilidad de los colectivos minoritarios en la repartija del poder; porque la mujeres no son un colectivo minoritario pero si lo son en el acceso a los lugares de toma de decisión. Todas nuestras decisiones personales y nuestras elecciones están atravesadas por variables políticas que parecen muy individuales y que uno las elige libremente pero en realidad, la política en tanto juego de poderes está metida en todas nuestras situaciones, incluso hasta en las más intimas. El desafío es pensar eso, hacerlo visible y discutirlo.

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Historias locales

Víctor Palma, de la A a la Z De notas, libros, entrevistas televisivas, sintetizamos un abecedario de dichos y decires de Víctor Palma, el boxeador tigrense campeón mundial de Super Gallo, inolvidable “cuando punteaba con el jab y pegaba todo lo duro que su mano y su alma se lo permitían”. También un hombre pensante.

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Por Mano Dura Ilustraciones: Sebastián Curuchet

A GOLPES “Mi madre sufría muchísimo, pero estaba enamorada de ese monstruo. Cuando tenía ocho años, vi por primera vez una pelea en la TV y me puse a pensar ‘sólo así puedo cagar a piñas a mi viejo y salvar a mi mamá’, pero siempre fui un cagón. Yo soy un cagón, José María Gatica era un cagón. Los dos somos hijos de padres golpeadores. Recibimos los golpes que le daban a nuestras madres en primera persona, desde el vientre, y al nacer, esa situación inconscientemente recae en nosotros”.

BOX “El recuerdo que tengo del boxeo es que era algo muy prestigioso. Los boxeadores eran superhéroes. Me fascinaba la audacia que tenían para resolver los problemas con habilidad y fuerza”. CAÍDA “Me enseñaron que cuando te caes al suelo, tenés que hacer que perdiste algo, levantarte y seguir adelante”. DESTINO “A los 15 años, cuando vivía en Bernal Oeste, provincia de Buenos Aires, tenía de vecino a Néstor Ibáñez, un púgil profesional. Pasaba horas espiándolo. Un día, venciendo los miedos y la timidez, fui hasta su casa y le pregunté cómo podía hacerme boxeador. Él me indicó un colectivo para ir al estadio Luna Park y sugirió que preguntara por Santos Zacarías, que era un buen entrenador. Entonces empecé a practicar boxeo y me independicé. Trabajaba como cadete en el barrio de Once”. ESPERANZA “Vivo esperanzado y no extraño el pasado, que tuvo momentos tristes y momentos buenos. Y en una gama más opaca el presente también los tiene. Pero todo sigue igual. Sigo viviendo con esperanzas: mi esperanza de morirme tranquilo, sin generar problemas a nadie. Y mi anhelo de ser útil a los demás, al menos a los propios”. ELECCIÓN FORZADA “De chico jugaba al fútbol, pero me lo tomaba como algo

personal cuando no me la pasaban, entonces me dediqué al boxeo para estar solo”. FE “La pelea más importante de mi vida fue una pelea que perdí. Era mi primera pelea por un título del mundo, en Colombia. Todo el tiempo supe que iba ganando, pero también sabía que la pelea se la iban a dar a mi rival. Cuando terminó, supe que le iban a levantar a él la mano, pero también supe que yo era el nuevo campeón del mundo. Sucedió tal como yo creía. Y entonces aprendí a creer en mí”. GUSTO CON SARNA NO PICA “Se dice que este deporte es un sacrificio. Mentira, es algo que hacemos porque nos encanta. No boxeamos por plata, sino por reconocimiento, pasión y hasta por un poquito de amor”. HUMILDAD “No tuve mucha capacidad, ni como periodista, ni como cantante. Aun así, me defiendo dando alguna clínica sobre boxeo, colaboro en diarios deportivos cuando me lo solicitan y sigo viviendo de Sergio Víctor Palma, el boxeador”. IRONÍA “El dinero es un buen justificativo para que la familia te permita perder el tiempo en lo que te gusta. Sino, te dicen que vayas a laburar”. IDENTIDAD “Una persona que se jubila se convierte en jubilado, pero cuando lo hace un deportista ¿qué es? Es muy duro ir por la calle y escuchar a un padre que le diga al hijo: “Mirá ese que va allá era un boxeador… ¿cómo era? Yo me sigo considerando boxeador a pesar de no pelear más”. KO “Después de que le gane no va a tener ganas de volver a subirse a un ring”. (Previo a nokear a Leo Randolph en el quinto round y conquistar el cinturón de Campeón Su-


Historias locales pergallo de la AMB. Su contrario se retiró luego de la pelea, con tan sólo 22 años). LIBERACIÓN “Entre ponerse triste y enojarse, prefiero enojarme. De tristeza te morís. De bronca matás. Prefiero que te agarre bronca y le quieras romper la cara a los que hablan estupideces”. MORIR “Entre perder una pelea y morir, a los boxeadores siempre nos queda más cerca morir, así que te imaginarás… El mundo, además, está lleno de muerte, de muerte inútil, absurda. La mayoría de la gente se muere de una enfermedad que se cura con un sanguche de mortadela”. ORGULLO Y PERTENENCIA “Cuando Monzón decía “estea” o “haiga” todos se reían de él. Pero en ese caso estaba bien dicho, porque el hombre era orgulloso y seguía hablando como hablaba su gente”. PREMIOS “Alguna vez aparecerá. Pero a mí no me interesan esos premios. Son más una ofensa a lo que pretenden representar que un homenaje”. (Tras dejar olvidado en un programa de TV su cinturón de campeón que nunca volvió a encontrar). PANORAMA “En las primeras épocas los boxeadores eran milagrosos, de una calidad impactante, aunque no hubiese gente que supiera enseñar boxeo. Estamos viviendo décadas muy tristes. El boxeador es basureado y el gran público no conoce a los boxeadores. Es muy difícil vivir de esto, es como una lotería. No obstante, el boxeo es tan inconfundiblemente popular que hay trasmisiones de TV y tienen rating”. PEDAGOGÍA “La verdad, me importa tres pepinos que un pupilo sea buen deportista, lo más importante es que sea buena persona”. RECETA “No se puede vivir siendo lo que fuiste o lo que eras, eso es algo fundamental para enseñarle a cualquier chico en formación, tiene que haber un duelo, pero hay que saber que tiene que encenderse una mecha después para seguir adelante con otra cosa”. SED DE JUSTICIA “Descubrí el boxeo a los cinco años, cuando vivía con mi mamá en el barrio de Caballito, en Buenos Aires. Ella trabajaba como empleada

doméstica y compartíamos el cuarto de servicio. Todavía no conocía a mi padre, pero el recuerdo que había dejado en mi familia era tétrico. Estuvo preso por peleas callejeras y por asesinato. Cuando vi a los pugilistas pelear con total valentía, pensé que si me hacía boxeador podría enfrentar a mi padre”. SABIO “Cuando me levantaron la mano y me gritaron que era el campeón era todo euforia, era algo que parecía eterno, pero en realidad fueron sólo diez segundos donde me sentí en paz con todo el mundo, pero la realidad es que no había llegado a ningún lado, no había ayudado a nadie, sólo me ayudó a buscarme otros objetivos”. SUBESTIMACIÓN “Era algo horrible, me decían ¨Qué lindo grado cultural que tenés para ser boxeador¨. ¿Cómo para ser boxeador? ¿Y cómo saben cuál es el grado intelectual de los deportistas?” (El “boxeador culto” era un epíteto común de los periodistas de la época para nombrar a Palma, algo que lo irritaba mucho). TÁCTICA “Decían que los rivales me pegaban mucho, pero si el otro me golpeaba y yo acompañaba el impacto para disminuirlo y mientras él recogía su mano, yo volvía con mi puño y él seguía allí, eso a mí me servía. Me pegaron mucho más los periodistas que mis rivales, pero si parte del impuesto era que la prensa creyera que yo había recibido el golpe, no me importaba”. UN GRANDE “Tengo guardados trofeos, cuadros y medallas que gané, otros me los robaron, otros los doné; la verdad no me interesa donde estén, porque lo que importa es que dejen un mensaje o sirvan como ayuda para otra personas, por eso valoro más que los tenga otro y no yo”. (El título de campeón mundial de la AMB de 1980 está guardado en un museo chaqueño). UMBRÍO “Es una fachada la potencia y dureza del boxeador; son para no mostrar esas dolencias y miedos al aire libre. El que boxea, lo hace para que los otros lo vean valiente, pero en realidad no lo es”. VERDAD “Le esquivé a la muerte porque sé pelear”.

YAPA “Toda mi vida luché por significar algo, eso me permitió crecer, de lo cual estoy muy contento. Pero me falta un poco más, me di cuenta que disfruté cosas muy lindas, pero me gustaría seguir haciéndolas, hasta que el ‘flaco’ diga basta”.

El campeón, con la guardia alta Nace el 1 de enero de 1956 en La Tigra. Una infancia dura, con un padre golpeador y pendenciero, la madre que lo abandona y su partida/ huida a Buenos Aires. Se lo ve adolescente incursionando en el boxeo. A los 15 años, vive en Bernal Oeste, Buenos Aires. Su vecino es Néstor Ibáñez, un púgil profesional. Se pasa horas espiándolo. “Un día, venciendo los miedos y la timidez, fui hasta su casa y le pregunté cómo podía hacerme boxeador. Él me indicó un colectivo para ir al estadio Luna Park”. Así lo hace y conecta con Santos Zacarías, un buen entrenador de boxeo que hace de Víctor Palma su pupilo. Debuta de manera profesional el 15 de enero de 1976 en la ciudad de Pergamino, se enfrentó a Raúl Gómez. El 15 de octubre de 1977 se consagra Campeón Argentino Supergallo tras vencer a Arnoldo Agüero en el Luna Park. El despegue definitivo llega el 19 de mayo de 1978 cuando gana el Campeonato Sudamericano de la categoría, venciendo a Hugo Melgarejo. El 9 de agosto de 1980 llega a Spokane, ciudad de Estados Unidos cercana a Canadá, para conquistar el cinturón de Campeón Supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo ante Leo Randolph. Lo logra en el quinto round, cuando lo derriba para siempre, ya que tras esa pelea Randolph se retira del boxeo. Un detalle: fue el primer boxeador en obtener el título en EE.UU. Defiende exitosamente el título mundial en cinco oportunidades y lo pierde por puntos en Miami frente a Leo Cruz el 12 de junio de 1982. Llega hasta el 15º round, derrotado pero de pie. Gana el Olimpia de Oro en 1980. Se retira con un record de 52 peleas ganadas. 21 por knock out, 5 empates y 5 perdidas. Una persistente lesión en la mano derecha lo retira del boxeo en 1990. Se aleja de los cuadriláteros, pero se acerca al periodismo deportivo, devenido analista de lujo. A fines del 2004 un accidente cerebrovascular afecta su tronco encefálico. Se derrumba en el gimnasio del “Bocha” Martinetti, donde trabaja. Se recupera. Da clínicas de boxeo, incursiona en la poesía y la música. Pertenece a una generación y a una época dorada del boxeo argentino mundial. Monzón, Galindez, Locche y Palma, son de esta legión.

