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La capota y puertas de lona con ventanillas de acetato protegían a los ocupantes de las inclemencias del tiempo. Eran facilmente removibles para transformar al Mehari en un “descapotable”.
tico 2CV. El económico modelo no solo representaba el acceso de los sectores medios a su primer automóvil sino también los cambios culturales de la época. En el amanecer de la década de 1970 llegaba al país la refrescante oleada de los buggies, autos pensados para el esparcimiento. Con su informalidad y desfachatez
daban respuesta a una juventud cada vez más identificada con los valores de la libertad y el goce del tiempo libre. En poco tiempo un puñado de fabricantes argentinos ofrecían kits para el armado de estos descontracturados y simpáticos vehículos. Para ese público especial, Citroën tenía una propuesta muy original: el Mehari.