04 NUEVOS AMBIENTES
04 JUBILEO EN ROMA
Directora
Jennifer Paján Lan
Administrador General
Raúl Sánchez
Comité Editorial
Lourdes Chiok
Milagritos Franco
22
PORTADA: MUSEO MUCHIFU
Editor General
Andrés Talavera
Editor Fotográfico
Sanyin Wu
Diseño y Diagramación
Melissa Siles
Retoque Fotográfico
John Cerquin
28 SEMANA DE LA CULTURA CHINA
36
FOTOENSAYO: OLIMPIADAS
Redacción Alejandra Garboza
Fotografía
Rafael Iriarte, Mario Zapata
La edición 36 de nuestra revista J23 se ha hecho esperar, probablemente el mayor reto sea decidir cuáles son las noticias que puedan ser contenidas en cada edición, teniendo en cuenta que existen tantos momentos para ser contados.
Cada vez que recibo una entrega de la nueva versión de la revista en mis manos, cada nota puede ser motivo de portada. Ante ello, creo que más que un desafío muy difícil de resolver, se convierte en una alegría profunda, porque se disfruta de inicio a final todo lo que nuestros queridos estudiantes nos demuestran. Ellos poseen grandes capacidades y son conscientes de ello. Sigamos alentando su crecimiento, respaldando sus ganas de demostrarse a sí mismos y al mundo que son valiosos, que han adquirido el estilo J23 para ser grandes. De la misma manera, espero que todos ustedes se sientan orgullosos de
los logros de los estudiantes, que siempre estén ahí y también los ayuden a levantarse para volver a intentar el éxito cuando una victoria es postergada.
¡Viva Juan XXIII, comunidad que se siente una verdadera familia!
EL COLEGIO INAUGURÓ AMBICIOSA INFRAESTRUCTURA: EL NUEVO REVESTIMIENTO EN EL PATIO DEL PABELLÓN CONFUCIO, LAS MODERNAS BUTACAS DEL AUDITORIO, DOS SALONES ACÚSTICOS Y LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD MUNDO EN MOVIMIENTO. CADA ESPACIO REFLEJA EL ESFUERZO CONJUNTO DE NUESTRA COMUNIDAD EDUCATIVA Y ESTÁ PENSADO PARA QUE LOS ESTUDIANTES VIVAN EXPERIENCIAS MÁS COMPLETAS, SEGURAS E INSPIRADORAS.
ALEJANDRA GARBOZA
En Juan XXIII, la infraestructura no es solo un conjunto de paredes, aulas y pasillos. Cada nuevo espacio es un símbolo de la visión que guía a nuestra comunidad educativa: ofrecer a los estudiantes ambientes que potencien sus talentos, acompañen sus aprendizajes y los inspiren a soñar más alto.
Este 2025, el colegio inauguró importantes mejoras que reflejan ese compromiso: el nuevo revestimiento en el patio del pabellón Confucio, la renovación total de las butacas del auditorio, dos modernos salones acústicos y la sala de psicomotricidad Mundo en Movimiento. Todas estas obras son fruto del esfuerzo conjunto de la institución, las familias y promociones que dejaron su huella en el colegio.
«Juan XXIII siempre está en una dinámi-
ca de mejora de infraestructura. Sabemos que los estudiantes merecen espacios que acompañen sus aprendizajes y respondan a nuevos desafíos. Estas renovaciones no son solo obras, son oportunidades para que ellos crezcan en un ambiente cada vez más estimulante», destacó la directora, Miss Jennifer Paján.
El pabellón Confucio: una huella que queda
El pabellón Confucio luce desde enero un patio renovado que combina los colores institucionales, recordando a todos que este es un espacio Juan XXIII. La obra fue posible gracias al aporte generoso de la promoción morada 2023, la número 52, que decidió contribuir y dejar este legado para las generaciones más jóvenes.
«Cada vez que uno entra, percibe los colores, el espíritu de comunidad. Es un recordatorio de que nuestros alumnos no solo transitan por el colegio: también dejan huella», añadió Miss Jennifer. Una placa conmemorativa recordará este gesto.
Auditorio renovado: un espacio para todos
El corazón cultural del colegio, el auditorio, también se modernizó con la instalación de nuevas butacas, más cómodas, modernas e inclusivas. Este cambio, impulsado
por el bingo institucional, convirtió el espacio en un lugar apto tanto para actividades artísticas como académicas.
Las butacas incluyen mesas desplegables para conferencias y unas butacas especiales para personas con discapacidad, con asientos más amplios y móviles que facilitan la accesibilidad. «Queremos que todos se sientan parte de este lugar. Perder algunas butacas fue un sacrificio mínimo frente a la comodidad, seguridad y equidad que ganamos», explicó la directora.