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Una historia del teatro chaqueño para preservar nuestra identidad cultural Este año se publicó el libro Historia del teatro en Chaco (1900-1967). A continuación, su autora nos cuenta sobre su gestación y contenido.

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Por Mirna Capetinich Profesora en Letras Investigadora y crítica teatral

Hace varios años, en una reunión organizada en la Casa de la Cultura de Presidencia Roque Sáenz Peña en homenaje a los pioneros del teatro saenzpeñense -y luego de haber recitado el poema “Reír llorando” que el mexicano Juan de Dios Peza compusiera inspirado en el famoso actor británico Garrick-, decía el actor y director chaqueño Carlos Canto: “Todavía, en el Chaco falta que escriban nuestra historia teatral para que no se pierda”. En efecto, aludía entonces a la carencia hasta el momento de un libro que recogiera la actividad teatral chaqueña, que diera cuenta de su proceso y su devenir. Yo había concurrido a esa reunión interesada justamente en conocer figuras y hechos del pasado teatral local, porque además estaba incursionando en el estudio del teatro desde la teoría, el análisis de textos dramáticos y la actuación. Cuando oí esas palabras, me impuse a mí misma el desafío de indagar y algún día escribir acerca de esa historia que estaba faltando. Pasó el tiempo y finalmente llegó ese día. Luego de una búsqueda minuciosa y ardua de testimonios y documentos en diversos archivos oficiales y privados, y de su lectura analítico-crítica, conseguí sistematizar y periodizar la historia del teatro chaqueño del siglo XX, fundamentalmente destinado al público adulto y representado en diversos escenarios. Y es lo que reúne mi Historia del teatro en Chaco (1900-1967), enmarcada desde 2001 además en un macroproyecto sobre historia del teatro en las provincias argentinas, encarado y dirigido entonces por Osvaldo Pellettieri y el Grupo de Estudios del Teatro Argentino e Iberoamericano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. APORTES QUE OFRECE ESTA HISTORIA En principio, se compone de una extensa cronología de obras y hechos teatrales chaqueños desde 1906 a 1967 y analiza la labor de diversos elencos teatrales (cuadros filodramáticos, cuadros de aficionados, teatros de arte, vocacionales, independientes y experimentales) que

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fueron desarrollándose en distintos puntos del territorio chaqueño a partir de la década del ´10 y hasta la década del ´60. Ofrece incluso una propuesta de un modelo de periodización del teatro chaqueño del siglo XX. A continuación, algunas reflexiones conclusivas que contiene el libro y que sirven para explicar el devenir teatral chaqueño: - La actividad teatral chaqueña tiene sus atisbos a comienzos del siglo XX, en la capital. Los primeros registros datan de 1906, pero es recién una década después cuando surgen elencos de aficionados con más continuidad y estabilidad y se inaugura uno de los más históricos teatros del Chaco, El Olimpo. La Agrupación Artística es uno de los elencos pioneros de Resistencia que evidencia afición por el teatro y su fomento. Paulatinamente, y a medida que va desarrollándose la esfera pública en las localidades del interior del territorio, surgen otros cuadros filodramáticos o de aficionados. - Por lo tanto, estableciendo una periodización en función de la amplia cronología de hechos teatrales locales relevados, puede precisarse que hay un Primer Período (1900-1941) compuesto por dos fases: una más incipiente e intermitente (1906-1916) y otra más continua o estable (1916-1941). Hasta aquí sólo puede hablarse de la Gestación de un protocampo teatral, ya que aún no existe un campo teatral chaqueño definido, pues priman la inestabilidad e intermitencia en los agentes teatrales locales (actores, elencos, salas, dramaturgos, obras en cartel). En la segunda fase se da un desarrollo más diversificado de la labor teatral, sobre todo en el interior. El teatro se constituye en una elección de distintas comunidades inmigrantes y criollas para preservar sus tradiciones, lenguas, costumbres, creencias y expresar sus nostalgias, ideales y sueños; se convierte así en un factor de nucleamiento (familiar y social), de entretenimiento, progreso y elevación espiritual, además de responder en ocasiones a alguna función benéfica o so-


Historia del Teatro

Tirso Couto Soriano caracterizado, actor y codirector de la Agrupación Artística de Resistencia vigente desde 1916. Colección Mercedes de Beveraggi.

Lešetinský kovář (Herrero de Lesetín), s/d autor. Elenco Unión Checoeslovaca de Sáenz Peña. Dirección Juan Trojánek. Colonia Pampa Florida, 1925. Archivo Museo Juan Osicka, Unión Checoeslovaca Social, Cultural y Deportiva.

Carlos Hugo (o Ugo) Kali caracterizado, actor y director del Cuadro Filodramático Pablo Podestá de Puerto Tirol (década 1920) y del Conjunto Teatral de Colonia Baranda (década 1930). Colección E. Kali.

lidaria. El radioteatro, el circo y las numerosas compañías teatrales (prioritariamente porteñas, españolas e italianas) estimulan la labor del circuito de aficionados arraigado en distintos puntos geográficos, inclusive en campos, parajes o zonas muy alejadas de las urbes. La escuela y otras instituciones sociales, asociaciones y clubes culturales juegan un rol fundamental para impulsar actividades teatrales en el marco de festejos, celebraciones o aniversarios patrios. Paralelamente, el nacimiento progresivo de teatros convencionales, durante mediados de los ´20 y los ´30, en Presidencia Roque Sáenz Peña, Puerto Tirol, Charata, Villa Ángela, Barranqueras, General Pinedo y Resistencia, contribuye a albergar a compañías foráneas pero también a generar en la población local deseo de ligarse al arte teatral. - Es notable la diversidad de espacios físicos en los que se eligió representar a lo largo del tiempo, otra huella de lectura posible para dilucidar estéticas y poéticas teatrales identitarias chaqueñas, tanto como para advertir los distintos públicos y su recepción de los espectáculos. Cabe resaltar que las creaciones de los primeros edificios teatrales del período territoriano (previo a 1951) y las primeras salas independientes luego de la provincialización generalmente surgieron por iniciativas personales y privadas, a excepción de ciertos casos de cooperativas o auspicios de políticas oficiales nacionales. - Otro de los aspectos por destacar es que durante las primeras décadas del siglo XX, los espectáculos teatrales forman parte de veladas artísticas que, además de teatro, ofrecen números musicales, dancísticos y recitados poéticos (sobre todo folclóricos), para luego terminar con un baile social. Y muchas veces los mismos músicos, recitadores, cantantes o bailarines son los propios actores de las obras, e incluso participan en radioteatro. Estos hechos revelan el oficio actoral y demuestran las múltiples facetas y dotes artísticas de los actores y actrices de esa época. - Los textos dramáticos predominantes durante el Primer Período responden a sainetes, sketchs, brochazos sentimentales, revistas, comedias y dramas. Por lo general (salvo producciones de elencos de colectividades extranjeras que priorizan textos dramáticos o cómicos de su lengua de origen), se enmarcan dentro del género chico del teatro porteño premoderno. Las puestas en escena son ortodoxas al texto dramático, transparentes, sin ambigüedades. Hay preocupación por representar, en principio, obras que hagan reír al público. También prevalecen las obras costumbristas o gauchescas, sobre todo en parajes, colonias y pueblos.

- En el Segundo Período (1941-1967) se afianzan los elencos de aficionados y se gestan teatros de arte, experimentales, vocacionales e independientes, que asumen el oficio teatral con mayor compromiso, aunque aún no se instaura una profesionalización de la actividad. Sin embargo, se puede hablar de una Prefiguración del campo teatral chaqueño, pues ya hay agentes teatrales locales de mayor permanencia que van generando un campo teatral que logrará institucionalizarse en décadas subsiguientes. El circuito independiente surge en adhesión, además, al movimiento del teatro independiente expandido por todo el país en los ´50. Y dados los textos nuevos (modernos) que aparecen en la serie teatral chaqueña respecto del anterior período, puede categorizarse a este subsistema o período como Primera Modernidad. También aparece en 1965 el circuito oficial universitario a partir de los primeros pasos teatrales de estudiantes de Literatura Española en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste, creada en 1957. Los textos dramáticos de este período responden, fundamentalmente, a textos porteños y europeos modernos y contemporáneos, con algunas remanencias -sobre todo en las producciones de elencos del interior- de textos premodernos y clásicos porteños. - Se nota, asimismo, por diversas fuentes periodísticas o archivísticas, que lentamente existe un mayor reconocimiento social (de la prensa y el público en general) ante los trabajos meritorios de elencos, o ante errores o estancamientos de la comunidad teatral chaqueña. El apoyo de la comunidad hacia los elencos teatrales de aficionados, vocacionales e independientes de diferentes períodos se refleja en los diversos auspicios y adhesiones de casas comerciales e instituciones varias que figuran en afiches y programas de mano de sus espectáculos. Evidencia contundente para analizar, desde un punto de vista semiótico y sociológico, sus modos de gestión en la producción de sus espectáculos, y la relación entre teatro y sociedad. - Por otro lado, a mediados del siglo XX, la provincialización del Chaco provoca un desarrollo lento pero progresivo de sus instituciones. El Estado provincial, antes ausente, ahora genera políticas culturales de fomento y expansión de la labor teatral. A fines de los ´50, a partir de la Dirección de Cultura de la Provincia -disuelta luego en 1963, pero retomada a fines de los ´60 y convertida en Subsecretaría de Cultura más tarde- y su contacto con la Secretaría de Cultura de la Nación, o Secretaría de Extensión Universitaria de la UNNE, se promueven diversos cursos, conferencias o seminarios sobre teatro con destacados elencos

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Historia del Teatro

Tierra extraña, de Roberto Vagni. Teatro del Pueblo. Dirección Ángel Riquelme. Mención Honorífica en Tercer Certamen Nacional de Teatro No Profesional. En escena: Nardo Miller Rocha (Alberto), Eduardo L. Velárdez (Doctor Romero), Alejandro Mauri (Leocadio), Augusto Montenegro (Rudecindo), José Nicolau (comisario) y Ángel Riquelme (Ireneo). Teatro Nacional Cervantes, Buenos Aires, 1953. Colección A. Gaña, Archivo F. de las Mercedes.

Fin de semana, de Noel Coward. Teatro Experimental de El Fogón de los Arrieros. Dirección Francisco Javier. En escena: José Banti (Richard) y Linda Banti (Judith). Primera puesta circular en Chaco en Jardines del Club Social de Resistencia, 1955. Archivo El Fogón de los Arrieros.

Pedido de mano, de Antón Chéjov. Teatro El Tablado. Dirección Poen Alarcón. En escena: Armando Llanos, Aída Bertoni. Teatro Sep, Resistencia, 1960. Colección Aída Bertoni.

