Beata Inés de Benigánim

no.143 / 2023

Qué alegría más grande, hoy es el día de la Beata y la plaza que lleva su nombre, a las puertas del monasterio donde ella vivió, se llena de devotos que vienen por agradecer su favor y acompañamiento constante, en el día que conmemoramos que la Beata llegó al cielo, a la gloria eterna.

No puedo agradecer la presencia de ninguno hoy en esta plaza, porque es al contrario, cada una de las personas que hoy nos encontramos aquí hemos de estar alegres, porque es un regalo que Dios nos haya invitado a esta Eucaristía en un día tan solemne como el de la Beata Inés. Ella decía que más amaba ser monja, que reina de todo el mundo, de la misma manera no podemos concebir un 21 de enero sin estar aquí, porque no hay nada mejor en el mundo. No obstante, sí que valdría saludar al arzobispo de Valencia, hace bien en estar aquí, porque las ovejas, necesitan de su pastor. El fervor popular y la piedad de la calle no le han faltado nunca a la Beata ni tampoco a las Agustinas Descalzas, como tampoco lo ha hecho el favor del cielo. Aprovecho, don Enrique, para pedirle que cuide también de esta devoción y de esta Orden de Agustinas Descalzas, que son uno de los mayores tesoros de la iglesia valenciana.
El día de la Beata es un regalo impagable que nos hace el cielo cada año, un regalo como la primavera, que cada año es igual, pero siempre distinta. Pensamos que es una ofrenda que le hacemos a la Beata y en realidad, es la oportunidad de ser más hermanos, más pueblo.

No obstante la comisión de fiestas de la Beata quisiera agradecer a todos aquellos que nos han ayudado y han hecho posible el día de hoy. De manera especial a todos los que lo han hecho con alegría y desinterés. En los meses que llevamos organizando esta fiesta hemos podido constatar una verdad: quien más trabaja y participa en la fiesta no son los más ricos, ni los más inteligentes, ni los que han sido festeros, ni los que quieren serlo, ni tampoco los más devotos, ni los que están en las fotografías, ni los más protagonistas, son los que más se parecen a la Beata: los más inocentes, los más sencillos, los más humildes, los que no hacen de esta fiesta la suya, sino la de la Beata, que por algún motivo a este día en Benigánim se le dice el Día de la Beata, a toda la gente sencilla, la que adorna las calles, la que participa en los milagros, a los que llenamos los bancos de la Novena, a todos los devotos forasteros de la Beata que durante décadas habéis llenado las calles de Benigánim, qué falta nos habéis hecho estos años de la pandemia, habéis hecho de nuestra fiesta un río de devoción que le ha imprimido un carácter propio que la hacía especial y la distinguía. Benigánim os estará siempre eternamente agradecido. A todos los que han trabajado hoy por la fiesta, directa o indirectamente, al Ayuntamiento y a todo su personal que ha colaborado en todo lo que ha sido necesario, a don Antonio que ha secundado cuando se le ha propuesto, a las Agustinas Descalzas, que anteponen la caridad a los muros de la clausura y a nada nos han dicho que no. A todos, y a los que he olvidado, que la Beata les lleve a Nuestro Señor.
Un agradecimiento muy sentido a todos los que hoy ya no están, pero que otros años han llenado esta plaza, aquellos que cada 21 de enero nos enseñasteis el camino de este templo, los que han hecho esta fiesta. La comisión del 2023 quiere destacar el gozo extraordinario que ha sido en medio de toda la vorágine inmensa que supone organizar este día, descubrir en cada detalle, en cada gesto, en momentos breves y de manera suave y delicada la presencia divina.

Como un mensaje del cielo que dice, estoy aquí aunque no lo parezca, aunque no me veáis. Ha sido un año que, como en el Evangelio hemos sido Marta, inquietas y nerviosas por muchas cosas, pero siempre Él ha tenido un momento para recordarnos que en la vida de la Beata, solo una cosa es la importante.

Beata Inés, tú eres la compañía más segura, la amiga más cierta. Eres la que nunca falla, la que siempre está, la que nunca juzga sino que espera paciente. Eres el modelo vivo del santo Evangelio. De los que son como niños será el Reino del Cielo; gracias Señor por esconder estas cosas a los sabios y revelarlas a la gente sencilla, el Señor dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes, quien quiera ser el primero sea el último y el servidor de todos, en los pequeños tiene Dios su conversación. Eres una superdotada del amor, una heroína de la cotidianeidad, los beniganenses del siglo XVII y los del XXI tenemos en ti una divina mensajera, una puerta abierta al cielo. Gracias Beata Inés, gracias en nombre de todo Benigánim y de todos tus devotos, gracias por tu vida admirable, gracias por tu ayuda constante, gracias por darnos ejemplo de vivir en caridad, por darnos un motivo para mirar con Fe y Esperanza al cielo.