Música que inspira
La música es parte esencial de la identidad de Juan XXIII, y por ello este año se inauguraron dos salones acústicos diseñados especialmente para potenciar el talento artístico de los estudiantes. Equipados con aislamiento sonoro, iluminación adecuada y mobiliario especializado, estos espacios son hoy la casa de la banda, los coros y los talleres de música.
«Nos dimos cuenta de que nuestros chicos necesitaban un espacio más especializado.
El buen recibimiento de alumnos y profesores nos animó a ir más allá de lo planeado: no nos quedamos con un solo salón, sino que habilitamos dos. Y soñamos con seguir creciendo hacia una cabina de grabación en el futuro», compartió Miss Jennifer.
El profesor de música, Andrés Santillana, explicó que el objetivo principal de esta implementación fue «mejorar el área artística mediante espacios especializados y adecuados acústicamente para las clases de música». Los salones, ubicados en el
segundo y tercer piso sobre la piscina, están distribuidos por niveles: mientras que el del tercer piso acoge a los alumnos de 4.º y 6.º de primaria hasta 1.º y 2.º de secundaria, el segundo está reservado para los estudiantes de 3.º a 5.º de secundaria. Además, por las tardes los salones cobran nueva vida, pues la sala del segundo piso funciona como escenario de práctica para el Taller de Banda en todos sus niveles, de lunes a viernes, mientras que en el tercero se desarrolla el Ensamble de Jazz. Ambos cuentan con características que marcan la diferencia: recubrimiento de madera con paneles acústicos, puertas y vidrios especiales para el aislamiento sonoro, alfombrado completo, iluminación natural y artificial bien equilibrada, y aire acondicionado para asegurar confort durante los ensayos.
Los beneficios no se han hecho esperar. Según el profesor, los alumnos muestran mayor motivación y entusiasmo al trabajar en espacios diseñados para la música, lo que ha elevado la experiencia del aprendizaje artístico: «Hoy los chicos disfrutan más sus clases, se sienten inspirados y pueden concentrarse en cada detalle de la interpretación», afirmó.
Mundo en Movimiento: jugar, aprender y soñar
Quizá el espacio más innovador sea la nueva sala de psicomotricidad Mundo en Movimiento, creada gracias a una donación de la embajada china. Este ambiente está diseña-
do para los más pequeños, niños de inicial y primer grado, que, mientras trepan, saltan y exploran, desarrollan su motricidad, creatividad y habilidades sociales.
Las paredes sensoriales, el piso anti-impacto, la iluminación digital y los paneles interactivos se combinan con un diseño inspirado en íconos culturales chinos: el Estadio Olímpico de Pekín —conocido como el Nido de Pájaro— y el Templo del Cielo. Todo pensado para transmitir a los estudiantes un mensaje claro: no hay límites para soñar y alcanzar nuevas metas.
«La sala ofrece un espacio seguro y divertido, donde los niños fortalecen su cuerpo, aprenden a relacionarse y se preparan para los retos de grados superiores», explicó Miss Charo Padilla, docente de Educación Física.
Un legado que continúa
Cada una de estas renovaciones es más que un cambio físico: es un reflejo del compromiso de toda la comunidad Juan XXIII con la formación integral de sus estudiantes. Como señaló Miss Jennifer: «No se trata solo de infraestructura, sino de cómo estos espacios acompañan la exigencia académica, artística y deportiva de nuestros alumnos».
En cada rincón renovado, desde las butacas del auditorio hasta los nuevos salones de música, late la convicción de que el colegio es un lugar para aprender, crecer y dejar huella.
CON PROFUNDA EMOCIÓN Y ESPÍRITU DE FE, NUESTROS
ESTUDIANTES VIVIERON UNA EXPERIENCIA ÚNICA EN ROMA AL ESTRECHAR LA MANO DEL PAPA LEÓN XIV.
ESCRIBE ALEJANDRA GARBOZA
Entre banderas, cantos y la energía de más de un millón y medio de jóvenes reunidos en Roma durante el Jubileo de los Jóvenes 2025, una delegación de estudiantes y docentes de Juan XXIII se preparaba para vivir un encuentro histórico cargado de fe y esperanza. El viaje, organizado por la Pastoral Educativa, ya era un sueño cumplido: compartir la fe y evidencia que la iglesia es universal, pero lo que parecía imposible se hizo realidad. «En un inicio pensábamos en una misa
de bienvenida, pero poco antes del viaje recibimos la confirmación de que tendríamos una audiencia privada con el Papa. Fue un regalo inesperado, una bendición que los chicos y nosotros vivimos con profunda emoción», recuerda emocionado Segundo Delgado, coordinador de Pastoral Educativa. Ese instante, frente al Santo Padre, se convirtió en un momento irrepetible que quedará grabado en la memoria de todos los que formaron parte de la experiencia.
