M3 A
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Cuánto ansío verte. Te quería contar que hemos llegado sanos y salvos a la hermosa, inmensa y misteriosa ciudad de Londres, la capital de Inglaterra, donde el silencio no existe, y las calles nunca duermen. Esta gran ciudad goza de cultura y de gente amable e interesada en la cultura, y es una de las centrales de las nuevas ciencias. Sé que esto no será de tu agrado, pero tras mi fracaso en el Ártico respecto a mis investigaciones del magnetismo, he decidido continuar el legado de Víctor Frankenstein; crear vida.
Pero Margareth, no temas. No cometeré los mismos errores, y crearé una forma de vida perfecta. Seré reconocido como el hombre que venció a la muerte, liberándonos así de sus oscuras garras, y llevándonos hacia la luz de una nueva era. En este momento estoy en búsqueda de un compañero que tenga amplios conocimientos sobre el tema, para poder así viajar a la bellísima ciudad de Ingolstadt, rica en cultura y tradiciones germánicas, hogar a la prestigiosa universidad de Ingolstadt, la misma universidad donde Víctor estudió, y resucitaré el laboratorio de Victor junto con sus investigaciones para tener un nuevo comienzo en este proyecto. Meses antes de la ejecución final de mi proyecto, planeo exiliarme a los nevados, y solitarios Alpes suizos, para evitar caer en la locura como la que sufrió Víctor. Allí me prepararé, llevaré una vida tranquila y meditaré a diario.
Quiero que sepas, Margareth, que sé que puedo sonar loco, pero necesito que comprendas que no he sido consumido totalmente por la locura. Simplemente estoy ansioso porque sé que este proyecto será el auge de mi carrera científica. Leyendo esta carta de nuevo comprendo que podría parecer totalmente demente, pero repito, necesito que tomes en cuenta mi emocion. No sabes lo lejos que puedo llegar si nadie pone freno a mi sed de conocimiento, aunque yo tampoco. Me pregunto, ¿hasta dónde podré llegar impulsado por mis obsesiones? No importa.
De todos modos, te aseguro, Margareth, que mi creación no traerá desgracias a la humanidad. Debo de irme, ahora, a recorrer las enigmáticas calles de Londres en busca de un intelectual compañero. Hasta pronto.
Que Dios te bendiga, Robert
Glasgow, Escocia 1 de Enero
Querido hermano:
Acabo de terminar de leer tu carta y estoy tratando de mantener la calma. Tu forma de pensar me causa una angustia severa y por eso me pongo en contacto contigo debido al contenido irracional de tu última carta.
¿Qué te ocurre hermano mío?¿Quieres parecerte a un dios?¿Estás demente? Eres un ser muy inteligente, tienes una imaginación prodigiosa, una estrella que nunca deja de brillar. Sé que te interesan los secretos físicos del mundo, como también investigar sobre el espíritu oculto de la naturaleza. Por algo decidiste emprender tu viaje al Polo Norte. Sin embargo, la sed por descubrir e investigar te absorbe. Este demente entusiasmo será la causa de tu muerte, y es mi deber como hermana intentarlo todo para salvarte.
He leído tu diario, aquella criatura me causa escalofríos. Temo que te suceda algo, si fuera así sufrirás tanto como tu compañero, Victor. Mis ojos se visten de aguas cristalinas esperando tu regreso. Temo que esa terrorífica criatura, que me pone los pelos de punta, te haga algo. La luz de mi corazón se oscurece, por favor, vuelve. ¿Y si aquel monstruo es la causa de tu muerte? ¿Cómo estás seguro de que no volverá a buscarte?¿Cómo estás seguro que realmente se suicidó?
Por favor, te lo suplico. Haz como yo te lo digo y vuelve a Inglaterra, sin ese propósito de seguir con tu investigación. Te quiero de vuelta en casa. Vuelve hermano mío. Ansío tu respuesta.
Que Dios te bendiga. Tu hermana, Margaret.
Ginebra, 22 de agosto de 17..
Querido hijo:
He estado sentado sobre el pensamiento de tu ausencia. Ha transcurrido un largo tiempo desde tu partida. Hemos intentado contactarte por múltiples medios, sin embargo, no hemos tenido éxito. Aunque comprendo que este viaje lo has emprendido con la intención de aumentar tu conocimiento espero que puedas encontrar un momento para tu olvidado padre.
Desde que te fuiste, recuerdos de tu niñez invaden mi mente y todavía veo la inocencia en tu mirada. Recientemente uno en específico es recurrente, el lago Lemán. ¿Lo recuerdas? Dimos un largo paseo a su alrededor y observamos cómo se reflejaban las nubes sobre la vasta extensión de agua, la cual parecía superar la del cielo. Es imposible olvidar el camino de las montañas alpinas y su enorme porte. Estaban cubiertas de un manto blanco y pequeños arroyos se formaban en verano. Nosotros solíamos sentarnos en una rocosa orilla en compañía de los cisnes.
Ahora las lluvias golpean Ginebra, a mí me gusta pensar que en realidad son las nubes llorando por tí. La elegancia de los cisnes se desvanece cada día más. El agua ya no se refleja con la intensidad de antes.
Anhelamos tu regreso.
Con mucho amor, Tu padre
Ferraro y Picchetti M3A
Querido Victor:
Te escribo porque no hemos recibido ninguna noticia tuya desde hace mucho tiempo. Sabes que a tu familia siempre nos gusta recibir tus novedades. ¿Qué has estado haciendo durante todo este tiempo? Hemos estado en comunicación con Clerval pero no nos satisface lo que nos cuenta. Queremos saber más de tí. ¿Cuáles han sido tus ocupaciones? Clerval nos ha contado sobre tu estancia en Ingolstadt pero queremos saber más sobre tus ambiciones y proyectos.