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independientes y profesionales expertos de centros más avanzados del país. Todo lo cual contribuye innegablemente a la mejor formación de actores y desarrollo de la conciencia del oficio teatral. El Teatro del Pueblo de Sáenz Peña, el Teatro del Fogón y El Tablado son tres exponentes con mayor trayectoria y continuidad de la proyección del movimiento teatral independiente de los años ´50 en el Chaco. Aunque, cabe aclarar, estaban constituidos en su mayoría por profesionales no plenamente dedicados al oficio teatral, por lo que estaban sujetos a veces a ciertas intermitencias. Probablemente, entre el Teatro del Pueblo y El Tablado haya existido mayor afinidad en cuanto a la elección de textos dramáticos y postura ideológica, en el sentido de hacer teatro para el pueblo y por el pueblo, rescatando las obras clásicas universales y del teatro moderno argentino, tanto como las que revalorizaran el costumbrismo o el amor al terruño, según se propulsaba a través de muestras de teatros vocacionales, desde el oficialismo a nivel nacional. En tanto que la filosofía del Teatro del Fogón, si bien se apoyaba en la filosofía del teatro popular francés -por el acervo que transmitían sus directores, especialmente, su directora Hilda Torres Varela-, se proponía experimentar y montar obras fundamentalmente europeas o norteamericanas de vanguardia, destinadas principalmente a un público culto y acostumbrado a la dinámica cultural y artística innovadora de El Fogón de los Arrieros, institución que lo albergaba. - En otras ciudades del interior prevalecen los grupos vocacionales, caracterizados por su afán de ofrecer funciones a beneficio de cooperadoras o instituciones de bien público, y con una trayectoria más acotada. - Si bien existen algunos vestigios de dramaturgia local tanto en el primer como en el segundo período, no implican un cambio sustancial en la serie teatral, ni innovaciones en el discurso teatral. De modo que recién comenzará a desarrollarse más profundamente -según se anticipó en el modelo de periodización del teatro chaqueño propuesto- en el Tercer Período (1967-2000). - A partir de los ´50, hay una mayor concienciación del sentido de hacer teatro, y varios directores de teatros experimentales o independientes teorizan o reflexionan sobre problemáticas que atañen al desarrollo teatral local: la falta de salas, de escuelas de formación; la imposibilidad de permanencia en el tiempo de obras y elencos debido a la falta de profesionalización de la labor; y la elección de los textos, entre otras. - En otro orden, hay que destacar además que en 1955 el Teatro del Fogón ofrece lo que

sería la primera puesta circular en la historia de las representaciones teatrales chaqueñas. Y eso implica un hecho de avanzada cultural, si se considera que en Buenos Aires las primeras puestas circulares fueron en 1951 y 1953. El Teatro del Fogón se convierte en un ejemplo de innovaciones en la elección de textos contemporáneos y de vanguardia y en las innovaciones de puestas en escena, tipos de escenarios y escenografías. - De igual modo, si se observan fotografías y testimonios de otros elencos del Segundo Período, se verá que han ido marcando alguna transformación o algún desafío en sus elecciones escenográficas, dramatúrgicas y actorales. En concreto, este libro propone contribuir en alguna medida a la reconstrucción de la historia artístico-teatral chaqueña, a fin de que se conozcan y valoren los distintos esfuerzos, logros y caminos por los que fueron transitando teatristas chaqueños en pos del progreso cultural y espiritual de sus comunidades. Además, ofrece un centenar de ilustraciones sobre puestas en escena locales, edificios teatrales y programas de espectáculos, testimonios todos recabados en la extensa tarea de campo. Un libro destinado no sólo a teatristas interesados en conocer las raíces y el pasado teatral local, sino también al público en general que quiera disfrutar de una lectura que promueva una valoración y reflexión sobre la identidad teatral chaqueña.


Entrevista a Carlos Trunsky, bailarín y coreógrafo

“Ser bailarín no es una profesión, es una decisión de vida” (

Por Lucas Brito Sánchez Fotos: Alfredo Gil

El Ballet Contemporáneo del Chaco, dirigido por Mariela Alarcón y Lucas Garcilazo, estrenó en la última Bienal de Escultura la obra La consagración de la primavera en una versión de Carlos Trunsky. Esta versión de la obra se compone de escenas de extrema dramaturgia, con una estética refinada y singular. En esta entrevista exclusiva para CHACÚ reflexiona sobre su infancia, sus comienzos en la danza, la labor del coreógrafo y, además, destaca el trabajo de los jóvenes bailarines chaqueños durante la realización y puesta en escena de la obra.

Durante tu infancia, ¿qué personas, cosas o hechos te acercaron a la danza? Mi infancia estuvo rodeada de música, de canto, de danza. Mi viejo fue actor, un tipo de actor muy especial, era actor de circo, el actor de cabaret, actor de peña. Era actor de muchas formas de escenario, de muchas formas de llegar al público. Entonces él cantaba, actuaba, hacía imitaciones. Fue unos de los primeros imitadores, pero no de personas conocidas del medio artístico del país, sino que imitaba instrumentos, componía, a través de los sonidos que hacía. Por ejemplo, una batalla naval, una gran pelea entre cowboys e indios, o tiroteos en medio de un tren. Él lograba componer a través de su boca y su imaginación, un mundo que llegaba perfectamente al público que lo veía con mucha alegría, con mucho humor. Una cosa sorprendente y a la vez muy divertida. Contaba cuentos, cantaba muy bien y componía. Creaba canciones muy simples, y a la vez fáciles de ser recibidas por el público. Tuve un abuelo que no se dedicó a la cosa artística, pero era un gran cantor. Un tío que también heredó las dotes de mi abuelo, con una voz espectacular y una sensibilidad para el canto. Siempre decimos que es el artista de la familia y que lástima que no pudo dedicarse a eso. Tengo una tía, cantante lírica, ligada a la ópera, a la filosofía. Entonces en esa casa paterna, había este caldo de música, canto, danza, filosofía, pensamiento, política. Mi abuelo fue político y también todos esos pensamientos estaban rondando ahí. En esa casa, en esos patios, en esos asados, en esas noches donde se hacía música entre amigos y familia, y bueno,

ahí me salía improvisar. Escuchar cantar, escuchar una guitarra, escuchar un acordeón, escuchar un violín, y enseguida ponerme a bailar. Algo que pienso es que esta cosa de bailar está en todos los niños. Suena música y los chicos enseguida se conectan con esa energía de bailar. Es como inherente, es algo que está en todos nosotros. El problema es, cuándo o en qué momento de la niñez o de la adolescencia, empieza a entrar la inhibición y uno deja de hacer algo que es tan hermoso, algo que es tan necesario. Bueno, en mi caso no fue así. Siempre tuve muy claro que había algo de esto con lo que yo iba a poder ser. De hecho para mí, el haber podido ser bailarín, ser un artista de la danza, también me permitió ser, construirme como persona. De chico viviste en Salta: ¿el paisaje influyó en vos como bailarín? Para mí es muy importante mi provincia porque es un condimento esencial al momento de crear. Recurro a la naturaleza, mi niñez estuvo ligada al río, estuvo ligada a la piedra, estuvo ligada al barro, estuvo ligada al sol, al viento, a las grandes tormentas, expuesto a las inundaciones de un pueblo muy pequeño. Entonces, esa vivencia tan ligada con la naturaleza, tan ligada con las aves, con la vaca dentro de la casa, con los chivos, con los pollos, con las gallinas, con el perro, con el gato, hace que al momento de crear yo enseguida me conecte con elementos naturales. Con elementos de juego, con esta cosa de provincia, de pueblo, de pago, de rincón de la casa.

¿Qué importancia le das a la música al momento de crear una coreografía? La música es lo primero. Siempre digo: suena la música, levanto el culo y bailo. Y si no suena la música, la música la produzco yo internamente, canto mientras voy en colectivo, en un taxi, estando en mi casa, canto dando clase, canto coreografiando. El canto para mí es esencial y no hay nada más parecido al acto de bailar que cantar. Cantar y bailar son una sola cosa. Entonces si canto, necesariamente tengo que mover el cuerpo y entonces ya estoy bailando. Es decir, la música y la danza vienen solas, ya sea porque la produzca yo mismo o porque suene de afuera. ¿Nacés bailarín o te hacés bailarín? Uno se hace bailarín. Es una construcción muy larga. Es una actividad casi imposible, en el sentido de que requiere de uno absolutamente todo, te lo pide todo. Te pide tu cuerpo, te pide tu alma, te pide tu mente. Es tanta la exigencia que se produce en el momento de ya abordar una carrera artística como bailarín, que no hay forma de zafar de la identidad de ser bailarín. Uno es persona siendo bailarín. Es una obsesión, y no hay forma de ser bailarín sin obsesión. Yo les digo a mis alumnos que es casi una obsesión patológica. No creo que sea posible un bailarín que esté ahí en el escenario logrando lo que logra, si no hay detrás un sostenimiento de estas características. Hay puesta una decisión de vida, no es una profesión, no es un oficio, es una decisión de vida.

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La consagración de la primavera ¿Cuál fue la obra más compleja y exigente que bailaste? Las exigencias han sido distintas. Hay obras que me han exigido más desde un lugar puramente técnico, con las que he sido menos feliz. Y hay obras que han requerido de mí un aspecto que tiene que ver con lo expresivo, y es ahí donde he podido aflorar con mayor soltura y capacidad. No podría hablar de una obra, cada vez que he estado en el escenario he sentido una gran exigencia, aún haciendo cosas muy pequeñas. Tanto siendo el última fila como siendo el solista en alguna oportunidad. Por ahí, si recuerdo algo, es cuando he hecho obras mías. Ahí la exigencia es tremenda. Siempre pienso que el coreógrafo que interpreta sus propias obras corre un grave peligro, y es el peligro de arruinar la propia obra. Y eso sucede habitualmente. El coreógrafo puede llegar a arruinar su propia obra, ya sea porque su ego está tan presente que hace que uno lo veo mostrándose de ese modo, o porque la baila tan bien o es tan propio su movimiento que el ojo del espectador indefectiblemente va a ese lugar. Por eso cuando me ha tocado bailar mis propias obras, que han sido no por decisión de entrada de bailarla, sino porque algún bailarín no ha podido estar, y me veía obligado a tener que subir al escenario, estaba en mi pensamiento de qué modo intervengo en el espectáculo aportando y no restando, ya sea desde una interpretación muy óptima o de quedar corto, o a la vez de que mi ego esté sumido dentro de la pieza. ¿Qué hay que tener para ser coreógrafo? Primero, tener ganas, visión; hay gente que llega a la coreografía porque no le queda otra, tiene que salir a generar algo y salen de ahí excelentes coreógrafos. Entonces ¿qué se necesita? Primero necesidad, deseo; después conocimiento de la forma, conocimiento del espacio, conocimiento de la música, conocimiento de la narración. Esto que parece tan literario o tan cinematográfico, también está en la danza. La dramaturgia de una pieza. Uno debe aprender a construir. La danza tiene aspectos que son increíbles: tiene relación directa con la música, relación directa con la forma por lo cual tiene mucho que ver con la plástica, por más abstracta, siempre termina siendo narrativa, entonces aparece ahí la lectura, la escritura, el cine, aparece la actuación, lo teatral. Hasta la acrobacia por momen-