«Agradezco mucho esta oportunidad porque no todos pueden ver al Papa tan de cerca. Él es la máxima autoridad de la Iglesia, pero también la persona más cercana que tenemos a Dios. Al darle la mano me quedé sin palabras, solo pude agradecerle. Sentí que nos recibió con cariño por ser peruanos y por compartir la misma fe».
«Fue impactante ser elegidos entre tantos jóvenes. Estaba muy nerviosa, pero cuando lo miré sentí que era Jesús a través de sus ojos. Su mirada me dio paz y la certeza de que voy por el camino correcto. Fue una experiencia que siempre recordaré y que me anima a seguir firme en mi fe».
«Cuando entró a la sala me puse a llorar, fue como si el Espíritu Santo me tocara el corazón. Le agradecí por todo lo que hace por el Perú y me conmovió verlo recordar nuestro país con tanto cariño. De Roma me traigo la fe fortalecida, nuevas amistades y la experiencia de haber rezado juntos escuchando las palabras del Papa».
«Al inicio pensé que solo lo veríamos de lejos, nunca imaginé estar cara a cara con él. Le dije que era un ejemplo que me gustaría seguir por su cercanía y bondad. Cuando lo saludé sentí una conexión muy especial, algo inolvidable. Me quedo con su mensaje de que la fe debe vivirse cada día y no quedarse solo en una imagen».
«Conocer al Papa de cerca fue como alcanzar una meta. Él transmite paz con solo verlo. No tenía preparado qué decirle, solo atiné a agradecerle. Para mí fue un momento único, un recuerdo que valoro muchísimo y que considero una bendición».
«El encuentro fue una bendición. Al darle la mano sentí que el mundo se detenía. Le agradecí por tener siempre al Perú en su corazón y lo hizo con una sonrisa. Lo que más me marcó fue su mensaje de esperanza: nos recordó que los jóvenes podemos cambiar el mundo para bien. También la vigilia fue muy especial: millones de jóvenes unidos en silencio ante Cristo en la eucaristía».
«Pude darle la mano y conversar un momento. Le regalé un King Kong como un símbolo del Perú, y me lo agradeció con una sonrisa. De esta experiencia me quedo con la alegría de ver a más de un millón de jóvenes reunidos: comprendí que la fe también es juventud y celebración”.
«Al llegar a Roma no imaginábamos que tendríamos este encuentro. Cuando el Papa estuvo frente a mí no sabía qué decir, me quedé paralizada. Solo después entendí lo que significó: fue una oportunidad única, casi como estar frente al Señor mismo. Es un recuerdo que guardaré siempre”.
CON DISCIPLINA, COMPROMISO Y UN FUERTE ESPÍRITU DE EQUIPO, MARINA SAAVEDRA, MICAELA TARAZONA Y BRIANA CHOCOBAR LOGRARON UN RESULTADO INÉDITO PARA EL COLEGIO TRAS ADUEÑARSE DE LOS TRES PRIMEROS LUGARES EN LA PRUEBA DE 1.500 METROS DEL ÚLTIMO TORNEO ADECORE DE ATLETISMO. UN TRIUNFO QUE SORPRENDIÓ A RIVALES Y EMOCIONÓ A TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA.
La pista de atletismo de la Videna fue testigo de una jornada que quedará grabada en la memoria de todos. Entre aplausos, el 26 de junio, en el Campeonato de Atletismo ADECORE 2025, se escribió una página inédita en el deporte para nuestro colegio: tres alumnas de Juan XXIII se adueñaron del podio en la prueba de los 1.500 metros. Marina Saavedra, Micaela Tarazona y Briana Chocobar cruzaron casi al unísono la meta, en un gesto de esfuerzo compartido y hermandad deportiva que dejó sin palabras a todos los asistentes. Fue más que una victoria, fue un símbolo de entrega, unidad y orgullo.
Jonathan Montejo, entrenador de atletismo del colegio desde hace 27 años, aún se emociona al recordar la escena: «Hemos tenido primeros y segundos puestos, tanto en damas como en varones, pero jamás los tres primeros lugares juntos en una misma prueba. Fue sorprendente, incluso para mí. Ellas se despegaron del grupo general y la competencia terminó siendo entre ellas tres». El profesor y entrenador no dudó en señalar el compromiso y la disciplina de las chicas como el secreto del éxito. «En este grupo las chicas viene trabajando desde muy pequeñas. No fue improvisado. Ellas entrenan con constancia, incluso combinando el atletismo
con otros deportes como la natación. Eso les da una fortaleza especial», añadió.
