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Veinte películas, una década. Una guía básica

Veinte películas, una década Una guía básica Rogelio Flores

El cine es un espejo que refleja la realidad con exactitud, pero que en ocasiones la deforma, exacerbando sus virtudes o defectos. Entre 2010 y 2019 se exhibieron distintos estilos y géneros, todos, influidos por cambios y transformaciones del mundo real. ¿Cómo será recordado ese cine? Quizá es muy pronto para saberlo. Mientras tanto, tracemos una ruta para resumirlo, considerando a sus realizadores y temáticas y, principalmente, los paradigmas que fueron deconstruyéndose, afectando sus códigos, dando paso a propuestas vanguardistas. A manera de una guía básica, se consideraron dos películas por año.

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2010

Red Social, de David Fincher

La octava cinta de David Fincher es intensa y está perfectamente narrada. Trata sobre la creación de Facebook, en particular, sobre las condiciones en que Mark Zuckerberg se hizo del proyecto. Lo que pudo ser una película anecdótica, sobre un momento importante de la historia actual, se torna en una obra atemorizante sobre cómo se transformarían las relaciones sociales.

El origen, de Christoher Nolan

Si bien Red Social nos advierte sobre las relaciones sociales mediadas por las plataformas digitales, Christopher Nolan consigue con El origen construir un temor delirante: la posibilidad de que sin nuestro consentimiento, nos siembren ideas en la mente, ideas ajenas. Para conseguirlo, se vale de una narrativa alucinante y vertiginosa, donde la gravedad, los espacios y el tiempo, se distorsionan frente a nuestros ojos. Pocas películas ofrecen una experiencia de este tipo; diez años después, ninguna la ha superado. 2011

Drive, de Nicolas Winding Refn

Drive alcanzó el estatus de culto de manera inmediata; es una deconstrucción del género de acción que muta a un relato oscuro y romántico, iluminado por neones, silencioso y lleno de misterio. Narra la historia de un conductor de riesgo que divide su vida participando en películas y conduciendo autos para una banda de asaltantes. Eventualmente, el personaje (una especie de cowboy anónimo) tendrá que pelear por su vida y la de una mujer inocente, todo con una narrativa hipnótica que influyó en el cine de la década entera.

Melancolía, de Lars von Trier

Historia sobre dos hermanas en las últimas horas antes del fin del mundo. Lo que parece una hermosa estrella en el cielo es, en realidad, un planeta llamado Melancolía, que las protagonistas ven crecer poco a poco, debido a que se acerca y, eventualmente, colisionará con la Tierra. Las reacciones de cada una corresponden al pánico o a la resignación, las únicas dos alternativas posibles de la humanidad ante la destrucción inminente. Con ello, el autor danés aborda la depresión y la angustia, en un ejercicio visual inquietante.

2012

Amor, de Michael Haneke

Amor es un drama que revela lo más amargo y triste de la vida en pareja: la decadencia de la salud y el cuerpo. Un matrimonio vive en su vejez un deterioro que los supera y los disminuye poco a poco. El cómo se conserva el amor en la desgracia y ante la cercanía con la muerte, resulta un choque, una experiencia perturbadora, pero también conmovedora.

Argo, de Ben Affleck

Thriller político basado en un hecho real que se antoja fantástico. Cuando la embajada de Estados Unidos en Irán es invadida, parte de su personal logra esconderse en otra sede diplomática. Ante la amenaza que pone en peligro sus vidas, la cia se inventa la realización de una película de ciencia ficción; la falsa producción es, en realidad, el operativo para rescatar a los rehenes. Ben Affleck funge como director y lo hace brillantemente.

2013

Buscando a Sugar Man, de Malik Bendjelloul

Documental sobre Sixto Rodríguez, un músico de folk rock cuya carrera nunca consigue despegar en Estados Unidos. Pero, sin que él lo sepa, es objeto de culto en Sudáfrica, donde sus canciones son himnos en contra del apartheid, y él, el icono popular más querido e influyente que los sudafricanos creen muerto. La primera parte trata sobre la revelación de que Sixto en realidad vive y se ha retirado de la música; la segunda, sobre su visita al país que lo considera un héroe.

La vida de Adele, de Abdellatif Kechiche

Esta cinta narra la historia de una adolescente, Adele; su despertar sexual, la búsqueda de su identidad y el encuentro con su vocación pero, principalmente, su historia de amor con Emma, desde el momento en que se flechan caminando por la calle, hasta que se separan para siempre, siendo adultas. Abdellatif Kechiche es conocido por su perfeccionismo obsesivo al dirigir a sus actores y actrices. En su momento, fue acusado de maltrato por sus dos protagonistas: Adele Exarchoupulos y Léa Seydoux. Lo cierto es que las actuaciones de ambas, en esta cinta, son de las mejores de la década.

2014

Una chica camina sola a casa de noche, de Ana Lily Amirpour

Parece imposible imaginar una película de vampiros en Irán, filmada en blanco y negro. En una ciudad ficticia, tan decadente como las reales, llena de peligros para una chica solitaria que camina por sus calles, que de ser víctima ideal de los seres urbanos, se convierte en su victimaria. Parece imposible, pero no lo es. Existe y es una locura. Una deconstrucción de todos los géneros posibles. Algo brillante, de la cineasta iraní Ana Lily Amirpour.

