Diego Nishiyama V.
DOS LIBROS OLLANTAYTAMBINOS, Que enriquecerían la historia del pensamiento económico y contable. Por. Diac. Mijail Enriquez Huamani Son las cuatro de la tarde, y por azares de la vida, comparto unas chichitas con un desconocido que pronto se convertirá en un gran amigo. El local que nos alberga es una famosa pero discreta chichería de Ollantaytambo y, entre vaso y vaso, aquel desconocido me empieza a hablar apasionadamente de la historia del pensamiento económico. Era un economista, ya dejaba de ser un desconocido, ya sabía su afición y me era una materia indiferente, pero las conclusiones a las que fuimos llegando me interesaron bastante. Y sin querer queriendo con una suerte de serendipidad, le hablé del manejo económico y contable del siglo XVII en los territorios de Ollantaytambo. Pues en la parroquia me había topado con dos libros impresionantes. Desde tiempos antiguos, los hombres y mujeres que quisieron salir de su estado de pobreza con ahorro, trabajo y sobre todo con intercambio libre de productos, vieron como ejercicio sencillo la administración de las tierras, resultando unos más acuciosos que otros. Es el caso de las dos cofradías (Patrón Santiago Apóstol y de la Inmaculada Concepción) registradas en la parroquia Santiago Apóstol de Ollantaytambo, que llevaron unos libros de fábrica que muestran el manejo contable y económico en los siglos XVII y XVIII. Quizá únicos en su especie. La señora que nos atendía paró la oreja, pues escuchó que hablábamos de su pueblo, y sobre todo del manejo económico. Quien mejor que ellas que entrelazan astucia y maternidad para administrar bien el hogar y el negocio.¿Cómo así un libro antiguo de una parroquia nos puede enseñar algo de economía o contabilidad? No me había hecho esa pregunta, hasta que conversé con el especialista. Lo que tienen son libros invaluablesme dijo y me explicó por qué. Cualquiera que estudia historia del pensamiento económico, se detendrá indudablemente en el padre la economía Adam Smith, cuyo libro “Riqueza de las naciones” (1776) sigue siendo referencia fundamental. ¿Pero antes no hubo un pensamiento económico? Pues si lo hubo, aunque no era formal, tenía otra pasa a la pág.
BOLETIN CULTURAL Ollantaytambo, Setiembre de 2022 N° 62 PUTUTU
Ladedicación.economía
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Desde la llegada de los sacerdotes católicos a el Tahuantinsuyu, su aporte ha sido muy variado. Por un lado, como parte de su programa de evangelización, aprendieron y llegaron a dominar el quechua y aymara, fruto de lo cual son los diversos diccionarios y gramáticas. Entre los sacerdotes cusqueños que realizaron esta labor se encuentra Juan Pérez de Bocanegra, cura de Andahuaylillas, quien publicó el “Ritual Formulario e Instrucción de Curas” en 1631, donde se incluye el canto a la Virgen denominado Hanaq Pachaq Kusikuinin (https://www.youtube.com/watch?v=S7Z5bf-x2V0), el cual es una muestra del barroco virreynal. Por otra parte, incentivaron la creación artística, muestra de ello son las pinturas de la escuela cusqueña y la bella arquitectura colonial de templos y casonas. Uno de los mecenas fue el ilustre benefactor de la Iglesia cusqueña, el Obispo Manuel de Mollinedo y Angulo, quien realizó donaciones para el arreglo de las diversas iglesias cusqueñas. Ignacio de Castro, Rector del colegio de San Bernardo, fue otro intelectual que nos legó su “Relación del Cusco”, mientras que el Obispo Moscoso y Peralta, admirador de el Quijote, como lo muestran las pinturas de su residencia en Viznar, fue expatriado por su participación en la gesta de Túpac Amaru, aunque no es del todo claro si colaboró efectivamente con el inca.
Monseñor Ysaias Vargas, también fue un autor prolífico del siglo XX, sin embargo, el Padre Jorge Lira, es el más importante de los autores salidos de las aulas del seminario. Colaboró con Arguedas y fruto de su trabajo fueron las diversas recopilaciones de narraciones y cantos quechuas, así como su imprescindible diccionario quechua español.
EL ALBERGUE OLLANTAYTAMBO
Menos conocidos que los anteriores, son los sacerdotes vinculados al Valle Sagrado cuyos trabajos aparecen en este número. La nota sobre la Influencia de la Iglesia en la historia del Cusco, es parte de la tesis doctoral sustentada en la Universidad San Antonio Abad por el Canónigo Mariano C. Gibaja. El Padre Ángel Soto, fue sacerdote de Ollantaytambo por los años 50 y como fruto de su viaje a Europa publicó un pequeño folleto con sus impresiones en distintos lugares. Maximiliano Rendón, cura de Pisac nos dejó su libro de “Leyendas del Valle Sagrado”, de donde hemos obtenido el trabajo que hoy presentamos. La labor de los religiosos, de los mencionados y otros más, no se ha limitado a su trabajo pastoral, también se han dedicado al estudio de las comunidades donde han ejercido su misión religiosa y contando muchas veces solo con su ingenio, han logrado rescatar y plasmar por escrito la historia, los aspectos antropológicos y artísticos de numerosos lugares y, en algunos casos, son la única fuente de que se dispone. Un trabajo valioso que es continuado por generaciones contemporáneas, entre las que se encuentran los religiosos del Instituto de Pastoral Andina, que con su revista Allpanchis contribuyen al conocimiento de la cultura andina.
