Lo que Babel no se llevó Nº5 - Felicidad

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x Sofía Petronio “Al final todo irá bien. Por lo tanto, si no va todo bien, es que todavía no es el final” Sonny Capoor (Dev Patel en la película “El exótico Hotel Marigold” 2011)

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n las películas, en los libros, hasta en las canciones, siempre esperamos o buscamos un final feliz. Toleramos dos horas de persecución, de desencuentros amorosos, de suspenso, para que finalmente en sólo dos minutos gire la historia y se resuelva positivamente. Sabemos que existe una tendencia a que las ficciones terminen bien y buscamos trasladar ese final feliz a nuestra realidad, a nuestra vida diaria. Nos reflejamos en cada historia y pretendemos que nos ocurra lo mismo. Sin embargo, hablar hoy de felicidad es difícil, nos cuesta identificarnos con la felicidad plena y duradera. Nos invaden las imágenes de descontento, y no es fácil vivir el día pretendiendo encontrar el bienestar absoluto. Nuestra vida consiste en buscar estabilidad, armonía y bienestar en todos nuestros ámbitos. Es difícil la totalidad, pero es más difícil la aceptación de que no se puede conseguir en un abrir y cerrar de ojos. El trayecto es complicado, pero se llega. Vamos viviendo experiencias, momentos de felicidad y otros no tan luminosos, pero justamente ese es el camino y el fluir de la vida. Si aceptáramos que es así, no viviríamos angustiados por no sentirnos plenos todo el tiempo. Sino que entenderíamos el proceso y lo transitaríamos lo mejor posible.

Si aceptáramos que es así, no viviríamos angustiados por no sentirnos plenos todo el tiempo. Sino que entenderíamos el proceso y lo transitaríamos lo mejor posible. DE LA MITAD PARA ARRIBA El optimismo es una pieza fundamental en esta búsqueda permanente de bienestar. Como dice Juan Manuel Opi, psicólogo, reconocido investigador en el campo del comportamiento humano, “la actitud ante la vida determina en gran medida el nivel de felicidad que podemos obtener a diario”. Ver el vaso medio lleno es transitar por una actitud positiva ante determinadas circunstancias. Es importante saber que hay posibilidades, oportunidades, y que se puede revertir cualquier adversidad. Lo que imaginamos que pasará condiciona los sucesos de la vida, por eso tener pensamientos positivos sobre algo que vendrá puede llevar las situaciones hacia resultados favorables.

Ganar confianza en uno mismo, tener esperanza y autoestima, generará más tolerancia a la frustración, y la posibilidad de entender que los fracasos y el dolor son parte de un aprendizaje. Si logramos aceptar que los problemas son circunstanciales, que se resolverán, conseguiremos una mejor calidad de vida.

INYECTAR ENERGÍA POSITIVA

El optimismo se puede contagiar y transmitir. Podemos enseñar y aprender a ser optimistas. ¿Cómo podemos lograr cambiar nuestra energía? Partamos de algo tan simple como la sonrisa. La sonrisa es un gesto facial que nos conecta con el otro de una manera muy intensa. Si queremos transmitir alegría, un momento de felicidad, lo hacemos a través de ella. Es un símbolo tan fuerte que trasciende las diferentes culturas y que permite comunicarnos y demostrar felicidad en todo lugar. A través de una sonrisa podemos contagiar buena onda, podemos enseñar optimismo.

Es un símbolo tan fuerte que trasciende las diferentes culturas y que permite comunicarnos y demostrar felicidad en todo lugar. Una vez me miré en el espejo y me preocupé por mis arrugas, mis famosas “patas de gallo”. Llamé a mi mamá y le conté mi problema, tenía tan sólo 16 años. Ella, con cuidado, me respondió: “Esas arrugas, Sofi, no son más que marcas de felicidad”. Me convenció de que sonreír me iba dejando marcas de felicidad en el rostro, y que cuantas más arrugas tuviera más momentos felices habría vivido. Así que saqué una conclusión: “Quiero tener la cara más arrugada del planeta”. Hoy, después de casi once años, sigo sosteniendo que sonreír y ver las cosas de una manera positiva nos puede llevar por un camino de armonía y felicidad, a pesar de cualquier adversidad. Tratemos de entender la felicidad en cuotas y no pretender la felicidad absoluta y permanente. Así vamos a disfrutar de esos buenos momentos sin preocuparnos por lo que nos falta o lo que se viene. Si hoy nos sentimos mal o pensamos que no vamos a estar bien, aguantemos con optimismo porque “Al final todo irá bien. Por lo tanto, si no va todo bien, es que todavía no es el final”.

“Fue entonces que una sensación me arropó como una cobija cálida. Supe... Que de alguna forma... Debía conservarme vivo. De alguna manera. Tenía que seguir respirando... Aún sabiendo que no había ninguna esperanza... Y toda mi lógica me decía que jamás volvería a ver este lugar. Y eso fue lo que hice. Me mantuve vivo. Seguí respirando. Y un día se comprobó que esa lógica estaba equivocada... Porque la marea... Llegó y me trajo una vela. Y ahora estoy aquí. De regreso. En Memphis, hablando contigo. Tengo hielo en mi vaso. Y he vuelto a perderla. Estoy muy triste por no tener a Kelly. Pero estoy muy agradecido de que ella haya estado conmigo en esa isla. Y ya sé lo que tengo que hacer ahora. Debo seguir respirando. Porque mañana saldrá el sol. ¿Quién sabe qué traerá la marea?” Chuck Noland (Tom Hanks en la película “Náufrago” - 2000)


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