Faltaba muy poco para el cumpleaños de Jake.
Cada día miraba el calendario. Cada mañana,
el gran día estaba más cerca.
Un día, mientras Jake estaba contando cuántas
noches faltaban, su padre le hizo una pregunta. No una pregunta cualquiera, no, una GRAN pregunta.
—¿Has decidido qué quieres por tu
cumpleaños?
«Mmm», pensó Jake.
Lo que más le gustaba de los cumpleaños
era el sentimiento de saberse especial. También le gustaba comprobar cómo se hacía mayor y, claro, también le gustaba la enorme tarta que Nana le preparaba cada año. 5