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Entre los religiosos contemporáneos, tenemos al calqueño, Nemesio Zuñiga Cazorla, autor de varias obras teatrales en quechua que se presentaron en los escenarios cusqueños a principios del siglo XX En cuanto a teatro, no debemos olvidar el Ollantay, cuya autoría se ha atribuido al cura de Tinta, Antonio Valdez, y el cura de Ollantaytambo, Jenaro Pareja, el 30 de agosto de 1913 hizo representar este drama en la fortaleza del pueblo.
ENTRE PLUMAS Y SOTANAS
Juan de Espinoza Medrano, el “Lunarejo” o “Doctor Sublime”, fue un sacerdote muy conocido, cura de la Catedral y también cura interino de la doctrina de Ollantaytambo, a cuya iglesia deja en su testamento, “cinquenta pesos”, fue autor de varias obras, entre las que sobresale su “Apologético en favor de don Luis de Góngora” y sus sermones recopilados en “La novena maravilla”. Esta tradición de sacerdotes escribas, es largo de enumerar, sin embargo, no se puede dejar de lado el trabajo de Diego de Esquivel y Navia, autor de las Noticias Cronológicas de la Ciudad del Cusco, que es una fuente para la historia.
PUTUTU Boletín PututerosCulturalCarlos Olazábal Castillo Oscar Olazábal Castillo Miguel Del Alamo Eulate Fotografías Diego Nishiyama Es una publicación de la Asociación Tampu Calle Horno s/n Ollantaytambo Suscripciones: pututucultural@gmail.com pututuculturaollantaytambinawww.pututu.blogspot.com


....viene de la pág. 1
En el primer libro que corresponde a la cofradía más antigua, es decir, la de Santiago Apóstol (1666) en sus primeras grafías se menciona la entrega de ocho (08) fanegas y media de maíz, vendido al mayordomo [Flores] figurando este ingreso como “cargo” y como “descargo” los gastos [cera, misa, música, etc.] realizados en las diferentes fiestas como semana santa, fiestas del patrón, entre otros. Aparentemente no hay mucha de novedad, pero que en 1666 ya se esté manejando una proyección económica para satisfacer ciertas necesidades, y sobre todo que se lleve cuentas detalladas de eso, si resulta un legado digno de presentar a los lectores bendecidos. Un vasito de chicha más. Esto se está poniendo interesante, pues existe otro dato que se presenta de manera sutil, nos referimos a la designación de “cargo” y “descargo”. Hablamos del padre de la economía, pero nos falta el de la contabilidad, nos referimos al fraile franciscano Luca Pacioli (1445- 1517), quien empleó y estructuró la partida doble, que sigue siendo la base de la contabilidad moderna. ¿Qué se entiende por partida doble? Pues es la operación mercantil que está presente en los libros contables como DEBE [todo lo que ingresa] que en el libro que se encuentra en Ollantaytambo figura como “cargo”; y el HABER [todo lo que se entrega]. Explicado sencillamente, los mayordomos al recibir tales encargos asumieron el papel de “deudores” y la cofradía de “acreedor” posibilitando generar ingresos y administrar adecuadamente, allí está la clave de las ganancias, administrar bien. Hay muchos antepasados ollantaytambinos con proyección económica y contable. El segundo libro, no menos importante, es de la cofradía de la Limpísima Inmaculada Concepción (1645- 1841) que sigue la misma dinámica. Me atrevo a decir, que si Luis Miguel Glave y María Isabel Remy se hubiesen topado con este libro, algún apartado de su texto “Estructura agraria y vida rural en una región andina: Ollantaytambo entre los siglos XVI-XIX” (1983) hubiese cambiado o enriquecido. Si aun no te emociona todo esto, pues me queda decir, que en Ollantaytambo a mediados del Siglo XVII- XVIII se desarrolló una proyección económica impresionante, y gran parte sustentado con manejo contable, y es principio de vida, que si hay orden hay avance y progreso. Y sobre todo como diría Ruggiero Romano (1992) “lo que importa es lo que se registra” Son dos textos con abundante información, que se fueron escribiendo en años, con varias firmas estampadas reflejando una amplia participación y autoría, no merecen ser reducidos en simples párrafos, aun queda más, pero se puede adelantar que ya las primeras líneas nos enseñaron principios de economía y contabilidad.Aqueleconomista vio con otros ojos las callecitas de Ollantaytambo, su mirada había cambiado, sentía que el legado de sus antepasados seguía hablando, no solo en una época gloriosa inca, sino posterior, donde cabía la seguridad que aquel pueblito mágico y su gente, habían contribuido a la historia del pensamiento y praxis económica; conocimientos que surgieron como fruto del espíritu, de la fe y convicción por querer hacer las cosas bien.