Por mi parte quería contarte que estamos todos bien pero recuerdos nostálgicos acerca de los momentos juntos nos invaden todo el tiempo. Tú sabes que en casa siempre te recibiremos con los brazos abiertos. Tenemos miedo de que te distancies de tu familia porque cada vez siento que te estás alejando más y más de nosotros.
Quisiéramos volver a pasar los lindos momentos que pasábamos contigo cuando eras solo un niño. Qué recuerdos cuando nos sentábamos en el monte Le Salève y esperábamos a que el sol se posicione entre medio del mar y del cielo de tal manera que se reflejaba el sol en el mar y el agua se veía naranja. Ya quisiera volver a sentir esa sensación de calidez y bienestar que hemos perdido durante tu ausencia.
Te extraño y deseo poder volver a vernos pronto.
Ginebra, agosto 17…
Ingolstadt, 15 de mayo de 17…
Querido padre:
No puedo imaginar el dolor que estás atravesando en estos duros momentos. Tuve un incidente sorprendente y quiero contártelo, aunque probablemente, nos veamos antes de que estás líneas lleguen a tu poder.
El lunes 9 de febrero, en un periodo de delirios, hice algo moralmente indebido. Logré crear una criatura que puede llegar a destruir la raza humana, y que pudo haber matado a mi hermano.
Padre, el único lugar en donde me siento tranquilo, sin angustia ni la carga de haber creado a esta maliciosa criatura, es la naturaleza. Contemplo lo hermosa que es. Hace unos días, caminé por el campo, y admiré las hermosas flores desvanecidas en la hierba. El color tan vibrante de las rosas, un rojo que me penetró por completo. Mientras caminaba, el cielo derramó un río de lágrimas, dejó su aroma en el césped. El sol radiante calentaba la tierra, y el cálido lago reflejaba el cielo.
A pesar de que me sumerjo en la contemplación de la naturaleza, no hay día en el cual no piense en esto. ¡Yo soy culpable!
¡Yo lo maté! Gracias a mi estúpida y sagaz obsesión por la ciencia, cree a esta criatura monstruosa, y lo único que logré fue la muerte de mi hermano, William, y causar problemas en la familia. Espero que algún día puedas perdonarme por todo lo que te hice sufrir. Lo lamento mucho…
Frankenstein.
Tu hijo, Victor Daniela Pozzi y Maximo Esquivel - M3A
Escocia, 24 de Junio de 17…
Querido Henry:
Siento haber estado mucho tiempo distante, tengo algo que contarte que va a parecerte como una locura. A lo largo de este tiempo, he estado ocultando un proyecto y, lamentablemente, estoy obligado a completarlo. Durante mi periodo en la universidad, le he dado vida a una criatura horripilante conformada por partes de cadáveres. Al ver la creación sentí rechazo y horror hacia él y terminé abandonando por completo. Esa criatura ahora me amenaza para concretar la vida otra criatura de sexo femenino de su misma especie.
No sabes la angustia y el arrepentimiento que siento en este momento al saber que desaté en este mundo una monstruosidad que es capaz de destruirlo todo.
Me siento culpable de todas las muertes que estuvieron ocurriendo en el mundo. Soy la causa de todo el odio y rechazo que siente la criatura.
Hace un tiempo ya, en la hermosa y gloriosa montaña Mont Blanc, hubo un cambio de palabras con alguien especial, la criatura. Había ido a despejarme y respirar el puro aire de Mont Blanc que limpia el alma. Caminando entre la pálida nieve, cruzando árboles en busca de la paz. De repente, fui capaz de ver una gigantesca silueta que se acercaba.
Era él. Aquella criatura me contó lo mal que lo había pasado durante todo este tiempo debido a mi previo abandono y todo el rechazo que recibió. Me contó que él fue el que mató a todos mis seres queridos, y que si no creaba una criatura igual a él, iba a torturarme en el día de mi boda.
Sé que esto suena como una auténtica locura y una falacia, pero estoy realmente asustado y abrumado. No creo que puedas entenderme y principalmente perdonarme por todo lo que está pasando, aunque eso quisiera. Espero sinceramente que puedas recibir esta carta para que me puedas aconsejarme y comprenderme
Simon Doyhambehere Cristobal Pizzuto, M3AEspero tu respuesta,
VictorGinebra, 18 de Mayo de 17….
¡No sabés lo que te extraño! La ausencia de tus cartas me torturan por las noches Te escribo estas líneas, para que comprendas el dolor que me produces
Durante estos largos y solitarios meses no recibí ni una carta de tu parte Quiero que sepas, Víctor, que estoy harta de estresarme por la escasez de tus noticias. Deseo que lo nuestro vuelva a ser como antes ¿Recuerdas cuando nos sentábamos a admirar los rayos hundiéndose en el horizonte? ¿Cuándo éramos tan felices mientras pasábamos por los caminos de Ginebra? Siento que has olvidado esa felicidad
Siempre que me invade esta tristeza por tu ausencia, recuerdo los momentos que pasamos juntos. El tiempo compartido contigo es oro para mí. Cuando íbamos a los lagos de Ginebra a almorzar, la imagen tuya hace que mis ojos se pongan rojos como la sangre. Aun, tu sonrisa me resulta tan cálida como un fogón. Esto me hace extrañarte cada vez más
Aquí en Ginebra siento como si hubieran pasado mil años En especial para el pobre William, el cual nunca deja de preguntar por ti. Espero que puedas comprender lo mucho que me haces falta Por favor, escríbeme, querido Víctor
ThiagoDiGrigoliyFedericoMikasinovic