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HOMILÍA 08:00H DE LA MAÑANA DÍA DE LA BEATA INÉS (Primera Parte)
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Hermanas queridísimas, hermanos y hermanas qué alegría, qué gozo poder empezar este día celebrando la Eucaristía. A pesar de las dificultades ¿verdad? todos estamos pasando momentos dificilísimos, tenemos miedo todos, ustedes, y los sacerdotes y las Hermanas y el Papa y todo el mundo. Esta pandemia, este momento de dificultad, pone a prueba a cada uno de nuestros corazones y nuestras almas, hermanos y hermanas. Pone a prueba nuestra capacidad de confiar en el Señor. Pone a prueba nuestra capacidad del amor, de la esperanza y de la fe, fundamental en nuestra vida. Pero pensaba tantas veces que nos hemos aclamado a la beata y hemos aclamado al Señor: Señor, quítanos esta enfermedad, Señor, quítanos esta pandemia, Señor, aparta este virus, obra Beata Inés el gran milagro de tu vida, protégenos por lo menos a Benigànim ponle una muralla, pero no es así. Y la beata Inés nos enseña en primer lugar y fundamentalmente que la dificultad es la compañera de camino del ser humano mientras estamos aquí. Hemos venido a nuestra tierra a nuestro mundo somos creados por el amor de nuestro Dios, pero juntamente con el amor de nuestro Dios, también convive nuestro egoísmo humano, y también convive en nuestro corazón esa prueba continua que el enemigo nos pone delante para que reneguemos de Dios, simplemente es eso el demonio, ese maligno, ese tentador que está ahí siempre intentando apartarnos del que nos regaló la vida y nos la regaló en abundancia y con la capacidad de ser felices y está constantemente tentando a la humanidad entera. Dios Nuestro Señor nos ha permitido a través de la Beata Inés, encontrar un ejemplo de que en la vida siempre vamos a tener la dificultad, la enfermedad y la tentación de alejarnos del Señor. Pero ella supo muy bien y entendió muy bien desde pequeña, que había una luz y un resplandor, que había un niño Jesús y de un Dios en el cielo mucho más grande que la dificultad. Había un Dios en el cielo con tanto amor que
la cegaba de enamoramiento, y era mucho más fuerte que la dificultad de ser pobre, de quedarse sin padre, detener la dificultad de casi un abuso por ahí y tener que escapar por la ventana. Cualquier dificultad en Dios y en Cristo Jesús se convierte simplemente en un camino y en una fuerza para dar un salto a la vida, a la confianza en Dios y al amor de Dios. Cada año cuando hago la novena de la Beata pues unos días estoy más distraído, otros, más atento, este año me llamaba profundamente la atención el amor de la Beata Inés, y encontraba esa clave para mi propia vida y os lo quiero compartir a vosotros y a las Hermanas. Esta dificultad que vivimos es una oportunidad que tenemos de oro, para renovar nuestra confianza en el Señor. Es una oportunidad de oro que tenemos todos y cada uno de nosotros para decirle de nuevo al Señor: tú eres el Señor de mi vida, tú eres el Señor que me ha creado y me ha creado por amor y enamorado de mi vida. Y no vas a permitir que un virus me quite la vida a pesar de que pueda morir físicamente, sino será antes será después. Tú Señor, eres el Dios que me enamora cada mañana para que pueda aprovechar mi día a día en lo más importante; en la alegría, en el servicio, en el amor a los demás y no en el estar pendiente si me voy a contagiar o no, o el estar pendiente de mis propios gustos, intereses y lo que me da placer a mi vida. Hoy queridísimas hermanas Agustinas, ustedes también son el testimonio
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de este monasterio de que se puede vivir, con la confianza plena en el Señor que llena el corazón completamente. Ustedes son como la beata Inés un signo en medio de Benigánim, de la diócesis de Valencia y del mundo entero que se puede vivir con esa pobreza, castidad y obediencia que fija solamente el interés de la vida en Dios. Nosotros que no somos Agustinas Descalzas y que no somos de clausura, pues también tendremos que tener otros intereses y otras vocaciones, estupendo claro que sí. Pero siempre en vosotras nos gusta encontrar es luz de Jesucristo resucitado, del Redonet de Quatretonda. Esa luz que nos