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Benito Cerati

> BENITO CERATI < “Es una coautoría conmigo mismo…”

Así definió Shasei, su primer disco, en el que a través de una mirada retrospectiva busca amigarse con experiencias de su adolescencia.

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POR ROMINA BARRIL

Benito cerati terminó con la expectativa de su primer álbum solista: Shasei -palabra japonesa que se traduce al español como “dibujo de la naturaleza”-. Es un material de diez canciones en las que el artista aprovechó para volcar todas sus experiencias de chico, cantándole a sus primeras veces, la intensidad de los vínculos que estas conllevan, y la convivencia entre la naturaleza y la tecnología. “Muchas de las letras son a partir de bocetos y cosas que yo había escrito en esa época, por lo que en cierto punto se podría decir que este disco lo escribí a los dieciséis, es una coautoría conmigo mismo. A veces cuesta amigarse con las cosas que hiciste de chico; te resultan inmaduras y te arrepentís de ellas. Pero de repente sentir que me estoy tomando la mano, está muy bueno”, explica Benito.

Casi 15 años después, se enfrenta a penas del pasado utilizando el arte como herramienta. “Los sufrimientos de alguien de dieciséis o diecisiete años suelen ser distintos a los de una persona de casi treinta años”, asegura. Además, contó que tiene una forma de sentir en la que incorpora las vivencias y cree que “todo es aprendizaje, hasta las cosas más difíciles…”, y agrega: “Si uno sigue vivo, puede capitalizar ese aprendizaje y sacar algo positivo”.

Orgulloso de su primer material discográfico en solitario, expresó que para él es el mejor disco. Es por eso por lo que contó cuál canción, a su parecer, es la mejor del álbum. En sus palabras: “Creo que la que más me gusta y que me hizo bien al alma que exista es “Buenos Días Amor”. Es de esas canciones mías que escucho como si la hubiera hecho otro artista…”.

¿Por qué elegiste Shasei para bautizar al álbum? En realidad, esta es la primera vez que me costó elegir el título. Siempre se me ocurrían primero los títulos y después las canciones, pero ahora fue lo último en llegar. El disco tiene muchas de mis experiencias de la adolescencia, mis primeras veces de varias situaciones. La primera vez que me enamoré, mi primer disco y demás. También hay una cuestión de la convivencia entre tecnología y la naturaleza, ambos extremos. Yo soy una persona muy de los extremos para explicarme, me considero bastante bipolar para eso.

¿Cómo viviste el hecho de enfrentar el pasado? No me fue difícil el proceso, sino más bien agradable. Me di cuenta de que no he cambiado mucho en esencia. Lo que va cambiando es la presentación de uno, la caja. Siento que soy el mismo de siempre y pude reconectar con esos sentimientos del recuerdo.

En “Buenos Días Amor” jugás con los paralelismos de un robot, ¿cómo nació la producción creativa de la canción? Estaba con esta cuestión de las series sobre ciborgs porque hubo un boom con Ghost in the Shell, y un montón de series empezaron a hablar de esa temática. Empecé a ver los pros y contras de esas cosas, de la comunión entre naturaleza y tecnología y cómo podrían llegar a convivir. En este caso, pensaba en lo humano que es sentir y lo artificial que es el reprimirse. Para eso quise usar términos como: ‘’ojos de metal’’ o ‘’me maquino’’. Este tema propone esa “cosa antinatural” que a veces tiene la cabeza, que hace que no puedas ir hacia eso que querés. Lo asocié a lo que me pasaba de chico con la primera vez que me gustó alguien, y miraba a esa persona desde un costado deseando que estemos juntos, pero no me acercaba por miedo al rechazo.