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RUGGIERO, Romano. Consideraciones siete estudios de historia, p.10
PUTUTU N°62 3 proyección, sobre todo se priorizaba el intercambio, el precio justo, la moralidad de las ventas, los fines de la ganancia, al menos eso se pude constatar en los dos libros de las cofradías de la parroquia de Ollantaytambo (S. XVII-XVIII).

Por: Julio GALDO BELLOTA Cuando uno dialoga hoy con la juventud moderna, con la juventud de las computadoras, con los estudiantes de la era cibernética o con los jóvenes del rock eléctrico, acerca de las glorias que tuvo ayer el Cusco, el Perú o el mundo, uno se queda anonadado, por la supina información que poseen, tanto como estudiantes secundarios o universitarios acerca de nuestra propia literatura.Lafigura de Juan de Espinoza Medrano, surgió a la palestra en casi todos los centros educativos, con motivo de recordar el Día de la Madre, pero nadie fue capaz de dar una pincelada biográfica acerca de este gran representante del culteranismo peruano Hablaban de el Lunarejo y no sabían los estudiantes quien era el Lunarejo, hasta en el extremo de la falacia más aberrante, la asociaron con el alias de un secuestrador o afamado delincuente de los barracones chalacos. Para ellos algo de la vida y obra de Juan de Espinosa Medrano, más popularmente conocido con el cariñoso remoquete de “El Lunarejo”, en atención y relación a un enorme lunar que tenía en el rostro.Estesabio cusqueño, sin querer ofender a nuestros hermanos apurimeños nació entre 1628 a 1632, en los ríspidos, pero privilegiados parajes del hermoso villorrio andino del Calcauso, perteneciente a la doctrina de Mollebamba, actual provincia de Antabamba y no como erróneamente lo considera Maurilio Arriola en su Diccionario Literario del Perú, al señalar a Calcauso como integrante de la provincia de ComoAimaraes.diceMax Galdo “La poliédrica personalidad del auténtico exponente de la raza indígena, arrebolada de excelsa luz de sabiduría, en vuelo alado y majestuoso ritmo, ha traspasado los picachos de América, hasta llegar a los ámbitos de la humana cultura”.
Del apellido Espinoza Medrano, se teje la versión de que la citada mujer que gestaba un hijo de Chancahuaña, fue llevada al Cusco por el Visitador de Tierra Espinoza Medrano, pero meses después abandona la ciudad y vuelve a su terruño, aduciendo que no le agradaba la vida en el Cusco.Apoco tiempo, nacía un caroncito (no varoncito) de singular estrella y posteriormente antorcha flameante de pensamiento americano.
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Nishiyama V. Diego Nishiyama V. Fotografía & Video
PUTUTU N°624 JUAN DE ESPINOZA MEDRANO “EL LUNAREJO”
Juanito pasó su infancia en esa soledosa intimidad de los andes frígidos, escuchando el trinar de los kukulis, el correr de las tarukas o con el consuelo de su quenita de caña, que lo interpretaba en las noches plateadas lunares.
Desde muy niño, es traído al Cusco, donde demuestra tener algunos dotes excepcionales, por lo que un laico lo matricula en el Colegio Seminario de San Antonio Abad del Cusco, concediéndole una beca, en vista de ser hijo de una madre humilde, de espíritu y carne india, de una mujer ejemplo de fidelidad, porque no traicionó al primer indio a quien amó llamado Chancahuaña, beca que es supervisada por el propio Obispo Antonio de la Raya.

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Mucho tiempo después el apuesto Visitador español, vuelve a visitar dichas tierras y encontró a Juanito y la madre de éste, se la entregó al caballero en gratitud a las finas muestras que le prodigó, con la obligación única de acompañar al hijo del Visitador Espinosa al colegio, donde aprovecha los estudios, en vista de que el hijo del español demostró completa nulidad en los exámenes. En su adolescencia demostró tener dominio en los estudios de Gramática, Artes y Latinidad Es así que a los 14 domina completamente el latín, a los 16 es catedrático de Artes y en 1646 ya emprende su brillante carrera literaria al escribir “Amar su propia muerte”, después dramas muy especiales como “El Rapto de Proserpina” y “El Hijo Pródigo”. Impulsor del Gongorismo en el Perú, para luego ingresar al movimiento del Culteranismo, con sus variadas producciones, viviendo al mismo tiempo las horas aciagas de la consolidación de los españoles en el territorio nacional.Durante su formación religiosa en el Seminario tuvo como verdaderos maestros a Alonso Bravo de Paredes y Quiñónez y a Juan de Cárdenas y Céspedes, a la postre Primer Rector de la Tricentenaria Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Fue Párroco de San Cristóbal, también del Sagrario y posteriormente Canónigo de la Catedral del Cusco, en cuyas naves, retumbará la voz sonora, el verbo elocuente y refinado, la fogosa oratoria y la profunda versación filosófica tomística y aristotélica de “El Lunarejo”, más conocido como el “Doctor Sublime”. En 