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tos, hay bailarines que son esencialmente acróbatas. Y siempre es necesario ese virtuosismo para que la cosa se vuelva también mágica. Apenas empecé a bailar (a los 15 años), supe que necesitaba de otros para generar, es decir hace falta otro para dirigir el movimiento que yo estoy haciendo; o trabajar con otro, que a la vez producimos algo para que otro lo vea. Entonces la danza es un hecho esencialmente grupal, es necesario que haya otras personas. Si te preguntaran qué tipo de bailarín sos, ¿qué dirías? Qué tipo de bailarín fui, porque ya no bailo más. Aunque soy un bailarín forever. Aunque ahora estoy más gordito, fuera de línea y sin ningún entrenamiento hace un par de años. Sigo bailando, vivo bailando. Salgo de mi casa y entre la puerta de mi casa y el ascensor hay unos cuantos metros. Y es indefectible que alguna patinada, algún giro, alguna vuelta, que haga alguna pirueta ridícula. Bajando las esca-

leras también, mejor si son circulares porque eso me permite jugar. Un palo de colectivo, es ideal para colgarme. Yo sigo siendo chico y sigo bailando. Ese tipo de bailarín soy, juguetón, lúdico, con mucha cosa en la cabeza. Tengo mucha imagen, mucha fantasía y juego en la cabeza. Con lo cual, lo que hago es reproducir lo que sale de mi cabeza y mi cuerpo, de la necesidad, del deseo, del espacio del otro, de la mirada del otro. De los rincones que deja un cuerpo, un espacio, una curva, un escalón, y produzco danza todo el tiempo. ¿Qué partes del cuerpo te gusta destacar en tus obras? Todas, no tengo prejuicio. Me encantan las manos, los pies, los hombros. Me encanta la

cintura, los pechos, me encantan los culos, los bultos, los pechos, las tetas, me encantan las rodillas y las pantorrillas. Deseo las muñecas, el cuello, detrás de las orejas, la nariz, el mentón me vuelve loco y el cuello ni qué hablar. El pelo, es brutal, y el pelo de una mujer, largo… una gran inspiración. Lo que hago es tratar de trabajar con el intérprete. Si viene con pelo corto se aprovecha, si viene con pelo largo también se aprovecha, y a veces sí es necesario cambiar una imagen. Si viene alguien con pelo largo, a veces conviene recogerlo, o si viene con pelo corto, alargarlo con aquello que tan fácilmente puede hacerse en una peluquería. Por una cuestión estética, por una cuestión grupal, por una cuestión funcional. Y a veces si están cortos los pelos, y yo veo que la pieza lo requiere, pido cambios de imagen. ¿Quién es el gran bailarín o bailarina de Argentina? Todos los que trabajan conmigo. En ese momento esos son mis bailarines predilectos, no hay otros. Yo me enamoro de los bailarines. Si no sucede eso me cuesta un poco. Necesito quererlos, establecer un vínculo feliz. Pero si tu pregunta va a bailarines en general, podría nombrar un montón, ninguno conocido. ¿Cuál es mi bailarín predilecto? Aquel con el que encuentro pasión, aquel con el que encuentro esta conexión. Que veo, que le pido algo, y él genera algo, y con lo que él me da yo también puedo trabajar, y él me da y yo le doy. Y en ese momento estamos haciendo magia de solamente mover un dedo. Y eso también puede ser danza, no hace falta una gran expansión de movimiento. Si nos fijamos en la historia de la danza te vas a encontrar con muchas formas de llevar a escena esta actividad humana, con muchas estéticas, millones. La capacidad de movimiento de un bailarín son millones, con lo cual buenos bailarines en Argentina hay muchos, y muchos no están en el tapete ni en los programas de televisión. Pensando en el público: ¿Hay que saber algo de danza para disfrutar de un espectáculo, o es un arte que te seduce sin que uno tenga conocimientos sobre lo escénico? La danza tiene algo que es particular: un gran poder de encanto. La danza te desnuda, entonces quien se atreve a bailarla, aparece en la vida, aparece quien es. Y con los prejuicios de


La consagración de la primavera la sociedad, quien también la mira puede encontrarse o puede encontrar algo de uno ahí. A veces, hace que quien la mira pueda espantarse. Y a veces, quien la mira puede encantarse. Como todo arte, a lo largo de la humanidad ha crecido, y han crecido distintas estéticas. Entonces, el público que vaya a ver danza tiene que estar preparado. Es decir, si vamos a ver una obra de tango o bailarines de tango, es de una llegada. Si vamos a ver bailarines haciendo hip hop es de otra llegada. Si vamos a ver un grupo de bailarines haciendo chamamé, zamba o chacarera, es otra. Flamenco es otro. Danza de otro país es otro. Por ejemplo si nosotros nos ponemos a ver danza de Nueva Guinea, ¿qué nos pasa con eso? Hace falta sí, una cultura. Hace falta acercarse a una cultura. Qué le pasa al público cuando se encuentra con un cuadro de Van Gogh, de Berni, de cualquier pintor que se nos pudiese ocurrir, de un Goya, de un Warhol. Los mismo pasa con la literatura. Hay literatura sencilla, hay literatura de comic, hay literatura de novelas, hay cuentos, hay filosofía, hay historia, entonces hay escritura que necesariamente uno tiene que estar preparado para absorberla. Y lo mismo pasa con la danza. Hay cosas que llegan muy fácilmente y otras que no. Yo empecé escuchando valses vieneses, en la música clásica. Eso hace que sea fácil de llegar, que enseguida lo dulce de esos valses te halague. Pero después aparecen los agrios, aparecen los amargos, que también son excelentes gustos. Lo mismo pasa en la música y en la danza. Hace falta cultivarse para acceder a algunos lugares de la danza, no es fácil acceder, algunas estéticas no son sencillas. ¿La danza transforma? Es necesario, si no se transforma es imposible que haya escena. La danza escénica, porque hay que diferenciar la danza de la danza escénica. La danza que se lleva al escenario, que se muestra, donde empieza a decir algo y uno empieza a leer. Esa danza sí transforma. Dijiste que en tu versión de La consagración de la primavera hay una carga simbólica aterradora… A mí me resuena una frase tremenda de nuestra historia, escrita por Sarmiento: civilización o barbarie. Y creo que mi Consagración radica en un pensamiento que viene rondando y que Gabo Ferro lo expresa tan bien en unos de sus libros: “la barbarie de nuestra civilización”. Y creo que el foco de La consagración de la primavera es lo bárbaro, lo tremendo que sucede en nuestros tiempos. Y en nuestra civilización de traje, de Blackberry, de televisores ultra LED`s, de zapatos y de vestidos altos, y

con rostros afeitados o con barbas hechas de un modo y de otro. Y tanto libro, y tanto pensamiento y tanta espiritualidad dando vueltas, sin embargo la barbarie radica en el ser humano por más civilizado que sea. Esa es la apuesta de esta Consagración, tomar ese aspecto de nuestro tiempo. ¿Y lo simbólico en tus demás obras? Mis trabajos parten de una necesidad expresiva. Hablar de nuestro tiempo, hablar de nuestra época. Siempre pensando en lo pasado. Creo que no hay forma de ser más contemporáneo si uno no busca las anclas en el pasado. Un maestro me decía: “para poder ser coreógrafo, andá a las raíces. Andá a la danza más originaria”. Y bueno yo creo que para hablar de un pensamiento actual, hay que ir atrás, para poder tener perspectiva, para poder ver. Y todos mis trabajos parten de una necesidad así, no suelo partir de un movimiento por sí solo, no me dice nada el moverme. Me divierto un rato, pero no se me ocurre partir de una bajada de una escalera, o de una vuelta de una silla. Me divierte un ratito, pero no me sirve para construir una pieza. Hay coreógrafos que han hecho obras monumentales simplemente partiendo de la idea de un brazo que pasa. Yo necesito un motor, un germen que tenga que ver con algo de nuestro tiempo. De algo que anda flotando, con las que yo trabajo. Cuando mueras, ¿qué te gustaría que diga tu lápida? La pasé bomba, viví feliz de la vida. La verdad es que me ha pasado de todo, un montón de cosas. Pero me encanta vivir, me encanta bailar, me encanta escribir, me encanta leer, me encanta la música, me encanta comer, me encanta el sexo, me vuelve loco, así que la pasé bomba. Yo si me muero ya, feliz de la vida. Igual la muerte está todo el tiempo en mí. Trabajo todo el tiempo con la muerte. Mi madre murió cuando yo tenía nueve años, así que la muerte estuvo rondando, murieron muchos tíos también cuando era muy chico. Entre mi nacimiento y mi diez años, una muerte por año trágica, o sea que he visto llorar a mi familia todo el tiempo. Y después de mucho más grande, un adulto, capaz de sostener quizás a mis padres, los vi morir a todos juntos: abuelos, tíos, padres, amigos, padres de amigos. Yo sufro de asma, y cada tanto tengo la sensación de que me voy a morir. Así que la muerte está en mis trabajos siempre. Es un tema inevitable. Debe ser por eso que trato de elegir lo que como, elegir los colores con los que me visto, disfrutar cada vez que puedo. La muerte es un lugar fabuloso, porque es como la exhalación, es como la noche, es como dormir. Es como el

lado B de todo lo que nos pasa. Cuando doy clases, a los alumnos les digo, bueno en el bailar se piensa mucho, sobre todo en la danza clásica, en el estirar. Y el doblar es la contrapartida de estirar. Cuando estiro, quizás remite a lo masculino y cuando doblo remite a lo femenino. Cuando estiro pienso en la vida y cuando doblo pienso en la muerte. Pero siempre están estos dos elementos jugando. Y en general, en las clases o en los trabajos, la muerte anda rondando. La consagración de la primavera es una construcción espantosa, es una construcción tremebunda. Es una obra que desde un principio uno sabe que va a terminar con un sacrificio. O sea que la construcción es de una muerte por sacrificio. Hay algo de deseo y hay algo de rechazo. El que es elegido, tiene el orgullo de ser elegido y el pavor de acercarse a la muerte inmediata. Y Presagio que es la obra que hace Lucas Garcilazo, y que he creado como prefacio para La consagración, no hace más que alargar esta idea de nombrar. Nombrar lo que se viene, nombrar la tragedia, de nombrar el caos, nombrar el fin. Pero todo fin siempre es un principio.