Y finalmente lo más importante: a Dios, Señor nuestro, que ha hecho el cielo y la tierra, que nos hizo este regalo impagable que es la vida de la Beata, que miró a una de nosotras, una chiquilla de Benigánim, para demostrar, una vez más, que no hay imposibles para Él, que la piedra que no quisieron los arquitectos es ahora la piedra angular, hoy es el mejor ejemplo de eso. Hoy es el día en el que Benigánim hace sonreír a Dios, porque Él se alegra de que queramos tanto, a la que Él tanto quiso.
Gracias Señor por la Beata Inés, gracias Señor por permitirnos celebrar un año más que, un sábado 21 de enero la blanca paloma alzó el vuelo camino del cielo.
ORACIÓN

¡Oh Dios mío!, que adornaste a la Beata Josefa María de Santa Inés de Benigànim con abundantes gracias, elevándola a la más encumbrada santidad, otorgando por su intercesión señalados favores del cielo, concededme ahora por mediación de vuestra enamorada sierva la gracia que deseo alcanzar (aquí se expresa la gracia que se desea obtener) a fin de que sea pronto glorificada y coronada con la diadema de los santos, para gloria de Dios y esplendor de nuestra fe.
Amén.
Javier Herrero Llario (Festero Mayor 2023)El camino cotidiano de la vida cristiana está sellada por dos realidades que aparentemente son antagónicas, sin embargo, aportan al mismo tiempo una gran fuerza renovadora. Son ellas: El Bautismo y las tentaciones. El Papa Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret, nos habla sobre esta verdad en el segundo capítulo: “LastentacionesdeJesús”. Antes que nada el autor define claramente la identidad de Jesús como Hijo de Dios Ungido y enviado para cumplir su misión. En el Bautismo Jesús recibe la unción visible que le concede formalmente la dignidad como Rey y como Sacerdote. La unción es poder, es autoridad, es don gratuito. “Toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de rotación” (Santiago 1,17). Dios no vuelve atrás, ni se arrepiente de las gracias y beneficios conferidos a sus elegidos. La misión de Jesús es entrar en el drama de la existencia humana, es bajarse para levantar el hombre caído. Hay un detalle muy específico en este relato de las tentaciones, donde el Espíritu Santo lleva a Jesús al desierto. Dejarse llevar por el Espíritu es tener la seguridad de que la fuerza de la tentación y del engaño no pueden controlar las circunstancias que afrontamos. Solo cuando existe el consentimiento a la tentación, entonces sí, se cae en la trampa del pecado. Sin duda, sabemos que somos tentados cuando servimos a Dios, cuando buscamos escuchar su voz y cuando queremos cumplir su voluntad. Si mantenemos la mirada fija en Jesucristo, el Espíritu Santo siempre nos hará memoria de la verdad, iluminando nuestra conciencia delante de las acciones y decisiones que tenemos que tomar, alejándonos de la confusión y de la distorsión de la realidad. Para vencer las tentaciones es necesario conocer el bien para defenderse del mal. Es imprescindible entrar en el “desierto queeslugardereconciliaciónysalvación” para encontrarnos a Dios y a nosotros mismos y después fortalecidos por la fe trasmitir el amor de Dios en el testimonio de cada día. Dios no es una imagen, no es una ideología, no es una caricatura. Dios es Amor (I Juan 4,16). Amor encarnado que salva y

¡CALLAD!...LA VOZ DE LA TENTACIÓN
libera al hombre de toda y cualquier esclavitud. La distorsión de la realidad es una grave tentación. El Papa Benedicto afirma: “El núcleo de toda tentación es apartar a Dios que, ante todo lo que parece más urgente en nuestra vida, pasa a ser algo secundario, o incluso superfluo y molesto. Poner orden ennuestromundopornosotrossolos,sinDios,contandoúnicamenteconnuestraspropiascapacidades,reconocercomo verdaderassólolasrealidadespolíticasymateriales,ydejar a Dios de lado como algo ilusorio”. También existe la tentación de querer poner a Dios a prueba imponiéndole posibilidades o mejor dándole órdenes para resolver los problemas inmediatamente. El tiempo pertenece a Dios y Él sabe lo que más nos conviene. Sigue la reflexión de Benedicto sobre la tentación contra Dios: …“Dios debe someterse a una prueba… Debe someterse a las condiciones que nosotros consideramos necesarias para llegar a una certeza…porque dejamos deladotodaladimensióndelamor,delaescuchainterior,y sóloreconocemoscomorealloquesepuedeexperimentar,lo quepodemostenerennuestrasmanos”. Busquemos el Rostro de Dios que fue revelado por Jesucristo. En él encontramos el sentido de nuestra existencia. Con Él conocemos el poder del Reino de Dios que es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. “Podersilencioso,peropoderverdaderoyduradero”.

Texto: Hna. Fabiana Souza Duca de Aguiar Agustina Descalza