El coordinador de deportes, Gerardo Sánchez, coincidió en que lo vivido fue histórico y detalló cómo se desarrolló la carrera: «Hasta los 1.200 metros todo estaba parejo, pero después ellas tres se despuntaron. Al final, prácticamente la disputa por el primero, segundo y tercer puesto fue entre ellas mismas, porque el cuarto lugar venía un poco más atrás. Supieron manejar bien la resistencia desde el inicio y rematar en los últimos metros».
En ese momento, nadie de la delegación se había dado cuenta de la magnitud del resultado, y fue recién en la premiación, cuando el presidente de ADECORE destacó que era la primera vez que tres atletas del mismo colegio ocupaban los tres primeros lugares. En ese momento entendieron el logró histórico.
La emoción de ser parte de la historia
Para las protagonistas, la experiencia significó mucho más que una medalla. Marina Saavedra, estudiante de tercero de secundaria y nadadora de base, encontró
en este resultado la recompensa a años de esfuerzo: «Es increíble haber conseguido esto con mis compañeras. Todo el esfuerzo valió la pena. Nunca pensamos que lo lograríamos, lo veíamos como una meta lejana, pero lo conseguimos y estoy feliz».
Por su parte, su compañera Micaela Tarazona, de cuarto de secundaria, destacó el valor del triunfo compartido: «Obtener un
podio juntas fue gratificante. Así llevamos el nombre de Juan XXIII a lo más alto. Fue una sorpresa, pero una de esas que se sienten muy bonitas».
En la misma línea, Briana Chocobar, de segundo de secundaria, puso el acento en la unión del equipo: «Para mí es un gran resultado porque siempre nos hemos apoyado en cada competencia. Que las tres compartamos este momento es algo que voy a recordar siempre. Desde el inicio nos mentalizamos en que podíamos lograrlo».
Más que una casualidad
El triplete de Juan XXIII no fue producto del azar, sino de años de preparación, constancia y pasión. El entrenador resume con claridad: «Esto no es casualidad, es trabajo. Ahora el reto es volver a repetirlo. No basta con hacerlo una vez, tenemos que demostrar que puede convertirse en una costumbre», afirmó.
La tarde en la que el podio fue completamente del ‘juancho’ quedará como testimonio del poder del esfuerzo colectivo y de la huella que dejan los sueños perseguidos con disciplina. Para las tres estudiantes, este resultado no es el final, sino el inicio de nuevas metas. Para el colegio, un orgullo histórico que inspira a toda la comunidad.
DURANTE LA SEMANA DE LA CULTURA CHINA, NUESTRO COLEGIO VOLVIÓ A CONVERTIRSE EN UN ESPACIO DE ENCUENTRO BICULTURAL DONDE TRADICIÓN Y APRENDIZAJE CAMINAN DE LA MANO. UN EVENTO EN EL QUE NUESTROS ESTUDIANTES FUERON PROTAGONISTAS Y EMBAJADORES DE UN LEGADO MILENARIO A TRAVÉS DE DISTINTAS EXPRESIONES ARTÍSTICAS. CADA
PRESENTACIÓN FUE UN ACTO DE REVALORIZACIÓN
CULTURAL Y, SOBRE TODO, UNA MUESTRA DEL PROFUNDO ENTENDIMIENTO Y RESPETO CON EL QUE NUESTROS ALUMNOS CELEBRAN LAS RAÍCES QUE
ENRIQUECEN A TODA LA COMUNIDAD JUAN XXIII.
DURANTE LA SEMANA DE LA CULTURA CHINA, LOS ESCENARIOS DEL COLEGIO SE LLENARON DE MÚSICA, COLOR Y TRADICIÓN. ENTRE LAS MÚLTIPLES ACTIVIDADES DESTACÓ LA PARTICIPACIÓN DE JIAYI HUANG, INTERPRETANDO EL ERHU. ¿CUÁL ES LA MAGIA DETRÁS DE ESTE INSTRUMENTO EN NUESTRA INSTITUCIÓN?
ESCRIBE ALEJANDRA GARBOZA
«Comencé a tocar el erhu el año pasado, después de haber practicado violín. Desde entonces, este instrumento se ha vuelto muy especial para mí», compartió Jiayi Huang, estudiante de quinto de secundaria. Para ella, la Semana de la Cultura China es una oportunidad de mostrar aspectos de su herencia que no suelen verse en las clases regulares: «Es un espacio que nos permite dar a conocer más de nuestra cultura y fortalecer la unión como comunidad».
