hecho recuerdo que Kiyoshi Yamazaki, junto a mi admirado amigo el Maestro Fumio Demura, habían atravesado el mismo valle cuarenta años atrás y en su caso a pie. Su hazaña siempre me resultó curiosa, por lo que le pido a Yamazaki sensei que me hable de ella: “Como sabes, Fumio Demura y yo estábamos ambos patrocinados por Dan Ivan. Hacíamos actividades conjuntas y participábamos en eventos que Ivan organizaba. Fue muy divertido. Estuvimos durante dos día s c orrie ndo e l D e a th Va lle y. Ta mbié n ve nía e l ma e stro de Judo H ira ok a . Re c ue rdo que e n un momento nos subimos a la furgoneta de apoyo que nos iba re c ogie ndo c omple ta me nte a ba tidos, destrozados,… y Demura sensei había ido al baño. Nos montamos todos en el coche y Demura salió corriendo tras nosotros, porque nos íbamos. Todos reímos mucho con aquello. Pero fue duro. A veces estuvimos al borde del desmayo”.
En aquellos años Yamazaki y Demura tuvieron gran relación, actuando juntos incluso en las conocidas demostraciones en el Japanese Village y Deer Park, un centro cultural nipón en el condado de Orange, Califor nia. Precisamente al día siguiente a esta charla con Yamazaki sensei, visitaría a Demura sensei en su dojo cerca de aquí, en Santa Ana, con quien recordaré su travesía del Death Valley, junto a Yamazaki. Los años 80 trajeron a Kiyoshi Yamazaki momentos delicados que el reconoce como los peores de su vida: “Ha habido tres momentos cruciales que considero los peores de mi vida. A principio de los 80, en Seattle (Washington) fui víctima de un accidente muy grave, por el que estuve dos meses en el hospital. Estuve al borde de quedarme paralítico y tuve que aprender a andar de nuevo. Incluso perdí la memoria durante semanas. Fue terrible. Un momento muy malo en mi vida. También otro en Inglaterra, durante un entrenamiento duro con gente de varios países, donde me dio un ataque de asma que me hizo pasarlo francamente mal. Un tercer momento terrible fue cuando en Palm Spring pasé una meningitis y mi cerebro quedó dañado. Han sido sin duda los tres peores momentos de mi vida”. Pero la década de los 80 también trajeron grandes oportunidades a Yamazaki sensei, que ya muy conocido en Norteamérica por su labor en pro del Karate, se veía inmerso en el mundo del cine, como su amigo Demura, instalado en su caso en la cercana Santa Ana, también en California. Yamazaki imparte clase de lucha y espada nada menos que a Arnold Schwarzenegger, que en 1982 rueda en Estados Unidos, México y España la película “Conan el bárbaro”, en la que aparece. El maestro de Karate también aparecerá en años siguientes en otros films made in Hollywood, como la secuela de “Conan el destructor”, con el mismo Arnold al frente del reparto, con Red Sonja, Dune, The Fall Guy, Beast Master (conocida en España como El Guerrero Rojo), o años más tarde, en 1996, la famosa Dragon Heart (protagonizada por Dennis Quaid). Yamazaki también trabajó en la secuela televisiva, en series como Conan: "The adventurer", protagonizada por Ralf Moller (compañero de reparto de Dolpf Lundgren y Jean Claude Van Damme en Soldado Universal), lo que le dio de nuevo la oportunidad de trabajar junto a otro de los asesores, el Conan original, Arnold Schwarzenegger. Su incursión en el mundo del cine dio la oportunidad a Yamazaki de enseñar Karate a personajes conocidos como Witt Chamberlain, Brad Dourif, Sandal Bergman, Richard Hatch, Sean Connery, hasta la explosiva rubia Brigitte Nielsen, la inquietante morena Grace Jones y hasta el mismísimo Sting. Yamazaki me confiesa que… “Hoy día el tema del cine lo tengo ya abandonado. Ya no participo en películas. Estoy centrado en el desarrollo del Karate, de un Karate personal, para mí mismo. También enseño Iai Do, arte en el que tengo mucha gente seguidora”. En efecto, Yamazaki sensei llegó a crear incluso una organización sobre el sistema, la Iai Do Tate Do Federation. Yamazaki tiene ahora 74 años de edad… muy bien llevados. Yamazaki sensei es, lo ha sido siempre, una persona amable y elegante en el trato, en su forma de hablar y actuar e incluso en el vestir, muy juvenil y moderno. Hace algo más de 30 años, en 1983, tras la muerte de Yasuhiro Konishi, su hijo Takehiro, nacido en 1931, había iniciado la segunda generación de Ryobu Kai, en la que Yamazaki ejerce gran influencia, como líder principal en el extranjero y también en el propio Japón. Para él… “la primera generación practicaba más Karate y en la segunda generación se añadió más parte de Kobudo (Bo, Kama, Tonfa,…)”. Yasuhiro Konishi II (Takehiro) y Salvador Herráiz, en el Ryobu Kai de Tokio, en 2008.