ilumina todos los días y nos da confianza en el Señor. Necesitamos Hermanas su sonrisa, necesitamos hermanas sus transmisiones en el YouTube, necesitamos hermanas encontrarlas aquí día tras día rezando y siendo testimonio de que aquí también una persona como nosotros de carne y hueso, de Benigànim que parlava valencià- no sabría parlar otra cosa pobreta meua parlava valencià -transparentaba todos los días de su vida el amor de Dios. Y eso nos hace falta verlo en ustedes, compartirlo con ustedes y vivirlo cada uno de nosotros en nuestras propias, vocaciones. Los sacerdotes, los casados, los solteros, las viudas, los que tenéis hijos, los que no, todos y cada uno de nuestros días hermanos y hermanas, tenemos la oportunidad cuando nos levantamos de continuar viviendo el amor de Dios aún a pesar de la dificultad; nunca la beata Inés se desanimó en el amor a Dios, en su vocación y en su profunda vida cristiana, en encontrar y buscar su camino, ese camino de la vocación religiosa que tanto amaba, e incluso aquí, con las dificultades que las propias Hermanas le ponían, pobrecitas por ignorancia porque mira- ay es que es un poco ignorante ,ay la nina es que mira què es : Caure-li la clau. Ahí hay una calle que está llenísima de llaves ¿no? madre mía” hay una montonà de pous y de clauetes”. CONTINUARÁ…
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21-01-22 D. Juan Antonio Cabanes
EL MISIL DE LA PAZ “Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.” (Jn 20, 19-22)
Jesús Resucitado en su primera aparición a sus discípulos pronunció por dos veces estas breves palabras, alejándoles del miedo e inseguridad que ellos vivían en aquel momento. En este encuentro ocurre para los discípulos el comienzo de una vida nueva. Una vida que empieza a ser cambiada por medio de una señal. La paz fue la primera señal de la resurrección trasmitida por el Señor. En seguida les enseñó las manos y el costado y así, ellos se alegraron de ver a su Maestro. Esta experiencia de acoger la paz no como un saludo sino como una prioridad a ser compartida forma parte de la vida cristiana. Cuando somos receptores y mensajeros de la paz conseguimos ver la realidad concreta sin disfraces, porque la fuente de la paz es la Verdad. “Aprendamos a fundamentar la paz en la verdad de una existencia cotidiana inspirada en el mandamiento del amor” (Papa Benedicto XVI -Mensaje, 8 de diciembre 2005). La paz apoyada en la verdad es la realidad más pura que nos identifica como hijos de Dios.
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Comprendiendo el sentido efectivo de la paz, no viviremos contaminados por la comodidad de los acontecimientos y no nos acostumbraremos a aceptar con normalidad las insidias del mal. La paz de Jesús no se amolda a los criterios del mundo que nos arrastran a la “libertad” sin freno. También no podemos confundir la paz con la indiferencia, la paz no es inercia..., la paz es dinamismo: Es sensibilidad comunitaria, es un combate, es una conquista, es un desafío, es defender los derechos de la vida combatiendo toda forma de crueldad e injusticia. La paz autentica nos conduce al discernimiento de la voluntad de Dios: “lo bueno, lo agradable, lo perfecto” (cf Rm 12,2). Si Jesús fue y es señal de contradicción para muchos (cf Lc 2,34), no podemos escandalizarnos cuándo también somos criticados y perseguidos por causa del Reino de Dios. Jesús nos dijo: “No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada”. (Mt 10:34). La espada que Jesús nos trajo no es para destruir, matar o causar cualquier violencia. Esta espada es la Palabra de Dios: “Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón” (Heb 4,12). La Palabra nos educa, nos forma, nos renueva, nos exhorta, nos convierte, nos da la fuerza y nos concede la paz interior. Esta Palabra es el “MISIL” más potente que nos capacita a desarrollarnos bien en nuestra MISIÓN. Es la comunión con Dios que nos permite encontrarnos con nosotros mismos y que nos lleva por el sendero de la única y verdadera paz, esta paz que es fruto del Espíritu Santo de Dios. Como los discípulos, sepamos también ACOGER CON ALEGRIA la presencia de Jesús que siempre nos llena de paz y seamos generosos en propagar la paz a los que están más cerca de nosotros.