1662, saldrá a luz una de sus importantes obras y que fue la más leída en el territorio, como es “El Apologético a favor de Luis de Góngora”. Y en 1668 en la ciudad de Roma, aparece su obra “Philosophia Tomística”. Sus clásicos y muy difundidos sermones serán reunidos y publicados en la “Novena Maravilla”. Por los rasgos estilísticos, José Gabriel Cosio, sustenta la tesis de que Juan de Espinosa Medrano, sería el autor del drama “Ollantay”. Entre los diversos sermones que dio en parroquias coloniales como Oropesa, Chinchero, San Jerónimo, Santiago, San Sebastián y en los claustros de la Universidad Nacional de San Antonio Abad, se puede apreciar la grandilocuencia de sus pensamientos, por lo que multitud de personas se arremolinaban por tratar de escuchar los mensajes de Dios a través de los labios del Doctor Sublime. Es digno de resaltar la sentenciosa y notable frase, cuando predicaba desde el púlpito de la Catedral del Cusco, ante una compacta multitud de oyentes de la clase aristocrática, que no dejaban pasar a una mujer campesina y El Lunarejo dijo: Señoras, señoritas y señores, “Dejad pasar a esa pobre india que es mi madre”. Con lo cual quedó evidenciado esa nobleza de alma, propia de un hijo fiel, que, en medio de la élite, reconoció a su madre y con ella y su actitud reivindicó a toda la raza indígena. Para finalizar esta pequeña nota sobre un gran Cusqueño y para que la juventud de estos tiempos, pueda siquiera apreciar, el estilo culterano de “El Lunarejo”, transcribiré algunas líneas en las que elogia a Luis de Góngora y Argote. “Cese aquí la pluma, cese ya el cielo de s a c u d i r c a l u m n i a s , d e p e r s u a d i r escarmientos...... Salvaré tu divino poeta, Espíritu bizarro. Cisne dulcísimo. Vive a pesar de la emulación, pues duras a despecho de la mortalidad. Coronen el sagrado mármol de tus cenizas los más hermosos lirios del Helicom Manibus date lilia plenis. Descansen sus Gloriosos Mares en serenísimas claridades, sirvan a tus huesos de tumulto ambas cumbres del Parnaso, de antorchas todo el esplendor de los astros, de lágrimas todas las ondas del Aganipe, de epitafio la Fama de teatro el Orbe, de triunfo la Muerte, de reposo la Eternidad” Falta mucho para estudiar a Espinosa Medrano. Que, con su pluma y su verbo, irradió por todo el continente, durante el virreynato español, poniendo de relieve que la clase india, no era la clase bruta, no eran las acémilas de carga con que los españoles trataban a los campesinos, no eran los supay que hacían pactos con el diablo, eran en especial los genios sacerdotes, los oradores elocuentes de la Escuela Ciceroniana o las plumas encumbradas de Dante, que muchísimos otros a españoles habrían querido tenerlos en ese momento. Hoy que los valores morales se hallan abandonados, hoy que la juventud ha perdido el respeto por sus propios progenitores, hoy que los púlpitos de las iglesias se encuentran silenciosas, donde falta la voz esperanzadora, la homilía de un sacerdote para seguir enseñando las lecciones de Cristo, ahí surge la voz excelsa de Juan de Espinosa Medrano que seguirá alumbrando a las mentes excelsas y convirtiéndose en el paradigma de los oradores indios que tuvo el Cusco de antaño.

En las diversas ediciones de la obra del presbítero Blanco, se dieron algunas referencias del personaje. Félix Denegri Luna, para impulsar la edición de esta obra, realiza un estudio biográfico del autor. Destaca que “don José María Blanco era quiteño; que fue franciscano, que pasó a Lima bajo partida de registro, esto es, deportado de Quito por patriota; que se incorporó a las huestes de Álvarez de Arenales en Jauja, posiblemente alrededor del día 22 de noviembre de 1820; que nombrado capellán de la artillería concurrió a la batalla de Pasco el 6 de diciembre de 1820; que en premio a sus esfuerzos el generalísimo José de San Martín lo hizo capellán del batallón Numancia…hasta el año 1824” (Denegri, 1974).De entonces, como lo muestra Denegri, su vida se daba también entre libros, puestos eclesiales y la vida pública republicana sorteando sus inconvenientes. En 1834, se le encuentra como capellán del Presidente Provisorio Luis José de Orbegoso, hasta 1835. Justamente, en su labor en este nuevo puesto, elabora el diario de la marcha que hace el Presidente Orbegoso a los departamentos del Sud, lo que devendrá en una interesante obra enciclopédica de las regiones que pasaron a visitar. Al parecer, Blanco tenía dotes que se advierten en la realización del escrito, materia de comentario.
JOSÉ MARÍA BLANCO Y SU OBRA
Pasamos a realizar un comentario en torno a la obra del presbítero José María Blanco, personaje que se ocupó de realizar un escrito de viaje intitulado Diario del Viaje del Presidente Orbegoso al sur del Perú. La obra se inscribe dentro de un marco del desarrollo de textos que volviéndose testimoniales, encontraron gran relevancia, constituyéndose en clásicos de lectura y estudio.
