FAGIA 2

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Abril - Mayo 2013 • Año 1 • Número 2

$10.00

Serie: Fé, ritos y tradiciones de Jalisco, 2012

Escalera al cielo

José Hernández - Claire

/// LA BALADA DE ALICIA H. Ricardo Yáñez ¿De dónde, Alicia Hamilton, tan triste, tan indefensa, tan meditando en lo que está pasando, en lo que te ha pasado, y discreta, elegante, bien peinada y sin aretes?, ¿de dónde enteramente de tres cuartos, Alicia Hamilton, de dónde esas forzadas verticales en el vestido oscuro, los botones forrados y el cuello de tu blusa blanco y alto, y esa mirada transparente, transparente, como de quien llega a ver lo que se llega a ver después de haber llorado?

Un leve viento agita tus cabellos, levemente entrecanos y la amargura de tu boca cede, Alicia Hamilton. Ciertos versos de amor parece escuchas y como que has salido de la bruma a respirar un rato. Advierto como al fondo un corredor, oigo como un canario. (Parece que miraras desde lejos un barco que ha zarpado). A plomo tu mirada está pensando, Alicia Hamilton, en un silencio dulce. ¿De dónde está llegando? Tienes que aprovecharlo.

Orá /// Jaime Rodríguez /// Nosotros / los forjiados de la noche / Nos entregamos hoy como esclavos de tu digna condena / De corazones que se votan como raíces en la Tierra


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Serie: Nuestra Señora del Rosario, 2012

Daniel Saldaña Estevez

/// TODO

/// POEMA DE HOMBRE CON SOMBRERO

César R. Girón

Ricardo Yáñez

Ahí, en la gota de lluvia que cae o se suspende

De los pasos oscuros del hombre del sombrero

Que desaparece o se hace mar, vida.

entre claveles blancos y silvestres

Ahí, en la inalterable y líquida,

deduzco que hace frío y asimismo

En la diminuta e infinita gota,

que no con la palabra que busca puede dar, que lleva

En la durmiente tormenta

el silencio en los ojos casi azules

En la nube,

de no pensar, y piensa sin embargo o imagina

Ahí está todo,

una canción mojada de neblina, una feria de pueblo afantasmada, una distancia limpia

Ahí estoy. Eso soy,

entre un vaso quebrado y una estrella. Va el hombre

Lo efímero.

dijérase que amando su propio no encontrar cómo decirse,

Lo eterno.

cómo decir el sol de su secreto que viene a desbordarse por sus labios, invisible.

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/// EDITORIAL Necedad embebida, encomiada, empinada por circular a buenos atragantos matambres porciones de creación para el sobres y zas llevarnos por el acelere descontón culinario de finos cortes tasajeados que artes asestan a la buenagueña no habiendo problema de ingesta, añusgamiento con cocina alguna; si solo frutas y verduras, grasa a lo puerco, etcétera estéticas de latitudes caben también coprófagos que con su pan se la comen, o la compraron en lata, ya que de un gusto a esta parte, cambios ha habido muchos en los rumbos que expresión estética marca en trayectos yendo y viniendo. A la carta poesía y foto un menú tirado de panza menudera o en pie de piernas alerosas en lucha entrelazadas con otras que carnes mutando o quién sabe qué rayos y centellas la belleza nos agt ttarre bien dispuestos al reguste refile usted provecho. Arturo Verduzco

Dirección Arturo Verduzco / Jaime Rodríguez

Diseño Editorial Jaime Rodríguez

Diseño Orignal Miriam Rodríguez

Colaboradores Raúl Bañuelos, Luis Vicente de Aguinaga, Rafael del Río

www.fagia.com revistafagia@gmail.com

Esta edición se realizó con el apoyo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes Jalisco

Impávidos de color y carne / En búsqueda de los parásitos brillantes / Que inundaran nuestro obscuro regalo / Así hoy demandamos vida y odio eternos / Para alimentarnos sin menguar


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/// DOS FRAGMENTOS Fanny Enrigue 1. De niña me mordía labios y uñas porque no era necesario acumular las palabras en cajones llenos de polillas de niñas mi hermana y yo cantábamos sin cavar huequitos para escondernos era lo mismo el canto o abrir los ojos el nombre no había dado filo a las piedras no era necesario que se rasgara mi madre en dos mitades empezar a nombrar lo que crecía: animales del campo y animales del cielo luego, desnudas, llamarlos con cierto resentimiento, con cierta ira comenzaba a abrirse un espacio entre nuestras bocas y lo que nombrábamos un espacio como la distancia entre la sangre derramada en tierra y el hombre erranteno era necesario quedarnos viendo la fractura, volviéndonos un poco de sal, mucho de olvido desencuentro entre sus palabras y las mías había iniciado la fuga, lo oculto no pueden quebrarse los huesos de las cosas para penetrar en ellas, sin la violenta dureza a menos que la luz o el incendio en voz baja me digo la dureza de un hijo de puta violador tiemblan mis propios esperpentos aunque los dedos me delatan cuento en secreto larvas mi voz parece un cuervo

Serie: Transiciones, 2011

tiene memoria que construimos letra por letra como un muero lleno de piedritas todos los alfabetos ya no sé si me parece posible nombrar sin abrir algún rincón oculto a lo que nombro sin violar todas las cosas con cada vocal con un placer que parece dejar todo piedra. 2. Justo cuando comenzamos a poner nombre a las cosas dentro de la casa empiezo a olvidar el nuestro. La debilidad de memoria es lastre antiguo y no puedo (como si nada pasara) dejarme el hambre y las ficciones para atender el agua que sale de la jarra, los rencores y las cuentas. Justo al aprender orden a las cosas comenzamos a perdernos laberinto de cajas y materias, alfabeto y polvo en las cortinas. Era mejor la cama llena de sal al menos entonces la piel no temía corroerse si nuestra boca o nuestros sueños murmuraban “sal” en silencio. Ahora sólo posesión de la sal, posesión de nuestras bocas el murmullo del desmoronar.

Dulce María Vega

De tu larga lengua reptante / Ya que nos escupiste en orfandad / A esta amada hermana soledad / Para recordarnos que el fruto de tu benevolencia / Solo responderá a los que crucen


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Serie: Fé, ritos y tradiciones de Jalisco, 2012

Los Héroes y José

José Hernández - Claire

/// (nidonegro) Laura Solórzano Me tenía esa araña de paz mentirosa Esa materia de arácnida estrechez confiada Señal de hora que borda en la entretela y late Como si viviera y flotara soñando Me tenía delante con el delantal quemado Arrinconada en un desliz umbilical De la madre, por ella, en la matriz dormida Soñaba con abrir al cortar, con un acto De danza sin imperio pastaba por los llanos De la recámara tragando el polvo La araña de la paz, la tela que vigila, la luna Violenta de semanas crujiendo Entre mis sábanas reales, bebía un canto Irreal sentada en el hijo del domingo En la cuna de la idea rascando su dedal Como cuerpo que se fija, amaba en el miedo

El umbral / Con el peso y manchas / De la sangre no ajena de nuestros despliegues carnales / Que usurparan de tajada mandibular / El acaecido órgano rítmico que destella en los demás


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