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¿Cómo se formaron los "Jaboneros"? Entrevista a don Max García

Por: Yareli Domínguez / Fotografía: Israel Hernández

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Centro Libanés guarda muchas historias y anécdotas de largas amistades y momentos en familia, sin embargo, hay una que es sumamente especial, una historia que sin duda nos llena de nostalgia, pero sobre todo nos recuerda que la hermandad entre paisanos y mexicanos realmente existe.

Si eres socio de Centro Libanés seguramente identificas en el restaurante la mesa de los Jaboneros. El diecisiete de marzo tuvimos la fortuna de entrevistar a su presidente desde hace ya varios años, don Max García Vigil, quien a sus 90 años de edad nos contó cómo surgió este grupo de socios, que más que amigos son hermanos.

En 1963, a un año de haber sido inaugurado el club no se veía como lo vemos hoy, se contaba con muchos socios, pero eran pocos los que venían. En ese año, todo empezó a iniciativa de los hermanos Nahum, Eduardo, Alberto y Jorge, quienes invitaron a desayunar a don Max con ellos. Posteriormente al desayuno se unió Roberto Elizalde, Jorge Neme, Eliaz Wayda, Alejandro Husny y así poco a poco la mesa fue creciendo de sólo unos pocos a diez o doce personas.

Don Max García nos contó que fue Pablo Sesin, quien tuvo la idea de ponerle al grupo Jaboneros, ¿Se preguntarán por qué Jaboneros? Pues porque usualmente Munir Salum traía una caja con jaboncitos y los colocaba en el mostrador para que cuando se fueran a duchar cada quien tomara uno; de ahí nació el tan icónico nombre de los Jaboneros.

Fue Enrique Tapia Aranda quien tuvo la idea de crear una mesa directiva dentro de los Jaboneros, por ende, fue el primer presidente del grupo. Después se unió alguien también muy querido, Carlos Letayf, a quien se le asignó el cargo de tesorero, y Pablo Sesin estaba como secretario, mientras que don Max García apoyaba como ayudante en dicha mesa directiva.

Conforme pasó el tiempo el grupo de los Jaboneros creció hasta llegar a ser más de 60 personas. Se unió Antonio Harfush y Nicolás Musi, quienes eran muy entusiastas y también cumplieron con el cargo de presidentes dentro del grupo.

William Rasam y Pedro Manzur también forman parte importante y hasta la fecha van a desayunar todos los días al club.

¡Muchos seguramente identifican el emblemático escudo de los Jaboneros! Pues en aquel entonces se realizó un concurso de escudos, el ganador iba a representar a la Asociación de los que diario se bañaban en el club y posteriormente desayunaban, dicho concurso lo ganó don Max, y con mucha gracia nos lo contó:

Fue muy fácil ganar el concurso ¿por qué?, porque fui el único que trajo el dibujo.

En la empresa donde yo trabajaba había un dibujante, era buenísimo, le expliqué que quería un diseño que representara a los Jaboneros y al club. Él fue quien dibujo al famoso gallo con un jabón en la mano, la alberca, el trampolín con un gallito tirándose un clavado, la regadera y un socio tomando un baño de vapor.

Dicho cuadro fue pintado al óleo y más adelante fue firmado por cada uno de los integrantes por la parte de atrás y se lo obsequiamos a una persona muy querida y sumamente importante para el club, don Elías Fajer que como ya sabemos es uno de los fundadores de esta casa libanesa.

Ya teníamos un tesorero pero, ¿cómo comenzamos a reunir dinero?, es una historia muy agradable, cada quien aportaba en aquel entonces los $20, $30 pesos y como la mayoría era fabricante o representante de algo, cada uno traía un producto para rifar y con eso reuníamos el suficiente dinero para organizar eventos sociales y fiestas.

Hubo mujeres que también fueron parte importante dentro del grupo, ellas eran las esposas de los miembros, como Lupita Salum, Evita Tame y, por supuesto, doña Nelly esposa de nuestro querido don Max García, ellas también colaboraban en la organización de eventos y además hacían reuniones y fiestas en su casa.

-Hoy en día convivimos con muchos de los nietos de los miembros del grupo y he pasado por muchas generaciones.

Don Max también nos contó la historia de cómo comenzó a ser socio de esta casa.

-Tuve la suerte de tener un fuerte lazo con la familia de don Elías Fajer. Cuando él se casó con Concepción Fajer, yo los conocí porque los hermanos de la esposa de don Elías eran íntimos amigos míos cuando éramos chiquillos, llegó un momento en que don Elías comienza a construir este club junto con sus dos hermanos, Don José y Don Antonio Fajer; el señor Elías nos ofreció ir a su nuevo club, en ese entonces costaba $5,000 pesos mxn la membresía, y me dio la oportunidad de pagarla en abonos de $500 pesos mensuales. Así fue que llegué al club, a través de don Elías Fajer.

¡Gracias por compartirnos tan preciada historia!, nos enriquece escuchar las palabras de uno de los que vio nacer este gran grupo. Es motivador saber que el legado de los Jaboneros continúa día con día, pues siguen reuniéndose a desayunar y a demostrar que la hermandad y la unión siempre existirá entre ellos. Y por supuesto no nos podíamos ir sin una buena anécdota: Comenta don Max:

Yo tenía un buen negocio y quebré, se me fue abajo. Bueno, yo vine a desayunar como de costumbre y dos grandes señores paisanos me invitaron a tomar café, Toño Harfush y Munir Salum.

- ¿Oye que quebraste? Me dijeron. - ¡Nada de que quebraste! No cierres tu negocio, tienes nuestro apoyo, todo lo que necesites. Creo que es un gran detalle de solidaridad de esta comunidad.

Centro Libanés nació con la idea de reunir a la comunidad libanesa, para que los paisanos tuvieran un recinto en donde convivir, sin embargo, los hermanos Fajer pensaron en no sólo recibir a socios libaneses, sino también a socios mexicanos, debido a que fue México quien les abrió las puertas para brindarles un nuevo hogar.

Los Jaboneros recalcan los valores de Centro Libanés, recalcan la unión, la hermandad, la compañía y la fortaleza.

Los libaneses fueron recibidos con los brazos abiertos, a mí me recibieron de la misma manera. Para mí, el CENTRO LIBANÉS no es mi segunda casa, es mi hogar.

Max García Vigil

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