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Kiosko Algaba: 30 años ofreciendo lo mejor
El negocio familiar, que abre todos los días del año, no deja de crecer. Adaptarse a los nuevos tiempos es la clave del éxito, según Javier Muñoz
Lo que antes era su casa, literalmente, pasó a convertirse en una fuente de ingresos para la familia Muñoz Herrera en el año 1992. Al estar tan bien ubicada, en un sitio estratégico, con el Ayuntamiento enfrente, en plena avenida principal de la localidad, con colegios y la parada de autobús cerca, los padres de la familia decidieron abrir un negocio, Kiosko Algaba, donde vendían prensa y revistas. Desde entonces, el local está diariamente al servicio de los algabeños.
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En 2009, Kiosko Algaba cambia de dueño, adquiriendo Javier Muñoz Herrera su propiedad. Con ello, se produjeron ciertos cambios. Por ejemplo, la prensa, que ha ido reduciendo su demanda con el paso de los años, comenzó a verse eclipsada por nuevos productos y servicios: papelería, fotocopias, recargas, disfraces, complementos, regalos, serigrafía, productos de flamenca, sombreros, libros de texto y mucho más.
El negocio siempre está reinventándose, con el objetivo de "salir adelante y adaptarse a los clientes", especialmente tras los efectos de la crisis del Covid-19 o el hecho de que "el papel tiene los días contados" debido al impacto de las nuevas tecnologías. Hay que buscar formas para atraer a nuevos clientes. El último servicio incorporado ha sido el envío de dinero al extranjero.
Llevar 30 años hace que sea fácil para el negocio conseguir clientes fieles. A esto se suma la flexibilidad horaria, otra ventaja que proporciona Kiosko Algaba, abriendo todos los días del año, además del buen trato, que hace que la tienda se diferencie: “La única forma que yo tengo de que tú vuelvas a mi casa es atenderte a ti como me gustaría que me atendieran a mí”, sugiere Javier.
A pesar de los contratiempos, el negocio familiar siempre encuentra la manera de salir adelante. Y es que, con una infinidad de proyectos en mente, Kiosko Algaba va a seguir seguir creciendo.
José Miguel Cabrera Bohorquez lleva más de una década trabajando en el mundo de la informática. Vive en La Algaba desde que nació, y siempre ha querido trabajar allí. Aprovechando que desde pequeño le ha gustado el 'cacharreo', optó por estudiar un grado medio, aunque en esta profesión "hay que ser autodidacta", confiesa. Poco tiempo después, hace 5 años, decidió montar un negocio dedicado a las reparaciones de portátiles, tablets, móviles y todo lo relacionado con el servicio técnico de aparatos digitales o, como complemento, la venta de fundas, tintas y accesorios para móviles.

A día de hoy, "el móvil es tan esencial y tenemos tantas cosas importantes, como datos bancarios, o documentación, que la confianza es clave", asegura el algabeño. "Es mayor que la confianza depositada en un médico o en un taller de coches", explica. "Aunque no es fácil confiar en un informático", admite. Si bien es cierto, el cine y los medios de comunicación han hecho mucho daño: "La gente se cree que dándole a un botón lo pirateas todo, pero la cosa no funciona así".
Cualquier informático puede arreglar un dispositivo, no obstante, lo que hace que José Miguel se diferencie de los demás es la formalidad, el buen servicio y la rapidez: "Si te digo que tu móvil va a estar a las 8, a las 8 en punto estará listo”. Según establece el fundador de Trece Computer, el mercado actual es complicado, competitivo e impaciente, donde los consumidores quieren soluciones "para ya".
Al ser un establecimiento de primera necesidad, estuvo trabajando durante la pandemia todo el tiempo. Durante este período, sus ingresos provenían principalmente de la venta de accesorios relacionados con el teletrabajo, así como auriculares, teclados o ratones, por lo que su demanda apenas se vio afectada de manera negativa durante la pandemia, al contrario. A día de hoy, el negocio continúa yendo "sobre ruedas".