El manuscrito fue copiado por Blanco en cuadernos, bellamente empastados; se indica que fue ubicado en la Biblioteca de Quito en la década de 1920 por el investigador Cristóbal de Gangotena quien comunicó a Luis Varela, personaje que viendo la importancia que podía tener el manuscrito, encomendó a Arturo García su preparación. En 1929, en la librería e Imprenta E. Moreno se imprimió la primera parte del Diario. En este año, esta obra ya había corrido al interés entre los estudiosos, pasando a ser citado en el libro El Cuzco, su espíritu, su vida, sus maravillas de Dario F. Eguren del mismo año (Denegri, 1974).
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Félix Denegri Luna asumió la gran tarea de llevar la edición de esta obra, superando las vicisitudes y problemas, impulsó sus ediciones, entre las que cuenta la que se hizo en Cusco en 1956. Denegri en una de sus visitas al Cusco, habría facilitado a Horacio Villanueva un ejemplar de la edición de Varela, siendo el editor de una versión que salió publicado en el número 8 de la revista del Instituto Americano de Arte. Denegri luego promovíó una edición cuidadosa en el Instituto Riva Agüero y Pontificia Universidad Católica (Denegri, 1974).
JOSE MARÍA BLANCO Y EL CUSCO
Rossano Calvo Calvo

También presenta un capítulo en el que aborda la Fundación española del Cusco, complementariamente destaca el “Cuzco, su organización y población”, describiendo la ciudad, ubicando lo que denomina “monumentos de los gentiles”, “monumentos de la conquista”, luego, en otros capítulos destaca la organización del Obispado, las Órdenes religiosas y parroquias del Cusco. Igualmente, aborda los Seminarios y colegios, Hospitales y saludEnpública.eltexto encontramos relevantes dos capítulos: Bajo el título de “Épocas memorables del Cuzco”, se muestra gran conocedor de memorables hechos historiográficos de los movimientos separatistas, como las rebeliones de resistencia inca, los conflictos bélicos españoles y, lo que denomina “la revolución de Túpac Amaru”, “la revolución de Ubalde”, “revolución de Angulo”. Finalmente, Blanco aborda un capítulo interesante para conocer la vida del Cusco de 1834-35. En el capitulo “Tambos, Alimentación, Idiomas y Folklore”, ofrece importante información. La obra llevando un relato historiográfico esta matizada de observaciones etnográficas del Cusco de esta época.En general, el texto ha servido de fuente para los estudios de Cusco en el plano historiográfico, etnológico y etnográfico, urbanismo y de paisaje cultural, tal como lo usamos para nuestra publicación que incluyó al siglo XIX (Calvo, 1991). La obra también trascendió como texto singular para acercarse al Cusco de esta época. BIBLIOGRAFÍA CITADA Blanco J. María (1974) Diario del Viaje del Presidente Orbegoso al Sur del Perú. Lima: Instituto Riva Agüero-PUCP. Calvo Rossano (1991) Cusco. Sociedad y Cultura (siglos XIX-XX). Cusco:Andina. Denegri Félix (1974) Prólogo. Diario del Viaje del Presidente Orbegoso al sur del Perú, p. I-XVIII. Lima: Instituto Riva Agüero-PUCP.
EL DIARIO DEL VIAJE…Y EL CUSCO El diario fue más que una bitácora oficial, aunque, también se registra el viaje del mandatario. Sin embargo, por la gran prolijidad y gran estilo, se advierte una obra cuasi enciclopédica de las regiones del Sud (entonces llamada así a la región sur del Perú) que pasó a visitar.En el caso de Cusco, habría permanecido desde el 26 de diciembre de 1834 hasta el 29 de enero de 1835. Y en este periodo habría recogido testimonialmente importantes datos, sin embargo, todo parece indicar que habría sido conocedor de importantes obras como las de Diego Esquivel y Navia y su famosa obra Noticias Cronológicas de la Gran Ciudad del Cuzco (1749) (Denegri, 1974). La llegada de S. E. (Su Excelencia), se destacó en el famoso Arco (T'ica T'ica), esperándolo las autoridades locales, luego de Picchu enrumbó paso por una ruta oficializada con banderas y arcos. También destacó “las ocho parroquias en que está repartido el Cuzco se habían hecho un deber en competir en las galas, en las invenciones y bailes, que le presentaron a su ilustre huésped. Entre la muchedumbre de estos danzantes sobresalía la catorcena de peruanos, que, vestidos lujosamente con insignias reales, al uso de sus antiguos soberanos, vivaban continuamente a S. E. cantándole yaravíes, que compendiosamente relataban las glorias de su abatida nación, y los infortunios y desgracias que habían sufrido después por tres centurias” (Blanco, 1974).
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Sin duda, en el texto, si bien se incluye el relato del paso de tan importante personaje, sin embargo, es una obra bastante documentada historiográfica y culturalmente. Es destacable el conocimiento que tiene de los incas, la arqueología y paisaje del Cusco incaico, información que mostraría ser gran conocedor de algunas crónicas, el “texto colonial” que se hicieron con el fin de destacar también los aspectos oficiales coloniales.