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“La paz, que lleva consigo la alegría, el mundo no puede darla. Siempre están los hombres haciendo paces, y siempre andan enzarzados con guerras, porque han olvidado el consejo de luchar por dentro, de acudir al auxilio de Dios, para que El venza, y conseguir así la paz en el propio yo, en el propio hogar, en la sociedad y en el mundo. Si nos conducimos de este modo, la alegría será tuya y mía, porque es propiedad de los que vencen; y con la gracia de Dios —que no pierde batallas— nos llamaremos vencedores, si somos humildes.”(San Josemaría Escrivá- Forja/Lucha cap 2, 102) Hna. Fabiana Del Inmaculado Corazón de María Agustina Descalza
ORACIÓN ¡Oh Dios mío!, que adornaste a la Beata Josefa María de Santa Inés de Benigànim con abundantes gracias, elevándola a la más encumbrada santidad, otorgando por su intercesión señalados favores del cielo, concededme ahora por mediación de vuestra enamorada sierva la gracia que deseo alcanzar (aquí se expresa la gracia que se desea obtener) a fin de que sea pronto glorificada y coronada con la diadema de los santos, para gloria de Dios y esplendor de nuestra fe. Amén.
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HISTORIA PARA NIÑOS-TEMAS SOBRE LA FE CATÓLICA EL HUERTO DE LAS VIRTUDES DE LA BEATA INÉS DE BENIGÁNIM (I)
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¡Hola! Soy el hortelano de las virtudes. Mi trabajo es cultivar y cuidar de la huerta de cada corazón. Cuando encuentro una tierra muy buena lo primero que echo es la semilla del amor… Esta semilla es la responsable para el crecimiento de los mejores frutos. La virtud es como un fertilizante que nutre la tierra y que colabora para la cosecha de las hierbas buenas. Para entender mejor…vamos a conocer hoy dos hierbas buenas del huerto de la Beata Inés… 1ª Hierba buena: AMOR A LA IGLESIA. La Beata Inés hacía muchos actos de humildad y de amor a Dios y con profundo afecto, ternura y gratitud, reconocía su lugar de hija en la Iglesia. Recibimos de Jesús el “DNI de la fe”, “la tarjeta” que nos identifica como cristianos. Este regalo la misma Beata lo expresa con sus palabras: “Gracias a Dios que somos hijas de la Madre Iglesia. ¿Quién podría hacernos dignas de esto, sino la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo? Pues, mientras se pierden tantas almas infieles, nos ha creado entre cristianos por sola su bondad y misericordia.” La Beata veía en la Iglesia el amor de una madre que abraza, acoge, escucha y se preocupa con sus hijos. Sentíase privilegiada por pertenecer a la Iglesia. Sabía que en el mundo existían muchas malas hierbas que se mueren sin cuidado de nadie, por eso, rezaba, amaba y ofrecía lo mejor que tenía de su vida para que este “fertilizante” llegara a ayudar a otras tierras…
¿Te sientes aburrido en la Iglesia? ¿No tienes gana de ir a misa?... Si quieres ser una hierba buena, entonces, hay que rezar, hay que dejar de lado la pereza y empezar desde la infancia a pensar que la Iglesia también es tu casa, también es tu familia… 2ª Hierba buena: AMOR A LA VERDAD. Un corazón sincero buscará siempre decir la verdad. La Beata era una jovencita muy trasparente, su obrar reflejaba todo su interior. Ella entendió el sentido de ser creada a imagen y semejanza de Dios…Entendió que esta imagen original debe ser cuidada, por eso, no decía mentiras, rechazaba la falsedad y toda forma de fingimiento. La Beata decía: “Hermanitas, no digáis nunca palabra la cual no sea así como la decís.” Ella nos invita a reflejar siempre la sinceridad. Al mirar a un espejo, ¿qué es lo que vemos? A nosotros mismos como somos sin disminuir y aumentar nada. Por eso, el espejo tiene que estar limpio, tiene que estar entero sin ninguna ruptura. Cualquier forma de mentira deforma la imagen bella que Dios creó. Es mejor acostumbrarse a decir la verdad en todo momento, esto es virtud, eso es cuidar de la hierba buena. No hay que tener vergüenza de la verdad, porque la Verdad es Jesús y con Jesús estamos siempre felices y bien acompañados. Muchas cosas del mundo como los videojuegos, el móvil, la televisión, las películas, las ficciones nos encantan y nos sorprenden, pero, debemos buscar antes que nada CONOCER y CRECER en la verdad. Por eso, estas dos hierbas están juntas: si CONOZCO a la Verdad no dejaré de ir a la Iglesia, si voy a la Iglesia CRECERÉ en la Verdad…Es igual a conocer una persona muy buena y con el tiempo hacer cultivar y crecer en la amistad con esta persona… Nuestro tiempo se ha terminado…en la próxima Revista hablaremos de dos hierbas buenas más: AMOR A LA SENCILLEZ E INOCENCIA Y AMOR AL TRABAJO.
