Dr. Antonio Kobayashi Gutiérrez
SOCIO - MEDICINA
ENCUENTRO MÉDICO - PACIENTE
I
nnumerables líneas se han escrito sobre el encuentro médico/a-paciente, por lo que el ejercicio de retomar este tema puede ser riesgoso, por ello les pido paciencia ya que la empresa en la que nos embarcamos es de suma importancia en los tiempos actuales en los que la reducción del enfermo es a la de un usuario de los sistemas de salud. Este encuentro ha sido la base de la construcción de todo el modelo de la medicina actual, siendo descrito por García de Alba (2002) como una interacción informativa que se da desde la intersubjetividad de dos personas, en donde el poder, el estatus y la autoridad surgen como barreras comunicativas. Su fin es el de crear certeza comunicativa ante lo impredecible que es el fenómeno de la enfermedad para, como menciona Ricoeur, evitar que la biografía del sufriente se vea interrumpida. Teniendo los actores que participan en el encuentro una libertad limitada, el vínculo de la relación intersubjetiva durante el encuentro se da en/desde la comunicación donde: 1. los que participan tienen una capacidad diferente en el manejo de los sistemas lingüísticos; 2. existe una agenda propia, una institucional y una compartida; y 3. una diversidad de mundos sociales desde los que los actores hablan. El vínculo emergente entre el paciente y su médico/a es fincado en la intersubjetividad que permite el acto del comunicar. Este es un elemento pivote para la construcción de un proyecto terapéutico que marque los deberes que se deben perseguir y los faltantes en los que se ha
20 MAYO - JUNIO 2022
de trabajar. Esta intersubjetividad es modificada por la interacción de tres dimensiones, lo que permite la construcción del hecho, su valoración y por último la identificación de posibilidad de intervención. Estas dimensiones que denominamos objetiva, subjetiva y cultural/social nos permiten entender de manera holística la vivencia del humano en un mundo real que puede ser nombrado, lo influenciable por sus estados mentales internos, dando pie a estructuras sociales que permiten la sobrevivencia en un ambiente hostil. La primera de las dimensiones es la objetiva. Esta surge de la capacidad que tenemos de documentar la enfermedad para constituirse en una narración histórica de la afección del enfermo. La meta de esto es la construcción de un conocimiento que otorgue reglas que permitan el predecir los comportamientos esperados de la enfermedad. Siendo la medicina fuertemente inspirada por
los éxitos de la física, es imposible el negar su influencia en la construcción de los sistemas médicos con modelos matemáticos cercanos a los utilizados por esa ciencia. De esta aspiración surge el movimiento titulado medicina basada en la evidencia en la Universidad McMaster en Canadá, para dar respuesta a la necesidad de una estandarización de los tratamientos médicos buscando hacerlos efectivos, eficaces y costeables. La ciencia dista mucho de ser amoral, siendo su importante poder destructivo evidenciado con la creación de la bomba atómica o los experimentos realizados en los campos de concentración nazi, lo que ha dado pie al nacimiento de la bioética. Un claro ejemplo cercano es el caso de los triage respiratorios, propuestos en tiempos de pandemia producida por el virus SARS-CoV2, en donde la asignación de recursos escasos - como los ventiladores - se guió por la utilización de una escala como el qSOFA.