INFLUENCIA DE LA IGLESIA EN LA HISTORIA DEL CUZCO
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Canónigo Mariano C. Gibaja
Si para un peruano es un deber sagrado conocer la historia de su patria, para el cuzqueño que de veras ama la tierra de su nacimiento o que ha vivido, no solo debe preferir entre todos los de su genero el estudio de su historia, más aun convirtiéndose por decirlo así en contemporáneo de sus antepasados, empaparse en las tradiciones de sus mayores, las hazañas de sus héroes, las glorias de sus triunfos i hasta los reveses de sus infortunios. De aquí se desprende la necesidad de conocer bajo distintos aspectos la historia del Cuzco, que en merito de su grandeza, la madre España le llamara: Muy Noble, Muy Leal, Fidelísima i Gran Ciudad del Cuzco; i antes de que yo profane con mi débil voz su justo renombre invoco, entre otras muchas, la autorizada palabra de dos ilustres sacerdotes. El Ilustrísimo Arzobispo de Montevideo, Monseñor Soler, la primera figura de su patria, después de visitar el Cuzco, inmortalizó su admiración en un hermoso escrito, del cual tomo lo preciso, y es: … “Por eso entre las mas gratas impresiones de mi prolongado viaje al través del Nuevo Mundo, mi visita al Cuzco me ha sido sumamente satisfactoria hasta el punto de constituir la etapa mas acariciada del anhelado y suspirado deseo de conocer y visitar el Mundo de Colon. Cuzco era para mi un sueño dorado y ambicionaba contemplarlo como la realización del ideal mas digno de un hijo de América, y a no haberlo conseguido, hubiera vertido como americano, lagrimas de verdadero pesar: pues debo confesar que, con excepción de la capital del Anáhuac, preferiría no conocer el resto de la América a ignorar los restos monumentales de la capital del Tahuantinsuyo”. El Sr. Canónigo del Cuzco, Dr. Fernando Pacheco, celoso cultivador de la historia de su tierra natal, en un discurso patriótico tuvo estos arranques: “…Otorgadme pues, breves momentos para epilogar las grandezas del Cuzco; si, del Cuzco la gran metrópoli de la monarquía peruana, tan celebre por su remota antigüedad como por sus ingentes riquezas; la noble residencia del Inca Soberano y de su numerosa corte; del Cuzco, la Roma de América, que dentro de su sagrado recinto conserva todavía dos clases de monumentos muy grandiosos; monumentos del tiempo de los incas y monumentos del tiempo de los españoles; del Cuzco que ofrece al mundo literario, obras de mucho mérito como el Ollantay, poema dramático, digno de estar entre la Odisea de Homero y la Eneida de Virgilio; del Cuzco que en la pléyade de sus hijos cuenta con verdaderos sabios como el Jesuita Fernando de Andrade y el presbítero Bartolomé Jurado Palomino; insignes publicistas como Francisco Dávila e Ignacio de Castro; grandes historiadores como el Inca Garcilaso de la Vega y Juan Manuel Berriozábal, Marqués de Casa Jara; abnegados obispos como José Pérez Armendáris y Julián Ochoa; mártires impertérritos como los padres fray Vicente Valverde y fray Diego de Ortiz; varones venerables por sus heroicas virtudes como Juan Rodriguez Rivera y el padre Lucas de Cuenca; genios privilegiados como el canónigo Medrano Espinoza y el cura Domingo Choquehuanca.”

Una de las instituciones que más ha contribuido a la civilización cuzqueña es la Iglesia, dotando este suelo de portentosos monumentos, universidades y amplios colegios, de ricas bibliotecas, de magníficos templos que encierran en su seno modelos acabados de arquitectura, escultura, pintura y afiligranados altares que enaltecen los primores de sus artistas; soberbios edificios de conventos y hospitales y casas de caridad, y por fin hombres celebres que, con la ilustración robusta y lozana, llevaron la vanguardia en las ciencias y en las letras.
*Tipografía Mercantil. Triunfo 90. Cuzco 1919
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El Cuzco, la primera sede episcopal de la América, a la grandeza de su avanzada civilización incásica ha unido el influjo poderoso de la era cristiana, y ahora ostenta en su faz todo lo sublime de su realeza. En nuestros tiempos, una selecta generación de inteligencias fecundas está empeñada en formar la historia genuina del Cuzco antiguo y moderno. Muchos son los escritores cuzqueños que en revistas y periódicos van despertando un gran interés del emporio de riquezas históricas que tiene el Cuzco.