La Consagración, entre bambalinas Esta imponente producción sostenida por el Instituto de Cultura ha sido exclusivamente pensada y creada para el Ballet Contemporáneo del Chaco. Fue planificada en equipo desde el año pasado. Vale destacar el trabajo de los personajes protagónicos que ostentan un enorme compromiso emocional y técnico. El primer reparto es interpretado por Lucas Gracilazo (solista) en el rol del sabio, en una soberbia y compleja composición; Lourdes Orellanoz como la seductora y malvada hechicera; Martín Candia interpreta al temible y brutal ejecutor y la elegida para el sacrificio lo resuelve magistralmente Betiana Pujol Cajal. Mientras que el segundo reparto lo asumen también estupendamente Rocío Barreto Mercado, Nicolás Chávez y, con conmovedora entrega, Giselle Bogado en el papel de la elegida. Completan la obra los demás integrantes del BCC: Rodrigo Pujol Cajal, Lisandro Sosa, Exequiel Etelechea, Antonella Ojeda; y los bailarines invitados espialmente para esta obra: Paulina Bracone, Rodrigo Sebastián García y Federico Fernández.

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Culturas y rituales alimentarios

Los paraguayos en Chaco La presencia de los paraguayos en este Chaco tan diverso es sentida en múltiples manifestaciones, en el idioma que sigue presente en las vidas cotidianas, la música y otras artes, en los rituales alimentarios que otros fuimos adoptando naturalmente como propios. Más allá de las fronteras políticas establecidas como resultado histórico de intereses de algunos sectores de nuestros países en alianza con otros imperios, existe una geografía e historia en común y grupos culturales cuya existencia social no tiene esas fronteras. Esta nota surge de una intención conjunta entre la Subsecretaría de Interculturalidad y Plurilingüismo del Ministerio de Educación y la Revista Chacú del Instituto de Cultura del Chaco.

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Por Elizabeth Bergallo Mgter. en Antropología Social

PARAGUAY: PAISAJES, EMPRESAS Y ESPERANZAS SIN FRONTERAS Es evidente el origen guaraní del nombre y en esa lengua Y significa agua. A Paraguay se atribuyen estos significados: “río de los payaguás”, “río que origina el mar”, “el lugar de las aguas veteadas”. La presencia de diecinueve pueblos indígenas, incluidos los de la familia lingüística tupi-guaraní, cuya lengua mixturada con el español (jopará) luego de cinco siglos todavía se mantiene, significó una matriz de resistencia sobre la cual (a pesar de la colonización, del mestizaje, de la inmigración), se desarrolló una cultura que mantiene muchos rasgos de esa cosmovisión. Hoy se expresa en la religiosidad y artes populares, en los saberes del campesinado, en la significación de los alimentos. Los pueblos indígenas conforman espacios culturales en ambientes que no coinciden con las fronteras nacionales. Paraguay era a mediados del siglo XIX un país autónomo como pocos en el continente. Tuvo la primera línea ferroviaria de Sudamérica, primera fundición de hierro, barco a vapor, líneas de telégrafo, educación pública y gratuita, no había latifundios ni esclavos. Los campesinos trabajaban las tierras de la patria y los artesanos y fábricas producían lo necesario. La guerra de la triple alianza (1864-1870), a la que se resistieron varias regiones del interior de Argentina, y la guerra del Chaco (1932-1935), representaron los “avances” de la “civilización” en términos de los intereses de Inglaterra, luego Estados Unidos en alianza con el primero, y sus aliados locales. La historia se repite primero como tragedia

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y luego como farsa. Actualmente, en la región están contrapuestos dos modelos de desarrollo: el mega-empresarial, extractivista, globalizante, concentrador de recursos y poder, y otro modelo sustentable, representado principalmente por los conocimientos, las prácticas y la capacidad de autogestión desarrollados por algunos sectores de la sociedad, incluidos campesinos e indígenas que impulsaron a la presidencia a Fernando Lugo. El golpe de estado en Paraguay llevado adelante por sectores muy reaccionarios vinculados a dictaduras anteriores, significó inmediatamente la liberación de semillas transgénicas, la traba a los programas sociales, la instalación de la transnacional Río Tinto Alcán, el pedido de repatriación de los restos de Stroessner, las disculpas del episcopado por haber intervenido solicitando a Lugo su renuncia. La resistencia de la población desde diferentes sectores y el desarrollo del Frente Guazú, impulsado por el mismo Fernando Lugo, representan las esperanzas de gran parte de la población paraguaya con vocación de soberanía y de los países hermanos con vocación latinoamericana. CRUZANDO EL RÍO Antes de las fronteras políticas, los pueblos que habitaban la región sólo tenían que cruzar el río y el paisaje continuaba sin límites. Para la explotación forestal (La Forestal también deforestaba Paraguay) y azucarera se producen desplazamientos por la demanda de mano de obra, luego fue la cosecha del algodón. Pero mucho antes, habitantes de ambas orillas, se comunicaban por relaciones familiares, so-

ciales, comerciales. Según el Censo Nacional Argentino, en 1895 había 14.562 paraguayos, el 50% de los cuales se distribuía en las provincias limítrofes. Flores Colombino (1972) sostiene que hubo migraciones masivas, aún de pueblos enteros, por diferentes acontecimientos políticos: insurrecciones, intentos revolucionarios, golpes de estado. Eran migraciones temporarias. En la dictadura de Higinio Morínigo se exiliaron no menos de 50.000 paraguayos afirman Palau y otros (1997). En Misiones, Chaco y Formosa había, hacia fines de la década de 1940, 157.385 paraguayos. REVOLUCIÓN DE 1947, EXILIADOS Y LITERATURA “Los años… no son fechas que pasan sino una fecha que se acerca”. La revolución en bicicleta. M.G. Muy poca información escrita existe sobre los migrantes paraguayos en el Chaco. Debemos a Mempo Giardinelli una novela, La revolución en bicicleta, publicada en 1980, inspirada en el testimonio de un exiliado paraguayo en el Chaco, don Juan Bartolomé Araujo (Gaite), “antifascista demócrata” militar, que se convierte en rebelde y termina siendo uno de los protagonistas de un hecho significativo en la historia de Paraguay: la revolución de 1947. Fue uno de los tantos paraguayos que añoraban su tierra, sus paisajes, esperaban una noticia, una carta, ideaban acciones en secreto para encontrar la manera de derrocar al dictador. La revolución en bicicleta constituye un homenaje a esa me-


Culturas y rituales alimentarios moria y a la historia que como verdad profunda latía como escenario de fondo. La revolución del 47 duró cuatro meses y provocó la fuga de miles de paraguayos al asumir el régimen triunfante. En el diario La Voz Popular de Formosa, el 2 de junio de 1948, se publicó una sentencia dictada por mi abuelo José R. Bergallo, Juez Federal en esa provincia, disponiendo la libertad de paraguayos exiliados en Clorinda cuya detención había sido ordenada por el Gobierno de la Nación. Durante ese período y la dictadura de Stroessner, (1954-1989) también referente del partido colorado, se produce el mayor porcentaje de exiliados en la historia del Paraguay a causa de la feroz represión, afirman Palau y otros (1997). Treinta y cinco años de pesadilla, la dictadura más larga del continente. La obra literaria de Roa Bastos Yo, el Supremo, El Fiscal, algunas publicaciones anteriores y luego esta obra de Giardinelli, pusieron en duda en plenas dictaduras la historia oficial paraguaya. El éxodo elevó a 400.000 (un tercio de la población del país) la cifra de paraguayos residentes en territorios limítrofes con el Paraguay. Luego del derrocamiento de Stroessner muchos regresaron. Desde entonces, según Meichtry y Fantin (2010), es Buenos Aires el principal destino, de jóvenes en su mayoría, y las razones laborales. OTRAS MEMORIAS DE PARAGUAYOS EN CHACO Crispín Montiel (82) mantiene la ciudadanía paraguaya, se define como demócrata-socialcristiano, “hay un modelo de sociedad donde no debe imperar el poder del dinero”, dice. Nació en Boquerón, su padre era encargado de estancia, tenía una chacra, fue combatiente de la Guerra del Chaco, “muchos volvían y no encontraban a las familias, muchísimas necesidades económicas había por la guerra”. En su adolescencia fue a vivir a Formosa, “muchos jóvenes se instalaron allí y en Chaco, algunos comunistas, liberales o febreristas, por la Revolución del ´47, yo me relacionaba con todos”. Luego vino al Chaco donde realizó estudios terciarios y trabajó. Participó en reuniones del Club Guaraní, en Villa Ávalos, y colaboró con la Casa Paraguaya. Luis Alberto Bonzi (55) comenta que el asentamiento poblacional que se produjo en Barranqueras, al iniciarse la Guerra de la Triple Alianza, fue de pobladores correntinos que se resistieron a alistarse o colaborar con el ejército para evitar enfrentarse con los paraguayos, con quienes mantenían estrechas relaciones sociales, culturales y comerciales. Su padre participó en la vanguardia del ejército que llegó a Asunción en la Revolución de 1947, “la cual tuvo un corte nacionalista con una ideolo-

gía de izquierda”. Hubo migraciones masivas y persecuciones dentro y fuera del Paraguay. Los exiliados mantenían fuertes lazos con su país y pensaban siempre en regresar. Se informaban a través de Radio Pilar, frente a Puerto Bermejo, y por otros medios, diarios que llegaban, folletos y cartas, algunos son conservados como tesoros. Las diferencias políticas se replicaron en los lugares elegidos para el exilio. En Resistencia se reunían en el Club Humaitá y luego en el Club Guaraní fundado en 1954. “Recuerdo que se celebraban fechas patrias paraguayas, otras festividades, actividades deportivas y de todo tipo que reunían a familias paraguayas, aparte de las reuniones por razones políticas. Había también encuentros en locales de organizaciones sociales argentinas, por diferentes motivos, y en casas de familia”. Vidal Mario (59), nació en Itá (Paraguay). Luego del fallecimiento de su madre vivió con su abuela María Olmeda, “trabajaba en una ladrillería, vendía maní, gallinas, lavaba camiones ladrilleros, vendía naranjas”. En la granja de la abuela había lo necesario para la subsistencia. De la infancia recuerda las reuniones en el mercado y en la Iglesia Virgen de los Remedios. “La gente en Paraguay es muy solidaria, en el campo había siempre un cántaro de agua fresca para el peregrino. En el año ´47 casi lo fusilan a mi abuelo, no lo hicieron porque era de la Orquesta Típica Mareco, tocaba el violín y el bajo, iba de serenatas. Pero antes participó en la Guerra del Chaco, dos semanas en el Estadio Defensores del Chaco, que era un campo de entrenamiento, y al frente. Fue herido en la Batalla de Boquerón”. Cuando finalizó la guerra del Chaco, en 1935, centenares de paraguayos y argentinos se volcaron a las calles de Resistencia para celebrarlo. La mujer en Paraguay es muy venerada -dice Vidal Mario- tiene una significación importantísima, especialmente luego de las guerras, el tener hijos tenía casi un sentido patriótico. La mujer se las ingeniaba para sostener a la familia, de la mujer dependió la sobrevivencia de los hijos y la reconstrucción de Paraguay. Llegó a Resistencia en el año 1966, a los doce años, con su hermanita Elba. Sufrieron mucho el cambio, no sólo porque Resistencia estaba inundada, sino también porque sólo hablaban guaraní, y en la escuela no se admitían diferencias. Vidal publicó varios libros muy conocidos por tratarse de temas críticos, entre ellos “La conspiración del silencio” (2004) sobre la caída de Alfredo Stroessner y “Alianza para la muerte” (2005). Tiene también muchas notas periodísticas y entrevistas referidas a asuntos relacionados con el Paraguay, entre otros temas. El padre del Dr. Rolando Núñez llegó a la Ar-

Conmemoración del Bicentenario de Paraguay en la Casa Paraguaya de Resistencia (foto de J. C. Velazco).