El erhu, con más de mil años de historia en China, es un instrumento de cuerdas frotadas que se distingue por su sonido profundo y melódico, producto de la
membrana de piel de serpiente pitón que cubre su caja de resonancia. A diferencia del violín, tiene solo dos cuerdas y el arco se coloca entre ellas, lo que exige una técnica particular. En las orquestas orientales, el erhu ocupa un lugar tan central como el violín en las sinfónicas occidentales.
Para Jiayi, tocarlo en la Semana de la Cultura China no solo significó un reto musical, sino también un gesto de orgullo personal y colectivo: «Me pareció muy lindo que hayamos podido mostrar diferentes expresiones culturales en esta semana, porque nos conecta y nos hace sentir parte de algo más grande».
CON ENERGÍA, PRECISIÓN Y TRABAJO EN EQUIPO, LOS ESTUDIANTES DEMOSTRARON TODO SU TALENTO EN LA PRESENTACIÓN DE WUSHU, UNA EXHIBICIÓN EN UN HOMENAJE AL LEGADO CULTURAL MILENARIO DE ESTE ARTE MARCIAL.
ALEJANDRA GARBOZA
Las raíces de este arte marcial se remontan a los antiguos estilos de combate, y que con el tiempo, evolucionaron hacia una práctica que integra control físico, concentración y expresión artística. En la actualidad, existen dos vertientes: el wushu tradicional, centrado en la preservación de las técnicas ancestrales, y el moderno, enfocado en la precisión de los movimientos y la presentación escénica.
Para Gonzalo Burgos, estudiante de primero de secundaria, la experiencia de presentarlo durante la Semana de la Cultura China fue emocionante y significativa: «Participo en las presentaciones de wushu desde hace varios años. Comencé cuando tenía cinco, al principio porque mi mamá me animó a probarlo, pero después me gustó mucho», menciona.
Para el proceso de preparación, nuestro estudiante destacó la anticipación, entrenando un mes antes. «Siempre es divertido participar y que todos nos vean durante la Semana China», confiesa.
Más allá de la demostración, Gonzalo valora el sentido de comunidad que se refuerza en estas fechas: «Es una semana donde aprendemos más sobre la cultura china y comprendemos mejor a nuestros compañeros que vienen de allá».
Durante la Semana de la Cultura China, los alumnos ofrecieron una demostración que combinó fuerza, equilibrio y elegancia, reafirmando además, el propósito de esta arte marcial: ser un puente entre disciplina, arte y cultura.
UN GRUPO DE ALUMNOS RESCATARON RITMOS Y SÍMBOLOS MILENARIOS EN LA PRESENTACIÓN DE LA SEMANA DE LA CULTURA CHINA, COMBINANDO TÉCNICA, IDENTIDAD Y TRABAJO EN EQUIPO.
ESCRIBE ALEJANDRA GARBOZA
En el escenario montado en el patio principal del colegio, los movimientos elegantes y coordinados de nuestras alumnos reflejaron la armonía, la historia y el simbolismo que las danzas chinas han transmitido a lo largo de los siglos. Entre las participantes se encontraba Lara Cardo Vásquez, alumna de tercero de secundaria, quien compartió su experiencia tras varios años dedicados a esta disciplina: «Practico danza china desde que tengo seis años. Me animé porque vi la presentación de mis compañeras mayores y me encantó. La Semana de la Cultura China fue muy especial, porque nos permitió mostrar nuestros talentos y, sobre todo, conectarnos más con nuestros compañeros de la colonia», comentó. A lo largo de la historia, las danzas chinas han sido una manifestación de devoción, celebración y narración cultural. Las danzas rituales y ceremoniales buscaban
expresar la armonía entre el ser humano y el universo; las folclóricas, en cambio, retratan la vida cotidiana y las costumbres de las diferentes etnias del país. En las danzas de celebración, como las que se realizan durante el Año Nuevo Chino o las bodas, los movimientos simbolizan la alegría, la unión y los buenos deseos. En la actualidad, estas coreografías se mantienen vivas como un puente entre generaciones y en el colegio, su práctica permite que los estudiantes no solo aprendan una forma artística, sino también valores como la disciplina y el respeto por las raíces culturales.
«Cada año aprendemos algo nuevo sobre la cultura china, que es parte importante de nuestro colegio. Participar en estas actividades nos enseña más sobre su historia y nos ayuda a valorarla», agregó Lara, quien cerró la semana con orgullo y entusiasmo.
FUERZA DE SU
Su energía contagiosa y sus potentes sonidos hicieron vibrar a estudiantes y docentes durante la Semana de la Cultura China, recordándonos la riqueza de una práctica que, por siglos, ha simbolizado fuerza, alegría y unión en las celebraciones comunitarias.