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Situándonos en la parte más alta del lugar denominado Jahuaccollayniyoc, dejemos a nuestros ojos vagar por la campiña que se presenta tan bella y encantadora. ¡Con qué complacencia retoza la vista! Su cielo majestuoso, tachonado de esplendentes astros, se retrata sobre límpidos arroyuelos.Seextiende la campiña urubambina, semejante a un océano herboso, en el que se destacan verdes colinas y se abren valles llenos de plantas aromáticas. Sus habitantes oscilan como goletas con sus velas recogidas, y en aquella marejada vegetal las avecillas, de un aletazo, remontan su vuelo sobre ramas elevadas y trinan dulcemente sus canciones y los pujantes cóndores se ciernen en raudo vuelo por cumbres mas empinadas. Allá los dulces céfiros son más poderosos que los ardientes rayos del sol, conservando en ellos una suave y grata frescura: allí variedad de fuentes llevan sus aguas con sonoro murmullo por los prados cubiertos de amarantos y tulipanes, haciendo de trecho en trecho remansos tan puros y claros como un cristal; allí mil florecillas desarrollando sus hojas matizan la verde alfombra de que esta circundada la campiña; allá se detiene la vista en un espeso bosque de frondosos arboles que dan por fruto dorados pomos, y cuya flor, que se renueva en todas las estaciones arroja la mas suave fragancia. Ese bosque, asiento de los pajarillos, donde modulan sus aires en todos sus tonos; hinchan su garganta suave y sacan de ella sones que conmueven el alma: alguna vez sus canciones son tan lánguidas y tristes como la queja de una tórtola solitaria: sus notas lastimeras y tiernas detienen las fugitivas sombras, y llevan al alma enternecida una deliciosa sensación. A otro lado se ve el poderoso rio Urubamba que recorre serpenteando por largas y encajonadas vueltas, en su seno nadan multitud de peces, se hunden y vuelven a salir, y divierten con su juego al pescador que con ojos ávidos contempla su presa, y le tiende pérfido la red, por toda esa ribera nacen las variadas y hermosas flores, y conservan sus colores a la sombra de los árboles de medio día. El firmamento ve su imagen reflejada muchas veces, en espejo campesino, mientras que el sauce solitario y tranquilo se baña y nutre en sus aguas. De un lado se ven elevadas montañas circundando a aquella población pequeña, de una hermosura casi sin igual en el Departamento del Cuzco, y de una riqueza forestal prodigiosa, hacen de Urubamba, cual si fuera el país de las hadas y de los ensueños.Lacampiña de Urubamba me recuerda algo de aquella otra bellísima y tan ponderada campiña de Nápoles, que es la tierra geórgica, la tierra por excelencia pastoril, donde los montes repiten el eco inmortal de las dulces zampoñas de Virgilio, y los tulipanes, las mandarinas, los embriagadores azahares, los limoneros, almendros, etc han sido motivo para que Ovidio cante con seductora cadencia la inmortal epopeya de la naturaleza. Al ver la campiña risueña de Urubamba, los viajeros contemplan, mudos, aquella ensenada de verdura, aquella población diminuta, que se pierde en sus bosques frondosos, como la humilde y fraganciosa violeta en medio de sus follajes, bellísimo, encantador es el aspecto que presenta aquella tierra feraz y pintoresca. En una palabra: Urubamba es un huerto cerrado, allí: suaves son los acentos con que las auras murmuran, inefable el aroma que respiran las perfumadas flores de los jardines amenos.
* Manojitos de Flores olorosas Tipografía Americana. Cuzco 1953 Dr. Ángel Soto
LA CAMPIÑA DE URUBAMBA * Presbítero

¡Más,desolada.oh!Riofecundador, coloso semental de pueblos y naciones, dios y padre de mis ancestros enigmáticos, los grandes, los sublimes Incas, has triunfado sobre la naturaleza y sobre la muerte y recorres tu camino en medio de la pompa panorámica de tu flora tropical, con la tributación vocinglera de las montañas que ten envían a torrentes sangre de sus arterias, Rendón
¡Pero, oh! Viejo rio, honda tristeza, cariñosa compasión, ternura franciscana, experimento al verte tan pequeño, tan humilde y tan débil y siento infinitas ansias de llorar, porque veo que tus tímidas ondas pueden ser tragadas por las grietas del abismo y que tu arroyuelo ingenuo y delicado, sea sorbido por los áureos rayos de un sol¡Oh,canicular.viejorio, si allí acaba el hilo murmurador de tu¡Ay,existencia,delahoya templada…!
AL HUILLCAMAYO * Maximiliano
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Oh! Tus ondas rojas.
Oh! Tus corrientes de légamo que arrastran en sus entrañas misteriosos tesoros de un valor aladinesco.¡Yotesaludo, oh! Padre Huillca.
Como el hombre primitivo, gozaste de una
Oh! ¡Viejo rio, que recorres millares y millones de años el álveo misterioso abierto por la mano de Dios en el principio de los tiempos, yo te saludo!Antes que los hombres hollaran el dorso inmenso de la tierra, tu te lanzaste audaz y bravío por la encrucijada tenebrosa, desconocida y profunda que los soberbios Andes, al insurgir de las entrañas del mundo cavaron, en su loco afán de escalar los cielos, cual titanes rebeldes, en la vorágine de los siglos. A ti, crótalo gigantesco, peregrino de las selvas, te saludo.
Allá, en esa garganta helada de la Raya, en donde las nevadas cumbres platican, incomprensibles, heteróclitas filosofías, bajo el plúmbeo velo de las nubes, allí naces a la vida y a la luz, cual débil y desamparado niño, en humilde lecho de pajas y eternamente mecido por el cierzo invernal de las vecinas pampas collavinas. Tu pecho infantil, transparente cristal de linfas puras, apenas ensaya entonces “la vieja canción del niño, aquella que nos meció en la cuna, con las dulzuras del cariño”.
