“Como se construye la Universidad Ignaciana” P. Gonzalo de Villa, S.J. Seminario AUSJAL sobre Identidad, Espiritualidad y Universidad Universidades Centroamericanas Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” San Salvador Marzo de 2003 El tema, creo yo que es, un poco el centro, de lo que nos convoca hoy. Quisiera empezar con tres preguntas que me hago a mí mismo, pero que también para evitar que se duerman- se las hago directamente, y de repente a dedo, como hacían antes los maestros en las aulas ( seguro que ahora ya no lo hacen así.) La primera pregunta es muy simple: ¿Cómo son nuestros estudiantes hoy en las universidades? Tengo ciertamente una serie de calificativos con los que intentaré describir cómo son nuestros estudiantes; pero si tuvieran que decir, ahora, de pronto, en cinco o siete conceptos cómo describirían ustedes al estudiante promedio de una de las universidades de centroamericana. Si tuvieran que describirlo en una sola palabra, ¿qué dirían? Veamos: poco críticos, apáticos, desorientados, de identidades múltiples, necesitados, ¿algo más? Incomprendidos. Estas son palabras que van a aparecer en nuestro vocabulario cuando nos referimos al tipo de estudiante que hoy tenemos, y le podríamos agregar (tratando de sistematizar algunas notas) que son en su inmensa mayoría urbanos, de clase media, en la medida en que también en Centroamérica la clase media es una categoría muy ambigua. La mayoría viene de colegios privados, no viene de instituciones publicas; la mayoría , al menos nominalmente, son católicos; pero hay una fuerte minoría que no lo es: o son evangélicos, o son agnósticos, algún que otro musulmán, y algún budista. Son estudiantes que llegan a la universidad con la impresión de que necesitan de la universidad, quizás sobre todo por que necesitan de la recompensa final: los títulos, y para alcanzarlos se tienen que someter a ciertos procesos. Creo que son estudiantes, por otra parte, que no conocen mucho de su propia realidad, no tienen demasiados intereses políticos, aunque hay minorías que si los tienen. La inmensa mayoría desconfía de la política, no cree mucho en ella, ni en las Ideologías. Y todo eso lo que refleja es una generación distante de la generación de sus formadores, distancia mucho mayor de la que podamos haber encontrado en ningún momento anterior. De manera que el reto de formar entidad Ignaciana en estudiantes pasa por el hecho de que la distancia cultural entre generaciones probablemente hoy es mucho más honda. Vamos a hacer una segunda pregunta, ¿si tuvieran ustedes que decir también en una sola palabra, como son hoy nuestros docentes promedio, qué dirían? Al promedio de la gente que da clase en nuestras universidades que calificativo le asignarían, que palabras se les viene primero a la cabeza? 1