Sofía González, alumna de 5.º de primaria, fue una de las integrantes del grupo de tambores que se presentó en el escenario. «Yo presenté tambores chinos y leones como Buda», contó emocionada al recordar la experiencia. Su participación fue el resultado de meses de práctica, pues, como ella misma relató: «practico hace 3 años, ya estaba acostumbrada, pero antes de la presentación me sentí un poco nerviosa, porque era mi primera vez en la Semana de la Cultura China».
El interés de Sofía por este arte milenario surgió en casa, motivada por su hermano, quien también llevó el taller. La disciplina y la constancia le han permitido no solo dominar el instrumento, sino también formar parte de
una tradición que en cada golpe conecta con la identidad cultural que nos distingue como colegio bicultural.
Más allá del espectáculo, estos instrumentos guardan un profundo simbolismo. En la tradición china, los tambores rojos han representado históricamente la autoridad de los líderes y la suerte de los ejércitos. Su sonido acompaña rituales y celebraciones diversas: desde matrimonios y despedidas fúnebres hasta fiestas comunitarias, donde su compás constante resalta la intensidad y solemnidad de los acontecimientos más significativos. Los tambores chinos no fueron solo un espectáculo, sino un recordatorio de la fuerza de las raíces chinas y del poder de la música para unir generaciones. Cada redoble marcó no solo el ritmo de la presentación, sino también la emoción de quienes, como Sofía, encuentran en esta tradición un espacio para crecer, expresarse y sentirse parte de una comunidad que celebra con orgullo sus orígenes.
DURANTE LA SEMANA DE LA CULTURA
CHINA EN EL COLEGIO, LA DANZA DEL DRAGÓN FUE UNA REPRESENTACIÓN
LLENA DE FUERZA, RITMO Y SIMBOLISMO QUE UNE TRADICIÓN Y COMUNIDAD.
ESCRIBE ALEJANDRA GARBOZA
El dragón, la criatura mitológica considerada en la cultura china como un emblema de poder, prosperidad y buena fortuna, ha estado presente durante siglos en las celebraciones
más importantes. Según la tradición, estas coloridas figuras eran llevadas en procesión para invocar la lluvia y atraer la abundancia, convirtiéndose con el tiempo en una expresión artística que
«APRENDÍ MUCHO SOBRE LA CULTURA CHINA Y SOBRE MIS PROPIOS COMPAÑEROS. LA DANZA DEL DRAGÓN FUE UNA EXPERIENCIA DIFERENTE A LA DE LOS LEONES, Y ME ENCANTÓ PODER LIDERAR EL MOVIMIENTO DEL DRAGÓN CON LA PERLA».
combina música, movimiento, color y trabajo en equipo.
Este año, los estudiantes de 5º de secundaria asumieron el reto de dar vida a esta tradición durante la Semana de la Cultura China, bajo la dirección del profesor Tawei. Doce alumnos conformaron el cuerpo del dragón y una alumna estuvo a cargo de la Perla como guía, en una coreografía que exigió coordinación y disciplina.
Para Segyan Yu Li, «fue interesante ver cómo tuvimos que coordinarnos con mis compañeros. No había participado antes, pero fue bonito que mi primera vez haya salido tan bien. Esta experiencia me enseñó que el esfuerzo es muy importante para lograr algo».
Por su parte, para Claudia Palomino, quien compartió el liderazgo en la presentación
siendo la guía, la experiencia fue emocionante y divertida. «Me tocó guiar la Perla junto a mi compañera Naomi, y aunque fue agotador, logramos nuevas piruetas que no se habían intentado el año pasado. Estoy muy orgullosa del resultado», mencionó.
Nuestra alumna también resaltó el valor del trabajo en equipo y el aprendizaje cultural que implica participar: «Aprendí mucho sobre la cultura china y sobre mis propios compañeros. La danza del dragón fue una experiencia diferente a la de los leones, y me encantó poder liderar el movimiento del dragón con la Perla».
Con cada giro y ondulación, los jóvenes demostraron disciplina y entusiasmo, reafirmando el espíritu bicultural que caracteriza a Juan XXIII.
