PANDEMIA, IGLESIA Y LOS MOKEN Aunque fuimos advertidos que una pandemia era cada vez más posible, no nos imaginamos que nos convertiríamos en contemporáneos con ella. La veíamos como una posibilidad lejana, como algo posible pero en un futuro no tan cercano. Y de repente, el rumor de que en Wuhan ha pasado algo, nos llegaba pero..., bueno eso estaba ocurriendo a miles de kilómetros. Y de un día para otro, la pandemia alcanzó Europa, Italia… y España. Nos desconcertó a todos. Nos confinó a todos. Nos amenazó a todos. Nos afectó a todos. Trabajo, escuela, ocio, iglesia, todo se quedó paralizado. Como si un boxeador golpea fuertemente al otro cuando menos lo espera y queda paralizado por el impacto. No voy a entrar en más detalles porque los conocemos. Todos los días estamos bombardeados con el número de contagios y de las víctimas mortales de esta pandemia. ¿Cómo nos afectó esta pandemia? ¿Cómo afectó la iglesia? ¿Qué huella dejó a nivel eclesiástico? Como la iglesia es parte de la sociedad, no podemos obviar que los cambios que el intruso Covid-19 produjo en la sociedad, han conocido repercusiones también en la iglesia. No voy a mencionar todos los cambios que el corona ha producido en la sociedad, sino solo a los que están relacionados con la iglesia. Por esta razón, primero mencionaré los cambios que he observado en la sociedad y, en la segunda parte, veremos cómo esta pandemia ha afectado a la iglesia. 1.
La pandemia y la sociedad
Esta pandemia puso en evidencia la vulnerabilidad y la fragilidad del estilo de vida occidental: el sistema económico actual (sobre todo el capitalista), los viajes, la educación, las vacaciones, la convivencia, las reuniones culturales, la religión. Como es un estilo de vida construido sobre el capital, en este caso cuando los cimientos están afectados, todo el edificio tiembla. Somos más vulnerables de lo que creíamos y vivimos en una sociedad muy frágil. Un virus, sea creado en un laboratorio o sea que ha mutado, nos ha doblegado a todos. Y si piensas que esto pasó solo con el capitalismo, piensa en las medidas que tomó China para vencer el virus y verás que no es así. Todos los sistemas económicos actuales fueron afectados. Pero, sobre todo, en la economía capitalista, que se construye sobre el tándem de la confianza y el consumo, el impacto fue brutal. Queramos reconocerlo o no, la pandemia reveló que la iglesia como institución también es vulnerable ante las turbulencias económicas que generó la pandemia. O, puso en evidencia que necesitamos reestructurarnos para poder avanzar y no depender tanto de nuestros lugares de culto y de nuestra liturgia. La libertad también se volvió un concepto frágil. En cuestión de semanas se restringieron las libertades de millones de individuos: Libertad de movimiento, de reuniones, de culto, etc. Sabemos ser libres cuando todo va bien. Nos cuesta saber ser libres cuando nuestra vida está en peligro. Nos cuesta distinguir hasta qué punto este concepto de control puede poner en jaque nuestra fidelidad a Dios. 1