Recomendaciones de cultivo de microbulbos Por qué cultivar cebollas con microbulbos
El productor profesional de cebollas emplea microbulbos para establecer la plantación cuando necesita una cosecha precoz y el método habitual considerado más económico que es la siembra directa, no resulta viable sea por elevadas o bajas temperaturas, que retrasan el desarrollo vegetativo. Por ejemplo, la cosecha precoz de primavera; y la producción de otoño que en las latitudes medias se emplea para manojos y en latitudes más tropicales es apta para manojos y bulbo seco.
Otras ventajas del cultivo con microbulbos
Además de la precocidad del crecimiento también destacamos que requiere menor laboreo al preparar el terreno y facilita el control de las malas hierbas durante la premergencia debido a la germinación más rápida y vigorosa. El desarrollo del cultivo no sufre el estrés de la siembra directa. Los bulbos producidos tienen más contenido en materia seca y ello les favorece para la conservación.
Terreno
Debe ser un suelo bien drenado y a tempero. En general la preparación debe estar como si se tratara de siembra directa con semilla, evitando que no queden terrones en la superficie.
Fertilización
Se recomienda un adecuado contenido en materia orgánica, por lo que es bueno el estercolado, pero debe hacerse en un cultivo previo, por ejemplo patata. Nitrógeno: entre 1,25 y 1,5 kg por 100 m2, antes o después de sembrar, pero sin excesos para evitar retrasos en la madurez del cultivo. Fósforo: entre 1 y 1,5 kg por 100 m2, antes de la siembra con la preparación del terreno. Es fundamental para estimular la formación y desarrollo radicular. Potasio: entre 2 y 2,5 kg por 100 m2, antes de sembrar y cuando se inicia el engrosamiento del bulbo. La carencia en la planta disminuirá el rendimiento. También el Calcio y Azufre son fundamentales. De no estar disponibles hay que aportarlos en cantidades adecuadas.
Plantación
En caballón con 1 o 2 líneas de cebollas, o en meseta de 4 a 6 líneas. La densidad de 20 a 25 plantas por m2 es adecuada para la producción de otoño e invierno precoz; la producción de primavera y verano permite hasta 40 plantas por m2. En los cultivos de otoño hay que disponer las líneas de forma que las cebollas reciban el máximo posible de luz solar, fundamental para un rápido desarrollo y el abulbado.
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microbulbos
Los microbulbos que se van a plantar deben estar sanos, secos y sin daños físicos aparentes. Si se hace plantación manual, el bulbito debe quedar vertical, entre 0,5 y 1 cm de profundidad, pero que la tierra esté suelta, que no forme costra y entorpezca al brote la emergencia. Cuando se haga el riego por inundación, que suele endurecer la superficie, el bulbito puede quedar parcialmente por encima de esta, pero no más del 25% de su longitud. Si se hace siembra con máquina, vigilar la profundidad, entre 0,5 y 1 cm. Es muy importante que los microbulbos estén calibrados y sean plantados por separado, ya que dependiendo de las dimensiones, diámetro y peso, madurarán con mayor o menor precocidad. Bejo oferta microbulbos calibrados entre 10 y 24 mm. Para producción de otoño los mejores son el 17-21 mm y 21-24 mm. Para la producción de primavera 10-14 mm, 14-17 mm y 17-21 mm. Los calibres inferiores se desarrollan más lentamente pero los bulbos son más uniformes, pesados y con mayor capacidad de conservación. Los calibres más gruesos pueden formar (en función de la meteorología) dos o más nuevas plantas. Dado que la mayor parte del bulbito permanece dentro de la tierra es muy fácil que cierto hongos de suelo puedan afectar a las túnicas externas secas y desarrollar enfermedades que provocarían la pudrición. Por ello recomendamos algún tratamiento fungicida al bulbo antes de la plantación. Otra forma sería aplicar algún fungicida-bactericida en cuanto los primeros brotes hayan emergido a la superficie. Recomendamos que cualquier tratamiento lo hagan con asesoramiento previo de un técnico especialista.
Riego
Es preferible el riego por aspersión y después de la emergencia del cultivo también por goteo. Por inundación es adecuado, pero hay que evitar que no se forme costra en la superficie. Tras la siembra un riego fuerte (por ejemplo 30 litros por m2). Posteriormente riegos ligeros hasta la total emergencia, evitando la formación de costra. A lo largo del cultivo los riegos se harán como en cualquier cultivo de cebolla, cuando las condiciones climatológicas y el desarrollo vegetativo lo demanden.
Control de las malas hierbas
Puede hacerse mecánica o químicamente. Comparado con la siembra directa y el trasplante tiene las ventajas al poder aplicar dosis más elevadas de los herbicidas de preemergencia habituales, y comenzar antes con los selectivos de postemergencia. En cualquier caso, antes de usar herbicidas deben asegurarse de que conocen el modo de empleo, por ejemplo su acción sobre hierbas y cultivo, plazos de seguridad, método y porcentajes de aplicación. Si existe alguna duda, consultar con un especialista.