EL MUSEO VICTORIA CHIFU DE LAM FUE
RENOVADO, COMBINANDO MODERNIDAD, IDENTIDAD Y UNA MIRADA EDUCATIVA
QUE INVITA A REDESCUBRIR EL LEGADO PRECOLOMBINO DEL PERÚ. FOTOS SANYIN WU
Respetando el compromiso de la institución con la formación integral de nuestros estudiantes, durante el mes de octubre presentamos uno de los proyectos más significativos del año: la renovación del Museo Victoria Chifú de Lam. Un espacio emblemático para toda la comunidad educativa que, tras más de tres décadas de existencia, se convierte en un punto de encuentro entre la tradición, la investigación y la identidad bicultural peruano-china. El museo, conocido desde ahora con el nombre MuChifú, es un símbolo del legado cultural que ha acompañado a generaciones de estudiantes. Fundado en 1991 con una colección donada por el Sr. Lam y su esposa, la señora Victoria Chifú, este espacio ha sido parte esencial de la vida académica del colegio, albergando una valiosa colección de piezas precolombinas que hoy supera las 800 obras, entre cerámicas, textiles y objetos de diversas culturas del antiguo Perú. Nuestra directora, Miss Jennifer Paján, explica que esta renovación forma parte de la visión institucional de mejora continua: «El colegio siempre busca nuevos desafíos. Entendemos que los espacios no solo deben ser funcionales, sino inspiradores. El museo tenía una trayectoria importante, pero merecía un lugar especializado, moderno y abierto no solo a la comunidad educativa, sino también al público en general». El proyecto, impulsado gracias al Bingo
2024, permitió trasladar el museo a un nuevo espacio, con una infraestructura moderna, accesible y preparada para recibir exposiciones temporales y actividades académicas. El objetivo, explica la directora, no es solo conservar las piezas, sino convertir el museo en un centro de aprendizaje activo, donde los estudiantes puedan investigar, reflexionar y conectar con el pasado desde una mirada contemporánea.
Además, el nuevo MuChifú busca ser un lugar vivo, en diálogo con el presente y el futuro. «Queremos que los alumnos se sientan parte de este legado, que vean el museo no como algo distante, sino como un espacio que también los representa», añade Miss Jennifer. «Por eso, incluso el nombre ha sido adaptado a una forma más cercana y moderna, pensada especialmente para los jóvenes».
La renovación contó con la curaduría del reconocido especialista Julio Rucabado Yong, curador de arte precolombino, quien trabajó en la narrativa museográfica, la selección de piezas y la incorporación de nuevas donaciones. Para él, el reto fue equilibrar el valor histórico con una propuesta didáctica.
«El museo es un lugar en el que las piezas cuentan historias, pero también donde los estudiantes pueden descubrir cómo esas historias dialogan con su identidad actual. La idea es que comprendan la continuidad cultural del Perú y cómo
esta se entrelaza con la presencia y el aporte de la comunidad china en nuestro país», explica el curador.
Rucabado destaca además la nueva museografía interactiva, que permitirá recorrer las salas a través de una secuencia cronológica y temática, donde cada civilización preincaica revela un aspecto distinto del ingenio y la sensibilidad del pueblo peruano. “Buscamos que el visitante no solo observe, sino que experimente. El museo debe ser una experiencia de aprendizaje sensorial y emocional», añade.
La propuesta integra, asimismo, un espacio polivalente tipo centro de convenciones, donde se podrán realizar conferencias, talleres y exposiciones de arte estudiantil, fortaleciendo la dimensión formativa del museo. Esta área también servirá para exhibir proyectos de innovación, emprendimiento y cultura visual, reflejando la manera en que las nuevas generaciones reinterpretan su herencia cultural.
La directora hace hincapié en que el MuChifú representa un puente entre la historia del colegio y su visión de futuro: «Es un espacio que une las raíces del Perú con la influencia china, ambas culturas que nos definen y enriquecen. Queremos que cada estudiante, al recorrer el museo, comprenda que conocer el pasado es también una forma de construir el mañana». El nuevo museo del colegio no solo preserva objetos valiosos, sino también valores esenciales para toda la comunidad: respeto, memoria, identidad y aprendizaje compartido. De esta forma, el MuChifú abre una nueva etapa para Juan XXIII, reafirmando su propósito de ser un colegio que educa desde el conocimiento, el arte y la historia, formando ciudadanos que se inspiran por el pasado y comprometidos con el futuro de la sociedad.
ESTE ENSAYO FOTOGRÁFICO REÚNE LOS MOMENTOS MÁS INTENSOS Y MEMORABLES DE UNA NUEVA EDICIÓN DE NUESTRAS OLIMPIADAS, UNA CELEBRACIÓN DONDE EL ESPÍRITU DEPORTIVO Y LA IDENTIDAD DE CADA PROMOCIÓN SE HICIERON VISIBLES EN CADA COMPETENCIA.
A TRAVÉS DE ESTAS IMÁGENES, SOMOS TESTIGOS DE LA ENTREGA DE NUESTROS ESTUDIANTES EN LAS DIVERSAS DISCIPLINAS DE LA COMPETENCIA. CADA FOTOGRAFÍA REVELA NO SOLO TALENTO Y ESFUERZO, SINO TAMBIÉN EL VALOR DEL JUEGO LIMPIO, QUE MARCÓ SU CAMINO HACIA LA ANSIADA COPA DE CAMPEONES.
