MES DE MAYO, ENCUENTRO DE NUESTRO PUEBLO, CON LA VIRGEN DE SAN JUAN DE LOS LAGOS.

Unamirada a nuestro pueblo de San Juan de los Lagos, en el mes de mayo, nos hace contemplar las maravillas de nuestra devoción mariana que se manifiesta en tantas costumbres vividas con un mismo espíritu de amor.

Da alegría constatar que el amor a nuestra Madre de San Juan de los Lagos está siempre vivo, despertando en el alma cristiana de cada sanjuanense el deseo de vivir como auténticos miembros de la gran familia de los hijos de Dios.

Seguramente para cada uno de nosotros como sanjuanense, el ver en estos días a tantos hermanos y hermanas que expresan de mil formas diversas su amor a Nuestra Madre de San Juan, nos hace sentir más dentro de la Iglesia, más hermanos, como una reunión familiar, como cuando los hijos que la vida ha separado, vuelven a encontrarse junto con su madre, reconociendo el amor y el afecto común.

Nuestra madre de San Juan edifica continuamente nuestra Iglesia y nuestras familias, las mantiene compactas. Al encontrarnos con nuestra Madre de San Juan, nos encontramos necesariamente con Jesús, de quien Ella es Madre y estrecha colaboradora en la obra de la redención. Nuestra Señora nunca se retrae en sí misma, sino que conduce incesantemente a Jesucristo. Para nuestro pueblo de San Juan de los Lagos el mes de mayo es una oportunidad para compartir alegrías y tristezas, gozos y esperanzas, siendo conscientes de la bendición de contar con la protección maternal de nuestra chaparrita.

La Virgen de San Juan de los Lagos, como nuestra gran intercesora, siempre guía nuestra vida, y con sus muestras de amor y cercanía, nos invita a encontrar el hilo de nuestra vida, tomarlo con fuerza y junto con ella seguir tejiendo cada momento y situación que como sanjuanense vivimos día con día.

“Por tu Pureza sin mancha y tu belleza sin igual, cúbrenos con tu manto Madre Santísima de San Juan”.