Texto: Hna. Fabiana Souza Duca de Aguiar-Agustina Descalza Dibujo: Pablo Sempere Morant
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NOTICIAS Este año los festeros de la Beata del 2021 y 2022 quisieron dar la oportunidad a los vecinos de Benigànim de ver pasar la imagen de la Beata por todas las calles, incluso las más alejadas del centro histórico y que no están incluidas en los siete recorridos de la procesión de la Beata. Para ello alquilaron el “maremóvil” de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados y así durante unas cuatro horas se vivió el hecho histórico de recorrer, la imagen de la Beata, la totalidad de calles de Benigànim.
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SE ACEPTAN INTENCIONES DE MISA. IBAN ES44 2100 7848 3213 0014 7479
AGRADECEN FAVORES Aprecio mucho a la beata Inés. Cuando tenía 9 años me salvó la vida. En las fiestas de San Pere, en la localidad vecina de Quatretonda, sueltan toros por las calles del pueblo. Un día uno se escapó y fue a parar a Benigànim. Yo estaba en la calle jugando cuando oí gritar a la gente. Fui a ver lo que ocurría y en ese instante vino el toro hacia mí, me llevo hacia la pared, quedándome atrapada por sus cuernos, uno en cada lado de mi cuerpo, dejando dos agujeros en la pared. Una mujer, llamada “Carmen la lloreta” lo vio todo a través de la ventana y dijo en voz alta: “Beata Inés acude que mata a la niña”. Su marido, Ángel, saltó por la ventana he intentó alejar al toro. Mientras tanto, otro vecino, “hijo de Carmen la mellá” vino en mi ayuda, me cogió en brazos y entré en su casa. Mi tía Dolores Riera estaba en la puerta de su casa y pregunto ¿qué es lo que está pasando con tanto alboroto? Y le dijeron: es su sobrina, que la ha cogido el toro. Ella rápidamente fue a la casa donde me encontraba inconsciente y me llevo a la suya. Mi tía llamo al médico, don Vicente Ranter, mientras una vecina iba a buscar a mi madre. Cuando mi madre llegó, estaba volviendo en sí. Ella empezó a llorar pensando que me estaba muriendo y el médico le dijo, tranquila su hija vivirá. Cuando abrí los ojos, le dije a mi madre, cuando me ponga buena iremos a visitar a la beata Inés a darle gracias. Tengo 93 años y durante toda mi vida he ido a visitarla, ya que le tengo mucha devoción.
Carmen Ribes Tudela
Las gracias y favores se ruega lo comuniquen a las Agustinas Descalzas del Monasterio de la Beata Inés.
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FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN
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M.M. Agustinas Descalzas- Monasterio la Purísima, San José y Beata Inés- c/Leonor Ortiz, 4 46830 Benigánim (Valencia) Teléfono: 962 92 02 94 info@beatainesbeniganim.com www.beatainesbeniganim.com