UNA VEZ MÁS, LAS OLIMPIADAS FUERON UNA VERDADERA FIESTA DEPORTIVA QUE UNIÓ CORAZONES, TALENTOS Y ESFUERZO COLECTIVO. DESDE EL 1 DE OCTUBRE Y DURANTE OCHO INTENSOS DÍAS, LOS ESTUDIANTES VIVIERON COMPETENCIAS CARGADAS DE ENTUSIASMO, DISCIPLINA Y COMPAÑERISMO. EN ESTA EDICIÓN, LAS PROMOCIONES DE 2° Y 5° DE SECUNDARIA OBTUVIERON EL PRIMER PUESTO EN SUS RESPECTIVAS CATEGORÍAS, Y SUS CAPITANES COMPARTIERON CÓMO VIVIERON EL PROCESO, LOS RETOS Y LAS EMOCIONES DETRÁS DEL TRIUNFO.
2° DE SECUNDARIA: LIDERAZGO QUE
SORPRENDE Y MOTIVA
Para Anny Bayona, ser elegida capitana fue una sorpresa que comenzó con un llamado inesperado de su tutor. «Me dijo que era muy buena alumna y organizada. Yo estaba extrañada», recuerda entre risas. La sorpresa fue mayor cuando finalmente escuchó las palabras que cambiaron su rol en las Olimpiadas: sería capitana de promoción. «Me sentí emocionada y ansiosa. No me lo esperaba», comenta. Durante las semanas previas, trabajó de la mano con el otro capitán: Rodrigo Chávez. Había que coordinar ideas, organizar ensayos para la
inauguración y mantener una comunicación constante con los tutores, quienes siempre estuvieron apoyándolos. Sobre el triunfo, Anny afirma que fueron muy pacientes: «Más o menos lo esperábamos, pero nunca nos confiamos. Siempre con mano dura en todas las competencias». En el caso de Rodrigo Chávez, enterarse de que sería capitán también llegó sin aviso. «No sabía nada. Al día siguiente la tutora me dijo que estaba entre los capitanes, me emocioné», relata. Sobre la responsabilidad, asegura que lo vivió con orgullo: «Estaba feliz porque iba a representar a toda mi promoción».
Las semanas de preparación las recuerda
con especial cariño: «Fueron bastante hermosas. Fue fácil hacer equipo, elegir capitanes por deporte y organizarnos. Todos estaban dispuestos a ayudar». Aunque al inicio dudaban del resultado, Rodrigo cuenta que la perseverancia del equipo hizo la diferencia: «Al final, salió todo».
Nicole Zegarra, capitana del equipo verde, cuenta que la preparación para las Olimpiadas fue especial por tratarse de su último año escolar. «Le pusimos más punche que otros años», afirma. Junto a su cocapitán, Gustavo Aleman, trabajó para que la promoción disfrutara el proceso: «Queríamos que no solo vean el objetivo de ganar, sino que se lleven un recuerdo». Nuestra estudiante destacó la labor de los subcapitanes, las madres de familia y el compromiso de sus compañeros, quienes entrenaron más de un mes y medio, alquilando canchas y destinando tiempo extra para deportes y baile. Los nervios, como es normal, también aparecieron. «Tenía miedo de no llegar a conectar con mi promoción, pero logramos trabajar bien», confiesa.
Para Gustavo, ser capitán era un rol que muchos compañeros le habían anticipado años anteriores, pero que siempre tomó con humildad. «Así no me eligieran como
capitán, yo siempre iba a estar para la promoción desde cualquier lado», dice. Este año, por tradición, fueron los propios estudiantes quienes eligieron a sus capitanes, algo que agradece profundamente: «Mis amigos me apoyaron desde el inicio».
La preparación, asegura, fue intensa, especialmente por los exámenes. Sin embargo, la organización comenzó con tiempo: elección de equipos, convocatoria de deportistas en disciplinas con menos participantes, como natación, ensayos de baile y trabajo con el comité de padres para la decoración y barras.
Sobre sus emociones, comparte con honestidad: «Al principio me sentí inseguro. Pensaba: ‘¿qué pasa si perdemos?’ Pero con el pasar de los partidos fui confiando más en mis compañeros. Cuando un equipo te da seguridad, tú confías en el objetivo». El triunfo, aunque llegó en medio de un paro escolar y con el viaje de promoción cerca, no dejó de unirlos más: «Nos mantuvo juntos, como familia».
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