44 que la Cámara de Comercio de Veracruz, se originara en el seno de La Lonja Mercantil.
ANTECEDENTES DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE VERACRUZ La importancia comercial que Veracruz adquiere durante el siglo decimonónico, nace desde principios de la centuria, ya que el periodo comprendido entre 1821 y 1875, correspondió a una expansión de la economía y del comercio a nivel mundial. El motor central de esta expansión se situó en Europa, pues es ahí que ocurren cambios en las estructuras demográficas, mayor demanda de alimentos, crecimiento de la producción agrícola industrial, creación de nuevos sistemas de transporte y comunicaciones, abaratamiento de los fletes, innovaciones tecnológicas, desarrollo de la química y un crecimiento del comercio internacional nunca visto hasta esa fecha. Paralelamente a este proceso y profundamente unido a las variaciones que se estaban operando en Europa, se desarrolló la economía norteamericana. El dinamismo de las transformaciones ocurridas en Estados Unidos durante el siglo XIX, convierten a este país en un competidor de los países europeos a fines de esta centuria. Si bien existían las medidas internacionales y nacionales para que el puerto de Veracruz se complementara a la nueva dinámica del comercio exterior, inicialmente no fue fácil reactivar la actividad mercantil por lo menos durante los últimos años de la década de los años sesenta, debido a varios factores como fue el término imperialista y el inicio del nuevo estado mexicano, entre las limitantes que tuvo que enfrentar estuvo la falta de liquidez por parte de las casas comerciales con los que tenían transacciones económicas. Ante dicha situación, los comerciantes porteños se organizaron para tomar medidas que les permitiera proteger sus intereses mercantiles. Una de ellas fue el firmar el 17 de abril de 1868, un convenio con las siguientes casas comerciales: Ulibarri Hermanos; Zaldo Hermanos y Compañía; Lanauri Rivas y Compañía; Socasa y Compañía; Larriñaga y Gorostizaga; Fernández y García; Alegre Terán y Compañía; L. D. Palacios y Compañía; B. Hoyos y Compañía; R. Lapuente y Hermanos; Lorenzo Rivera e Hijo; Carazo y Farjal; A. Loustan y Compañía por medio de sus representantes Don Natalio Ulibarri, Don Bruno Zaldo, Don José Lanouri; Don Ramón Socasa, Don Bartolo Gorostizaga; Don Fernando García; Don Cayetano Alegre; Don Domingo Palacios; Don Braulio Hoyos; Don Raymundo Lapuente; Don Lorenzo Rivera; Don Joaquín Fanjal; Don Agustín Louston y Don Luciano Leycegui; Don Manuel Gómez y Gómez; Don Ruperto Benito; Don A. Bordenave; Domingo Ader; Don S. García; Don Severino Balleres y Don Prudencio Guerra. En dicha acta notarial hacían el señalamiento que debido a las circunstancias en que se hallaba el comercio de esta plaza y para evitar los “graves perjuicios”, habían decidido celebrar un convenio en los siguientes términos: