

habitando de casa a hogar

canvas en blanco
El espacio vacío se convierte en una invitación a imaginar, transformar y crear.
En este momento, la cocina y el comedor ofrecen un lienzo limpio, preparado para ser habitado y lleno de vida.

un toque personal
El espacio empieza a sentirse vivo, lleno de calidez y encanto. Una planta en el centro de mesa respira frescura, mientras el suéter rojo descansa despreocupado sobre una silla, como un abrazo pendiente.
En la sala, la manta verde invita a momentos de confort, convirtiendo este rincón en un refugio que comienza a contar su propia historia.


fragmentos de vida
El espacio se transforma en un rincón acogedor donde cada detalle cuenta una historia. La planta en el centro de mesa sigue aportando frescura, mientras el suéter rojo en la silla y la manta verde en la sala envuelven el ambiente con calidez hogareña.
Una bolsa de mandado descansa en la cocina, señal de una llegada reciente, y al fondo, una pequeña bolsa de mano parece guardar secretos de un día vivido, creando un escenario lleno de humanidad y sencillez.


preparativos en marcha
Las gabetas abiertas murmuran promesas de cocina, mientras detalles cotidianos cuentan historias. Un suéter rojo descansa con suavidad, una manta verde insinúa abrigo, y la planta en el centro de la mesa susurra vida.
La bolsa de mandado y la pequeña bolsa de mano, discretas pero presentes, trazan la armonía de un día sencillo, lleno de movimiento y calidez.


caos controlado
Las gabetas abiertas y el mandado sobre la barra para cocinar muestran el comienzo de una actividad cotidiana.
Un instante sencillo, donde el espacio se llena de vida y todo parece estar en su lugar mientras la cocina empieza a cobrar forma.


primero lo primero
La mesa se cubre con harina, lista para dar forma a la masa.
Los utensilios dispuestos con naturalidad sugieren que todo está por empezar, un pequeño caos cargado de promesas de momentos sencillos y reconfortantes en la cocina.


una receta juntos
La harina se extiende sobre la mesa, mientras un vino y una copa aguardan su momento.
El ritmo de la cocina y el descanso se entrelazan, en un equilibrio de pequeños gestos cotidianos.


unos pasos sencillos
La masa para pasta ya está lista, mientras al fondo la receta guía el siguiente paso.
Un par de tomates y limones aportan color y frescura a este momento sencillo de la cocina.


el comienzo del sabor
Una copa de vino ya servida, un toque de sabor que acompaña el inicio de la preparación.
Los frutos y verduras cortados esperan su momento, mientras la masa está lista para lo que sigue.


entre sabores y compañía
Una segunda copa de vino marca la llegada del primer invitado.
La cocina se llena de acción mientras los ingredientes comienzan a transformarse, un suéter descansando en la silla añade un toque de familiaridad al ambiente.


sabor a encuentro
La pasta danza en el agua, el vino fluye entre risas, y la barra de pan aguarda su corte, como una promesa de lo que está por llegar.
Un instante donde el tiempo se detiene, y los pequeños gestos se transforman en recuerdos compartidos.


la mesa
Coronada por una ensalada que parece guardar frescura, y una tabla de aperitivos esperando ser compartida.
Un momento suspendido entre la espera y la llegada, donde cada rincón se llena de anticipación y la compañía se convierte en el verdadero banquete.


un momento compartido
La mesa ahora llena de risas y más copas de vino, se convierte en el epicentro de la calidez.
Los aperitivos comienzan a circular entre las manos, marcando el inicio de una convivencia que va más allá de la comida.


la mesa en su punto
Seis platos de pasta sirven de lienzo a la conversación, mientras la faena comienza.
El vino se desliza entre las manos, y cada bocado se convierte en un verso compartido, donde la calidez del encuentro se saborea en cada gesto.


el último sorbo
La pasta ya ha desaparecido de los platos, y la sobremesa se instala, tranquila, antes de que llegue el momento de limpiar.
Las copas vacías, las risas que se apagan lentamente, y la calidez del espacio llenan el aire, marcando el final de un capítulo que perdurará.


la sobremesa
La mesa vacía susurra lo que fue, mientras la sobremesa persiste en el aire.
Solo agua y vino quedan, las velas, con su aroma que flota lentamente, dejando que el tiempo se estire en este rincón de calidez.


el café juntos
Después de la comida, el café humea en tazas delicadas, mientras un par de flores danzan suavemente sobre la mesa.
Un nuevo capítulo de conversación florece, donde cada aroma, cada gesto, acompaña la calma que se deja sentir en el aire.


el juego de la compañía
Una baraja de naipes se extiende sobre la mesa, y todos participan en la danza de cartas que se barajan, se reparten y se juegan.
Entre risas y silencios compartidos, el tiempo se convierte en un juego más, donde la compañía es la mejor mano jugada.


las despedidas
La mesa queda casi vacía, solo el mantel sigue contando la historia del encuentro.
Las huellas de la convivencia se desvanecen lentamente, mientras el espacio se llena de la quietud que precede al final, dejando en el aire la sensación de que, aunque se apaga, el momento nunca se olvida.


recoger la mesa
El mantel que antes fue testigo de la charla y el compartir, ahora se desliza suavemente, dejando atrás los vestigios de lo vivido.
El día toca su fin, y en el silencio que queda, la memoria de lo compartido se queda flotando, como un eco que se desvanece lentamente.


el regreso a la calma
La casa se encuentra limpia, y el eco del día se disuelve en la quietud.
El florero, nuevamente en su lugar, enmarca el centro de la mesa, recordando que, aunque el día haya terminado, la esencia de lo vivido persiste en cada rincón, mientras la tranquilidad invita al descanso.


gracias
Díaz, Mauricio
Jimenez González, Cesar Paván, Catalina
Plata Alva, Mariano
Toussaint Irazábal, Elsa
Valcarce, Mónica