¡Ay, del valle caluroso…! ¡Ay, de la virgen selva junto a la hoguera de la vida…!Todo quedará destruido, todo quedará aniquilado, y la cuenca profunda y larga de tu lecho, será el zanjón estéril y tétrico de una tumba
lanzando al espacio inconmensurable la blanca espuma de tu frente sudorosa y la potente voz de tus himnos de victoria. ¡Salve, oh poderoso Huillca! ¡Venerado padre mío, Salve! Eres el bienhechor generoso de esa milenaria raza de bronce que allende y aquende tus riberas alcanzó el bien supremo de la vida y allí se vigorizó con tus maravillosas aguas que engendran la juventud y la fuerza, y que, trocadas luego en sangre de guerra y en sangre de amor y en sangre de espíritu, creó la estupenda civilización, sin precedentes en la Historia, de aquel milenario imperio, de aquel comunismo paternal y hogareño, que se dijo el TAHUANTINSUYU. II Como el Proteo de la fábula sufres la metamorfosis de tus ondas. Eres plata luciente, cabe los ardores de un sol de mayo, y a veces eres río de estaño, eres río de asfalto.
En el ciclo anual de la cosecha, en el CHIRAU de tus Incas, corres mansamente, humildemente, cuando apenas se conoce tu rango hidrográfico, tu majestad de río; pero luego que viene diciembre hosco, enero pluvioso, insurges potente, creces, te agigantas y te presentas amenazador y temible.

A lo largo de tu ruta, de ese eterno vagar, con tus caprichosas ondas dibujas, cual artista exótico y colosal, jeroglíficos de una verba desconocida y, allá, en la remota noche de los siglos, en que la luz de la Historia no flamea y en que las tradiciones callaron sobrecogidas de espanto ante el misterio del pasado, el álveo profundo de tu caudal creciente asiste a todos los cataclismos de la naturaleza y a todos los embates de la humanidad. Por ti pasaron las edades y los siglos, como flores de un día, y tu siempre indiferente, siempre victorioso, marchas delante de espaldas al destino cruel.
* Leyendas del Valle Sagrado de los Incas. Cuzco1960
III Tus fuerzas vitales no se agotaron, sin embargo, ni la unción cariciosa de tus prolíficas ondas ha sufrido desmedro; eres a pesar de los incontables siglos que llevas sobre el dorso estelar de tu poderos volumen, el nuevo, el siempre renovado progenitor de modernas culturas. En tus amplias márgenes viven hoy mismo, numerosos pueblos, villas encantadoras y ciudades hermosas, con muy altos destinos, como tus montañas, y con admirable energética como el viento huracanado que sacude la maraña de tus bosques impenetrables. El ferrocarril y el automóvil, la luz eléctrica y las modernas fábricas han profanado, en verdad, tu hoya sagrada; pero, todos te rinden pleitesía de gratitud y vasallaje, porque dependen del vigor de tus corrientes generatrices y de la frescura de tus linfas ¡Salve,renovadoras.pues,ati,padre
HUILLCA! IV Para mí, que he vivido cinco lustros en tus mágicas playas y que sigo junto a tu lecho sagrado nutriéndome con tus santas y purificadoras aguas, es dulce y glorioso entonarte un himno de gratitud y homenaje, como al dios totémico de mis padres y como al Apu creador de las estupendas civilizaciones y maravillosos imperios que quedan más allá de la ceja de luz que divide la Historia de los tiempos fabulosos y legendarios. Y por la mirífica admiración que engendras en mi espíritu y por el amor sacrosanto que siento por ti, tanto y tanto me he acostumbrado a mirar tus ondas y tan semejante he encontrado mi inquieta vida a la tuya, que he reído con tus risas y he llorado con tusCuandopenas. las injusticias de los hombres mordieron mis entrañas, busqué tus piadosas orillas para confortar mi alma con tus sabias máximas de filosofía y humanidad. ¿Los dardos envenenados que nos clavan los hombres, no son por ventura, como los guijarros que te arrojan o como el cieno nauseabundo que arrastran las aguas a su paso y que luego las purificas en tus rápidos violentos y en el golpear continuo de tus olas…? Todo queda en el bajo fondo…del desprecio y del olvido, mientras tu majestuosa corriente sigue imperturbable su ruta indefinida hasta perderse en el seno de la mar que es el morir.
PUTUTU N°6212
El gran templo de Viraccocha, esas estupendas fortalezas de Pisac y de Ollantaytambo y la ciudad aérea de Machupiccho, levantados en tus márgenes, en los picos y alcores de las sierras próximas, como sobre los brazos de tu gran catre de campaña, son apenas restos doloridos de las asombrosas civilizaciones que se amasaron con tus aguas fecundas y creadoras.
libertad salvaje, y no hubo en tu gran hoya, caverna desconocida ni acantilado secreto para tus inquietas miradas. Todo lo hollaste y todo lo dominaste. Pero la mano del Inca poderoso refrenó tus corrientes y calmó tus ímpetus locos, canalizando tu enorme caudal entre dos murallas de piedra, cuando fastuosos y deslumbrantes Faraones jamás pudieron dominar las aguas de su flumen progenitor, el voluptuoso Nilo; y, desde entonces, eres modesto y eres razonable, y sólo rompes la normalidad de tus costumbres, cuando las aguas del cielo te pletorizan de hartura y embriaguez.