Karú Guazú, Gran Comilona en Pilar. Paraguayos de Resistencia compartiendo comidas típicas y artesanías guaraníes (foto de Vidal Mario).

Olla de cerámica zoomórfica que se usa sobre el fuego.

Las conmemoraciones más importantes en Paraguay - 1 de marzo: Muerte de Francisco Solano López, al término de la Guerra de la Triple Alianza. - 14 de mayo: Día de la Independencia (1811). - 15 de mayo: Día de la Madre del Paraguay, en memoria de Juana María de Lara, prócer de la independencia del Paraguay. - 15 de agosto: Fundación de Asunción (1537). - 16 de agosto: Día de los Niños Mártires de Acosta Ñu. En1869, no habiendo más soldados, cuatro mil niños y jóvenes heroicos de 10 a 16 años se enfrentaron al ejército brasileño durante la Guerra de la Triple Alianza. - 12 de junio: Día de la Paz, por la finalización de la Guerra del Chaco.

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Culturas y rituales alimentarios gentina luego de la Revolución de 1947, “había nacido en Caá Guazú, en el Departamento de Neembucú -nos cuenta- la región más abandonada de Paraguay durante el régimen stronista, porque históricamente adhirió al partido liberal”. Pasó a nado hacia Argentina y se radicó en Tacuarendí, donde fue secretario general del sindicato de trabajadores del ingenio azucarero. Militó luego en la UOCRA de Resistencia, en 1952, “en esos años papá simpatizaba con el movimiento de Cipriano Reyes, con el tiempo fue profundizando sus ideas anarquistas. Mi padre me enseñó a tener una visión profundamente latinoamericana, por eso, en su momento, me incorporé a la lucha contra el stronismo, en especial con la población rural del Departamento Ñeembucú. Después seguí, en Bolivia, Perú y Chile, una época de la que tengo buenos recuerdos, a pesar de que fue dolorosa. Mi madre nació en Sapucai, vino a Argentina a buscar trabajo, antes de conocer a mi padre, luego fue la que se encargó del hogar y de atenuar las ausencias de mi padre por sus compromisos gremiales y políticos”. La “Casa Paraguaya de Resistencia”, fundada en 1975, reúne un centenar de personas allegadas, entre paraguayos y argentinos, comenta su presidente Julio César Velazco. Sus principales actividades son: la difusión de las costumbres, tradiciones y artes, las conmemoraciones, los aportes solidarios a instituciones que son útiles a sus compatriotas, tales como el Hogar Madre Teresa de Calcuta y el Hospital Perrando. Disponen de un albergue donde se alojan quienes viajan desde el interior. Según Velazco en años anteriores el consulado difundió la información de que quince mil ciudadanos paraguayos habitaban en la provincia, con sus descendientes que triplicarían actualmente esa cifra. Actualmente el consulado está a cargo de Celso S. Riquelme. Entre paraguayos y descendientes se mencionan nombres como los de Juan Manuel González Russo, Mársico Prieto, Luis Brizuela, Arsenio Erico, Manuel Jiménez (fundador del Centro Dermatológico), Emilio Cáceres, Arturo y Diógenes Flores Garcete, Carlos Martínez y Tito Tabares. De Sáenz Peña se recuerda a Mereles y Penayo, Ovidio Ottaviano quien hoy desarrolla acciones para la relación paraguayoargentina en Buenos Aires, entre otros. Según Teófilo Recalde Lezcano (81), luego de la Revolución de 1947 y el inicio de la dictadura de Stroessner, llegaron muchos profesionales al Chaco, especialmente contadores y médicos. Algunos se asentaron en el interior en tiempos en que los profesionales no aceptaban fácilmente radicarse fuera de los centros. Los paraguayos representan un componente muy importante, numérica y culturalmente, de

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nuestra diversa sociedad chaqueña, a la que se integraron adoptando algunos códigos y costumbres, influyendo en otros, sin perder los vínculos con el Paraguay por lazos familiares e histórico-sociales. Las conmemoraciones y celebraciones son eventos ampliados al resto de la sociedad chaqueña. LA POBLACIÓN CAMPESINA Y LOS SABERES MÍTICOS Celia C. Aguirre de Cáceres (58) cuenta cómo fue su infancia en Caaguazú, donde continúa viviendo su familia, en un cerro, muy cerca de un arroyo. Todos los años retorna a Paraguay. La familia, de tradición campesina, producía todo lo necesario para la subsistencia, como lo hace tradicionalmente la población campesina en Paraguay. En su tapy (chacra) no faltaban maíz, mandioca, porotos, caña dulce, maníes, batatas, variedad de verduras y frutales. A ella pertenecen alguna de las recetas de esta nota. Los campesinos en Paraguay mantienen la memoria de los saberes indígenas sobre la tierra. El respeto a las fases de la luna es sorprendente. Hasta hoy los habitantes de zonas rurales respetan varias normas que tienen que ver con las fases de la luna en relación a la flora, la fauna y los seres humanos, saberes transmitidos oralmente a través de los textos míticos, vinculados con la tierra, el agua y los alimentos. En los textos míticos de los mbya-guaraní del Guairá se establece que ninguna semilla debe ser plantada en luna nueva, cuando florece el lapacho se debe sembrar toda clase de semillas sin excepción, cuando deseamos que llueva se debe clavar una vara en el agua y seguro, lloverá mucho. Se debe orar a los tupã por los sembrados. Dentro de la filosofía guaraní una forma de vivir en igualdad o en equidad es el Tekojojá. El mito del árbol cósmico y el carácter sagrado de los distintos ámbitos de la naturaleza existe en todos los pueblos indígenas de la región, y se extiende a los alimentos. RITUALES ALIMENTARIOS El maíz es el cereal base de alimentación en casi todo el continente, y en Paraguay especialmente, tanto como la mandioca. Ambos van acompañados de una variada mitología según las regiones y son muy nutritivos. Los guaraníes consumían pastas de harina de maíz o mandioca envueltas en hojas de güembé o banana y cocinadas entre ceniza caliente. Los españoles introdujeron el uso del queso, los huevos y la leche que se fueron agregando a los preparados anteriores. La forma más usual de consumir la mandioca es hervida, acompañando almuerzos y cenas,

Familia campesina en Caaguazú (foto de Celia A. de Cáceres).

Preparación del chipa mbokajaré (foto de J. C. Velazco).

Recipientes para servir o cocinar alimentos (foto de G.E.B).

Artesanías.


Culturas y rituales alimentarios tiene mayor valor nutritivo que el pan. La mandioca también es base de una variedad de preparaciones. Los panes de las harinas de maíz y mandioca, en Paraguay, se conocen como chipa y mbeyú, se cocinaban tradicionalmente en los tatakuá (hornos de barro). Se sigue usando en gran medida la alfarería de producción local: morteros, platos, cántaros, ñapu´ã (recipiente usado para hervir la leche), el ña´ypyu (plato hondo grande en el cual se cocinan algunos tipos de chipa, mbejú, o se tuestan semillas). Las ollas de hierro tuvieron difusión desde la época de Carlos Antonio López, por la fundición de hierro de La Rozada de Ybycui. Las bebidas más tradicionales son el ka´ay o mate caliente, y el famoso tereré, en ambos casos a veces se agregan algunas hierbas medicinales y refrescantes. El mate cocido suele prepararse quemando la yerba con azúcar (tradicionalmente lo hacían con carbón), y agregando luego el agua caliente. La yerba mate acompañó a la cultura guaraní desde los orígenes y estaba vinculada a prácticas rituales. Los jesuitas, afirmaban que fue el “demonio” el que instruyó a los indios sobre su uso (Ruiz de Montoya, 1636) en sus prácticas rituales. Sin embargo fueron los mismos jesuitas los que impulsaron su cultivo en gran escala. Týra es una expresión utilizada para designar el alimento que sirve para acompañar el cocido, la leche, el café, o como complemento de diversos platos: son la chipa, el mbejú, y la sopa paraguaya. Los týra se preparan en todas las celebraciones y son los que identifican especialmente a la gastronomía paraguaya. Existen más de setenta variantes de chipas, y cada persona le imprime, al prepararla, su sello personal. Las týra aparecen en todas las manifestaciones -a veces sincréticas- de la religiosidad popular: en las fiestas patronales, en Semana Santa, cuando se hace el Karu Guazú (comida comunitaria) al término de las novenas, el Día de los Muertos, el Día de la Cruz. Algunas de estas celebraciones se conservan en nuestra provincia y en el mes de diciembre muchas familias viajan para conmemorar a la Virgen de Caá Cupé. En tales fiestas hay con frecuencia una resignificación de elementos de la religión católica desde la cosmovisión guaraní. Tales mixturas se expresan en las imágenes, las artesanías, el sentimiento comunitario, la música y en los alimentos que son preparados con mucho amor y como un homenaje cotidiano y profundo a la propia tierra.

Bibliografía Bareiro Saguier, Rubén. Literatura guaraní del Paraguay. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1980. Flores Colombino, Andrés: La fuga de intelectuales. Emigración paraguaya, Montevideo, Talleres Gráficos, 1972. Giardinelli, Mempo: La revolución en bicicleta [1980] 2011. Edit. Página/12. Meichtry Norma Cristina Alejandra Fantin: Emigración desde Paraguay. Caracteres generales a partir de una encuesta realizada en las comunidades de origen. IGHI-CONICET). 2010 Miró Ibars, Margarita. Karu Reko. Antropología culinaria paraguaya. Asunción, ServiLibro, 2004 Palau, Tomás y otros: Inmigración y emigración en el Paraguay 1870 - 1960. Documento de trabajo N° 90. BASE Investigaciones Sociales / Programa de Población y Desarrollo. IPGH / Programa de Historia Regional e Integración en el Cono Sur de América. Asunción, Paraguay. Mayo, 1997. Velilla de Aquino, Josefina: Tembi´u Paraguai - Comida paraguaya. Asunción, Servi-Libro [1987] 2008.

Recetas paraguayas Chipá de mandioca Ingredientes: 1kg y medio de almidón de mandioca / 700g de queso cáscara colorada rallado / 300 g de grasa de cerdo (en la receta tradicional), aceite, margarina o manteca / 1 docena de huevos / anís en grano / sal /agua o leche (cantidad necesaria). Preparación: Se mezcla muy bien la grasa de cerdo (o sustitutos) con los huevos, el queso y el anís. Luego se van agregando el almidón de mandioca y la salmuera o leche, de tal modo que quede una masa compacta. Se amasa bastante (éste es el secreto de una buena chipa) y se cocina en horno bien caliente sobre hoja de banana o jaguarundy. Las variedades de chipas son muchísimas, asadas (mboka), chipa so´o (con relleno de trocitos de carne y huevo, mezclados con verduras aromáticas), entre otras.

