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Qué depara el futuro de las materias STEM? Pág
from We Are CPB
La pandemia y las ciencias: ¿qué depara el futuro de las materias STEM?
La pandemia dejó varios impactos en la educación y en la forma en que los estudiantes aprenden. Este fenómeno extraordinario no pudo haber sido predicho por las escuelas, por lo que se tuvieron que tomar medidas urgentes para transportar la escolaridad hacia la virtualidad. Este hecho no tiene precedentes en la historia. Es la primera vez en la que, de manera masiva, los estudiantes y maestros se ven forzados a tener clases de manera virtual.
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La virtualidad de las clases ha impactado de manera enorme las vidas de tanto alumnos como enseñantes. Este cambio significó la adaptación rápida a un nuevo medio por donde estudiar y aprender. También significó el cambio rotundo de las tácticas de enseñanza. La virtualidad significó un cambio de perspectiva referido a la manera de cómo gestionar un espacio tan esencial como la educación. El impacto que generó la pandemia en el ámbito escolar es aparente en muchos sentidos: la virtualidad, el incorporamiento de las clases sincrónicas, la falta de presencialidad, la falta de conexión humana. Sin embargo, aún queda por verse el verdadero grado de la repercusión de esta forma de educar y de la manera que los estudiantes están aprendiendo.
En el campo de STEM, siglas referidas a Science, Technology, Engineering y Mathematics, estos cambios tuvieron un impacto inmenso. Este tipo de materias tienen como componente focal para su aprendizaje el uso de la experimentación y el aprendizaje a través de investigaciones. De esta manera, muchas de las ciencias utilizan experimentos para poder entender fenómenos estudiados en clase. Son como otras materias, donde el aprendizaje más óptimo está caracterizado por la pluralidad de ideas y puntos de vista, discusiones colectivas y el intercambio de información, las materias STEM necesitan de estos componentes para su máxima compresión.
El abrupto cambio que trajo consigo la pandemia puso en jaque la manera tradicional de la enseñanza de las ciencias. La indagación de los alumnos es parte esencial de estas materias, que buscan el constante cuestionamiento sobre fenómenos naturales, y ahora se ven totalmente limitados por el distanciamiento social y el cierre de las escuelas. No sabremos el grado de impacto que tuvo la pandemia en los campos STEM hasta que acabe esta. Sin embargo, podemos reflexionar sobre esta nueva era virtual y como incursionamos estas nuevas tácticas en las clases de química, física, matemática, etc. ¿Cómo cambió nuestro entendimiento y nuestro abordaje al aprendizaje de las ciencias? ¿Qué posibles impactos podría esto tener en los alumnos y en el futuro de STEM?
La profesora Paula Quesquén, explica que “la pandemia ha modificado todos los aspectos de nuestra vida”. La docente de física, al igual que todos los profesores del CPB, tuvo que adaptarse a esta nueva realidad de enseñanza. La diferencia más grande entre el aprendizaje de antes con el de ahora es “el escenario y el contacto físico con los alumnos”. Desde su perspectiva, la miss Quesquén argumenta que los retos más importantes a la hora de enseñar ciencias de manera virtual fueron la motivación de los alumnos, lograr que los alumnos conozcan, comprendan e interpreten diversos contenidos. Además, “desarrollar los temas de manera coherente y resumida, sin perder el rigor científico” y aplicar las Tics (tecnologías de la información y la comunicación) en “el desarrollo de clase, así como en la evaluación”.
Más allá de los retos, el proceso de adaptación a la enseñanza virtual de la profesora Quesquén “empezó con una autoevaluación de las técnicas metodológicas usadas y aprender y aplicar estrategias nuevas para un escenario poco conocido”. Esto permitió la facilidad del uso de los medios virtuales y, definitivamente, clases interactivas y sumamente formativas.
A pesar de que tanto estudiantes como profesores se vieron forzados a incursionar a un ambiente desconocido, rodeados por incertidumbre, este aún favorece a la llegada de ventajas. La miss Quesquén analiza que, si bien hubo ciertos retos en la enseñanza de manera virtual, también hubo ventajas.
Aun asi, “se empleó los simuladores y laboratorios virtuales que ayudan a seguir desarrollando habilidades científicas en los alumnos”. Esto demuestra el alto grado de compromiso por parte de los profesores a crear espacios óptimos para el aprendizaje, dada la situación por la que se está pasando.
“El aprendizaje es un proceso que requiere tiempo. Los alumnos han tenido que entender que ellos son los protagonistas de su proceso de aprendizaje, donde hay que autorregularse y establecerse objetivos.”

Más allá de las limitaciones impuestas por la pandemia y el distanciamiento social, Paula Quesquén aún mantiene una mirada positiva sobre el presente de la educación. “Hemos tenido que desarrollar nuevas estrategias y emplear materiales diferentes, por lo que yo no hablaría de perjudicar sino de retarnos a diseñar cosas diferentes para entornos diferentes.”
Estas condiciones nos han permitido crecer como personas. Ante las condiciones adversas, “los alumnos han desarrollado una serie de habilidades y estrategias que le permiten seguir avanzando en su formación, es un momento difícil pero los alumnos han demostrado la madurez suficiente para enfrentar este momento de la mejor forma posible”. Los beneficios que surgieron fueron, el poder “potenciar el manejo de la tecnología”, “poder aplicar diversas metodologías de enseñanza”, “la creación de contenidos” por parte de los alumnos utilizando recursos tecnológicos, entre otros. Es así, que si bien hubo contratiempos en este entorno nuevo, este permitió a estudiantes y docentes desarrollar habilidades tecnológicas y de autonomía que son sumamente valiosas para el futuro.
Sin embargo, la profesora Quesquén está de acuerdo en que “la experimentación es un factor muy importante en el aprendizaje de las ciencias” y que la pandemia “fue un limitante” en el desarrollo de esta parte focal de la educación de las materias STEM.
La docente, además, argumenta que “es complicado generar experiencias en física con material que todos puedan obtener en casa, se pierde la precisión y el rigor que tanto se busca''.
Los ámbitos de enseñanza en los que funcionaban las materias STEM anteriormente han cambiado. No sabremos si cambiaron para mejor o peor, pero sabemos que ante las adversidades planteadas por la pandemia, tanto alumnos como profesores, dieron su máximo para poder seguir construyendo un espacio dinámico, interactivo y beneficioso para la educación.
El distanciamiento social obstruye el desarrollo de uno de los elementos focales de las materias STEM: la experimentación. A falta de laboratorios y materiales adecuados para el desarrollo de esta, los docentes y alumnos debieron adaptarse. Sin embargo, y como lo plantea la profesora Quesquén, “enseñar ciencias en un entorno virtual para niños y adolescentes es complicado, pero no imposible. La adaptación juega un papel importante y la cooperación de todos los integrantes de la comunidad educativa”.
Esta situación, a primera vista desventajosa, podría terminar siendo una lección sobre autonomía, independencia e innovación. Tal y como las profesiones STEM, el aprendizaje de estas materias continúa innovando para mejorar la formación de futuros profesionales. Es por eso que hay que mantenernos positivos ante los percances y recibir los retos con brazos abiertos, pues estos nos permitirán crecer y mejorar.