El Covid-19 en Gaza y la batalla por la vida TAI GABE DIGITALA SL
Según el propietario de una de ellas, se fabricaban 50.000 máscaras al día para su exportación a Israel. Aunque el propietario defiende que en este momento debería haber empatía y cooperación para combatir la pandemia, el Gobierno israelí tiene una posición diferente. Israel ha impedido que el personal médico palestino realice pruebas y trabaje en aldeas palestinas, destruyendo una clínica móvil diseñada para combatir el Covid-19. Además de ello, y a pesar del creciente número de pacientes afectados por el coronavirus en Gaza, las autoridades israelíes pararon la realización de pruebas cuando la Franja tiene un sistema de salud poco preparado, colapsado y sitiado desde hace más de 14 años. Frente a un mundo que lidia con el virus, la afirmación de que «Gaza sería el lugar más seguro en esta pandemia» se convirtió en lugar común. Ello se debe a una razón: Gaza ha estado completamente bajo sitio desde 2006. Los viajes dentro y fuera de la Franja están muy limitados, con solo dos puntos de paso: uno bajo autoridad israelí (Erez) y el segundo en Rafah, frontera con Egipto. Sin embargo, todos estaban equivocados, incluido el de facto gobernante de Gaza, Hamas. Tras la declaración del estado de emergencia por parte del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en coordinación con el Ejército israelí, que es el que manda realmente en Cisjordania, la Administración de Hamas rechazó aplicar esa medida en Gaza. No obstante, la confirmación el 22 de marzo de dos casos aumentó el temor entre los palestinos dentro de la Franja de Gaza y la preocupación en el mundo. Presionado por las redes sociales, Hamas decidió cerrar la Franja por completo, y, en cooperación con la OMS, aisló en cuarentena a alrededor de 3.000 personas, peregrinos regresados de Arabia Saudí y a los que se habían desplazado a Egipto para tratamientos médicos. A mí, como a muchos palestinos en el exilio con familia en Gaza, nos aterra la propagación masiva del virus en la zona. La posibilidad de contagio por el virus es devastadora si pensamos en la salud pública y en el conflicto. El virus no es demasiado mortal, pero en el caso de la franja de Gaza puede resultar apocalíptico. La idea de distancia social es una utopía en Gaza, ya que se trata de una de las áreas más densas del mundo, con 5.000 habitantes por km2, con un sistema de salud deteriorado, una economía colapsada y, sobre todo, bajo los ataques constantes israelíes que han dejado a las 2 millones de personas del reducido enclave llorando sus pérdidas con rabia y silencio. La ONU advirtió en 2018 de que Gaza no sería habitable en 2020. A su vez, Michael Lynk, relator especial sobre los derechos humanos en Palestina, afirmó que «no hay agua potable ha desaparecido, la economía se está desmoronando y la perspectiva de no poder vivir allí es real».