El Gran Hotel Budapest, de Wes Anderson

Una obra maestra de la composición, del uso de los colores y formatos, la narrativa y la edición. No hay detalle que sobre o falte, todo elemento por pequeño que sea es importante en esta comedia de Wes Anderson. Sobre su guion, encontramos una estructura de muñecas rusas: cada historia pertenece a otra más, cada una con su propio narrador contando la épica del hotel y su fiel conserje.

2015

Mad Max. Furia en el camino, de George Miller

Cuarta parte de una saga con sabor a reinicio, con un nuevo actor y un nuevo personaje que se roba el papel protagónico: Furiosa. Como todas las entregas de Mad Max, esta es una historia hiperviolenta y motorizada, una cinta de acción poética que prescinde de efectos especiales digitales y se vale de persecuciones, colisiones y explosiones perfectamente coreografiadas. La causa: salvar a un grupo de mujeres de la esclavitud. Una epopeya perfecta del octogenario George Miller.

Birdman, de Alejandro González Iñárritu

Cinta que es un monumental plano secuencia de casi dos horas, sobre un actor en busca de recuperar la gloria que perdió al ser estereotipado como el personaje de una película de súper héroes que le dio todo y todo se lo quitó. El protagonista ha montado una adaptación teatral, generando grandes expectativas, aunque él sospecha que todo el mundo quiere verlo fracasar, sospecha azuzada por su alter ego: Birdman.

2016

La doncella, de Park Chan-Wook

El cineasta coreano entrega una joya erótica y noir preciosamente narrada. Una joven falsificadora es contratada por un estafador para que lo ayude a seducir a una heredera. Para ello, tendrá que emplearse como doncella de la víctima y ya ahí, en la cercanía, ayudar

a su cómplice. Sin embargo, el plan se alterará por distintas traiciones y engaños. Cada vuelta de tuerca eleva el nivel narrativo de la historia, haciéndola adictiva, retorcida y fascinante.

Animales nocturnos, de Tom Ford

Animales Nocturnos es una cinta hermosa y al mismo tiempo perturbadora, violenta y triste. Una mujer recibe un paquete con la novela —próxima a publicarse— que escribió su exesposo. En cuanto comienza la lectura, todo se torna en una pesadilla que revive sus culpas. La novela, esa ficción dentro de la ficción, es escalofriante y va contaminando su realidad; aunque la perturba y la incomoda, ella no puede dejar de leerla.

2017

¡Huye!, de Jordan Peele

¡Huye! es una deconstrucción del género de terror, que funciona como historia de miedo y alegoría de humor negro sobre el racismo. Su premisa es delirante, algo que en la realidad apenas podríamos imaginar, pero que en ese mundo es verosímil: una secta de gente blanca secuestra a jóvenes negros para hacer experimentos con sus cuerpos. El guion y la narrativa son brillantes.

Lady Bird, de Greta Gerwig

Cuando una chica discute por enésima vez con su madre, no duda en abrir la puerta de un auto en movimiento y lanzarse a la carretera. Así comienza Lady Bird, historia sobre el paso de la adolescencia a la madurez en una joven testaruda y con ganas de comerse el mundo, que enfrenta la vida tomando sus propias decisiones, encarando sus errores con entereza y sentido del humor. Lady Bird no sólo es una película conmovedora, sino una visión intimista y profunda del mundo femenino, donde lo cotidiano cobra una dimensión extraordinaria. 2018

Roma, de Alfonso Cuarón

Sobre Roma se ha dicho todo. Aun así, vale la pena enumerar algunas de sus características y aciertos: la perfecta recreación del México de los años setenta que emula los recuerdos de su realizador; la estupenda fotografía en blanco y negro, su lenguaje cinematográfico, sus secuencias multidinarias y su historia. Roma es una cinta intimista sobre temas sensibles como el abandono, el clasismo y la represión estudiantil. Una película impecable.

Tres anuncios por un crimen, de Martin McDonagh

Drama rural sobre Mildred Hayes —la madre de una adolescente asesinada y violada en las inmediaciones de su pueblo—, y su ríspida relación con los policías encargados del caso. Un guion inteligente y conmovedor que destaca por las actuaciones de un gran elenco.

2019

Parásitos, de Bong Joon-ho

La historia sobre una familia que se enquista lentamente en la vida y la casa de otra de mejor condición económica para, en efecto, parasitarlos. Cinta narrada con maestría y que explora al thriller, la comedia negra, la crítica social e incluso el terror, exponiendo lo inhumano de la desigualdad y lo nocivo del resentimiento.

Había una vez en Hollywood, de Quentin Tarantino

Cinta crepuscular de Quentin Tarantino sobre un actor en decadencia que tiene por vecinos a la pareja del momento: Roman Polansky y Sharon Tate, quienes representan al cine de moda (de autor) que sustituirá al cine clásico y que, sin saberlo, son el blanco de la secta de Charles Manson. Todo, como pretexto para que el autor le rinda homenaje a la ciudad de Los Ángeles y al Hollywood que conoció en su infancia, en lo que supuestamente es su penúltima película.