Chipa guazú Se rallan 8 choclos y se mezclan con 300 g de queso (tradicionalmente se usa el queso de tipo casero) 200 g de grasa de cerdo (o sustitutos), un poco de leche (la medida dependerá de la madurez del choclo). Se cocina en paila (sartén de hierro) sobre hoja de banana, tapando el recipiente, o dándolo vuelta.

Sopa paraguaya Ingredientes: 1kg de harina de maíz, 200 g de grasa de cerdo (o sustitutos), 8 huevos, 1 kg de queso, dos cebollas y ½ litro de leche aproximadamente, y sal. La harina de maíz se obtiene luego de dar una cocción breve al maíz de color amarillo, luego de enfriarse o secarse recién se tritura. Preparación: se mezcla bien la grasa con los huevos y se agrega la cebolla dorada previamente, se añade la leche salada. Se vuelve a batir con parte del queso, se añade la harina de maíz lentamente mientras se sigue mezclando, y finalmente se agrega el resto del queso (Miró Ibars, 2004).

Dulce de guayaba Puede hervirse previamente la fruta y pasarla por cedazo. Un modo rápido de preparar el dulce es licuando con agua la fruta cruda, incluidas cáscara y semilla. Luego se la cuela para separar las semillas. La medida del agua es una taza por media carga de la jarra de licuadora. No es necesario que sea muy líquido. La medida en peso del azúcar que se agrega para la cocción debe ser equivalente al peso de la fruta. Se cocina a fuego lento, hasta que el dulce adquiera un color granate, se reduce un 50% aproximadamente. La guayaba es una de las frutas que especialmente en su cáscara retiene por más tiempo la vitamina C, es rica en vitaminas del complejo B y sales minerales (Miró Ibars, 2004).

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Políticas culturales y cultura política (

Por Marcos Monsalvo Músico y Mgter. en Estudios Culturales

A veces tengo la sensación de que el término “cultura” se vuelve conspirativo para la cultura misma: cuando en los diferentes debates en torno a cuestiones culturales las distintas posiciones, y frecuentemente dentro de un mismo argumento, se utiliza esta palabra asignándole alcances e interpretaciones divergentes. Igual me sucede con la noción de política. En el marco cada vez más difundido de las corrientes posmodernas de pensamiento existe un consenso en que se puede hacer política de múltiples formas: encontraríamos competencias políticas tanto en “problematizar” y “deconstruir” una categoría o una teoría entendida como inamovible, como en generar espacios concretos de transformaciones sociales y culturales en contextos de desigualdad simbólica o material. Dar por supuesto que la cultura y la política pueden ser “todo”, de alguna manera deja abierta la posibilidad de que al mismo tiempo sean “nada”. La poca claridad en estos campos muchas veces deriva en confusiones que nos llevan a desencuentros epistémicos que suelen desembocar en emprendimientos pragmáticos poco claros. ¿Cómo entonces lograr discusiones en pos de aportes constructivos en torno a las políticas culturales y a la cultura política, cuando ambos conceptos están inherentemente conspirando contra un buen entendimiento y una posible planificación de estudios o praxis al respecto? En este texto, por razones de espacio y de concentrarnos en un tema específico, quiero plantear desde uno de los tantos ángulos posibles la relación entre cultura política y políticas culturales. Concretamente, la intención es acercarnos en este trabajo, a veces de manera implícita, a las conexiones que este tema pueda tener con el Estado, con los distintos tipos de democracia y con los movimientos sociales latinoamericanos. Quedará pendiente una genealogía del término “cultura” y sus diferentes significados e interpretaciones en los distintos momentos de la historia de occidente (la cual podría ser esclarecedora al respecto del parágrafo anterior), no me detendré en la insana

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dicotomía entre alta cultura y cultura popular (que aún persiste en muchos ámbitos), tampoco abordaré el tema desde la restringida visión de la cultura como el campo de las bellas artes ni desde la amplia noción de este término que ha desarrollado la antropología durante todo el siglo XX. Asimismo, aquí se pasarán por alto los complicados debates que al respecto se vienen dando en el campo de los estudios culturales desde hace ya varias décadas. Masificar la cultura es lo contrario a democratizarla, sostiene Marilena Chaui1, quien propone algunas pistas a seguir para la construcción de políticas culturales en el marco de una cultura democrática. En tal sentido, según esta autora, estaríamos hablando “de una política cultural definida por la idea de ciudadanía cultural, en la que la cultura no se reduce a lo superfluo, al entretenimiento, a los patrones del mercado, a la oficialidad doctrinaria (que es ideología), sino que se realiza como derecho de todos los ciudadanos, derecho a partir del cual la división social de las clases o la lucha de clases pueda manifestarse y ser trabajada porque en el ejercicio del derecho a la cultura, los ciudadanos, como sujetos sociales y políticos, se diferencian, entran en conflicto, comunican e intercambian sus experiencias, rechazan formas de cultura, crean otras e impulsan todo el proceso cultural” (Chaui, 2008). Para que esto sea posible es necesario comenzar a construir una “cultura política” nueva, que entienda y practique la idea de que una sociedad es democrática cuando esta institución es una creación colectiva, que atribuye derechos a la ciudadanía permitiendo un contra-poder social que ejercite un contralor a la acción del Estado y sus gobernantes. Por lo recién dicho, es que Chaui sostiene que “como poder popular, la democracia exige que la ley sea hecha por aquellos que tendrán que cumplirla y que exprese sus derechos”. Estamos hablando entonces de democracias en las que el pueblo soberano tenga participación directa en la planificación y desarrollo de las políticas que lo atañen en presente y en

futuro, de la necesidad de pasar de una democracia representativa (en la cual generalmente la representación las ejercen las élites oligárquicas) a una democracia participativa. Ampliando la discusión sobre la democratización de la cultura, que supone que una política cultural de “distribución y popularización del arte (…) corregiría las desigualdades en el acceso a los bienes simbólicos”2, contextualizar una política cultural en la búsqueda de una democracia participativa incorporaría a su agenda de proyectos el entendimiento de que coexisten múltiples culturas en una misma sociedad, esto propiciaría un “desarrollo autónomo y relaciones igualitarias de participación de cada individuo en cada cultura y de cada cultura respecto de los demás”3. De esta manera estamos abordando de lleno el debate sobre la “diversidad cultural”, en el cual cualquier diseño de política cultural debería tener en cuenta las tensiones de estas conversaciones. En relación a este tema, Renato Ortíz4 advierte que toda “diferencia” es producto de las interacciones sociales, y también es portadora de un sentido “simbólico” y de un sentido “histórico”. Al abordar la diversidad cultural debemos considerar ambos componentes: si solamente nos detenemos en lo simbólico tomaríamos la cultura como un texto y nuestra interpretación siempre estaría teñida por nuestra posición de lector. Involucrarnos con el sentido histórico de la diversidad cultural nos lleva a asumir la materialidad de los intereses y la complejidad social en la que ésta se encuentra sumergida. Las “diferencias” también esconden relaciones de poder, por esto, advierte Ortíz, es importante mantener una lucidez extrema para desentrañar si los discursos sobre diversidad cultural y/o multiculturalismo no están escondiendo cuestiones como la desigualdad o la discriminación. Cuando las diversidades se relacionan no lo hacen de manera arbitraria, sino según las relaciones de fuerza que exponen determinadas situaciones históricas; por ende, cuando discutimos temas referidos a la diversidad cultural no podemos dejar de lado su contexto político. Si reconocemos que las “diferencias” se articulan según diversos intereses y relaciones de fuerza “hay que exigir que se les den los medios efectivos para que se expresen y se realicen como tal” (Ortiz, 2000). Relacionado con esto, Néstor García Canclini5 (2005) expresa que en años recientes se ha reelaborado en América Latina el concepto de “heterogeneidad”, se afirma que ésta es simultáneamente “multitemporal”, lo que significa que la diversidad cultural a menudo procede de interacciones sociales y culturales construidas en períodos diferentes.


Paralelamente a estos debates y discusiones conceptuales, en estos últimos años muchos estados latinoamericanos se han reconstituido y autoreconocido desde la diversidad, lo multiétnico y lo pluricultural. Este hecho constituye un precedente político e histórico en el que los mismos estados se autoproclaman plurinacionales y reconocen en sus constituciones la heterogeneidad de culturas que habitan sus territorios. Estas constituciones y estos debates teóricos y políticos están pidiendo a las políticas culturales, y a quienes las diseñan, que trasciendan la preservación de la identidad y del patrimonio cultural como ejes de sus premisas, porque la diversidad cultural bien entendida obliga a garantizar derechos a todas las partes. Es en este contexto que algunos especialistas entienden que a la garantía del “derecho individual a la cultura” debe sumársele la comprensión de que la convivencia en la diversidad cultural lleva en su seno la existencia “de otros derechos, no ya individuales sino colectivos, que son los derechos de la cultura”6. Si consideramos la definición de políticas culturales de García Canclini, quien las describe como al “conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o de transformación social” (2005), la problemática actual que hemos mencionado en los párrafos anteriores exige que la elaboración, la planificación y el desarrollo de políticas culturales no sean indiferentes a tales consideraciones. Concebir y planificar, pensando en las generaciones futuras, y poner en práctica una acción cultural coherente y respetuosa de la diversidad cultural que la contiene y a la cual afecta, nos puede proporcionar un salto cualitativo en materia de desarrollo cultural en nuestras sociedades latinoamericanas tan profundamente diversas. Pero para que estas transformaciones en torno a las políticas culturales se hagan efectivas, es necesario, como lo sostiene Chaui, una renovación desde la cultura política. En la introducción del libro Política cultural y cultura política: una nueva mirada sobre los movimientos sociales latinoamericanos, Arturo Escobar7 define cultura política “como la construcción social peculiar de aquello que cuenta como ‘político’ en toda sociedad. De esta manera, la cultura política es el ámbito de las prácticas y las instituciones, conformadas a partir de la totalidad de la realidad social y que históricamente, llegan a ser consideradas como apropiadamente políticas -de la misma manera como se considera apropiadamente

que otros ámbitos son ‘económicos’, ‘culturales’ y ‘sociales’”. En los múltiples y variados movimientos sociales, barriales y/o comunitarios latinoamericanos, se pueden encontrar escenarios en donde se visualiza con frecuencia la vinculación de lo cultural con lo político. Estos movimientos son agentes acreditados para producir transformaciones dentro de las culturas políticas dominantes en las que están enmarcadas todas las sociedades: ellos están necesariamente en pugna con las expresiones de toda cultura política que se pretenda hegemónica y se imponga verticalmente. En relación con las prácticas y conceptualizaciones que realizan estos movimientos, la noción de política cultural adquiere una nueva dimensión, adquiere una carga y un potencial explícitamente transformador y que trasciende en mucho a la noción de política cultural que ejercitan la mayoría de los estados e instituciones civiles, aún en sus acepciones más “democratizantes”. Estas políticas culturales, puestas en práctica por los movimientos sociales, logran más sintonía con la búsqueda de democracias participativas, puesto que con frecuencia están cuestionando y desestabilizando las culturas políticas dominantes impuestas por las élites gobernantes. Desde esta otra mirada, una política cultural es “el resultado de articulaciones discursivas que se originan en prácticas culturales existentes (nunca puras, siempre híbridas, pero que muestran contrastes significativos con respecto a culturas dominantes) y en el contexto de condiciones históricas particulares” (Escobar, 2001). El ámbito cultural siempre está atravesado por dimensiones políticas, sociales y económicas. Los cuestionamientos, las tensiones, las transformaciones que se dan en estos escenarios culturales no son menores para las luchas políticas: juegan en realidad un papel crucial en la construcción de significados, y a su vez, estos constituyen, le dan identidad y sentido a los procesos que buscan darle nuevos alcances al poder social. Cuando los movimientos sociales ponen en su agenda el cuestionamiento de los significados y las simbologías de la cultura política dominante, están ejercitando, implícita o explícitamente, una política cultural propia. Concluyendo, si retomamos la idea inicial de que para renovar y revitalizar el concepto y la práctica de las políticas culturales es necesario también renovar la cultura política, encontraríamos en los movimientos sociales, barriales y comunitarios latinoamericanos el potencial necesario para transformar cualitativamente la cultura política dominante a través de sus propias y particulares políticas culturales. Esto sería un camino posible para

lograr, en términos de Chaui, una “ciudadanía cultural” que se exprese participativa y transformadoramente en sus propios destinos culturales y políticos, es decir, el ejercicio real de una democracia participativa que contemple la diversidad cultural, en los términos y con los recaudos con que la hemos abordado en este artículo. A esto urge que apostemos todos: los intelectuales y estudiosos, los responsables de las políticas culturales oficiales, los activistas de las distintas organizaciones y movimientos sociales y comunitarios, desde la academia, desde las instituciones y desde la “calle” misma.

Citas textuales y referencias 1  Profesora de Filosofía en la Universidad de San Pablo (Brasil). 2  Señalamientos del profesor José Efraín Valenzuela, especialista en temas culturales de amplia trayectoria en la República Bolivariana de Venezuela. 3  Efraín Valenzuela citando a García Canclini en el marco de la discusión sobre la Ley Orgánica de Cultura en la República Bolivariana de Venezuela. 4  Destacado sociólogo y antropólogo brasileño. 5  Sociólogo argentino radicado en México. Uno de los principales referentes de los estudios culturales en América Latina. 6  El profesor y ex ministro de Cultura de Colombia Juan Luis Mejía Arango, cita al profesor Jesús Prieto de Pedro. 7  Antropólogo colombiano radicado en Estados Unidos. Coordinador del grupo Modernidad / Colonialidad, vinculado al pensamiento decolonial que aglutina a varios intelectuales latinoamericanos.


Correo de Lectores

Por ahí anduve yo...

Fe de errata...

Resulta paso ayer por la Feria del Libro y miro el mostrador del Chaco. Me acerco y observo los anaqueles y mesas y no hallo un libro de Don Adolfo Cristaldo. A ese libro lo leí allá por el ‘69 en Santiago del Estero. Se llamaba Raza Chaco. Aquella vez fue muy fuerte. Después lo encontré en Cosquín a Don Cristaldo, allá por el ‘95 en el Congreso del Hombre Argentino. No pudimos ser amigos por la distancia que nos separaba. Él ya era un hombre de pocas palabras, estaba en la edad de la reflexión, andaba rumiando, miraba y oía quizás deslumbrado por aquellos participantes intervinientes en ese Congreso que exponían y discutían sobre nuestra cultura criolla. Asi las cosas, agarro una revista CHACÚ expuesta en la mesa de entradas y llegado a casa, ya con la tranquilidad necesaria, la leo y encuentro la nota sobre el Fogón de los Arrieros. Fui a visitar aquel Fogón en el ‘79 y ya estaba cerrado. Ese año concurrí al Festival del Aborigen que se hacía en Quitilipi, organizado por un maestro luego asesinado. El caso es que después encuentro una nota sobre Megafón o la Guerra, de Marechal, ese escritor fundador de nuestra Primera Escuela Nacional de Danzas que en la década del 90 fuera aristocráticamente cerrada por un gobierno que no sabía bailar ni danzar ni quería profesores de Danzas Criollas. Sigo leyendo y en la parte de “Los Alimentos del Monte” citan un asentamiento a 20 kilómetros de Castelli. Pues en Castelli anduve allá por el ‘99 rindiéndole homenaje a un jinete muerto en el campo de destrezas, acto realizado en el cementerio de esa localidad. Sólo faltaba una nota sobre NOCKAISHPA SAPICUNA en Pampa del Infierno para tener cartón lleno, o alguna mención sobre el Mesón de Fierro allá en el deslinde con Santiago del Estero, pero bueno, como dijo Favio: “Otra vez será”. Un abrazo. Julio Rodríguez Ledesma 23 de abril de 2012

Hemos leído con mucho interés la Revista Chacú N° 15 de junio de 2012. Queremos hacer llegar nuestras felicitaciones por la calidad y calidez de la misma. La primera nota que leyó la abuela Raquel fue “Las ruinas de Jalón”, de Daniel Chao, ya que ella tiene muchos recuerdos, pues conoció a Villa Jalón en su mejor momento y viajó desde Puerto Vicentini hasta allí en el “Trencito Dodero”. Ella detestó (sic) un dato erróneo en el texto donde dice: “La escuela, que lleva el nombre de la esposa de Femenía, doña Josefa…” . Al respecto queremos aclarar que Josefa Femenía (Pepa) era hermana de don Femenía y su esposa se llamaba Ana Castelán Comar. Estos datos pueden ser consultados en el libro Historia de Villa Jalón y su impulsor José Femenía, de Ana J. de la Fuente Castelán de Alonso. Saludamos a la Sra. Presidente del Instituto de Cultura, y por su intermedio al autor del relato, muy atentamente.

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Revista CHACÚ invita a todos sus lectores a sumarse a su nueva sección “Correo de Lectores”. Es nuestro deseo que el aporte de todos ayude a enriquecer esta publicación, que con gran esfuerzo está en las calles hace más de cuatro años. Los interesados en publicar deben enviar, además del texto, su número de DNI, nombre y apellido completo a la dirección chacotodaslasculturas@ gmail.com. Por último, aclaramos que el envío del material no asegurará su publicación; las cartas serán seleccionadas de acuerdo al criterio editorial de la revista.

Cristina L. Moreno 3 de septiembre de 2012

Ilustración: Fabián Roldán



El ladrido es el mensaje Algunos ciudadanos chaqueños (que cada vez son más) opinan que al perro Fernando se le ha dado demasiada prensa, e incluso, una innecesaria fama intelectual. Por eso, invitamos a uno de nuestros colaboradores para que, desde la ficción, se explaye sobre los matices de esta vida de perros.

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Por Miguel Ángel Molfino Ilustración: Kike Rousselot

El perro Fernando fue un fenómeno extraordinario que nos sucedió a los chaqueños entre los años ´50 y ´60. Este perro vagabundo (aunque siempre impecable porque todas las familias se turnaban para bañarlo) era un animal de gustos exquisitos: le gustaba asistir a los conciertos de la sinfónica local, participar de mesas de café entre intelectuales, concurrir a reuniones sociales elegantes, etc. Alberto Cortéz le dedicó el tema Callejero, que después fue versionada por Attaque 77. Yo lo conocí porque era un permanente convidado a las fiestas de mi familia, en las que asistía el gobernador y ministros en ocasiones. Fernando llegaba, todos lo saludaban con una palmadita y mi vieja le servía un plato con bocaditos y un café cortado en tacita (era fanático del express cortado). El tipo comía, se lengueteaba su café, se sentaba junto al gobernador o de alguna persona de relieve (era sensible al olor del poder), escuchaba y cuando todo le parecía una gilada, se marchaba despidiéndose con un par de ladridos. Había sido criado por un músico y cantante, Fernando Ortíz, de allí -parece- le venía el oído privilegiado que tenía para la música. Cuando se acostaba para escuchar la sinfónica en primera fila del Teatro Sep, Fernando escuchaba atentamente. Y, dice la leyenda, que cuando detectaba una disonancia en la interpretación, aullaba y se iba, como una forma de crítica musical perruna. También conviví con él (yo tendría 10 años en los ´60) en las mesas intelectuales del Café Sorocabana. Allí se reunía mi viejo, con escritores, plásticos, intelectuales, diletantes y gente de teatro. Fernando se subía a la mesa y el mozo le acercaba su cortado sin que nadie lo pidiera. Lo tomaba, escuchaba, por ejemplo, una discusión sobre El ser y la nada de Sartre, por ahí pegaba un ladrido (¿una opinión?) o en su estilo terminante, se las tomaba murmurando ladri-

dos, como si se fuera puteando entre dientes. Era el mimado de Resistencia y aún así, un tarado anónimo lo molió a golpes y falleció al otro día de la golpiza. No se imaginan la indignación popular. El gobernador ordenó una investigación. Queríamos la cabeza “viva o muerta” (como dijo un amigo) del asesino de Fernando. En Resistencia se sufrió menos la muerte de Kennedy que la de nuestra entrañable mascota. Se le levantaron dos monumentos públicos: uno en el sitio donde fue enterrado, frente a El Fogón de los Arrieros, y el otro, una gran escultura frente a Casa de Gobierno. Todos los años se lo recuerda frente a su tumba. Hay oradores y flores. Este año, como escritor fui invitado a hablar en ese acto tan importante para los chaqueños, aunque les parezca mentira. Se habían reunido más de 50 personas y en primera fila había un perro “x”, un vagabundo, que -a falta de no tener que hacer otra cosa- estaba estacionado allí. Yo había preparado un breve discurso que se iniciaba con una cita de la perra Lassie. Obviamente, la cita tenía que ser ladrada porque Lassie jamás habló o fue traducida al “humano”. De modo que empecé a ladrar y sorpresivamente, el perro vago de la primera fila me contestó con una pirotecnia de ladridos, yo volví a ladrar y el perro hizo un solo y terminante ladrido, como diciendo “yo no discuto con boludos”. La carcajada fue generalizada y me costó terminar mi incursión: tenía miedo a que el perro vago me pusiera otra vez en ridículo. Lo que muestra de interesante nuestro Parnaso de artistas e intelectuales es una curiosidad acaso única en el planeta: el intelectual que tiene

más de una escultura que lo evoca, jamás habló. Como Cicerón, dictó sus Catilinarias pero en ladrido puro. Fernando, que duda cabe, fue un bon vivant de las calles de Resistencia.


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